Resumen: El objetivo, es identificar a partir de una encuesta, qué factores se están presentando en los estudiantes de la media rural, al hacer el paso de la terminación del bachillerato a los estudios universitarios. Los datos se recolectaron y analizaron por métodos cuantitativos y la muestra estuvo conformada por 288 estudiantes. Se aplicó una encuesta a estudiantes de 5 instituciones oficiales y 2 privadas del municipio de Lebrija-Santander. Los resultados muestran que la educación vigente que reciben los estudiantes de bachillerato no está acorde con las exigencias del estado para seguir estudiando e ingresar a un empleo de calidad. Los principales factores que afectan la continuidad y permanencia en el nivel superior son el ingreso de dineros limitado de los padres (73%) y un rendimiento académico bajo (27%), generando que los estudiantes deseen trabajar de manera independiente (51%). También se observó que un alto porcentaje presentan habilidades y destrezas deficientes para solucionar problemas e innovar y aplicar conocimientos en la práctica. Los factores identificados, permiten afirmar que las instituciones deben cambiar su forma de transmitir el conocimiento pensando en la innovación de aprendizajes, ya que en Colombia los jóvenes del sector rural, se están evaluando igual que los del sector urbano sin tener presente las diferencias propias de cada sector. El modelo educativo a desarrollarse debe partir de las necesidades, demandas sociales y el contexto, reestructurando planes, programas y políticas educativas articuladas con la ruralidad, abordando competencias que favorezcan el emprendimiento y la efectiva autogestión de los jóvenes.
Palabras clave: Educación ruralEducación rural,educación superioreducación superior,educación secundariaeducación secundaria,rendimiento académicorendimiento académico.
Abstract: The objective is to identify from a survey, what factors are occurring in rural average students, as they make the transition from high school completion to university studies. The data was collected and analyzed by quantitative methods and the sample consisted of 288 students. A survey was applied from 5 official and 2 private institutions of the Municipality of Lebrija-Santander. The results show that the current education received by high school students is not in accordance with the state's requirements to continue studying and get a quality job. The main factors affecting continuity and permanence in the higher level are limited income from parents (73%) and a low academic performance (27%), generating that students want to work independently (51%). It was also observed that 100% of the students have poor skills and abilities to solve problems and innovate and apply their knowledge in practice. The factors identified suggest that the institutions must change their way of transmitting knowledge, thinking about learning innovation, since in Colombia young people in the rural sector are being evaluated in the same way as those in the urban sector, without taking into account the differences in each sector. The educational model to be developed must be based on the needs, social demands, and context, restructuring educational plans, programs, and policies articulated with rurality, addressing competencies that favor entrepreneurship and effective self-management of the young people.
Keywords: Rural Education, higher education, secondary education, academic performance.
Investigación
La Educación rural: Un desafío para la transición a la Educación Superior
Rural Education: A Challenge for the Transition to Higher Education
Recepción: 25 Marzo 2020
Aprobación: 15 Junio 2020
Cuando se habla de educación en el sector rural, se imagina un mundo de emociones, colores, olores y sabores que se mezclan e identifican con los saberes de sus habitantes y los escolares que en ella habitan. Con toda la problemática que se vive hoy para llegar a la institución, con la amenaza que persiste de los grupos armados, con una carencia de recursos, materiales didácticos y laboratorios, ausencia de salones, infraestructura inadecuada, personal no capacitado, insuficiencia de implementos deportivos, etc., la política educativa diseñada por el Estado no es pertinente para el sector rural y no está acorde con la realidad de las comunidades. Porque esta política es creada para ciudadanos elitistas, que los prepara para ser consumidores desmedidos, obviando la ubicación de las sedes del sector rural de nuestro país, sin tener presente que un factor importante para el desarrollo del mismo Estado es la Educación media, motor principal para la admisión a la educación superior. La meta del Ministerio de Educación Nacional (MEN), debería ser reforzarla para desarrollar personal capacitado en las diferentes áreas del conocimiento, cumpliendo dos papeles fundamentales como lo señala Sánchez, Munari, Velasco, Ayala y Pulido (2016): uno terminar el Bachillerato, incentivando a los estudiantes a adquirir competencias para ejercer labores que requieran de un conocimiento básico y dos, impulsar el ingreso a la Educación terciaria por medio del desarrollo de competencias y habilidades socioemocionales.
En América Latina, a pesar de existir políticas, enfocadas a la transformación del sistema educativo y al mejoramiento del mismo, sigue en aumento los estudiantes que repiten el año escolar y los que abandonan la escuela (Ávila, 2017); pero preocupa más los casos de inequidad que se observan en la mayoría de países Latinoamericanos, que intervienen en el sistema educativo al facilitar el acceso a la educación superior de los jóvenes que poseen familias con excelentes ingresos, prolongándose la brecha existente hoy día.
La Educación Colombiana pasa por un punto complejo, como es la desigualdad de condiciones para los que aspiran ingresar a la vida universitaria. Esta se ve reflejada en los beneficios que tienen los estudiantes del área urbana versus las desventajas que poseen los del área rural; haciendo que los jóvenes abandonen sus estudios antes de terminar la secundaria y, los que continúan no poseen los recursos necesarios para ingresar a una Universidad o los resultados de las evaluaciones estándar no les alcanza para obtener un cupo. Surgen entonces preguntas como: ¿qué crean esos jóvenes que no culminan sus estudios? ¿qué tipo de prácticas desarrollan?
La preocupación permanente del MEN por renovar la calidad de la educación, ha implementado estrategias desde la propuesta de desarrollo de competencias y habilidades en el campo educativo con el fin de ampliar la matrícula y reformar la política educativa a través de becas o programas de apoyo. Sin embargo, hay estudios que demuestran que este es un problema que afecta a todo el país porque los jóvenes no poseen los recursos suficientes para ingresar a la Universidad o el rendimiento académico no se los permite. El estudio realizado por Sánchez et al. (2016), observó que:
El acceso a la educación superior en Colombia sigue siendo inferior pues en promedio solo el 18 % de los estudiantes que culmina noveno grado ingresa a algún programa de formación profesional. Además, las diferencias entre regiones y Departamentos son importantes, donde se observan rangos en la tasa de acceso que van entre el 7 % (Amazonas) y el 23 % (Santander y Casanare) (p. 5).
Según la OCDE (2016) en Colombia muchos de los jóvenes no terminan sus estudios, solo el 57% cursa grado 10 y menos de la mitad (48%) termina el bachillerato y en el sector urbano, aproximadamente el 82% de los estudiantes finalizan sus estudios; sumado a lo anterior, prevalece una baja cobertura en cuanto a educación superior con una cifra del 35,5% (MEN, 2009). Además, se ha visto que cuando se hace esta transición, los jóvenes no saben cómo ser independientes y flexibles, como lo señala Jiménez (2017), quien sugiere que la situación de los estudiantes es otra, porque se manejan niveles de estrés alto, debido a que hay un cambio entre la universidad y la escuela. Sumado a esto, encontramos la soledad en la que habitan muchos estudiantes, los cambios en la parte familiar y las exigencias en la parte académica, siendo las principales causas a tener en cuenta en casos de continuar sus estudios escolares.
Por consiguiente, el MEN debe transformar la Educación Media y adaptarla a todos los sectores para que los estudiantes reciban formación e ingresen a los estudios superiores o puedan involucrarse en el campo laboral. Esto preocupa permanentemente a los Colegios del Municipio de Lebrija que no tienen una política definida en el sector rural y, por ello, es necesario que los estudiantes sean competitivos para que acepten el cambio que hoy día trae esta sociedad. De esta manera, se plantea determinar si los estudiantes de las diferentes Instituciones del municipio de Lebrija continúan sus estudios de educación superior y cuáles son las mayores causas del no ingreso a una Universidad.
La expansión de la escolarización ha sido promovida como una iniciativa de desarrollo clave durante décadas. En los últimos treinta años, las brechas de género en el logro educativo en muchos países se han limitado sustancialmente y las desigualdades socioeconómicas, sin embargo, persisten. Aunque son limitados los estudios realizados en el sector rural, algunos autores han investigado algunas causas asociadas con la permanencia en la escuela de los sectores rural y urbano de los estudiantes de bachillerato hacia la universidad. Las teorías sobre la desigualdad de oportunidades educativas sugieren que, si las escuelas privadas ofrecen educación de mejor calidad, es más probable que los estudiantes de familias más favorecidas se inscriban en estas instituciones, lo que podría continuar con la desigualdad educativa de la región. Diferentes estudios encuentran asociación entre el nivel socioeconómico y transición de la escuela secundaria y superior (Byun, Irvin y Meece, 2012; Grant, 2017; Myroniuk, Vanneman y Desai, 2017). Así, Grant (2017), en Malawi-África, utiliza datos de una encuesta longitudinal, para examinar cómo el estado socioeconómico de las familias está asociado con la transición a la escuela secundaria y posteriormente a la educación superior. Este estudio muestra que los jóvenes de hogares favorecidos tienen oportunidades de inscribirse a la secundaria que los más necesitados y también ingresan fácilmente a la educación superior.
En esta misma línea se encuentran los resultados observados por Myroniuk et al. (2017) en India, donde solo el 33.4% de estos jóvenes completan el bachillerato y el 20.8% asisten a una institución de educación superior. Incluso, aquellos que permanecieron en el sistema escolar en 2005, solo el 38.2% asistió a una universidad siete años después y 61,3% de los estudiantes encuestados que completaron la educación media fueron a la universidad. Todos los modelos de análisis realizado muestran que, los niños de hogares con niveles de ingresos más altos tienen mejores posibilidades de completar la secundaria e ir a la universidad. Aunque la educación superior en la India no fue totalmente acogida por quienes pertenecen a esta muestra, esta es una revolución generacional, porque completar la educación secundaria está lejos de ser un logro universal en India.
Byun et al. (2012), abordan la limitación que tienen los estudiantes rurales para asistir a instituciones por un periodo de cuatro años, que es lo que demanda como mínimo la formación de educación superior, así como, el papel diferencial de los factores claves, para finalizar la universidad de áreas rurales y metropolitanas. De esta manera, la falta de becas para estudiantes rurales que asisten a la universidad, muestra importantes implicaciones para generar investigación y acceso a carreras de educación superior. No obstante, los resultados indican que los estudiantes hispanos rurales que se inscribieron en una carrera universitaria tenían más desventajas en finalizarla que estudiantes urbanos, a pesar de tener el mismo origen racial/étnico. Una posible explicación para este hallazgo puede ser que no hubo orientación y asesoramiento para el ingreso a una Universidad. Los estudios revisados anteriormente muestran que, los Gobiernos no generan políticas educativas acordes al contexto de cada región y que los problemas como estado económico de los padres de familia, rendimiento académico, infraestructura educativa, becas y asesoramiento para estudiantes del sector rural y urbano, hace que no se continúen los estudios de básica, media y universitarios.
La realidad del contexto educativo rural en Colombia, México, Perú y Ecuador poseen muchas brechas en la participación educativa.
El 3% de los jóvenes rurales colombianos son analfabetos comparada con el 1% de la población urbana, Ecuador con un 2,2 y 1,3 respectivamente, aunque son menores, lo mismo que México. Por otro lado, al realizarse un análisis por grupos de edades de los jóvenes rurales, en Perú se encuentra una brecha generacional donde el 56% de los jóvenes entre 25 y 29 años no han completado la educación secundaria. En el acceso a educación superior, también se observan diferencias, uno es que el 25% de las personas entre 20 y 24 años ingresan a la universidad, un puntaje superior al de 10 años atrás (12%); dos es la deserción de los jóvenes entre 15 y 19 años, donde el 24% no culmina la educación secundaria o están si ir a la escuela, a diferencia del sector urbano con un 18% (Díaz y Fernández, 2017, pp. 11-12).
En el contexto ecuatoriano, Díaz y Fernández (2017) encontraron importantes diferencias en la educación secundaria, los sectores urbanos y rurales, el 55,2% finaliza el bachillerato comparado con el 24,2% respectivamente; sólo el 8,1 % de los jóvenes rurales acceden a educación superior y un 5,9% obtiene un título universitario; estas cifras están cercanas al caso de Colombia (p. 13).
En América Latina se ha podido encontrar que, el ingreso a la Universidad sigue siendo posible para unos pocos, sobre todo en el sector rural, ya que, los que ingresan poseen bajas probabilidades de concluirla.
La desigualdad en Colombia tiene un alto índice en el sector rural, de acuerdo con el reporte dado por Norwegian Centre for conflict Resolution (2016) (NOREF), los índices de pobreza y marginalidad, ausencia de servicios públicos y falta de acceso a una educación pertinente y de calidad, son raros en estas regiones. Según el último censo nacional, el 45,6% de las personas residentes en el área rural dispersa vive en condiciones de pobreza, porcentaje que incrementa al 63,8% cuando se hace referencia a la condición de pobreza de grupos étnicos y poblaciones desplazadas (citado de González, 2016, p. 1).
En nuestro Municipio, se ha encontrado que niños del sector rural entre 5 y 14 años no asisten a una escuela y esto se demuestra con los jóvenes que ingresan al sistema con edades superiores al grado que deben estar, y muchas veces no terminan la educación primaria. Esta falta de continuidad en el sistema escolar, la violencia, la carencia de recursos económicos, la falta de transporte, hacinamiento, lejanía de las escuelas, la carestía en los materiales escolares, son inconvenientes que se ven diariamente en el sector rural de nuestro país y no existen soluciones de fondo para permanecer en el sector educativo y que sea eficaz.
Según Pardo (2017), en su estudio realizado en Colombia, sostiene que con las competencias adquiridas los jóvenes rurales tienen desventajas para seguir estudiando e ingresar a las empresas a laborar. La Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) de 2015 indica:
Que el promedio nacional de analfabetismo de personas de 14 años y más, se ubica en 4,9%, con un 3,3% en lo urbano y un 11% en la zona rural. Entre los jóvenes rurales todavía el 3% es analfabeta, a diferencia del 1% de los jóvenes urbanos. Solo un 10% de los jóvenes rurales completan la educación básica, el 21% logra terminar la educación media y tan solo el 6% continúa con educación superior postsecundaria (Pardo, 2017, p. 14).
De acuerdo con el estudio realizado, se observa que de los jóvenes que terminan la secundaria, un 50% no logra finalizar la Universidad, el 44% logra un título de Técnico o Tecnólogo y solo el 6% logra un diploma Universitario. Por otro lado, se ha visto que la falta de estudios de los estudiantes rurales aumenta comparado con el urbano, esto se debe a que prefieren trabajar para recibir un incentivo de dinero ya que no encuentran un valor agregado a continuar sus estudios; todas estas situaciones y factores se ven en todas las zonas rurales del país y Lebrija no está exento de vivirlas.
El presente estudio se realizó utilizando el método cuantitativo, a nivel descriptivo, con un diseño no experimental, cuyo objetivo es buscar la ocurrencia y datos que se muestran en los rasgos estudiados, como son continuar estudios, el ingreso a una empresa, competencias adquiridas y proporcionar una visión de la situación a nivel local y nacional.
La muestra corresponde a jóvenes de educación media (grados décimo y undécimo) de cuatro instituciones rurales y 3 urbanas de siete instituciones educativas del Municipio de Lebrija.
La selección de la muestra se hizo de manera aleatoria. En total se encuestaron 288 estudiantes entre las 7 Instituciones Educativas. Las edades fluctuaban de 14 a 18 años.
Teniendo el número de estudiantes, se procedió a distribuirlos en los diferentes Colegios que hicieron parte de la investigación. Se separaron por sexo de acuerdo a cada uno de los grados de los Colegios rurales y urbanos donde se estableció la proporción de participantes del total muestreado.
Para recolectar los datos se solicitó a los Rectores de las Instituciones participantes el ingreso a las instalaciones del plantel y el permiso correspondiente para aplicar el instrumento a los jóvenes que cursaban los grados de educación media.
El instrumento utilizado, fue una encuesta de preguntas cerradas, a cinco colegios oficiales y dos privados del Municipio de Lebrija. La encuesta comprendió la siguiente temática:
Continuación de estudios.
Ingreso a la parte laboral.
Formación y alcance de competencias en su vida profesional.
El análisis estadístico de todas las variables estudiadas en este trabajo, se realizó con el programa informático Gretl versión 2019 c-git. Se realizó un análisis de distribución de frecuencias o de porcentaje en el caso de variables examinadas.
En el presente estudio se analizaron los cuestionarios de 288 estudiantes de siete instituciones del municipio de Lebrija (ver Tabla 1). De los 288 estudiantes, 165 (57%) mujeres y 123 (43%) hombres entre los 14 y 18 años.
En la Tabla 1 se exhiben los datos por género que fueron encuestados de cada una de las Instituciones.
Del total de la población estudiada un 57,3% corresponde a mujeres y un 42,7% a hombres, observándose que la mayoría se encuentran estudiando en los colegios oficiales (ver Figura 1). Del total de estudiantes encuestados, el 49% se encuentran en Instituciones urbanas y el 51% en Instituciones rurales del Municipio de Lebrija.
Seguidamente, se proporcionan los resultados de 4 variables trabajadas. En la figura 2, se muestran las características que pueden intervenir en el ingreso a la Universidad de los colegios urbanos y rurales del Municipio de Lebrija, entre ellas: intención de continuar estudiando (1), carreras seleccionadas (2), fuente de recursos económicos (3), posibles barreras para ingreso a la educación superior (4).
En la primera variable, la continuidad de los estudios superiores, se observa que más del 90% de los estudiantes quieren continuar estudiando, (Parte 1 Figura 2). Con relación a las carreras, los estudiantes prefieren ingresar a carreras menos comunes a Medicina e Ingeniería; tanto estudiantes del área rural como urbana prefieren otras carreras (38,5% en promedio) que pueden ser más cortas en tiempo como las técnicas o tecnológicas, seguidas de un 29% que prefieren estudiar ingeniería y Medicina con un 17% (parte 2 Figura 2). Sin embargo, existe un 8,9% de la población rural y un 7% urbano que no sabe o no se ha decidido por una carrera en particular.
En fuente de financiación (parte 3 Figura 2), se observa que los estudiantes del sector urbano dependen de los padres de familia en un 64% contra un 51% del sector rural y más aún, los estudiantes del sector rural (36%) son más independientes que los urbanos (18%) al querer estudiar con recursos propios.
Dentro de los factores que aquejan a los jóvenes para ingresar a la educación superior (parte 4 Figura 2), se observa que el 82% de los jóvenes rurales consideran como primera causa la condición financiera de sus padres y el rendimiento académico con un 18%, explicando aún más la dependencia a la familia y dejando de lado, uno de los factores que las Universidades tienen presente a la hora de ingresar como es el nivel académico de los que desean continuar sus estudios.
Posteriormente se presentan los resultados de las variables referentes al ingreso laboral. La Figura 3, muestra los datos obtenidos de cada una de ellas.
Se observa que los estudiantes tanto del sector rural como urbano, (parte 1 Figura 3) desean trabajar 88% en promedio contra un 11% que no desean hacer esta actividad porque dependerán de los Padres para salir adelante si se lo proponen.
La segunda variable analizada en esta gráfica (parte 2), muestra las aspiraciones salariales de los futuros bachilleres, destacando que los jóvenes de ambos contextos esperan un buen salario, pues 52,7% rural y 61,3% urbano aspiran a ingresos superiores a dos salarios mínimos legales vigentes colombianos. Este resultado se esperaba, ya que los jóvenes consideran que algunas profesiones tienen estatus social y, muchos esperan llegar a tener empleos exitosos y bien remunerados.
La tercera parte de la Figura 3, presenta las respuestas sobre la posibilidad de trabajar de manera independiente, al manifestar la mayor parte de los estudiantes (44,5% y 57% para estudiantes rurales y urbanos respectivamente) que ellos desean trabajar de manera independiente, nos indica que la formación de la Media en el Municipio debe generar fortalezas a una cultura empresarial y un enfoque emprendedor para que se formen y gestionen su propia empresa. No obstante, no se debe perder de vista que un 43,2% de los jóvenes rurales y un 27,5% de los urbanos manifestó no saber si trabajaría de manera independiente; se hace evidente por tanto fortalecer la cultura del emprendimiento sobre todo en la educación Media Rural.
Posteriormente, se muestran los porcentajes de la formación en las diferentes competencias que han recibido los jóvenes durante su educación secundaria y media: se trabajaron las competencias que los estudiantes deben adquirir como las habilidades, destrezas y condiciones personales que son necesarias para continuar los estudios superiores e ingresar al campo laboral.
La capacidad de aprender por sí mismos (parte 1 de la figura 4), los resultados son muy similares en ambos contextos, los futuros graduandos respondieron en promedio: mucho un 54,5%, regular 43,6% y poco un 1,9%. Se esperaba un mayor porcentaje en la opción mucho, teniendo presente que esta es una habilidad básica para continuar estudios universitarios, el estudiante debe construir su conocimiento a partir de los procesos del propio aprendizaje.
En la habilidad para solucionar problemas (parte 2 de la figura 4), si hay que tener en cuenta las diferencias entre las respuestas de los estudiantes de ambos contextos, donde los jóvenes rurales muestran deficiencia en esta competencia, al responder mucho el 48% y un 49% regular, es decir cree que casi es capaz de llegar a realizar esta actividad. Los ubicados en entorno urbano respondieron mucho 77%, regular 22% y poco 1%.
Continuando con el análisis de destrezas y habilidades que según los jóvenes han podido lograr, se encontró que en la capacidad para adaptarse a nuevas situaciones (parte 3 Figura 4) hay resultados muy cercanos, teniendo como promedios un 61,5% en mucho, 33,5% en regular y 5% en la opción poco.
En cuanto a la capacidad para manejar información, la opción mucho tuvo en promedio un 52,9% y la opción regular un 44,7%, tan sólo un 2,4% manifiesta poca capacidad (parte 1 de la figura 5). De todas las habilidades estudiadas, la capacidad para trabajar en equipo (parte 2 de la figura 5) dio resultados favorables al observarse que un 81,5% de los rurales y un 72,5% de los urbanos considera tener esta destreza, esta respuesta sugiere que se pueden aplicar estrategias de trabajo colaborativo en el aula de clase, aunque el docente debe verificar que el trabajo en equipo realmente funcione, de lo contrario sucederá que solo algunos son los que trabajan y otros permanecen sin lograrlo.
En la pregunta sobre la capacidad para realizar y organizar proyectos (parte 3 de la figura 5), los encuestados del sector rural responden mucho con un 52% contra un 67% del sector urbano, siendo un resultado más bajo que el esperado sobre todo en la zona rural, porque todos deben estar en capacidad de diseñar y ejecutar proyectos de acuerdo a las enseñanzas o estrategias vistas en las Instituciones donde estudian. Además, se debe tener presente las actividades que se realizan a nivel Municipal en donde los estudiantes participan con proyectos elaborados por ellos; asimismo las Instituciones implementan la asignatura de emprendimiento como un eje transversal que el Ministerio de Educación Nacional en su ley 1014 de 2006 reglamentó, para que los Colegios fomentaran la cultura del emprendimiento desde un enfoque de desarrollo integral humano (MEN, 2012).
En las competencias, la capacidad para innovar procesos, es la habilidad con mayor problema o debilidad que se observa en los estudiantes, pues en promedio un 60% de los estudiantes seleccionó la opción regular (parte 1 Figura 6). Esto sugiere hacer una revisión al modelo pedagógico que se está implementando en las instituciones del municipio.
Simultáneamente, en el manejo de TIC (parte 2 Figura 6), la opción mucho recibió un 62,3% de los jóvenes rurales y regular 32,8%, por su parte, los estudiantes de entorno urbano respondieron 62% mucho y 35,2% regular. En esta destreza, los resultados son favorables y es importante mantenerla, pues en el mundo actual, es innegable la abrupta incursión de las TIC en casi cualquier aspecto de la vida, igualmente para los jóvenes, tener fortalezas en el dominio de éstas herramientas les permite mejores desempeños en algunos trabajos.
En la habilidad para comunicarse efectivamente de forma oral y escrita (parte 3 Figura 6), se observa que los jóvenes seleccionaron en promedio la opción mucho un 69,1% sin embargo, esta percepción de los jóvenes puede contrastar con sus resultados en pruebas estandarizadas o en sus desempeños cuando ingresan tanto a la universidad como a un trabajo formal, pudiendo llegar a ser preocupante esta falsa percepción en el dominio de nuestra lengua materna, es necesario comenzar a aplicar estrategias en pro del hábito de la lectura y la escritura tanto en las Instituciones como en los hogares Lebrijenses.
A continuación, se relacionan los aspectos más relevantes en que los encuestados de las diferentes Instituciones presentan coincidencia y diferencia de todas las Instituciones estudiadas:
1. De los estudiantes encuestados un 95% mostraron su deseo de seguir estudiando y laborar conjuntamente y en gran proporción indican que el ingreso a la Universidad dependerá económicamente de sus padres.
2. Los factores que afectarían la continuación de estudios a nivel superior son el factor económico y el rendimiento académico.
3. En las instituciones estudiadas se encontró como aspecto negativo que los estudiantes coincidían con porcentajes no despreciables en la opción regular, en las competencias adquiridas en su vida escolar como son capacidad para el autoaprendizaje, solución de problemas, innovación, manejo de TIC y elaborar proyectos de investigación formativa.
4. En la capacidad de adaptarse a situaciones, si bien ambos contextos tienen resultados favorables, el sector rural maneja muy bien esta capacidad, donde 63,7% selecciona la opción mucho contra un 59,4% del sector urbano.
5. En la capacidad de organizar y realizar proyectos los jóvenes del sector rural muestran mayores falencias en esta competencia respecto a sus pares urbanos, puesto que un 39% y un 9% manifiestan mediana y poca capacidad para esta actividad versus los estudiantes urbanos entre quienes un 30% y un 3% seleccionaron estas opciones.
6. En las capacidades para resolver problemas, manejar información e innovar se observan más debilidades en el sector rural que urbano.
En este estudio se analizaron tres temáticas como la continuidad de estudios superiores, el ingreso al campo laboral y la formación en competencias, para identificar los factores que influyen en el paso de la vida escolar del colegio a la universidad en los estudiantes del sector rural de los Colegios oficiales del Municipio de Lebrija.
En términos generales, nuestros resultados muestran, que el 95% de los estudiantes desean continuar sus estudios superiores después de terminar la educación media. Estos hallazgos se encontraron también en el estudio de Cerrutti y Binstock (2010) con un 80%. Pero, de este 95% solo el 54% desea una carrera Universitaria y un 38,5% se inclina por alguna técnica o tecnología comparado con el estudio de Cerruti con un 60% y 40% respectivamente.
El estudio de Pardo (2017), encontró que, de los jóvenes que tienen capacidades para continuar sus estudios, solo el 33% asiste a una institución; pero si se diferencia por sector, el 30,5% del sector rural asiste a una Institución educativa contra un 36,4% del sector urbano.
Además, se observó que el 5% de los estudiantes no piensan continuar estudiando, lo cual tiene gran relevancia ya que el Municipio debe crear alianzas con algunas Instituciones que los patrocinen y le garanticen la continuidad a toda la población.
La revisión de literatura muestra que la educación que se ha impartido a los jóvenes del sector rural afronta dificultades de ingreso, continuidad y logros educativos que cohíben seguir en el sistema educativo, aunque se debe mirar que hay jóvenes del sector urbano que también poseen estos problemas. Varios estudios han mostrado, que el bajo rendimiento, el nivel socioeconómico y abandono del sistema educativo, se debe a un fenómeno natural que implica las siguientes características: contexto social y financiero de los jóvenes, niveles de enseñanza y dificultades en el aprendizaje, situación educativa de las familias y los patrones de socialización precedentes, que influyen en los jóvenes al hacer la transición a la educación superior (Arias, 2017, 2018; Ávila, 2017; Cerrutti y Binstock, 2010; Cruz, Vargas, Hernández y Rodríguez, 2017; García, Arévalo y Hernández, 2018; García de Fanelly, 2005).
Nuestro estudio muestra que los estudiantes del sector rural presentan problemas con el nivel económico, un 80% señala que sería una limitante para continuar sus estudios contra un 65% del sector urbano respectivamente. Debido a esta razón, los jóvenes deciden estudiar y trabajar si se desea progresar, como lo demuestra Cruz et al. (2017), donde señalan que los jóvenes en México, el 5% estudia y trabaja, el 63,5% solo estudia, el 14% trabaja y el 17% no realiza ninguna actividad, mientras que en Colombia un estudio de la OCDE (2016) en el año 2013, mostró que el 12% de los estudiantes entre 15 y 19 años estudiaban y trabajaban.
Como se mencionó, un factor limitante para continuar estudios es la dificultad económica, derivado de la pobreza generalizada en el campo colombiano y según el trabajo realizado por Cerrutti y Binstock (2010), esta dificultad se evidencia en la insuficiencia monetaria para cubrir los estudios, en la necesidad de tener dinero para el sostenimiento del joven o del hogar; poco apoyo y acompañamiento en el contexto familiar y limitada participación en ambientes sociales y culturales.
Según García Fanelly (2005) y Gessaghi y Llinás (2005) la relevancia del factor socioeconómico en la continuidad educativa por medio de indicadores de ingresos del hogar o por la necesidad de trabajar de los jóvenes, se debe a que aquellos sectores de mayor ingreso tienen más probabilidad de acceder a la educación superior que aquellos que poseen menor nivel socioeconómico (pp. 3-4 respectivamente).
En resumen, la población más pobre no solo no alcanza ingresar a una Universidad, sino que un gran número no ingresa o no culmina la educación media.
Este nivel socioeconómico bajo, va de la mano con el sector laboral, pues un factor crucial para que el joven abandone sus estudios, es porque no encuentra oportunidades de acceder al campo educativo y la mejor solución es trabajar. Por otro lado, Cruz et al. (2017), cita que:
El capital económico del hogar es sin duda uno de los principales determinantes de la situación educativa y laboral de los jóvenes. En los hogares con bajos niveles socioeconómicos, el riesgo de deserción de la escuela e ingreso al mercado laboral a edades tempranas aumenta (p. 578).
Según los datos encontrados en el estudio de la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior en México (SEP, 2012), muestran que los ingresos de dinero en las familias es un factor esencial para que los jóvenes comiencen su vida laboral y los salarios bajos los llevan a trabajar en la etapa de escolarización para ayudar en el hogar.
Otro factor importante para continuar estudios superiores, es el rendimiento académico, los jóvenes Lebrijenses del sector rural (20,5%) y urbano (33,8%), señalan que este factor les impediría ingresar a una Universidad. Uno de los problemas, es la medición que se hace en nuestro país con las pruebas SABER, la cual es una prueba que se aplica a todos los estudiantes sin tener en cuenta las particularidades o contextos. Por ello, el sistema educativo colombiano está preocupado con los resultados de aprendizaje deficientes que se observan en los desempeños de las pruebas SABER que se aplican a los niños de primaria de los grados tercero y quinto, secundaria a los estudiantes de noveno y en educación media a los estudiantes de undécimo.
Como señala el MEN (2018), la transición de la educación media a la universidad en la ruralidad es del 22% mientras que, en el sector urbano, es de un 41%, esto demuestra las brechas que se presentan en los sectores y como se tiene más interés de llevar educación superior al sector urbano que al rural. También el MEN (2018) encontró:
Del total de bachilleres provenientes de zonas de residencia rurales que hicieron tránsito inmediato (23.942), el 56% ingresaron a programas al nivel universitario, el 40% al nivel tecnológico y el restante 4% a programas de formación técnico profesionales (p. 55).
Además, la educación se está enfrentando a políticas de estado que no están funcionando y no están cumpliendo el papel fundamental de formación en la educación media. En el sector rural, es difícil comprender por qué no se dan las garantías que el Estado menciona, no hay infraestructura, maestros capacitados, tecnologías adecuadas, transporte escolar, alimentación constante, etc., todo esto que promete para desarrollar una educación de calidad en las Instituciones del sector rural.
A pesar que se han ofertado y proyectado carreras que abrirán el campo laboral, el estudio muestra que los jóvenes de Lebrija se siguen inclinando por las Ingenierías y no por la parte agrícola del sector rural, sin embargo, hay que inculcar en los estudiantes que no saben qué estudiar (8,3%), carreras que les permitan atender las necesidades de la región para que sientan satisfacción tanto personal como profesional, tomemos por ejemplo los temas de turismo y recursos forestales, carreras que aportarán progreso en el país a futuro y por consiguiente, requerirán personal calificado para laborar.
Aunque se debe mirar que tener acceso a la educación, es una condición necesaria pero no suficiente para lograr el impacto esperado, se requiere implementar estrategias nuevas para mejorar la calidad, de forma que se incentiven cambios y ajustes educativos, como lo dice Arias (2014) “que éstos se vean revertidos en niveles de calidad y optimización necesaria para responder a las necesidades de las exigencias como cobertura, infraestructura, tecnología, dotaciones, alimentación, metodologías y didácticas acordes a los requerimientos que el actual momento requiere” (p. 11).
Este estudio también tuvo en cuenta las competencias adquiridas en educación rural durante su vida académica, las cuales perfilan la orientación del educando; según Tobón (2007) “las competencias se abordan en los procesos formativos desde unos fines claros, socializados, compartidos y asumidos en la institución educativa, que brinden un para qué que oriente las actividades de aprendizaje, enseñanza y evaluación” (p. 15).
Es así, que los estudiantes desean trabajar de manera independiente (51%), indicando que al Municipio le corresponde formar al estudiante en el campo empresarial. Por ello, se debe orientar a los jóvenes a crear o gestionar su propia empresa para que tengan fuentes de financiación y puedan continuar sus estudios. También, se deben fortalecer las habilidades y destrezas que se están enseñando en las Instituciones de Lebrija a través de estrategias como la articulación con instituciones o empresas que le permitan al educando tener un primer acercamiento al mundo laboral y robustecer su inclinación al emprendimiento o ser más competente en el campo que se va a desempeñar.
Unido a esto, se encontró que un 39% de los jóvenes rurales no tienen capacidad de crear proyectos, y eso es un resultado que no se esperaba porque de acuerdo a las enseñanzas o estrategias vistas en algunas Instituciones de Lebrija, hay acciones que se aplican para lograr esta competencia. Esto se basa en las actividades que a nivel Municipal se hacen y los estudiantes participan con proyectos elaborados por ellos; también la asignatura de emprendimiento como un eje transversal que el MEN en su ley 1014 de 2006 implemento, para que los Colegios fomentarán la cultura del emprendimiento desde un enfoque de desarrollo integral humano (MEN, 2012).
Sin embargo, hay fallas en el sistema educativo que están demostrando que no se está cumpliendo con la política educativa Nacional en las Instituciones, a través de los currículos y planes que se están ejecutando, por lo que se considera necesario, cambiar la forma de transmitir el conocimiento y las estrategias que han desarrollado con los estudiantes, es decir, hay que fortalecer las competencias que lleven al estudiante a analizar, reflexionar y hacer una correlación del saber con la innovación, ajustando el proceso de enseñanza.
De las competencias, la capacidad para innovar procesos, muestra debilidad, en los datos globales en la opción mucho (33%) y regular (60%). Esto es debido al modelo pedagógico que se está implementando, en el que se asume un proceso de enseñanza aprendizaje más enfocado en los conceptos que en la parte actitudinal y procedimental. Por otra parte, en las competencias comunicativas un 69% dice tener alta esta habilidad.
Un estudio realizado en Colombia por la OCDE (2016), sobre las competencias de escritura y lectura en las pruebas SABER 2014 halló que el 49% de los estudiantes en Grado 3, el 67% en Grado 5 y el 73% en Grado 9 no cumplían los estándares mínimos y el 27% de los estudiantes de grado 11 en 2013 presentaron niveles bajos en las pruebas SABER, demostrando que hay implicaciones para que los jóvenes puedan continuar estudios superiores e ingresar al campo laboral (p. 33).
Es indispensable que el MEN cree estrategias de evaluación equitativas para los jóvenes del sector rural y urbano, como lo propone Arias (2017) al afirmar que el MEN está presentando una sesgada visión y proyección de las políticas educativas rurales, por ello debe hacer propuestas que integren la complejidad de los saberes rurales, de manera académica y pedagógica, a la política educativa rural (p. 59).
Los resultados presentados evidencian que el desarrollo curricular que implementan las Instituciones de Lebrija, prevalece un tipo de transmisión monótono, que no está llevando al estudiante a generar conocimiento, sino que lo limita a aceptar información y no ser competente. Los resultados de pruebas estandarizadas permiten aseverar que los estudiantes tienen una baja capacidad para comprender textos escritos y aprender de ellos, por eso, acorde a García et al. (2018) “es necesario saber cuáles estrategias afectan en mayor grado el nivel de comprensión, cuál es el uso que hacen los estudiantes de las estrategias en relación con su nivel de comprensión, y cómo se relaciona la comprensión y el rendimiento académico” (p. 159).
Cerrutti y Binstock (2010), aporta que los currículos tienen déficit en los contenidos, entre ellos encontramos el escaso manejo de conocimientos en las áreas fundamentales, problemas de com- prensión de textos y dificultades para entender órdenes (p. 28). Esta situación se encontró en este estudio (43%), puesto que los jóvenes están utilizando la memoria y repetición de conceptos y no están aplicando estrategias que les ayuden a adquirir aprendizajes nuevos para su vida.
También, se deben tomar acciones que garanticen la continuidad de los estudios a aquellos jóvenes con necesidades económicas, como crear horarios que faciliten realizar las dos actividades (trabajar y estudiar), generar convenios con empresas que tengan trabajos de medio tiempo o facilitar becas para dar oportunidad de continuar con la formación educativa.
En las variables estudiadas en la formación durante la educación media, se observa que hay competencias que se cumplen regularmente, haciendo conveniente reestructurar el modelo metodológico que lleva la Institución y orientar a los docentes que son fundamento primordial para la nueva oferta curricular que se propone hoy día.
Según la OCDE (2016), la mayoría de jóvenes que están en básica y media, tienen competencias limitadas y contrariamente a los esfuerzos realizados para mejoramientos de estas competencias, se ha observado que los estudiantes que terminan el bachillerato no están capacitados, para continuar estudiando o para ingresar al mercado laboral. De acuerdo a los resultados, las Instituciones del Municipio de Lebrija deben realizar transformaciones donde se aborden las competencias educativas desde otros enfoques, como por ejemplo el sistémico complejo, que según Tobón (2008) “le da una gran prioridad a la formación de personas integrales con compromiso ético, que busquen su autorrealización, que aporten al tejido social y que, además, sean profesionales idóneos y emprendedores” (p. 3).
La transformación curricular deberá ejecutar planes o programas flexibles, que lleve a los graduandos a triunfar en su vida universitaria, además de fomentar una cultura emprendedora, motivándolo a realizar trabajos de forma independiente en el campo laboral (Arias, 2017). También, es necesario analizar las diversas modalidades de bachillerato, frente a los adelantos en las herramientas de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) hoy día y a los requerimientos de las actividades empresariales, puesto que resultaría conveniente articular la educación media, en sus diferentes modalidades, con lo que ofrecen las Universidades del país.
En la enseñanza de la media rural, es importante probar con nuevos modelos de enseñanza y métodos para aumentar la permanencia en la educación (Cheng, 2007), principalmente en las zonas rurales lejanas y se hace necesario que la secretaría de Educación Departamental establezca convenios con el Ministerio de Educación para que los graduados puedan desarrollar competencias en la parte técnica, pues las Instituciones Educativas no tienen infraestructura y herramientas tecnológicas actualizadas que se necesitan hoy a nivel profesional y laboral, al mismo tiempo que carecen de docentes técnicos calificados, como lo reconoce el mismo MEN (2018), llevando a una disparidad entre los resultados en pruebas SABER e Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) de los sectores rural y urbano, donde los resultados promedio favorecen en 50 puntos a los educandos de las zonas urbanas (p. 32).
Con todo lo anterior, se dejan algunas sugerencias que deben hacer parte de nuestro cambio educativo para obtener logros equitativos en los egresados de las instituciones del Municipio de Lebrija:
1. Hacer una reforma en la educación de acuerdo con los documentos que el MEN ha propuesto para mejorar la Educación Media en nuestro país, y esta debe partir de las carencias y desarrollo social, para generar alternativas constantes y equitativas en todos los Colegios de Lebrija.
2. Desde la Secretaría de Educación Departamental de Santander, debe impulsarse una educación de calidad, donde las Instituciones promuevan aprendizajes innovadores y se ofrezca al docente, espacios de capacitación para su formación, sitios de trabajo adecuados, equipos para la enseñanza y así generar una educación propicia para nuestros jóvenes Lebrijenses.
3. Para innovar en la media rural, los currículos flexibles que está emitiendo el MEN, deben ser comunes para todas las Instituciones como es la Integración de componentes curriculares que permite crear o diseñar planes acordes a las necesidades del contexto, implementando capacitaciones y perfeccionamiento para el quehacer pedagógico de los profesores.
4. Aunque uno de los objetivos de la política educativa es incentivar a los jóvenes en el campo profesional, los currículos deben tener los procesos, servicios, aptitudes y condiciones desde una particularidad eficaz, que sea equitativo y tenga avance reciproco; contar con los perfiles profesionales que demandan las Instituciones y empresas, ya que se requieren capacidades de trabajo en equipo adecuadas para desempeñar un cargo, como lo dice Chacón (2015), con unas competencias adecuadas para el alumnado que les permita competir con las nuevas demandas que las Universidades ofrecen en sus aulas.
5. De acuerdo con la propuesta del MEN con el uso de componentes curriculares, las Instituciones deben tener un currículo por competencias, donde se debe preparar al docente para el manejo de nuevas estrategias pedagógicas, elaboración de los diseños básicos de aprendizaje, mallas curriculares, así como un modelo de evaluación con preguntas tipo pruebas SABER, para que la educación sea más competitiva, cambiante y crítica.
6. Se debe tener en cuenta el estudio de una segunda lengua como es el inglés, y para ello el docente debe ser capacitado en esta área, porque es una de las bases sobre las cuales se mide la competitividad en la oportunidad laboral y es un instrumento para generar espacios en las diferentes áreas de desarrollo educativo.
7. Desarrollar en los estudiantes, capacidades lecto-escritoras en las Instituciones educativas, por aparecer como una falencia evidente en varios estudios y ser un requisito para cualquier campo laboral.
Este estudio permitió detectar que los principales factores que motivan la no continuidad de estudios superiores o terminación de la educación media, son capacidad económica limitada para financiarlos y un bajo rendimiento académico concordante con las falencias detectadas en el modelo educativo rural colombiano. Es indispensable que el Municipio de Lebrija implemente estrategias o ayudas a los jóvenes para continuar sus estudios, obtener un futuro laboral y académico seguro y no deserten de las Instituciones para ingresar a un trabajo y cooperar en sus hogares.
Se deben desarrollar competencias en las Instituciones educativas que generen motivación y empatía a los jóvenes del sector rural para realizar actividades de emprendimiento que forme en ellos la capacidad de crear conocimiento, aprender por si solos, solucionar problemas y sean constructores de un futuro eficaz.
El Municipio debe generar beneficios económicos orientados a que los jóvenes, sobre todo, los del entorno rural, finalicen la educación media y se incentiven a continuar con su proceso educativo, ya que la educación superior muestra retornos económicos más altos al igual que una mayor probabilidad de empleabilidad.
El desarrollo de estudios como el presente, permiten analizar y descubrir formas adecuadas e inadecuadas de la educación que se está implementando en el Municipio, una es la limitada gestión que manifiestan los educandos para el autoaprendizaje y de resolución de problemas que deben ser prioritarias en las Instituciones según el modelo que el Estado desea en el campo educativo; también se observa que se deben desarrollar mejor las competencias en el manejo de las herramientas de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) y en la elaboración de proyectos de investigación formativa que los lleven a innovar y crear conocimiento.
*Correspondencia: Dolly Herrera Arias. Dirección: Calle 203 #41d-30 casa 18 los Pirineos, Floridablanca. Colombia. Correo Electrónico: dollyco@colestacionlebrija.edu.co.