RESEÑAS
Metodología de la investigación en la enseñanza-aprendizaje del español como segunda lengua (L2) / lengua extranjera (LE)

![]() | Santos Gargallo I., Pastor Cesteros S.. Metodología de la investigación en la enseñanza-aprendizaje del español como segunda lengua (L2) / lengua extranjera (LE). 2022. Madrid. Arco Libros. 392 páginaspp.. ISBN: 978-84-7133-864-8 |
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Recepción: 14 Marzo 2022
Aprobación: 15 Marzo 2022
En los últimos años se han consolidado los planes de estudio de grado y de máster (con sus correspondientes tesinas de TFG y TFM) así como la oferta de cursos de doctorado y de profesionalización centrados específicamente en ELE[1]. Ambos fenómenos, junto a la imperiosa necesidad de los académicos de publicar en revistas de impacto y de participar en proyectos I+D+I para obtener una acreditación profesional o un tramo de investigación, han supuesto no solo una eclosión exponencial en el volumen de trabajos de investigación generados en la disciplina, sino también una concienciación más profunda sobre cuán relevante es abordar correctamente las cuestiones metodológicas para que la cantidad no desmerezca en calidad.
Quienes nos iniciamos en el mundo de la indagación científica en ELE hace tan solo un par de décadas no tuvimos más remedio que acudir a una bibliografía foránea que intentara orientarnos en ese laberinto desde enfoques tan dispares como la lingüística aplicada (Nunan 1992; Dörnyei 2003 y 2007; Hinkel 2005; Paltridge y Phakiti 2010), la teoría de la educación (Cohen, Manion y Morrison 2011; Arthur et al. 2012), la didáctica (Brown 2014) e incluso desde campos más específicos (como, por ejemplo, el análisis de materiales; Tomlinson y Masuhara 2010). Sin duda, el hecho de tener que enfrentarse a esa amplitud de disciplinas y el hacerlo desde otra lengua -normalmente el inglés, aunque no siempre (Mafokozi 2009)- nos enriquecía y nos situaba frente a los paradigmas de investigación más consolidados, pero siempre con ese triste sentimiento de diáspora, de sentirse ajeno a los intereses, avances y aportaciones de quienes, desde el departamento o la facultad de al lado, investigaban en español sobre la enseñanza del español en un contexto académico hispánico.
Este libro viene a llenar, por lo tanto, un vacío que se prolongaba ya demasiado tiempo en el ámbito del ELE y a satisfacer una deuda con la comunidad científica y académica hispanohablante. Va a constituirse, por un lado, junto a otros títulos generales (González García, León Mejía y Peñalba Sotorrío 2014; Olaz 2017; Fuentes y Cremades 2021) o más específicos del ELE (Cruz Piñol 2021), en un punto de referencia ineludible para quienes se inician desde los estudios de grado y de posgrado en la investigación en ELE y quieran realizar su tesina de modo solvente, pues, como señalan las directoras del volumen en el prólogo, quiere centrarse en lo fundamental, en su doble acepción de mínimo imprescindible, pero también de pilar sustentador.
Por otro lado, es un texto que puede servir a los profesores que imparten docencia en planes de estudio universitarios (versen explícitamente o no sobre cuestiones de metodología investigadora) y que tienen que asumir la dirección de trabajos académicos. También beneficiará a los formadores de profesores y a los mismos docentes de ELE en ejercicio -porque el profesor de ELE vocacional o es investigador o no es un auténtico profesional. No son pocos los que querrían implementar proyectos de investigación para mejorar en su profesión y compartir después sus hallazgos con la comunidad científica y docente, pero muchas veces la carga de trabajo o la falta de experiencia y pericia les impide emprender esta tarea. Aquí hallarán recursos que les auxilien a comprender qué papel pueden desempeñar en la producción científica y en la innovación docente, tendiendo puentes con investigadores consagrados que quieren que sus indagaciones impacten efectivamente en la sociedad.
Por último, me atrevo a decir que es una lectura que va a servir de referencia y puesta al día incluso a los investigadores más versados, quienes, como indiqué más arriba, se formaron en otra época, en otra lengua y en otros paradigmas. Encontrarán bibliografía actualizada, referencias a proyectos consolidados, así como nuevas herramientas para afinar en el análisis de las muestras de datos.
El manual lo dirigen dos reconocidas personalidades del mundo del ELE, como son la doctora Isabel Santos Gargallo, de la Universidad Complutense de Madrid, y la doctora Susana Pastor Cesteros, de la Universitat d’Alacant. Ambas cuentan con un brillante currículo, rico en publicaciones y docencia, cuyo elogio requeriría mucho más espacio de lo que permite una reseña. Desde su experiencia han contado con un elenco de veintitrés autores provenientes de diferentes universidades españolas y extranjeras de quienes es prácticamente imposible no haber tenido noticia si se quiere presumir de una formación sólida en ELE. Los iremos mencionando a medida que presentemos el contenido de los capítulos, tarea en la que nos embarcamos seguidamente.
Para facilitar su consulta, el libro está diseñado en torno a las tres fases sobre las que gravita toda indagación: (I) el diseño de la investigación; (II) los métodos y los instrumentos de investigación; y (III) la transferencia y la comunicación del conocimiento. Como se aprecia, son tres núcleos que pueden considerarse tanto de modo aislado (desde una perspectiva epistemológica, pues cada uno gravita sobre temas y cuestiones muy delimitados) como en profunda interrelación (desde una perspectiva cronológica, ya que las decisiones que se han adoptado en una fase de la investigación van a repercutir inevitablemente sobre su desarrollo ulterior). Esto facilita tanto un itinerario de lectura lineal y holístico – recomendado sobre todo para los no iniciados- como una consulta puntual y exhaustiva -más propia de quienes poseen ya una cierta familiaridad con el asunto, pero buscan informarse sobre el estado actual de cierta cuestión.
La primera parte, la relativa al diseño de la investigación, arranca con un capítulo en el que se detallan los “Fundamentos de metodología de la investigación en lingüística aplicada a la enseñanza-aprendizaje del español como lengua extranjera” (Susana Martín Leralta y Anna Doquin de Saint Preux). Aborda primero qué es el proceso de adquisición de una lengua, objeto primordial de la investigación en ELE (teórica, aplicada o práctica), para después detallar las cuestiones metodológicas que han de ser planteadas en el germen de la investigación; a saber: la perspectiva (exploratoria o hipotético-deductiva), el enfoque (holístico o analítico) y el grado de control sobre el contexto de la muestra. De la conjunción de estos tres elementos se deriva una tipología de líneas de investigación; elegir la más adecuada va a depender de la pregunta o hipótesis que se plantee y los objetivos que se persigan, y determinará la duración del estudio (transversal o longitudinal) y los instrumentos más aptos (observaciones, entrevistas, cuestionarios, etc.). El capítulo se cierra con un resumen de las áreas temáticas de investigación que se han abierto paso en lingüística aplicada en los últimos años, y que son una muestra tanto de la variedad de intereses como de la vitalidad de la disciplina.
El segundo capítulo se centra en “El proceso investigador: el placer por descubrir” (Ana Blanco Canales) y supone una reflexión en la línea de la filosofía de la ciencia y de la antropología cultural en torno a la actividad indagadora del ser humano. Dicha reflexión se aborda con un discurso proactivo y propositivo que anima al lego a enfrentarse al trabajo de investigación desde la capacitación y la confianza. Retoma algunos de los conceptos presentados en el capítulo primero (finalidad, diseño y modo de la investigación), aunque desde ángulos y con taxonomías diferentes, y detalla en mayor profundidad el proceso de investigación en sus cuatro fases de planteamiento, exploración, diseño y desarrollo. Lo más reseñable de este capítulo es, por un lado, el epígrafe destinado a recopilar los errores más frecuentes en que puede incurrir el investigador poco metódico, y, por otro, el cuadro-resumen que se presenta al final como pauta para guiar la toma de decisiones a la hora de abordar una investigación.
Por su parte, el capítulo tercero se enfrenta a la cuestión de “La documentación: la acotación del tema y el plagio” (Iría da Cunha Fanego), propia de la fase de exploración presentada en el segundo. Se tratan aquí tres cuestiones fundamentales relacionadas con la originalidad y la innovación: los instrumentos y estrategias para acceder a la bibliografía relevante, la acotación del tema que se indaga y el problema del plagio (referido, especialmente, a una citación deficiente).
Finalmente, el cuarto y último capítulo de este bloque se concentra en el “Diseños de investigación y análisis de datos” (Irini Mavrou). El diseño implica un plan de acción detallado a partir de la pregunta de investigación que se haya planteado y de los métodos seleccionados para obtener la muestra. Fundamentalmente, dicho diseño puede ser cuantitativo – dividido, a su vez, en correlacional y experimental- o cualitativo; en el primer caso, el análisis de los datos se hará recurriendo a pruebas estadísticas de tipo inferencial (paramétricas y no paramétricas), mientras que en el segundo habrá que codificar adecuadamente el corpus e intentar ofrecer las interpretaciones más refinadas.
Precisamente en estas cuestiones metodológicas e instrumentales incide el segundo bloque del libro, que arranca con una reflexión sobre los “Métodos experimentales desde el paradigma cuantitativo” (Mercedes Pérez Serrano y Jon Andoni Duñabeitia) y continúa describiendo los “Métodos experimentales desde el paradigma cualitativo” (Isabel García Parejo). Se recuperan en ellos algunos aspectos presentados en los capítulos del bloque anterior (formulación de las preguntas de investigación y de las hipótesis nula y alternativa; delimitación de las variables; diferencias entre experimento, cuasiexperimento y preexperimento) a la par que se incluyen nuevas nociones (fiabilidad, validez y replicabilidad; transparencia metodológica; datos verbales y datos visuales; calidad y validación; tipología de observaciones y entrevistas).
A continuación se proponen tres capítulos que ilustran tres métodos más bien propios que exclusivos del paradigma cualitativo de investigación. Así, el capítulo séptimo ilustra “el método de estudio de caso” (Macarena Ortiz Jiménez), el octavo cómo “Investigar en el aula” (Olga Esteve Ruescas) y el décimo “El enfoque de investigación en acción en ELE” (Alicia Hernando Velasco). Para cada uno de ellos se propone una definición, una tipología, una serie de virtualidades y estrategias, pautas para desarrollar la investigación y algunos ejemplos de investigaciones que se han llevado a cabo en ELE siguiendo cada una de esas metodologías. Son tres capítulos realmente enriquecedores y que invitan a consolidar una sinergia absolutamente vital entre la actividad investigadora académica y el ejercicio de la función docente, de modo que ambas se retroalimenten.
En este mismo bloque encontramos también tres capítulos cuya finalidad es familiarizar con sendos instrumentos de investigación, descendiendo así un peldaño más en la correlación entre la abstracción teórica y las herramientas para la recogida, categorización, análisis e interpretación de los datos. Por un lado, el capítulo décimo se consagra a los “Cuestionarios y entrevistas para la investigación en ELE” (María Cecilia Ainciburu), a sus potencialidades en diversos escenarios de investigación y a las estrategias necesarias para abordar exitosamente las fases de redacción, asignación de puntaje, edición y validación, previas todas ellas a la de administración. Por otro lado, el capítulo duodécimo aborda el recurso a uno de los instrumentos que más interés están despertando en la investigación actual y que son los “Corpus lingüísticos para investigar sobre ELE” (Mar Cruz Piñol y Kris Buyse), y lo hace desde una perspectiva eminentemente descriptiva del estado de la cuestión, con abundancia de ejemplos de investigaciones en ELE que bien han recurrido a corpus existentes (CREA; CORPES, CAES, Val.Es.Co, etc.), bien han elaborado corpus propios ad hoc. En tercer lugar, el capítulo decimotercero se adentra en la “Estadística para lingüistas especializados en ELE” (Mª del Rosario Martínez Arias) pero presuponiendo cierto nivel de conocimiento de las técnicas de procesamiento de datos estadísticos. No es, por lo tanto, un capítulo para no iniciados, pero sí una fuente de recursos y de bibliografía para quienes poseen cierto dominio de la materia.
Por su parte, el capítulo undécimo ilustra el estado de la cuestión en un área concreta de investigación, en este caso “El análisis de materiales didácticos desde la investigación” (Ernesto Martín Peris) y, más en particular, de los libros de texto. Para ello no solo destaca las diferentes perspectivas desde las que este objeto puede ser estudiado, sino que recoge la bibliografía fundamental que puede orientar a cualquier investigador de ELE que quiera emprender una indagación sobre los núcleos aún no tratados.
Finalmente, aunque no por ello menos relevante, el capítulo decimocuarto, de orden deontológico, se ocupa de “La ética de la investigación” (Alberto Rodríguez-Lifante) tanto desde una perspectiva macro (esto es, los códigos, valores y protocolos que deben regir la actividad investigadora) como micro (las decisiones que se adoptan durante la indagación a medida que surgen dilemas que hay que resolver).
El último bloque se centra particularmente en las prácticas discursivas y en los productos textuales inherentes a la transferencia y difusión del conocimiento obtenido en la investigación. Se intenta responder a tres cuestiones, en función del género académico en que se plasma la indagación: “Cómo abordar el trabajo de fin de grado y el trabajo de fin de máster en ELE” (Mª Mar Galindo Merino), “Cómo abordar la tesis doctoral en ELE” (Javier de Santiago-Guervós y Jesús Fernández González) y “Cómo escribir un artículo científico en ELE” (Antoni Nomdedeu Rull). La estructura de los tres capítulos es bastante similar, pues ofrecen toda una panoplia de consejos para la elección del tema y de la metodología (y, para los trabajos universitarios, del tutor o director), la elaboración del plan de investigación, la búsqueda y citación de la bibliografía, la implementación del estudio, el análisis de los resultados, la redacción del texto y, en su caso, las estrategias para una buena defensa y para lograr que el trabajo tenga buenas opciones de ser publicado. Es muy interesante, en este sentido, el paralelismo que se establece con las partes de la retórica clásica: inventio, dispositio, elocutio . actio (p. 327), lo que no hace sino entroncar las prácticas académicas actuales con la rica tradición científica occidental.
El libro lo cierra el decimoctavo capítulo, que trata sobre “La transferencia de resultados en ELE/EL2” (Paz Villar-Hernández y Santiago Mengual-Andrés) y que destaca la necesidad de orientar la producción de toda investigación en ELE hacia un mayor impacto positivo sobre la sociedad en los órdenes científico (conocimiento), tecnológico (innovación), económico (activos), político (institucionalización), educativo (transposición didáctica) y, por supuesto, social (transformación). El crecimiento exponencial que vive la enseñanza del español está generando no solo nuevos nichos de mercado, sino también auténticas oportunidades de mejora en activos intangibles. En este sentido, se analiza el rol de las tradicionales revistas científicas, de las nuevas tendencias en difusión del conocimiento (el acceso abierto, el In-Press, las redes sociales, las tecnologías multimedia, los repositorios de datos y las métricas) y de los grupos de investigación que ofrecen otros productos de transferencia (corpus, diccionarios, materiales didácticos, asesoría lingüística, etc.), con especial atención al campo del ELE.
Además de todo lo que se ha reseñado en los epígrafes precedentes, un ingrediente de este libro que hay que valorar muy positivamente es que no se limita a la exposición conceptual de los contenidos que hemos detallado, sino que incluye en cada capítulo ejemplos de investigaciones desarrolladas en ELE que los ilustran. Esto supone una ayuda inestimable, ya que una estrategia fundamental para la investigación consiste en analizar trabajos precedentes para imitar los puntos sobresalientes y evitar aquellos extremos que hayan sido cuestionados críticamente. Además del apoyo bibliográfico, se establece así un verdadero diálogo entre investigadores consolidados y quienes se embarcan en la indagación científica, creando un verdadero ambiente de comunidad que contrarresta el sentido de diáspora al que aludíamos unas líneas más arriba.
Otro factor relevante es la amplitud de disciplinas y enfoques que recorren el texto: desde la lingüística aplicada a la didáctica de las lenguas, pasando por la filosofía de la ciencia, la ética, la estadística, la etnografía, la bibliometría o el tratamiento de la información. Cada una de estas áreas aportan términos, herramientas, pautas, creencia y valores que es necesario comprender y manejar, aunque sea básicamente. Acostumbrados a la especialización académica de los programas universitarios, es necesario hacer el esfuerzo de afrontar la complejidad de los estudios de ELE disponiendo de ese arsenal.
También es loable el grado de síntesis de los capítulos, los cuales, en un número de páginas que ronda las veinte, nos aportan una visión suficiente de la problemática planteada. En general el lenguaje es claro y el discurso pedagógico, si bien algunos capítulos pueden resultar más difíciles -en particular el cuarto y el decimotercero, que se adentran en cuestiones de estadística seguramente desconocidas para un lector poco ducho en la materia.
En definitiva, tenemos entre las manos un auténtico vademécum que, sin duda, va a formar a toda una generación de investigadores en ELE de nuestro país. Vaya desde aquí nuestro más profundo agradecimiento y admiración a quienes lo han hecho posible.