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La movilización social en entornos digitales: una revisión de la producción científica en español en el siglo XXI
Social mobilization in digital environments: a review of Spanish-language scientific production in the 21st century.
Reflexión Política, vol. 24, núm. 49, pp. 6-20, 2022
Universidad Autónoma de Bucaramanga

Artículos


Recepción: 13 Febrero 2022

Aprobación: 17 Marzo 2022

DOI: https://doi.org/10.29375/01240781.4374

Resumen: Esta investigación abordó las tendencias de producción científica en español en el siglo XXI con respecto a la relación entre los movimientos sociales y el ecosistema digital impulsado por internet, desde una revisión documental de artículos de revistas científicas en español, rastreados en bases de datos de acceso abierto. En una muestra de 114 artículos, con un diseño longitudinal, se realizó en una primera fase una interpretación cuantitativa de la evolución temporal de las tendencias, para luego ofrecer una mirada cualitativa centrada en tres momentos clave del período estudiado. Las conclusiones apuntan a un reconocimiento progresivo de la academia hacia la conformación de espacios de interacción social con influencia en el activismo y la movilización, desde plataformas como Facebook, siendo esta una de las más estudiadas durante la segunda década. Hay una mirada creciente hacia la movilización estudiantil y las acciones colectivas feministas, en un contexto estimulado por Chile y España. El uso progresivo de técnicas de investigación asociadas con la revisión del discurso consolida el reconocimiento de las plataformas digitales como potenciales centros de registro para interpretar la movilización social, con categorías derivadas de las ciencias políticas y la comunicación

Palabras clave: Ciberactivismo, investigación social, internet, movilización social.

Abstract: This research is an approach to the trends of scientific production in Spanish in the 21st century on the relationship between social movements and the digital ecosystem driven by the Internet. This is a documentary review of scientific journal articles in Spanish, tracked in Open Access databases. In a review of one hundred and fourteen articles, with a longitudinal design, a quantitative interpretation of the temporal evolution of the trends was carried out, to then offer a qualitative look focused on three key moments of the period studied. The conclusions express a progressive recognition of the academy in the formation of spaces for social interaction with influence on activism and mobilization, from platforms such as Facebook, this being one of the most studied during the second decade. There is a growing look towards student mobilization and feminist collective actions, in a context stimulated by Chile and Spain. The progressive use of research techniques associated with discourse review consolidates the recognition of digital platforms as potential registration centers to interpret social mobilization, with categories derived from political science and communication.

Keywords: Cyber activism, social research, Internet, social mobilization.

Introducción

En las primeras dos décadas del siglo XXI coincidieron dos aspectos que, en cierta forma, estimulan intereses en la investigación académica: 1. Las crecientes innovaciones tecnológicas alrededor de un sistema de comunicación digital; y 2. La creciente visibilidad de movimientos sociales, con una agenda cada vez más diversa. Según estadísticas reportadas por el Banco Mundial, el siglo XXI inició con 6.7% de la población haciendo uso de internet, con una tendencia creciente. En el año 2019, ya los datos reportaban que más de la mitad de la población mundial (56.7%) estaba conectada a internet, lo cual refleja un crecimiento sostenido de la apropiación social de este ambiente de interacción, en las primeras dos décadas1.

El fortalecimiento de la comunicación digital puede interpretarse desde una mirada sociotécnica en la que, a partir de una serie de innovaciones en la web, se ofrece un panorama de uso que va configurándose progresivamente. Muy especialmente, en la segunda década se reconoce un impacto en el intento de masificación de internet con el inicio de una serie de aplicaciones y páginas de internet que utilizan la inteligencia colectiva para proporcionar servicios interactivos en red, y que le confieren al usuario el control de sus datos (Briceño, 2014). En la literatura, este quiebre se ubica en el año 2004 con la aparición del término “web 2.0” (La Fuente, 2007; Scolari, 2012), y se dibuja mejor y mucho más rápido con la aparición de las plataformas llamadas redes sociales, como Facebook, Twitter y, más recientemente, Instagram.

Desde esta perspectiva, partimos de la idea de Elizalde (2003) en la que, dada una respuesta social favorable hacia un ambiente técnico, inicia un proceso de institucionalización que incluye normas, organización, jerarquización y significación cultural en un proceso de adopción por parte de la sociedad.

En este artículo partimos de la idea de un escenario emergente en la comunicación pública (Briceño, 2014) que, a partir de la aparición de internet, propone una dinámica distribuida entre emisores y receptores alrededor de innovaciones técnicas y ayuda a configurar de una manera compleja la movilización social, por solo concentrarnos en uno de los ámbitos estudiados. Este escenario obliga, desde diversas disciplinas, a una revisión sobre la relación entre las tecnologías de información y comunicación digital y la movilización social.

Paralelamente, aunado a la discusión promovida hacia finales del siglo XX sobre la participación ciudadana y en medio de una búsqueda de soluciones al malestar o déficit democrático, surgen miradas nuevas con la comunicación digital como centro:

¿Qué supondrá Internet en el desenvolvimiento de la participación democrática? ¿Mejorará el grado de información o ilustración en materia política? ¿Permitirá debates diferentes y menos mediatizados? ¿Hará posible una mayor participación democrática que levante el bajo tono de implicación democrática de la ciudadanía o una acción política organizada desde bases ciudadanas en democracia? (Díaz Muñoz, 2010, p. 250).

Badillo y Marenghi (2001), enfatizaron sobre las incidencias de estos nuevos escenarios de comunicación en la democracia:

El nuevo contexto social no afecta específicamente a los mecanismos de la comunicación social existentes hasta ahora, sino que de hecho repercute en la sociedad en su conjunto, en la medida en la que esta parece tender ahora a constituirse sobre flujos de información interconectados en forma de red que usan la tecnología para eliminar las distancias espaciales y temporales. ¿Podemos aceptar que la revolución de la sociedad informacional afecte a las grandes cuestiones de la sociedad y no afecte a la propia democracia? (p. 50).

En la primera década del siglo XXI se plantean reflexiones basadas en incipientes innovaciones web. Autores como Hacker y van Dijk (2000) consideran la noción de democracia digital2, centrados en las aplicaciones que en el momento permitían un impacto en la política, de acuerdo a las posibilidades de comunicación, pero las características tecnológicas no avizoraban aún capacidades y autonomías ciudadanas en las iniciativas de participación. Se trata entonces de modelos conceptuales muy lineales para interpretar la relación entre el Estado y la ciudadanía, mediados por los incipientes entornos digitales.

Vadel (citado en Posada, 2011) propuso tres ejes de la democracia electrónica o estadios que le dan sentido a la web: información, deliberación y tomas de decisiones o movilización. Sin embargo, no es sino en la segunda década del siglo XXI cuando se alcanza un escenario sociotécnico que impulsa con fuerza la fase de movilización social en los entornos digitales. Para Castells (2013),

[...] mediante la articulación entre innovación tecnológica, difusión de la telecomunicación digital y afirmación global de la cultura de libertad, amplios sectores de los ciudadanos, sobre todo en las generaciones jóvenes, han construido su sistema propio de autocomunicación en el que viven, trabajan, debaten, sueñan, se enamoran, se enfadan y cuando hace falta se movilizan (p. 10).

Es en la segunda década, con la consolidación de servicios y aplicaciones centradas en el usuario, cuando un ambiente de autopublicación y circulación colectiva de contenidos posibilita prácticas de interacción social que obligan a una interpretación formal desde la academia. Facebook, Twitter e Instagram, junto a WhatsApp, han pasado a dominar la lógica de circulación de la información desde un ecosistema soportado por cinco grandes grupos tecnológicos que compiten por la atención de los usuarios (Miguel de Bustos e Izquierdo- Castillo, 2019). Podría decirse que la red social Facebook, nacida en el año 2005, constituye el ejemplo de éxito más fehaciente, con sus 2.500 millones de usuarios en el mundo3, con una agenda muy diversa de contenidos y una riqueza impensada de interacción.

Tabla 1
Uso creciente de plataformas redes sociales en segunda década siglo XX

Fuente: Panorama mundial de las redes sociales - Datos estadísticos. Statista.

Esta segunda década, testigo del aumento significativo en la aparición y uso de las redes sociales, también lo fue de una especie de expresión digital de la movilización social, con la protesta como acción colectiva. Algunas protestas tuvieron un impacto inédito, como la llamada primavera árabe, en el período 2010-2012. La particularidad de estas acciones provocó reflexiones contundentes sobre el poder de las redes sociales en la movilización social:

[...] todo comentario sobre la «primavera árabe» implica que la palabra «revolución» esté acompañada de términos como «Facebook» o «Twitter». Más que su «carácter árabe», en definitiva el acontecimiento parece constituirlo el hecho de que estas «revoluciones 2.0» inaugurarían una nueva era en la cual el uso de las redes sociales da una dimensión inédita a la política (González- Quijano, 2011).

Dado este escenario, Briceño (2014) propone cambios en el sistema de la comunicación pública, presionados por una nueva organización de la producción y distribución de la información, un fenómeno que reconoce como emergente en el siglo XXI, al generarse un quiebre del sistema centralizado de la comunicación pública, propio del siglo XX, en el que tuvieron ocupación importante la prensa, la radio y la televisión.

Frente a estos escenarios, disciplinas como la sociología, las ciencias políticas, la antropología y la investigación en comunicación han acudido a un acercamiento académico que en cierta forma se convierte en una búsqueda constante (conceptual y procedimental) en el reconocimiento de las plataformas digitales y su impacto en la movilización social, dado el viraje del entorno centralizado en el que en gran parte del siglo XX habían sucedido las explicaciones asociadas a la democracia, la participación, las acciones colectivas y la relación entre el Estado y la ciudadanía.

Tomando en cuenta que la comunicación digital empieza a ocupar un espacio de uso creciente en el siglo XXI, en un contexto de definiciones nuevas para su estabilización organizativa, esta investigación se propone revisar los posibles cambios generados desde la academia para mirar el fenómeno de la movilización social expresado en este entorno.

Tomando la producción científica como indicador de estas tendencias, esta investigación se centró en revisar artículos sobre la movilización social en los entornos digitales en el siglo XXI, reportados en revistas de acceso abierto en el idioma español. Específicamente esta revisión buscó responder a la interrogante: ¿cuáles fueron los cambios en la investigación académica en español generados en las primeras dos décadas del siglo XXI sobre la movilización social expresada en entornos digitales?

La investigación sugiere una transformación de la mirada epistémica y organizativa frente a los objetos de estudio relacionados con la movilización social en los entornos digitales, como parte de un complejo sistema cultural de adaptación a escenarios emergentes, los cuales la academia se ve obligada a comprender.

Antecedentes

Desde finales de la primera década del siglo XXI, se empieza a asomar el impacto de la interacción social en entornos digitales en el ámbito de la investigación científica, “un hecho que resulta desconcertante y sirve de inspiración a la vez” (Spence, 2014, p. 9).

Ante el escenario creciente e inesperado de la interacción social en los entornos digitales, impulsado por la suma de innovaciones tecnológicas, las ciencias sociales permanecieron en estado vigilante en los primeros años del siglo XXI, pero sin una ruta clara del camino a seguir frente a los nuevos retos que planteaba una nueva dinámica de cultura digital también en proceso de consolidación. Spence (2014) refuerza:

Las instituciones universitarias (...) todavía se muestran indecisas en muchos aspectos sobre cómo responder a los retos importantes que la tecnología digital plantea para las prácticas científicas (...) los investigadores en temas digitales a veces han tenido dificultad a la hora de crear una visión científica integrada que fusione aspectos prácticos y teóricos, y que sepa responder ante las necesidades actuales de investigadores en ciencias sociales y humanidades (p.9).

Para Estalella y Ardévol (2011), pese a las expectativas en las ciencias sociales sobre la posibilidad de transformar los métodos y técnicas de investigación a través de internet y las tecnologías digitales, esta área del conocimiento tardó en ser incluida en las instituciones públicas en torno a la digitalización de la ciencia y enfrentaba un debate fragmentario y marginal, aunque el interés por internet y las tecnologías digitales se hubiera intensificado desde la década de 1990.

En el caso de la investigación en comunicación, por ejemplo, Briceño (2017) sostiene que las innovaciones en la comunicación digital proponen un nuevo reto procedimental, organizativo, teórico y metodológico al removerse la histórica condición sociotécnica que ha soportado a la disciplina. En este sentido, esta autora sostiene que las premisas epistémicas y procedimentales de esta área del conocimiento humanístico surgieron en un contexto técnico centralizado, constituyendo, en términos kuhnianos, la llamada “ciencia normal”, y que los cambios asoman una “ciencia extraordinaria”.

Podría plantearse que las llamadas propiedades epistémicas de las ciencias sociales, entendidas por Pereira Almao (2011) como esos supuestos y procedimientos para validar el conocimiento y legitimar su producción, estarían viéndose afectadas por una realidad inédita en la expresión social mediada por entornos digitales, pero además este mismo ambiente reta a la investigación académica en sus técnicas, estrategias y procedimientos para levantar, acopiar, preservar e interpretar el dato social.

De manera específica, desde la sociología, la antropología, la investigación en comunicación y, principalmente, las ciencias políticas, el concepto de acción colectiva y la revisión de los movimientos sociales planteada desde los años setenta tiende a buscar adaptaciones en la interpretación de la movilización social desde los nuevos entornos digitales en un terreno epistémico reconocido como aún disperso y reciente (Castells, 2013; Rius-Ulldemolins, 2015; Ortiz-Galindo, 2016). Cada disciplina intenta su mirada, desde la posibilidad que le permiten sus constructos sobre el tema y las estrategias metodológicas disponibles, algunas en proceso de construcción.

Ortiz-Galindo (2016), defiende que se ha conformado un nuevo campo de estudio en el siglo XXI: el de los movimientos sociales de la era de internet y la web social, impulsado por el aumento de fenómenos colectivos y movimientos sociales que utilizan las nuevas tecnologías de información y comunicación.

En este entorno de estabilización progresiva entre innovaciones tecnológicas y usos (Elizalde, 2003), las ciencias sociales adaptan con cautela su mirada en un camino probablemente incierto, pero en constante definición. Dar cuenta de lo sucedido en la producción científica en español para la revisión de la movilización social apoyada en plataformas digitales podría ser un aporte para comprender los inicios de la academia ante un fenómeno igualmente emergente. En este sentido, la mirada sociotécnica que acá se plantea se centra en la detección del reconocimiento académico frente a un ambiente emergente de interacción; esto podría ofrecer rutas que, a futuro, abrirían las puertas a nuevos constructos teóricos, a ser considerados en otras investigaciones.

Marco metodológico

Esta investigación documental tuvo como unidad de análisis artículos relacionados con el tema de movilización social y su expresión en entornos digitales publicados en revistas científicas de acceso abierto, en español y en el área sociohumanística, rastreadas en forma interoperable por Google Scholar y disponibles en directorios como Scielo, Redalyc y Dialnet. El rango de publicación seleccionado fue la producción reportada en el período 2000-2019, es decir, casi dos décadas del siglo XXI. Fueron excluidos otros materiales de investigación, como literatura gris (tesis) y libros.

Para el levantamiento de la información se realizó una búsqueda manual de artículos en las bases de datos de acceso abierto, teniendo en cuenta combinaciones de las palabras clave: movilización social, redes sociales, activismo digital y ciberactivismo. Se tomaron como referencia algunas clasificaciones y términos sugeridos por Ortiz (2016), en torno al repertorio de participación política o formas de acción política. Cada filtro de búsqueda arrojó un número de artículos que fue revisado manualmente hasta un punto de saturación, es decir, cuando ya no cumplían los criterios de selección (artículos de revistas científicas en áreas de ciencias sociales, en español, producidos en el siglo XXI y que estuvieran en el área de análisis). La población universo de esta búsqueda fue de 112 artículos.

Tabla 2
Población universo, según, el reporte de búsqueda con los criterios de esta investigación

Fuente: Elaboración propia

Aunque el levantamiento de la información se realizó durante el mes de febrero del año 2020, la clasificación por años del insumo obtenido permitió un diseño longitudinal con una interpretación de evolución temporal de las tendencias. El enfoque, predominantemente cuantitativo, es complementado con una interpretación cualitativa en tres años clave del período analizado.

La información fue clasificada en dos etapas:

1. Clasificación de los datos levantados, con una mirada cuantitativa, centrados en categorías de análisis, dividas en dos dimensiones:

  • Caracterización del material (sobre el perfil del artículo): seis categorías

  • Marco de la investigación: nueve categorías (el insumo principal fue el resumen).

Tabla 3
Categorías definidas para la clasificación de la información

Fuente: Elaboración propia

En esta primera etapa se logró levantar una matriz de corte bibliográfico en un documento Excel que fungió como instrumento de acopio de la población de artículos reportados en la búsqueda, con una categorización del contenido, centrada en los metadatos y el resumen como principal insumo.

2. Interpretación cualitativa en tres ejes temporales de quiebre: los resultados de la primera etapa permitieron detectar una tendencia temporal centrada en la producción científica, es decir, número de artículos publicados en cada año. Se decidió realizar una revisión documental centrada en la revisión del contenido de los artículos en tres puntos temporales: el inicio (primera década acumulada), y más dos puntos de quiebre en la producción científica en la segunda década (dos años con mayor número de artículos). Se realizó entonces en esta segunda etapa una revisión documental cualitativa de los artículos en estos tres períodos con una clasificación del contenido que permitió hacer énfasis en categorías emergentes en cuanto a preocupaciones epistémicas, tendencias metodológicas y problematizaciones centrales. En esta etapa se hizo uso de herramientas como nubes de palabras de los artículos con conteo que permitieran agrupar énfasis derivados de los contenidos de los artículos.

Esta submuestra consta de un total de treinta y nueve (39) artículos. Estos puntos temporales expresan un inicio, un punto intermedio de gran producción científica y un cierre en el período analizado. Desde una mirada cualitativa, este corpus fue sometido a un análisis temático, técnica sugerida por Braun y Clarke (2006) para permitir la identificación e interpretación de patrones en datos levantados.

El criterio para definir el análisis temático en la muestra de los tres puntos de comparación, fue:

  • Número de autores.

  • Enfoque teórico o aplicado.

  • Énfasis en la problematización.

  • Nociones conceptuales emergentes.

  • Matiz en la relación entorno digital-movilización social (optimista, pesimista).

  • Metodología (técnicas o estrategias procedimentales).

  • Contexto estudiado (movilizaciones específicas).

  • Tendencia disciplinar.

  • Plataformas digitales centrales.

  • Categorías emergentes (revisiones comunes o muy particulares).

Resultados relevantes

De los 112 artículos revisados en revistas de acceso abierto sobre el tema que nos ocupó, destacamos los siguientes resultados:

Tendencia en el tiempo de la producción científica

Los resultados arrojados reportan en la primera década (2000-2010) una baja producción científica sobre el tema (6 artículos), al igual que en los primeros años de la segunda década (2011-2013). Como puede verse en la figura 1, a partir del año 2014 se rompe la tendencia, al duplicarse el número de artículos reportados; después de este año se mantiene en el tiempo un número no menor de diez artículos por año. Pero en el 2019 surge una nueva ruptura. Estos dos años (2014 y 2019) se destacan por tener la mayor cantidad de producción científica (16 y 17 artículos cada año, respectivamente).


Figura 1
Tendencia en el tiempo de la producción científica analizada.
Fuente: Elaboración propia

Enfoques

Durante la primera década, incluyendo también los años 2011 y 2015, predominan las investigaciones con enfoques teóricos. Por su parte, las investigaciones con enfoques aplicados tienen un periodo de crecimiento (2012-2014). Pero el 2019 y 2016 son los años en los que más investigaciones con este enfoque se publican (14 y 10 artículos, respectivamente).

Áreas del conocimiento

Se nota un predominio dividido entre los aportes generados desde los estudios de lenguaje comunicación y cultura (45 artículos); y desde las ciencias políticas (41 artículos, 40% y 36% respectivamente). Lo anterior propone una emergencia del reconocimiento de miradas complementarias desde estas áreas del conocimiento para interpretar la relación analizada entre entornos digitales y los movimientos sociales. En algunos casos, la frontera entre estas áreas del conocimiento es débil.


Figura 2
Áreas dominantes del conocimiento desde las cuáles se aborda el tema.
Fuente: Elaboración propia

Plataformas estudiadas

Durante la primera década y hasta el año 2011, predomina en las investigaciones el análisis sobre plataformas como páginas web, foros online y blogs, clasificadas como otras. Por su lado, Twitter solo registra un mínimo de resultados destacables en los años 2012 y 2016 (2 y 3 respectivamente), en comparación con Facebook y los estudios de varias redes sociales, que se reparten equitativamente durante el resto de los años, siendo el 2019 el año con la mayor cantidad de publicaciones donde se analizan estas redes sociales.


Figura 3
Tendencia en las plataformas de redes sociales analizadas
Fuente: Elaboración propia

Tendencia temática en tres momentos del siglo XXI

Con una muestra comparativa de tres momentos en la producción científica revisada, se aspiró a destacar, desde una interpretación cualitativa, los cambios más relevantes en las investigaciones asociadas a la reflexión de los movimientos sociales y los entornos electrónicos. Los puntos en el tiempo fueron: primera década, año 2014, año 2019. Esta muestra resultó de treinta y nueve (39) artículos.


Figura 4
Facebook, jóvenes y feminismo como tendencia en la nube de palabras de los tres períodos clave en artículos en español sobre movilización social
Fuente: Elaboración propia utilizando el programa Wordart.

Primera década: el inicio

En este período los resultados reportan un número de seis (6) artículos que surgen en la segunda mitad de la primera década. El artículo más antiguo en la búsqueda realizada fue: “Internet, política y ciudadanía” (Araya-Dujisin, 2005), en el que se le concede gran fuerza a la incidencia de internet en los nuevos contextos democráticos. En adelante los artículos se aglutinan en los últimos años de la década (2008, 2009). Durante este período los estudios expresan un acercamiento predominantemente teórico de las implicaciones de internet en la configuración de contextos que obligan a expresiones emergentes o reinterpretadas sobre lo político, desde la sociología, ciencias políticas, comunicación y antropología. Se destacan las oportunidades para nuevos enfoques y estudios frente al discurso digital en la comunicación política, como el caso de identidad política en la web (Puyosa, 2008), los nuevos tejidos simbólicos en los procesos de movilización (Lago-Martínez, 2008) y las cadenas como espacio para la organización no formal (Candón Mena, 2009).

El único caso de estudio aplicado del grupo reportado en esta década fue el artículo “«Tormenta» en la Red: apropiación de imágenes y protesta social en torno a una telenovela” (Álvarez, 2007), centrado en la revisión de un foro en internet, con la etnografía como técnica; podría considerarse este artículo dentro de la muestra analizada, como pionero en la literatura científica en español en la presentación de esta técnica aplicada a un caso específico del entorno digital, como estrategia emergente en el diseño de la investigación. Aunque se destaca que Puyosa (2008) propone en su reflexión a la etnografía como técnica para estudios exploratorios, así como también asoma de manera pionera las potencialidades de la minería de texto de los debates políticos en la web, fundamentada en técnicas de recuperación de información y procesamiento de lenguajes naturales.

Se nota en este grupo de artículos un matiz optimista frente a las posibilidades que un escenario técnico emergente de comunicación distribuida puede ofrecer para la reivindicación de movimientos sociales latinoamericanos (Álvarez, 2007; Valderrama, 2008; Lago-Martínez, 2008). No obstante, aunque las posturas confieren entusiasmo frente a un esquema comunicativo inédito, no se alcanza a observar determinismo tecnológico; en algunos casos, de manera explícita se plantea una mirada sociotécnica centrada en adaptaciones de uso, desde la complejidad de los contextos en la movilización social (Valderrama, 2008; Candón-Mena, 2009).

Todos los artículos en este período tienen un solo autor. Entre las plataformas específicas de comunicación digital se asoma el correo electrónico, la mensajería SMS, los foros de discusión en forma general. Ninguna de las incipientes plataformas de redes sociales originadas a finales de esta primera década alcanza a ser preocupación por parte de los estudios realizados en este período.

Tabla 4
Artículos científicos pioneros en. español centrados en movilización social y ecosistema digital

Fuente: Elaboración propia

Todos los artículos de esta primera década problematizan los cambios generados por el escenario emergente que provoca la interacción en sistemas comunicativos asociados a internet. Se plantea en ese contexto de reflexión académica la necesidad de adaptación de nociones conceptuales derivadas de la sociología, como movimientos sociales, acción colectiva (Candón-Mena, 2009; Valderrama, 2008), desde las ciencias políticas, como participación política, ciudadanía, internet y democracia (Araya-Dujisin, 2005; Lago-Martínez, 2008); y desde los estudios culturales y de comunicación, como productos culturales, recepción y discursos sociales (Álvarez, 2007; Puyosa, 2008). Entre las nociones emergentes, se encuentran los términos smartnobs (Rheingold, citado en Candón-Mena, 2009), identidad web (Salazar, citado en Puyosa, 2008), y democracia electrónica (Coleman/Gotze, citados en Araya-Dujisin, 2005).

2014: año de ruptura

En el año 2014 se observa la primera ruptura en la producción científica revisada, al duplicarse prácticamente la tendencia generada en los años anteriores. Este año reporta un total de 16 publicaciones. Se reconoce una tendencia creciente de investigaciones con aplicación de técnicas para interpretar contextos específicos o grupos poblacionales concretos, además de centrar la mirada en Facebook y Twitter como entornos digitales de estudio.

Partiendo de una presentación inductiva desde la interpretación de contextos específicos de movilización social generados en la segunda década, con una expresión inédita en redes sociales, los artículos teóricos del año 2014 se centran en el gran rol de plataformas como Facebook y Twitter (Sanz, 2014) como una configuración de contrapeso al poder mediático tradicional (Castro-Méndez, 2014; Rivera-Hernández, 2014), de gran riesgo para la clase política clásica (Pérez, Camacho y Arroyo, 2014), así como en la identificación creciente de usuarios convencidos del uso de herramientas digitales para ejercer el denominado ciberactivismo (Bajo-Erro, 2014). Todas estas reflexiones se plantean desde una perspectiva optimista de la relación entre la movilización social y las oportunidades técnicas que ofrecen los entornos digitales.

Se observa también una revisión de nociones conceptuales clásicas derivadas de las ciencias políticas y la comunicación como disciplinas. En este terreno se destaca la necesidad de reconsiderar enfoques de la teoría política asociados con la expresión ciudadana, en una nueva sociedad en línea (Jiménez-Barba, 2014); desde esta misma disciplina, se interpreta la contribución de internet en medio de un déficit democrático (Aguirre-Sala, 2014). Y desde una perspectiva sociológica se problematiza la noción de acción social, a partir del uso de las tecnologías de información (Sánchez, 2014).

En el grupo de artículos derivados de investigación aplicada a casos específicos en el año 2014, se nota una tendencia diversa en el uso de técnicas. Puede destacarse el análisis de contenido y de discurso en Facebook y Twitter (Cabalín, 2014; Cárdenas-Neira, 2014); la etnografía en Facebook (García-Gil y Gómez- Serna, 2014); la encuesta online a jóvenes (García, Del Hoyo Hurtado y Fernández, 2014a, 2014b); el análisis estadístico de una encuesta nacional en Colombia sobre el uso político de internet (Orozco-Arbeláez y Ortiz-Ayala, 2014); y el relato de un acontecimiento off line y online (López-García, 2014). Este grupo de artículos reportó una mirada proporcional cualitativa y cuantitativa.

Por otro lado, se destaca este año un interés dominante en los jóvenes como grupo poblacional que impulsa la movilización social o protestas estudiantiles y amplía su radio de acción con el uso de las redes sociales. Particularmente, el interés estuvo centrado en el uso de Facebook por parte de los jóvenes para la movilización social en Chile (Cabalín, 2014) y en Colombia (García- Gil y Gómez-Serna, 2014), así como la representación de la acción política del movimiento estudiantil chileno en Facebook y Twitter (Cárdenas, 2014); se destaca también el interés por conocer la relación entre el activismo online y offline de los jóvenes (Pérez, Camacho y Arroyo, 2014a, 2014b) y el acercamiento a las redes sociales como efecto movilizador y de expansión en la protesta estudiantil en Valencia, España (López-García, 2014).

También se destaca en este período un interés centrado en la revisión de movilizaciones sociales específicas que tuvieron su expresión digital desde inicios de la segunda década, con gran impacto de la presión ciudadana en la agenda pública y toma de decisiones frente al poder. Fueron significativas en este período las investigaciones centradas en la movilización estudiantil del año 2011 en Chile (Rodríguez, Peña y Sáez, 2014; Cabalín, 2014; Cárdenas, 2014) y en el movimiento #YoSoy132 del año 2012 en México (Rivera-Hernández, 2014; Pérez, Camacho y Arroyo, 2014); además de la revolución egipcia de 2010-2011 (Castro-Méndez, 2014); las movilizaciones #Sunu2012 y SamaBaat #kebetu, #sunuteam o #team221 impulsadas en Senegal (Bajo-Erro, 2014); las protestas reconocidas como #primaveravalenciana #Intifalla, generadas en España en el año 2012 (López-García, 2014); y las iniciativas #Tomalacalle contra la “repartija” y Saqueo al Real Plaza en Perú en el año 2013 (Sánchez, 2014).

Es valioso destacar que por primera vez se reporta un número significativo de artículos que exploran movilizaciones etiquetadas en las redes con el numeral #, conocido como hashtag. Esto refleja la oportunidad para la investigación académica del hashtag como oferta técnica que permite una identificación digital de unidades discursivas temáticas que ya han sido reconocidas por otros autores (Menna, 2012; Mancera y Panno, 2015). El único artículo que se reporta antes del año 2014 centrado en la revisión de una acción colectiva etiquetada en la web con el numeral (#), es: “Caracterizando las elecciones venezolanas a través de Twitter. Caso: #26s” (Artigas, Muñoz, Luengo, Chourio y Fernández, 2012), cuya investigación se propuso revisar las conversaciones de los ciudadanos en la red social estudiada, en tiempos de elecciones en Venezuela, desde una perspectiva novedosa para el momento, con el uso de software para la descarga y análisis de datos en Twitter.

Tabla 5
Artículos pioneros en español con la revisión de movimientos sociales etiquetados con el hashtag

Fuente: Elaboración propia

2019: nueva ruptura

En el año 2019, período con 17 artículos reportados, es notable el dominio de investigaciones empíricas aplicadas a contextos específicos (14 artículos), frente a aquellas publicaciones con enfoque estrictamente teórico (3 artículos), lo cual se distancia de la tendencia reportada en la primera década. Esta tendencia le confiere neutralidad a la mayoría de los artículos, al reportarse resultados de investigaciones más descriptivas que críticas.

Los tres artículos reportados con enfoque teórico reflexivo problematizan nociones principalmente derivadas de las ciencias políticas con nuevos marcos de interpretación en los entornos digitales, como por ejemplo ciber-autonomismo y ciber-populismo (Gerbaudo, 2019), digi-impacto en la participación ciudadana (Moreno y Zirit, 2019) y movilización por los derechos digitales (Segura, 2019).

El conjunto de artículos derivados de investigaciones que buscaron interpretar movimientos específicos reveló un interés en la revisión del comportamiento registrado en las redes sociales, con una tendencia dominante de observación de Facebook como plataforma usada para fines de acción colectiva. Las preocupaciones de investigación más resaltantes en este grupo de artículos estuvieron centradas en el interés por reconocer el uso y estrategias desarrolladas por distintos movimientos sociales en los entornos digitales, como por ejemplo el feminismo (Ramírez-Morales, 2019; Fernández- Romero y Sánchez-Duarte, 2019; Sosa, Galarza y Castro, 2019), los movimientos urbanos (Sierra-Caballero, 2019), la defensa por nuevos recursos de movilidad (Rodríguez- Mera, 2019); y la defensa por los derechos de ciudad (Fernández, Hernández y Barragán, 2019).

Se destacan las publicaciones centradas en género, como el discurso identitario en Facebook de la comunidad LGBTIQ en Túnez y Líbano (Rodríguez- Iglesias, 2019), aunque domina el interés por el movimiento feminista y su expresión digital en temas como la naturalización y despatologización del cuerpo femenino y del ciclo menstrual (Ramírez-Morales, 2019); muy particularmente se reportan varios artículos asociados a las acciones digitales impulsadas por la movilización del #8M en España en el año 2018 (Fernández-Romero y Sánchez-Duarte, 2019; Sosa, Galarza y Castro, 2019; Fernández Rincón, 2019). Otro grupo de artículos sugiere intereses diversos en movimientos muy particulares con expresión en los entornos digitales, como casos de activismos ciudadanos online y su relación con las prácticas políticas en Perú (Castro-Pérez, 2019); la acción colectiva de una agrupación de ciclistas de Quito dentro una red de comunicación mediada por la tecnología (Rodríguez-Mera, 2019); comunidades virtuales que actúan en pro del derecho a la ciudad en Sevilla, contra la turistificación (Fernández, Hernández y Barragán, 2019); el activismo digital en Facebook en el caso de la huelga de la Universidad de Puerto Rico del año 2017 (Vargas, 2019); el activismo digital transnacional generado por migrantes mexicanos en Estados Unidos (Flores-Márquez, 2019) y las ciberacciones para fortalecer la accountability social, desde una revisión asociada al movimiento español 15-M en el año 2011 (Ortiz-Galindo, 2019); como contexto general, también se aborda la experiencia digital de los movimientos urbanos (Sierra-Caballero, 2019). Por su parte, el interés por los jóvenes como grupo poblacional movilizador en los entornos digitales se reporta desde una revisión del activismo en Facebook en el fenómeno de ocupación de las escuelas del estado de Río de Janeiro por parte de estudiantes de secundaria, ocurrido en el año 2016 (Echeverri, Pecly y Santana, 2019), así como un estudio comparado entre universitarios de Chile, México y España y sus acciones de participación política en los entornos digitales (De la Garza, Peña y Recuero, 2019).

En cuanto a las técnicas de investigación, se asoman esfuerzos por desarrollar la etnografía virtual multisituada para evaluar el comportamiento de movimientos específicos en diferentes plataformas (Ramírez Morales, 2019; Ortiz Galindo, 2019; Flores Márquez, 2019), pero la técnica predominante fue el análisis de contenido y análisis del discurso de las unidades textuales o de imágenes registradas en la interacción de las diversas plataformas en casos específicos de los movimientos sociales, con predominio de la revisión de publicaciones en Facebook: interpretación de memes (Castro-Pérez, 2019; Vargas, 2019); encuadre (Fernández-Romero y Sánchez-Duarte, 2019); clasificación de contenidos sobre movilidad (Rodríguez- Mera, 2019); categorización del pensamiento social (Echeverri, Pecly y Santana, 2019). En menor medida se reporta el uso de esta técnica para clasificar contenidos en Twitter: con categorías de discurso antagonista, encuadre de conflictos, uso del humor y articulación de luchas (Fernández, Hernández y Barragán, 2019); y de publicaciones en Instagram: con identificación de categorías discursivas asociadas a imágenes y mensajes feministas (Fernández Rincón, 2019). También se reporta una revisión de contenido asociada a la arquitectura web de un movimiento feminista (Sosa, Galarza y Castro, 2019).

Solo dos artículos reportan en forma explícita el uso de herramientas de monitoreo y análisis estadístico propias de Google o de aplicaciones asociadas a las redes sociales, medición del tráfico en manejadores de contenidos, herramientas de monitoreo en Facebook y de hashtags y herramientas para el monitoreo de tendencias (Sosa, Galarza y Castro, 2019), así como aplicaciones para exportar datos de las redes sociales, herramientas de visualización y análisis de redes y monitoreo en Twitter (Fernández, Hernández y Barragán, 2019).

Conclusiones

Los resultados reportados refuerzan que la segunda década del siglo XXI experimenta una creciente estabilidad organizativa en los entornos digitales, entendida por Elizalde (2003) como la suma de innovaciones tecnológicas y usos, una condición que estimula proporcionalmente a las ciencias sociales a responder por nuevos escenarios problematizadores frente a la interacción ciudadana y la expresión de movimientos sociales.

En medio de una serie de innovaciones técnicas y configuración de nuevas formas de comunicar en las primeras dos décadas del siglo XXI, las ciencias sociales responden a esta realidad con una inclusión progresiva de problematizaciones conceptuales en ambientes de interacción digital, con gran predominio en Facebook como plataforma de encuentro para la movilización social. La agenda de movilización social con los jóvenes como protagonistas a principios de la década da paso a las acciones de reivindicación feminista que de manera concreta dejan en una plataforma como Facebook un registro claro de nuevas agendas potencialmente rastreables para la revisión académica.

Al notarse en la segunda década del siglo XXI, un quiebre importante en la producción científica sobre el tema que nos ocupa, encontramos una expresión movilizadora que, frente a la innovación tecnológica y sus usos colectivos, ofrece escenarios cada vez más concretos, atractivos para la interpretación desde distintas disciplinas de las ciencias sociales. No obstante, las ciencias políticas y la comunicación desarrollan intereses más marcados en el tema.

Esta búsqueda procedimental y epistémica, lenta pero progresiva, es proporcional al fenómeno concreto del activismo digital, que ha obligado a la academia a adaptar constructos para explicar fenómenos nuevos de relación entre el poder y la ciudadanía, lo que refuerza la idea de Briceño (2017) sobre una posible situación extraordinaria en términos kuhnianos.

El progresivo uso de técnicas de investigación asociadas con la revisión del discurso, consolida el reconocimiento de las plataformas digitales como potenciales centros de registro para interpretar la movilización social, con categorías derivadas de las ciencias políticas y la comunicación. En este sentido, la mirada creciente se ha ido centrando en el atractivo lingüístico que ofrece el discurso digital, estimulado por las posibilidades que dejan las innovaciones técnicas frente al registro discursivo voluntario de la movilización social; innovaciones como el uso del hashtag han abierto nuevos caminos en la investigación social sobre el tema. La muestra analizada reporta escaso uso de herramientas automatizadas para el procesamiento natural del lenguaje en la web o de visualización de datos, lo que refleja un largo camino por recorrer en la producción científica hispana en la explotación de estas nuevas posibilidades.

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Notas

1 El informe del Banco Mundial, que tiene como base los datos de la Unión Internacional de Comunicaciones, reporta las clásicas brechas entre países que obligan a una lectura detallada de esta tendencia. Pero para los efectos de este artículo, interesa la transformación rápida de un ecosistema de comunicación, desde la perspectiva del uso. Mayores detalles de este informe pueden encontrarse en el siguiente enlace: https://datos.bancomundial. org/indicator/IT.NET.USER.ZS
2 Al tener incidencia en la información pública inherente al Estado y su relación con los ciudadanos, este quiebre es considerado por algunos autores como la transición entre el modelo de democracia mediática y un modelo de democracia digital (Hacker y van Dijk, 2000), también llamado democracia electrónica (Badillo y Marenghi, 2001; Vadel, citado en Posada, 2011; Coleman y Gotze, citados en Araya-Dujisin, 2005), o ciberdemocracia (Sánchez Carbadillo, 2008), cuya lógica en la visibilidad de la información es distribuida y en redes.
4 Entendida la complejidad de las ciencias sociales para enfrentar la dicotomía teoría-realidad, proponemos de manera práctica, como tendencia de investigación social empírica, al comunto de operaciones metodológicas que permiten ligar teorías con evidencias, siendo el caso: observación, experimentación, medición, diseños de investigación (ver más en Cortes, 2015), con posibilidades cualitativas o cuantitativas. Los ensayos se referirían acá a disertaciones teóricas que no pretenden tal aplicación de técnicas.
Cómo citar este artículo: Briceño-Romero, Y. & Bravo Bautista, L. (2022). La movilización social en entornos digitales: una revisión de la producción científica en español en el siglo XXI. Reflexión política 24(49), pp. 6-20. doi: https://doi.org/10.29375/01240781.4374


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