Editorial
El conflicto es una condición inherente al suceder social e individual, se podría decir incluso, que la psicología toma un estatuto importante en la contemporaneidad, en tanto se ha preocupado, entre otras, por investigar e intervenir en los conflictos que derivan de las relaciones sociales y del mismo del sujeto que exige, que cede, que propone, que anhela e idealiza circunstancias para sí mismo, y que no obstante, en su genuino y necesario intento descubre prontamente que el darse un lugar que lo aproxime a ese deseable de estar bien o bien estar se enfrenta a distintos tropiezos y a sus propias limitaciones y las que le impone el medio. Esas situaciones emergentes que conflictúan obligan a pensar e intentar plantear una respuesta sobre ¿Qué hacer?
Por ejemplo, esta edición nos interrogaba sobre el conflicto en diversos escenarios ¿cómo entenderlo y que hacer al respecto? Por fortuna, contamos con tres relevantes artículos resultados de investigación que nos permiten ampliar la visión sobre esas dinámicas persistentes de conflicto que nos afectan negativamente y plantean maneras prevenidas y temerosas de relacionarnos con los otros y con nosotros mismos, siendo así, estos documentos adquieren un valor importante y necesario en nuestra actualidad porque respondería en tres líneas importantes del conflicto, aquel que se presenta a nivel nacional “El conflicto armado” específicamente la guerra ¿Por qué se mantiene a través del tiempo?; “El conflicto en la escuela” teniendo en cuenta que cada vez más se acentúa que la escuela o los escenarios de formación se convierten en un campo de conflicto, tensión, pugna y no de desarrollo y bienestar como podría idealizarse; por último “El individuo fuente de conflicto -los perfiles violentos-” en tanto no se agota el interés para la psicología en profundizar sobre quiénes son los individuos violentos, siendo ellos mismos evidencia de un conflicto interior que termina por exteriorizarse afectando a los otros ¿Qué características psicológicas permiten definir o entender sus manifestaciones?
Estos escenarios de conflicto convocaron tres apuestas investigativas que merecen ser leídas, de ser posible, discutidas ampliamente: “Concepción en torno a las causas justas de la declaración de guerra”, “Transformación del conflicto y construcción de culturas de paz en las aulas colombianas” y “Perfil psicológico de los reclusos mexicanos mediante el MMPI-2”.
El primer artículo aporta a la comprensión del fenómeno del conflicto armado desde el campo de la psicología social, analizando las actitudes y juicios morales frente a la guerra y la justificación de sus causas. En el segundo documento se recogen investigaciones recientes sobre conflicto escolar y se propone un tránsito entre las perspectivas de resolución de conflicto a visiones como la transformación constructiva de conflicto y la construcción de paz en contextos educativos. Finalmente se cuenta con un artículo que relaciona características de reclusos y reclusas mexicanas con características personales como la Desviación Psicopática (Pd), la Paranoia (Pa), la Introversión social (Si) y la Depresión (D).
Aprovechamos como siempre para motivar la lectura de las secciones: Perspectivas de Intervención y Reflexiones Epistemológica, mismas que se nutrieron con cuatro documentos en temáticas relacionadas con realidad virtual, motivación y estrategias de aprendizaje, tensiones genealógicas en psicología y la enriquecedora entrevista sobre lenguaje, realizada desde España al psicoanalista Jairo Báez.
Es de nuestro interés que los artículos aquí propuestos y en cada una de nuestras ediciones, sean fuente de dialogo y/o discusión, en ese sentido, los invitamos a escribir sus disertaciones, comentarios o preguntas en nuestra sección: Cartas al editor.
Notas de autor
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