Reseñas
Mijares Silvia. Los pájaros impensables de la filosofía. 2019. Monterrey. Secretaría de Cultura / Conarte / |
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Recepción: 14 Septiembre 2019
Mijares, Silvia (2019). Los pájaros impensables de la filosofía. Prólogo de Abraham Nuncio. Monterrey: Secretaría de Cultura / Conarte / uanl
Los pájaros impensables de la filosofía no es un libro más de Silvia Mijares; se trata de una recopilación de sus textos más entrañables acerca de la filosofía, el amor, la mujer, la escritura, la política, el arte, la educación, la ciudad, México y el mundo; algunos de estos materiales aparecen por vez primera en esta cuidada edición de 376 páginas. Mijares ha publicado antes Anatomía y fisiopatología del dolor (1962), La filosofía de Vasconcelos como filosofía latinoamericana (1974) y Fundamentos de la cocina nuevoleonesa (2009). Es coautora de El arte como problema (1979) y Desde el Cerro de la Silla. Artes y letras de Nuevo León (1992).
El libro se divide en ocho grandes apartados: “Prólogo” —de Abraham Nuncio—, “Obertura” —de la autora— más seis capítulos: “Los pájaros impensables de la filosofía” —que da título al libro—, “Justificación del arte”, “Escritoras en su mayoría”, “Mujeres del siglo xx”, “Educación y democracia” e “Idealismo versus materialismo”.
El prólogo de Nuncio brinda un marco conceptual sumamente útil para apreciar los escritos en cuestión: “La reflexión sobre el pensamiento y la palabra surca estas páginas escritas con talento y pasión por Silvia Mijares. Filósofa y ensayista, aborda temas diversos que abarcan el propio ejercicio filosófico en diferentes momentos y autores, la estética y el arte, de manera general, y de manera específica la literatura”; para Nuncio, “si hubiera que buscar un tema común al de las mujeres que aborda Mijares”, ese sería el de su condición.
En la obertura Silvia Mijares explica la obra y señala que, en su mayoría, los textos fueron elaborados para publicarse en revistas y suplementos culturales, o para ser leídos en coloquios y charlas: “estos trabajos, sin duda, cubrieron diversas etapas que se impusieron en el momento preciso. De allí proviene la diversidad de sus temas”. No obstante, leída y analizada la obra, en conjunto, da cuenta del desarrollo intelectual y estilístico de la autora a lo largo del tiempo, desde sus inicios hasta llegar a su madurez creativa.
Dentro del primer capítulo, en “Boceto de nuestro antiguo rostro” (Deslinde, 1992), Mijares empata el pensamiento griego con el pensamiento náhuatl; mientras que en “Senderos que no se bifurcan” (Deslinde, 1992), aborda las relaciones entre filosofía y poesía, a partir de la escritura de Jorge Luis Borges, y en “La bienaventurada María Zambrano” (Deslinde, 1991), profundiza en las relaciones entre filosofía, ciencia y arte. Por su parte, “Adolfo Sánchez Vázquez en su centenario” (2016) contiene una valoración de la poesía y los ensayos de dicho autor, en cuyo cierre Mijares pregunta al mismo Sánchez Vázquez: “¿Por qué el derrumbamiento del muro de Berlín arrojó a casi la totalidad de la humanidad en brazos del capitalismo más voraz?”. “Conocer es un sueño” (Deslinde, 1991) trata sobre el pensamiento filosófico de sor Juana Inés de la Cruz y culmina con esta expresión: “La Décima Musa, así lo entendemos ahora, guardó silencio cuando advirtió que sus límites eran simplemente humanos”. Otros ensayos del mismo capítulo son “Genialidad de Wittgenstein” (Deslinde, 1991), “Recordando a Montaigne” (c. 1982), “El oscuro mundo de Bataille” (Deslinde, 1988), “En el centenario de Albert Camus” (Armas y Letras, 2014) y “Los filósofos de la antigüedad y los pequeños filósofos de nuestro tiempo” (Deslinde, 1986).
“Justificación del arte” (Hojas de Cultura, 1977) da nombre al segundo capítulo; en él, la odontóloga y filósofa afirma que “en la obra de arte la posición ideológica del artista queda fuera de la estructura artística de la obra”. En “Arte y filosofía” (El arte como problema, 1979), la autora continúa con el planteamiento de ese grado de espiritualidad que permite a la persona humana “experimentar las vivencias estéticas”; concreta dicha vivencia en la obra de Saskia Juárez (Deslinde, 1997). En “Arte y literatura en tiempos finiseculares” (Cedart, 1996), vuelve sobre la duda de Jean Cocteau y otros tantos escritores acerca de la utilidad-inutilidad de las bellas artes; en “La claridad de Alfonso Reyes”, (Cedart, 1996) recuerda que Reyes es filósofo por su “amor creciente de saber”; en “Elogio de Luis Barragán” (Armas y Letras, 1996), Mijares requirió solo poco más de media cuartilla para describir el trabajo del arquitecto-creador. “Cuarta pared” (Deslinde, 1993) es una reseña del libro del querido fotógrafo Erick Estrada Bellmann. Por último, en “Libros de arte en Nuevo León” (El Porvenir, 1991), da cuenta de lo que hasta entonces se había publicado a nivel regional.
Como parte del tercer capítulo, “Escritoras en su mayoría” (Armas y Letras, 1963) contiene una reseña sobre El proceso, de Franz Kafka; en “Oswaldo Sánchez” (Escritores y periodistas, de Ricardo Covarrubias, 2010), la autora trae al presente el trabajo literario de este periodista regiomontano de principios del siglo xx, mientras que “Marguerite Duras” (Armas y Letras, 2015) implica un diálogo a dos voces “donde surgen preguntas que podrían trastocar la expresión”; en “Antonieta Rivas Mercado”, describe la personalidad de esta generosa mujer, amante de José Vasconcelos; “Una mujer llamada Antonieta” es un ensayo que continúa en la línea de hurgar respetuosamente en la personalidad de “la primera escritora moderna del país”, de acuerdo con Fabienne Bradu; en “Memorias de vida a través de muertes violentas” (Movimiento Actual, 1999), analiza la narrativa de Nellie Campobello. El resto de los materiales de este apartado se vincula con los trabajos de escritoras como Elena Garro, Carmen Villoro, Blanca Laura Kahua Uribe de Rocha, Jeannette Clariond y Angélica Tijerina.
El cuarto apartado se titula “Mujeres del siglo xx” (Renacimiento, 1986 y Deslinde, 1988), donde la autora aborda la moda en su más hondo significado. En “La condición femenina” (conferencia, 1976), Mijares señala que la mujer debe luchar “por su propia libertad”; en “Mujeres del siglo xx” (Aquí Vamos, 1972, 1982 y 1989), que da nombre al capítulo, analiza la actuación de mujeres como sor Juana y personajes como Nora, la de Ibsen, en Casa de muñecas; en “El amor a finales del segundo milenio” (conferencia,1989), afirma: “el amor es respeto y libertad”, y en “Una cuchara comestible” (1982), asevera que “la imaginación y la creatividad también intervienen de manera rotunda en el universo de cazuelas y comales”, y deja claro que “un pueblo bien alimentado podrá tener mayor fortaleza espiritual que un pueblo malnutrido”.
“Educación y democracia” es el quinto capítulo. Allí, en “Libertad o sometimiento” (El Volantín, c. 1982), a partir de un texto de Bertolt Brecht, Mijares diserta sobre el trabajo libre; “Ignacio Zaragoza” forma parte del cuarto tomo de Las calles de Monterrey, de Ricardo Covarrubias (2010); en “Centenario del natalicio de José Vasconcelos” (conferencia, 1982), da cuenta del fracaso político del filósofo mexicano; por su parte, “A cincuenta años de mi graduación” (2017) es un bello texto que evoca la influencia intelectual, ideológica y estética de maestros como Federico Uribe, Agustín Basave Fernández del Valle, Alfonso Rangel Guerra, Hugo Padilla, Arturo Cantú, Roberto Caso Brecht, Wonfilio Trejo, Gonzalo Hernández de Alba, Luis Astey, Jorge Rangel Guerra, Bernardino Oliveros, Irmgard Lüedecke y Juan Antonio Ayala, más los recuerdos de sus compañeros de generación en la Facultad de Filosofía de la uanl, como Juan Ángel Sánchez Palacios, Erick Watts Guadiana, Mario Aguilera Mejía, María Isabel León Treviño, Ramiro Luis Guerra, Roberto Chapa Garza y José María Palos de la Torre; asimismo, el escrito trae al presente clases, lecturas y luchas por la autonomía universitaria. Para cerrar el capítulo, en “El origen de una escuela en cuatro pasos” (Hojas de Cultura, 1976 y Entorno Universitario, 2014), la autora narra el arranque de la Preparatoria 16 de la uanl, donde había que quedar claro lo importante del ser, más que del tener, a partir del ejemplo del culto don Alfredo Gracia Vicente. Conviene recordar que Silvia Mijares fue fundadora de esta escuela y su directora durante seis años y medio.
Finalmente, el sexto capítulo de Los pájaros impensable de la filosofía, sugestivo y poético nombre del libro de Mijares, se titula “Idealismo versus materialismo”, donde la autora aglutina desde textos que provienen de su etapa estudiantil hasta otros de reciente factura. Así, incluye “Hegel como envés, Marx como revés” (Facultad de Filosofía y Letras, 1967), en el cual establece que “los artistas tienen que crear la armonía artística con los motivos desarmónicos del medio social que los circunda”; “Crisis de los supuestos teóricos fundamentales del pensamiento histórico” (Escuela Normal Superior, 1962), que se desarrolla en la misma línea de un marxismo clásico; “Sobre la plusvalía” (Trabajo y Cultura, 1967), y “Ética, moral, dignidad humana”, donde califica a la moral como “otra forma de la superestructura ideológica”, la que cumple una función social (Stuanl, 1971).
Un índice onomástico facilita la localización de los materiales. La coordinación editorial fue de Miguel Durán, y el diseño editorial, de Carlos González. Cuidó de la edición Miguel Covarrubias, quien además tradujo el texto de Yves Cattin. La portada es de Rosana Covarrubias Mijares; la contraportada y los retratos interiores, de Sergio Villarreal. Se trata, sin duda, de un paciente trabajo antológico, con la introducción de nuevos textos a los que el lector puede acercarse por primera vez.