La investigación como instrumento de formación profesional médica

Research as a tool for professional medical training

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La formación de un profesional médico es un proceso permanente, complejo y largo, propiamente inacabable. Está sustentado en los ejes de la ética, trabajo en la comunidad y la investigación ^[1]. De acuerdo con la vigente Ley Universitaria N°30220 y a lo establecido en el Estatuto de cada universidad, el proceso formativo se presenta en las siguientes etapas: Estudios generales, pregrado y posgrado, esta última a su vez está compuesta por la Educación Médica Continua (EMC), Segunda Especialización, Maestría y Doctorado ^[2].

Todo lo cual formaliza el concepto general y básico que el médico tiene que mantenerse en constante incremento y reactualización de sus conocimientos, para estar acorde con las necesidades de la atención de los pacientes, de la creación o descubrimiento de nuevos conocimientos y la trasmisión de estos para la adecuada formación de recursos humanos en salud, en síntesis, la práctica profesional, la investigación en salud y la educación médica. Por lo tanto, se requiere de la investigación científica, no solo por los beneficios que trae sobre la salud y el progreso de la ciencia, sino también para la propia formación profesional ^[3-7].

LA INVESTIGACIÓN EN EL PREGRADO

La investigación en el pregrado presenta dos modalidades, la formal o curricular y la no curricular. La modalidad curricular se lleva a cabo mediante las asignaturas establecidas en el plan de estudios de la Escuela Académico Profesional de Medicina y la no curricular mediante las actividades organizadas por los estudiantes y las dirigidas por los docentes, que incorporan a estudiantes en los proyectos de investigación que realizan y en la elaboración de la tesis para optar el grado de Bachiller en Medicina ^[8].

Un aspecto muy importante de la nueva Ley Universitaria es la obligación de acceder al grado de bachiller con una tesis, con lo que se ha dejado atrás la norma del bachillerato automático decretada por el expresidente Ing. Alberto Fujimori en 1992 que, aparte de ser una intromisión del Estado en la autonomía universitaria, ocasionó un grave daño al desarrollo de la investigación en el país. A este propósito es indispensable rememorar que, desde los albores de la vida académica de la Facultad de Medicina, esto es desde 1857, se tiene la gran experiencia de la importancia de la investigación en el pregrado mediante la realización de las tesis de bachiller. En nuestro concepto es la mejor forma de aprendizaje de la metodología de la investigación. En el catálogo de tesis de la Facultad de Medicina, recopilada por Valladares se registra que entre 1857 y 1899 fueron efectuadas 369 tesis de bachiller, 67 de licenciatura y 286 tesis de doctor ^[9].

En la mayoría las escuelas de medicina formalmente establecidas, en los estudios de pregrado, se imparte enseñanza sobre metodología de la investigación y se hace participar a los estudiantes en trabajos sencillos de investigación, en particular en las asignaturas preclínicas, cuyos resultados suelen ser presentados en los congresos científicos de estudiantes de medicina que se programan en forma anual ^[10-16]. En los programas del post grado, aparte de la enseñanza formal de la metodología de la investigación, en diversas modalidades, los alumnos deben efectuar un trabajo de investigación, como requisito para su titulación (segunda especialización) o su graduación (doctorado, maestría) ^[17-20]. El conocimiento y utilización del método científico desarrolla actitudes, aptitudes, habilidades y competencias en los estudiantes de pre y post grado, indispensables para la obtención de una preparación profesional que permita cumplir con el desempeño pleno de sus actividades, más allá de sus conocimientos ^[21-30].

La utilización de los componentes de la metodología de la investigación como son: identificación del problema, hipótesis, objetivos, variables, material y métodos, resultados, discusión, conclusiones y recomendaciones y bibliografía, inclusive presupuesto, pueden ser trasladados al razonamiento clínico utilizado para la atención de los pacientes, es cierto con un orden diferente, pero del mismo modo eficaz ^[31-40] (Tabla 1). El paciente es objeto y materia de la investigación; se emplea la anamnesis, examen físico y exámenes auxiliares como métodos de diagnóstico que llevan a establecer resultados; se plantea uno o varios diagnósticos (hipótesis); luego conclusiones (diagnóstico definitivo) y recomendaciones (terapéutica); la bibliografía está incorporada en los conocimientos del médico que, en la mejor elaboración utiliza la Medicina Basada en Evidencias y, finalmente, el presupuesto está incorporado en la elaboración de los costos de atención, que comprende diversos rubros ^[41-45].

Esta forma de utilización del método científico permite desarrollar en el estudiante y luego en el profesional médico las actitudes y competencias siguientes:

1. Inducción de una actitud científica

2. Formación del razonamiento lógico,

3. Formación del pensamiento crítico

4. Uso de cálculo de probabilidades

5. Aprendizaje basado en evidencias

6. Inducción a la revisión bibliográfica

7. Participación en la comunidad científica

8. Creación de nuevos conocimientos

9. Aprendizaje de la necesidad de difusión y divulgación del conocimiento

10. Utilización del conocimiento en provecho de la comunidad ^[46-50]

Con este documento pretendo demostrar, que la investigación no solo es una tarea universitaria obligatoria para la obtención de nuevos conocimientos que permitan el desarrollo de la ciencia y tecnología en beneficio de la sociedad, sino que es un valioso instrumento de formación profesional en el campo de la medicina desde el pregrado, orientado a contar en este campo con recursos humanos de alto nivel académico.

Tabla 1.
Comparación de los componentes del razonamiento empleado tanto para el abordaje clínico como el correspondiente al proceso de investigación