MONOGRÁFICO I
Recepción: 12 Abril 2019
Aprobación: 13 Mayo 2019
DOI: https://doi.org/10.12795/araucaria.2019.i42.16
Resumen: Suponemos que un texto impreso goza de estabilidad. Sin embargo, esto no es así. En el caso de la Democraciaen América, el paso del manuscrito a la impresión introdujo ya errores, y las sucesivas ediciones, otros nuevos. Algunas de estas erratas se han perpetuado en las ediciones más conocidas y traducidas. La identificación de estos errores ayuda a restituir el texto original y a comprender mejor la obra.
Palabras clave: Tocqueville, Democraciaen América, edición y traducción de textos clásicos.
Abstract: We suppose printed texts to be stable. This is not true. In Democracy in America’s case, the move from manuscript to print already introduced some errors. Reprints of the book produced new ones. Some of these errors have persisted in the best known and most frequently translated, editions. Identifying the errors reconstructs the original text and helps to better understand the book.
Keywords: Tocqueville, Democracy in America, editing and translating of classical texts.
Lo decía Platón en el Fedro, los libros, como la pintura son obras que parecen vivas pero están muertas. Estúpidamente, se repiten hasta el infinito[2].
Por ejemplo: “Parmi les objets nouveaux qui, pendant mon séjour aux États-Unis, ont attiré mon attention, aucun n’a plus vivement frappé mes regards que l’égalité des conditions. Je découvris sans peine…[3]”
Sin embargo, los textos son bastante menos estáticos de lo que se pueda pensar, especialmente en un autor como Alexis de Tocqueville.
Los lectores que acuden a las ediciones habituales de La democracia generalmente ignoran que el texto que leen no es exactamente idéntico al publicado en 1835 y 1840.
Después de haber redactado una primera versión de su obra en el llamado “manuscrito de trabajo”, Tocqueville decidió presentar su libro ante el jurado de su familia y amigos. Gustave de Beaumont y Louis de Kergorlay habían jugado un papel importante en el trabajo de redacción, pero Tocqueville quería ofrecer entonces a su escrutinio la versión final antes de entregarla al editor.
Encargó, pues, una copia del manuscrito. Esa copia ha desaparecido y únicamente quedan algunos jirones de texto copiados en hojas que Tocqueville utilizó después para otros menesteres. De su lectura resulta evidente que el copista encontró grandes dificultades a la hora de descifrar la letra cuneiforme[4] del escritor. Algunas notas entre los manuscritos indican que Tocqueville hubo de leerle al menos varios capítulos. Es evidente que el autor de la copia introdujo en ese momento en el texto algunos errores, que se han ido perpetuando.
Sea como fuere, en esa copia hoy perdida, Tocqueville escribió al lado de algunos fragmentos preguntas para los lectores y sus dudas sobre algunas partes que le parecían poco felizmente acabadas. Salvo esos comentarios, la copia da la impresión de haber sido muy parecida a la versión final del manuscrito de trabajo, que se conserva en la Universidad de Yale[5]. Sabemos esto porque los primeros críticos de la Democracia copiaron muchas veces, antes de sus críticas, los fragmentos a los que se referían. Así, es posible conocer las diferencias entre un texto y otro.
Pocas son las observaciones de Kergorlay que han sobrevivido, apenas unos retazos que corresponden a la introducción, pero parece ser el que más estima reciba de Tocqueville. Casi idéntico crédito concede a Gustave de Beaumont. Tras las decisiones de los amigos, surgen las palabras de su hermano Édouard y, finalmente, las críticas de su padre Hervé, si bien es cierto que las de este último tienden a ser más estilísticas y gramaticales que las de los otros lectores.
Carecemos del texto final enviado al editor, pero sin duda, el proceso de impresión debió introducir también algún error.
Si se comparan las ediciones de 1835, 1838, 1840, 1848 y 1850, que son las principales y más reproducidas y traducidas y que fueron revisadas por el autor, se constata la corrección de algunos errores y la inclusión de otros nuevos.
Así, existen errores en el texto que son del propio Tocqueville y gazapos que introdujeron el copista y el proceso de edición, sin que sea posible determinar una diferencia, así como errores que se introducen en ediciones posteriores.
Muchas de estas discrepancias entre las distintas ediciones son meramente estilísticas. Otras se deben a errores del propio Tocqueville, pero no faltan las ocasiones en las que las equivocaciones de la imprenta cambian el sentido de las ideas del autor.
Tocqueville afirma: “Les pays aristocratiques sont remplis de particuliers riches et influents qui savent se suffire à eux-mêmes, et qu’on n’opprime pas aisément ni en secret.[6]”
Pero en muchas ediciones se lee justo lo contrario: “Les pays aristocratiques sont remplis de particuliers riches et influents qui ne savent se suffire à eux- mêmes, et qu’on n’opprime pas aisément ni en secret.”
Cuando habla de los hechos que pueden ser objeto de dramatización en el teatro, habla de la ausencia de “catástrofes públicas[7]”, no de “catástrofes políticas”, como se afirma.
Y cuando explica las relaciones entre los americanos entre sí nunca ha dicho que no existiera entre ellos “intimidad”, sino que no existía entre ellos “enemistad[8]”.
De la misma manera, establece que existe un vínculo secreto entre igualdad y revolución y no lo contrario como aseveran algunas versions[9].
Cerca del final de su obra reflexiona que “tous ceux qui, dans les siècles où nous entrons, essaieront d’appuyer la liberté sur le privilege[10]”, no como establecen otros textos, “l’autorité sur le privilège”.
Todos estos errores y otros muchos están documentados más adelante.
También se da el caso de ediciones en las que faltan algunos párrafos, que parecen haber sido censurados por su carácter crítico.
En la conocida edición del Fondo de Cultura Económica falta, por ejemplo, el siguiente texto:
Mais, pendant longtemps encore, l’état peu avancé de la civilisation, la corruption des moeurs et la misère, empêcheront le Mexique de prendre un rang élevé parmi les nations[11].
Tampoco aparece esta reflexión poco amable con América del Sur:
Il n’y a cependant pas sur la terre de nations plus misérables que celles de l’Amérique du Sud.
Ainsi, non seulement les causes physiques ne peuvent amener des résultats analogues chez les Américains du Sud et ceux du Nord, mais ells ne sauraient même produire chez les premiers quelque chose qui ne fût pas inférieur à ce qu’on voit en Europe, où elles agissent en sens contraire[12].
Con el fin de resolver las dudas sobre los textos y de ayudar a resolver algunas de las incongruencias que los estudiosos han hallado en la obra, se presentan a continuación unas tablas con los errores de distinto tipo que como editor he hallado al cotejar las ediciones citadas con los manuscritos de Tocqueville.
Las páginas hacen referencia a mi propia edición, donde estos errores han sido subsanados. Los números de página y de línea son idénticos en la edición bilingüe de cuatro volúmenes y en la edición solo en inglés y en dos volúmenes. Ambas publicadas en Indianápolis por Liberty Fund. Esos números de página se encuentran también, entre corchetes, en la edición española publicada en Madrid por Trotta. En esta última edición no coinciden, sin embargo, los números de las líneas.
Referencias bibliográficas
José Ortega y Gasset, “Comentario al Baquete de Platón”, en Obras completas, Madrid, Alianza Editorial, 1983, IX.
Platón, Fedro.
Alexis de Tocqueville, La democracia en América, Méjico, Fondo de Cultura Económica, 2005.
Alexis de Tocqueville, Democracy in America, French and English bilingual edition edited by Eduardo Nolla, translated by James T. Schleifer, Indianápolis, Liberty Fund, 2010. 4 v.
Alexis de Tocqueville, Democracy in America, edited by Eduardo Nolla, translated by James T. Schleifer, Indianápolis, Liberty Fund, 2012. 2v
Alexis de Tocqueville, La democracia en América, edición crítica y traducción de Eduardo Nolla, Madrid, Trotta, 2010 y 2018.
Notas
Notas de autor