Resumen: El presente documento, tiene como finalidad presentar una breve descripción de las categorías Teología de la Liberación y Pedagogía del Oprimido, ambas entendidas como corrientes surgidas en los contextos de América Latina, donde la primera se caracteriza por surgir de la teología a partir de una nueva lectura del evangelio y aproximación crítica del pensamiento marxista interpretados de manera contextual, por su parte, la Pedagogía del Oprimido es abordada desde Freire, donde por medio de la acción educativa entendida de manera crítica busca que el oprimido se reconozca como tal siendo ello una oportunidad para encontrar caminos de emancipación de las estructuras opresoras. De esta manera, comprendiendo las generalidades de la Teología de la Liberación y de la Pedagogía del Oprimido, se pueden identificar algunos puntos de encuentro que permiten articular la reflexión en torno a la liberación, para ello es fundamental el desarrollo alrededor de las categorías de pobre y oprimido debido a que emergen como el centro de reflexión de ambos movimientos posibilitando el actuar político como medio por el cual se alcanza dicha liberación.
Palabras clave:Teología de la liberaciónTeología de la liberación, pedagogía del oprimido pedagogía del oprimido, pobre pobre, oprimido y acción política oprimido y acción política.
Abstract: The purpose of this paper is to present a brief description of the categories of Liberation Theology and the Pedagogy of the Oppressed, the two understandings as surgical currents in the Latin American contexts, where the first is characterized by the emergence of theology From a new reading of the gospel and a critical approach to Marxist thought interpreted in a contextual way, the Pedagogy of the Oppressed is approached from Freire, where the means of educational action understood in a critical way seeks that the oppressed be recognized as such an opportunity to find ways of emancipation from oppressor structures. In this way, understanding the generalities of Liberation Theology and the Pedagogy of the Oppressed, one can identify some points of encounter that allow to articulate the reflection about liberation, for the essential is the development around the categories of poor and oppressed because they emerge as the center of reflection of both movements that enable political action as a means by which liberation is achieved.
Keywords: Liberation theology, pedagogy of the oppressed, poor, oppressed and political dimension.
La Teología de la Liberación y la Pedagogía del Oprimido, un camino hacia la emancipación
Recepción: 19 Marzo 2017
Revisado: 15 Abril 2017
Aprobación: 20 Mayo 2017
El presente documento evidencia los avances investigativos del semillero “Diaconéo & Diaconía” perteneciente a la Licenciatura en Teología de la Facultad de Educación adscrita a la Vicerrectoría de Universidad Abierta y a Distancia–VUAD de la Universidad Santo Tomás. Así mismo, responde a la primera etapa del proyecto de investigación titulado “La Pedagogía del Método de la Teología de la Liberación en América Latina”, el cual está diseñado para articularse, alimentar y complementar la Línea Activa de Investigación del programa llamada “Pedagogía de la Teología”.
Razón por la cual, la pertinencia de esta pesquisa a la línea medular de investigación: Enrique Lacordaire, pretende identificar mediante un estudio documental realizado por medio de RAE, análisis de documentos, encuentros, debates, entre otros, aquellos elementos que ofrecen la Teología de la Liberación, la Pedagogía del Oprimido y los Métodos en la Teología que pueden ser aporte al currículo de la Licenciatura en Teología de la VUAD–USTA.
Es así que el trabajo realizado hasta el presente, se ha concentrado en primer momento en la diferenciación epistemológica de dos categorías que subyacen al problema de investigación, donde se iniciará con la primera de ellas que es la Teología de la Liberación, la cual parte de una lectura del mensaje revelado en los evangelios leídos e interpretados de manera crítica ante la acción de Jesús frente a los vulnerables, pobres, desposeídos, entre otros, es así que una vez identificados los rasgos principales de la Teología de la Liberación podremos avanzar a explorar la segunda categoría de investigación que hace referencia a la Pedagogía del Oprimido, abordada desde los aportes del autor brasileño Paulo Freire, quien plantea el ejercicio educativo como la posibilidad de promover procesos de reconocimiento crítico de situaciones y condiciones de opresión, posibilitando a partir de dicho reconocimiento procesos de liberación.
De esta manera en segundo momento se procederá a identificar y analizar las convergencias entre estas dos categorías, a través de dos puntos en común los cuales se asocian al sujeto (pobre y oprimido) y a la posibilidad de acción (política), que generan los procesos de conciencia crítica y de liberación desde la pedagogía y la teología.
Es así que los avances de investigación hasta aquí presentados permitirán en último momento caracterizar y fundamentar el desarrollo y la exploración a la categoría del Método de la Teología, teniendo en cuenta los aportes que a este pueden hacer la comprensión del pobre y oprimido y de la acción política, a partir de la reflexión emanada de la Pedagogía del Oprimido y de la Teología de la Liberación.
La Teología de la Liberación latinoamericana nace a finales de la década de los 60´s, al percibir la situación de marginación y opresión de los pueblos; surge como necesidad de respuesta a las condiciones y urgencias propias de los contextos dirigiendo su mirada al marginado, al pobre, al oprimido, tal como lo hizo Jesús (Lc 4, 18); por consiguiente esta lectura del evangelio implica una fe traducida en obras, que a la vez salve, renueve y restaure la dignidad humana pisoteada por los sistemas políticos y económicos que privilegian el dinero y el poder sobre la persona.
Es así que la Teología de la Liberación en atención al plan salvífico de Dios y al seguimiento evangélico no es ajena a la historia humana, y busca permear el quehacer diario del ser humano, inserto en la vida comunitaria y desembocando en un auténtico compromiso cristiano contra la opresión; lo anterior exige una mirada de fe que descubra la presencia interpeladora de Dios en los acontecimientos de injusticia y desigualdad, haciendo opción por la “experiencia cotidiana de la injusticia y pobreza en que son obligados a vivir millones de hermanos latinoamericanos”(Oliveros, 1993, p. 18).
Sumado a lo anterior la teología de la liberación se basa en un método que analiza y estudia profundamente la realidad viva de los pueblos latinoamericanos y sus comunidades a la luz de la revelación de Jesús en atención a la viva realidad (Ellacuría, 1984, p. 154). Es así que la Teología de la Liberación se presenta como reflexión crítica y sistemática de la Palabra de Dios revelada, mostrándose expectante ante los signos de los tiempos, para ser expresión y respuesta ante el derecho de los pobres a pensar su fe (Gutiérrez, 1988, p.16), en un contexto de liberación donde la esperanza debe estar latente en el saber interpretar y escuchar la Palabra del Señor, en respuesta al clamor de los oprimidos.
Para hablar de la Pedagogía del Oprimido es necesario remitirse a Paulo Freire, pedagogo brasileño e ícono de la pedagogía latinoamericana, ya que él concibió la pedagogía del oprimido como una práctica educativa con perspectiva política, donde el camino más eficaz para la enseñanza en un contexto de opresión es la pedagogía de los hombres que se empeñan en la lucha por su liberación, y debe tener, en los propios oprimidos que se saben o empiezan a conocerse críticamente como oprimidos, uno de sus sujetos (Freire, 1970) . Ello empieza a partir de la toma de conciencia de la realidad opresora del pueblo latinoamericano; es así que el oprimido, es el sujeto que se debe descubrir y liberar, buscando su participación activa de manera crítica en el mundo, superando la realidad de marginación y dominación a la que se es sometido; dicho de otra forma, el ser humano en su facultad de analizar el contexto y a sí mismo desde que nace, está llamado a través de la práctica educativa a denunciar las injusticias para actuar con precisión en la práctica de la libertad, (Freire, 1970).
De igual forma, “cuando Freire hace mención del contexto de deshumanización en el que se da la contradicción principal entre Opresor-Oprimido, está planteando que tanto en los despojados como en los que despojan se da una condición de pérdida de humanidad”(López, 2004, p. 42), lo que conlleva a que la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos es liberarse a sí mismos y liberar a los opresores, debido a que estos que oprimen, explotan y violentan en razón de su poder, no pueden tener en dicha autoridad la fuerza de la liberación de los oprimidos ni de sí mismos, es así que sólo el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será suficiente para liberar a ambos (Freire, 1970), para ello, el autor propone que el oprimido que se encuentra en medio de un dilema (pues en sí mismo posee un potencial opresor) y la inautenticidad, debe pasar por un proceso en el cual logre comprender su situación de opresión y liberarse del miedo a la libertad, para luego buscar responsablemente la recuperación de su humanidad y luchar por liberarse, logrando mantenerse en un continuo proceso liberador.
En síntesis, la pedagogía del oprimido se elabora con él oprimido y no solo para él oprimido, en tanto hombres o pueblos en la lucha permanente de recuperación de su humanidad (Freire, 1970) lo que conlleva a una praxis humana comprendida como reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo, constituyéndose de esta forma en el sujeto principal de la práctica de la libertad, razón por la cual la pedagogía del oprimido busca formar sujetos críticos y pensantes, capaces de contribuir a la construcción de una sociedad igualitaria y democrática desde su realidad de dominación y empoderamiento.
Una vez analizadas las particularidades de la Teología de la Liberación y de la Pedagogía del Oprimido, se evidencian ciertos matices que las hacen diferentes pero a la vez también se perciben ciertos elementos que las conectan y que se pueden aprovechar para que se contribuyan recíprocamente en la fundamentación de un método teológico.
Es por eso que a continuación se evidencian algunos de los puntos de encuentro que se caracterizan por la identificación de los sujetos que en este caso están asociados a los pobres y oprimidos, y a la posibilidad de una praxis que se concretiza en el caso de la acción política; es ante lo anterior indispensable tener en cuenta que tanto la Teología de la Liberación como la Pedagogía del Oprimido son diferentes, fruto de una comprensión otorgada por la naturaleza misma de la teología y de la pedagogía pero que apuntan al claro objetivo de liberación de las condiciones de opresión.
Tanto para la Pedagogía del Oprimido como para la Teología de la Liberación el objeto de su atención es el pobre u oprimido, pues tal como se referencia en el documento de Medellín (1968) ellos son resultado de la marginación, injusticia y opresión social, económica y política; en efecto, en una lectura contextual de la realidad latinoamericana, los pobres u oprimidos son una clara y latente realidad que se encuentra ante el desafío de la lucha por la liberación de los sistemas opresores.
Por su parte, para la Teología de la Liberación el pobre u oprimido constituye un lugar teológico privilegiado de la praxis y de la reflexión cristiana en la cual se descubre a Dios, (Ellacuría 1984, p. 163) y se entiende que la pobreza y desigualdad es una realidad contraria al Reino (Lc 18, 24-25) y ante la cual la iglesia debe tener un claro compromiso en favor de los más necesitados; al respecto en las conclusiones de la Conferencia Episcopal de Medellín (1968) se anota: “Esta compleja realidad sitúa históricamente a los laicos latinoamericanos ante el desafío de un compromiso liberador y humanizante” (p. 73).
Cabe indicar que en la Teología de la Liberación, no sólo se aborda la categoría de pobre u oprimido, sino que también se exploran otras acepciones tales como los excluidos, las víctimas, o el pueblo crucificado indicado por Jon Sobrino (2001, p. 624) que hacen referencia a condiciones de la misma realidad latinoamericana y que se privilegian en las elaboraciones teológicas y en la praxis.
Ahora bien, en la Pedagogía del Oprimido, se comprende como centro de atención aquel que ha sido deshumanizado y tratado como objeto por parte de los sistemas opresores, y que en medio de dicho sometimiento está invitado a ser protagonista de su propia historia y de su propia liberación, bajo la acción de ser consciente de su situación para que así y de manera responsable luche por humanizar su propia realidad, liberándose no sólo a sí mismo sino liberando también al opresor que termina siendo también oprimido de las estructuras políticas, sociales y económicas (Freire, 1970) es así que para la pedagogía de Freire, se comprende el oprimido en dos vías, la primera en el papel de víctima, que en un símil con la teología de la liberación hace referencia también al pobre, excluido, marginado, entre otros y la segunda en el papel de opresor que en la teología de la liberación es aquel del que se debe liberar el pobre.
Otro punto de encuentro que en la investigación se ha podido establecer entre la teología de la liberación y la pedagogía del oprimido, son las implicaciones políticas que acarrean estas dos corrientes, pero para poder entender cómo funciona ello es importante dejar en claro que la política y lo político no pueden restringirse a las acciones del gobierno, el Estado, los partidos políticos, el parlamento, las constituciones o el voto, sino que las implicaciones políticas versan sobre la toma de postura de los agentes, para organizarse en pro de cambios estructurales que representen nuevas comprensiones en las estructuras de poder y en función de las relaciones sociales mismas (Torres, 2004, p. 20).
Es así que la teología de la liberación a partir de la lectura evangélica, evidencia que la vida de Jesús tuvo un esencial carácter sociopolítico, que entró en colisión con los poderes opresores de su pueblo (Ellacuría, 1984. p. 238), al buscar una inclusión que rompiera con las estructuras de poder y fomentará un trato dignificante con fuerte impacto social en un paradigma de justicia; en consecuencia, esta lectura del evangelio debe motivar a sus lectores claramente a “una hermenéutica política del evangelio” (Gutiérrez, 1975, p. 38), que anime el hecho de reivindicar la condición de los oprimidos y la liberación de los sistemas opresores, animando cambios en las compresiones políticas de injusticia, del mismo modo en que lo hizo Jesús de Nazaret en su tiempo.
Por su parte, en la pedagogía del oprimido propuesta por Freire hay una clara apuesta por la educación, como método de acción transformadora, que cumple su objetivo repercutiendo en las conciencias, de las personas (Freire, 1974), generando procesos interiores de crítica que permitan la posibilidad de la toma de conciencia histórica y esto se revierta en una praxis, que los comprometa con la transformación de la realidad opresora, motivando así una participación política surgida desde el mismo agente consciente de su situación y de su realidad, que busca transformar (Freire, 1970).
En el recorrido de este proceso de investigación, se ha podido evidenciar que la Teología de la Liberación y la Pedagogía del Oprimido son dos corrientes que surgieron de manera simultánea en un contexto particular como lo es el Latinoamericano, donde se comprende una realidad de manera crítica y es así que tanto esta teología como esta pedagogía asumen posturas con implicaciones políticas de las realidades contextuales analizadas.
Asimismo, en este avance dentro del proyecto de investigación se evidencian varios puntos en común entre la Teología de la Liberación y la Pedagogía del Oprimido, tales como la centralidad en los sujetos, entendidos como pobres, oprimidos, víctimas, excluidos, entre otros con la capacidad de ejercer acciones que los liberen de esta condición que degrada su dignidad y su condición de humanos por medio de la acción política que se convierte en el segundo punto de encuentro que posibilita el actuar en conjunto en pro de la liberación de los sistemas opresores.
De igual modo llama la atención el hecho de que tanto la teología de la liberación, como la pedagogía del oprimido se valen de recursos distintos para llegar a mencionada liberación, la primera acudiendo a la lectura evangélica en búsqueda de identidad para el sujeto, optando por el seguimiento del ejemplo de Jesús; mientras que la segunda partiendo de la necesidad de que el sujeto sea consciente de su situación por medio de la educación y asimismo se le brinde las herramientas para que pueda ser agente de transformación en los procesos históricos de opresión buscando una emancipación de los sistemas opresores, entrando en la dinámica de doble liberación, es decir de liberarse a sí mismo y luego liberar a los opresores que son a su vez también oprimidos según lo presenta Freire.
Finalmente, después de presentar este análisis se evidencia que para la fundamentación de un método en el contexto latinoamericano que beba de la Teología de la Liberación y de la Pedagogía del Oprimido es necesario y pertinente que se tengan en cuenta estos dos puntos de encuentro, pues el uno hace referencia a los sujetos y el otro a la praxis que es en últimas la que posibilita y hace realidad los procesos emancipatorios.
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