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Los estudios de género ante el COVID-19
Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad - CTS, vol. 17, núm. 49, pp. 129-134, 2022
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Dossier Presentación



Se presenta aquí una serie de textos seleccionados de entre los presentados en el XIII Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Género (CICTyG), celebrado en Quito, Ecuador, del 14 al 16 de julio de 2021.

Con una periodicidad bienal, los congresos nacieron en Madrid, en 1996, con el apoyo de la Universidad Complutense de Madrid, el Ministerio de Educación y Ciencia y el Instituto de la Mujer, y coordinado por mí misma. El siguiente se desarrolló en 1998, en Buenos Aires, sellando el acuerdo de hacerlo cada dos años en un país del ámbito iberoamericano. En el 2000 se realizó en Ciudad de Panamá, celebrando de este modo la devolución del Canal al pueblo panameño. Volvió a Madrid en 2002, ya muy asentado y con el refuerzo del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), entre otras instituciones que se volcaron en el Congreso. Siguió en Ciudad de México, muy apoyado por la UNAM y otras instituciones mexicanas en 2004, y en Zaragoza (España) en 2006, con el inestimable apoyo de Seminario Interdisciplinar de Estudios de la Mujer (SIEM), de la Universidad de Zaragoza. El VII Congreso tuvo lugar en La Habana en 2008, con el apoyo de diversas instituciones como la Universidad de La Habana y la Academia de Ciencias. El VII CICTyG se desarrolló en 2010, en la Universidade Tecnológica Federal do Paraná, Curitiba (Brasil). En febrero de 2012, la Universidad de Sevilla, con la valiosa ayuda de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), acogió el encuentro. En 2014, Paraguay se volcó en la organización del X CICTyG, gracias al apoyo del Ministerio de la Mujer, la Comisión de Equidad Social y Género de la Cámara de Diputados y ONU Mujeres; en esta ocasión tuvimos el honor de que el congreso fuera declarado de interés académico por el Congreso de la Nación, de interés científico por el CONACYT y de interés tecnológico por la SENATICs. El décimo primero, en 2016, se llevó a cabo en San José de Costa Rica, con el apoyo de diversas instituciones educativas de educación superior, en especial el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica. El XII CICTyG volvió a España, a la Universidad del País Vasco en su sede de Bilbao, apoyado de nuevo por la OEI. Y el último es el que se desarrolló en Quito con la ayuda inapreciable para su realización de CIESPAL y la OEI.

La idea original era hablar en nuestras propias lenguas, las de Iberoamérica, de los problemas y las cuestiones que se nos planteaban a las mujeres (y también a algunos hombres) en estas áreas. Por ese motivo los temas tratados fueron diversos, pero pertenecientes a áreas como la educación, la sociología, la psicología, la epistemología, la historia, la ecología, la biomedicina, los saberes étnicos o todas las relacionadas con las áreas STEM (por sus siglas en inglés: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Este congreso, en el que se presentaron los trabajos que se publican ahora, ha tenido varias peculiaridades. En primer lugar, se realizó completamente online, dadas las circunstancias extraordinarias de la pandemia de COVID-19. Por ese motivo también, a los apartados habituales en las ediciones anteriores no hubo más remedio que añadir uno nuevo: el impacto del COVID-19 sobre las mujeres. En este número se presentan solo unos pocos de los muchos trabajos presentados sobre la cuestión.

El primero de ellos, escrito por María Lorena Arrobo Fernández y María Camila Arrobo Fernández, se ocupa del incremento de la brecha digital de género en Ecuador entre las mujeres durante el confinamiento en un doble aspecto: el acceso a Internet y la adquisición de nuevos conocimientos digitales para hacer uso de las TIC. Las autoras realizan una revisión de la bibliografía y de las estadísticas al respecto en Ecuador, destacando, entre otras cosas, que el analfabetismo digital afecta más a las mujeres que a los varones. En efecto, la incapacidad o impericia para manejar las tecnologías actuales impide no solo que las mujeres puedan tener la habilidad necesaria para manejarse en el mundo digital y aprovechar sus ventajas, sino que en un mundo cada vez más tecnológico y digital quedarán atrás en el ámbito laboral y, por tanto, económico. Por eso, las autoras no se quedan ahí, sino que hacen algunas propuestas políticas para paliar esas deficiencias, como la promoción entre las mujeres de estas tecnologías desde los primeros años de enseñanza, o la adopción de políticas públicas y programas sociales para el empoderamiento de las mujeres a través de la dotación de herramientas tecnológicas, internet y educación digital. La urgencia de soluciones es aún mayor en el medio rural, el gran olvidado, donde las mujeres tienen un mayor porcentaje de analfabetismo digital. La demanda al gobierno es clara.

El siguiente trabajo, realizado por las brasileñas Debora Rickli Fiuza y Luciana Rosar Fornazari Klonavicz, se ocupa del impacto que la pandemia ha tenido en uno de los grupos más vulnerables, los niños -y en especial las niñas-, y la violencia ejercida contra ellos y ellas durante el aislamiento, privados de contacto con docentes y profesionales de la salud. El artículo se centra en el municipio de Guarapuava y parte de los datos del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas (UNICEF) según los cuales los niños, las niñas y los adolescentes están más expuestos a la violencia doméstica en las pandemias. Las autoras también examinan diversos datos y encuestas recogidos por instituciones brasileñas, a la vez que analizan la legislación existente en Brasil para combatir la violencia contra la niñez y la adolescencia, pero constatan que no es suficiente, pues en especial las niñas y las adolescentes son objeto de violencia sexual en una proporción mayor que sus homólogos varones, siendo los agresores mayoritariamente varones adultos. Los datos que ofrecen las autoras son demoledores: de los 114 casos de violencia registrados en 2018 en Guarapuava-PR, 17 fueron contra niños y 97 contra niñas. Y constatan que, durante la pandemia, el número de denuncias o notificaciones disminuyó, pero las autoras entienden que no se debe a una reducción de la violencia infantil, sino a la dificultad de la población para acceder a las medidas de protección y, por consiguiente, ser notificadas las agresiones.

“Prostituição e o COVID-19: repercussão na vida das profissionais do sexo”, de Cindy Carolina Benedetti Costa, se centra en la prostitución del barrio Jardim Itatinga, de Campinas/São Paulo. Analiza la inserción en la prostitución, identidad y representación social, familia, salud, relación con los clientes, aspectos personales sobre la profesión, su regulación y la violencia sufrida por las prostitutas, durante la pandemia del COVID-19, mediante una serie de entrevistas semiestructuradas. Tras una exposición somera de la situación de la prostitución en Brasil, Benedetti Costa analiza las diversas posturas que se han mantenido sobre la prostitución, desde el feminismo y las diversas legislaciones al respecto. La autora no solo pretende describir el fenómeno social de la prostitución, sino explicarlo y comprenderlo. Gracias a las entrevistas, concluye que, al igual que ha sucedido en otras “profesiones”, la pandemia ha influido enormemente en el poder adquisitivo de las prostitutas, al descender el número de “clientes”, por lo que muchas de estas mujeres se reconvirtieron, adoptando la estrategia sexual en línea o virtual.

Nelly Hernández Molina, Enrique Alirio Ortiz Guiza y Martha Beatriz Díaz Lozano tratan en “Salud Mental del Talento Humano Vinculado a la Universidad del Tolima en el Marco de la Pandemia por SARS COV2/COVID-19” un tema que se ha revelado fundamental y muy problemático durante la pandemia: el de la salud mental. Han realizado una investigación transversal, observacional y descriptiva sobre la salud mental de la comunidad educativa de la Universidad del Tolima. Los resultados preliminares de la investigación muestran que el aislamiento social y el teletrabajo afectan de manera desigual a mujeres y hombres por lo que refiere a las condiciones, los modos y los estilos de vida, tanto a nivel individual como institucional y sociocultural. Tener en cuenta estos resultados puede ayudar a las autoridades e instituciones en su toma de decisiones en todo aquello relacionado con la salud mental de la comunidad educativa.

María Laura Schaufler, en “Género y erótica en tiempos de confinamiento. Análisis de Para Ti (Argentina, 2020)”, examina las construcciones semióticas y discursivas del erotismo en la revista femenina Para Ti durante el año de aislamiento y distanciamiento social debido a la pandemia por COVID-19. Se basa en los debates feministas sobre el erotismo, la pandemia y el aborto en la prensa digital femenina de Argentina en la actualidad, centrándose en la mencionada revista, y analiza un corpus compuesto por 36 notas, informes y entrevistas seleccionadas de un conjunto de notas aparecidas en 2020 en el medio digital, tras declararse la emergencia sanitaria y hasta la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Entre los hallazgos encontramos que el tema del amor es uno de los más importantes y vertebradores de la revista femenina, siendo la pareja el objetivo vital de las mujeres, aunque ya no sea para toda la vida. Otro hallazgo es que el término “erótica” está prácticamente ausente, siendo sustituido por “sexo”, “sexualidad” o “deseo”. Y, por último, la última serie de temas de búsqueda fue “aborto”, cerrando el periodo de análisis, pues el Congreso Nacional argentino aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo el 30 de diciembre del 2020. Hay pocas menciones de este término en la revista analizada, excepto en diciembre, cuando ya era inevitable hablar del aborto.

El ejercicio físico y el entrenamiento durante la pandemia son el objeto del trabajo de María Loreto Chihuailaf-Vera. A través de los vídeos y fotos colgados en la red social Instagram, observa cómo se reproducen los estereotipos de género hegemónicos. Durante la pandemia, diferentes organismos internacionales y médicos recomendaron llevar a cabo la misma actividad física que antes de la pandemia para disminuir el riesgo de desarrollar una sintomatología severa. Sin embargo, como bien señala la autora de este trabajo, se hace hincapié en el cuerpo biológico, pero sin considerar los factores socioculturales que influyen en el deporte y el entrenamiento, pues no solo somos biología, sino además construcción social. La pandemia, y en especial el confinamiento, incrementó el número de instructoras e instructores físicos en las redes sociales para así incentivar a la población a practicar ejercicio físico en sus hogares. Aunque el objetivo de mujeres y hombres es el mismo, cambiar o mejorar el cuerpo mediante el ejercicio físico o entrenamiento, la imagen de “cuerpo saludable”, tanto para entrenadoras y entrenadores, como para quienes los siguen en redes sociales, es totalmente diferente para unas y otros: los varones pretenden potenciar la fuerza y el desarrollo muscular, mientras que las mujeres buscan mejorar su imagen corporal y estética, según el estereotipo que proporciona una imagen cosificada, con atributos sexuales lejos de la salud y el bienestar.

El trabajo de Norma Blázquez Graf, Martha Patricia Castañeda Salgado y Ana Celia Chapa Romero se ocupa del impacto de la pandemia en las mujeres que estudian o trabajan en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Mediante conversatorios, entrevistas y grupos de autorreflexión, las autoras realizan un análisis detallado de las condiciones en las que estas mujeres trabajan, viven y resuelven sus tareas personales y laborales diarias. El artículo muestra cómo las mujeres que han intervenido en la investigación, prestando sus voces, tenían la necesidad de contar con un espacio donde compartir sus ideas, sentimientos y pensamientos, a la vez que identificar lo vivido como colectivo, no como algo individual ni perteneciente al ámbito de lo privado. Las investigadoras también han podido identificar vivencias comunes (temor, tristeza, preocupación y desolación ante la pandemia) y describir particularidades asociadas con la posición que cada una ocupa en la universidad y que, como bien señalan las autoras, puede ser interpretada como la posición que se ocupa en el estamento y en el escalafón, o, dicho de otro modo, de clase. Pero una de las cosas más importantes de este trabajo es que sitúa en primer plano las respuestas y prácticas, y las propuestas y soluciones generadas por las propias mujeres para afrontar las consecuencias e implicaciones de la pandemia en los distintos ámbitos de sus vidas.

Por último, el trabajo de Laura Osorio y Juan Pablo Sokil describe la brecha de género en la producción científica iberoamericana sobre COVID-19. Para ello, Osorio y Sokil analizan la participación de autores, autoras y sus coparticipaciones en las publicaciones científicas indexadas en Scopus entre 2020 y 2021, exponiendo los principales temas de estudio relacionados. Numerosos estudios han mostrado que las mujeres publican ampliamente en las áreas de salud y educación, a la par que los varones lo hacen mayoritariamente en matemáticas y ciencias de la computación, entre otras. También son muchos los estudios que muestran la importancia de los patrones culturales y los estereotipos sociales a la hora de elegir y participar en distintas áreas científicas, así como la desigual distribución de los roles del trabajo dentro y fuera del hogar. Utilizando las metodologías de procesamiento de las publicaciones mediante el software R, de algoritmos de clasificación de sexo para determinar la autoría de los artículos y de mapas conceptuales para relacionar los principales temas de estudio en las publicaciones del periodo analizado, los autores llegan a conclusiones muy interesantes y ricas que confirman, una vez más, la brecha de género. Aunque, como señalan los autores, el sesgo hacia las publicaciones de medicina condicionó el tratamiento de la información, se pudieron determinar áreas sumamente feminizadas, como la enfermería, y otras muy masculinizadas, como las matemáticas o las ciencias de la computación (en general, las disciplinas STEM). Con respecto a las publicaciones sobre el virus, las de autoras solo fueron el 17% del total y, para publicar, necesitaron generar redes con otras mujeres, cuestión que en el caso de sus pares varones se vio menos necesario. Otra conclusión sugerente refiere a las diferencias en el enfoque de las investigaciones que dan las autoras y los autores, pues la perspectiva de género aparece tímidamente en el trabajo de ellas y, sin embargo, no es un aspecto a tener en cuenta en las publicaciones de los autores ni en las compartidas, lo cual contraviene las recomendaciones de las instituciones de investigación.

Tenemos aquí una muestra variada de diversos temas tratados sobre COVID-19 desde la perspectiva feminista o de género. El aumento de la brecha digital, la violencia ejercida contra los niños -en especial la violencia sexual sobre las niñas, entre otras consecuencias-, la prostitución, la salud mental, la representación del erotismo, el ejercicio y el entrenamiento y las condiciones en las que unas mujeres de distintos ámbitos trabajan, viven y resuelven sus tareas personales y laborales, o la brecha de género en las publicaciones iberoamericanas durante la pandemia, constituye una pequeña muestra del impacto que el COVID-19 ha tenido sobre la vida, las relaciones y el estatus de las mujeres, las adolescentes y las niñas. Muchos de estos trabajos no son meramente descriptivos ni se quedan en los aspectos teóricos, sino que adelantan propuestas para las instituciones educativas y también para los gobiernos. Se quiere trascender, así, la academia y ser útil a la sociedad, un objetivo que siempre ha animado a los Congresos Iberoamericanos de Ciencia, Tecnología y Género.



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