Editorial
Introducción
En las últimas décadas, se ha evidenciado el aumento y recrudecimiento de las desigualdades sociales producto de la multiplicidad de crisis en curso (económica; medioambiental; de cuidado; sanitaria, migratoria, etc.) como procesos interrelacionados inherentes al agotamiento del modelo civilizatorio dominante a nivel planetario (Grosfoguel, 2022). En este contexto, diversas corrientes de pensamiento crítico, también han planteado la existencia de una crisis epistemológica para la compresión de los procesos sociales contemporáneos.
Entre ellas, las aportaciones de los estudios decoloniales (Dussel, 2004; Grosfoguel, 2008; Lugones, 2008; Mignolo, 2010; Quijano, 1992; entre otros) han desarrollado críticas consistentes a las formas convencionales de producción de conocimiento, evidenciado el legado colonial, moderno y eurocéntrico de las epistemologías que han sostenido diversas disciplinas y campos de estudio. Así, en la última década, ha emergido desde el urbanismo, la arquitectura y la geografía, entre otras disciplinas afines, llamados explícitos para promover una descolonización de sus epistemologías, proponiendo un diálogo con la perspectiva de la decolonialidad.
Los estudios decoloniales, también conocidos como proyecto modernidad/colonialidad o giro decolonial, representan los aportes de un conjunto de autores y autoras, principalmente latinoamericanos y caribeños, quienes, a partir de la década de los noventa, proponen una nueva forma de entender la constitución de la modernidad. En este sentido, a partir de los aportes críticos de los estudios subalternos, poscoloniales, sistema-mundo, dependencia y la filosofía de la liberación, entre otras, plantearon la relación constitutiva de los procesos de colonialización con la configuración de la modernidad, al proponer que esta última es parte de un proyecto civilizatorio eurocéntrico, desplegado a nivel global a partir de la colonización de las Américas, durante el siglo quince, superponiéndose posteriormente a los procesos de la Ilustración e Industrialización comúnmente conocidos como los procesos originarios y constitutivos de la modernidad capitalista. En este sentido, descentrar el mito originario de la modernidad, reconociendo las consecuencias y brutalidades de la colonización como el lado oscuro de la modernidad (Mignolo, 2003), permitió plantear una serie de implicancias epistemológicas, éticas y políticas para la comprensión de las injusticias y desigualdades sociales del sistema mundo actual.
De esta forma, los estudios decoloniales, conciben a la descolonización como un proceso todavía inacabado a nivel global, a pesar del fin de las colonias en los países periféricos. En este sentido, señalan la diferencia entre colonialismo y “colonialidad del poder” (Quijano, 1992) para dar cuenta justamente de las matrices de poder colonial que siguen estructurando el mundo moderno. Así, la colonialidad sería el proceso de imbricación de múltiples y heterogéneas formas de dominación y explotación globales, las cuales nos siguen rigiendo en la actualidad, y que se vinculan a dimensiones raciales, económicas, de género, culturales, religiosas, epistemológicas y políticas estructuradas por el sistema-mundo moderno/colonial capitalista/patriarcal cristianocéntrico/occidentalocéntrico (Grosfoguel, 2016).
En este contexto, uno de los aportes de los estudios decoloniales, ha sido cuestionar al eurocentrismo, como única forma de conocimiento válido desplegado por la modernidad/colonialidad, poniendo en duda su representación como conocimiento universal, y, por consiguiente, también, la concomitante subalternización de otros conocimientos y culturas (Escobar, 2003). De esta forma, las propuestas de “transmodernidad” (Dussel, 2004), “ecología de saberes” (Santos, 2010), “pluriversalismo” (Grosfoguel, 2007) entre otras, representan la necesidad de construcción y reconocimiento de “otras” formas de modernidad que permitan integrar, reconocer y superponer diversas matrices de pensamiento para la comprensión y construcción de un mundo otro. La decolonialidad, no solo hace un llamado a desafiar y repensar los límites de diversos conceptos utilizados en los estudios convencionales, si no también, a revalorizar y visibilizar “otras” formas de saberes y experiencias en la matriz de producción de conocimientos.
Del mismo modo, el pensamiento decolonial, se sitúa comprometidamente con prácticas y/o experiencias colectivas orientadas con promover “otras” formas de comprender la mordernidad/colonialidad. Esta actitud descolonial (Maldonado-Torres, 2008) es el reconocimiento a una diversidad de prácticas, formas y estrategias de resistencia, como también de propuestas que buscan un cambio radical en las formas de vida dominantes impuestas desde la modernidad/colonial. Lo anterior permite, valorar y visibilizar un conjunto de prácticas descolonizadoras -anti-capitalistas, anti-patriarcales, anti-racistas y sus intersecciones- desplegadas por diversos colectivos en geografías tanto del norte como del sur global.
De la crítica poscolonial a la crítica decolonial en los estudios urbanos latinoamericanos y caribeños.
A comienzos de la década de los noventa, los estudios urbanos y territoriales latinoamericanos y caribeños se debatían en importantes provocaciones. Diversos autores y autoras ya planteaban la necesidad de cuestionar los paradigmas de la investigación urbana latinoamericana (Carrión, 1991; Coraggio, 1990) y repensar sus legados intelectuales neocoloniales (Pradilla, 2013; Pradilla y Jiménez, 1973). De este modo, se afirmaba que los estudios urbanos y territoriales de la región, se habían constituido como un campo fuertemente orientado al empirismo, particularmente de métodos cuantitativos, y caracterizado por el tránsito e importación de ideas y teorías, lo cual habría deteriorado la posibilidad de producción de teorías críticas situadas en el contexto de los procesos de desarrollo urbano y territorial latinoamericano (Pradilla, 2013).
A partir de la siguiente década, la influencia en la región, de la crítica poscolonial a los estudios urbanos (Jazeel, 2012; Robinson, 2003; Roy, 2005) permitió extender y continuar con estos debates. Esta sintetiza el trabajo de diversas autoras que han desarrollado críticas epistemológicas a los estudios urbanos dominantes tomando los aportes de los estudios poscoloniales y subalternos anglosajones. En este sentido, esta crítica cuestionó las asimetrías y jerarquías existentes en la producción del conocimiento, que ha sobredimensionado la experiencia y particularidades de ciudades de América del Norte y Europa Central como objetos privilegiados para la producción teórica, en desmedro de otras formas y experiencias metropolitanas, muchas veces subsumidas y rotuladas con la noción de subdesarrollo o tercer mundo. Lo anterior, no solo cuestionó el privilegio epistémico del binario norte/sur, si no también, propuso una serie de cuestionamientos a la universalización de la teoría desde la mirada provinciana de las ciudades euroamericanas (Robinson, 2013). Las “nuevas geografías de la teoría” (Roy, 2013), “cosmopolizar los estudios urbanos” (Robinson, 2006), “provincializar la teoría” (Parnell y Robinson, 2012; Sheppard et al., 2013) fue un llamado explícito a superar las centralidades en la producción teórica del conocimiento y reconocer la diversidad y complejidad de experiencias más allá de lo urbano, del norte global.
En este sentido, la crítica poscolonial a los estudios urbanos, visibilizó el importante trabajo desplegado en la experiencia urbana de diferentes ciudades de Asia y África, cuestionando la pertinencia de ciertos conceptos y metodologías en el campo de los estudios urbanos dominantes, por ejemplo, la mirada peyorativa sobre la informalidad urbana (McFarlane, 2012; Roy, 2011); el reconocimiento de otras formas de planificación urbana (Roy, 2005); y provocar un importante debate respecto de las posibilidades de comparar experiencias urbanas diversas (Jazeel, 2019; McFarlane, 2010; McFarlane y Robinson, 2012; Robinson 2011, 2016a, 2016b), entre otras contribuciones relevantes. Al igual que los estudios decoloniales, este enfoque también ha centrado su interés en prácticas y luchas urbanas descolonizadoras (Schwarz y Streule, 2020), realizando para ello un llamado explícito a descolonizar teórica y metodológicamente los estudios urbanos y geográficos (Jazeel, 2017, 2019; Schwarz y Streule, 2020). Es posible reconocer la crítica poscolonial a los estudios urbanos en diversos trabajos que permiten comprender su influencia en el contexto latinoamericano: informalidad urbana (Lombard, 2015; Rivero, 2021) urbanismo subalterno (Cruz y Silva, 2019; Magliano y Perissinotti, 2020); estudios urbanos comparados (Imilan et al., 2016; Jajamovich, 2017), entre otros.
Ahora bien, como es posible inferir, las perspectivas poscolonial y decolonial aunque presentan importantes puntos de encuentro, no son lo mismo. Según Grosfoguel (2006) existen tres diferencias fundamentales, las cuales pueden ser reconocidas también en la crítica poscolonial anglosajona a los estudios urbanos. Con ello, no se quiere desmerecer las importantes contribuciones de la literatura poscolonial, ni tampoco, invisibilizar que cada una de estas aproximaciones son campos heterogéneos con variadas diferencias al interior de cada una. En este sentido, hay varias maneras de pensar y de comprender la crítica poscolonial y decolonial. No obstante, estas perspectivas contienen significativas diferencias para abordar los procesos históricos, políticos, económicos y culturales que siguieron a los procesos de colonización
La primera, y más importante, es la dislocación temporal para comprender el comienzo de las historias coloniales y, por ende, la comprensión de la relación modernidad/colonialidad. Mientras los estudios poscoloniales, se sitúan críticamente a partir de los procesos coloniales de India y Medio Oriente durante los siglos dieciocho y diecinueve, no desarrollan un cuestionamiento a las estructuras imperiales de Europa respecto de otras partes del mundo. Desde acá, se entiende entonces a la modernidad como un proyecto emancipatorio, donde la relación con la colonialidad aparece como un proceso paralelo, pero no mutuamente constitutivo. Por otro lado, la decolonialidad, se sitúa en la expansión colonial de las Américas en el siglo quince, y a partir de ahí, entiende a la modernidad y a la colonialidad como dos estructuras constitutivas, que la configuran como un proyecto civilizatorio, con el protagonismo decisivo de la cristiandad. La segunda, la poscolonialidad, ha centrado su atención en los procesos culturales que surgieron a partir de la colonización, buscando desafiar y subvertir los discursos hegemónicos que han sido creados por las potencias coloniales hacia la producción cultural de los sujetos subalternos. Mientras, la decolonialidad ha intentado subvertir la dicotomía -cultura y economía política- en el análisis y comprensión del sistema mundo moderno/colonial, enfatizando en las relaciones de poder y dominación que persisten a través de la colonialidad, como también, enfocándose en la crítica y la lucha por la descolonización de las instituciones y la producción de conocimiento. Finalmente, la tercera, se vincula al área de influencia de cada uno. Mientras los estudios poscoloniales, se fundamentan en una matriz de análisis proveniente de autores posestrucuralistas (Foucault, Derrida, Deleuze y Guatarri) y postcoloniales (Said; Spivak y Bhabha), la decolonialidad, promueve la diversidad epistémica, valorizando los aportes de tradiciones que no han gozado de privilegio (autores/as indígenas, afros, chicanos, musulmanes, etc.), permitiendo con ello, descentrar la geopolítica del conocimiento, descolonizar la producción de conocimiento y sortear el racismo/sexismo epistémico (Grosfoguel, 2013) promovido por la universidad occidentalizada.
En suma, a partir de estos elementos, es posible reconocer que los estudios decoloniales permiten comprender la opresión sistémica e institucional, heredada de distintas jerarquías que se produjeron en el marco de la violencia colonial. En este sentido, los estudios decoloniales buscan la transformación radical y la reinvención de las estructuras sociales, económicas y culturales existentes. Así, la decolonialidad propone una perspectiva radical y de cambio estructural que la perspectiva poscolonial. Ahora bien, a partir de estas diferencias, es posible estimar también que estas etiquetas son porosas y permeables. Así, lo significativo sería las implicancias detrás de la definición de la modernidad/colonialidad; las posiciones respecto de la diversidad epistémica; y el compromiso político y militante (más allá de solo un proyecto académico). En este sentido, hay autores/as que son reconocidos en cada uno de estos lugares, sin embargo, también pueden ser localizados más allá de estos umbrales.
A partir de estos debates, es posible advertir cómo la crítica anglosajona poscolonial ha permeado a los estudios urbanos latinoamericanos y caribeños, con mayor fuerza que la crítica decolonial. En este contexto, sin embargo, aunque de manera emergente, en América Latina y el Caribe se han realizado llamados explícitos a descolonizar la teoría urbana y territorial a partir de la crítica decolonial (Contreras, 2016; Farrés y Matarán, 2014). Es más, se han propuesto conceptos como “colonialidad territorial” (Farrés, 2019; Farrés y Matarán, 2014); “territorio y decolonialidad” (Haesbaert, 2021), entre otros, desde donde se apunta a tender puentes entre estas perspectivas críticas y los campos de los estudios urbanos, arquitectónicos y geográficos en la región.
Presentación del monográfico
Esta compilación de artículos tuvo como propósito, justamente abordar estos debates en la región, congregando trabajos que problematicen los estudios urbanos latinoamericanos y caribeños a través de las perspectivas de la decolonialidad. Lo anterior, a partir del diagnóstico crítico, sobre que estos debates se han concentrado preferentemente en monográficos en un importante número de revistas anglosajonas de estudios urbanos y geográficos1, y en mucho menor medida se han desarrollado publicaciones vinculadas a la temática en la región.
Las orientaciones generales del llamado fueron a reconocer a la decolonialidad, no solo en una crítica novedosa para la comprensión de las epistemologías sobre lo urbano, sino también, evidenciando los nudos críticos respecto de diversos conceptos, metodologías y problemas urbanos en las ciudades de la región. También, ahondando en el reconocimiento de experiencias comprometidas que promuevan “otras” formas de producir y habitar nuestras ciudades. Como resultado, se recibieron 24 artículos originales, los cuales cada uno, con su propio mérito, abordaron algunas de las dimensiones centrales del llamado realizado. Estos trabajos pasaron por un importante y exhaustivo proceso de revisión de pares ciegos, lo cual permitió orientar la conformación de este monográfico a través de cinco trabajos finales, que se presentan a continuación.
El trabajo “Extractivismo y territorio en las ciudades latinoamericanas: la persistente colonialidad de la urbanización capitalista” de Emilce Heredia Chaz, permite discutir conceptualmente las potencialidades y límites de la perspectiva decolonial con las genealogías del pensamiento urbano de la región, y particularmente con el concepto de extractivismo urbano. Este artículo se orienta a suplir la escasa literatura sobre este tema en América Latina, ampliando la mirada de este fenómeno más allá de lo urbano y específicamente del sector inmobiliario. En este sentido, propone indagar en las lógicas y articulaciones rural-urbanas bajo las cuales se enlaza la acumulación de capital, vía procesos extractivos, en la producción de territorios urbanos, apuntando a la conformación de territorios-red de cadenas productivas a diferentes escalas que opera con una lógica colonialista. Por ello, la apuesta es sortear las herencias modernas/coloniales que permean la comprensión de estos fenómenos a través de dicotomías y formas monolingües de despliegue de las industrias extractivas.
Este monográfico también incluye dos trabajos que permiten revisitar, desafiar y repensar los límites de conceptos utilizados en los estudios urbanos latinoamericanos y caribeños, a través de la perspectiva decolonial. En este sentido, “Decolonizar los estudios urbanos desde la Amazonía: prácticas indígenas para disputar la urbanización planetaria” de Manuel Bayón Jiménez y Gustavo Durán, nos invita a profundizar en los debates sobre urbanización y las consiguientes definiciones sobre “urbano”, a partir del reconocimiento y comprensión de la producción de diversas territorialidades indígenas en la Amazonia ecuatoriana. Estás prácticas se configuran como nuevos lugares de urbanización que disputan las lógicas coloniales desde los propios saberes indígenas, configurándose como espacios de resistencias frente al avance de la urbanización hegemónica en esta zona del mundo, permitiendo la comprensión de “otras” formas de urbanización, más allá de grandes relatos de despojo que han estado presentes -dicen los autores- en el automatismo de la discusión sobre urbanización planetaria.
De igual modo, el trabajo “Políticas de vivienda en Marinaleda (Andalucía): un abordaje desde la Producción Social del Hábitat” de Ibán Díaz-Parra, María Cecilia Zapata y Jose Candón-Mena, nos invita a invertir el tradicional tránsito de teorías e ideas norte-sur, para comprender la producción autogestionaria de viviendas en Marinaleda (Andalucía, España) mediante los lentes de la perspectiva latinoamericana de la Producción Social del Hábitat (PSH). Esta verdadera desobediencia epistémica, permite reconocer importantes conexiones con lo que podría reconocerse como realidades inconmensurables: la importancia de la militancia política en la promoción de estos proyectos; la fase de autoconstrucción y participación de los usuarios/beneficiarios; y los diversos grados de control colectivo sobre el proceso. A partir de este ejercicio, los autores nos advierten la importancia de avanzar hacia el reconocimiento de teorías urbanas internacionalistas, más allá de un enfoque meramente parroquialista, que permita entender alternadamente estas prácticas en distintos contextos, sorteando las divisiones y dicotomías tajantes como también las generalizaciones excesivas. Visto así, es precisamente el carácter popular y anticapitalista de las experiencias de autoproducción, lo que permite justamente compararlas, pero también entender sus diferencias como estrategias de producción del hábitat en distintos contextos geopolíticos.
Prosiguiendo, el trabajo “Género y paisaje: perspectivas y cartografías sociales desde laboratorios temáticos en Tucumán, Argentina” de Natalia Czytajlo y Maria Paula Llomparte Frenze, profundiza en prácticas y experiencias que permiten avanzar en descolonizar las metodologías de investigación, comúnmente aplicadas en los estudios urbanos latinoamericanos y caribeños. Para lograr aquello, nos proponen una revisión crítica de los diversos dispositivos cartográficos, como herramienta para la construcción colectiva de conocimiento. Desde aquí, e inspiradas en las perspectivas feministas y articulando los ejes de paisaje y territorio, nos señalan la importancia de sortear las miradas del “urbanismo hegemónico” a través de distintos dispositivos cartográficos que integran y visibilizan una serie de dimensiones que se constituyen como centrales en un contexto pos pandémico: la vida cotidiana; los cuidados; y las violencias de género. De esta forma, los ejercicios desarrollados, nos permiten el reconocimiento de dispositivos metodológicos, como estrategia para la revalorización y visibilización de otras formas de saberes y conocimientos vinculadas al hábitat urbano. Lo anterior, consigue decodificar los paisajes cotidianos y reposicionar nuevamente la vida en el centro, y con ello, interpelar no solo a las políticas públicas, sino también a las disciplinas prospectivas como el urbanismo. Según las autoras, estas prácticas que articulan docencia, investigación y vinculación tecnológica, a través de laboratorios de experimentación temática, son fundamentales para el posicionamiento del rol público de las universidades latinoamericanas.
Finalmente, “Resistencias estéticas a la colonialidad urbana en Buenos Aires. ¿Nuevas formas de decolonialidad?” de Mónica Lacarrieu y Mercedes González Bracco, permite comprender y valorizar prácticas urbanas a partir del reconocimiento de “otras” formas de saberes y conocimientos. En este sentido, a través del análisis de distintas expresiones de arte urbano en la ciudad bonaerense, nos invitan a repensar la colonialidad del poder en la producción de los espacios públicos en la ciudad. Los tres casos revisados, representan una gradiente de dispositivos urbanos, los cuales van desde modelos orientados al urbanismo hegemónico o modelo de la “ciudad creativa”, llevados adelante por el gobierno local, y que promueven la transformación de espacios públicos vinculados a un habitar controlado y desvinculado de las propias prácticas sociales de sus habitantes, hasta casos vinculados a estrategias comunitarias/colectivas en barrios populares que se orientan a promover otras formas de habitar los espacios públicos, posibilitando la recuperación y visibilización de memorias silenciadas desde el poder público. En este sentido, las autoras muestran cómo estás últimas expresiones del arte urbano, a través de estéticas contestatarias, permiten promover un pensamiento decolonial, o un pensamiento “otro”, en la medida que permiten redefinir la centralidad de los espacios urbanos, en donde se encuentra generalmente la cultura y el arte legitimado, resignificando las propias periferias urbanas, donde habitan los grupos de la población invisibles y temibles para la ciudad moderna/colonial. Así, estos espacios permiten comprender distintos ejes territoriales de resistencia que permiten avanzar hacia la decolonialidad urbana.
Todos estos trabajos nos demuestran la oportunidad de vincular los estudios urbanos y territoriales con la perspectiva de la decolonialidad, aproximándonos, por un lado, a reconocer cómo la ciudad, y sus representaciones socioterritoriales, han sido producidos y moldeados por procesos históricos en el marco de las violencias coloniales, y que han afectado profundamente a las comunidades urbanas, a través de la opresión sistémica e institucional, heredera de distintas jerarquías del poder moderno/colonial. Del mismo modo, estos trabajos nos demuestran la posibilidad de avanzar en cuestionar y desmantelar estas estructuras y prácticas de dominación y opresión modernas/coloniales, que han dado forma a la vida urbana, y que persisten en el patrón de acumulación y reproducción de las ciudades contemporáneas. Finalmente, también nos entregan una reflexión crítica sobre la producción de conocimiento y la investigación sobre lo urbano, proponiendo la necesidad de incluir las perspectivas y experiencias de las comunidades marginadas y subalternas, reconociendo la importancia de sus saberes y prácticas, no tan solo para la definición de políticas urbanas, si no también, y más importante aún, para su reconocimiento y valoración en la construcción de ciudades más humanas y dignas.
En definitiva, la crítica decolonial a los estudios urbanos latinoamericanos y caribeños, es un llamado a reconocer las diversas historias coloniales locales; la heterogeneidad de epistemologías de las diferentes geografías del sur global; y la posibilidad de producción de teorías urbanas críticas situadas. Por ello, no es ni un llamado antieuropeo, ni tampoco a un esencialismo latinoamericanista. Al contrario, es una invitación a la promoción de la diversidad epistémica a través de descentrar las geopolíticas del conocimiento; transcender la modernidad a través de la transmodernidad y descolonizar las estructuras de opresión, que determinan y dan forma a nuestras vidas cotidianas.
Referencias bibliográficas
Carrión, F. (1991). La investigación urbana en América Latina. Una aproximación. Nueva Sociedad (114), 113-123. https://nuso.org/articulo/la-investigacion-urbana-en-america-latina-una-aproximacion/
Contreras, C. (2016). Hacia una nueva epistemología de la teoría urbana y arquitectónica. ESTOA. Revista de la Facultad de arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, 5(9), 95-100. https://doi.org/10.18537/est.v005.n009.07
Coraggio, J. L. (Ed.). (1990).La investigación urbana en América Latina. Caminos recorridos y por recorrer. V. 3: Las ideas y su contexto. CIUDAD.
Cruz, M. D. M. y Silva, N. A. D. (2019). Intersections in subaltern urbanism: The narratives of women in urban occupations in Brazil. Environment and Planning C: Politics and Space. https://doi.org/10.1177/2399654419887969
Dussel, E. (2004). Sistema mundo y transmodernidad. En S. Dube, I. Banerjee-Dube y W. D. Mignolo (Coords.), Modernidades coloniales: otros pasados, historias presentes (pp. 201-226). El Colegio de México.
Escobar, A. (2003). Mundos y conocimientos de otro modo. El programa de investigación de modernidad/colonialidad latinoamericano. Tabula Rasa, (1), 51-86.
Farrés, Y. (2019). Dialogar con Quijano: la colonialidad como categoría para comprender el ambiente construido en el sistema-mundo moderno/colonial. Revista de Sociología, (28), 49-64. https://doi.org/10.15381/rsoc.v0i28.16895
Farrés, Y. y Matarán, A. (2014). Hacia una teoría urbana transmoderna y decolonial: una introducción. Polis, 13(37), 339-361. http://doi.org/10.4067/S0718-65682014000100019
Grosfoguel, R. (2006). La descolonización de la economía política y los estudios postcoloniales: transmodernidad, pensamiento fronterizo y colonialidad global. Tabula Rasa , (4), 17-46. https://doi.org/10.25058/20112742.245
(2007). Descolonizando los universalismos occidentales: el pluriversalismo transmoderno decolonial desde Aimé Césaire hasta los zapatistas. En S. d. Castro y R. Grosfoguel (Eds.), El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global (pp. 63-77). El Siglo del Hombre Editores.
(2008). Hacia un pluriversalismo transmoderno decolonial. Tabula Rasa, (9), 199-215. https://doi.org/10.25058/20112742.345
(2013). Racismo/sexismo epistémico, universidades occidentalizadas y los cuatro genocidios/epistemicidios del largo siglo XVI. Tabula Rasa, (19), 31-58. https://doi.org/10.25058/20112742.153
(2016). Caos sistémico, crisis civilizatoria y proyectos descoloniales: pensar más allá del proceso civilizatorio de la modernidad/colonialidad. Tabula Rasa, (25), 153-174. https://doi.org/10.25058/20112742.79
(2022). De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo decolonial. Akal.
Haesbaert, R. (2021). Território e descolonialidade: sobre o giro (multi)territorial /de(s)colonial na “América Latina”. CLACSO.
Imilan, W., Olivera, P., y Beswick, J. (2016). Acceso a la vivienda en tiempos neoliberales: Un análisis comparativo de los efectos e impactos de la neoliberalización en las ciudades de Santiago, México y Londres. Revista INVI, 31(88), 163-190. https://doi.org/10.4067/S0718-83582016000300006
Jajamovich, G. (2017). América Latina y las asimetrías de poder en abordajes sobre producción y circulación de políticas y teorías urbanas. Quid 16. Revista del Área de Estudios Urbanos, (8), 160-173.
Jazeel, T. (2012). Postcolonialism: Orientalism and the geographical imagination. Geography, 97(1), 4-11. https://doi.org/10.1080/00167487.2012.12094331
(2017). Mainstreaming geography's decolonial imperative. Transactions of the Institute of British Geographers, 42(3), 334-337. https://doi.org/10.1111/tran.12200
(2019). Singularity. A manifesto for incomparable geographies. Singapore Journal of Tropical Geography, 40(1), 5-21. https://doi.org/10.1111/sjtg.12265
Lombard, M. (2015). Lugarización y la construcción de asentamientos informales en México. Revista INVI , 30(83), 117-146. https://doi.org/10.4067/S0718-83582015000100004
Lugones, M. (2008). Colonialidad y género. Tabula Rasa , (9), 73-101. https://doi.org/10.25058/20112742.340
Magliano, M. J. y Perissinotti, M. V. (2020). La periferia autoconstruida: migraciones, informalidad y segregación urbana en Argentina. EURE, 46(138), 5-23. https://doi.org/10.4067/S0250-71612020000200005
Maldonado-Torres, N. (2008). La descolonización y el giro des-colonial. Tabula Rasa , (9), 61-72.
McFarlane, C. (2010). The comparative city: Knowledge, learning, urbanism. International Journal of Urban and Regional Research, 34(4), 725-742. https://doi.org/10.1111/j.1468-2427.2010.00917.x
(2012). Rethinking informality: Politics, crisis, and the city. Planning Theory & Practice, 13(1), 89-108. https://doi.org/10.1080/14649357.2012.649951
McFarlane, C. y Robinson, J. (2012). Introduction-experiments in comparative urbanism. Urban Geography, 33(6), 765-773. https://doi.org/10.2747/0272-3638.33.6.765
Mignolo, W. (2003). Historias locales/diseños globales: colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo. Ediciones Akal.
(2010). Desobediencia epistémica: retórica de la modernidad, lógica de la colonialidad y gramática de la descolonialidad. Ediciones del Signo.
Parnell, S. y Robinson, J. (2012). (Re)theorizing cities from the Global South: Looking beyond neoliberalism. Urban Geography , 33(4), 593-617. https://doi.org/10.2747/0272-3638.33.4.593
Pradilla, E. (2013). La economía y las formas urbanas en América Latina. En Teorías sobre la ciudad en América Latina (pp. 709-742). UAM.
Pradilla, E. y Jiménez, C. (1973). Arquitectura, urbanismo y dependencia neocolonial. Ediciones SIAP.
Quijano, A. (1992). Colonialidad y modernidad/racionalidad. Perú Indígena, 13(29), 11-20.
Rivero, L. R. (2021). La informalidad como desregulación del Estado. Las zonas de penumbra de la ciudad post-colonial. Revista de Sociología, (32), 53-75. https://doi.org/10.15381/rsoc.n32.21548
Robinson, J. (2003). Postcolonialising geography: tactics and pitfalls. Singapore Journal of Tropical Geography , 24(3), 273-289. https://doi.org/10.1111/1467-9493.00159
(2006). Ordinary cities: between modernity and development. Routledge.
(2011). Cities in a world of cities: The comparative gesture. International Journal of Urban and Regional Research, 35(1), 1-23. https://doi.org/10.1111/j.1468-2427.2010.00982.x
(2013). The urban now: Theorising cities beyond the new. European Journal of Cultural Studies, 16(6), 659-677. https://doi.org/10.1177/1367549413497696
(2016a). Thinking cities through elsewhere: Comparative tactics for a more global urban study. Progress in Human Geography, 40(1), 3-29. https://doi.org/10.1177/0309132515598025
(2016b). Comparative urbanism: New geographies and cultures of theorizing the urban. International Journal of Urban and Regional Research, 40(1), 187-199. https://doi.org/10.1111/1468-2427.12273
Roy, A. (2005). Urban informality: Toward an epistemology of planning. Journal of the American Planning Association, 71(2), 147-158. https://doi.org/10.1080/01944360508976689
(2011). Slumdog cities: Rethinking subaltern urbanism. International Journal of Urban and Regional Research, 35(2), 223-238. https://doi.org/10.1111/j.1468-2427.2011.01051.x
(2013). Las metrópolis del siglo XXI: nuevas geografías de la teoría. Andamios, 10(22), 149-182. https://doi.org/10.29092/uacm.v10i22.271
Santos, B. d. S. (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Trilce.
Schwarz, A. y Streule, M. (2020). Introduction to the special issue “Contested urban territories: decolonized perspectives”. Geographica Helvetica, 75(1), 11-18. https://doi.org/10.5194/gh-75-11-2020
Sheppard, E., Leitner, H., y Maringanti, A. (2013). Provincializing global urbanism: A manifesto. Urban Geography , 34(7), 893-900. https://doi.org/10.1080/02723638.2013.807977
Notas