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Semblanza a Lésmer Montecino Soto
El doctor Lésmer Montecino Soto fue maestro, académico e investigador. Como maestro, por más de tres décadas, formó a estudiantes en escuelas y posteriormente, continúa su labor formadora en la universidad. Autor de textos de estudio de lengua española, colaboró de manera importante con la actualización de la enseñanza de lenguaje en Chile. Con este mismo ímpetu, a partir de 1990, su trabajo se centra en la formación de futuros licenciados, e investigadores cuando se retira de la escuela para concentrarse en la formación de personas, a nivel terciario, en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Como académico e investigador, Lésmer estuvo ligado desde su creación, en el año 1995, a la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED). Sus intereses académicos se concentraban en el estudio del discurso desde una perspectiva crítica, basada en los trabajos de Norman Fairclough y de manera particular, en las investigaciones aportadas por notables investigadoras latinoamericanas como María Laura Pardo, Adriana Bolívar y Neyla Pardo quienes sostienen que el discurso como práctica social, reproduce la estructura social de las culturas, convirtiendo el lenguaje en un instrumento de dominación, con el cual se oprime a la población más vulnerable. En este escenario académico, los intereses del doctor Montecino por temas como la pobreza y desigualdad comienzan a tomar forma en un compromiso personal que busca arrojar luz sobre la injusticia y la desigualdad que se naturaliza en el discurso hegemónico de las clases privilegiadas.
En 2005, en conjunto con la doctora María Laura Pardo forman la Red Latinoamericana de Estudios Críticos del Discurso y Pobreza (REDLAD) cuyos coloquios se realizan, desde entonces, todos los años con el propósito de indagar y reflexionar respecto de la manera en que la extrema pobreza afecta los diferentes países que conforman Latinoamérica y el Caribe. La investigación del Dr. Montecino, desde entonces, transciende el ámbito investigativo y se transforma en un compromiso personal. Lésmer explora con un profundo respeto hacia la persona humana, la situación de calle, un flagelo que afecta a hombres y mujeres, no solo en Latinoamérica, sino también alrededor del mundo. Mediante un estudio etnográfico que dura tres años, el investigador recorre calles y hospicios donde recoge historias de vida de personas que, en determinado momento de sus vidas, abandonan sus hogares y emprenden una ruta hacia la calle que, en muchos casos, no tiene retorno. Este trabajo etnográfico le permite acercarse y comprender un poco mejor la experiencia de quienes no tienen un techo. Su estudio es considerado único en Chile, dada la profundidad con que la voz de los involucrados es relevada en la investigación de este académico. Esta investigación, asimismo, abre un nicho de investigación en un área que hasta el día de hoy continúa siendo investigada a nivel nacional e internacional por quienes participamos en REDLAD.
En relación con las publicaciones que resultan de sus estudios, en los numerosos artículos y en los libros de autoría y editados por el Dr. Montecino, podemos visualizar las múltiples razones que llevan a las personas a abandonar su hogar, pudiendo ser todas ellas resumidas en una sola y dolorosa razón que es la falta de una red de apoyo. Ciertamente, la carencia de un grupo humano que acompañe a las personas más vulnerables, las convierte en personas sensibles a un entorno conflictivo. En su camino hacia la calle, estas personas encuentran un espacio apartado de los conflictos que son propios de sistemas económicos liberales, los cuales castigan a quienes, según sus reglas, han fracasados como emprendedores. La calle se convierte en su hogar, allí nadie les exige ajustarse a ningún patrón, tampoco nadie los ve, ni los interpela, convirtiéndose en población invisible.
A partir de 2010, mediante la obtención de consecutivos proyectos de investigación nacional FONDECYT, el Dr. Montecino continuó liderando un nicho investigativo al que se sumaron los trabajos realizados por la Dra. Viviane Resende en Brasil, por la Dra. María Laura Pardo en Argentina y el trabajo realizado por la Dra. Neyla Pardo en torno a la pobreza en medios digitales en Colombia. Estas investigaciones dejan en claro que nuestras sociedades latinoamericanas, están profundamente marcadas por las estructuras sociales que realzan la desigualdad y que terminan por marginar a la pobreza extrema, condenándola a la soledad y al desamparo.
Las posteriores investigaciones del académico indagan en el tema de la pobreza, aunque avanzan hacia el estudio de la representación discursiva de ésta en blogs de comentarios de periódicos en línea. El análisis de estos blogs le permite comprender que el espacio digital surge como una suerte de tercer espacio, donde los ciudadanos tienen el poder de interpelar a la clase política y convocar a sus conciudadanos a salir a las calles para demostrar su opinión. Asimismo, el investigador descubre que los temas que preocupaban a Chile de 2015, ya anunciaban la gran preocupación de las personas por la grave escisión que existía ya entonces entre las demandas sociales y el compromiso de la clase política con la agenda social de Chile. La fuerte sanción social que la clase política recibe de parte de quienes comentan en los blogs de medios de comunicación digital es probablemente la semilla que anuncia el desaliento que comienza a generarse en la gente y que finalmente estalla en octubre de 2019.
Al releer sus artículos, me doy cuenta que la obra de Lésmer Montecino, marcó y sigue marcando a las generaciones de quienes fueron sus estudiantes y actualmente son investigadores y a quienes fuimos sus colegas y amigos. Su compromiso con la investigación era también un compromiso con el ser humano. Ciertamente, su investigación sobre pobreza extrema nos hizo abrir los ojos frente a una realidad que es frecuentemente simplificada y desfigurada por discursos hegemónicos y por el morbo de los medios de comunicación que la criminaliza. No nos cabe duda que su obra permanecerá en el tiempo, y seguirá inspirando a otros investigadores e investigadoras a continuar por la ruta de un compromiso que trasciende lo académico para vincularse al estudio del lenguaje desde la importancia que reviste ser persona y sujeto histórico.