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La participación ciudadana en los procesos de innovación social de las fundaciones de cuarta generación en la ciudad de Barranquilla 1
Citizen participation in social innovation processes of the fourth generation foundations in Barranquilla
Revista Virtual Universidad Católica del Norte, núm. 56, pp. 126-140, 2019
Fundación Universitaria Católica del Norte

Artículos de Investigación



Recepción: 22 Julio 2018

Aprobación: 19 Febrero 2019

Resumen: La innovación social – IS, como tópico de investigación ha estado enmarcada bajo el enfoque cualitativo, el cual ha permitido la exploración y comprensión de la IS como un proceso dinámico y articulado que ayuda a mejorar la calidad de vida de población vulnerable. El objetivo de este artículo es entender, desde el paradigma democrático de la IS y desde una lógica cuantitativa, cómo la participación ciudadana incide en la capacidad innovadora de las fundaciones de cuarta generación – FCG, de Barranquilla. Para este propósito se construyó un modelo lineal de regresión simple que permitió conocer la relación existente entre el número de iniciativas de innovación social y la participación ciudadana, entendida como la vinculación de los beneficiarios en los procesos de identificación de problemáticas y construcción de iniciativas de IS. Los resultados muestran que las FCG que privilegiaron la participación de la comunidad en los procesos de identificación conjunta de problemáticas y de construcción colectiva de iniciativas, desarrollaron un número mayor de iniciativas de IS durante el año 2016, reflejando la importancia de la participación ciudadana dentro del proceso de IS como elemento para la construcción de un proceso de innovación social más sólido, en favor de poblaciones vulnerables.

Palabras clave: Capacidad innovadora, Fundaciones de cuarta generación, Innovación social, Participación ciudadana.

Abstract: Social Innovation - SI, as a research topic, has been framed under the qualitative approach, which has allowed the exploration and understanding of the SI as a dynamic and articulated process that helps improve the quality of life of the vulnerable population. The aim of this article is to understand, from the democratic paradigm of the SI and a quantitative point of view, how citizen participation affects the innovative capacity of Fourth Generation Foundations - FGC, of Barranquilla. For this purpose, a simple regression linear model was constructed that would allow to know the relationship that exists between the number of social innovation initiatives and citizen participation understood as the linking of the beneficiaries in the processes of identification of problems and construction of SI initiatives. The results show that the FCG that privileged the participation of the community in the processes of joint identification of problems and collective construction of initiatives, developed a greater number of IS initiatives during 2016, reflecting the importance of citizen participation within the IS process as an element to build a stronger social innovation process in favor of vulnerable populations.

Keywords: Innovative capacity, Fourth generation foundations, Social innovation, Citizen participation.

Introducción

La innovación social – IS es un término relativamente nuevo en el ámbito académico, muy a pesar de que a lo largo de la historia el cambio social se ha generado a partir de este tipo de innovaciones, logrando promover el desarrollo social de una manera más equitativa e inclusiva. La IS ha estado enmarcada como un elemento dinámico de carácter colectivo que busca, desde la participación de diferentes actores, mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía, entendida como un proceso asociado al paradigma democrático de la IS (Montgomery, 2016), que parte de la horizontalidad de las estructuras de poder, dando prevalencia a un flujo bidireccional de información entre expertos y no expertos, donde el conocimiento formal se articula con la realidad a través del conocimiento tácito, reconociendo que “uno de los métodos más efectivos para promover la IS empieza por la presunción que la población es competente para interpretar su propia vida y competente para resolver sus propios problemas” (Mulgan, 2006, p. 150).

La IS se erige como una oportunidad para promover la mejora de las condiciones de vida de todos, de forma sostenible, articulada y socialmente responsable, donde la articulación social de las organizaciones permite, desde la participación ciudadana, una concepción más estructurada del problema y una solución más adecuada al contexto, y, por ende, más eficiente a la hora de tratar los problemas de la sociedad, lo que lleva a concebir el desarrollo desde un paradigma no tradicional, en el cual se vincule la acción colectiva y los intereses generales, por encima de la individualidad y el interés particular.

La definición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible –ODS, parte de la concepción de un nuevo paradigma de desarrollo, el cual se centra en temas de sostenibilidad ambiental e inclusión (social y económica), y que ostenta una visión de largo plazo en una coyuntura que requiere de soluciones estructurales, en aras de promover el goce de los mismos derechos para todos. Esta concepción comparte una estrecha relación con la IS, cuyas bases están centradas en el giro social que se la ha dado al paradigma dominante de la innovación, dando paso a la posibilidad de abordar la innovación desde lo social, con profundos y mejorados beneficios sociales que surgen de la iniciativa del tercer sector o sector sin ánimo de lucro (Echeverría y Merino, 2011).

Lo anterior, refleja la importancia de la IS y el rol que las organizaciones del tercer sector pueden y deben acoger en el proceso de adopción de medidas para alcanzar las metas establecidas en los ODS, las cuales buscan establecer la igualdad y la dignidad de las personas como eje central de las políticas de desarrollo, donde a partir del respeto a los demás y al medio ambiente, se ofrezca la posibilidad de que generaciones futuras puedan gozar de recursos económicos y ambientales.

Teniendo en cuenta que los ODS se conciben desde lo global, es necesario tener en cuenta que la diversidad de contextos y problemáticas propias de los diferentes países requiere una visión amplia, pero precisa de las problemáticas, que permita avanzar de manera específica hacia la consolidación de territorios con un desarrollo inclusivo y equitativo.

Así las cosas, las FCG, a partir de su propósito social y su vinculación profunda con la ciudadanía de los territorios donde intervienen, resultan necesarias a la hora de establecer mecanismos de interacción entre los sectores público, privado, la academia y la comunidad, facilitando y fortaleciendo los procesos de intervención social a través de la IS, de manera que posibiliten el mejoramiento de los alcances e impactos de las políticas públicas implementadas.

Esta investigación surge como resultado del interés en profundizar sobre los procesos de las FCG en su tarea de desarrollar iniciativas de IS, dado que las recientes investigaciones se enmarcan en el estudio de la IS desde las iniciativas, obviando elementos importantes de los sujetos innovadores que resultan de vital importancia para la consolidación de una primera aproximación a los procesos innovadores en el ámbito territorial. Adicionalmente, se busca adelantar desde una aproximación cuantitativa la explicación de ciertos fenómenos en el proceso de innovación social, para promover una adecuada implementación de este tipo de iniciativas, de forma que los estudios sobre la IS se analicen de forma alternativa a la concepción cualitativa que se ha institucionalizado durante los últimos años.

Los resultados muestran que una mayor articulación y cooperación entre las FCG y la ciudadanía, en las etapas de identificación del problema y la construcción de la iniciativa, tiene una relación directa con un mayor número de iniciativas de IS. Este hecho refleja que aquellas FCG que vinculan a la comunidad en sus procesos de IS tienen una mejor comprensión del entorno, lo que les facilita una mayor y más adecuada intervención en el territorio.

Este documento se estructura, inicialmente, con una breve referenciación teórica sobre la IS, de cómo se concibe la capacidad innovadora y algunos antecedentes de importancia que abren la puerta para comprender la relevancia de las FCG como sujetos innovadores en el proceso de IS. Para finalizar, se presenta una breve ilustración del método, los resultados y las conclusiones y recomendaciones.

La innovación social

Uno de los elementos llamativos de la IS es su capacidad para resolver problemas sociales considerados estructurales, es decir, aquellos problemas que han sido abordados por el mercado y el Estado y no han podido ser satisfactoriamente resueltos. A pesar de su relevancia actual, la IS no logra concretar un concepto unificado como sí se ha hecho con la innovación tecnológica, evidenciando que la idea de la IS no ha sido plenamente desarrollada, siendo su área de investigación limitada a evidencias anecdóticas y estudios de casos, adoleciendo de un paradigma unificado (Cajaiba-Santana, 2014).

A partir de la multidimensionalidad de lo social se ha generado una superpuesta y variada forma de usar el concepto de IS desde diferentes disciplinas, haciendo que el lenguaje científico se vuelva ambiguo y otras veces contradictorio, debido a los límites que las distintas disciplinas imponen (Pol & Ville, 2009). Una forma de entender esto es que la visión de la IS depende sustancialmente de los intereses del investigador, y es este quien definirá el alcance de su concepto, más allá de la percepción de cómo este tipo de innovaciones pueden beneficiar al ser humano. Cabe aclarar que el concepto de IS tiene un rango muy amplio de interpretaciones, algunas muy simples y otras tan especializadas que logran excluir ciertas ideas innovadoras de la clasificación como innovaciones sociales (Brandsen, Cattacin, Evers & Zimmer, 2016), descalificando cualquier impacto generado dentro del territorio por estas iniciativas.

En medio de estas dificultades, es posible considerar la existencia de elementos comunes que permiten entender el origen y el alcance del concepto de IS. En primer lugar, en la mayoría de las definiciones existentes hay un acuerdo en que son nuevas ideas, procesos, servicios, modelos, entre otros, que se alejan del determinismo tecnológico (Cajaiba-Santana, 2014). En segundo lugar, es claro que el propósito de las innovaciones sociales se enmarca en el mejoramiento de la calidad de vida, otorgando importancia a elementos no económicos y no materiales del desarrollo (Bulut, Eren & Halac, 2013; Cajaiba-Santana, 2014; Dawson & Daniel, 2010; NESTA, 2008; Pol & Ville, 2009).

Con base en lo anterior, la investigación se centra en el concepto de IS que la define como “actividades y servicios innovadores que son motivados por la meta de satisfacer necesidades sociales y que son predominantemente desarrolladas y difundidas por organizaciones cuyo propósito primario es social” (Mulgan, 2006, p. 146); además, según Montgomery (2016) se enmarca en el paradigma democrático de la IS, donde la articulación de los diferentes actores es fundamental para desarrollar la acción colectiva que permite el cambio social, lo cual implica una horizontalidad de las estructuras de poder y de la importancia del conocimiento tácito dentro del proceso, como elemento que amalgama el conocimiento formal con la realidad de la población.

Este concepto requiere comprender que lo “innovador” de una iniciativa de carácter social se centra en su eficiencia, es decir, no necesariamente debe estar vinculada a algo inédito, sino que da espacio a readaptaciones creativas, entendiendo que cada contexto es distinto y que las soluciones deben elaborarse a la medida de las realidades (Rodríguez y Alvarado, 2008).

En este orden de ideas, se evidencia la necesidad de comprender que la novedad dentro de la IS debe entenderse como una característica que parte de la replicabilidad, pero que resulta de una replicabilidad condicionada por las realidades territoriales; en otras palabras, la novedad de una iniciativa estará estrechamente vinculada a la novedad en la aplicación en un territorio, puesto que esta deberá ser adaptada para poder implementarse (Brandsen et al., 2016).

Es por eso que comprender la IS parte de entender que son “nuevas ideas que satisfacen necesidades insatisfechas” (Mulgan, Tucker, Ali & Sanders, 2007, p. 4), y que ese es el punto neurálgico de todo, ya que no corresponde a la IS garantizar una inserción adecuada en el mercado ni generar altos rendimientos a sus gestores, pues se entiende que en principio parte de un carácter social, y por ende lo relevante es su eficacia a la hora de resolver problemas sociales.

Morales (2009) identifica tres características básicas de las IS: i) originalidad, resaltando la eficacia por encima de la capacidad técnica; ii) el manejo de intangibles, característica en la que sobresale la capacidad de la IS para transformar una situación problémica a través de productos intangibles; y iii) las necesidades de protección muy bajas, pues uno de sus propósitos es que estas sean imitables, transferibles y reproducibles, enmarcándolas como innovaciones abiertas y sin pretensión alguna de generar ventajas competitivas a las organizaciones que las desarrollan.

Todo esto permite delimitar las condiciones para establecer qué iniciativa es o no una IS; por tanto, y partiendo del análisis previo, estas son ideas novedosas que cuentan con la participación activa de la comunidad y garantizan el intercambio y transferencia contextualizada del conocimiento (Departamento Nacional de Planeación -DNP-, Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias- y Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema -ANSPE-, 2013), y aunque no se pueda garantizar su sostenibilidad financiera en el tiempo, es posible establecer la existencia de una sostenibilidad social que permitirá, desde la comunidad beneficiaria, la defensa y sostenimiento de la iniciativa por fuera de aspectos económicos (Santamaría Ramos, 2017)[2].

Mulgan (2006) plantea que para saber quiénes hacen IS, se debe mirar a través de dos diferentes ópticas: la primera hace referencia al nivel individual, donde la motivación suele estar conectada a inconformidades y apasionamientos que llevan al individuo a buscar el cambio social. La segunda al nivel organizacional, haciendo referencia a los movimientos sociales, como el feminismo, donde muchos individuos convergen bajo unos mismos ideales, al igual que en las organizaciones con propósito social.

El concepto marco utilizado en este documento facilita la delimitación del sujeto que desarrolla la IS, que para este caso serán las FCG, las cuales se reconocen en la ley colombiana como entidades sin ánimo de lucro (ESAL), y conceptualmente se entienden como aquellas organizaciones con una concepción del desarrollo equitativa (a nivel social) y sostenible (a nivel ambiental), que considera el empoderamiento como el mecanismo fundamental para concientizar a la ciudadanía sobre la naturaleza de su situación y las posibilidades de cambio social (López, 2005).

Con base en lo anterior, es posible considerar que las FCG hacen IS, primero porque la poca disponibilidad de recursos les exige ser innovadoras en su proceso de intervención social (González, 2018), y segundo debido a que su concepción del desarrollo es mucho más compleja y multidimensional, sus acciones buscan la equidad a nivel social y la sostenibilidad a nivel ambiental, y promueven desde el empoderamiento de la sociedad hacer al ciudadano actor principal de su propio desarrollo, con capacidad de comprender las causas de sus problemas, al igual que las posibilidades de solución (López, 2005).

La capacidad innovadora se entiende como “la capacidad de producción, adquisición y asimilación tecnológica que captura el efecto y productividad de los sistemas de innovación” (Ríos y Castillo, 2015, p.112). En términos sociales se puede comprender como una capacidad social a nivel territorial (Rey y Tancredi, 2010; Rodríguez y Alvarado, 2008), la cual permite, desde la acción colectiva, impactar de manera concreta la realidad de un contexto especifico.

De manera más precisa, la capacidad innovadora se aborda como la posibilidad de desarrollo de nuevos ítems, que se enmarca dentro del concepto de productividad social y que permite abordarla como un indicador de resultado, el cual comprende el desempeño de un sistema o de un actor dentro del sistema de innovación (Deluca, Reis, Lobo y Fernandes, 2017).

Lo anterior, es la base sobre la cual se concibe el análisis de la participación ciudadana y sus incidencias sobre la capacidad innovadora de las FCG de la ciudad de Barranquilla, enmarcando la IS dentro de un paradigma democrático, donde la novedad no se limita a lo inédito de la iniciativa, sino a la novedad contextual y a su capacidad de readaptación creativa; al igual que permite comprender que la IS no necesariamente está supeditada a un ciclo, sino que desde cualquier etapa se pueden establecer efectos sobre la población, en tanto esto ayuda a reconocer el alcance de iniciativas que normalmente no se considerarían IS.

Antecedente

La IS como tópico de investigación es un tema relativamente nuevo en el mundo académico y cuya importancia se remonta a principios de la década del 2000 (Dainienė & Dagilienė, 2015; Matei & Drumasu, 2015; Murray, Caulier-Grice & Mulgan, 2010), aunque a pesar de su reciente importancia, las innovaciones sociales han estado presentes en la evolución de la sociedad desde hace mucho tiempo, como se hace evidente en el cambio social generado a lo largo de la historia (Cajaiba-Santana, 2014; McLeish, 1984).

A pesar de que los estudios en el área de la IS se han incrementado en los últimos años, es claro que la innovación tecnológica aún tiene un papel preponderante como tema de investigación en el campo de la innovación (Mulgan, 2006). A partir de revisiones recientes es posible aproximar la concentración de los estudios de la IS en tres líneas de trabajo específicas: la primera línea hace referencia a la profundización teórica de la IS, la cual busca un consenso a nivel teórico que permita la consolidación de un marco de trabajo para la investigación de la IS. La segunda línea promueve la construcción de estrategias de medición y cuantificación de la IS, con el propósito de establecer desde la medición un proceso de consolidación teórica de la IS. Por último, la línea de caracterización de la IS, cuyo interés se centra en buscar, desde el estudio de las iniciativas, elementos que permitan identificar iniciativas de IS y comprender los elementos que inciden en su proceso de construcción y desarrollo.

Lo anterior, permite comprender que la investigación sobre la IS, además de adquirir una reciente importancia, está enfocada principalmente sobre las iniciativas y sus características, dentro de las cuales se pueden mencionar la novedad, la sostenibilidad, la replicabilidad y el impacto social, mientras que se obvian ciertas incidencias de las características propias de los sujetos innovadores (organizaciones e individuos).

Por tal motivo, es necesario reconocer el papel del sujeto innovador, pues en este recae la consolidación de la IS como estrategia para el cambio social, y es desde su desempeño que se abren las posibilidades para que, a partir de la IS, se puedan mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables, cuando las estrategias del Estado y del mercado no responden de la manera más adecuada.

Durante los últimos 20 años las iniciativas de IS se han afianzado a lo largo del mundo, logrando mejorar la calidad de vida de muchas personas y resolviendo problemas complejos que impiden el desarrollo equitativo de los países. Paralelamente, muchos autores han enfocado sus esfuerzos en consolidar el conocimiento sobre las características de la IS, a partir de la experiencia que distintos emprendedores, organizaciones sociales, gobiernos, entre otros, han tenido a la hora de generar e implementar este tipo de iniciativas; reflexionando sobre los factores que favorecen el desarrollo y diseminación de este tipo de innovaciones.

Esta intención por robustecer los elementos teóricos y prácticos de la IS, directamente desde las iniciativas, ha permitido la identificación de patrones específicos sobre el tema, los cuales dan orientaciones para una gestión adecuada, proporcionando herramientas para el trabajo articulado, en la búsqueda de un beneficio común, pero que no muestran recomendaciones para la estructuración organizacional del sujeto innovador.

Richer (2005) muestra uno de los primeros avances que desde lo práctico se ha hecho al campo de la IS, a partir de un cúmulo de iniciativas desarrolladas por diferentes actores, de manera articulada, que lograron resolver problemas complejos en diferentes áreas (productiva, social y ambiental). Este trabajo identifica las condiciones que le dan un carácter innovador al territorio, al igual que delimitan los elementos que promueven la IS como la apertura frente a la novedad, la existencia de redes sociales de cooperación formales e informales, la participación de las instituciones públicas de diferentes niveles de gobierno y la formación continua del recurso humano, considerando desde lo conceptual la existencia de un sistema local de innovación social.

Mulgan et al. (2007) en su trabajo “Social Innovation: what it is, Why it matters, And How it can be accelerated” establecen los patrones de éxito y fracaso de las innovaciones sociales, resaltando que muchas veces estos resultados no dependen de la capacidad inventiva y curiosidad de los gestores. Según los autores, el fracaso, en términos globales, está ligado a la falta de disponibilidad de recursos independientes, las restricciones a la comunicación y la existencia de concentración del poder. El éxito se enmarca en protecciones legales básicas para el desarrollo de actividades de concientización y prototipaje de IS, disponibilidad de capital financiero y humano, aliados políticos, redes de trabajo, y organizaciones cívicas fuertes.

En “The Open Book of Social Innovation”, Murray et al. (2010) hacen una mayor precisión en las características, métodos y herramientas que facilitarán el desarrollo de la IS a lo largo del planeta. La base de la IS que se presenta es la economía social, en la cual la comunicación es fluida, no existen barreras entre producción y consumo, y el componente colaborativo es fundamental, en tanto la visión conjunta de los problemas y las soluciones dan paso a espacios de creación colectiva, primando el interés general.

En Latinoamérica, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe –CEPAL- es una de las instituciones que se han adentrado en el estudio de la IS desde las iniciativas que se desarrollan a lo largo y ancho de la región. A partir del proyecto experiencias en innovación social en América Latina y el Caribe –EISALC-, desarrollado con el apoyo de la fundación W. K. Kellogg, buscaron identificar experiencias innovadoras en el campo social a lo largo y ancho de Latinoamérica y Caribe, en aras de ofrecer espacios de convergencia entre actores sociales y el Estado que permitan un nuevo abordaje de la política pública, en la búsqueda de un mayor nivel de bienestar para los habitantes de la región.

Como resultado de este proyecto, se construyeron dos documentos clave para construir una visión sobre la IS en Latinoamérica, los cuales parten de la revisión y evaluación de por lo menos 4.800 iniciativas innovadoras, durante los años 2004 y 2010, dejando clara la existencia de un proceso social de grandes dimensiones que busca mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la región.

El trabajo “Claves de la innovación social en América Latina y el Caribe” (Rodríguez y Alvarado, 2008), muestra una primera aproximación a la IS en la región, estableciendo desde lo conceptual los elementos básicos para su comprensión. Se concibe la innovación como un proceso que lleva a un cambio específico. Asimismo, las características del proceso de IS coinciden con lo planteado por Murray et al. (2010), en tanto se da importancia a la identificación del problema como etapa primordial del proceso, siendo la base para la determinación de las posibles alternativas de solución.

Los autores conciben la capacidad de innovar como una competencia social, como un proceso articulado de diferentes actores, donde prima el interés general sobre el particular, pues solo a partir de la aceptación social de la iniciativa es que se puede considerar la existencia de una IS, y por ende la posibilidad de un cambio social que favorezca a la población en general.

Como elemento central del trabajo de Rodríguez y Alvarado (2008) se establecen los factores endógenos y exógenos que favorecen la IS, articulando el andamiaje conceptual existente con la experiencia de las iniciativas evaluadas en el proyecto EISALC. Como factores endógenos identifican la promoción de la innovación como un proceso articulado, donde los flujos de conocimiento son bidireccionales (expertos y comunidad), y la identificación precisa del problema, cuya importancia radica en la definición de las posibilidades de cambio y el liderazgo cooperativo y participativo dispuesto al cambio, pues “la innovación se desarrolla o replica fácilmente donde existe la disposición interna para el cambio” (Rodríguez y Alvarado, 2008, p. 32).

Dentro de los factores exógenos se establece como requerimiento principal la articulación a un sistema donde se puedan movilizar recursos de diferente tipo, permitiendo suponer la existencia de sistemas locales de IS que aportan una condición necesaria para su subsistencia y productividad social.

En el libro “De la innovación social a la política pública. Historias de éxito en América Latina y el Caribe”, se mantiene la base del trabajo de Rodríguez y Alvarado (2008): criterios de selección, elementos de análisis y el propósito de escalar a política publica este tipo de iniciativas, además de la consolidación de una visión de la IS en Latinoamérica y su impacto en la política pública.

Por último, Brandsen et al. (2016) compilan una serie de artículos resultado del proyecto “Welfare innovation at the local level in favour of cohesion” – WILCO, bajo el título “Social Innovation in the urban context”, donde analizan las innovaciones sociales (77 iniciativas) que se desarrollaron en 20 ciudades europeas, y cómo desde estas iniciativas se puede fortalecer la cohesión social y se mejoran los sistemas locales de bienestar. El propósito de la identificación de lecciones buscó fortalecer los procesos de construcción de la política social y la promoción de la cohesión social, como principio fundamental para afrontar las dificultades sociales del entorno.

Las conclusiones de este trabajo resaltan que, a pesar de que los planteamientos de muchos autores apuntan a que las IS son respuestas alternativas a los mercados y el Estado, estas se ponen en funcionamiento con elementos básicos del ámbito empresarial y gubernamental, sobre todo en las etapas de escalamiento y cambio sistémico, lo que no permite deshacer el vínculo existente con estos sectores.

Otro elemento resaltable es la consideración de que las innovaciones sociales no son necesariamente buenas en todo, puesto que existen situaciones que ponen de manifiesto un perjuicio o inconformidad en algún sector de la sociedad. Como argumento central de esta posición plantean tres preguntas que definen los alcances, positivos y negativos, de la IS: ¿Quién se beneficia de la introducción de innovaciones sociales? ¿Quién pierde? ¿Empeora la situación?

Los trabajos mencionados en esta sección permiten evidenciar la prevalencia de la investigación aplicada a partir de métodos cualitativos y, en algunos casos, cuantitativos de corte descriptivo, como estrategia para consolidar las características de la IS, dejando la tarea de profundizar en métodos cuantitativos que permitan consolidar, desde la formalidad, otras aproximaciones teóricas en el marco de la IS.

Método

La unidad de observación de esta investigación son las FCG. Se tomó como base las fundaciones registradas en la Cámara de Comercio de Barranquilla –CCB-, cuyo indicador de actividad se centró en la renovación de la matrícula mercantil para el año 2016 y el haber desarrollado iniciativas durante este mismo año; además, otros aspectos como su propósito social e información adicional sobre sus iniciativas (ver tabla 1).

Tabla 1
Caracterización de las fundaciones de Barranquilla 2016

Nota: Elaboración propia con base en CCB, SECOP y revisiones en la web

El proceso de recolección de datos se hizo a través de una encuesta aplicada a las FCG de Barranquilla, de manera virtual, donde se indagó sobre el número de iniciativas desarrolladas durante el año 2016 y sus áreas de acción, al igual que se indagó sobre los procesos de participación ciudadana que se desarrollaron en los procesos de identificación de problemas sociales y la construcción de las iniciativas (Tabla 2.).

Tabla 2
Operacionalización de variables

Nota: Elaboración propia

Con base en lo anterior y desde una concepción cuantitativa, centrada en identificar a partir de datos numéricos las relaciones existentes entre el número de iniciativas de IS que se generan al interior de una FCG y el nivel de participación ciudadana que se da dentro del proceso, se plantea la construcción de un modelo econométrico de regresión simple, que permita establecer un índice de elasticidad (parámetro β) entre la capacidad innovadora y la participación ciudadana.

Resultados (desarrollo y discusiones)

De las fundaciones encuestadas todas tienen domicilio en la ciudad de Barranquilla, el 18,2% tienen sedes alternas en otros municipios, que por lo general hacen parte del área metropolitana de Barranquilla. Estas se encuentran ubicadas en la localidad norte centro histórico (63,6%), Riomar (18,2), y, por último, en las localidades del suroriente y suroccidente 9,1%, respectivamente. Las áreas de trabajo más comunes son: educación (72,7%), cultura (59,1%) y desarrollo económico – productivo (50%), mientras que la menos común es deporte (4,5%).

En cuanto a la experiencia, en promedio tienen 7,5 años, siendo la más alta 18 años y la más baja 3. El 36,4% tienen una experiencia muy baja, entre los 1 y 5 años; el 54,5% una experiencia baja, entre 6 y 10 años; el 4,5% una experiencia media, entre los 11 y 15 años; y el 4,6% una experiencia alta (entre los 16 y 20 años). El 40% de las instituciones encuestadas tienen vinculación con empresas privadas y sus áreas de Responsabilidad Social Empresarial – RSE, que favorece la disponibilidad de recursos económicos para el desarrollo de proyectos dentro del área de influencia de las empresas.

Capacidad innovadora – CI

Las iniciativas desarrolladas/ejecutadas por las FCG en 2016 fueron 163, con un máximo de 29 y un mínimo de 1. La distribución por área de trabajo fue: educación (29%), cultura (19,9%), primera infancia (11,3%), medio ambiente (11,3%), desarrollo económico – productivo (7,5%), salud (7,5%), convivencia ciudadana (6,5%), liderazgo (5,9%) y deporte (1,1%).

De acuerdo con las respuestas otorgadas por las instituciones encuestadas, las iniciativas son en su mayoría de carácter original, con una proporción de 81,8%, lo que permite afirmar que existe un interés por encontrar alternativas novedosas a problemas sociales actuales. El 18,2% de las iniciativas se presentan como readaptaciones creativas que muestran rasgos únicos y propios en el proceso de aplicación dentro del contexto, revelando una capacidad innovadora importante en las FCG de Barranquilla.

Índice de Participación ciudadana – IPC

Los resultados del IPC muestran que la participación de la comunidad en los procesos de IS de las FCG no son muy significativos, en el sentido que no resulta tan necesario para la identificación y validación del problema, al igual que para la construcción de las iniciativas. Las cifras indican que, en promedio, la participación es moderadamente necesaria (2,7 – 3) con un punto máximo de 4,25 (necesaria) y 1,75 – 2 (Poco necesaria), reflejando la necesidad de abrir espacios de participación que garanticen una eficiencia, en términos sociales, y mayor capacidad para innovar socialmente.

Identificación Participativa del Problema – IPP

La participación de la comunidad en los procesos de identificación del problema, según las respuestas obtenidas, resulta necesaria para el 40,9% de las fundaciones, mientras que para el 36,4% es poco necesaria, revelando un contraste importante en el proceso de identificación del problema, dando lugar a un proceso lineal donde el rol del experto llega a ser en últimas la opción única para iniciar el proceso de IS. Solo para el 4,5% de las fundaciones resulta ser muy necesaria la participación de la comunidad en la identificación de los problemas que la aquejan.

Los resultados del IPP muestran poca articulación de las FCG con la comunidad en la identificación participativa de las problemáticas, permitiendo entender que las organizaciones definen las condiciones del problema a partir de información secundaria, sin aterrizar estos datos a la realidad contextual. La media aritmética es de 2,5 puntos, mientras que el máximo fue 3,5 y el mínimo fue de 1,5 puntos.

Construcción Participativa de la Iniciativa – CPI

En la etapa de construcción de las iniciativas de IS, las fundaciones fueron mayormente indiferentes a los aportes de la comunidad en la identificación de posibles soluciones. La mayoría de estas manifestaron que la participación de la comunidad en la estructuración de las iniciativas fue moderadamente necesaria (40,9%) y poco necesaria (31,8%), solo algo menos de la cuarta parte manifestó que era necesaria (22,7%), y solo un 4,5% que era muy necesaria. Esto muestra cierta independencia de las fundaciones a la hora de estructurar las iniciativas de solución, dejando de lado los aportes de la comunidad y desconociendo la capacidad que esta tiene para afrontar sus problemas de manera alternativa y eficiente.

El CPI muestra resultados más concentrados hacia las escalas donde la importancia de la participación de la comunidad es menor, pudiendo ser interpretados como una posición dominante de las FCG en el proceso de construcción de iniciativas, en tanto no es posible considerar la participación de la comunidad, restringiendo la articulación entre teoría y realidad, tan necesaria para poder afrontar esos problemas sociales considerados estructurales.

Capacidad innovadora y participación ciudadana

Los resultados del modelo reflejan la existencia de una relación directa entre CI y IPC (r=0,77), de manera que se puede establecer que a una mayor participación de la ciudadanía en los procesos de IS desarrollados por las FCG, están relacionadas con una mayor capacidad innovadora en IS. Igualmente, es posible ver que el 60% de la variación de CI está explicada por las variaciones de IPC (ver Tabla 3).

Tabla 3
Estadísticas de la regresión

Nota: Elaboración propia

El análisis de varianza de la Tabla 4 muestra el ajuste del modelo; entonces, con base en los cálculos desarrollados, se puede establecer que el modelo es significativo a p=0,05, y que la relación entre variables estudiadas es lineal y se da de manera conjunta.

Tabla 4
Análisis de la varianza – ANOVA

Nota: Elaboración propia

De acuerdo con los resultados de la Tabla 5, el modelo se puede especificar de la siguiente manera:

[Ec.1]

Esto demuestra que por cada punto adicional que se incremente en la participación ciudadana (IPC) se incrementan aproximadamente 2,86 ≈ 3 iniciativas, reflejando y validando la importancia de la vinculación de la comunidad en los procesos de IS desarrollados por las FCG.

Tabla 5
Especificaciones del modelo

Nota: Elaboración propia

Como elementos a resaltar de este trabajo se encuentra la dificultad en el levantamiento de la información, dado que aún existen restricciones por parte de las FCG para abrir espacios que permitan la comprensión de sus actividades y poder fortalecer el conocimiento que surge de su papel como innovadores sociales. Igualmente, es claro que se deben establecer condiciones para la ejecución y evaluación participativa de las iniciativas, como una estrategia que permita entender de manera completa la participación ciudadana. Las FCG encuestadas, en su mayoría, manifestaron no hacer una evaluación de las iniciativas, hecho por el cual se tuvo que prescindir de este componente dentro del IPC, lo que nos lleva a creer que existen falencias en los procesosde articulación social de este tipo de organizaciones.

Conclusiones

Los resultados muestran que la participación ciudadana (IPC) tiene una relación directa sobre el número de iniciativas (CI) que desarrollan las FCG de la ciudad de Barranquilla; su parámetro de elasticidad (𝛽1=2,8621783) refleja esta afirmación. Lo anterior, establece la importancia de la acción colectiva que se genera desde la participación ciudadana en los procesos de IS como estrategia para el cambio social, facilitando el flujo de conocimiento entre expertos y no expertos, dando cabida al conocimiento tácito en la construcción de una sociedad más equitativa a través de la IS, pues “uno de los métodos más efectivos para promover la IS empieza por la presunción que la población es competente para interpretar su propia vida y para resolver sus propios problemas” (Mulgan, 2006, p. 150).

Los procesos de participación ciudadana se presentan como elementos que mejoran el impacto de las iniciativas, a partir de una identificación adecuada del problema y de la proposición de posibles alternativas de solución, las cuales ayudarán a que el conocimiento formal pueda hacer una mayor contribución a la calidad de vida de la ciudadanía, desde la experiencia generada en el día a día de los beneficiarios.

Con base en los resultados, es posible que aún existan elementos que pueden explicar la capacidad innovadora de una FCG, esta sería una primera aproximación de carácter cuantitativo, por lo que no es posible comparar los resultados con otras investigaciones. Esto da paso a futuras investigaciones que vinculen, desde este enfoque, otros elementos que permitan evaluar las incidencias de la participación ciudadana en el desempeño innovador de las FCG en términos sociales.

Es claro que la participación ciudadana, a pesar de no ser una pieza fundamental en el proceso de IS de estas organizaciones, resulta relevante a la hora de entender por qué unas fundaciones desarrollan un mayor número de iniciativas. Esto lleva a comprender que si bien los recursos financieros y físico – tecnológicos tienen importancia dentro del modelo, estos no garantizan la cantidad, calidad y eficacia de las iniciativas, pero sobre todo no reflejarán la realidad del contexto donde se desarrollan.

A partir de los resultados también es posible considerar la transformación global desde las realidades y aportes del contexto local, por lo cual se hace necesario crear espacios de articulación social donde sea posible vincular directamente en el proceso de IS a la comunidad y su experiencia dentro del territorio, de forma que se puedan identificar otras características de las problemáticas y poder construir una base más amplia y precisa de posibles soluciones, y por ende una mayor cantidad de iniciativas de IS. En este mismo sentido, es necesario vincular la IS como una estrategia adecuada para la promoción del progreso social y del cumplimiento de las metas de los ODS.

Los espacios pueden estar mediados por las FCG en virtud de su propósito social y su capacidad para la articulación local de actores territoriales y es preferible que estos espacios se generen dentro de la comunidad, como muestra de respeto y reconocimiento de la importancia de la ciudadanía dentro del proceso innovador. Asimismo, la utilización de las TIC y su potencial facilitador para la articulación y participación social, como herramientas fundamentales para crear espacios de interacción en tiempo real y que permitan la captura de datos, los cuales sirvan como elementos de diagnóstico, validación y evaluación de iniciativas, en aras de fortalecer los procesos de IS de las FCG.

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Notas

[1] Este artículo es resultado de la ponencia “La participación ciudadana en los procesos de innovación social de las fundaciones de cuarta generación en la ciudad de Barranquilla” que se presentó en el marco del VI Simposio de Innovación Social y Tecnológica, de la Red de Innovación Social desde la Educación Superior – RISES, durante los días 27 y 28 de septiembre de 2018, vinculada al área temática “Innovación social y la Participación Ciudadana” como resultado de concebir la IS como un elemento dinámico de carácter colectivo, que busca, desde la acción colectiva, mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía.
[2] En este sentido, Brandsen et al. (2016) desarrolla una crítica en particular a la visión cíclica del proceso de IS, donde el cumplimiento del ciclo es lo que define el éxito de una innovación social. Para los autores esta visión cíclica subvalora los efectos que innovaciones “fallidas” o con “potencial no realizado” tienen sobre las desigualdades del territorio donde se desarrollan, pues al ser categorizadas como fallidas se descarta cualquier aporte que pueda hacer tanto a nivel teórico como práctico, y son este tipo de iniciativas las que suelen no identificarse como IS.

Información adicional

¿Cómo citar el artículo?: Santamaría Ramos, J. A. y Madariaga Orozco, C. A. (enero-abril, 2019). La participación ciudadana en los procesos de innovación social de las fundaciones de cuarta generación en la ciudad de Barranquilla. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, (56), 126 – 140

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