Dossier: Educación emocional una visión Iberoamérica
Recepción: 03 Septiembre 2019
Aprobación: 15 Octubre 2019
DOI: https://doi.org/10.21703/rexe.20201939navarro2
Resumen: Desarrollar la Inteligencia Emocional en las personas, es fundamental para el logro de la realización y felicidad personal; si se concibe que en la educación el foco debe estar en la formación integral de los estudiantes, es necesario entender que para lograrlo se requiere partir de sus características personales, a in de dotarles de recursos, experiencias y oportunidades de aprendizaje que favorezcan la adquisición transversal de competencias para la vida y el bienestar. Considerando la relevancia de contar con instrumentos válidos y confiables para medir la Inteligencia Emocional y a partir de los resultados aportar a mejorar la calidad de la educación chilena, esta investigación tiene por objetivo analizar las características psicométricas de la versión piloto del Cuestionario de Inteligencia Emocional y hacer los ajustes que corresponda para disponer de un instrumento de medición que permita identificar el nivel de desarrollo de habilidades propias de la Inteligencia Emocional en población escolar. Participaron 499 estudiantes desde quinto básico (10 años) a cuarto año de enseñanza media (17 años) de la Provincia de Concepción; los datos fueron analizados con el programa estadístico SPSS versión 22, los ítems fueron sometidos a análisis factorial, análisis de confiabilidad usando alfa de Cronbach y juicio de expertos. A la luz de los resultados, se concluye que, si bien el instrumento piloto cuenta con medidas que lo hacen confiable, requiere ajustes para que su estructura sea coherente con el marco conceptual de la variable que se pretende medir, lo cual fue logrado con la elaboración de la versión definitiva del instrumento.
Palabras clave: Inteligencia emocional, cuestionario, propiedades psicométricas, confiabilidad, validez.
Abstract: Developing Emotional Intelligence in people is fundamental to achieving personal fulillment and happiness. If it is believed that the focus of education should be centered on the holistic formation of students it is important to start from their personal characteristics in order to provide them with resources, experiences and learning opportunities that favor the transversal acquisition of competencies for both life and well-being. Considering the relevance of having valid and reliable instruments to measure Emotional Intelligence, and based on the results being able to contribute to the improvement of the quality of Chilean education, this research aims to analyze the psychometric characteristics of the pilot version of the Emotional Intelligence Questionaire and to make the corresponding adjustments in order to have a measurement instrument that allows the identification of the level of development of skills related to Emotional Intellingence in the school population. The study involved 499 students from the ifth grade (10 years old) to the fourth year of secondary education (17 years old) in the Province of Concepción; the data were analyzed using the SPSS (version 22) statiscal programmed. The items were subjected to factor analysis, reliability analysis using Cronbachs alpha and expert judgment. Based on the results, it was concluded that, although the pilot instrument has reliable measures, ot requires adjustments so that its structure is consistent with the conceptual framework of the variable to be measured, which was achieved with the development of the final version of the instrument.
Keywords: Emotional intelligence, questionnaire, psychometric properties, reliability, validity.
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Inteligencia Emocional, conceptualización e importancia en educación
La Inteligencia Emocional, puede entenderse como un conjunto de habilidades que permiten reconocer, sentir, entender y modificar las propias emociones (Mayorquin, Robles y Jiménez, 2015) e identificar y comprender las de los demás, discriminando entre ellas y usar dicha información para orientar el propio pensamiento y comportamiento, regular las emociones propias y las de los demás, y resolver dificultades haciendo uso de las habilidades intrapersonales e interpersonales (Céspedes, 2008; Goleman 1995 citado en Extremera y Fernández, 2015; López y Roger, 2012; Mayer y Salovey 1997 citado en Extremera y Fernández, 2015).
Desarrollar la Inteligencia Emocional en las personas, es fundamental para el logro de la realización y la felicidad personal. Adquirir habilidades propias de la inteligencia emocional permite una mejor adaptación al mundo social, tener una comunicación más eficaz, desarrollar la motivación personal para el logro de objetivos, habilidades para la resolución de conflictos interpersonales y empatía (Fernández-Martínez y Montero-García, 2016) y, prevenir problemáticas como la violencia juvenil, bajo rendimiento escolar, acoso escolar y embarazo precoz (Segura, Cacheiro y Domínguez, 2018).
Si se concibe que el foco de la educación debe estar en la formación integral de los y las estudiantes, es necesario tener en consideración que para lograrlo se requiere partir de las características personales de cada estudiante, con el in de dotarles de recursos, experiencias y oportunidades de aprendizaje que favorezcan la adquisición transversal de competencias para la vida y el bienestar. Entre estas características, se hace necesario focalizar la atención en los factores protectores y facilitadores, dentro de los cuales se encuentra la Inteligencia Emocional, de manera que, el ayudar al alumnado a desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes para comprender, expresar y regular apropiadamente los fenómenos emocionales, resulta fundamental en el actual sistema educativo, el cual se enmarca en los planteamientos de la Ley General de Educación chilena y se orienta por los lineamientos propuestos en la Agenda 2030 para el logro de la Educación de Calidad para el Desarrollo Sostenible (Antonio-Agirre, Esnaola y Rodríguez-Fernández, 2017; Ley N°20.370, 2009; Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2015).
Modelos teóricos de la Inteligencia Emocional
La Inteligencia Emocional ha sido definida en términos conceptuales y, además, se han construido diversos modelos para describir sus componentes y habilidades (Tabla 1).
Al comparar los modelos, es posible identificar que algunos de ellos consideran habilidades en común, como es el autoconocimiento o autoconsciencia emocional, regulación o manejo de emociones, establecimiento de relaciones interpersonales, inteligencia inter e intrapersonal, empatía y habilidades para la resolución de problemas.
A partir de lo indicado anteriormente y tras integrar los diversos modelos, se definen cinco Habilidades de la Inteligencia Emocional, las cuales son conceptualizadas de la siguiente manera para fines de este estudio:
- Inteligencia Intrapersonal: Capacidad que tienen las personas de formarse un modelo ajustado y verídico de sí mismas y desenvolverse en la vida de forma eficaz en función de dicho modelo, discriminar entre sus diferentes sentimientos y darles un nombre, comprenderse a sí mismas, las causas de sus acciones, deseos y comportamientos, teniendo consciencia de sus estados anímicos y capacidad de auto aceptación.
- Inteligencia Interpersonal: Habilidad para generar relaciones interpersonales a través del ejercicio de la empatía, la comunicación asertiva, escucha activa y conciliación en la satisfacción de necesidades propias y de los demás, siendo capaz de expresar pensamientos y opiniones de forma adecuada al contexto.
- Adaptabilidad: Capacidad para gestionar exitosamente el cambio, ser flexible ante situaciones nuevas, crear soluciones y resolver problemas de forma efectiva.
- Estado de ánimo: Estado psicológico de cada persona, que es transitorio y de variada duración e intensidad.
- Habilidades Sociales: Conductas mediante las cuales se expresan sentimientos, deseos y opiniones de manera ajustada al contexto, siendo capaz de hacer valer los propios derechos y respetar los derechos de los demás.
Fortalecimiento de la Inteligencia Emocional
La Inteligencia Emocional es una habilidad que de ser fortalecida puede generar impactos positivos no sólo a nivel de clima escolar, sino también en términos de aprendizaje y mejora del bienestar personal de los estudiantes (Ruvalcaba-Romero, Gallegos-Guajardo y Fuerte, 2017). Al estudiar la variable en contexto escolar, algunas investigaciones proponen que bajos niveles de Inteligencia Emocional pueden promover la existencia de problemas en dicho contexto, entre los cuales se encuentra el déficit en el nivel de bienestar y disminución en la cantidad y calidad de las relaciones interpersonales. De manera que, la promoción de la Inteligencia Emocional y factores como la competencia social y el dominio moral de los estudiantes, son elementos clave no sólo para la convivencia y el clima escolar, sino que además impactan positivamente en el aprendizaje y bienestar individual. En términos de clima escolar, investigaciones expuestas en Ruvalcaba-Romero et al. (2017) dan cuenta de que cuando la inteligencia emocional es más alta en los estudiantes, éstos se muestran más satisfechos en sus relaciones interpersonales, poseen mayor apoyo parental, tienen menos conflictos que los estudiantes que puntúa más bajo, son vistos por sus compañeros como personas que ayudan a otras y es menos frecuente que sean identificados como estudiantes con conductas asociadas al acoso escolar. En este mismo sentido, López-Aymes, Vásquez, Navarro y Acuña (2015), plantean que niños y jóvenes con dificultades en la interacción con sus pares presentan mayor probabilidad de ser privados de desarrollar competencias y habilidades socio-afectivas, por tanto, la intervención en esta área se transforma en un punto clave para los sectores educativos.
SELCHILE es una organización chilena que desarrolla programas de aprendizaje social y emocional para establecimientos educacionales del país, se basa en el marco teórico formulado por la fundación estadounidense Casel, la cual es un referente mundial en educación socio emocional. Adaptado al contexto chileno, busca aportar a la calidad educativa de las escuelas en el entendido de que el desarrollo socioemocional del estudiantado se relaciona con su capacidad de aprendizaje en contextos académicos. Desde este modelo se han definido cinco competencias clave de aprendizaje socioemocional (SELCHILE, s/fa; SELCHILE s/b).
Autoconsciencia: Implica la capacidad de nombrar las propias emociones, reconocimientos de las propias fortalezas y desafíos, ser eficiente, optimista y considera la coherencia entre lo que se siente, piensa y hace.
Autogestión: Implica la regulación de las propias emociones, el autocontrol, manejo del estrés, fijarse y cumplir metas y la capacidad de automotivación.
Conciencia del otro: Considera la capacidad de mirar en perspectiva, ser empático, comprender las normas éticas y sociales del comportamiento, respetar la diversidad y reconocer apoyo en la familia, escuela y comunidad.
Habilidades Sociales: Guarda relación con la construcción de relaciones con personas y grupos diversos, considera la comunicación clara, el trabajo colaborativo, la resolución de conflictos y la capacidad de buscar ayuda.
Toma de Decisiones Responsable: Implica la habilidad de considerar el bienestar propio y de los demás, el reconocimiento de la obligación de comportarse de forma ética, el basar las decisiones en consideraciones éticas, sociales y de seguridad, evaluar las consecuencias realistas de una acción y la toma de decisiones constructivas y seguras respecto de uno mismo, las relaciones interpersonales y el entorno.
Arón y Milicic (1999), mencionan 9 habilidades sociales básicas necesarias de fortalecer para el ajuste social: Pensamiento alternativo, Pensamiento consecuencial, Habilidad para tomar la perspectiva de otro, Habilidad para adecuarse a normas sociales; Habilidades conductuales, Capacidad de autopercepción, Capacidad de autocontrol, Capacidad de auto exposición y Habilidad para comprender la causalidad emocional. Mientras que, Marchant, Milicic y Álamos (2013), mencionan cinco competencias básicas o habilidades a desarrollar en los programas de aprendizaje socioemocional: Consciencia de sí mismo, Consciencia social, Toma responsable de decisiones, Autorregulación y Manejo de relaciones.
Instrumentos de evaluación de la Inteligencia Emocional: importancia de la validez y confiabilidad
Para que un programa de apoyo, fortalecimiento o estimulación sea efectivo, se requiere contar con un diagnóstico que dé cuenta de qué es lo que se requiere estimular y para ello es necesario contar con instrumentos de medición o evaluación apropiados (Hernández, Tomás, Ferreres y Lloret, 2015; Peña 2013 citado en Barraza, 2015). El diagnóstico educacional permite visualizar tanto las problemáticas que actúan como barrera para el desarrollo y aprendizaje de los estudiantes, como las potencialidades que permitirán llevar a cabo los cambios necesarios (Guzmán, 2015; Peña, 2013).
En el proceso de medición, las propiedades psicométricas principales son la confiabilidad y la validez. La confiabilidad apunta a que la aplicación repetida del instrumento en el mismo sujeto u objeto de estudio, produce los mismos resultados (Hernández, Fernández y Baptista, 2014; Soriano, 2014); cuando se trata de confiabilidad de un instrumento se estima la confiabilidad por consistencia interna que implica que todos los ítems están altamente correlacionados y miden el mismo constructo y para ello se utiliza el alfa de Cronbach (Welch y Comer, 1988). Sin embargo, ésta no garantiza ni es sinónimo de exactitud, pues si bien un instrumento puede ser confiable, puede no ser válido para una población en particular. En cuanto a la validez, su definición tradicional reiere a que el instrumento mide efectivamente lo que dice medir (Aravena et al., 2015; Hernández et al., 2014). Sin embargo, Messick (1989 y 1996 citado en Soriano, 2014), argumenta que dicha definición es incompleta, aportando que un instrumento será válido en la medida en que las inferencias e interpretaciones que surgen a raíz de los resultados de un instrumento, incluyen consecuencias sociales y éticas. De manera que el cómo y para qué los resultados de dicha medición serán utilizados y las consecuencias de ésta, adquieren un gran valor (Sánchez-Mendiola, 2016; Soriano, 2014). En esa misma línea, se debe de tener en consideración, que la validez de un instrumento dependerá de los sujetos de estudio, la población y contexto de aplicación, de manera que, puede ser válido para un grupo en particular pero no para otros (Soriano, 2014), por lo que es necesario realizar estudios que validen la pertinencia de los instrumentos al ser aplicados en una población específica, a in de aportar a mediciones pertinentes, contextualizadas y atingentes, que impacten positivamente y aporten al mejoramiento o desarrollo.
Según Mejía (2012) los instrumentos utilizados para evaluar la inteligencia emocional se presentan en tres modalidades principalmente, como test de competencia, como cuestionario de auto descripción y como método de informadores. Los primeros (test de competencia) consisten en que la persona debe desempeñar diversas tareas que presuponen la existencia de una respuesta correcta y por tanto revelarían una Inteligencia Emocional elevada, el mayor problema de este tipo de instrumentos es la selección de tareas pertinentes y la determinación de la respuesta correcta o más ajustada al concepto de inteligencia emocional. En cuanto a los segundos (cuestionarios auto descriptivos), las personas son instadas a auto describirse mediante las respuestas a diversas informaciones, de manera que presupone que las personas son capaces de autoanalizarse y auto conocerse, el principal problema con estos instrumentos es que las personas son enfrentadas a preguntas potencialmente inductoras de respuesta que están influidas por la deseabilidad social, de manera que en lugar de representar una descripción real de la persona, relejan la percepción de deseabilidad de la persona en cuanto a la dimensión Inteligencia Emocional. Por último, el método de informadores consiste en el reporte de una persona externa pero cercana a quien es sujeto de análisis, respecto de las respuestas emocionales de ella ante ciertas situaciones, la principal problemática de este tipo de modalidad es que es valorada como medida complementaria, pero no como determinante a la hora de estudiar o medir el nivel de Inteligencia Emocional.
Uno de los instrumentos más ampliamente usado en la investigación psicoeducativa es el de Mayer, Salovey y Caruso (2007) “Emotional Intelligence Test” instrumento diseñado expresamente para evaluar las cuatro ramas del modelo propuesto por los autores. Respecto a la validación española del instrumento, a pesar de tratarse de una medida de la Inteligencia Emocional para adultos, la investigación pone de manifiesto la pertinencia de su uso en muestras de adolescentes mayores de 14 años. Por otra parte, entre las diversas adaptaciones disponibles de este instrumento se encuentra el “MSCEIT:Youth Version” en una versión reducida de 101 ítems de la variante para adultos adaptada para jóvenes mayores de 10 años, aunque en otros trabajos se ha empleado en niños y niñas mayores de 8 años. Del mismo modo, resulta necesario señalar la construcción reciente de dos medidas de la Inteligencia Emocional en castellano como resultado de la colaboración entre la Fundación Botín y el Laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga. Estos son el Test de Inteligencia Emocional de la Funadación Botín para Adolescentes, que evidencia una estructura factorial consistente con el modelo de Mayer y Salovey y una consistencia interna semejante a la del MSCEIT, y el Tetst de Inteligencia Emocional de la Fundación Botín para la infancia que mide la percepción, comprensión y regulación emocional en niños y niñas de entre 30 meses y 11 años pero que aún no está disponible (Antonio-Agirre et al., 2017; Fernández-Berrocal, Ruis-Aranda, Salguero, Palomera y Extremera, 2018).
A partir de la revisión de investigaciones relacionadas con la evaluación de la inteligencia emocional se puede sostener que no existe acuerdo respecto de la conceptualización de la Inteligencia Emocional ni consenso entre los investigadores respecto a qué instrumento de medición es el mejor dentro de la variabilidad de los ya existentes. Por lo tanto, se vuelve interesante generar un instrumento que tome como constructo teórico la revisión bibliográfica antes mencionada, para que se adecúe al contexto en el cual este instrumento será utilizado.
El equipo de investigación ha visualizado dos problemas fundamentales en los instrumentos previamente mencionados. El primero, es que no han sido validados en población latinoamericana ni chilena, de manera que se desconoce si brindarán información confiable y fidedigna respecto del desarrollo de la Inteligencia Emocional en dicha población. El segundo, es que se basan en uno de todos los modelos teóricos explicativos de la Inteligencia Emocional, de manera que brindarían información sólo respecto de algunas dimensiones de la variable.
Considerando la relevancia de contar con instrumentos válidos y confiables para medir la Inteligencia Emocional y aportar a mejorar la calidad de la educación chilena desde la incorporación de elementos socioemocionales como factores fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, el equipo de investigación integró diversos modelos y descripciones conceptuales de la Inteligencia Emocional de manera de crear categorías y factores asociados a cada una de ellas que den cuenta del desarrollo de la Inteligencia Emocional en sus diversas aristas para construir un nuevo instrumento para evaluar la inteligencia emocional en población escolar chilena. Este instrumento consiste en un cuestionario construido por 119 ítems de escala tipo Likert, distribuidos de modo tal que responden a 5 habilidades o dimensiones de la Inteligencia Emocional: Inteligencia Intrapersonal, Inteligencia Interpersonal, Adaptabilidad, Estado de ánimo y Habilidades sociales.
Surge entonces la siguiente pregunta que se busca responder con esta investigación: ¿Cuenta la versión piloto del Cuestionario de Inteligencia Emocional, con las características psicométricas adecuadas como instrumento de evaluación en una muestra de población escolar chilena?
2. MÉTODO
2.1 Objetivo General
Analizar las características psicométricas de la versión piloto del cuestionario de inteligencia emocional y hacer los ajustes que corresponda para disponer de un instrumento de medición que permita identificar el nivel de desarrollo de habilidades propias de la Inteligencia Emocional en población escolar.
2.2 Diseño Metodológico
Análisis de propiedades psicométricas de la versión piloto del Cuestionario de Inteligencia Emocional, para ello se realiza tres pasos:
1) Análisis Factorial y cálculo de Alfa de Cronbach.
2) A la luz de los resultados obtenidos del análisis factorial se somete al instrumento piloto a modificación.
3) Posterior a la modificación del instrumento piloto se realiza análisis de consistencia interna con evaluación de jueces expertos y cálculo de alfa de Cronbach, para llegar a la versión definitiva del instrumento.
2.3 Muestra
La muestra está constituida por 499 estudiantes desde quinto año básico (10 años de edad) hasta cuarto año de enseñanza meda (17 años de edad) de la Provincia de Concepción, específicamente de las comunas de Concepción, Talcahuano y Chiguayante.
En la siguiente tabla se describe la distribución de la muestra.
La muestra fue seleccionada de forma intencionada e incorporó los 3 tipos de establecimiento educacional que funcionan en el país.
2.4 Variable de estudio
Inteligencia Emocional: Para fines de este estudio y considerando las conceptualizaciones expuestas previamente, se entenderá la inteligencia emocional como; conjunto de habilidades que permiten identificar, sentir, entender y modificar las propias emociones e identificar y comprender las de los demás, discriminar entre ellas y usar dicha información para orientar el propio pensamiento y comportamiento, regular las emociones propias y las de los demás, y resolver dificultades haciendo uso de las habilidades intrapersonales e interpersonales.
2.5 Instrumento
“Versión Piloto de Cuestionario de Inteligencia Emocional”
La versión piloto del Cuestionario de Inteligencia Emocional, estuvo constituido por 119 ítems distribuidos de modo tal que responden a 5 habilidades o dimensiones de la Inteligencia Emocional:
• Dimensión 1: Inteligencia Intrapersonal, compuesta por 54 ítems distribuidos en 6 factores que componen la dimensión, los cuales son Consciencia Emocional, Regulación Emocional, Autoestima, Conocimiento de las propias motivaciones, Asertividad e Independencia.
• Dimensión 2: Inteligencia Interpersonal, compuesta por 22 ítems distribuidos en 3 factores que componen la dimensión, los cuales son Empatía, Inicio y mantención de relaciones interpersonales, y Responsabilidad Social.
• Dimensión 3: Adaptabilidad, compuesta por 12 ítems distribuidos en 2 factores que componen la dimensión, los cuales son Habilidad para solucionar problemas y flexibilidad.
• Dimensión 4: Estado de ánimo, compuesta por 7 ítems, distribuidos en 2 factores que componen la dimensión, los cuales son Felicidad y Optimismo.
• Dimensión 5: Habilidades sociales, compuesta por 24 ítems distribuidos en cuatro factores que componen la dimensión, los cuales son Pensamiento consecuencial, Habilidades conductuales para ajustarse socialmente, Comprensión de causalidad emocional y Toma responsable de decisiones.
Este instrumento fue aplicado a 499 estudiantes, quienes, al enfrentarse al instrumento, debían responder a cada ítem tipo Likert marcando con una X la opción que mejor le representa, marcando 1 para Nunca, 2 para Casi Nunca, 3 para Algunas veces, 4 para Casi Siempre y 5 para Siempre. Al realizar los análisis se invirtieron las respuestas dadas por los estudiantes en la dimensión- Regulación Emocional, pues los ítems correspondientes a dicha dimensión estaban planteados en negativo.
Una vez el instrumento piloto fue sometido a análisis, se realizaron ajustes en su composición, quedando constituido con un total de 34 ítems, los cuales responden al concepto de Inteligencia emocional y las habilidades que implica a partir de lo expuesto previamente desde los modelos teóricos. Este instrumento modificado fue sometido a análisis de confiabilidad calculando alfa de Cronbach y análisis de consistencia interna.
2.6 Procedimiento
Para acceder a la muestra, se ha contactado a directores y jefes técnicos de los establecimientos educacionales para coordinar la autorización y aplicación de instrumentos.
Una vez obtenida la autorización y coordinación para la aplicación, más el asentimiento de los estudiantes, se procedió a aplicar el instrumento propio del estudio. Como custodia de los datos queda la investigadora principal. Se resguardaron los aspectos éticos atendiendo a la normativa vigente.
Una vez aplicado el instrumento, se procedió a la digitación y análisis de resultados a través del programa estadístico SPSS. Una vez obtenida la información, se procedió a hacer una devolución a los establecimientos educacionales a través de un seminario y de la entrega de un boletín informativo.
2.7 Análisis de datos
Los datos fueron analizados usando el programa estadístico SPSS en su versión 22, se realizaron dos etapas de análisis.
En la primera se analizó la estructura factorial y confiabilidad del instrumento piloto de 119 ítems. Para el análisis factorial se realizó la prueba de normalidad Kolmogorov-smirnov, la cual evidenció que la muestra no se distribuye de forma normal. Al realizar la prueba de medida de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin, que resultó ser igual a .898 y la prueba de esfericidad de Barlett, que resultó estadísticamente significativa X2 (5816) = 561; p< .001, se apoya la pertinencia de realizar un análisis factorial, el cual se realizó a través del método de Factorización de ejes principales.
En la segunda etapa, el instrumento piloto fue sometido a modificaciones tras el primer análisis y se procedió a una segunda etapa de análisis, donde se calculó alfa de Cronbach para confiabilidad y se analizó consistencia interna a través del juicio de expertos.
3. RESULTADOS
El instrumento piloto inicial, constituido por 119 ítems estaba fundamentado en la integración teórica de diversos modelos teóricos y conductuales en torno a la variable Inteligencia Emocional. De dicha integración surgieron 5 dimensiones asociadas a la inteligencia emocional, cada una de ellas compuesta por diversos factores. Se realiza un primer análisis, donde los valores de la medida de adecuación muestral Kaiser-Mayer-Olkin (.902) y de la prueba de esfericidad de Bartlet con un valor p de .000 sugieren que realizar un Análisis Factorial es apropiado. En este primer análisis, se identificó una estructura inicial de 5 factores.
Se analiza la estructura inicial y se descartan los ítems con cargas menores a .30 puntos, lo cual da paso a la realización de un segundo análisis factorial, cuyos valores de la medida de adecuación muestral Kaiser-Mayer-Olkin (.898) y de la prueba de esfericidad de Bartlet, resultaron estadísticamente significativa (p< .001), sugiriendo pertinencia en la realización de un Análisis Factorial. Se han eliminado los ítems que en la estructura inicial no estaban en ningún factor y los que no cumplen con el criterio >.03, empleándose el método de extracción de Componentes Principales. Este análisis, dio cuenta de una agrupación distinta de los ítems y propone una categorización estructuralmente diferente a la propuesta originalmente. De ahí, surge la versión piloto final compuesta por 34 ítems y con 5 dimensiones disímiles de la primera versión del instrumento, quedando su estructura factorial de la siguiente manera:
Las dimensiones propuestas en la primera versión del instrumento y sus respectivos factores, fueron descartados; para ello se consideró los resultados del análisis factorial y las conceptualizaciones propuestas en los modelos teóricos previamente expuestos. De esta manera, se llegó a una versión piloto final, la cual no se compone de factores, sino que mide la variable Inteligencia Emocional como un componente total, que considera las habilidades y competencias descritas por los constructos y modelos teóricos previamente expuestos.
Al analizar la confiabilidad del instrumento piloto en su versión final, se obtuvo un Alfa de Cronbach de .871, lo cual da cuenta de adecuadas propiedades psicométricas como instrumento de medición.
Al analizar la consistencia interna, se somete al instrumento al juicio de un grupo de expertos, donde se confirma que los ítems propuestos para el cuestionario son pertinentes y responden a la conceptualización de Inteligencia Emocional.
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La versión piloto del Cuestionario de Inteligencia Emocional, cuenta con estándares de confiabilidad que lo califican como un instrumento de medición confiable, sin embargo, su estructura factorial dio cuenta de inconsistencias en relación a las categorías teóricas propuestas por el equipo investigador al momento de construir la versión piloto del cuestionario. Por lo tanto, se pudo concluir que requería de ajustes para que su estructura fuese coherente con el marco conceptual que la variable que se pretende medir.
Los ajustes realizados a la versión piloto del instrumento, posibilitaron llegar a la versión final del Cuestionario de Inteligencia Emocional, el cual cuenta con características psicométricas que hacen de éste un instrumento de medición confiable para ser aplicado en estudiantes chilenos(as) desde quinto año de enseñanza básica a cuarto año de enseñanza media, de la Provincia de Concepción.
Es importante considerar que, para la formación integral de personas, es necesario atender a sus características personales a in de dotarles de recursos, experiencias y oportunidades de aprendizaje que favorezcan la adquisición transversal de competencias para su bienestar y para la vida (Antonio-Agirre et al., 2017). Desarrollar la Inteligencia Emocional en las personas, es funda- mental para el logro de la realización y la felicidad personal, permite una mejor adaptación al mundo social, desarrollar habilidades para la resolución de conflictos interpersonales (Fernández-Martínez y Montero-García, 2016), prevenir problemáticas como la violencia juvenil, bajo rendimiento escolar y acoso escolar (Segura et al., 2018) y mejora procesos de aprendizaje (Ruvalcaba-Romero et al., 2017).
Este estudio, espera aportar a la recolección de información objetiva y confiable en torno a la Inteligencia Emocional en tanto variable influyente en contextos educativos. Información que aporte a la construcción de estrategias para apoyar o fortalecer el desarrollo de este tipo de inteligencia, al ser una herramienta que dará cuenta de las habilidades con las que cuentan los estudiantes y aquellas que se requiere estimular. Como consecuencia de lo anterior, podría contribuir a orientar la toma de decisiones hacia una formación de personas que impacte positivamente en el desarrollo humano sostenible.
Finalmente, y atendiendo a lo planteado por Soriano (2014) en cuanto a que la validez de este instrumento está sujeta a las características de las personas que participaron del estudio, su población y contexto de aplicación, se espera confirmar sus propiedades psicométricas con otros grupos de estudiantes en investigaciones futuras.
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