Presentación
La palabra intervenir proviene del latín ‘intervenire’ −”venir entre”−, y etimológicamente significa “interponerse entre dos o más cosas”. Rastreada en un buscador de internet, aparecen varias acepciones, desde participar en un suceso de forma entrometida, actuar de mediador en un conflicto, inspeccionar operaciones para que se realicen de forma legal hasta tomar temporalmente el control y administración de una entidad ante una situación conflictiva. A la vez, las intervenciones pueden remitir a distintos ámbitos: pueden pensarse las intervenciones del Estado, las educativas, las económicas, las intervenciones quirúrgicas, entre otras. En el número 27 de RELACES, titulado “Cuerpos sin frontera: de la intervención a intervenir-se”, nos adentramos a los diversos modos en que los cuerpos son el blanco de las intervenciones de los otros y de sí, dejando ver como lo social irrumpe en los modos de ver y vernos, motorizando prácticas y “viniendo entre” los cuerpos propios y de los otros.
Si partimos de pensar “lo social” como la forma en que estamos mutuamente implicados, cabría la pregunta acerca de qué no está sujeto a la lógica de la intervención, si como lo indica una de sus acepciones, esta podría ser simplemente, participar en un suceso. Para Weber (2014), la acción social es una acción con sentido mentado recíproco, por lo cual, pensar lo social es pensar lo mutuamente referido, en donde los diversos modos de intervención de unos sobre otros, son parte de lo cotidiano y, como veremos en este número, están inscriptos en lo que parece ser lo más propio de los sujetos: sus cuerpos/emociones.
Con el advenimiento de la modernidad, al decir de Elías (2009:450), “el campo de batalla se traslada al interior” y el siglo XXI exhibe sus propias formas de regulación de los cuerpos. Por ello, no podemos dejar de preguntarnos sobre la intervención de dichos cuerpos, y los modos en que lo orgánico, lo íntimo, lo erótico, lo cotidiano, aparecen presentados como “lo interior”. En este sentido, tampoco podemos pasar por alto la necesidad de indagar e investigar acerca de las formas en que las intervenciones se realizan: qué lógicas de poder y dominación están en juego, qué se interviene, quiénes intervienen y sobre quiénes.
Sin perder de vista el contexto global, en donde las intervenciones del Estado son cada vez menos temporales para pasar a ser parte de la cotidianeidad de millones de personas, podemos preguntarnos sobre el carácter naturalizado del “estar intervenido” y que implicaciones tiene en los modos de estructuración social. En este sentido, es que el presente número es una especial invitación a pensar los modos en que los cuerpos/emociones se encuentran intervenidos así como las estrategias que utilizan para auto-intervenirse: La intervención de lo masculino sobre lo femenino; la medicalización, como un modo de actuar sobre los cuerpos; de los medios de comunicación sobre la subjetividad; de la sociología, sobre lo cotidiano; de los sujetos sobre sus propios cuerpos, persiguiendo regular sus energías, su stress y cansancio; de la alimentación, como un modo incidir en la salud/enfermedad.
El recorrido se inicia con el artículo “Vidas medicalizadas: desde la mirada médica a una vida analgésica”, escrito por Mario Millones Hurtado (Chile), quien describe el avance de la medicalización en la vida social, para arribar a lo que construye como un “vivir analgésico”. El escrito, hace posible dar cuenta de la extensión de diagnósticos a grupos a los cuales antes no se alcanzaba, la medicalización de malestares que antes no se medicaban, así como la ingesta de fórmulas médicas para mejorar el rendimiento del cuerpo. Dichos fenómenos han implicado a su vez, la fuerte mercantilización del ámbito de la salud, así como un aumento de la responsabilidad de quienes han pasado de ser pacientes a clientes.
La analgesia atraviesa la vida, implica mirarse, tocarse, hacer un auto-diagnóstico, para luego, agenciar la solución. El salir rápidamente de una situación de malestar es un rasgo de suma importancia en este vivir analgésico. El dolor y las molestias se extirpan rápidamente persiguiendo una vida sin interrupciones, pero exceden, para el autor, la ingesta de fármacos y se vinculan principalmente con la evitación del malestar. Así, asistir a un after office, a una clase de yoga o crossfit, son desde esta mirada analgésica, todas prácticas que intentan equilibrar energías, revitalizar, reducir el stress, auto- proporcionándose una solución inmediata al discurrir cotidiano y los efectos que produce en los cuerpos.
El segundo artículo, de Carlos Geovanni Varela Vega (México), titulado "Cáncer de estómago– páncreas. En defensa de la vida ante la cultura de la competencia” se centra en los tumores malignos de estómago y páncreas, como enfermedades cancerígenas de difícil diagnóstico y con pocas alternativas de tratamiento. El autor indaga en ejes interpretativos-explicativos para observar el papel que las emociones juegan en la génesis de estas enfermedades, problematizando las relaciones orgánico-emocionales del cuerpo. Precisamente, se aproxima a los padecimientos permitiendo una lectura de los mismos como un “proceso de construcción de los sujetos en un tiempo y geografía específicos” en conexión con el contexto cultural, ambiental, social, familiar y emocional. A la vez que se concentra en las formas en que los sujetos concretan y conjugan sus condiciones de vida con los procesos de elección cotidiana para formarse una manera de vivir o morir.
En “Erotización fronteriza y migración en Chile”, Genoveva Echeverría Gálvez (México) se centra en un análisis sobre la presencia cotidiana de la migración sur-sur. Para ello propone una reflexión en clave teórica mediante la construcción de la noción “erotización fronteriza”, centrándose en la experiencia de los migrantes con el propio cuerpo, con los cuerpos de los otros y con la gestión cotidiana de la convivencia multicultural. La autora visibiliza los elementos de racialización y de erotización que se instalan sobre los cuerpos migrantes ubicados en el espacio de lo abyecto, pero buscando otras comprensiones que se corran de la alterización y la victimización de los mismos y ubiquen a lo étnico, lo femenino, lo negro, como una sensorialidad deseante, no homogénea y abierta a las posibilidades.
Andrea García Hernández y Enrique Hernández García Rebollo (México) nos presentan el artículo titulado “Infancia es destino…”, en el cual se enfatiza “el alto grado de erotización a la que son sometidos los infantes mediante productos socioculturales como programas televisivos”. El texto devela los modelos de identificación propuestos por los medios masivos de comunicación que incluyen a los niños y a las niñas como pequeños consumidores exponiendo claramente la adultización de los infantes y la infantilización de los adultos. Así, a partir de un análisis con base en el psicoanálisis, los autores se centran en los medios masivos de comunicación audiovisual como una práctica social de consumo cultural que se presenta como mero “entretenimiento” pero que posee un gran impacto de intervención en los procesos de subjetivación de los niños.
El quinto artículo, escrito por Julián Zicari (Argentina), se titula “Topología, dominación y subjetividad. Las teorías del poder de Michael Foucault y de Norbert Elías en perspectiva comparada”. El autor inicia definiendo qué es la topología, con el objetivo de pensar los territorios y espacios como relaciones de fuerzas, zonas de encuentros y conflictos, donde las disposiciones, los “arriba” y los “abajo” no se establecen de modo neutral, sino que son topografías construidas. A partir de la revisión de la obra de Norbert Elías y Michel Foucault, se piensa la problemática del poder en dos claves topológicas distintas: primero, el proceso civilizatorio se despliega desde dentro de los individuos, a partir de las costumbres de la sociedad cortesana, por lo que la propuesta Elisiana se ordena en un arriba-adentro. La propuesta de Foucault, por su parte, se corresponde con una topología abajo- afuera. La emotividad de los sujetos implica siempre resistencia y conflicto en relación a un “afuera” que no puede reducirse a la relación dominadores- dominados, sino que reside en la intervención de lo establecido como evidente y natural.
El artículo titulado “De lo rural a la vida cotidiana: la sociología brasileña de José de Souza Martins” es propuesto por William Héctor Gómez Soto (Brasil). El autor realiza un recorrido por la obra de Martins, uno de los renovadores de la sociología brasileña, quien enfatizó la importancia de la investigación empírica e histórica para estudiar no sólo las tensiones y conflictos sociales, sino también los nuevos sujetos sociales, la creatividad y el imaginario de las poblaciones. Retomando la influencia de Marx y el diálogo crítico con Lefrebvre, el autor nos recuerda lo esencial de la sociología de José de Souza Martins, quien se acercó a aquello que está al margen, en el límite y que aparecía como lo “sin importancia” conformando un nuevo objeto de estudio para la sociología como es el cuerpo en su calidad de irreductible.
En “¿Quién posee a las “mujeres poseídas”? Mujeres y cuerpos femeninos como territorios para la intervención masculina” Ana González Ramos, Begonya Enguix y Beatriz Revelles-Benavente (España) intentan exhibir como el arte, a través del cine, la religión, a través de los ritos de exorcismo, y la ciencia, por medio de la psiquiatría y la neurología, han perpetuado los dualismos de género, ocultando lo múltiple y complejo de la subjetividad de las mujeres. Así, los cambios y mutaciones en los cuerpos femeninos son interpretados como una pérdida del control que requiere de la intervención masculina, que “salvaría” esos cuerpos femeninos restaurando el orden -masculino- amenazado. El orden patriarcal reduce la complejidad y multiplicidad de la imagen de lo femenino a una sola imagen, definida por la bondad y la belleza. Por ello, las autoras construyen la categoría de “mujeres en movimiento”, haciendo una apuesta por subvertir los modos dualistas de pensar y representar el cuerpo femenino.
Dos reseñas cierran el presente número. en la primera de ellas Maximiliano Korstanje (Argentina) "Política, Estado-Nación y Globalización: nuevos desafíos viejos problemas", refiere al libro BANDEIRA, J. M. y MONTEIRO, J. P. (2017) Internationalism, Imperialism and the Formation of the Contemporary World. New York: Springer. El libro busca explicar el imperialismo apelando a “la discursividad del internacionalismo, como algo más complejo que un mecanismo disciplinario” sugiriendo un clima de prosperidad y libertad que luego se transforma en coacción.
La segunda, de Andrea Dettano (Argentina) titulada “Postales del Siglo XXI: los cuerpos/emociones como eje de análisis” es acerca del libro “Politics and emotions” (2018) de Adrián Scribano, publicado por Studium Press LLC. Para la autora, el libro representa un gran esfuerzo de desnaturalización de los contextos y procesos que se articulan en el siglo XXI, desarrollando sus particularidades, así como los recorridos que han consolidado unas emociones tramadas en el miedo, la distancia y el consumo como estructuradores de “lo social”.
Agradecemos a los autores y a todos aquellos que nos han enviado sus manuscritos. Recordamos que la convocatoria de artículos se encuentra abierta de manera permanente.
Para finalizar, debemos reiterar que desde el número 15 de RELACES comenzamos a publicar hasta dos artículos en inglés por número. Como venimos reiterando desde hace tiempo: en RELACES, todo su Equipo Editorial y el conjunto del Consejo Editorial, creemos necesario retomar cada artículo de nuestra revista como un nodo que nos permita continuar la senda del diálogo y el intercambio científico/ académico como tarea social y política para lograr una sociedad más libre y autónoma. Es en el contexto anterior que queremos agradecer a todos aquellos que confían en nosotros como un vehículo para instanciar dicho diálogo.
Referencias
ELÍAS, N. (2009) El proceso de la civilización. México: Fondo de Cultura Económica.
WEBER, M. (2014) Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.