Resumen: Se presentan los resultados obtenidos a partir del análisis de isótopos estables (δ13Ccol y δ15N) y de los microrrestos vegetales hallados en el cálculo dental de 43 individuos adultos (28 masculinos – 15 femeninos) y un individuo juvenil (masculino), datados por AMS entre 387 ± 41 y 4058 ± 89 14C años AP, con el objetivo de abordar, desde una perspectiva bioarqueológica, el estudio de la dieta de los grupos humanos que ocuparon la región central del país. Los individuos provienen de 22 sitios arqueológicos, ubicados en dos regiones geográficas diferentes de la provincia de Córdoba: Sierras y Llanuras. Las prevalencias se calcularon considerando sexo, cronología y procedencia geográfica de cada individuo. Los resultados sugieren el consumo principalmente de plantas silvestres con patrón fotosintético C3, tales como Prosopis sp., Geoffroea decorticans . Trithrinax campestris a lo largo de todo el Holoceno tardío, y la incorporación de recursos vegetales cultivados de tipo C4, como Zea mays, y C3 como Phaseolus sp. a partir de los 1192 ± 40 14C años AP en la región Llanuras, con la posterior incorporación de Cucurbita sp. y Solanum tuberosum, ambos con patrón fotosintético C3, hacia los 954 ± 85 14C años AP exclusivamente en Sierras.
Palabras clave:SilicofitolitosSilicofitolitos,Granos de almidónGranos de almidón,Tártaro dental, δ13Ccol y δ15NTártaro dental, δ13Ccol y δ15N,Holoceno tardíoHoloceno tardío.
Abstract: In this paper, results of the analysis of stable isotopes (δ13Ccol y δ15N) and vegetable microremains found in the dental calculus of 43 adult individuals (28 male, 15 female) and one juvenile (male), dated by AMS to between 387 ± 41 and 4058 ± 89 14C years BP, are presented in order to conduct a bioarchaeological study of the diet of the human groups that occupied the central region of Argentina. The individuals come from 22 archaeological sites located in two different geographical regions of Córdoba Province, the Sierras and Llanuras. The prevalence rates were calculated on the basis of sex, chronology, and geographic origin of each individual. The results suggest the consumption mainly of wild plants with a C3 photosynthetic pattern, such as Prosopis sp., Geoffroea decorticans and Trithrinax campestris, during the entire Late Holocene and the incorporation of cultivated plant resources of type C4, such as Zea mays, and C3, such as Phaseolus sp., from 1192 ± 40 14C years BP in the Llanuras region, with the later incorporation of Cucurbita sp. and Solanum tuberosum, both with a C3 photosynthetic pattern, towards 954 ± 85 14C years BP exclusively in the Sierras.
Keywords: Silicophytoliths, Starch grains, Dental calculus, δ13Ccol and δ15N ratios, Late Holocene.
Artículos
Estudio de dieta en poblaciones arqueológicas del centro de Argentina a través del análisis de microrrestos vegetales e isótopos estables
A STUDY OF DIET IN ARCHAEOLOGICAL POPULATIONS OF CENTRAL ARGENTINA THROUGH THE ANALYSIS OF VEGETABLE MICROREMAINS AND ISOTOPIC EVIDENCE
Recepción: 21 Julio 2020
Aprobación: 22 Octubre 2020
El análisis de los macro y microrrestos botánicos en contextos arqueológicos se ha convertido en un instrumento fundamental para la reconstrucción de los modos de vida y patrones de subsistencia de los grupos humanos en el pasado, a partir del cual se logran identificar las principales especies que fueron consumidas, utilizadas y cultivadas por las distintas poblaciones prehispánicas (Recalde y López, 2017; Costa Angrizani et al., 2019; Prieto-Olavarría et al., 2019). A su vez, el estudio de isótopos estables (δ13Ccol y δ15N) constituye una herramienta independiente y complementaria para inferir aquellos recursos potencialmente ingeridos y su importancia relativa en la dieta (Lee-Thorp, 2008; Makarewicz y Sealy, 2015; Fabra y González, 2019). La combinación de ambas líneas de investigación permite estimar con mayor precisión la variedad de alimentos seleccionados, al otorgar evidencia directa sobre el consumo de plantas por parte de las poblaciones que ocuparon la región central del país los últimos 4000 años.
En la provincia de Córdoba, la evidencia aportada desde la arqueobotánica y la etnohistoria sugiere que la recolección se habría basado principalmente en frutos silvestres de tipo C3 tales como el algarrobo (Prosopis sp.), chañar (Geoffroea decorticans) y piquillín (Condalia microphylla) (López, 2017; Recalde y López, 2017), como así también de frutos del tala (Celtis ehrenbergiana), molle (Lithraea molleoides), mistol (Ziziphus mistol) y aguaribay (Schinus areira) (Silva et al., 2001). Por otro lado, hacia los 3000 años AP se habría incorporado en la región serrana el maíz (Zea mays), una de las pocas plantas cultivadas con un patrón fotosintético de tipo C4; y posteriormente, la calabaza o zapallo (Cucurbita sp.), porotos (Phaseolus sp.), quinua (Chenopodium quinoa) y papa (Solanum tuberosum) de tipo C3, hacia los 1028 ± 40 años AP (Pastor et al., 2012-2014; López et al., 2015; Medina et al., 2016); mientras que en la región Llanuras, la cronología de los hallazgos indica una primera incorporación de porotos (Phaseolus sp.) y maíz (Zea mays) alrededor de los 1200 años AP, seguidos por el zapallo o calabaza (Cucurbita sp.) aproximadamente a los 1000 años AP (Tavarone et al., 2019).
A su vez, la alternancia de variaciones climáticas significativas a lo largo del Holoceno, particularmente en el medio, con condiciones áridas y frías que tuvieron un reverso hacia húmedas y cálidas hacia comienzos del primer milenio de la era (Piovano et al., 2009), seguramente tuvo su correlato en la oferta ambiental disponible en la región, así como en los recursos potencialmente seleccionados por las poblaciones asentadas en ambientes serranos y llanos, vinculados a ríos y lagunas.
En este contexto, el objetivo del presente trabajo consiste en contribuir a la problemática de las prácticas de consumo de las principales plantas que fueron seleccionadas por estos grupos humanos a lo largo del Holoceno tardío en ambas regiones geográficas de la provincia de Córdoba, combinando la información obtenida a partir de los microrrestos vegetales contenidos en el cálculo dental (silicofitolitos y granos de almidón) con la de los isótopos estables de carbono y nitrógeno (δ13Ccol y δ15N).
Se seleccionaron aquellos individuos que contaran con información contextual y/o cronológica relativa y absoluta, que permitiera situarlos en un marco temporal y espacial específico (Tabla 1). Durante la extracción del cálculo dental y análisis de microrrestos vegetales se siguieron las pautas metodológicas y bibliográficas presentadas en Tavarone et al. (2018 y 2019). Particularmente para la identificación de los elementos silíceos, se siguió la clasificación propuesta por International Code for Phytolith Nomenclature (ICPN 2.0, 2019); asimismo, cuando la forma no se establece en la codificación, se cita la bibliografía de referencia para cada morfología, mientras que para la descripción de los granos de almidón se siguieron las pautas clasificatorias del International Code for Starch Nomenclature (ICSN, 2011) y bibliografía con material de referencia.
Las determinaciones de los valores isotópicos de δ13Ccol y δ15N fueron realizadas sobre el colágeno de tejido óseo y dental de 33 de los 44 individuos analizados (Tabla 1), como parte de los análisis radiocarbónicos. Se trabajó con tres laboratorios: 1) Escuela de Graduados en Ciencias de Frontera, Universidad de Tokio (código de laboratorio MTC); 2) KCCAMS de la Universidad de Irvine, California (código de laboratorio UCI); 3) Universidad de Arizona (código de laboratorio AA). Especificaciones acerca de las metodologías de extracción y análisis fueron presentadas por Fabra y González (2019). Finalmente, aplicamos un análisis de varianza (ANOVA) para evaluar la significancia estadística de las diferencias observadas; en nuestro caso, el efecto de un factor (región, sexo y cronología) sobre el conjunto de datos de δ13Ccol y δ15N.
Para la asociación de los valores isotópicos con un tipo particular de patrón fotosintético, se siguieron las pautas clasificatorias propuestas por Coltrain y Leavitt (2002) y Giardina y colaboradores (2014), quienes sostienen que poblaciones con un consumo relativamente alto de recursos C4 presentarán valores promedio cercanos o menores de δ13C de -14‰, mientras que aquellas con una dieta principalmente mixta presentarán valores entre -14 y -17‰. Finalmente, poblaciones con dietas ricas en alimentos C3 tendrán promedios por encima de -17‰ (Giardina et al., 2014). En relación con los valores de δ15N, los autores señalan que la mayoría de las plantas terrestres pueden obtener el nitrógeno a partir de las bacterias u otros organismos presentes en el suelo. Sus valores se encuentran en un rango comprendido entre 2‰ y 6‰, el cual puede variar según la temperatura y la aridez ambiental (Ambrose, 1991; Pate, 1994). Por otro lado, y debido a que los estudios dietarios que se encuentran basados en análisis de isótopos estables deben estar acompañados por los valores correspondientes de los diversos componentes vegetales y animales presentes en las cadenas tróficas, para la reconstrucción se han comparado los datos obtenidos con información isotópica publicada para regiones aledañas, ya que no se cuenta hasta el momento con información sobre la ecología isotópica de distintos ambientes de la provincia de Córdoba. Se han considerado los valores de flora arqueológica del sector centro-oeste argentino, el cual presenta condiciones climáticas y ambientales similares a las de la provincia de Córdoba (Ehleringer et al., 1997, Gil et al., 2006, 2009, 2010; Martínez et al., 2009). A su vez, no hubo necesidad de controlar el efecto Suess debido a que no se trabajó con material moderno. Las muestras humanas fueron corregidas -4‰ para δ13Ccol y -3‰ para δ15N, siguiendo a DeNiro y Epstein (1981), Schoeninger y DeNiro (1984), Ambrose (1993) y Ambrose y Norr (1993) (Tabla 2).
La provincia de Córdoba se encuentra ubicada entre los 30° y 35° latitud S y los 62° y 66° longitud O en la región austral de las Sierras y noroeste de las Llanuras pampeanas, y abarca tanto las cadenas montañosas de las provincias de Córdoba y San Luis como las llanuras orientales y occidentales aledañas (Figura 1) (Iriondo, 1990). Geomorfológicamente, esta zona se puede dividir en dos regiones diferentes: Sierras y Llanuras, las cuales se caracterizan por presentar paisajes contrastantes; en ellas se reconocen las provincias Chaqueña, Espinal y Pampeana, dentro del dominio Chaqueño (Cabrera, 1976).
Para analizar la diversidad temporal de la dieta, los individuos fueron agrupados según su cronología, considerando dos bloques temporales diferentes: a) previo a 1200 años AP – en adelante PRE 1200– (Holoceno tardío inicial 4000-1200 años AP); y b) posterior a 1200 años AP –en adelante POST 1220– (Holoceno tardío final 1200-300 años AP). Esta línea de corte fue decidida en base a la evidencia aportada desde las investigaciones arqueológicas que sugieren cambios en las estrategias de subsistencia por parte de estas poblaciones alrededor de 1200 años AP, fundamentalmente por la incorporación de la horticultura a pequeña escala, la producción cerámica y un mayor nucleamiento social (Fabra et al., 2012). Por otra parte, la evidencia isotópica, arqueológica y bioantropológica sugiere diferencias entre las poblaciones asentadas en las regiones de Sierras y Llanuras que reflejarían diversas estrategias vinculadas con la alimentación (González y Fabra, 2018) y usos del cuerpo (Salega y Fabra 2017), así como cambios en la composición genética (Fabra y Demarchi, 2013). De allí que se tendrá en cuenta la procedencia geográfica de las muestras para analizar la presencia de microrrestos vegetales, así como los valores isotópicos de carbono y nitrógeno.
Se analizó un total de 292 muestras de tártaro dental provenientes de 27 individuos (17 masculinos - 10 femeninos) recuperados en 16 sitios arqueológicos. Del número total, cuatro (2 masculinos - 2 femeninos) poseen una antigüedad previa al 1200; de estos se tomaron 36 muestras de tártaro dental, mientras que de los 23 restantes (15 masculinos – 8 femeninos), ubicados en momentos posteriores al 1200, se obtuvieron, en total, 137 muestras de tártaro (Tabla 1).
Los resultados evidenciaron la presencia principalmente de microrrestos vegetales afines a poáceas silvestres, de las cuales se lograron identificar las subfamilias Panicoidea, Danthonioidea, Chloridoidea y Pooidea (N total = 2262 – PRE 1200 N = 498, POST 1200 N = 1764). En las muestras correspondientes al PRE 1200 se observaron 88 elementos silíceos y 63 almidonosos, cuyos atributos morfológicos, según Korstanje y Babot (2007) y Giovannetti et al. (2008), pueden ser asociados a los frutos comestibles del género Prosopis (Fabaceae) "algarrobo"; mientras que en POST 1200 se observaron 241 elementos silíceos y 209 almidonosos asociados al género. A su vez, se hallaron elementos rectangulares de textura plana e incolora (N total = 21 – PRE 1200 N = 17, POST 1200 N = 4) que permitieron determinar la presencia de Geoffroea decorticans (Fabaceae) "chañar" en las muestras (Korstanje y Babot, 2007; Medina et al., 2009). Por último, se identificaron, en total, cinco fitolitos esféricos equinados (PRE 1200 N = 4, POST 1200 N = 1), los cuales fueron asociados con la familia de las Aracáceas, particularmente con la especie Trithrinax campestris “Palma Caranday” (Benvenuto et al., 2015) (Figura 2).
Con respecto a la presencia de plantas cultivadas, se observaron elementos silíceos y almidonosos en muestras fechadas entre los 1080 ± 40 y 387 ± 41 14C años AP, cuyos atributos morfológicos los refieren taxonómicamente al "maíz" Zea mays (Poaceae) (Pearsall et al., 2003; Piperno, 2006), como así también, diez granos de almidón ovalados similares a los citados para el género Phaseolus sp. “poroto” (Babot et al., 2007; Korstanje y Babot, 2007) en los sitios Nunsacat y Loma Bola, con una antigüedad comprendida entre los 387 ± 41 y 954 ± 85 14C años AP. En este último sitio, también se identificó un silicofitolito cuyas características morfológicas permitieron asociarlo a la familia de las Cucurbitáceas (Piperno, 2006). Asimismo, se logró la identificación de tres granos almidonosos probablemente afines a la especie Solanum tuberosum “papa” (Korstanje y Babot, 2007), con una antigüedad de 920 ± 20 14C años AP para el sitio Guasmara, y de 680 ± 40 14C años AP para el sitio Copina. Por último, 225 de los elementos encontrados durante el PRE 1200 no pudieron ser asociados a ningún grupo vegetal del que actualmente se tenga referencia, mientras que este número asciende a 505 durante el POST 1200 (Figura 2).
En esta región se obtuvo un total de 117 muestras de cálculo dental pertenecientes a 17 individuos (5 femeninos – 12 masculinos) provenientes de seis sitios diferentes. Para momentos previos a 1200 años AP, se recuperaron siete individuos adultos (5 masculinos - 2 femeninos); mientras que para el período correspondiente a POST 1200 años AP se recuperó un total de 10 individuos –nueve adultos (6 masculinos - 3 femeninos) y un juvenil masculino– (Tabla 1).
Para ambos períodos cronológicos, los elementos de afinidad graminoide fueron los más abundantes; entre ellos predominaron las formas elongadas (N = 569) y en cono truncado (N = 455), seguidas por las morfologías en silla de montar (N = 21), bilobadas (N = 66), buliformes (N = 67) y oblongas (N = 74). Particularmente durante el PRE 1200 años AP, se identificó la presencia de elementos rectangulares (N = 19) afines a Geoffroea decorticans (Fabaceae) “chañar” (Korstanje y Babot, 2007; Medina et al., 2009). A su vez, se documentó el hallazgo de un total de 47 elementos esféricos lisos asociados con los frutos comestibles del género Prosopis (Fabaceae) "algarrobo" (Korstanje y Babot, 2007). Por otro lado, se identificaron tres fitolitos esféricos equinados, asignados a la especie Trithrinax campestris (Arecaceae) “Palma Caranday” (Benvenuto et al., 2015) en los sitios El Diquecito y estancia La Elisa, con antigüedades de 2331 ± 46 y 1890 ± 49 14C años AP respectivamente. Con respecto a los granos de almidón, para el período PRE 1200 encontramos una alta abundancia de elementos circulares (N = 67), seguida por formas ovales (N = 16) y, en menor cantidad, poligonales (N = 3). En general, los morfotipos circulares fueron descriptos por Korstanje y Babot (2007) y Giovannetti y colaboradoras (2008) como afines al género Prosopis sp. (Figura 3).
Durante el período POST 1200 se observaron elementos fitolíticos afines a panicoides tales como los morfotipos en forma de cruz (N = 3) y wavy-top rondel (N = 4) en seis individuos con antigüedades comprendidas entre los 1192 ± 40 y 537 ± 57 14C años AP. A su vez, se hallaron tres elementos esféricos facetados, lo cual nos permitió identificar al género Cucurbita sp. en un individuo del sitio El Diquecito con una antigüedad estimada de 937 ± 150 14C años AP (Bozarth, 1987; Piperno y Stothert, 2003; Piperno, 2006; Medina et al., 2009). Por otro lado, se observó un elemento silíceo esférico equinado afín a la especie Trithrinax campestris (Aracaceae) “Palma Caranday” (Benvenuto et al., 2015) en el sitio Laguna de la Sal, datado en 623 ± 42 14C años AP (Figura 3). Con respecto a los granos de almidón, se hallaron en total 14 elementos cuya morfología coincide con las variedades descriptas para Zea mays “maíz” (Korstanje y Babot, 2007) en seis individuos adultos, cinco provenientes del sitio El Diquecito y uno del sitio La Orihuela, con edades comprendidas entre los 537 ± 57 y 1192 ± 40 14C años AP. Además, se observaron cuatro granos ovales arriñonados similares a los citados para Phaseolussp. “poroto” (Babot et al., 2007; Korstanje y Babot, 2007) en dos individuos del sitio El Diquecito con antigüedades de 1192 ± 40 y 537 ± 57 14C años AP respectivamente (Figura 3).
Del total de granos de almidón (N = 160) hallados en ambas regiones durante el PRE 1200 años AP, 91 presentaron modificaciones consistentes con la exposición al calor, manejo y procesamiento de los vegetales; así lo revelan diferentes alteraciones tales como grietas, distorsiones, superficies rotas, cruz de extinción expandida e hinchazón general (Babot, 2003, 2006; Henry y Piperno, 2008; Henry et al., 2009). A su vez, se observaron siete (N = 7) silicofitolitos rotos, principalmente bilobados y rectangulares. Particularmente en la región Sierras, de un total de 74 granos de almidón, 23 mostraron las alteraciones previamente mencionadas, mientras que, para en el sector Llanuras, el registro fue de 68 granos de almidón sobre un total de 86 elementos almidonosos.
A su vez, en momentos POST 1200 años AP, si bien se registró la presencia de 285 granos de almidón en la región Sierras y un total de 139 en la región Llanuras, observamos en ambos sectores igual número de elementos afectados por fuentes de calor y la manipulación (N = 104). A su vez, se registró un total de 180 silicofitolitos (12 en la región Sierras y 168 en Llanuras), cuyas superficies originales mostraron roturas compatibles con el procesado o masticado de los vegetales.
Los valores isotópicos obtenidos sobre las muestras óseas y dentales se presentan ordenados considerando las dos grandes regiones de la provincia de Córdoba, Sierras y Llanuras, en la Tabla 1.
Los promedios obtenidos de δ13Ccol, considerando región de origen, presentan valores similares en ambos casos, pero estadísticamente significativos (F = 5,868; . = 0,021), siendo -14,3‰ para las Sierras –n = 21. (en un rango entre -18,1‰ y -10,5‰, desvío estándar = 2,324) y -16,2‰ en Llanuras –n = 15– (máximo -18,3‰ y mínimo -14‰, desvío estándar = 1,168). Por otro lado se observa que, para los individuos femeninos, los rangos varían entre -11,3‰ a -18,1‰, con un promedio de -14,4‰ (n = 12, desvío estándar = 2,224). Similares valores se obtienen para individuos masculinos, los cuales presentan un valor mínimo de -10,5‰ y un máximo de -18,3‰, que arroja un promedio de -15,15‰ (n = 24, desvío estándar = 1,981). Estas diferencias entre los sexos no resultan significativas (F = 1,034, . = 0,316). Por último, durante el período PRE 1200 años AP (n = 12), las muestras presentan valores de δ13Ccol entre -18,3‰ y -11,8‰, con un promedio de -15,8‰ (desvío estándar = 1,776); esto resulta relativamente más empobrecido que lo registrado para momentos posteriores (n = 24), en que los valores obtenidos presentaron un rango comprendido entre -17,7‰ a – 10,5‰, con un valor promedio de -14,4‰ (desvío estándar = 2,055). Estas diferencias observadas son estadísticamente significativas (F = 4,464; . = 0,042). Los resultados podrían vincularse con el consumo de una dieta mixta o de amplio espectro, en la cual los recursos vegetales con un patrón fotosintético tipo C4 han tenido una importancia relativa y creciente hacia el Holoceno tardío final, como lo indica también el promedio obtenido para la totalidad de la muestra.
Con respecto a los valores de δ15N, los resultados oscilan entre un máximo de 12‰ y un mínimo de 6,7‰, con un promedio de 8,88‰ para toda la muestra (desvío estándar = 1,196). A su vez, se observan valores promedios más elevados en la región Llanuras (10,23‰, desvío estándar = 1,278, n = 6) que en Sierras (8,43‰, desvío estándar = 0,777, n =18), con una diferencia estadísticamente significativa (F = 5,070; . = 0,031). Los individuos masculinos presentan valores más elevados de δ15N (n = 16, promedio 8,99‰, desvío estándar = 1,365) que sus pares femeninos (n = 8, promedio 8,67‰, desvío estándar = 0,796), lo cual podría sugerir una incorporación más alta de proteínas de origen animal en la dieta, pero estas diferencias no resultan estadísticamente significativas (F = 0,018; . = 0,893). En cuanto a las variaciones temporales entre ambos períodos (PRE 1200 - n = 5, promedio 9,46‰, desvío estándar = 1,633; POST 1200 - n = 19, promedio 8,73‰, desvío estándar = 1,059), los promedios obtenidos resultan levemente más elevados en momentos posteriores, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (F = 4,053; . = 0,05).
En la región serrana observamos que, durante el período previo a 1200 años AP, el valor promedio del 13C/12C resulta más empobrecido que el registrado para ese mismo período en la región Llanuras (-16,15‰ y -15,7‰ respectivamente); mientras que en momentos posteriores a 1200 años AP encontramos una mayor dispersión en el rango de los valores isotópicos (-17,7‰ y -10,5‰, promedio -14‰), lo cual podría indicar la incorporación en mayor proporción de plantas con patrón fotosintético de tipo C4 (Figura 4). Por otro lado, en la región Llanuras, los rangos en los valores isotópicos obtenidos para momentos anteriores a 1200 años AP resultan similares a los observados para momentos posteriores (-16,15‰ y -16,05‰ respectivamente), esta información podría indicar que el tipo de recurso vegetal no varió significativamente entre ambos momentos, y que la incorporación de plantas C4, tales como el maíz, no constituyó un aporte importante en la dieta (Figura 4).
Considerando el sexo de los individuos, los valores de δ13C para momentos posteriores a 1200 años AP indican una dieta más variada en femeninos (promedio -13,8‰) con respecto a masculinos, probablemente debido a la incorporación de vegetales con patrón fotosintético C4. A su vez, los individuos masculinos presentan valores similares en ambos períodos cronológicos (promedios de -14,3‰ y -14,1‰ respectivamente).
Por otro lado, en la región Llanuras no se observan diferencias que sugieran un cambio o modificación en la selección de los alimentos consumidos por parte de los individuos de ambos sexos a lo largo del tiempo. Por último, podemos observar que los individuos de sexo masculino presentan valores más empobrecidos que sus pares de las Sierras, tanto en momentos previos como posteriores a 1200 años AP, lo cual sugiere un consumo más elevado de plantas con un patrón fotosintético C3.
Si tenemos en cuenta los valores promedio de δ15N durante ambos períodos para hombres (8,3‰ PRE 1200 años AP y 8‰ POST 1200 años AP) y mujeres (8,8‰ PRE 1200 años AP y 8,65‰ POST 1200 años AP) en la región serrana, observamos que son similares, lo que sugiere una alimentación no diferenciada entre los sexos. En la región de Llanura, no se pueden efectuar comparaciones debido a la falta de datos para individuos masculinos en el periodo previo a 1200 años AP. Sí se puede destacar, comparando entre sexos, que para momentos posteriores a 1200 años AP, los valores más elevados se presentan en los individuos masculinos de la región serrana (10,7‰), lo cual propone un alto aporte cárnico en la dieta.
Los valores de δ15N en la región Sierras se mantienen similares entre ambos períodos. Esto podría sugerir que los individuos de ambos sexos seguían consumiendo alimentos parecidos a lo largo del tiempo; mientras que en la región Llanura, observamos que durante el PRE 1200 años AP los valores se presentan levemente más altos, lo cual indicaría un cambio en la dieta hacia un mayor consumo de proteína de origen animal por parte de los individuos de sexo masculino.
A su vez, se observa que los valores de δ13C de la totalidad de las muestras se agrupan entre -10,5‰ y -18,3‰, con un promedio de -14,4‰ y valores de δ15N entre 6,5‰ a 12‰ y un promedio de 9,35‰, lo cual sugiere una variabilidad en cuanto al consumo de recursos con una incorporación relativa de alimentos C4 más marcada para individuos de la región serrana.
La variabilidad observada es más evidente si tenemos en cuenta el origen regional de las muestras: los individuos de las Sierras se acercan más a los recursos del tipo C4 con promedio de δ13C de -14,3‰ y valores de δ15N de 8,25‰; en cambio, en las Llanuras el promedio de δ13C es más empobrecido (-16,15‰) y el de δ15N es más elevado (10,45‰). Comparando estos valores isotópicos con los datos de los recursos vegetales, los individuos de las Llanuras se acercan más a valores ofrecidos por los recursos del tipo C3 y con valores de nitrógeno más enriquecidos (Figura 5).
La información aportada desde el análisis de los microrrestos vegetales contenidos en el tártaro dental resulta coincidente con los valores obtenidos para δ13C y δ15N, los cuales se presentan levemente más enriquecidos a finales del Holoceno tardío, y señalan una incipiente incorporación del maíz en la dieta, principalmente en las mujeres serranas. Es posible que se hayan incorporado otros vegetales con fotosíntesis C4, pero que aún no hemos detectado a partir del estudio de los microrrestos vegetales. Si bien se produjeron hallazgos de elementos silíceos y almidonosos afines al maíz en ambas regiones y para ambos sexos con cronologías posteriores a 1200 años AP, la comparación entre ambas líneas de evidencia nos permite evaluar no solo la presencia de ciertas plantas, sino también la importancia que estas tuvieron en la alimentación de las sociedades prehispánicas.
Los resultados obtenidos a partir del estudio de microrrestos vegetales en el cálculo dental humano, en conjunto con los indicadores bioarqueológicos y la evidencia arqueológica e isotópica (Laguens, 1999; López et al., 2015; Fabra y González, 2019) reflejan el consumo tanto de vegetales silvestres como cultivados durante el Holoceno tardío final. Asimismo, confirman la importancia de las plantas silvestres en la vida de estas sociedades, ya que las prevalencias halladas –principalmente aquellos microrrestos vegetales asociados a los frutos del algarrobo– nos sugieren una continuidad en el consumo a lo largo de todo el Holoceno tardío, práctica que se sostiene hasta la actualidad (Arias Toledo et al., 2007). La baja preponderancia de recursos cultivados con un patrón fotosintético C4, tales como el maíz, en momentos posteriores a 1200 años AP, refuerzan la hipótesis propuesta desde los estudios arqueológicos que plantean un modo de vida basado en una economía mixta.
En este trabajo, los valores de δ13C y δ15N obtenidos son coincidentes con lo propuesto por Laguens et al. (2009), Medina et al. (2014) y por Fabra y González (2019), quienes sugieren que la horticultura y particularmente el cultivo del maíz, se habría incorporado de forma parcial a finales del Holoceno tardío y su incidencia no habría sido un fenómeno coetáneo en ambas regiones. Si bien la evidencia obtenida desde los microrrestos vegetales señala una antigüedad similar para los primeros registros de plantas potencialmente cultivadas (ca. 1200 años AP) en ambas regiones, el valor isotópico obtenido por un individuo de la región serrana sugeriría el consumo de plantas con un patrón fotosintético C4 en la región de Sierras en momentos previos.
Considerando la distribución de las plantas silvestres identificadas con mayor frecuencia, observamos que tanto el algarrobo (Prosopis sp.) como el chañar (Geoffroea decorticans) son comúnmente encontrados en toda la provincia, principalmente en el Espinal y Bosque Chaqueño, donde ascienden hasta los 1000 msnm en el caso del algarrobo (Prosopissp.) y hasta los 1300 msnm en el caso del chañar (Geoffroea decorticans) (Toledo et al., 2015). Por otra parte, la especie endémica Palma Caranday (Trithrinax campestris) suele habitar campos abiertos, pastizales y arbustales del Espinal, Bosque Serrano y Chaqueño, y se la encuentra hasta los 1500 msnm (Toledo et al., 2015). Es interesante destacar que la presencia en el tártaro dental de silicofitolitos afines a dicha especie sugiere un uso relacionado con procesos de manufactura (Pochettino, 2015), el cual indicaría la manipulación con los dientes de sus fibras vegetales extraídas de las hojas, ya que tradicionalmente se usaba en cestería y en la construcción de casas (Correa et al., 2013). En relación con las plantas cultivadas, el maíz y la papa podrían haberse sembrado en todos los pisos ecológicos, a diferencia del poroto común y el zapallo, los cuales no prosperan por encima de los 2000 msnm (Oliszewski y Arreguez, 2015). A partir de esta evidencia, podría pensarse que los grupos humanos que habitaron estos espacios no habrían tenido necesidad de desplazarse grandes distancias para abastecerse de los recursos vegetales más frecuentemente consumidos, ya que estos se encontraban fácilmente en las inmediaciones de los sitios.
A su vez, en la región Llanuras, los asentamientos se habrían dispersado en ambientes relativamente más homogéneos, tanto en las terrazas altas como así también sobre ambos márgenes de los principales cursos de agua, dispuestos en antiguos cauces abandonados del río o bien sobre aquellos que actualmente son considerados temporarios o secundarios, como así también en pequeñas lagunas interiores, que suelen formarse por antiguos brazos o cursos secos del río (Laguens y Bonnin, 2009). La escasa diferencia altitudinal nos indicaría una menor variabilidad climática (Luti et al., 1979), y la localización de los sitios sugiere que las poblaciones asentadas en esta región habrían aprovechado el potencial brindado por la fauna acuática y la vegetación ribereña (Bonofiglio, 2015).
La evidencia obtenida a partir de estas diferentes líneas de investigación sugiere una continuidad de prácticas alimenticias a lo largo del Holoceno tardío, orientadas a una economía mixta en la cual la producción de alimentos cumplió un rol complementario en la dieta, que adquirió mayor dependencia en momentos cercanos a la conquista española.
Las autoras desean agradecer a los siguientes museos públicos que permitieron el acceso a sus colecciones: Museo de Antropología, Museo Capitán Juan de Zevallos, Museo Comechingón, Museo Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield, Museo Histórico Municipal de La Para, Museo de la región de Ansenuza Aníbal Montes, al Museo Arqueológico Provincial Aníbal Montes, y a los evaluadores anónimos por sus valiosos aportes, que han mejorado significativamente la calidad del manuscrito. Este trabajo forma parte del proyecto PICT 2015-3155.