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EL HUMOR, ESTRATEGIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL DISCURSO MULTIRREFERENCIAL PARA LA INCULTURACIÓN DEL EVANGELIO EN LA IGLESIA CATÓLICA
Aura Elisa Parra
Aura Elisa Parra
EL HUMOR, ESTRATEGIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL DISCURSO MULTIRREFERENCIAL PARA LA INCULTURACIÓN DEL EVANGELIO EN LA IGLESIA CATÓLICA
HUMOR, STRATEGY IN THE CONSTRUCTION OF THE MULTI-REFERENTIAL DISCOURSE FOR THE INCULTURATION OF THE GOSPEL IN THE CATHOLIC CHURCH
Compendium, vol. 19, núm. 36, pp. 61-74, 2016
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado
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Resumen: El humor se perfila como una herramienta en la construcción de un discurso multirrefencial, por cuanto introduce en el proceso de comunicación la posibilidad de interpretar un mensaje de manera sencilla y reflexiva desde escenas cotidianas y de códigos de la cultura en la que se emite. Esta es la conclusión obtenida en el presente ensayo, el cual se realizó en el contexto religioso, específicamente durante la homilía o interpretación de la Palabra de Dios, con la finalidad de estudiar el rol que juega el humor en la configuración de un discurso destinado a lograr la inculturación del Evangelio. En tal sentido, es posible señalar que con el empleo del humor se genera una yuxtaposición de mensajes, aparentemente opuestos, como son el divino y el cotidiano, lo que se corresponde con la teoría de la bisociación en la comunicación, a fin de llamar a la reflexión al poner a disposición del oyente la oportunidad de comparar su realidad con el planteamiento presentado en las Sagradas Escrituras. Desde el punto de vista metodológico, en este estudio se utilizó el análisis del discurso, el cual permitió abordar la homilía de un sacerdote barquisimetano y estudiar su propuesta a partir de categorías específicas.

Palabras clave:humorhumor, multirreferencial multirreferencial, homilía homilía, discurso discurso, cultura cultura.

Abstract: Humor is outlined as a tool in the construction of a multi-referential speech, since it introduces, in the process of communication, the possibility of interpreting a message of a simple and reflexive way, from daily scenes and codes of the culture in which it is issued. This is the conclusion obtained in this essay, which was developed in the religious context, specifically during the homily or interpretation of the God's Scriptures, with the aim to study the role that plays humor in the configuration of a speech which is made to achieve the inculturación of the Gospel. In this regard, it is possible to indicate that with the employment of humor, a juxtaposition of messages is generated, seemingly opposite, such as the divine and the daily, which corresponds with the theory of the bisociation in the communication. The intention is to call to the reflection by making available for the listener the opportunity to compare his reality with the exposition of the Holy Scriptures and to promote, in this way, humor through opposite processes. From the methodological point of view, in this study it was used the analysis of the speech, which allowed to approach the homily of a barquisimetano priest and to study his suggestion from specific categories.

Keywords: humor, multi-referencial, homily, speech, culture.

Carátula del artículo

Ensayos

EL HUMOR, ESTRATEGIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL DISCURSO MULTIRREFERENCIAL PARA LA INCULTURACIÓN DEL EVANGELIO EN LA IGLESIA CATÓLICA

HUMOR, STRATEGY IN THE CONSTRUCTION OF THE MULTI-REFERENTIAL DISCOURSE FOR THE INCULTURATION OF THE GOSPEL IN THE CATHOLIC CHURCH

Aura Elisa Parra*
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Venezuela
Compendium, vol. 19, núm. 36, pp. 61-74, 2016
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado

Recepción: 17 Julio 2015

Aprobación: 15 Junio 2016

INTRODUCCIÓN

En la búsqueda de mecanismos destinados a lograr la inculturación del Evangelio a la realidad de los fieles que lo reciben, el humor se ha constituido para la Iglesia Católica en una herramienta a partir de la cual se construye un discurso multirreferencial que permite hacer alusión a diferentes contextos.

En el caso que nos ocupa, es posible afirmar que se presencia la configuración de un discurso multirreferencial, por cuanto el Evangelio que fue escrito en una realidad específica es traducido a partir de la interpretación en la homilía con los códigos del humor, con la finalidad de proporcionarle un sentido semántico en un contexto diferente al de su origen.

En el presente ensayo se expone el caso particular que se registra en un templo católico de la ciudad de Barquisimeto, en el estado Lara, en el que se evidencia el empleo de imágenes de la cotidianidad de quienes habitan en esta ciudad, con el propósito de lograr la inculturación o el trasvase, que propone la Iglesia Católica, entre el Evangelio de siempre y la realidad de hoy.

El acercamiento a este tema resulta pertinente porque permite comprender la manera como pueden encontrarse en armonía categorías del lenguaje, aparentemente opuestas, con el fin de facilitar la posibilidad de digerir un mensaje, lo cual resulta de interés no sólo para un ámbito específico, como el que aquí se aborda, es decir, el religioso, sino en otras esferas de la comunicación.

El humor concatenado a la cultura específica en la que se desarrolla el proceso de comunicación, se perfila como un campo de exploración de oportunidades para la configuración de discursos de fácil comprensión, de allí el interés por demostrar que desde su concepción como elemento que impulsa a la reflexión, tiene cabida en calidad de estrategia efectiva en cualquier ámbito, incluso en el religioso.

En tal sentido, el objetivo que se persigue con esta propuesta es demostrar que el humor constituye una herramienta fundamental en la construcción de un discurso multirreferencial, sustentado en lo que Geertz (1973) denomina el ethos, es decir las dimensiones morales y en la cosmovisión o dimensiones cognitivas y existenciales de la cultura, destinado a contribuir con la inculturación del Evangelio en los barquisimetanos que profesan la fe católica.

El Concilio Plenario de Venezuela (2001:24) en su Documento Conciliar Número 1, “La Proclamación Profética del Evangelio de Jesucristo en Venezuela”, explica que “Inculturar es insertar la fe cristiana en el alma de una cultura para que sea asimilada y reexpresada por esas culturas de modo propio y original y se convierta en una dimensión fundamental de su vida y de su pensamiento, definición que complementa cuando señala que por medio de este proceso la Iglesia trabaja con los valores positivos que existen en las comunidades, con la finalidad de renovarlas desde adentro, por cuanto la convicción de que precisa entrar en la dimensión cultural de los pueblos, le permite diversificar sus propuestas pastorales para asumir lo que considera “la gran variedad de situaciones sometidas a cambios constantes en medio de una cultura globalizada”.

DEL IMAGINARIO DE LA FE A LA REPRESENTACIÓN SOCIAL EN LA CULTURA

“Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: -Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá-. Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hace doce años, y le tocó los flecos de su manto, pensando: -Con sólo tocar su manto, quedaré curada-. Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: -Ten confianza, hija, tu fe te ha Salvado-. Y desde ese instante la mujer quedó curada. Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo: -Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme-. Y se reían de él. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región”.

(Evangelio según San Mateo 9,18-26)

De esta manera habló San Mateo en las Sagradas Escrituras y en este relato se refiere a las milagrosas curaciones que, por supuesto, en su época eran realizadas directamente por Jesús; y es probable que, a la luz de los nuevos tiempos y despojada esta lectura del misticismo religioso, surja la duda sobre la posibilidad de que la acción del hijo de Dios pueda materializarse. No obstante, ya el evangelista, quizá conocedor de la futura incredulidad de los cristianos, recalcó en una palabra clave pronunciada por Jesús: la fe.

Tu fe te ha salvado” fue lafrase empleada por Jesús cada vez que alguno de los desesperados se acercaba a pedir su acción sanadora; y, en la ausencia física de Jesús, su acción se quedó en el imaginario social de la fe, la cual encuentra su representación en la Iglesia, cuya fundación tiene origen, como lo cuenta Mateo (16,13-20) en las Sagradas Escrituras, en las palabras de Jesús cuando sentenció “Eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia” y deja claro que la Iglesia no es el templo, sino el imaginario de la fe, lo que se sustenta en las palabras del Mesías: “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18,20).

El imaginario, desde le postura de Castoriadis (1983) es el sistema de conocimientos instituidos o matrices de sentidos, que encuentra una representación social o, de acuerdo con Moscovici (1986), es un símbolo que conecta a los individuos a un sistema de pensamientos o ideas compartidos que integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios. A partir de esta comprensión del tema por parte de los dos autores, es posible señalar que la Iglesia se constituye en la representación social, en la cual se promueve el imaginario de la fe.

Hoy la Iglesia, en su condición institucional, tiene la tarea de continuar con la labor de hacer presente a Jesús mediante sus palabras y su acción aplicadas a la vida de la gente de este tiempo, para lo cual necesita promover el mensaje de Jesús a partir de sus enseñanzas, a objeto de mantener y fortalecer el imaginario social de la fe.

La Iglesia Católica reconoce que la presencia de Jesús que permanece en sus enseñanzas reflejadas en la Palabra de Dios, debe llegar hasta la gente y, por tal motivo, ha acogido la necesidad de fomentar el proceso de inculturación del Evangelio mediante el trasvase del mensaje evangélico al lenguaje antropológico y a los símbolos de la cultura.

La referencia directa a los símbolos de la cultura, permite calificar a la comunicación que planea la Iglesia Católica, desde la perspectiva de Eco (2000) quien considera que sólo es posible verificar un proceso de comunicación cuando existe un código, al que define como un sistema de significación que reúne entidades presentes y ausentes, y enfatiza en que cuando una cosa, desde el punto de vista material apreciable a la percepción del destinatario, representa otra cosa, a partir de reglas subyacentes, se podrá decir que existe significación.

Guarda relación el planteamiento de la inculturación del Evangelio plasmado por la Iglesia Católica en su documento Conciliar “La Proclamación Profética del Evangelio de Jesucristo en Venezuela” (2001) con la posición que presenta Moscovici en el prologo de Wagner y otros (2011: XIII) según el cual “nuestro conocimiento cotidiano consta de una red específica de conceptos, imágenes y creencias compartidas que pertenecen a grupos humanos particulares, es decir, las representaciones sociales que todos nosotros producimos y reproducimos”.

La inculturación del Evangelio, por tanto, encaja en la explicación aportada por Moscovici (1986) quien expone que el entendimiento humano y el pensamiento cotidiano cambian constantemente y que sus contenidos, esto es, las imágenes y las categorías de lenguaje se transforman en el seno de la cultura, conjunto de elementos que apuntan a la concreción presentada por Eco (2000:45) al señalar que “…la cultura debe estudiarse como un fenómeno de comunicación basado en sistemas de significación”, a lo que agrega que “…las unidades culturales se ponen a nuestro alcance mediante los signos de la vida social, e ilustra su apreciación con el ejemplo de una fila de soldados que atiende al llamado de la corneta, con lo que se materializa una información cultural, en este caso el orden” (Eco, 2000,119).

En este sentido, el Concilio Plenario de Venezuela (2005) en su documento conciliar “La Iglesia Católica ante las sectas y otros movimientos religiosos”, aborda esta premisa al aportar una estrategia para la transmisión de la Palabra de Dios, cuando indica que se precisan nuevas expresiones que hagan más cercano el Evangelio de siempre a las realidades culturales de hoy, mediante el uso de un modo de hablar según la cultura y mentalidad de los oyentes, en concordancia con los modos de comunicación y con la manera de ser del hombre actual, con la finalidad de trasmitir la verdad perenne de Jesús.

En este planteamiento, la Iglesia Católica deja evidencia de que confía en la efectividad de la interpretación del Evangelio mediante el empleo del discurso cotidiano de la gente, por cuanto en palabras de Moscovici (1986) es posible observar que los juicios y las explicaciones cotidianas forman una interrelación que determina los pensamientos y experiencias en la vida diaria.

DEL EVANGELIO A LA INCULTURACIÓN

En sus reflexiones Moscovici (1986) plantea que cada disciplina académica produce un doppelganger del conocimiento tradicional, es decir, el otro de él mismo, así, el psicoanálisis, genera el psicoanálisis de masas; de la economía formal, se origina la economía popular, por lo tanto, también podemos agregar que la interpretación del Evangelio o la Palabra de Dios, la homilía, debe originar un discurso destinado a lograr la inculturación, es decir, un doppelganger.

En la nueva manera de discursear que bosqueja en su planteamiento la Iglesia Católica, es posible partir de la consideración de los tres elementos que, a juicio de Halliday (1982), conforman el contexto de situación que permite predecir las características lingüísticas en las que se desarrolla el discurso, que en el presente estudio es la homilía.

Al respecto el autor hace referencia al campo del discurso o marco institucional del hablante y de quienes escuchan, en este caso, el templo; el segundo elemento es el tenor del discurso orientado hacia la relación y la carga emotiva entre los participantes, en el tema que nos ocupa, la vinculación está enlazada por la fe y la creencia en Dios; y el tercer factor es el papel del lenguaje en el proceso de comunicación, en este estudio, el acercamiento a los fieles es la intención que persigue la Iglesia, con la finalidad de persuadirlos de permanecer en la confesión de la fe Católica.

Un discurso orientado a impulsar la inculturación adaptado a la cotidianidad de la gente que lo escucha, fue el que empleó el sacerdote Amado Camacaro, párroco de la Iglesia El Salvador, de Barquisimeto, estado Lara, el 24 de noviembre de 2014, con el propósito de plasmar en la realidad actual el Evangelio de Mateo (9,18-26), dedicado a exaltar los milagros sanadores de Jesús a través de la fe, el cual fue recogido directamente por el autor de este ensayo y transcrito a continuación de esta manera:

–“¿Verdad que cuando a uno le va bien no se acuerda de Dios, porque tiene plata, carro y casa?” preguntó Camacaro e inmediatamente cambió el tono y con cierto dejo de ironía agregó:

¡Ah!, pero cayó en la quiebra, está enfermo, lo robaron, la hija se fue de la casa, al hijo lo rasparon en el liceo. Usted está de mala suerte: lo atropello una bicicleta y le sacaron el ojo…entonces, usted dice: –“Dios no existe, porque ahora que uno está pasando trabajo, Dios no está…”.

Retoma la reflexión y agrega:

–“Pero es que Dios siempre ha estado, lo que pasa es que sólo me he acordado de Él en los momentos difíciles, y seguro me podrían decir: “Bueno, es que ese es el trabajo de Dios”.

Dirigiéndose a los oyentes, presentó esta propuesta:

–Le voy a preguntar a las mamás y a las esposas presentes: ¿Qué sienten cuando en su casa las quieren sólo cuando hacen comida, cuando lavan y planchan y hacen todos los oficios, pero cuando no hacen nada, ni las miran?

Esto es lo que nosotros hacemos con Dios, sólo nos acordamos de él en los malos momentos, por eso les recuerdo que, al igual que la mujer enferma o el padre que buscó a Jesús para que salvara a su hija, personajes de los que nos habló Mateo en el Evangelio, todos nosotros debemos buscar a Dios en las buenas y en las malas”.

El sacerdote acudió a una situación cotidiana, con la finalidad de explicar, de manera sencilla,el mensaje de Mateo en el Evangelio: Buscar a Dios y tener fe, premisas que constituyen el centro de la vida cristiana, por cuanto de esta manera se reproduce la acción de Jesús, pero con ello, además su intención es generar un anclaje de la representación social de la Iglesia, anclaje que tal como lo explica Moscovici (1986) es un testimonio de lo social con un sentido unificado, en el que la unidad que porta concierne tanto al objeto como al contexto social donde se produce; mientras que la representación es un símbolo que conecta a los individuos a un sistema de pensamientos o ideas compartidos: a un imaginario, en esta situación, a la fe.

Es preciso, en medio de este panorama, puntualizar en la definición de la Iglesia en calidad de institución religiosa, y aunado a ello, puntualizar que la religión, según la teoría de Bochenski (1967) es entendida como un fenómeno social, o un complejo de acontecimientos que se presenta en grupos humanos, los cuales se caracterizan por un tipo de conducta llamada religiosa.

La calificación de la religión en términos de fenómeno complejo, abre una opción para caracterizar a la Iglesia como una institución multirreferencial y palimpséstica (Lucena 2006), debido a que su razón de existir y los motivos que la mueven son interpretados desde diversas miradas que buscan hurgar en su simbolismo y descubrir su esencia, es decir, es una realidad sometida a varias posibilidades de interpretación.

Al respecto, en la percepción del creyente se trata de una institución espiritual, social destinada a promover la fe y el amor al prójimo; desde la mirada antropológica puede ser interpretada como un receptáculo de símbolos orientados a recordar las enseñanzas bíblicas; pero, para quien se confiesa escéptico o ateo, es la cuna de la dominación, mediante la imposición de una ideología destinada a mantener su poder y a establecer su dogma como única manera de apreciar la vida.

Cualquiera sea el ángulo desde el cual se aprecie el fenómeno social llamado iglesia, lo cierto es que ella tiene su sustento en el discurso, especialmente en el dirigido a interpretar la Palabra de Dios, el Evangelio, y a la luz de esta apreciación, es posible afirmar que en el caso citado del sacerdote Amado Camacaro, existe una superposición de mensajes, en el que se evidencia una multirreferencialidad entre el mensaje literal y la interpretación con la que genera un doppelganger o un nuevo discurso del discurso original dirigido a un público específico, en el que emplea el humor como herramienta para transmitir el mensaje.

El sacerdote Amado Camacaro aprovecha el empleo del humor para propiciar la inculturación del Evangelio en el pensamiento Caribe del venezolano el que, como explica Avella (2004), nace de la negación de la humanidad al Caribe esclavizado, que no tuvo derecho a la herencia europea de la razón y de las luces, y que configuró una manera de vivir que necesita de la astucia, la inteligencia y la habilidad para escoger entre las múltiples alternativas que le ofrece una vida marginada por la historia y la filosofía a través de la esclavitud.

Ese pensamiento habilidoso, astuto y dado a la artimaña, se las ingenió para superar las limitaciones que le oponía el poder, mediante el sincretismo que en el ámbito religioso aun permanece en nuestro tiempo y encuentra cabida en el pensamiento venezolano, caracterizado por Lucena (2006) como difuso y sin bordes, mediante los rituales negroides, las supersticiones y manifestaciones indígenas.

En este pensamiento difuso y sin bordes del venezolano, el humor es empleado por el sacerdote, con el propósito de hacer pensar sin que el que piensa se dé cuenta de que está pensando, tal como lo sentenció Nazoa, citado por Carias (1982) quien además estima que el venezolano encuentra en el humor una manera de aliviar situaciones tensas y tristes, y de esperanzar la vida en medio de la tormenta, cualidades propias del pensamiento Caribe.

Este punto de vista, en el que se plantea una de las posibles funciones del humor, se concatena con la posición de Pirandello (1999) quien señala que el humorismo consiste en el sentimiento de lo contrario, suscitado por la especial actividad de la reflexión, que no se oculta y que sigue paso a paso a ese sentimiento como la sombra sigue al cuerpo.

La postura de los autores remite, además, a una de las aristas importantes desde las que ha sido estudiado el humor, como es la dimensión cultural, sobre el cual Mendiburo y Páez (2012) explican que bromear es un comportamiento universal, y que las bromas proveen maneras lúdicas para referirse a temas tabú que se relacionan con aspectos como la sexualidad, y la afiliación o dominancia en las culturas. No obstante, aclaran que las personas no se ríen ni bromean sobre los mismos temas alrededor del mundo, por cuanto existen diferencias en aspectos tales como: el procesamiento del humor, el estilo del sentido del humor y el contenido de los chistes.

Este criterio expresado por Mendiburo y Páez (2012) se refuerza en el estudio realizado por Jáuregui (2008) quien argumenta que el humor puede verse influenciado por la cultura, mediante la forma como se interpreta la realidad, lo cual incide en la manera en que se vive la emoción de humor.

Desde este ángulo se considera la expresión emocional como algo que depende de las normas comunicacionales de determinadas culturas, vale decir, la relación entre las reglas sociales y los objetivos de cada individuo, las cuales ejercen influencia en la manera de expresar el humor.

El humor se convirtió en la herramienta para penetrar ese pensamiento Caribe en el discurso del sacerdote Amado Camacaro en su interpretación de la Palabra de Dios según San Mateo capítulo 9, versículos 18 al 26, cuando con una acción histriónica expresa:

-“De repente uno dice “¡Ay yo si tengo pava!, ¡si tengo mala suerte! Seguro me montaron una brujería, me montaron un trabajo, me están fumando tabaco, porque se me cerraron los caminos… Dios no me ayuda, Dios no existe”.

Retoma su rol de predicador y explica:

“…pero es que a Dios hay que buscarlo. Uno suele decir que Dios está en todas partes, sí, pero, no en todas partes le hace un milagro a uno. Imagínense que yo estoy jugando softbol, y quiero que Dios salve a mi mamá que está muriendo, pero ¿Dónde tendría que estar yo?…pidiéndole a Dios por mi mamá, no jugando softbol”.

Las categorías relacionadas con el mensaje, entre ellas la comparación de la Palabra de Dios con situaciones de la realidad y el aprovechamiento de recursos histriónicos, encuentran una posible interpretación en la teoría de la comunicación denominada teoría de la incongruencia planteada por Koestler (1964), por cuanto se sustenta en el término bisociación para referirse a la yuxtaposición de dos marcos de referencia incongruentes o contradictorios, o al descubrimiento de varias similitudes implícitas en conceptos habitualmente considerados remotos entre unos y otros.

En esta interpretación de la Palabra de Dios es posible señalar que el humor y el histrionismo empleados en la comparación del Evangelio con situaciones actuales constituye una yuxtaposición de marcos que, en otro tiempo, era incompatible, de la misma manera en que resultaba incongruente la religión Católica traída por los españoles con las creencias de negros e indígenas, lo que generó el sincretismo religioso o la yuxtaposición de santos de la religión traída del viejo Continente sobre la divinidad de los nativos y negros.

Asimismo, consciente de que en la cultura venezolana y en el pensamiento Caribe subyacen imaginarios sociales como la brujería, la superstición y la mala suerte o “pava” que aluden al Caribe negro, esclavo e indígena, el sacerdote que busca promover la inculturación del Evangelio, acude a estos elementos, con la finalidad de dar a comprender a quien le escucha que la Iglesia no desconoce su existencia, pero que Dios es superior a ellos.

INTERACCIÓN SOCIAL Y DISCURSO HUMORÍSTICO MULTIRREFERENCIAL

En la interpretación de la Palabra de Dios realizada por el sacerdote Amado Camacaro, se produce una interacción social en términos de Van Dijk (2000) quien califica al discurso como un fenómeno práctico, social y cultural, y por lo tanto como una estructura compleja de interacción y prácticas sociales que suceden a partir de la acción, el contexto, el poder y la ideología.

En cuanto a la acción explica que los actos sólo pueden calificarse como tales si son interpretados como intencionales para producir algún efecto, por cuanto las acciones tienen metas y esto hace que sean significativas o tengan un sentido. En la inculturación del Evangelio, el sacerdote interpreta la palabra con el propósito de colocar el mensaje al alcance del entendimiento y de la cultura de las personas que lo escuchan, para lo cual emplea el humor como herramienta.

Por otra parte, Van Dijk (2000) hace énfasis en la importancia del contexto en el análisis del discurso, debido a que puede involucrar parámetros significativos como son los participantes, sus roles, y propósitos, además de un marco, como el tiempo y el lugar que pueden tener incidencia en la forma en la que es emitido. Insiste en este particular el indicar que es posible definir el contexto como la estructura de aquellas propiedades de la situación social que son sistemáticamente relevantes para el discurso.

En el presente estudio el contexto es fundamental, puesto que se ha llevado el discurso de lo cotidiano a un lugar como la Iglesia, reservado para las cuestiones divinas, con el propósito de promover, mediante la inculturación, la propagación del imaginario social de la fe en la Iglesia de Cristo, la cual constituye un elemento sistemático y relevante en el discurso.

Van Dijk (2000) incluye el poder en los elementos de análisis del discurso como interacción social y lo conceptualiza como una relación específica entre grupos sociales o instituciones. Agrega que el concepto explicativo para definir poder social es el de control o conjunto de estrategias que se aplica a las estructuras del habla y del texto, en las que se incluyen las preferencias por una lengua o género específico.

Aclara el autor que gran parte del poder social no es coercitivo sino mental, debido a que en lugar de controlar directamente las actividades de los otros mediante la fuerza física, se manipula la base mental de las acciones, es decir, la intención o propósito de las personas. Profundiza en este punto al indicar que en el ejercicio del poder discursivo se requieren tres elementos esenciales como son el discurso, la acción y la cognición, es decir, la intención, el propósito y la motivación.

La estrategia, en el ejemplo de inculturación del Evangelio plasmado en este análisis, es el uso del humor centrado en las imágenes de lo cotidiano y en el uso de los imaginarios sociales que reflejan el cruce de culturas que subyace en la idiosincrasia del venezolano, las cuales remiten a una identidad caribeña.

La ideología, perspectiva social propuesta por Van Dijk (2000), posee relevancia en el tema, puesto que a partir de ella se supervisa la manera como los usuarios del lenguaje emplean el discurso en su condición de miembros de grupos u organizaciones y en su rol de dominantes o dominados, y de ese modo tratan de realizar los intereses sociales y resolver conflictos de esta índole.

En esta oportunidad, el discurso es empleado por el sacerdote como miembro dominante de una organización, porque en el cumplimiento de su labor, es apreciado por los creyentes como el encargado de impulsar el acrecentamiento de la fe, mediante la administración de la Palabra de Dios y la Eucarística, y al hacerlo sostiene la representación social de la Iglesia.

CONCLUSIONES

El proceso de inculturación del Evangelio mediante el empleo del humor, con la finalidad de lograr el fermento del imaginario social fe la fe Católica en el pensamiento Caribe de los barquisimetanos, configura un discurso multirreferencial sustentado en el acontecer de la vida diaria de las personas, con lo cual se acude a una yuxtaposición de mensajes que parecieran irreconciliables, el divino y el cotidiano.

Esta combinación genera una forma reflexiva de humor que parte de una bisociación del proceso de comunicación, y que surge cuando se establece la comparación a partir de sentimientos contrarios, con lo que, además se invita a reflexionar, proceso en el que prevalecen elementos propios de la forma de hablar y de ser de quienes escuchan el mensaje.

En la homilía del sacerdote Amado Camacaro, se evidencia el aprovechamiento de escenas y situaciones reconocidas por los asistentes a la Santa Misa, con el fin de contraponerlas al mensaje del Evangelio y generar lo que podría llamarse un tercer discurso o doppelganger, que mantiene la enseñanza planteada en las Sagradas Escrituras pero centrada en símbolos y realidades cercanas creadas a partir de las dimensiones morales, cognitivas y existenciales del ethos y de la cosmovisión, orientadas a provocar el fortalecimiento de la fe con la fuerza de la risa y de la reflexión.

Material suplementario
Referencias
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Notas
Notas de autor
* Licenciada en Comunicación Social. Universidad de los Andes. San Cristóbal, estado Táchira. Venezuela. Magister en Comunicación Corporativa. Universidad Fermín Toro. Barquisimeto, estado Lara. Venezuela. Participante del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña. Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Barquisimeto, estado Lara. Venezuela. Periodista de la Dirección de Comunicación Corporativa UCLA. auraparra@ucla.edu.ve
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