Presentación
Rupturas, normalizaciones y disputas: los cuerpos/emociones como locus del conflicto y el orden
El comienzo del siglo XXI que estamos experimentado se orienta a cuestionar de modo sistemático la heredad binaria de los pasados siglos. La emocionalización global anclada en las sociedades normalizadas en el disfrute inmediato a través del consumo hace de las políticas de las sensibilidades el centro de la disputa y la fuente de “órdenes otros”.
Las políticas de las sensibilidades refieren al conjunto de prácticas sociales cognitivo-afectivas tendientes a la producción, gestión y reproducción de horizontes de acción, disposición y cognición. Dichos horizontes remiten: 1) a la organización de la vida cotidiana (día-a-día, vigilia/sueño, comida/abstinencia, etc.); 2) a las informaciones para ordenar preferencias y valores (adecuado/inadecuado; aceptable/inaceptable; soportable/insoportable) y 3) a los parámetros para la gestión del tiempo/espacio (desplazamiento/emplazamiento; murallas/puentes; infraestructura para la valorización del disfrute).
Las sensibilidades en tanto vértice del co-borde formado por la política, el mercado y las ciencias marcan los límites y fronteras de unas emociones nómadas que se corresponden con la elaboración de cuerpos-en-transito.
La Política y su correlato institucional, el Estado, inscriptos en el juego dialectico entre pornografía y transparencia, se recortan al talle del Poder de hacer, acumular, distribuir y reproducir sensibilidades.
El Mercado, configurando la creación de valor en y a través de la tensión sensación/emoción y haciendo de ellas “las” mercancías del nuevo siglo, sobrepuja a la política y el estado en cuanto sus roles de asegurar la elaboración de una economía política de la moral planetarizada.
Las Ciencias que se entraman con el Mercado, elaborando las condiciones de producción de disruptores endocrinos, nano-robots, diseños celulares y manipulación genética, por un lado, y con la gestión de las sensibilidades a través de las nuevas ciencias neurocognitivas y afectivas por otro, garantizan la colonización (¿depredación?) del Planeta Interno.
Los cruces y desconexiones entre ciencia, política y mercado establecen la disputa básica sobre las condiciones de lazos fraternos, la alegría y las reciprocidades posibles en términos de mercantilización de las emociones que corresponden al amor, felicidad y gratitud. La disputa del capitalismo contemporáneo es por el diseño, producción, gestión y distribución del sentir.
Por esta vía es fácil advertir que el presente número de RELACES implica una mirada calidoscópica sobre la potencia/debilidad de los cuerpos/emociones en tanto locus de conflicto y orden, como ejes de múltiples disputas y resignaciones y como fuentes de normalizaciones y también de interdicciones e intersticialidades.
La fármaco-política es un modo de colonizar el Planeta Interno ligada directamente con la depredación de energías corporales y emocionales en tanto fundamento y arquitectura de sujeción indeterminada. Las múltiples y actuales conexiones entre “medicinas moleculares”, intervenciones neurocognitivas y gestión estatal de las subjetividades hacen recordar al antiguo triangulo industria, ejército y estado. Uno de los aspectos centrales de este campo problemático es abordado por el artículo “Saúde mental, subjetividade e o dispositivo psicofarmacológico contemporáneo” de Jonatas Ferreira, quién sostiene en su resumen:
O artigo que se segue pretende discutir a crise da ideia de subjetividade na contemporaneidade como ideal biopolítico, e ao qual estariam associados outros conteúdos normativos e políticos modernos, tais como, a reflexividade, a autonomia e a normalidade psíquica. Diante da aceleração tecnológica que preside o capitalismo informacional, resultado da própria realização planetária do liberalismo, de seu sucesso como ideal técnico e econômico, e tudo o que demanda de plena disponibildiade dos indivíduos, verifica-se uma erosão, de todo o conjunto de conceitos associados à metafísica do sujeito - paradoxalmente, esta é a própria base do pensamento liberal. Investimentos na reflexividade, sanidade, autonomia dos indivíduos já não pode oferecer suporte às necessidades dromológicas do capital. A partir dessa perspectiva, e tendo a obra de Canguilhem como suporte, pretendemos entender o sentido técnico do dispositivo psicofarmacológico que passa a presidir a vida de uma parte considerável dos indivíduos na contemporaneidade.
Otro aspecto central de los actuales procesos de emocionalización global son los vertiginosos cambios en las proximidades/distancias entre lo individual y lo colectivo, lo encarnado y lo virtual y lo urbano y lo rural como problemáticas que retoman Rogelio Luna Zamora y Lucia Mantilla en su artículo “Desde la sociología de las emociones a la crítica de la Biopolítica” presentado sintéticamente por ellos de la siguiente manera:
Este trabajo presenta un análisis comparativo del acercamiento al estudio de las emociones desde la perspectiva del pensamiento sociológico y la crítica a la biopolítica contemporánea. El objetivo de este trabajo es aproximarnos a señalar las diferencias entre la sociología clásica y en particular, la sociología de las emociones y los estudios de la biopolítica contemporánea. La aproximación de la crítica de la biopolítica se hace con los pensamientos elaborados de Roberto Esposito y de Giorgio Agamben más que con el clásico trabajo de Michael Foucault. Se expone en particular el tránsito de la sociedad rural a la urbana o el proceso de modernización que supone la pérdida de la comunidad y la preeminencia del individuo desde ambas perspectivas. En particular se presenta un estudio de caso del análisis de este proceso desde la sociología de las emociones, se analizará cómo la crítica a la biopolítica nos proporciona la posibilidad de cuestionar las dicotomías propias del pensamiento occidental que subyacen en el análisis de las emociones.
Si hay una característica emergente de las sociedades 4.0 es la complejización y restructuración de las así llamadas sociedades de riesgo: consumos, depredaciones y expropiaciones de activos ambientales ilimitados que homogenizan el planeta. En consonancia, tsunamis, epidemias, terremotos e inundaciones entre otros “fenómenos” se encuentran con un planeta agotado que supone un conjunto de “activos emocionales” diversos y múltiples. En su trabajo “Cuerpos/emociones de emergencia ante los sismos de México, 2017” Margarita Camarena Luhrs y Surya Mariana Salgado echan luz sobre las sensibilidades emergidas en un terremoto particular afirmando que:
Este artículo aborda los cuerpos/emociones que emergieron tras los sismos ocurridos en México, en septiembre de 2017. Nos planteamos una reflexión sobre la interrupción del continuo de esos entornos conexos. Tratamos de mostrar que la suspensión momentánea provocada por los sismos hizo surgir y desaparecer cuerpos/emociones intermedios. Nos importa mostrar que la fractura de los lugares que eran identidades: dio paso del miedo, al terror - durante e inmediatamente después de los sismos-; y que, una vez que se comprobaban colectivamente las dimensiones fatales de los terremotos, los hechos impulsaron, sobre todo, a un tipo de acción colectiva vuelta sensibilidades sociales, que enaltece lo mejor de los seres humanos.
Tal vez uno de los ejes de las modificaciones advenientes en el presente siglo es justamente la vivencia de lo designado como cuerpo atravesado por las múltiples posibilidades de intervenirlo, diseñarlo, modificarlo y regularlo un fenómeno que encuentra en la a discusión de la sexualidad una tensión primaria pero a la cual se le suman diversas maneras de abordar las colonizaciones no binarias al planeta externo-interno. Justamente Adriana Fuentes Ponce en su presentación titulada “Implicación de la relación cuerpo y sexualidad al determinar lo inteligible” nos desafía a pensar una de las aristas posibles de la discusión aludida. Trabajo que ella resume así:
La noticia difundida en el 2009 que explicitó dudas de la veracidad del género de Semenya Mokgadi Caster es el punto de partida en este artículo para problematizar la imbricación entre género, cuerpo y sexualidad que ha dado lugar a las dificultades para comprender la complejidad de esas implicaciones en el imaginario social que se rige por un saber binario sustentado y materializado en un cuerpo funcional heteronormado que muestra características específicas e inamovibles para hombre y mujer. El interés de este texto es mostrar cruces y procesos de cómo devenimos en un cuerpo y la insistencia de continuar enmarcando la verdad en los paradigmas biológicos que han categorizado a los sujetos vinculándolos con la normalidad y la animadversión de acuerdo con la inteligibilidad de los cuerpos cuya feminización-masculinización, apariencia, funcionalidad y morfología produce constreñimiento cotidiano. La discusión planteada sobre el sistema regulatorio que busca la homogeneidad de la corporeidad se sustenta en aportaciones de Judith Btuler, Judith Halberstam y Robert McRuer para explicitar el transcurrir de la interacción social que reitera ese sesgo de creer que sólo unos cuantos o una minoría es afectada o abyecta, cuando no es así, ya que no hay posibilidad de quedar exento.
Continuando el anterior andarivel del espacio conformado por las nuevas (y viejas) formas de controlar los cuerpos, las sociedades contemporáneas están creando nuevas formas de racionalidades que “incorporan” las sensibilidades de razones otras. Pero la vida cotidiana, el dia-a-día de la mercantilización promueve la reproducción sistemática de una razón que busca controlar todo. Parte de este escenario es recuperado en “Razón, cuerpo y resistencia social (Un estudio sobre la corporeidad en tres momentos históricos de la razón)” de Álvaro Reyes Toxqui que explicita sus motivaciones de la siguiente manera:
La razón no es sólo un aspecto de la capacidad gnoseológica del ser humano. Su ámbito no queda restringido en los estudios de orden epistemológico. Desde su origen griego, la razón es una importante tecnología corporal que ha construido la civilización Occidental a partir de la exclusión de otros saberes y de la construcción social del cuerpo normalizado, domeñado y disciplinado. La crítica a la razón y la aparición de filosofías y estéticas alternativas, suponen también procesos de resistencia social desde la corporeidad.
Entre el control, el disciplinamiento y la violencia la naturalización de la muerte aparece como uno de los rasgos de sociedades excitadas en el éxtasis de disfrute a través del consumo. El extremo de este “viaje” es analizado bajo la cobertura de la noción de capitalismo mortuorio que Maximiliano E. Korstanje ha creado para hacer evidente la tendencia necrófila de consumir muerte. En su artículo “El 11 de Septiembre y el surgimiento del Capitalismo Mortuorio: ¿Hacia una teoría de las emociones?” expone uno de los rasgos básicos del aludido proceso. Trabajo que el autor esquematiza del siguiente modo:
El presente ensayo explora alrededor del tema del turismo oscuro hasta qué punto ya se ha abandonado la sociedad del riesgo, luego del 11/9, entrando en una nueva fase capitalista donde el atractivo central es la muerte. En este verdadero capitalismo mortuorio, lejos de lo que establece la literatura especializada, predomina la competencia, la necesidad de sentirse diferente y el individualismo. Los medios de comunicación y de entretenimiento han hecho de la muerte no sólo un criterio de diversión, y esparcimiento, sino de status y exclusividad.
El artículo “Love, Death and Fear” de Geoffrey R Skoll cierra la sección de trabajos con una excelente propuesta para pensar el potencial revolucionario del amor, que el autor resume de la siguiente manera:
Basado en las ideas fundamentales de Marx y Freud, este ensayo examina el amor, el miedo y la muerte desde una perspectiva social e histórica. Esta propuesta de análisis se realiza sobre el estado contemporáneo de las relaciones sociales. El principal argumento que se sostiene es que la agresividad hostil ha triunfado sobre el amor haciendo que las personas se teman unas a otras. No obstante, aunque el ensayo es en términos generales pesimista, hay esperanza de que el amor pueda triunfar finalmente, pero ello requiere una revolución social que destruya el actual sistema mundial del capitalismo
Sin duda es este paso por las potencias intersticiales de una de las emociones más disputadas por el capitalismo la que nos coloca en el principio de la presente introducción: solo la reflexión sistemática sobre el amor, la felicidad y la gratitud nos conducirán a una crítica radical de la astucia de la razón moderna y la emocionalización del siglo XXI.
El número 25 de RELACES se completa con dos muy interesantes reseñas: a) “Aportes a una sociología de los cuerpos y las emociones desde el Sur” por Luciana Martínez Albanesi del libro Scribano, A.; Aranguren, M. (Comp.) (2017): Aportes a una sociología de los cuerpos y las emociones desde el Sur; y b) “Tiempo interno y tiempo social: reflexiones en torno a una terapia centrada en el cuerpo” por Francisco Falconier, Reseña del Libro: Melucci, A. (2016) Cuerpos Extraños (De Sena, A; Scribano, A. (Trad.).
Este número de RELACES, reúne una serie de artículos que desde diferentes países México, Argentina, EEUU, Brasil se enmarcan en aquellas discusiones de unas ciencias sociales al servicio de un conocimiento emancipatorio, preocupada por nominar aquellos lugares vacíos, solapados y ocultos por una razón que, desde su nacimiento, se ha gestado al calor de la expropiación.
Agradecemos a los autores y a todos aquellos que nos han enviado sus manuscritos. Recordamos que la convocatoria de artículos se encuentra abierta de manera permanente.
Para finalizar, debemos reiterar que desde el número 15 de RELACES comenzamos a publicar hasta dos artículos en inglés por número. Como venimos reiterando desde hace tiempo: en RELACES, todo su Equipo Editorial y el conjunto del Consejo Editorial, creemos necesario retomar cada artículo de nuestra revista como un nodo que nos permita continuar la senda del diálogo y el intercambio científico/académico como tarea social y política para lograr una sociedad más libre y autónoma. Es en el contexto anterior que queremos agradecer a todos aquellos que confían en nosotros como un vehículo para instanciar dicho diálogo.
No es posible finalizar la presentación de este número 25 sin dedicar al menos algunas palabras a: el hecho que hayamos llegado a esta cantidad de números y la coincidencia de su aparición con el 10° aniversario del Grupo de Trabajo sobre Sociología de los Cuerpos y las Emociones de la Asociación Latinoamericana de Sociología.
Los 25 números indican un camino por andar, solo nos faltan 75 para los 100, cuestión sólo esperable por las claves que permitieron haber llegado hasta aquí: abrir no cerrar, persistir no renunciar, colectivizar no individualizar, interés no desinterés, como bordes de un compromiso claro con lo que hay de crítico en la razón.
Los 10 años del GT 26 (en este número escribe uno de sus fundadores, Rogelio Luna a quien felicitamos) es también la demostración que más acá de nuestros propios defectos individuales prevalecen las virtudes de lo colectivo. En los próximos días en el XXXI Congreso ALAS en Uruguay (3 al 8 de Diciembre) casi 400 trabajos abriremos, una vez más, un campo de discusión disciplinar que comenzó su definitivo proceso de institucionalización en la sociología hace diez años, cuestión que nos llena de alegría y orgullo.
Dos cumpleaños y la alegría compartida en un Diciembre por conquistar.