Editorial
Publicar para cooperar
Publicar para cooperar
Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad - CTS, vol. 17, núm. 50, pp. 7-9, 2022
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Publicar para cooperar
Mariano Jabonero *
* Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) lleva más de siete décadas contribuyendo a la consolidación del conocimiento, la comprensión mutua, la integración, la paz y la solidaridad entre los pueblos iberoamericanos. Este trabajo se ha realizado, se realiza actualmente y seguirá realizándose a través de la cooperación, a la que nuestro organismo considera como un instrumento vital para estimular el diálogo franco y nivelado entre Estados que conviven en democracia y reconocen la importancia de abrir vías recíprocas no solo entre ellos, sino también con naciones y entidades de otras partes del mundo.
Esto obliga a perseguir metas que jamás podrán lograrse si el esfuerzo de cooperación no se encauza en el fortalecimiento de las instituciones intermedias, las áreas ministeriales, los equipos de trabajo y aun los individuos que sostienen la gran red de intercambio internacional que une a nuestros países en la realización de proyectos regionales de educación, ciencia y cultura. Solo cooperando -tarea que incluye una reflexión continua acerca de las posibilidades y los alcances de la cooperación mismase pueden optimizar los conceptos, las habilidades y las herramientas que se tornan fundamentales a la hora de concebir y concretar proyectos orientados al desarrollo.
Ahora bien, cada vez que desde nuestro organismo se da avance a un proyecto de cooperación, debemos ponderar cuáles son sus propósitos de corto y largo aliento, cuáles sus implicaciones, cuáles los compromisos a los que tendremos que atenernos para alcanzar el éxito, qué podemos considerar como fortalezas ya adquiridas y qué nos falta todavía en Iberoamérica para perfeccionar los canales de comunicación entre los actores involucrados. Las preguntas son muchas y no todas vienen acompañadas de una respuesta sencilla o rápida. La cooperación entraña actividades que en ocasiones son ignoradas porque no muestran, en su superficie, la forma que nos hemos acostumbrado a esperar del acto cooperativo. Si cooperar es reunir fuerzas, coordinar capacidades, promover la consecución de acuerdos, debemos ser conscientes de que se puede reunir, coordinar y promover de múltiples maneras y bajo las más variadas condiciones, especialmente cuando hablamos de la difusión del conocimiento que se genera en la región.
Siempre que se ofrezca un espacio donde puedan encontrarse miradas heterogéneas, provenientes de marcos culturales diferentes y caracterizadas por prácticas que tienen un diseño propio, publicar una revista académica también será una variante de la cooperación. Y si además se consigue que esas miradas se contrasten y alcancen zonas de comparabilidad, podremos hablar de una cooperación capaz de superar las barreras que a veces se levantan entre países como los nuestros, que tienen -a pesar de las diferencias anteriormente mencionadas- un origen semejante y unos objetivos comunes. Desde su primer número, lanzado en septiembre de 2003, la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad —CTS proporciona un espacio de discusión que busca favorecer una mejor articulación entre la ciencia y la tecnología en nuestras sociedades. Su perfil interdisciplinario combina un talante netamente regional y la convicción férrea de que el español y el portugués -además de muchas otras lenguas nativas que sufren una invisibilidad crónica por fuera de las comunidades que hacen uso de ellas- son idiomas válidos para la transmisión del conocimiento científico y tecnológico que se produce en los claustros y los laboratorios de América Latina, el Caribe, España y Portugal.
Coeditada por OEI, el Instituto Universitario de Estudios de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de Salamanca (USAL), el Centro REDES de Argentina, la Universidad de Campinas -a través de Labjor- y el Instituto Universitario de Lisboa, CTS trabaja sobre problemáticas apremiantes para Iberoamérica -relativas casi todas ellas a inequidades sociales que son de larga data y cuya resolución ya es impostergabley que tal vez no sean consideradas de ese modo en otros ámbitos regionales. Al tener un ojo puesto en el contexto en el que el conocimiento es generado, lo que no necesariamente ocurre en otros tipos de investigaciones, los estudios CTS pueden ajustar sus marcos teóricos a la silueta dinámica de la realidad. Esto no impide prestar la debida atención al análisis específico de aquello que se estudia, sino que, por el contrario, amplía el enfoque para lograr una perspectiva mejor informada, incluye actores más allá del mundo académico y cumple con el propósito de llegar a la ciudadanía en general, objetivo primordial que ha perseguido la revista desde que se publica en abierto.
La publicación del quincuagésimo número de CTS implica, además, que ya hay un camino recorrido y que se puede mirar hacia el pasado. A lo largo de 17 volúmenes, que contienen tanto los números de salida cuatrimestral como varias ediciones especiales, la revista ha dado voz a investigadores e investigadoras de prácticamente todos los países iberoamericanos, con un énfasis puesto en evaluar, corregir y publicar artículos académicos sobre una miríada de temas que tratan la influencia que la ciencia y la tecnología tienen en la sociedad actual: política científica, tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ciencia y género, divulgación de la ciencia, cultura científica, participación ciudadana en ciencia y tecnología, periodismo científico, producción académica, bibliometría, transferencia tecnológica, educación CTS, extensión universitaria, sociedad del conocimiento e innovación, entre otros.
Todas estas temáticas, así como los textos donde ellas han sido desbrozadas, son parte de una constelación que la revista ha ido construyendo con los años y que aspira, como indica Mario Albornoz -fundador y exdirector de CTS- en uno de los trabajos que integran el presente dossier, a pensar la conexión entre la ciencia y la sociedad como una “tarea común, reconociendo que pensar es esencialmente un diálogo con otros”. A lo largo de sus primeros cincuenta números, el equipo de trabajo de la revista ha pensado siempre en conjunto con los autores y las autoras, y por supuesto también en conjunto con el público lector. El círculo que se inicia con la producción del conocimiento que se vuelca en un artículo, y que continúa con la evaluación de los resultados y su eventual publicación, recién puede completarse en la lectura. Agradecemos, pues, a modo de cierre, el apoyo constante y ya longevo de los lectores y las lectoras de Iberoamérica, a quienes estos primeros cincuenta números están enteramente dedicados, así como también estarán dedicados a ellos y ellas todos los números de CTS que vendrán en el futuro.