Resumen: Los efectos de la ciudadanía digital sobre la conducta en línea atraen la atención de investigadores. Se han evaluado las propiedades psicométricas de la Escala de Ciudadanía Digital en Adolescentes (DCS-A) en dos muestras independientes de estudiantes mexicanos de secundaria (Muestra 1 M, edad = 13.2 años, DE = 1.5 y Muestra 2, M edad = 13.4 años, DE = 1.4; N1 = 750, N2 = 750) hallando evidencias de validez de contenido, validez factorial, validez discriminante, validez concurrente y fiabilidad. Asimismo, se evaluó la invariancia de medida del modelo en ambos sexos y se realizó una validación cruzada del modelo confirmando la estabilidad de la DCS-A en una muestra independiente. El análisis factorial confirmatorio reveló el ajuste a los datos de un modelo de segundo orden que contiene tres factores de primer orden (ética, compromiso cívico y aceptación de la diversidad en línea). Los resultados demuestran la equivalencia del modelo de medición en ambos sexos (invariancia configural, métrica y escalar). La comparación de medias latentes indicó que las adolescentes poseen mayores conductas éticas, compromiso cívico y de aceptación de la diversidad en línea con respecto a los adolescentes. La validez concurrente de la escala DCS-A fue confirmada por el hallazgo de que las dimensiones de la DCS-A están relacionadas positivamente con la intervención defensiva y negativamente con la intervención pasiva y alentadora de los espectadores en las situaciones de ciberbullying. Los resultados sugieren que la DCS-A es una medida teórica y psicométricamente robusta de la ciudadanía digital en adolescentes.
Palabras clave: Ciudadanía digital, adolescencia, medición, validez, fiabilidad.
Abstract: The positive online behavior effects of digital citizenship have increasingly attracted the attention of scholars. This study designed and tested the psychometric properties of an Adolescent Digital Citizenship Scale (DCS-A) in two independent samples of Mexican secondary students (Sample 1, M age = 13.2 years, SD = 1.5 and Sample 2, M age = 13.4 years, SD = 1.4; N1 = 750, N2 = 750). We examined content, factorial, discriminant, concurrent validity, and reliability. We also tested the cross-sample and gender invariance. Confirmatory factor analysis (CFA) demonstrated goodness-of-fit on a second-order factorial model that displays three first-order factors (online ethic, online civic engagement, and online diversity acceptance). Cross-validation confirmed the factorial structure stability of the DCS-A across the independent sample. The result demonstrated the equivalence of the measurement model in both genders (configural, metric, and scalar invariance). The latent means comparison indicates that females held greater online ethics, online civic engagement, and online inclusive behaviors than males. Finally, the concurrent validity of the scale was supported by finding a positive relationship between DCS-A dimensions and defender behavior and a negative association with passive and reinforces interventions in cyberbullying events. These results suggest that the DCS-A is a theoretically and psychometrically grounded measure of digital citizenship in adolescents.
Keywords: Digital citizenship, adolescence, measurement, validity, reliability.
Resumo: Os efeitos da cidadania digital no comportamento online atraem a atenção de investigadores. As propriedades psicométricas da Escala de Cidadania Digital em Adolescentes (DCS-A) foram avaliadas em duas amostras independentes de estudantes mexicanos do ensino secundário (Amostra 1, M idade = 13,2 anos, DE = 1,5 e Amostra 2, M idade = 13,4 anos, SD = 1,4; N1= 750, N2= 750), encontrando evidências de validade de conteúdo, validade fatorial, validade discriminante, validade concorrente e fiabilidade. Além disso, a invariância de medida do modelo foi avaliada em ambos os sexos e foi efetuada uma validação cruzada do modelo, confirmando a estabilidade da DCS-A numa amostra independente. A análise fatorial confirmatória revelou a adequação aos dados de um modelo de segunda ordem que contém três fatores de primeira ordem (ética, compromisso cívico e aceitação da diversidade online). Os resultados demonstram a equivalência do modelo de medição em ambos os sexos (invariância configural, métrica e escalar). A comparação de médias latentes indicou que as adolescentes têm comportamentos éticos, compromisso cívico e aceitação da diversidade online mais elevados do que os adolescentes. A validade concorrente da escala DCS-A foi confirmada pela constatação de que as dimensões da DCS-A estão relacionadas positivamente com a intervenção defensiva e negativamente com a intervenção passiva e encorajadora dos espetadores nas situações de ciberbullying. Os resultados sugerem que a DCS-A é uma medida teórica e psicometricamente robusta da cidadania digital em adolescentes.
Palavras-chave: Cidadania digital, adolescência, medição, validade, fiabilidade.
摘要: 数字公民身份对在线行为的影响引起了研究人员的关注。我们在两组独立的墨西哥中学生样本中评估了青少年数字公民量表(DCS-A)的心理测量特性(样本1:平均年龄13.2岁,标准差1.5;样本2:平均年龄13.4岁,标准差1.4;N1 = 750,N2 = 750),并找到了内容效度、结构效度、辨别效度、同时效度和信度的证据。此外,还评估了模型在两性中的测量不变性,并对模型进行了交叉验证,确认DCS-A在独立样本中的稳定性。验证性因素分析揭示了一个包含三个一阶因素(伦理、 公民参与和在线多样性接受)的二阶模型的数据拟合情况。结果证明了测量模型在两性中的等效性(配置不变性、度量不变性和量表不变性)。潜在均值的比较表明,女性青少年的伦理行为、公民参与和在线多样性接受行为高于男性青少年。DCS-A量表的同时效度通过发现DCS-A的各维度与网络欺凌情境中的防御性干预呈正相关,与被动和鼓励性干预呈负相关而得到证实。结果表明,DCS-A是衡量青少年数字公民身份的理论和心理测量上稳健的工具。
關鍵詞: 数字公民, 青春期, 测量, 有效性, 可靠性.
ملخص: إن تأثيرات المواطنة الرقمية على السلوك عبر الإنترنت تجذب انتباه الباحثين. تم تقييم الخصائص السيكومترية لمقياس المواطنة الرقمية لدى المراهقين (DCS-A) في عينتين مستقلتين من طلاب المدارس الثانوية المكسيكية (العينة 1 M العمر = 13.2 سنة، DE= 1.5 والعينة 2 M العمر = 13.4 سنة، SD= 1.4؛ N1 = 740، N2 = 750)، وتم العثور على دليل على صحة المحتوى وصلاحية العناصر وصلاحية التمييز وصلاحية التزامن والموثوقية. وبالمثل، تم تقييم ثبات قياس النموذج في كلا الجنسين وتم إجراء التحقق من صحة النموذج مما يؤكد استقرار DCS-A في عينة مستقلة. كشف التحليل العاملي التأكيدي عن ملاءمته لبيانات نموذج من الدرجة الثانية يحتوي على ثلاثة عوامل من الدرجة الأولى (الأخلاق، والمشاركة المدنية، وقبول التنوع عبر الإنترنت). وأظهرت النتائج تكافؤ نموذج القياس في كلا الجنسين (الثبات الشكلي والمتري والعددي). أشارت مقارنة الوسائل الكامنة إلى أن الفتيات المراهقات لديهن سلوكيات أخلاقية والتزام مدني وقبول للتنوع عبر الإنترنت أكبر مقارنة بالمراهقين. تم تأكيد الصلاحية المتزامنة لمقياس DCS-A من خلال اكتشاف أن أبعاد DCS-A ترتبط بشكل إيجابي بالتدخل الدفاعي وترتبط سلباً بالتدخل السلبي والمشجع للمارة في مواقف التسلط عبر الإنترنت. تشير النتائج إلى أن DCS-A هو مقياس قوي من الناحية النظرية والنفسية للمواطنة الرقمية لدى المراهقين.
الكلمات المفتاحية: الموثوقية, الصلاحية, القياس, المراهقة, المواطنة الرقمية.
Artículos de Investigación
Evaluación de la Escala Ciudadanía Digital en Adolescentes: Examen de la Dimensionalidad, Invariancia de Medida y Validez Externa
Assessment of an Adolescent Digital Citizenship Scale: Examining Dimensionality, Measurement Invariance and External Validity
Avaliação da Escala de Cidadania Digital em Adolescentes: Exame da dimensionalidade, invariância de medida e validade externa
青少年数字公民量表的评估:维度性、测量不变性和外部效度的检验
تتقييم مقياس المواطنة الرقمية لدى المراهقين: فحص الأبعاد وثبات القياس والصلاحية الخارجية

Recepción: 13 Enero 2023
Aprobación: 25 Mayo 2023
Publicación: 20 Junio 2024
Internet ha experimentado una gran penetración entre la población adolescente en las últimas décadas. Estudios recientes indican que más del 70% de la población mundial de adolescentes son usuarios de Internet (International Telecommunication Union [ITU], 2021; Organization for Economice Cooperation and Development [OECD], 2020). Las actividades que llevan a cabo los adolescentes en Internet influyen en sus perspectivas sobre sí mismos, los demás y su comunidad. A pesar de que el internet ha aportado oportunidades de aprendizaje y socialización (Areepattamannil & Khine, 2017; Coyne et al., 2014), también plantea riesgos sustanciales para los adolescentes. El uso inadecuado del internet deriva en problemas como la adicción al internet, los trastornos de salud y el ciberacoso. Estos problemas se hacen más graves por el menor control social que existe en los entornos virtuales, lo cual facilita oportunidades para la transgresión de las normas cívicas, morales y sociales (Lee et al., 2016; Notten & Nikken, 2016). Dada la influencia del internet en la socialización de los adolescentes, es necesario educarlos para comportarse de forma responsable en línea (Choi et al., 2017; Kim & Han, 2020; Unesco, 2020).
Previamente, se consideraba que la alfabetización digital era la solución a los efectos perjudiciales de Internet en los adolescentes y jóvenes. La alfabetización digital fomenta las habilidades necesarias para el uso de internet, como la creación y compartir información, el uso de configuraciones de privacidad y la protección de la identidad (Almerich et al., 2021; Hernández-Martín et al., 2021; Lau & Yuen, 2014). Aunque la alfabetización digital es un elemento esencial en el comportamiento digital, investigaciones recientes sugieren la necesidad de fomentar conductas relacionadas con la ciudadanía digital que permitan a los adolescentes participar en entornos en línea de forma positiva, crítica y socialmente responsable (Choi, 2016; Kim & Choi, 2018; Jones & Michell, 2016; Ribble, 2015; Subrahmanyam & Smahel, 2011). La ciudadanía digital debe distinguirse de la simple alfabetización digital y de la prevención de la utilización problemática de internet, ya que pretende educar a los individuos para que usen sus habilidades de forma positiva y crítica en entornos digitales. Entonces, la investigación sobre la ciudadanía digital es esencial para una socialización positiva de los adolescentes en los ambientes virtuales, lo cual contribuye a prevenir las conductas agresivas en línea.
La ciudadanía es clave para educar individuos que sean miembros activos y productivos de la sociedad. Los investigadores coinciden en que un aspecto esencial de la ciudadanía digital es moverse del interés personal al compromiso con el bienestar de los otros (Sherrod et al., 2002; Choi, 2016). De forma similar, la ciudadanía digital conduce a los individuos a comportarse de forma correcta en los ambientes virtuales debido a la internalización de los derechos y responsabilidades de la sociedad virtual. Aunque las definiciones actuales de ciudadanía digital varían en la literatura (ej., Choi, 2016; Heath, 2018), todas ellas incluyen las relaciones respetuosas en línea con otros y el apoyo a la comunidad como características críticas de los individuos. Se espera que los ciudadanos digitales pasen de un interés personal en su seguridad y bienestar al apoyo de conductas positivas que beneficien a otros individuos y grupos sociales. Esas conductas prosociales son documentadas en la literatura. Algunos estudios (Claravall & Evans-Amalu, 2020; Harrison & Polizzi, 2022; Mueller et al., 2011) consistentemente reportan una asociación positiva entre la ciudadanía digital y recursos psicológicos como la empatía y la autorregulación. Igualmente, se ha demostrado que la ciudadanía digital reduce conductas problemáticas en línea, tales como el ciberacoso, el discurso de odio y la piratería informática (Castaño-Pulgarín et al., 2021; Kim & Han, 2020; Marcum et al., 2014; Zhu et al., 2021).
Entonces, los esfuerzos educativos deben enfocarse en estimular el uso responsable de internet en los adolescentes. Estimular la ciudadanía digital a través de estas dimensiones es crítico para el desarrollo de conductas prosociales en línea de los adolescentes. El comportamiento ético en línea refleja la consideración y el respeto de los adolescentes por las creencias y concepciones del mundo de otras personas o grupos en sus interacciones en línea. El compromiso cívico en línea implica realizar acciones (por ejemplo, compartir información y habilidades con otros miembros de la comunidad, el voluntariado y el apoyo a la caridad) que mejoren la comunidad o el bienestar de sus miembros (Choi et al., 2017; Dedebali & Desdecir, 2019; Jones & Michell, 2016). Por otro lado, la aceptación de la diversidad en línea significa que los adolescentes acepten y mantengan relaciones positivas con personas de diferentes contextos culturales, niveles socioeconómicos y orientación sexual (Kim & Han, 2020; Unesco, 2020). El desarrollo de la aceptación se basa en nuestra capacidad de aceptar que las personas con diferentes creencias y costumbres deben ser tratadas igualmente y con respeto. Estas tres dimensiones son tareas de desarrollo porque son consideradas esenciales para el bienestar de los adolescentes y el funcionamiento de la democracia.
Las intervenciones educativas pueden facilitar esas dimensiones de la ciudadanía digital mediante la promoción de la resolución asertiva de conflictos, el carácter moral, el entrenamiento de competencias interpersonales, la autoconfianza y la identidad madura (Crocetti et al., 2014; Jugert et al., 2013). Entonces, evaluar estas intervenciones y las consecuencias de la ciudadanía digital en los adolescentes requiere de escalas teórica y psicométricamente robustas.
El creciente interés en el constructo conduce a varios académicos (véase Al-Zahrani, 2015; Choi et al., 2017; Isman & Gungoren, 2014; Kara, 2018; Kim & Choi, 2018; Nordin et al., 2016) a desarrollar diferentes escalas destinadas a medir la ciudadanía digital. Sin embargo, la mayoría de estas escalas son dirigidas a adultos, especialmente estudiantes universitarios y profesores; aunque ambas poblaciones suelen tener un uso menos problemático del internet que los adolescentes. Además, la mayoría de las escalas actuales (Al-Zahrani, 2015; Isman & Gungoren, 2014; Kara, 2018; Nordin et al., 2016) miden algunas dimensiones de la ciudadanía digital tales como la alfabetización, la seguridad y la etiqueta digitales; no obstante, dejan de lado otras dimensiones significativas que conducen a la conducta prosocial como la ética, el compromiso cívico y la aceptación de la diversidad.
Hasta donde sabemos, únicamente dos escalas intentan evaluar la ciudadanía digital utilizando conductas prosociales como la ética, el compromiso cívico y la aceptación de la diversidad; sin embargo, deben considerar estos factores de forma conjunta. La Escala de Conductas Digitales (DCBS; Jones & Mitchell, 2016) es una escala multidimensional desarrollada para evaluar el respeto en línea y el compromiso cívico de adolescentes estadounidenses. Por otro lado, la Escala de Aceptación Multicultural (Kim & Han, 2020) se diseña para medir la aceptación multicultural de adolescentes coreanos. Mientras que las escalas actuales pretenden medir los comportamientos en línea de poblaciones asiáticas, europeas y estadounidenses, algunos indicadores y patrones evolutivos de la ciudadanía digital podrían variar entre las culturas latinoamericanas. Si bien ambas escalas evalúan comportamientos éticos en línea, el compromiso cívico y la aceptación de la diversidad en línea al medir la ciudadanía digital, no lo hacen de manera integral.
Además de ser limitada, la evidencia empírica con respecto al sexo y el comportamiento en entornos en línea sigue siendo poco concluyente. Mientras que algunos estudios reportan niveles más altos de ciudadanía digital en el sexo masculino (Lyons, 2012; Martin et al., 2020), otros (Jones & Mitchell, 2016) encontraron niveles más altos en el femenino. No obstante, todas estas conclusiones deben ser tomadas en cuenta con cautela porque no está claro si los resultados se deben a diferencias reales entre estos grupos o a diferencias en la estructura de la medición (Putnick & Bornstein, 2016). Por ello, es necesario examinar si el DCS-A es una medida comparable entre géneros; está condición podría brindar mayor certeza mientras se exploran las diferentes dentro de estas poblaciones (Brown, 2015; Putnick & Bornstein, 2016). La invariancia de medida es necesaria para una comparación significativa de la ciudadanía digital entre sexos, lo cual puede utilizarse para predecir mejor las conductas en línea.
El ciberacoso involucra comportamientos agresivos, repetitivos e intencionados perpetrados a través de la tecnología para herir a la víctima (Hinduja & Patchin, 2008; Tokunaga, 2010). La intervención de los espectadores es esencial para explicar las diferencias en tasas de ciberacoso y sus efectos en las víctimas (Balakrishnan, 2018; Zych et al., 2019). La literatura sistemáticamente señala que los espectadores pueden tomar tres posturas: mantenerse pasivos, reforzar la agresión o defender a las víctimas (Machackova et al., 2018; Sarmiento et al., 2019). Mientras que mantenerse pasivos o reforzar la agresión se asocian positivamente con el ciberacoso y consecuencias nocivas en las víctimas, las intervenciones defensivas de los espectadores pueden obstaculizar las ciberagresiones y atenuar sus efectos negativos en las víctimas (DeSmet et al., 2019; Holfeld, 2014; Torgal et al., 2021). Comprender lo que conduce a los espectadores a intervenir es fundamental para explicar las diferencias en el ciberacoso en las escuelas (Bauman et al., 2020; Lambe et al., 2019; Patterson et al., 2017).
Es escasa la investigación empírica acerca de las relaciones entre la ética en línea, el compromiso cívico en línea y la aceptación de la diversidad en línea con las conductas en línea no prosociales y prosociales de los adolescentes. Sin embargo, los estudios disponibles (Choi et al., 2017; Jones & Mitchell, 2016; Kim & Choi, 2018; Kim & Han, 2020; Vlaanderen et al., 2020; Zhong et al., 2021) reportan consistentemente efectos positivos de estas dimensiones de ciudadanía digital en el comportamiento en línea de los adolescentes. Por ejemplo, investigaciones previas (Jones & Mitchell, 2016; Vlaanderen et al., 2020) sugieren que la ciudadanía digital lleva a los espectadores a adoptar una intervención defensiva. Entonces, la validez concurrente se evalúa examinando las asociaciones entre ciudadanía digital y los tipos de intervención de los espectadores en los episodios de ciberacoso.
Estudios previos confirman que la ciudadanía digital promueve comportamientos prosociales hacia los demás y la comunidad. Por ende, es necesario atender tres vacíos significativos en la medición de la ciudadanía digital en adolescentes. En primer lugar, los estudios previos no examinan la bondad de ajuste de un modelo de medida con un factor de segundo orden que incluya aspectos de la ciudadanía digital como la ética, el compromiso cívico y la aceptación de la diversidad en línea. En segundo lugar, ningún estudio conocido por los autores explora la invariancia de medida del modelo con variables significativas, como el sexo. Adicionalmente, los estudios acerca de la validez externa de las medidas de ciudadanía digital aún deben ampliarse. Más aún, los estudios actuales no examinan las propiedades psicométricas de una escala para medir la ciudadanía digital que incluya las dimensiones consideradas en nuestro modelo de medida en adolescentes latinoamericanos.
En este contexto, el presente estudio desarrolla y prueba un modelo de medida multidimensional de la ciudadanía digital en adolescentes utilizando dos muestras independientes. Se examina la validez discriminante de cada dimensión del DCS-A. Después, se analiza la invariancia de medida por sexo. Posteriormente, tras confirmar la invariancia de medida escalar, se comparan las medias de las variables latentes en ambos sexos. La validez concurrente de la escala se verifica analizando sus relaciones con los estilos de intervención de los espectadores en el ciberacoso.
Se exploran diversas hipótesis para lograr estos propósitos. Hipótesis 1 (estructura interna): los tres factores de primer orden muestran una dimensión de segundo orden con ajuste a los datos. Hipótesis 2 (validez cruzada): las propiedades de medida del modelo factorial derivado de la muestra de calibración (Muestra 1) se replica en la muestra de validación cruzada (Muestra 2). Hipótesis 3 (validez discriminante): cada dimensión del DCS-A mide un constructo único. Hipótesis 4 (fiabilidad): los puntajes tienen una fiabilidad aceptable (fiabilidad compuesta y varianza media extraída). Hipótesis 5 (invariancia de medida): la escala es una medida equivalente en ambos sexos. Hipótesis 6 (comparaciones de medias): las hipótesis acerca de las diferencias por sexo no fueron consideradas debido a resultados contradictorios en la literatura previa. Hipótesis 7 (validez concurrente): la ética en línea, el compromiso cívico en línea y la aceptación a la diversidad en línea se asocian positivamente con la intervención defensora del espectador en el ciberacoso y negativamente con la intervención pasiva o reforzadora.
Los participantes provenían de 25 escuelas secundarias urbanas públicas en Sonora y 25 de Sinaloa, México. Las escuelas secundarias públicas urbanas mexicanas incluyen estudiantes de diversos niveles socioeconómicos, principalmente estudiantes de clase baja y media (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación [INEE], 2019). La muestra 1 (muestra de calibración) incluyó 750 adolescentes (30 de cada escuela) de Sonora (48% chicas y 52% chicos), con edades entre 12 y 15 años (M edad = 13.2 años, DE = 1.5). La muestra 2 (muestra de validación cruzada) incluyó 750 (30 de cada escuela) adolescentes de Sinaloa (49%, niñas y 51%, niños), con edades entre los 12 y los 16 años (M edad = 13.4 años, DE= 1.4). 43% asistían a primer grado de secundaria, 37% a segundo grado y 30% a tercer grado.
Durante el desarrollo de los ítems, se condujeron entrevistas en dos grupos focales que incluyeron 12 estudiantes mexicanos (6 del sexo masculino y 6 del femenino) de seis escuelas preparatorias (cuatro de primero, segundo y tercer grado) quienes aceptaron participar voluntariamente. Durante las sesiones de los grupos focales, se definió la ciudadanía digital con los estudiantes participantes como ‘un comportamiento en línea responsable que involucra la ética, el compromiso cívico y la aceptación a la diversidad’. Después, los estudiantes compartieron sus pensamientos y experiencias basados en dos preguntas detonadoras: (a) ¿Cómo definirías el comportamiento ético, el compromiso cívico, y las conductas de aceptación a la diversidad en línea?, y (b) ¿Qué clase de conductas digitales realizas en línea que identifiques como comportamientos éticos, cívicos e inclusivos?
Posteriormente, cuatro investigadores con experiencia en ciudadanía digital evaluaron la relevancia de cada uno de los 23 ítems en una escala de 4 puntos que oscilaba desde 1 = no relevante a 4 = muy relevante. Los ítems con buena validez de contenido (Índice de Validez de Contenido ICV ≥ .78; Polit et al., 2007; Wynd et al., 2003) se mantuvieron en la versión final de 21 ítems del DCS-A (véase Tabla 1). En el presente estudio se utilizó dicho conjunto de ítems. Los ítems son indicadores de la ciudadanía digital, ética en línea (7 ítems, p. ej., ‘Cuando publico o comparto fotos de otras personas, cuido que no sean vergonzosas o puedan meterlas en problemas’), compromiso cívico en línea (7 ítems, p. ej., ‘He usado el internet para apoyar actividades de caridad que apoyan a las personas desfavorecidas de mi comunidad’) y aceptación de la diversidad (7 ítems, p. ej., ‘Me involucro en redes sociales con personas de diferentes contextos culturales'). Se empleó una escala de respuesta tipo Likert con cinco opciones que van de 0 = Nunca hasta 4 = Todo el tiempo.
La intervención de los espectadores en ciberacoso se midió usando tres sub escalas de la Escala de Esperadores en el Ciberbullying (CBS; Sarmiento et al., 2019). La escala comprende 18 ítems en un formato tipo Likert (0 = Nunca hasta 4 = Muy Frecuentemente) que comienzan con la sentencia “En los últimos 12 meses, ¿cómo respondiste en línea a un compañero que está siendo acosando cibernéticamente?”. Los ítems se agruparon en tres dimensiones: (a) Pasivo (5 ítems, ej., ‘Veo en Internet y redes sociales cómo algunas personas suben fotos o vídeos para herir a otros, sin embargo, no digo nada para defenderlos’ (fiabilidad compuesta FC = .99, varianza media extraída VME = .59), (b) Defensor en línea de la cibervíctima (6 ítems, ej., ‘Cuando estoy en redes sociales y veo que otras personas molestan a otras que no pueden defenderse por sí mismas, les digo que se detengan’, FC = .90, VME = .63), y (c) Reforzador en línea del ciberagresor (7 ítems, ej., ‘Cuando interactúo en redes sociales en Internet y veo personas molestando a otras, les hago saber que me parece gracioso’, FC = .89, VME = .64). El análisis factorial confirmatorio (AFC) indicó el ajuste del modelo a los datos (SBX2 = 38.68, gl = 25, p = .041; SRMR = .04; CFI = .99; TLI = .98; RMSEA = .033, 90% IC [.02, .05]).
Los datos se recolectaron en salones de clase en el horario escolar durante enero y febrero del 2022. Los investigadores obtuvieron la aprobación del Comité de Ética del Instituto Tecnológico de Sonora (Número 2022_0003). Los padres firmaron una carta de consentimiento para permitir a sus hijos contestar los cuestionarios. Solo el 6% de los padres no permitió a sus hijos participar. Se les recordó a los adolescentes que su participación era voluntaria y que podrían abandonar el estudio.
Los datos perdidos en todas las variables fueron menos del 5%. Se trataron con el método de imputación múltiple disponible en SPSS 26. Los análisis descriptivos de los ítems (medias, medianas, desviaciones estándar, asimetría, y curtosis) fueron calculados usando el software SPSS 26. Se utilizó el método de estimación máxima verosimilitud robusto (MLR) para estimar el AFC utilizando el software Mplus 8. Para examinar la normalidad univariada, se empleó una prueba basada en los valores de asimetría y curtosis (Ho, 2006). El valor del estadístico Z se calcula como Z asimetría = asimetría/√ee asimetría y Z curtosis = curtosis/√ee curtosis. Si el valor de Z excede +- 3.09, se rechaza el supuesto de normalidad en el nivel de probabilidad crítica .001.
Para alcanzar los objetivos de la investigación, se llevaron a cabo los siguientes pasos. Primero, se examinó el ajuste de un modelo de tres dimensiones con todos los factores de primer orden relacionados. Después de confirmar el ajuste de este modelo, se modelaron estos tres factores de primer orden como indicadores latentes de un modelo con un factor de segundo orden de las dimensiones de ciudadanía digital. Posteriormente, se probó la bondad de ajuste usando el estadístico de Satorra-Bentler (SBX2 con p > .001), la raíz cuadrada medida residual estandarizada (SRMR < .08), el índice de ajuste comparativo (CFI ≥ .95), el índice de Tucker-Lewis (TLI ≥ .90) y el error cuadrático medio de aproximación (RMSEA < .08) (Brown, 2015; Byrne, 2012). Se comparó la bondad de ajuste del modelo de tres factores de primer orden y del modelo con un factor de segundo orden utilizando diferencias en SBX2 y en el Criterio de información Bayesiano (BIC). La literatura acerca de ecuaciones estructurales (SEM) señala que cuando las diferencias (ΔSBX2, p < .001) son significativas, el modelo con menos SBX2 obtiene mejor ajuste. Adicionalmente, se compararon el ajuste de los modelos empleando las diferencias en BIC (ΔBIC). ΔBIC > 10 indican diferencias en el ajuste del modelo a los datos, el modelo con menor BIC tiene mejor ajuste. Si estos criterios coinciden, es conveniente basarse en las diferencias de BIC porque el estadístico SBX2 es sensible al tamaño de la muestra (Byrne, 2012; Muthén & Muthén, 2017).
La estabilidad del modelo de medida en una muestra independiente fue examinada usando el procedimiento multigrupo (Byrne, 2012). Con base en la literatura, se probó: (a) invariancia configural (el número de constructos y las variables observables asociadas con cada constructo es el mismo en todas las muestras), (b) invariancia métrica (las cargas factoriales se restringen a ser equivalentes en todas las muestras), (c) invariancia escalar (los interceptos de medida son restringidos a ser equivalentes en todas las muestras). Cuando la diferencia en SBX2 es mayor que el valor crítico de p (p < .001), las restricciones no son equivalentes entre los grupos (Brown, 2015; Putnick & Bornstein, 2016). Sin embargo, dado que el estadístico ΔSBX2 es sensible a tamaños muestrales grandes, se recomienda utilizar índices de ajuste, tales como las diferencias en CFI (ΔCFI), que deben ser menor a .01, y las diferencias en RMSEA (ΔRMSEA), que deben ser menor a .015. Si los resultados de estos procedimientos difieren, basados en la literatura acerca de los modelos de ecuaciones estructurales, se consideraron los cambios en CFI y RMSEA (Cheung & Rensvold, 2002; Putnick & Bornstein, 2016).
La validez discriminante de cada dimensión (comportamientos éticos en línea, compromiso cívico y aceptación de la diversidad en línea) muestra que los constructos latentes son genuinamente distintos. Basados en la literatura, se asumió que la validez discriminante se confirma si el cuadrado de la correlación entre las escalas es menor que la varianza media extraída de cada escala (Fornell & Lacker, 1981; Hair et al., 2010).
La fiabilidad se probó utilizando la fiabilidad compuesta (FC) y la varianza media extraída (VME). Siguiendo lo sugerido en la literatura, se consideraron valores en FC ≥ .70 y VME ≥ .50 como indicadores aceptables de fiabilidad (Hair et al., 2017; Peterson & Kim, 2013).
La invariancia de medida por sexo se examinó usando un procedimiento de análisis multigrupo. Se probó la invariancia de diversos modelos anidados: configural, métrico y escalar. Valores de mayores que el valor crítico (SBX2 con p < .001), diferencia en CFI (ΔCFI) menor a .01 y diferencias en RMSEA (ΔRMSEA) menores que .015 representan evidencia de invariancia (Cheung & Rensvold, 2002; Putnick & Bornstein, 2016).
Al confirmar la invariancia escalar, se probaron las diferencias en medias latentes por sexo. Para calcular las diferencias se utilizó el estadístico Z (Byrne, 2012). Las medias factoriales para el grupo de referencia (masculino) se fijaron en cero, mientras que las medias factoriales para el grupo del sexo femenino se estimaron libremente.
Se calculó la correlación entre las dimensiones de ciudadanía digital y los estilos de intervención de los ciberespectadores (pasivo, reforzador o defensor) en eventos de ciberacoso utilizando el coeficiente de correlación de Spearman. Basados en las pautas de Funder y Ozer (2019), una r de .10 sugiere un tamaño de efecto pequeño, r de .20 mediano y una r de .30 un grande.
Se encontró que algunos ítems se apartan de la normalidad univariada. Sin embargo, los valores de asimetría y curtosis son menores que 2 y 7, respectivamente, lo que indica que es muy poco probable que distorsionen de forma significativa las estimaciones (Bandalos & Finney, 2019). Adicionalmente, se utilizó un procedimiento robusto para la evaluación del modelo (corrección de Satorra-Bentler) que no es afectado por las desviaciones de la normalidad (Byrne, 2012; Mueller & Hancock, 2019).
Los valores de medias y medianas indican que los ítems de ambas muestran se centran en las categorías “a veces” y “casi siempre”, sugiriendo que los adolescentes ocasionalmente muestran comportamientos de ciudadanía digital (ver Tabla 1).

El análisis factorial confirmatorio (AFC) sugiere que el modelo de tres factores de primer orden (Modelo A) tiene un ajuste aceptable a los datos (SBX2 = 102.46, gl = 46, p < .001; SRMR = .07; CFI = .94; TLI = .92; RMSEA = .06, 90% IC [.04, .08], BIC = 150.21). La literatura propone que índices de modificación superiores a cinco indican áreas de inadecuación del modelo (Brown, 2015; Byrne, 2012). Con base en este resultado, se modificó el modelo agregando covarianzas entre los ítems 3 y 6. Estos cambios mejoraron el ajuste del modelo de medida (SBX2 = 64.09, gl = 42, p = .015; SRMR = .05; CFI = .97; TLI = .96; RMSEA = .043, 90% IC [.022, .061]; BIC = 132.02). Todas las cargas factoriales fueron estadísticamente significativas (p < .001) (ver Figura 1). Las correlaciones entre los tres factores fueron estadísticamente significativas: ética con compromiso cívico (r = .47, p < .001), ética con aceptación a la diversidad (r = .54, p < .001), y compromiso cívico con aceptación de la diversidad (r = .52, p < .001). Los valores de las correlaciones sugieren que un modelo de segundo orden es factible (Byrne, 2012).

El modelo factorial de segundo orden (Modelo B; ver Figura 2) se ajustó a los datos (SBX2 = 60.23, gl = 43, p = .042; SRMR = .04; CFI = .97; TLI = .97; RMSEA = .039, 90% IC [.027, .059], BIC = 115.19). Las cargas factoriales fueron significativas (p < .001). La fiabilidad de los factores ética en línea (FC = .86, VME = .55), compromiso cívico en línea (FC = .88, VME = .54) y aceptación a la diversidad en línea (FC = .92, VME = .67) fueron aceptables. La diferencia entre el Modelo A y el Modelo B no fue estadísticamente significativa (ΔSBX2 = 3.86, Δgl = 1, p = .049), pero el BIC del Modelo B fue más pequeño que el del Modelo A. Esta diferencia es mayor que 10 (ΔBIC = 16.83), lo que sugiere un mejor ajuste del Modelo B (ver Tabla 2). Por lo tanto, basado en consideraciones estadísticas y teóricas, se seleccionó el Modelo B para los análisis restantes.


Se utilizó un procedimiento de análisis multigrupo para evaluar la estabilidad del modelo en las Muestras 1 y 2. El análisis multigrupo confirmó la invariancia de los modelos configural (SBX2 = 115.45, gl = 84, p = .013; SRMR = .05; CFI = .95; TLI = .94; RMSEA = .04, 90% IC [.02, .05]), métrico y escalar en las dos muestras (ver Tabla 3). De estos resultados, se concluyó que el modelo con un factor de segundo orden es equivalente en ambas muestras.

El modelo configural, el cual no asume restricciones entre los grupos, fue usado como modelo base. El AFC confirmó el ajuste del modelo configural (SBX2 = 112.84, gl = 84, p = .019; SRMR = .06; CFI = .97; TLI = .93; RMSEA = .05, 90% IC [.04, .07]). Cuando las cargas factoriales fueron restringidas a ser similares en ambos sexos (invariancia métrica), las diferencias en SBX2 entre los modelos configural y métrico no fueron estadísticamente significativas (p > .001), y los resultados del CFI y RMSEA fueron menores que .01 y .015, respectivamente. Después, al restringir las cargas factoriales y los interceptos a ser equivalentes en ambos sexos (invariancia escalar), la diferencia en el estadístico SBX2 no fue estadísticamente significativa (p > .001); además, no hubo modificaciones sustanciales en el CFI y el RMSEA (ver Tabla 4).

Las diferencias en medias latentes fueron examinadas en los factores del DCS-A por sexo, seleccionando a los chicos como grupo de referencia, igualando sus medias latentes a cero. Las medias latentes fueron diferentes en ambos grupos. En ambas muestras, las chicas obtuvieron puntajes mayores que los chicos en ética en línea, compromiso cívico y aceptación de la diversidad. El tamaño del efecto indica que estas diferencias tienen implicaciones teóricas y prácticas (ver Tabla 5).

Las dimensiones del DCS-A tuvieron una validez discriminante adecuada, de acuerdo con la regla general sugerida en la literatura (Fornell & Lacker, 1981; Hair et al., 2010). Los resultados confirman que el cuadrado de las correlaciones (R2) entre los factores del DCS-A fueron menores que el VME de estas dimensiones (ver Tabla 6).
Como se esperaba, los comportamientos éticos en línea, el compromiso cívico y la aceptación a la diversidad se correlacionaron negativamente con la conducta pasiva o reforzadora de los ciberespectadores de las conductas de ciberacoso y positivamente con que intervinieran defendiendo a las cibervíctimas. Los valores de las correlaciones sugieren tamaños del efecto pequeños (r > .10) a altos (r > .30), lo que indica las consecuencias prácticas y explicativas de estas relaciones (ver Tabla 6).

CPE = conductas pasivas del espectador; CRE = conductas reforzadoras del espectador; CDE = conductas defensivas del espectador. El cuadrado de las correlaciones se reporta en los paréntesis (R2).
***p < .001.
En una era donde las personas muestran con mayor frecuencia conductas agresivas y las personas se ven obligadas a interactuar en línea, la comprensión de los fundamentos del uso responsable de la tecnología continúa cobrando relevancia. De ahora en adelante, las interacciones saludables y responsables son esenciales para la socialización de los adolescentes, ya que forman parte de su vida diaria y, por lo tanto, impactan sus futuras conductas. La ciudadanía digital ha mostrado ser útil para explicar, predecir y mejorar el comportamiento en línea de los adolescentes. En consecuencia, la medición de la ciudadanía digital es fundamental para la identificación de los factores que conducen a los adolescentes hacia un comportamiento responsable en línea.
En este estudio, se examina un modelo multidimensional de la ciudadanía digital asociado con las conductas prosociales de los adolescentes hacia otras personas y su comunidad. Los hallazgos sostienen que un modelo de medida con un factor de segundo orden de la ciudadanía digital conformado por tres factores de primer orden (ética en línea, compromiso cívico en línea y aceptación de la diversidad en línea) se ajusta a los datos. También, se muestra evidencia empírica acerca de la validez discriminante de los factores de primer orden. Estos resultados indican que futuros estudios deben examinar diferentes antecedentes y consecuencias de estos factores. Además, se confirma la invariancia de medida del modelo con un factor de segundo orden para ambos sexos, lo cual es fundamental para futuras investigaciones en donde se examinen las diferencias por sexo en las causas y consecuencias de los factores de la ciudadanía digital. Finalmente, se confirma que los factores de ciudadanía digital se asocian con la intervención prosocial del espectador (defensor) y no constructiva (pasiva y reforzadora) en línea. Estos hallazgos sugieren que la escala tiene el potencial de explicar el comportamiento en línea de los adolescentes hacia otros.
Nuestros hallazgos confirman una conceptualización multidimensional de la ciudadanía digital que concuerda con literatura actual (Choi, 2016; Curran & Ribble, 2017; Kim & Han, 2020; Jones & Michell, 2016). El modelo hipotético con un factor de segundo orden muestra que las respuestas al DCS-A pueden ser organizadas dentro de un factor de segundo orden que subsume tres factores de primer orden (ética en línea, compromiso cívico en línea y aceptación de la diversidad). Los análisis de validez discriminante confirman que las dimensiones de la DCS-A miden un constructo único. Con base en estos resultados, se recomienda que futuros estudios examinen si las tres dimensiones de la ciudadanía digital tienen diferentes antecedentes y efectos en la conducta en línea. Asimismo, las diversas prácticas educativas deben fomentar estas dimensiones. En otras palabras, la investigación e intervención educativa de la ciudadanía digital debe explorar variables que explican cada una de las dimensiones y sus consecuencias específicas sobre los comportamientos de ciudadanía digital. Estos resultados sugieren que la DCS-A es una escala psicométricamente robusta para medir este constructo en adolescentes mexicanos. Estos hallazgos son importantes, dado el potencial de la escala para proporcionar información esencial que puede apoyar la comprensión actual de la ciudadanía digital e informar las futuras decisiones de los formuladores de políticas.
Los resultados respaldan la presencia de invariancia de medida de la DCS-A por sexo. Es decir, es una medida psicométricamente equivalente de la ciudadanía digital en chicos y chicas. Por lo tanto, es posible considerar que las diferencias en las respuestas de un grupo a un factor son resultados de las diferencias en las conductas de ciudadanía digital, más que debido a un sesgo de la medición. Este resultado permite a los investigadores sacar conclusiones e hipótesis acerca de la influencia del sexo en la ciudadanía digital de los adolescentes y cómo la ciudadanía digital evoluciona en ambos sexos.
Con base en la confirmación de la invariancia escalar, se analizan las diferencias en las medias latentes de los factores de primer orden (ética en línea, compromiso cívico en línea y aceptación de la diversidad en línea). El estudio evidencia que las medias en los puntajes de los chicos son significativamente menores con respecto a las chicas en las conductas éticas en línea, el compromiso cívico en línea y la aceptación de la diversidad en línea. Estos resultados son consistentes con los hallazgos de Jones y Mitchell (2016). Aunque son necesarios más estudios, sugieren que las adolescentes muestran comportamientos prosociales con mayor frecuencia en sus interacciones en línea. Por tanto, se recomienda que futuros estudios examinen variables culturales y psicológicas relacionadas con estas diferencias y sus efectos en la educación digital de los adolescentes.
Consistente con estudios previos, se encuentra que los comportamientos éticos en línea, el compromiso cívico y la aceptación de la diversidad en línea se asocian positivamente con las intervenciones defensivas. Asimismo, los resultados indican una asociación negativa con los comportamientos no constructivos en línea de los espectadores (pasivo o reforzador de la ciberagresión) en episodios de ciberacoso (Jones & Mitchell, 2016; Vlaanderen et al., 2020). El tamaño del efecto de estas correlaciones sugiere consecuencias explicativas y prácticas de estas relaciones a corto y largo plazo. En general, los hallazgos indican que la ciudadanía digital debe considerarse un constructo relevante para explicar los comportamientos en línea prosociales o no constructivos de los adolescentes ante los eventos de ciberacoso.
El estudio proporciona a los investigadores una escala multidimensional psicométricamente robusta para medir la ciudadanía digital en adolescentes. Más aún, muestra que la ética en línea, el compromiso cívico y la aceptación a la diversidad en línea son dimensiones fundamentales de la ciudadanía digital en adolescentes. Los resultados también confirman que estas dimensiones de la ciudadanía digital contribuyen a la explicación de las conductas prosocial y no constructivas de los adolescentes en línea. En concordancia con investigaciones anteriores, se encuentra que estas dimensiones de la ciudadanía digital fomentan la intervención defensora del espectador e inhiben el comportamiento pasivo o reforzador en los casos de ciberacoso. Por tanto, futuras investigaciones deben explorar los efectos de los comportamientos éticos, cívicos e inclusivos en línea en las conductas interpersonales y sociales en línea de los adolescentes. Adicionalmente, como resultado del análisis de diferencias en medias, se identifica que los chicos tienen puntajes menores en los factores de la ciudadanía digital, sugiriendo que los programas educativos de ciudadanía digital deben enfocarse en ellos. Sin embargo, estos resultados requieren mayor investigación para explorar qué desencadena y cómo afectan dichas diferencias.
Las conclusiones de este estudio tienen implicaciones a nivel práctico, al ayudar a la comunidad académica a comprender que las raíces de la transformación conductual de los jóvenes pueden enfocarse en fomentar conductas cívicas mediante distintos programas dentro y fuera de las aulas de clase. Como se sugiere anteriormente, es imperativo seguir investigando dada la creciente necesidad de educar y reeducar a los jóvenes para que interactúen de forma cívica en entornos en línea.
Mientras que los resultados apoyan el uso de DCS-A, el presente estudio tiene limitaciones importantes que es conveniente mencionar. En primer lugar, la escala es una medida de autoinforme acerca de los comportamientos de ciudadanía digital en adolescentes. Las respuestas de los estudiantes pueden ser influenciadas por la deseabilidad social, lo que puede sesgar los hallazgos. Futuros estudios deberían utilizar diversos métodos de medición (ej., entrevistas u observaciones) y fuentes de información (ej., profesores y padres de familia). En segundo lugar, las muestras del estudio provienen de escuelas públicas de dos Estados del noroeste de México. Es necesario realizar estudios de validación cruzada del DCS-A con adolescentes de diversas regiones y contextos culturales de México (ej., rurales e indígenas). Además, se recomiendan estudios transculturales que incluya a otros países. Finalmente, el diseño transversal no evalúa la invariancia longitudinal, lo cual no permite la comprensión de cómo evolucionan los constructos, y no asume la relación causal entre las dimensiones de la ciudadanía digital y las conductas en línea de los adolescentes. Por lo tanto, se debe considerar la realización de estudios longitudinales o experimentales para analizar las consecuencias de la ciudadanía digital sobre las conductas en línea de los adolescentes.
El estudio representa un punto de partida importante para explorar la ciudadanía digital en los adolescentes. A pesar de las limitaciones del estudio, la DCS-A presenta una base teórica y empírica sólida para obtener una mayor comprensión del constructo de ciudadanía digital. Tomando en cuenta el valor de la ciudadanía digital en una sociedad digital, es esencial que la investigación sobre ciudadanía digital utilice escalas capaces de ofrecer información válida y fiable sobre este constructo. La evidencia empírica respalda la validez y la equivalencia de medida en ambos sexos de un modelo con un factor de segundo orden de ciudadanía digital, que incluye tres factores de primer orden (ética en línea, compromiso cívico en línea, aceptación de la diversidad en línea), lo cual ayuda a explicar los comportamientos en línea de los adolescentes. Estos resultados subrayan la relevancia de la escala para profesionales comprometidos con el desarrollo de intervenciones psicoeducativas para la promoción de la ciudadanía digital en los adolescentes.
La investigación futura debería pasar de los comportamientos de ciudadanía digital a explorar los factores que fomentan los comportamientos de ciudadanía en línea, como el apoyo parental a la autonomía (Wang et al., 2021). Además, se deberán examinar las variables que obstaculizan las conductas ciudadanas, como los factores emocionales o la falta de recursos (Bauml et al., 2022). Adicionalmente, los autores deben analizar cómo crear oportunidades en los entornos educativos para las conductas cívicas en línea de los adolescentes.

https://revistaseug.ugr.es/index.php/RELIEVE/article/view/25367 (pdf)
Agradecemos el financiamiento otorgado para el estudio por el Programa de Fortalecimiento de la Investigación (Profapi_2023) del Instituto Tecnológico de Sonora.
Contribución del autor: (AAVC) Conceptualización, análisis estadístico, adquisición de fondos, escritura de la versión original, escritura-revisión y edición.
Declaración de conflicto de intereses: AAVC expresa que no hay conflictos de intereses al redactar el artículo.
Contribución del autor: (AMA) Conceptualización, análisis estadístico, metodología, administración del proyecto, escritura-revisión y edición.
Declaración de conflicto de intereses: AMA expresa que no hay conflictos de intereses al redactar el artículo.
Contribución del autor: (LGPP) análisis estadístico, metodología, escritura-revisión y edición.
Declaración de conflicto de intereses: LGPP expresa que no hay conflictos de intereses al redactar el artículo.
Contribución del autor: (FIGV) análisis estadístico, metodología, escritura-revisión y edición.
Declaración de conflicto de intereses: FIGV expresa que no hay conflictos de intereses al redactar el artículo.
avaldes.itson@gmail.com








CPE = conductas pasivas del espectador; CRE = conductas reforzadoras del espectador; CDE = conductas defensivas del espectador. El cuadrado de las correlaciones se reporta en los paréntesis (R2).
***p < .001.
