Resumen: En este texto se plantea desde los Estudios Críticos del Discurso Multimodal y Multimedial (ECDMM) cuáles son algunos de los principios teóricos que orientan sus reflexiones, algunos principios epistemológicos de la metodología y un tipo de método adoptado previamente que puede servir de insumo para futuras investigaciones, tomando como referencia los desafíos locales y globales que se presentan en la contemporaneidad.
Palabras clave: ECDMM, teoría, metodología, fases, contemporaneidad.
Artículo de revisión
Estudios Críticos del Discurso Multimodal y Multimedial (ECDMM): una ruta de análisis en perspectiva contemporánea
El mundo actual, cada vez más caracterizado por grados de polarización social, profun- dización de los discursos de odio, generación de tensiones sociales, entre otros problemas, articulados local y globalmente, formula nuevos desafíos para los investigadores de las ciencias humanas y sociales, quienes potencialmente pueden contribuir a la comprensión de los factores y causas dinámicas que los determinan. Particularmente, desde los estudios del lenguaje se formula el interés de explicitar los modos en que los colectivos sociales comprenden los fenómenos que los transversalizan y que inciden en sus formas de ser y vivir.
Para este propósito, los ECDMM han integrado principios epistémicos para comprender las representaciones sociales, las cuales remiten a los modos de conocer que orientan las formas de proceder de los actores sociales (Moscovici, 1979; Abric, 2001, Jodelet, 2020). Estas representaciones se concretan en discursos, cuya naturaleza es de carácter multimodal y multimedial, es decir, por una parte, están construidas por sistemas de signos -visuales, verbales, sonoros, táctiles, etc.- y sus combinaciones (cf Van Leeuwen, 2011; Bateman, 2022); y, por otra, se socializan por distintos medios y plataformas (cf. Fernández, 2023, Benz, et al, 2023). Esta doble condición ha impuesto la necesidad de la construcción de un campo multidisciplinar que pueda abordar esta complejidad y que se ha denominado como “Estudios Críticos del Discurso Multimodal y Multimedial (ECDMM)” (Pardo Abril, 2015).
Los ECDMM se centran en el desentrañamiento de los significados construidos individual y grupalmente, por medio de diferentes modos y soportes; estos dan cuenta de los temas más relevantes para una sociedad, y cómo se tramitan y gestionan colectivamente; en este sentido, portan las huellas o marcadores sígnicos de los agentes sociales, quienes, a partir de los recursos disponibles legitiman sus propósitos comunes de manera táctica, esto es, las expresiones discursivas apropian estrategias, entendidas como la conjunción de recursos del lenguaje usadas por actores, dentro de dinámicas determinadas históricamente para visibilizar sus propias idiosincrasias (cf. Wodak, 2015).
Los discursos se concretan por medio de puntos de vista subjetivos e intersubjetivos, que van permitiendo establecer cómo las personas y las culturas se ven a sí mismas y a las demás; esto tiene una relevancia en tanto la ipseidad y alteridad son claves para entender fenómenos como la discriminación o la exclusión. También se estudia dentro de esta área las distintas jerarquías que se van construyendo en ámbitos macro y micro sociales, consolidando prácticas y acciones que reproducen lógicas hegemónicas o contrahegemónicas.
La proliferación de los discursos de las redes sociales, el incremento de las interacciones mediadas virtualmente, y más recientemente, los desarrollos de la inteligencia artificial exigen que los análisis no solamente den cuenta de las particularidades de las nuevas tecnologías y sus potencialidades para la construcción de sentido, sino también derivar las consecuencias que ello tiene para los seres humanos. Por ello, los ECDMM adoptan una posición crítica frente a la realidad social, la cual se deriva de unos posicionamientos éticos y axiológicos (Pardo Abril, 2020), con el fin de mostrar si, en efecto, los discursos contribuyen a la formación de ciudadanías, la consolidación de democracias más abiertas o la apertura a nuevas alternativas de transformación social.
Alrededor de los ECDMM hay una agenda muy amplia que incluye la reflexión sobre aspectos sociopolíticos, económicos, ecológicos, antropológicos, etc. que además de dar cuenta de la multiplicidad y heterogeneidad de intereses que se ponen en cuestión, evidencia que no hay una aproximación única para alcanzar una explicación de lo que ocurre en los distintos ámbitos de la vida social. Por esta razón, existen múltiples rutas que los académicos van construyendo en sus programas de trabajo y que se van expresando en una epistemología que va enmarcando las fases de investigación.
Una ruta de trabajo fructífera para el desarrollo de los ECDMM incluye elementos de los estudios narrativos, en tanto la experiencia humana cotidiana se corporeiza en distintas formas de storytelling (De Fina y Perrino, 2019) que contribuyen a la simbolización del mundo; se fundan universos de sentido a través de la creación de imágenes con distintos niveles de metaforización. En las narrativas, expresadas en géneros y formatos disímiles, emergen polifonías y dialogismos que crean nuevas perspectivas, recontextualizan el pensamiento existente, y enriquecen la memoria colectiva de una cultura al visibilizar sus recuerdos, olvidos y silencios (Ricoeur, 2004).
Los estudios narrativos se presentan en conjunto con los estudios semióticos, en la medida que estos últimos proveen conceptos útiles para el análisis de la dimensión estética y del relato: de aquí surgen categorías como los recursos gráfico-estilísticos, las iconologías, la actancialidad, las espacio-temporalidades, la narración, las formas de textualidad, entre otras. En este contexto, es primordial integrar la semiótica al proceso analítico para evidenciar el uso estratégico de los signos: los procesos de significación en las narrativas funcionan para proyectar ideas, establecer vínculos interpersonales, crear mecanismos retóricos con fines persuasivos y formular identidad. La identidad, como se expresa en Norton y De Costa (2018) está atravesada por factores de orden micro como lo étnico, lo etario, la clase social, etc., y de orden macro como la globalización y el neoliberalismo que atraviesan los intercambios humanos.
El discurso como conjunto de signos en interrelación entonces devela formas de conocimiento superiores como las ideologías, que como muestra Pierce (1974) surgen de la combinación de procesos racionales -abstracción y convencionalidad- y procesos emocionales que se van imbricando en la construcción de creencias, opiniones, actitudes y conocimientos que se van estabilizando socialmente. Los discursos de esta forma moldean la cognición social, la cual no se puede comprender sin tomar en consideración las lógicas de los procesos de distribución de los discursos, los cuales se comparten principalmente a través de los mass media.
Entender cómo se mediatizan los discursos, en el marco de periodizaciones económico-tecnológicas que se consolidan paulatinamente, permite determinar el efecto de su socialización, especialmente comprendiendo que el acceso a los discursos cada vez es más restringido y fragmentado. Folsche (2022) evidencia que la mediatización ha derivado en la constitución de formas de capital donde los discursos de los medios no solo influencian la opinión pública, sino que son responsables de determinar normativas y expectativas de las personas, influyendo fuertemente en el comportamiento social. La mediatización centra su reflexión en cómo se construyen dispositivos desde los discursos y sus soportes. El dispositivo se entiende como una estructura relacional que posibilita los intercambios mediáticos y que incluye: una dimensión social ligada a las ritualidades, y una, tecnológica relacionada con el despliegue de elementos técnicos que permiten la conexión con los interlocutores (Fernández, 2018).
En términos metodológicos, resulta fructífera para los ECDMM la integración de métodos cuantitativos y cualitativos, aplicando un paradigma de metodología mixta (O’Halloran, K. et al., 2018). El objetivo de usar métodos complementarios es trabajar los fenómenos de la realidad con más profundidad, revelando en el proceso tendencias que permitan la generación de inferencias (Creswell y Tashakori, 2007). La articulación de ambos tipos de métodos posibilita análisis más sistemáticos y la triangulación de técnicas y herramientas, obteniendo distintos tipos de datos, que puestos en relación desarrollan una mirada más holística. Por ejemplo, el uso de software estadístico-textuales permite que los investigadores se puedan acercar a corpus más grandes y realicen exploraciones que puedan fundamentar hipótesis de trabajo, o confirmar patrones establecidos cualitativamente.
Entre los programas más relevantes están T-LAB que se centra en el análisis de información de carácter verbal por medio de operaciones como el análisis de co-ocurrencias léxicas, índices de asociación con palabras clave y análisis temáticos, y NVivo que permite, además de trabajar algunas de las funciones de T-LAB, elaborar taxonomías, relaciones y comentarios sobre los discursos analizados en los distintos niveles de uso de los sistemas de signos socialmente disponibles: verbal, visual gráfico o pictórico, auditivo, entre otros. N-Vivo facilita realizar la identificación de fragmentos discursivos relevantes, anotar marcadores semióticos claves y codificar categorías y conceptos.
De igual manera, es productiva la inclusión de principios etnográficos que permitan un acercamiento no solo a los puntos de vista de los sujetos sino a cómo en la interacción los grupos sociales van construyendo regímenes de saber-poder y, dinámicas de estabilización y cambio, intersecadas institucionalmente, que restringen y habilitan tomas de decisiones; esta perspectiva se acopla adecuadamente a los estudios críticos del discurso en tanto en ambas se parte del reconocimiento de la materialidad discursiva construida por los participantes como modo de acercarse a las formas de comprensión del mundo (Pardo Abril y Moreno Bermeo, 2022).
La ruta que se propone en este documento articula el método propuesto por Pardo Abril (2000, 2014, 2016, 2021), el cual usa los EDCMM para el desentrañamiento de fenómenos como la pobreza, el despojo o los procesos de memorialización. Entre los planteamientos en los que se basa la epistemología está la articulación entre cognición, el discurso y la sociedad para la comprensión de una situación social específica y la manera cómo los actores se mueven dentro de ella. Esta representación se construye a través de una combinación entre los conocimientos previos de los que disponen estos, y el conocimiento nuevo que se genera en la interacción (Van Dijk, 2016).
La primera fase de investigación parte de un proceso de observación inicial del corpus para establecer relaciones intercategoriales que permitan inferir un conjunto de hipótesis. En este procedimiento de tipo descriptivo hay un reconocimiento general de los modos semióticos, y, del soporte tecnológico y sus potencialidades de significación. La segunda fase es un recorrido analítico en el que se verifican los recursos y las estrategias semiótico-discursivas; en esta etapa se perfila la relación que va del discurso a la cognición y viceversa, ya que se busca en la representación social la identificación de los intereses y los propósitos comunicativos que son puestos en juego en los distintos tipos de conocimiento. Para ello, se establece cómo se producen efectos de sentido dentro del marco de unos valores y axiologías propuestos en el discurso, y que responden a comprensiones del mundo compartidas.
Finalmente, en la tercera etapa se produce una correlación de los resultados hallados con la realidad, para determinar los usos sociales y el tipo de relaciones de poder que se pretenden normalizar o con los que se pretende generar ruptura. En esta etapa se tiene en cuenta que los discursos están inmersos en una red de prácticas y de dispositivos, con el fin de extraer cuáles son sus implicaciones socioculturales, con el fin de pensar en posibles alternativas colectivas que contribuyan a futuros deseados de bienestar.
La ruta propuesta en este documento es una de las muchas posibilidades que se pueden adoptar dentro de los ECDMM para poder elaborar reflexiones sobre las expresiones culturales en el mundo contemporáneo, en particular, aquellas que se enmarcan en coyunturas definidas histórica y políticamente, como es el caso de los conflictos contemporáneos. Para el caso colombiano, interesa dilucidar cómo se puede contribuir, en el marco del posacuerdo, a una cultura de paz, establecida sobre bases de convivencia pacífica y reconstrucción del tejido social. Igualmente, se espera contribuir, en el contexto del Informe de la Comisión para la Verdad (2022) a hacer visible las voces de quienes han sido victimizados dentro del conflicto armado interno para la construcción de una memoria histórica plural y donde los testimonios de los actores sociales abran posibilidades de verdad, justicia, reparación y no repetición.