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El patrimonio arqueológico de La Palma: ideas para su protección, conservación y disfrute
The archaeological patrimony of La Palma: idea for its protection, conservation and enjoyment
Anuario de Estudios Atlánticos, vol. AEA, núm. 66, pp. 1-30, 2020
Cabildo de Gran Canaria

Arqueología



Recepción: 24 Julio 2019

Aprobación: 16 Octubre 2019

DOI: https://doi.org/10555.9925

Resumen: La Palma cuenta con un patrimonio arqueológico de gran riqueza y variedad que, además, presenta un buen estado de conservación. Entre los yacimientos más interesantes destacan las estaciones de grabados rupestres de tipo geométrico, que son únicas dentro del archipiélago canario. Planteamos una serie de rutas temáticas aprovechando la existencia de una red de senderos de más de 1 000 kilómetros de longitud que pasan junto a vestigios aborígenes en los que es necesario llevar a cabo pequeñas actuaciones para protegerlos y ofrecer información a los caminantes.

Palabras clave: benahoaritas, petroglifos, protección, turismo, paneles, senderos.

Abstract: La Palma has an archaeological patrimony of great wealth and variety that also presents a good state of conservation. Among the most interesting sites are the rock engraving stations of geometric type, which are unique within the Canary Islands. We propose a series of thematic routes taking advantage of the existence of a network of trails of more than 1000 kilometers in lengh that pass alonside aboriginal vestiges in which it is necessary to carry out small actions to protect them and offer information to walkers.

Keywords: benahoaritas, petroglyphs, protection, tourism, panels, trails.

Introducción

La Palma cuenta con un patrimonio arqueológico muy rico y variado que se extiende por toda su orografía, desde la orilla del mar a las cumbres más elevadas. La huella benahoarita se ha conservado por toda su superficie debido a las reducidas dimensiones de la antigua Benahoare y porque los aborígenes fueron unos excelentes conocedores del entorno natural, puesto que de él debían extraer tanto las materias primas para elaborar una gran cantidad de objetos de uso cotidiano como los alimentos necesarios para su supervivencia. A todo ello debemos añadir la existencia de lugares, accidentes geográficos, árboles, etc. que poseían un valor sagrado o mágico-religioso en los que pedían a sus dioses que les favoreciesen. La experiencia de más de 25 años prospectando el terreno nos demuestra, cada vez más, que la presencia aborigen puede manifestarse en los lugares más insospechados.

Sin ningún género de dudas, los yacimientos arqueológicos más espectaculares y, al mismo tiempo, únicos dentro de la etapa prehispánica del Archipiélago Canario son las aproximadamente 500 estaciones de grabados rupestres geométricos ejecutados con la técnica del picado. Algunas de las estaciones más importantes son Belmaco (villa de Mazo), La Zarza-La Zarcita, Buracas, Calvario de Santo Domingo (Garafía), roque Teneguía (Fuencaliente), La Fajana, El Verde, Tamarahoya (El Paso), La Erita (Santa Cruz de La Palma), etc. Estos conjuntos conforman yacimientos que no tienen nada que envidiar a otros, dispersos por todo el mundo, de similares características. Se trata de auténticos santuarios que, además, están enclavados en medio de unos paisajes de ensueño. Este interés se pone claramente de manifiesto cuando vemos que los dos parques arqueológicos que, hasta la fecha, se han creado en la isla, se aglutinan en torno a dos de las estaciones de petroglifos más emblemáticas y llamativas, como son La Zarza-La Zarcita y Belmaco. Ambos parques son, dicho sea de paso, de los lugares más visitados de La Palma y, al mismo tiempo, son de los pocos museos de estas características que son rentables y se autofinancian gracias a los miles de visitantes que reciben anualmente. Estos datos son, desde nuestro punto de vista, sintomáticos del interés que despiertan los vestigios aborígenes y que este patrimonio cultural puede convertirse en un atractivo más de la isla, siempre que se garantice su preservación. Recientemente se ha abierto al público el Parque Arqueológico de El Tendal (San Andrés y Sauces) que está centrado en la interesante cavidad natural de habitación conocida por cueva del Tendal.

Imagen 1.
Visitantes en el caboco del Parque Arqueológico de La Zarza-La Zarcita (Garafía).

Otro dato importante es que, a diferencia de lo que sucede en otras islas, los petroglifos presentan un estado de conservación bastante aceptable, por lo que pueden ser admirados en todo su esplendor. Solo hemos de lamentar, en algunos casos, los típicos actos vandálicos de quienes no resisten la tentación de dejar constancia de su paso en forma de grafitis estúpidos o las mutilaciones en algunos paneles para venderlos o llevárselos a sus casas.

Y, precisamente, el fin último de nuestra propuesta es que, a la par que difundimos entre nuestros visitantes este extraordinario legado cultural, contribuyamos a la protección, conservación y puesta en uso del mismo mediante una serie de actuaciones muy sencillas y de un coste económico muy bajo.

La Palma cuenta con más de 1 000 kilómetros de senderos habilitados que recorren la rica y variada orografía insular, que atraviesan magníficos conjuntos de interés etnográfico y arqueológico que pasan completamente desapercibidos simplemente porque no atinamos a entender lo que estamos viendo o porque permanecen en un recodo del camino, en estado ruinoso o cubiertos por la vegetación o por miedo a los actos vandálicos de ignorantes y desaprensivos que los visiten. En la gran mayoría de los casos solo bastaría con colocar una serie de paneles explicativos y algún tipo de protección, tipo vallado, para hacer accesibles esos bienes patrimoniales e incrementar, notablemente, la riqueza temática del sendero. Estas circunstancias concurren en todos y cada uno de los senderos de La Palma. Por ello, nos hemos animado a plantear esta propuesta, en sólo tres rutas, aunque podrían ser muchas más, que pretenden dar cabida a un turismo cultural en el que, además de practicar senderismo y atravesar paisajes de ensueño, se pueda aportar información sobre la vida y cultura de los benahoaritas y nuestros antepasados más recientes[1].


Imagen 2
Petroglifos aborígenes e inscripciones recientes en La Zarza (Garafía).


Imagen 3
Grupo de excursionistas junto a la cueva del morro de la Cebolla (Caldera de Taburiente).

Propuesta

Durante más de 25 años hemos realizado infinidad de caminatas con grupos de escolares, asociaciones culturales, grupos de senderismo, cursos y congresos, etc. en las que, muchas veces, hemos pasado junto a yacimientos arqueológicos ubicados en los propios senderos y sobre los que no nos hemos atrevido a dar información ante el miedo de que pudiesen ser dañados por futuros visitantes. También existen muchos otros ejemplos contrarios, es decir, conjuntos prehispánicos que son visitados sin ningún tipo de protección, vigilancia o control (grabados del calvario de Santo Domingo (Garafía), roque Teneguía (Fuencaliente), Pared de Roberto (Caldera de Taburiente. El Paso), etc.), por lo que diariamente se ven expuestos a todo tipo de agresiones que pueden destruir, en cuestión de minutos, unos vestigios que pueden tener hasta 2  000 años de antigüedad[2].


Imagen 4
Numerosos turistas pisoteando los grabados rupestres del roque Teneguía (Fuencaliente).

Por todo ello, tanto si son yacimientos conocidos como si no, se hace imprescindible dotarlos de un sistema de protección adecuado que, no necesariamente, tiene que implicar la cerrazón total y hermética, como si de cárceles se tratara. En la gran mayoría de los casos bastaría con colocar una empalizada o tensores metálicos que sirvan de disuasión y remarquen la importancia, el interés y la necesidad de no dañar los restos. En La Palma contamos con algunos ejemplos de este tipo de vallado light (Buracas (Garafía), poblado de cabañas del barranco de las Ovejas y grabados de El Verde (El Paso)) en los que, a pesar de que se puede acceder fácilmente a los restos, han sido, hasta la fecha, absolutamente respetados por los visitantes.

Por el contrario, han sido destrozados otros tipos de vallado mucho más fuertes que tenían la misión de impedir el acceso directo (lomo de Tamarahoya y lomo Gordo (pico Bejenao. El Paso), La Erita (Santa Cruz de La Palma, etc.), y que periódicamente hemos de reponer.


Imagen 5
Antiguo vallado y paneles explicativos junto a los grabados rupestres de El Verde (El Paso).


Imagen 6
Reposición del vallado en los petroglifos de lomo Gordo I (pico Bejenao. El Paso).

El primer método, delimitación del conjunto arqueológico, tiene un menor impacto en el paisaje, así como un coste económico bastante inferior por lo que, dados los buenos resultados obtenidos hasta el momento, sería el ideal para aplicarlo en este proyecto. Además, en el caso de que apreciemos un deterioro o daño en los vestigios prehispánicos, siempre podremos utilizar el sistema de vallado puro y duro que, por otro lado, ha demostrado su eficacia en los petroglifos de La Fajana (El Paso), conjunto de canalillos y cazoletas del llano de los Alcaravanes (caldera de Taburiente. El Paso), lomo Gordo II y lomo del Estrecho (pico Bejenao. El Paso), etc.

Otro dato a tener en cuenta, y que no es baladí, es que se hace necesaria la compra de una serie de yacimientos arqueológicos que son disfrutados por una gran cantidad de visitantes que se internan dentro de propiedades privadas a cuyos legítimos dueños ni siquiera se les ha pedido permiso. Los ejemplos son numerosos y los encontramos por toda la orografía insular: roque Teneguía (Fuencaliente), roque de los Guerra (villa de Mazo), La Fajana (El Paso), canalillos y cazoletas de la montaña de Braulio (Puntagorda), petroglifos del calvario de Santo Domingo, Calafute, una parte de Buracas (Garafía), lomo Boyero (Breña Alta), etc.).

Lo ideal sería proceder a la compra de los yacimientos arqueológicos más importantes de la isla, tal y como ha ocurrido con La Zarza-La Zarcita (Garafía), Belmaco (villa de Mazo) y cueva del Tendal (San Andrés y Sauces) con lo cual se podrían llevar a cabo actuaciones de mayor envergadura que, como en estos tres casos, conforman la Red Insular de Parque Arqueológicos.

En la sección de Patrimonio Histórico y Arqueológico del Cabildo Insular de La Palma hemos diseñado unas 14 rutas arqueológico-etnográficas distribuidas por toda la isla. Uno de sus denominadores comunes es que los bienes patrimoniales que pretendemos mostrar se encuentran junto a o en las inmediaciones de algunos de los senderos más transitados de la red insular. Para acceder a algunos de los hitos a visitar es necesario habilitar pequeños tramos de caminos o senderos de nueva planta aunque, en la gran mayoría de los casos, solo bastaría con limpiar y adecentar las antiguas veredas que han caído en desuso.

Las dimensiones de este trabajo hacen inviable una descripción pormenorizada de las 14 rutas por lo que solo vamos a hacer referencia a tres rutas centradas únicamente en el pasado aborigen de la antigua Benahoare, que constituyen un claro ejemplo de lo que pretendemos conseguir con esta propuesta. No se nos esconden los problemas que encontraremos para su puesta en marcha (fragilidad, inaccesibilidad, coste económico, etc.), si bien estimamos que el principal hándicap para su desarrollo dependerá, en última instancia, de la voluntad de las diferentes instituciones (locales, insulares o regionales) a las que pueda interesarles el tema.

Estamos absolutamente convencidos, y el que no lo vea es que está ciego o no le interesa aceptarlo, que el sector turístico de La Palma debe caminar por otros derroteros que nos identifiquen y nos diferencien de la oferta de sol y playa imperante en el resto del archipiélago canario. En este sentido, creemos que el patrimonio cultural palmero es lo suficientemente interesante y diverso para atraer a un turismo al que le atraigan estas cuestiones. En el caso del patrimonio arqueológico contamos con una serie de recursos, entre los que destacan los petroglifos geométricos, que sólo es posible encontrarlos en nuestra isla y que, transcurridos 15 años de la creación del Primer Parque Arqueológico de Canarias en La Zarza-La Zarcita (Garafía), han demostrado su viabilidad económica puesto que, aún hoy, junto con el de Belmaco (villa de Mazo), siguen siendo de los centros museísticos más visitados de la isla.

Ruta I: Petroglifos del cantón de Aridane

La ruta está pensada para que pueda realizarse en unas 5-6 horas, si bien cada uno de los conjuntos arqueológicos que comprende podría visitarse aisladamente. El recorrido que proponemos es el más rápido y fácil de ejecutar, de tal forma que partiremos de los yacimientos situados a mayor cota, en las laderas del Pico Bejenao, para descender a los situados en el barranco Tenisca. El trazado es muy apacible y no plantea ningún tipo de peligro, puesto que discurre por pistas forestales, caminos reales y antiguas veredas, cuya única dificultad estriba en la maleza que las cubre y el derrumbamiento de los muros provocado por las manadas de cabras que, aún hoy, siguen recorriendo estos parajes.

La ruta discurre por algunos de los paisajes naturales más atractivos del municipio de El Paso. Se inicia en la zona de Valencia, atravesando buena parte del pinar de Ferrer siguiendo la pista que delimita el parque y preparque de la Caldera de Taburiente, cruzando Los Barros e internándonos en los barrancos de Tenisca y Torres. El trazado, a nivel paisajístico, es una auténtica maravilla, puesto que en buena parte siempre nos vamos a deleitar con las vistas de la parte media-alta del valle Adirane.

Aunque la ruta está centrada, fundamentalmente, para disfrutar del patrimonio arqueológico no debemos desdeñar, ni mucho menos, su interés etnográfico destacando, por ejemplo, las distintas construcciones relacionadas con el aprovechamiento del pinar (hornos de brea, abrigos pastoriles, carboneras, moradas y encerraderos de ganado, etc.), la transformación del paisaje para su uso agrícola de secano (eras, cercados delimitados por muros de piedra seca, caminos, trochas, senderos, “sermentías”, paredones, etc.), sin olvidar los antiguos pajeros, aljibes y alguna que otra fuente, tanto permanente como estacional, que jalonan todo el recorrido.


Imagen 7
“Pajero” en la finca de Anacleto (Los Barros. El Paso).

Es interesante destacar que todas las estaciones de grabados que visitaremos (lomo del Estrecho, lomo Gordo I y II, lomo de Tamarahoaya, La Fajana y El Verde) están protegidas con diferentes tipos de vallados. Para incrementar el interés de la visita solo sería necesario colocar una serie de paneles informativos en los cuatro primeros yacimientos. Asimismo, es conveniente limpiar y adecentar el sendero entre la montaña de La Yedra-Tamarahoya y los petroglifos de La Fajana, así como entre estos y el lomo de los Conejos. Por tanto, con un coste económico muy bajo, puesto que los caminos podrían ser limpiados por cuadrillas de Medio Ambiente o del propio municipio, daríamos a conocer 4 de las estaciones de grabados rupestres más grandes e importantes de la isla (lomo Gordo I, Tamarahoya, La Fajana y El Verde).



Primera parada: petroglifo del lomo del Estrecho (pico Bejenao)

Primera parada: petroglifo del lomo del Estrecho (pico Bejenao)

Este yacimiento fue descubierto durante las primeras campañas de prospecciones realizadas en el pico Bejenao (El Paso) para el Inventario arqueológico y etnográfico del parque y preparque de la Caldera de Taburiente[3].

Este grabado rupestre es muy interesante por su ubicación en el centro de un ancho y suave lomo que finaliza en el Roque de los Cuervos. El soporte es una gran roca suelta, aunque está en su posición originaria, que actúa como un nítido punto de referencia para todos aquellos que siguen esta ruta hacia los bordes de La Caldera. El panel está expuesto hacia el sur y el motivo es un meandriforme de gran desarrollo que está encerrado en una figura triangular.

A mediados de la década de los 90 del siglo XX el Parque Nacional decidió protegerlo mediante un vallado metálico para incluirlo dentro del recorrido que parte desde el llano de los Hornitos hacia la cima del pico Bejenao. El desvío está perfectamente señalado desde el sendero principal. Habría que colocar un panel explicativo que aporte algo de información sobre su hallazgo, características y significado.


Imagen 8
Meandriforme del lomo del Estrecho I (pico Bejenao. El Paso).

Segunda parada: estaciones de grabados rupestres de lomo del Topo-Grande-Gordo o de La Trocha I y II

El conjunto más importante fue descubierto en 1982, conjuntamente con las estaciones de La Fajana y El Verde (barranco de Tenisca. El Paso). Cuenta con 36 paneles de motivos geométricos ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad[4]. En esta estación nos encontramos con uno de los paneles más espectaculares e interesante de todo el borde sur de La Caldera, tanto por la complejidad y abigarramiento de sus motivos como, sobre todo, por la presencia de superposiciones que, evidentemente, fueron realizadas en momentos diferentes. A ello hemos de añadir la existencia de unos pequeños meandriformes, que adoptan una forma arriñonada, que son exclusivos de este yacimiento. Asimismo, no debemos obviar la extraordinaria panorámica que se domina desde este conjunto, en el que destaca la impresionante mole del pico Birigoyo, justamente en dirección sur.

Este yacimiento fue sometido, entre los años 2003 a 2005, a una serie de actuaciones tendentes a resaltar su interés y, sobre todo, a evitar los expolios a que estaba siendo sometido. Los trabajos consistieron en la erradicación de la vegetación arbórea y arbustiva, su delimitación mediante un vallado perimetral, el desescombro del frente norte permitiendo el hallazgo de algunos paneles nuevos y la limpieza y restauración de los grabados rupestres. Este proyecto fue financiado por la Consejería de Cultura, Educación y Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma y fondos del Organismo Autónomo de Parques Nacionales. Finalmente, en diciembre de 2012 se han repuesto algunos paños del vallado metálico que habían sido sustraídos, así como la consolidación de algunos de los muros por parte de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo Insular. Por tanto, la única actuación que nos faltaría realizar sería la colocación de una serie de paneles explicativos.


Imagen 9
Meandriforme del lomo Gordo I (pico Bejenao. El Paso).

El segundo conjunto se encuentra a apenas unos 40 metros al norte del anterior y, al estar emplazado al otro lado de la pista de Ferrer, está ubicado dentro del Parque Nacional. El yacimiento fue descubierto en 1988 por Felipe Jorge Pais Pais y Domingo Acosta Felipe durante la realización de la Tercera Campaña del Inventario arqueológico y etnográfico del parque y preparque de la Caldera de Taburiente. La estación cuenta con 13 paneles de motivos geométricos ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad. Merece la pena reseñar la presencia de una de las espirales más perfectas y bonitas existentes en toda la antigua Benahoare.

El yacimiento fue protegido en 2008 por el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente mediante una etérea valla de acero inoxidable. Los petroglifos se pueden ver sin problema desde el exterior del vallado por lo que solo bastaría con colocar un panel informativo con el que ilustrar a los visitantes.


Imagen 10
Espiral del lomo Gordo II (pico Bejenao. El Paso).

Tercera parada: estación de grabados rupestres del lomo de Tamarahoya

La estación de grabados rupestres del lomo de Tamarahoya (pico Bejenao. El Paso) fue descubierta por el Dr. Mauro Hernández Pérez durante las prospecciones realizadas para preparar su tesis doctoral a mediados de la década de los 70 del siglo XX. Posteriormente, entre 1986 y 1991 realizamos un estudio exhaustivo que consistió, básicamente, en el inventario detallado de cada uno de los paneles que forman parte del conjunto[5].

Tamarahoya constituye la estación de petroglifos más grande de la antigua Benahoare, tanto en lo que se refiere al número de paneles como a su extensión. Consta de 137 paneles que se distribuyen en tres grupos principales a lo largo de unos 200 metros de los afloramientos rocosos que jalonan la parte superior de este lomo. La temática es, fundamentalmente, de tipo geométrico con los grupos de las espirales, círculos y semicírculos concéntricos, meandriformes, grecas, etc. ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad. A estos motivos característicos de la arqueología palmera hemos de añadir otros más sencillos realizados mediante la incisión[6].

Los incendios forestales han provocado la rotura de los paneles en pequeños trozos que eran fácil presa de los visitantes del yacimiento, quienes no dudaban en llevárselos a sus casas, al igual que sucedía en la estación cercana de lomo Gordo[7]. Por ello, el Cabildo Insular de La Palma, el Ayuntamiento de El Paso y el Parque Nacional de la Caldera procedieron a su protección mediante un vallado perimetral de ambos conjuntos prehispánicos entre los años 2003 y 2005. Estas obras fueron realizadas por el Ayuntamiento de El Paso con fondos económicos procedentes de subvenciones del Organismo Autónomo Parques Nacionales. Las vallas han desempeñado perfectamente su cometido, si bien en el caso de Tamarahoya, desde hace varios años se provocó deliberadamente la rotura de varios tramos en ella para penetrar en su interior, lo que ha ocasionado un progresivo deterioro del conjunto debido, sobre todo, a la realización de grafittis y expolio de algunos paneles. A ello hemos de añadir que otro sector del vallado se derrumbó debido a un temporal de viento que azotó estos parajes hace varios años.


Imagen 11
Grabados rupestres del lomo de Tamarahoya VI (pico Bejenao. El Paso).

El Campo de Trabajo de El Paso (2011) estuvo dedicado enteramente a la limpieza de la vegetación arbustiva y el pinillo existentes dentro del perímetro protegido. Finalmente, en diciembre de 2012 se procedió a la reposición de los tramos del vallado desaparecidos y desplomados, así como la reparación de los muros que presentaban mayores desperfectos. Estos últimos trabajos han sido financiados por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Excmo. Cabildo Insular de La Palma.

La actuación quedaría completa con la colación de una serie de paneles explicativos.

Cuarta parada: fuente de Tamarahoya

A la altura de los petroglifos del lomo de Tamarahoya, en la parte inferior de la margen derecha de la barranquera homónima, se sitúa la fuente de Tamarahoya, cuyas aguas se consideran medicinales especialmente recomendadas para el tratamiento de los “sapos”. Con este nombre se conoce unas pequeñas vejigas, molestas y dolorosas que salen en el interior de la boca, sobre todo a los niños más pequeños.

El afloramiento de agua principal coincide con una gran capa de almagre rojo, escurriéndose el agua entre esta y los bloques de basalto que están encima. No obstante, cuando llueve con intensidad el agua se filtra en abundantes chorros a través de la propia roca. Se trata del punto de agua más importante de todo el pico Bejenao. Sin embargo, su caudal merma considerablemente en la época estivale incluso se llegó a secar completamente en la sequía del año 2012.


Imagen 12.
Fuente de Tamarahoya (pico Bejenao. El Paso).

Desgraciadamente, el risco se ha desplomado en varias ocasiones en los últimos 30 años, afectando a la integridad de buena parte del afloramiento de agua. En la capa de almagre se labró una serie de canalillos que, con toda probabilidad, en algunos casos fueron realizados por los aborígenes para canalizar el agua hacia la charca que se forma en la base del risco y que servía de bebedero a las manadas de cabras que recorrían estos parajes. Recientemente, descubrimos un pequeño número de cazoletas, así como unos grabados de incisiones verticales y paralelas, labradas por los benahoaritas.

Es interesante destacar la existencia, junto al extremo izquierdo de la fuente, y aprovechando la existencia de un amplio cejo natural, de una gran cantidad de pequeñas cruces realizadas con palos de la vegetación de la zona y amarrados con agujas de pinillo. Estos símbolos desaparecieron con la última reforma que se llevó a cabo en la fuente para facilitar la recogida del agua.

Quinta parada: Petroglifos del lomo de la Fajana

En mayo de 1982 se descubrieron los petroglifos de lomo de La Fajana y El Verde (inicialmente conocidos como cementerio de El Paso). La expectación suscitada fue inusitada, hasta tal punto que para proteger al primero de los yacimientos se colocó un vigilante permanente en el lugar hasta que se levantó una empalizada que protegía el yacimiento de actos vandálicos. En 1994 la Dirección General de Patrimonio Histórico sustituyó la empalizada por una valla metálica y una pequeña plataforma para acoger a los visitantes. Los grabados rupestres de El Verde destacan por sus magníficas espirales, de un metro de diámetro, lo que las convierte en las más grandes de la etapa prehispánica palmera.

A comienzos del año 2002 la Consejería de Cultura, Educación y Patrimonio Histórico del Excmo. Cabildo Insular de La Palma encargó a la empresa ARQUEOCANARIA S. L. el proyecto de «Señalización, restauración y colocación de puntos de información en las estaciones rupestres de Lomo de La Fajana y El Cementerio». La redacción del trabajo fue terminada en abril de 2002.

Por último, en el año 2005, a propuesta de la Consejería de Cultura, Educación y Patrimonio Histórico del Excmo. Cabildo Insular de La Palma, la Dirección General de Patrimonio Histórico de Canarias acometió el proyecto de «Limpieza y restauración de las estaciones de grabados rupestres de La Fajana y El Cementerio de El Paso». Estos trabajos fueron llevados a cabo por la empresa Gabinete de Patrimonio, cuyo director es el restaurador Miguel Ángel Núñez Villanueva.

El hallazgo de la estación de grabados rupestres del lomo de la Fajana generó una inusitada expectación, no solo entre los diferentes medios de comunicación, sino también entre la comunidad científica canaria debido al preciosismo de los motivos representados y, sobre todo, porque destacaban unas inscripciones que nunca antes se habían apreciado en la etapa prehispánica palmera. Se trataba de unos circulíformes que inmediatamente fueron bautizados como “soliformes” al estar su interior segmentado con trazos rectos, curvilíneos o sinuosos. Este acontecimiento trajo a nuestra isla a todos aquellos investigadores que en esos momentos estaban trabajando sobre diferentes aspectos de la cultura benahoarita, entre los que cabe destacar los Dres. Antonio Tejera Gaspar, Mauro Hernández Pérez, Ernesto Martín Rodríguez y Juan Francisco Navarro Mederos.

La estación de grabados rupestres del lomo de La Fajana está formada por un gigantesco panel, que ha sido subdividido en 16 subpaneles, aprovechando las grietas y aristas de la roca, que ocupa la parte media-baja de los enormes paredones verticales de basalto que conforman la orilla superior de la margen izquierda del paraje conocido por La Fajana. En sus inmediaciones se han descubierto otros 3 conjuntos de petroglifos, cada uno de los cuales solo consta de un panel. La temática es muy variada y compleja, destacando el grupo de los ya mencionados “soliformes”, espirales, meandriformes, enracimados, etc. La técnica de ejecución fue el picado de diferente anchura y profundidad. Un análisis más detallado también nos ha permitido constatar algunos motivos elaborados mediante la incisión. Sin ningún género de dudas, nos encontramos ante el panel de petroglifos más grande y espectacular de toda la etapa prehispánica palmera[8].

Sexta parada: Petroglifos de El Verde (antiguo cementerio de El Paso)

La estación de grabados rupestres de El Verde se encuentra, aproximadamente, a unos 300 metros al sureste del conjunto del lomo de la Fajana. Los petroglifos se extienden por la margen derecha del barranco de Las Canales, aprovechando la existencia de un pequeño caboco que forma un semicírculo con una anchura de unos 15 metros, que se llenaba completamente de agua cuando “corría” el barranco. Los paneles se extienden por la parte superior de los riscos que delimitan el frente oriental de la depresión.

El hallazgo y las actuaciones de protección, conservación y puesta en uso han sido al mismo tiempo e idénticas a las emprendidas para el caso del lomo de la Fajana, por lo que no vamos a insistir en ellas. La única variación han sido las diferentes campañas realizadas por el Ayuntamiento de El Paso y el personal de Medio Ambiente del Cabildo para habilitar un nuevo sendero que parte desde el cementerio, así como la limpieza de la basura que ocupaba todo el cauce del barranco.


Imagen 13
“Soliformes” de La Fajana (El Paso).

La estación de grabados de El Verde cuenta con 13 paneles de motivos geométricos entre los que destacan algunas de las espirales de mayor diámetro que, hasta la fecha, se han descubierto en La Palma. A ellas hemos de añadir los semicírculos concéntricos, los meandriformes y uno de los mejores grupos de grecas. La técnica de ejecución fue el picado de diferente anchura y profundidad, en los que se parecian claramente los puntos de percusión. Otro dato sumamente interesante, y escasamente utilizado en otros yacimientos de la isla, es la existencia de varios paneles en los que se hicieron superposiciones de motivos en diferentes momentos.


Imagen 14
Espiral y meandriforme de El Verde (barranco de Tenisca. El Paso).

Tanto en el Lomo de la Fajana como en El Verde es de resaltar el hecho de que se trata de yacimientos aislados de los asentamientos permanentes, que se sitúan aguas arriba (Tenerra) y abajo (La Campana) del barranco de las Canales. Por tanto, resulta evidente el papel de santuario que tenían estos parajes y a los que acudían los antiguos palmeros con un fin determinado y, con toda probabilidad, en épocas muy concretas del año para realizar ritos relacionados con la fertilidad, fecundidad, petición de lluvias, etc.

En la base del caboco que sirve de soporte a los petroglifos del cementerio se abren cuatro pequeñas cavidades naturales en las que se han encontrado algunos, aunque escasos restos, arqueológicos superficiales, lo cual indica su explotación por parte de los benahoaritas. Sin embargo, no parece que fuesen ocupadas de forma permanente debido a sus reducidas dimensiones, precarias condiciones de habitabilidad y, sobre todo, por la peligrosidad que representaban las avenidas de agua repentinas del barranco[9].

Ruta II: Grabados rupestres de Santo Domingo de Garafía

Esta ruta arqueológica no plantea ningún tipo de peligro y su exigencia física es mínima. Además, la duración del recorrido sería de apenas 2 horas, si bien ello dependerá, en última instancia, del tiempo que se permanezca en cada uno de los yacimientos. La visita se puede alargar porque a lo largo del trayecto, como veremos más adelante, también se puede complementar con el disfrute de una gran cantidad de bienes patrimoniales de valor arquitectónico y etnográfico, lo cual nos llevaría otro par de horas.

Todas las estaciones de grabados rupestres están situadas junto o en las inmediaciones de la red insular de senderos o antiguos caminos en desuso, pudiendo habilitarse un circuito circular que englobe a los 5 yacimientos, de tal forma que pueda iniciarse en aquel punto que se desee, si bien lo más lógico sería comenzarlo en el extremo oriental (Salvatierra) u occidental (El Calvario o Calafute). En la actualidad, solo habría que limpiar el antiguo camino de Calafute hasta el molino de viento de El Calvario de Santo Domingo. Buena parte del recorrido discurre por el antiguo Camino Real (Calafute y El Calvario) mientras que para los casos de Calafute y barranquera de la Castellana solo será preciso eliminar la vegetación que cubre los senderos tradicionales. En el caso de El Cercado no es precisa ninguna actuación ya que se emplaza junto a una carretera.

La principal dificultad con que nos toparemos a la hora de crear esta ruta arqueológica es que todos los conjuntos prehispánicos, a excepción de los grabados de El Cercado, que son propiedad municipal, se sitúan en terrenos privados por lo que habría que comprarlos o llegar a acuerdos con sus legítimos propietarios. Asimismo, y para evitar daños en la integridad de los petroglifos sería conveniente protegerlos o delimitarlos mediante algún tipo de vallado. Finalmente, habría que colocar una serie de paneles explicativos en cada uno de los yacimientos.


Imagen 15
Molino de viento en Santo Domingo de Garafía

Tal y como apuntábamos anteriormente, el trazado del recorrido nos permitirá visitar, sin salirnos del sendero, una magnífica representación del patrimonio arquitectónico y etnográfico de Garafía. El centro neurálgico de este hito lo encontraremos en el casco histórico de Santo Domingo con su iglesia, calles empedradas, casas terreras y señoriales, pajeros con techos de tablas de tea, un molino de viento, antiguos chorros de agua, el patio del ayuntamiento, donde se ha emplazado una fuente en torno a la cual se ha realizado una composición con reproducciones fidedignas de petroglifos del municipio de Garafía realizadas por el escultor palmero Tomás Oropesa Hernández, etc. En el tramo del Camino Real que atraviesa el barranco de la Luz abundan las cuevas naturales que fueron ocupadas por los aborígenes y que han sido reutilizadas hasta nuestros días como vivienda, corral de cabras, pajero, etc. Finalmente, si así se desea, el recorrido puede finalizar en el Porís de Santo Domingo con sus casas-cuevas, pescante, caminos empedrados y un paisaje espectacular y sobrecogedor con sus gigantescos roques en medio del mar.




Inicio: estación de grabados rupestres de Salvatierra

Este yacimiento arqueológico se sitúa en un marco natural incomparable, puesto que el soporte de los petroglifos es un gran afloramiento rocoso que sobresale en la orilla superior de la margen derecha del barranco de la Luz, muy cerca de su desembocadura y, por tanto, con impresionantes vistas, también, al acantilado costero de esta parte de Garafía. Desde este morro se domina el tramo medio-inferior de este barranco con el caserío de Santo Domingo al sur. Fueron descubiertos por Mauro Hernández Pérez en 1971[10].

Esta estación que, en realidad, se puede desglosar en dos grupos (Topo de los Tunos Colorados y verada de Salvatierra), consta de 5 paneles en los que se representan meandriformes y espirales. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad variables[11]. Recientemente, se han descubiertos nuevos paneles de petroglifos incisos, así como un pequeño conjunto de canalillos y cazoletas.


Imagen 16
Meandriforme en Salvatierra (margen derecha del Barranco de la Luz. Garafía).

El desplazamiento hacia el siguiente hito (grabados rupestres de El Cercado) se hace siguiendo el antiguo Camino Real empedrado que atraviesa el barranco de la Luz en cuyas laderas se abren numerosas cuevas naturales que sirvieron de vivienda a los benahoaritas. En la vegetación del lugar merece la pena destacar algunos ejemplares gigantescos de dragos (Dracaena draco). Seguidamente nos introduciremos en Santo Domingo de Garafía con sus calles adoquinadas, casas antiguas, “chorros”, etc.

Primera parada: petroglifos de El Cercado de Vicente

Este yacimiento arqueológico es de muy fácil acceso, puesto que se ubica junto a la carretera que lleva al colegio de Santo Domingo, de la cual está separado por apenas 10 metros de un sendero abierto por los visitantes del lugar. Fue descubierto en 1955 por P. Hernández Benítez[12].

La estación cuenta, en la actualidad, con 5 paneles de motivos geométricos, entre los que sobresalen los grupos de las espirales y los meandriformes, especialmente en los tres de mayor tamaño. Los bloques pétreos no están en su posición, sino que han sido removidos y desplazados por diferentes obras que se han llevado a cabo en sus inmediaciones, las últimas de las cuales hicieron desaparecer, al menos, varios paneles. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad medias, que presenta un buen estado de conservación.


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Grabados rupestres de El Cercado de Vicente (Santo Domingo de Garafía).

Estos petroglifos destacan por varias circunstancias: 1) Uno de los motivos se ha identificado con la representación esquemática de un naviforme fenicio cuando, en nuestra opinión, se trata de un reticulado un tanto irregular y 2) El panel más grande combina la presencia de petroglifos (espirales y meandriformes) con un buen número de cazoletas de diferentes tamaños y formas, con predominio de las circulares, excavadas en el basalto. Ambas circunstancias son muy poco frecuentes en la etapa prehispánica palmera, lo cual lo convierte en un panel casi único.

Este yacimiento ha estado protegido por un vallado metálico que ha sido sustituido, a mediados de 2012, por una empalizada de madera que solo servía para delimitar el conjunto. Esta actuación se podría completar con la colocación de un panel explicativo.

Segunda parada: Conjunto arqueológico de la barranquera de la Castellana

Este conjunto arqueológico, formado por una cueva natural de habitación reutilizada y una estación de grabados rupestres con 3 grupos de paneles bien diferenciados que se encuentra en la parte media-baja de los riscos que forman esta barranquera que delimita Santo Domingo de Garafía por el oeste. Estos petroglifos fueron dados a conocer por Mauro Hernández Pérez en 1970. También son conocidos como barranquillo del Calvario[13] o barranquito de Silva.

El acceso a este yacimiento es muy sencillo puesto que se encuentra justo debajo del inicio de la carretera que lleva al Porís de Santo Domingo y a la altura del campo de fútbol de Garafía. Además, en el año 2012, con personal de la Reserva de la Biosfera de La Palma, y el asesoramiento de la Consejería de Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma, se rehabilitaron las antiguas veredas que recorrían estos parajes y se delimitaron los grupos de petroglifos mediante la colocación de empalizadas. Solo bastaría con colocar uno o varios paneles explicativos para hacer la visita más didáctica y atrayente.

Los grabados rupestres se disponen en la parte baja de los paredones verticales que delimitan ambas márgenes de la barranquera. La estación cuenta con 7 paneles en los que se representan espirales, círculos concéntricos y meandriformes ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad[14]. Justo antes de llegar a los primeros paneles cruzamos por delante de una gran cueva que fue habitada por los benahoaritas y, además, ha sido intensamente reutilizada en la época histórica como pajero, secadero de tabaco, corral de cabras, etc., constituyendo un excelente ejemplo de este tipo de usos tradicionales muy típicos de la inmensa mayoría de las cavidades que existen en La Palma.


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Grabado rupestre de la barranquera de la Castellana (Santo Domingo de Garafía).

Tercera parada: petroglifos del calvario de Santo Domingo

En apenas 10 minutos desde el yacimiento anterior nos encontraremos en uno de los conjuntos prehispánicos más emblemáticos de la isla: los grabados rupestres del calvario de Santo Domingo. En la actualidad solo es posible llegar hasta ellos siguiendo la carretera que lleva al Porís de Santo Domingo. Sin embargo, el peligro que supone el tráfico por esta vía de comunicación se soslayaría fácilmente con solo limpiar y desbrozar las antiguas veredas que recorren estas barranqueras y lomos.

Los petroglifos del calvario fueron citados por primera vez en 1922 por A. Jiménez de Cisneros[15]. Uno de los datos más interesantes es que, al parecer, los diferentes paneles constituían una especie de pirámide que ha sido desmantelada en tiempos recientes[16]. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, y a pesar de que algunos paneles están alineados e hincados en el suelo, dada la estructura del terreno, nos parece poco probable que existiese una estructura de características similares a los amontonamientos de piedra que aparecen en los bordes de la caldera de Taburiente, puesto que no queda ningún rastro del relleno típico de este tipo de estructuras artificiales.

De cualquier forma, los grabados rupestres que se conservan son una auténtica maravilla por su tipología, estado de conservación, técnica y emplazamiento. La temática es variada y compleja, con magníficas representaciones de espirales, círculos concéntricos y meandriformes. Algunos de los paneles están grabados por las dos caras y contienen pequeñas cazoletas. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad medias. La estación consta con 17 paneles[17], si bien aparecen petroglifos por todo el lomo y formando parte de los muros que delimitan las diferentes vetas de cultivo. A ello hemos de añadir numerosos paneles con motivos incisos, algunos de arados, pero muchos otros son petroglifos prehispánicos, entre los que destaca un grupo de reticulados y otros motivos naviformes que parecen históricos.


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Petroglifos del calvario de Santo Domingo (Garafía) remarcados con barro.

Este yacimiento forma parte del sendero habilitado que lleva al Porís de Santo Domingo, por lo que es asiduamente visitado por numerosos turistas que suelen remover de su posición algunos paneles. Por ello se ha delimitado, en el año 2012, del grupo principal de petroglifos con una empalizada que pretende la contemplación del yacimiento sin necesidad de acercarse demasiado a los petroglifos. Habría que colocar uno o varios paneles explicativos.

Cuarta parada: camino y fuente de Calafute

Esta estación de grabados rupestres fue publicada en 1971 por Mauro Hernández Pérez[18]. El conjunto prehispánico está formado por dos grupos bien diferenciados: 1) Una estación de grabados rupestres que cuenta con unos 30 paneles que se disponen por la parte media alta de las laderas de la margen derecha del barranco de los Pinos, tributario del de Fernando Porto y 2) en la fuente de Calafute nos encontramos con una pequeña espiral y un grupo de cazoletas intercomunicadas con canalillos labrados en la tosca[19].


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Grabados junto al camino de Calafute (Garafía)

Algunos de los paneles más interesantes se ubican en los afloramientos rocosos que están junto al antiguo camino que comunica El Calvario y Porís de Santo Domingo. La temática, de tipo geométrico, es variada y compleja con representaciones de espirales, meandriformes, círculos y semicírculos concéntricos, etc. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad variables. También debemos reseñar la existencia de unos canalillos que se entrecruzan y que se labraron sobre la roca basáltica, lo cual no es muy habitual en la etapa prehispánica palmera.

Justo en frente de los petroglifos descritos anteriormente, y en el interior de un amplio cejo, mana la fuente estacional de Calafute. El afloramiento de agua se produce en una capa de almagre que discurre por una plancha de toba compactada sobre la cual se labraron una treintena de cazoletas comunicadas por canalillos[20]. El intensivo aprovechamiento del agua, que desaparece en verano, nos hace muy complicado conocer cuáles de las cazoletas fueron labradas por los aborígenes y cuáles han sido labradas o alteradas en la época histórica. No obstante, la funcionalidad de las cazoletas, excepto las dos más grandes, no era la de almacenar y recoger el agua, puesto que sus pequeñas proporciones descartan esa posibilidad, por lo que estas se relacionarían con ritos mágico-propiciatorios celebrados por los benahoaritas que acudían a estos parajes.

Las actuaciones a desarrollar en ambos conjuntos son muy sencillas, puesto que solo habría que limpiar los senderos y caminos ya existentes, delimitar los petroglifos que sean visitables, proteger el interior de la fuente debido a la fragilidad del soporte y la colocación de paneles explicativos.

Ruta III: huellas aborígenes en el pico de la Sabina

El pico de la Sabina es una elevación montañosa que queda comprendida entre el pico de la Nieve y la degollada del Río, sobre el mismo borde de la caldera de Taburiente y formando parte de la crestería del municipio de Santa Cruz de La Palma. En sus inmediaciones se concentra otro hito geográfico conocido como los picos de la Veta de la Arena.

Toda la zona es atravesada por el actual sendero que recorre los bordes de la caldera de Taburiente. Pero es que, además, en este punto, y tanto en la etapa prehispánica como en la época histórica, se produce un nudo de comunicaciones por cuanto desde aquí parte la pasada de Barranquera Abierta, que es la ruta más sencilla para acceder al interior de Aceró-Taburiente.




Por ello no debe extrañarnos que en un área relativamente pequeña se aglutine una gran cantidad de vestigios aborígenes y asentamientos pastoriles explotados durante unos 2 000 años. Los yacimientos arqueológicos más destacados están representados por 6 estaciones de grabados rupestres entre las que, sin ningún género de dudas, sobresale el conjunto de La Erita. Las huellas benahoaritas se complementan con la presencia de varios amontonamientos de piedras, un gran campamento pastoril y varios paraderos pastoriles en las inmediaciones del anterior. La intensiva explotación de estos parajes se reafirma con la existencia de un buen número de abrigos, cabañas y encerraderos de ganado que han sido intensamente reutilizados hasta la década de los 90 del siglo XX.

Uno de los atractivos principales de esta ruta arqueológico-etnográfica es el extraordinario paisaje que nos acompaña en todo su recorrido, tanto hacia el interior de La Caldera como hacia las estribaciones exteriores. Además, todos los yacimientos están conectados por senderos y caminos, algunos de ellos en desuso, si bien solo bastaría con limpiarlos y hacer unas pequeñas reformas para facilitar la seguridad del acceso. A ello hemos de añadir que la estación de grabados rupestres de La Erita ya está protegida con una valla metálica[21]. Por otro lado, los conjuntos pastoriles del pico de la Veta de la Arena y barranquera Abierta están rehabilitados[22]. Por tanto, solo bastaría con colocar una serie de paneles explicativos en aquellos conjuntos que formen parte de la ruta arqueológica-etnográfica.

Parada I: estación de grabados rupestres de La Erita

La impresionante estación de grabados rupestres de La Erita está enclavada en las faldas septentrionales del pico de la Sabina y sobre el mismo borde de la caldera de Taburiente. Por ello, no debe extrañarnos que desde este yacimiento se domine uno de los paisajes más grandiosos de la antigua Benahoare, tanto hacia el interior como el exterior del Parque Nacional.

Los petroglifos de La Erita fueron dados a conocer, en 1923, por J. Jiménez de Cisneros, junto con los yacimientos de El Calvario y Tajodeque[23]. El lamentable estado de conservación en que se encontraban los petroglifos y los continuos destrozos y saqueos provocados por los visitantes aconsejaron que en 1989 la dirección del Parque Nacional de la caldera de Taburiente decidiera proceder a su protección mediante la colocación de una valla metálica[24].

La estación de grabados rupestres de La Erita tiene como soporte un gran dique de forma semicircular que se emplaza en el borde de La Caldera. Cuenta con más de 60 paneles que se distribuyen por los paredones verticales y la cara plana de las piedras más altas, expuestos hacia los cuatro puntos cardinales y tanto hacia el interior como el exterior del recinto natural. A ello hemos de añadir la existencia de una serie de paneles en rocas sueltas localizadas en el interior del semicírculo y hacia todas las laderas que parten desde la base del dique.

La temática es de tipo geométrico, destacando el grupo de las espirales, meandriformes y semicírculos concéntricos y la presencia de una gran cantidad de símbolos muy sencillos (herraduras, círculos, óvalos, etc.) que, en nuestra opinión, en algunos paneles constituyen signos alfabetiformes. La técnica de ejecución fue el picado de anchura y profundidad muy variables.

En las inmediaciones de La Erita se localizan otras 3 pequeñas estaciones de grabados rupestres de motivos geométricos y varios abrigos pastoriles reutilizados que formaban parte de un gigantesco campamento pastoril al tratarse de un cruce de caminos que permitía un acceso rápido y fácil hacia frondosos pastos y abundantes fuentes, tanto hacia el interior como el exterior de la caldera de Taburiente.


Imagen 21
Grabados rupestres de La Erita I (Santa Cruz de La Palma) remarcados con tiza.

Este yacimiento es atravesado por uno de los senderos más transitados y espectaculares de La Palma. Al estar ya adecuadamente protegido por una valla metálica, solo bastaría con colocar una serie de paneles explicativos.

Parada II: conjunto arqueológico-etnográfico de los picos de la Veta de la Arena

Al norte del pico de la Sabina, y a escasa distancia de la estación de grabados rupestres de La Erita, se encuentra la elevación de los picos de la Veta de La Arena, en cuya cima y laderas se concentra una buena cantidad de yacimientos arqueológicos y asentamientos pastoriles intensamente reutilizados desde la época prehispánica hasta que la Cumbre se explotó como campo de pastoreo estacional a inicios de la década de los 90 del siglo XX.

Los yacimientos arqueológicos más interesantes, si bien profundamente alterados por los numerosos visitantes que recorren estos parajes, están constituidos por varios amontonamientos de piedra y una pequeña estación de grabados rupestres. Las “pirámides” se ubican sobre la cima del picacho, de entre las que destaca la mayor de todas, ya que adquiere una planta en forma de media luna delimitada por grandes bloques de piedras colocados verticalmente, mientras que el interior se rellenó con rocas más pequeñas. La otra es circular y de proporciones mucho más modestas[25].

El petroglifo fue descubierto en 2009 por Gerard Latorre Casamitjana durante un curso sobre arqueología del Parque Nacional de la caldera de Taburiente dirigido por el autor de este trabajo. El único motivo es una perfecta espiral de escaso desarrollo que fue ejecutada con la técnica del picado de anchura media y profunda.


Imagen 22
Semicírculos concéntricos en los picos de la Veta de la Arena (Santa Cruz de La Palma).

La explotación pastoril de estos parajes se pone claramente de manifiesto ante la existencia de varios abrigos pastoriles ubicados en el inicio de la “pasada” de barranquera Abierta. A ello hemos de añadir la presencia abundantes materiales arqueológicos superficiales (fragmentos de cerámica y piezas líticas) al socaire de los abundantes diques que se levantan por encima del terreno circundante.

Parada III: Barranquera Abierta

Con este topónimo se conoce una de las “pasadas” más fáciles y rápidas que comunicaban los bordes y el interior de la caldera de Taburiente, que se inicia en la zona de La Erita y los Picos de la Veta de la Arena. Por tanto, no debe extrañarnos que en un espacio tan reducido de la Cumbre haya una concentración tan elevada de yacimientos arqueológicos y conjuntos pastoriles reutilizados hasta nuestros días. En esta ocasión, nos centraremos en una preciosa estación de grabados rupestres y un grupo de abrigos y encerraderos de ganado situados en las inmediaciones del inicio del sendero.


Imagen 23
Abrigo pastoril reutilizado en Barranquera Abierta (caldera de Taburiente).

El asentamiento pastoril, que ya existió en la etapa prehispánica, tal y como indican los abundantes fragmentos de cerámica y piezas líticas que tachonan el suelo, continuó siendo ocupado por los cabreros históricos hasta inicios de la década de los 90 del siglo XX. Está formado por varios abrigos pastoriles levantados con muros de piedra seca y techumbre vegetal (troncos y ramajes de pino y cedro), un pequeño goro para proteger los cabritos de los cuervos y un encerradero de ganado[26]. Este conjunto pastoril fue rehabilitado gracias a un proyecto de rehabilitación entre ADER La Palma y la Consejería de Cultura, Educación y Patrimonio Histórico del Cabildo Insular de La Palma en el año 2004[27]. Por tanto, constituye un magnífico ejemplo de este tipo de conjuntos etnográficos que nos dan una imagen muy ilustrativa sobre la forma en que los pastores explotaban y aprovechaban los recursos naturales que el medio natural les ofrecía.

La estación de grabados rupestres de barranquera Abierta se emplaza en medio de un espigón que se adentra hacia el interior de la caldera de Taburiente y que está recorrido por una densa red de diques de basalto paralelos sobre los cuales los benahoaritas dejaron una buena muestra de su arte. Cuenta con 6 paneles de motivos geométricos de espirales y meandriformes ejecutados con la técnica del picado de diferente anchura y profundidad. La visita al yacimiento es aconsejable, entre otras razones, porque la panorámica que se domina del cantón de Aceró es realmente sobrecogedora.


Imagen 24
Grabado rupestre en barranquera Abierta (caldera de Taburiente).

Referencias

HERNÁNDEZ BENÍTEZ, P. (1955). «Culturas del noroeste (petroglifos canarios)». III Congreso Nacional de Arqueología. Zaragoza, p. 99.

HERNÁNDEZ PÉREZ, M. (1970). «Grabados rupestres de Santo Domingo (Garafía, La Palma)». Revista de Historia Canaria, núm. 33, pp. 99-106.

HERNÁNDEZ PÉREZ, M. (1972). «Contribución a la Carta Arqueológica de la Isla de La Palma (Canarias)». Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 18, Madrid-Las Palmas de Gran Canaria, pp. 537-641.

HERNÁNDEZ PÉREZ, M. (1977). La Palma prehispánica. Las Palmas de Gran Canaria.

HERRERA GARCÍA, F. J. y PAIS PAIS, F. J. (2014). «Los petroglifos del Lomo de La Fajana (El Paso): una estación rupestre única en la prehistoria de La Palma». Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palm., núm. 6, Santa Cruz de La Palma, pp. 267-293.

JIMÉNEZ DE CISNEROS, A. (1923). «Contribución al estudio de las antigüedades guanches». Ibérica, núm 20. Madrid, pp. 28-30.

MARTÍN RODRÍGUEZ, E. (1998). «La Zarza: entre el cielo y la tierra». Madrid.

MARTÍN RODRÍGUEZ, E.; NAVARRO MEDEROS, J. y PAIS PAIS, J. (1990). «El Corpus de Grabados Rupestres de La Palma como base para la interpretación y conservación de estos yacimientos». En Investigaciones Arqueológicas en Canarias II. Santa Cruz de Tenerife, pp. 157-186.

PAIS PAIS, F. J. (1989). «El deterioro de los grabados rupestres de La Erita». Diario de Avisos, p. 10.

PAIS PAIS, F. J. (1991). «El estado de conservación de los yacimientos arqueológicos dentro del Parque y Preparque de la Caldera de Taburiente (Isla de La Palma)». En Tabona, núm. 8. La Laguna, pp. 179-198.

PAIS PAIS, F. J. (1996). La economía de producción en la prehistoria de la isla de La Palma: la ganadería. Santa Cruz de Tenerife.

PAIS PAIS, F. J. (2000). «El Patrimonio Arqueológico de La Palma como factor de desarrollo turístico». Protección y uso del territorio de La Palma. Santa Cruz de Tenerife, pp. 239-264.

PAIS PAIS, F. J. (2004). «Rehabilitación de conjuntos pastoriles reutilizados en los bordes de La Caldera de Taburiente». En Actas del VIII Simposio sobre Centros Históricos y Patrimonio Cultural de Canarias, celebrado en La Laguna, pp. 26-33.

PAIS PAIS, F. J. (2005). «La estación de grabados rupestres del Lomo de Tamarahoya en el contexto del cantón de Aridane». En Revista de Estudios Generales de la isla de La Palma, núm. 1. Madrid, pp. 373-410.

PAIS PAIS, J. y ACOSTA FELIPE, D. (1991). «Inventario Arqueológico del Parque y Preparque de la Caldera de Taburiente (Primera Campaña)». En Tabona, núm. 6. Santa Cruz de Tenerife, pp. 185-209.

PAIS PAIS, J. y HERRERA GARCÍA, F. (2007). «Los grabados de “El Cementerio” (El Paso. La Palma): el renacer de una estación rupestre». Revista de Estudios Generales de la isla de La Palma, núm. 3. Madrid, pp. 187-219.

Notas

[1] PAIS (2000), pp. 239-264.
[2] PAIS (1991), pp. 179-198.
[3] PAIS y ACOSTA (1991), pp. 185-209.
[4] PAIS (1996), pp. 413-415.
[5] PAIS y ACOSTA (1986), Inédito.
[6] PAIS (2005), pp. 373-410.
[7] PAIS (1991), pp. 179-198.
[8] HERRERA y PAIS (2014), pp. 275-290.
[9] PAIS y HERRERA (2007), pp. 187-219.
[10] HERNÁNDEZ PÉREZ (1977), p. 50.
[11] MARTÍN, NAVARRO y PAIS (1990), p. 174.
[12] HERNÁNDEZ BENÍTEZ (1995), pp. 99-104.
[13] HERNÁNDEZ PÉREZ (1972), p. 607.
[14] MARTÍN, NAVARRO y PAIS (1990), p. 175.
[15] JIMÉNEZ (1923), pp. 28-30.
[16] HERNÁNDEZ BENÍTEZ (1955), p. 99.
[17] MARTÍN, NAVARRO y PAIS (1990), p. 175.
[18] HERNÁNDEZ PÉREZ (1971), pp. 99-106.
[19] MARTÍN, NAVARRO y PAIS (1990), p. 176.
[20] MARTÍN RODRÍGUEZ (1998), pp. 92-93.
[21] PAIS (1988), p. 1.
[22] PAIS (2004), pp. 26-33.
[23] JIMÉMENZ (1923), pp. 28-30.
[24] PAIS (1989), p. 10.
[25] PAIS (1996), pp. 385-386.
[26] PAIS (1996), p. 271.
[27] PAIS (2004), pp. 26-33.

Notas de autor

* Cabildo Insular de La Palma. C/ San Telmo 26ª. El Paso (Isla de La Palma). España. Teléfono: +34 619141566; correo electrónico: jorgepaispais@gmail.com


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