CARTA AL EDITOR
Hemos leído con mucha atención e interés el trabajo de investigación de Muñoz y Rodríguez [1] realizado en El Peñón, comunidad pesquera y turí
Hemos leído con mucha atención e interés el trabajo de investigación de Muñoz y Rodríguez [1] realizado en El Peñón, comunidad pesquera y turística aledaña a la ciudad de Cumaná, capital del estado Sucre, en la región nororiental de Venezuela. En dicho trabajo, se presentan los resultados del aislamiento e identificación de varios taxones de bacterias y parásitos intestinales (protozoarios, helmintos y cromistas) de importancia zoonótica en exoesqueleto y macerados de poblaciones de imagos de la mosca doméstica o común (Musca domestica) (DIPTERA: MUSCIDAE).
De una manera general compartimos con los autores similares puntos de vistas en la mayoría de los tópicos abordados en su artículo; sin embargo, deseamos hacer comentarios y ampliar los conocimientos, particularmente acerca del reporte e identificación incorrecta e inapropiada que se hizo mediante la observación por microscopía de luz de quistes y trofozoitos del protozoario “Entamoeba histolytica” en seis ejemplares de M. domestica.
Los protozoarios ameboideos (AMOEBOZOA) denominados comúnmente amibas, del género Entamoeba spp. (ARCHAMOEBAE: ENTAMOEBIDAE) que pueden habitar en el lumen del intestino grueso humano lo integran actualmente las especies E. histolytica, E. dispar, E. moshkovskii, E. bangladeshi, E. polecki, E. coli y E. hartmannii [2,4,5]. De éstos, los cuatro primeros taxones mencionados son indistinguibles morfológicamente (i.e., son especies crípticas o gemelas); sin embargo, los mismos se pueden diferenciar desde el punto de vista bioquímico, inmunológico y/o molecular [2,5,6], e integrarían el denominado complejo Entamoeba spp.; es importante señalar que el primate no homínido Macaco rhesus (Macaca mulatta) es infectado por E. nuttalli, la cual es también críptica con los integrantes del Complejo Entamoeba spp. [4]. Usualmente se ha considerado a E. histolytica como la única especie del complejo capaz de causar disentería amibiana e invasión extraintestinal, tanto en humanos como animales [2, 4]; sin embargo, estudios recientes, especialmente en Malasia, han aportado fuertes evidencias de que E. moshkovskii ocasiona eventos entéricos patológicos en humanos [2,6]; mientras que E. bangladeshi, una especie del complejo reconocida recientemente en Bangladesh mediante la implementación de métodos moleculares, también posee el potencial patogénico para los humanos [5].
De las cuatro especies del Complejo, hasta el presente en Venezuela solo se ha reportado la presencia de E. histolytica y E. dispar [3].
Por otra parte, E. hartmannii se puede distinguir de las restantes especies primeramente mediante morfometría, por sus menores dimensiones; mientras que E. polecki y E. coli poseen caracteres morfológicos bien diferenciables; sin embargo, debe tenerse presente que si las coloraciones o montajes de los especímenes se encuentran defectuosos, algunas de estas características morfo-típicas pudieran solaparse [6].
A la luz de lo discutido, ante la dificultad de distinguir las especies integrantes del Complejo mediante criterios morfológicos, cuando se detecten quistes y/o trofozoitos compatibles con Entamoeba histolytica, como en el caso comentado de Muñoz y Rodríguez [1], lo más recomendable y conveniente es realizar el reporte como Complejo Entamoeba spp. o Entamoeba histolytica/dispar/moshkovskii/bangladeshi.