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Reconocimiento, medición contable y presentación en los estados financieros del capital intelectual
Aminta De La Hoz Suárez; Yanine Revilla Nava; Betty De La Hoz Suárez
Aminta De La Hoz Suárez; Yanine Revilla Nava; Betty De La Hoz Suárez
Reconocimiento, medición contable y presentación en los estados financieros del capital intelectual
Recognition, accounting measurement and presentation in the financial statements of intellectual capital
Revista Venezolana de Gerencia, vol. 22, núm. 79, pp. 449-466, 2017
Universidad del Zulia
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Resumen: Para el desarrollo de todo negocio, es fundamental el capital intelectual a efecto de direccionar el rumbo de la operatividad. Sin embargo, surge la duda sobre qué abarca este tipo de capital y si el mismo produce valor a la empresa. Por esta razón, el propósito es analizar el capital intelectual según los criterios de Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Se trató de una investigación analítica, de campo, con diseño no experimental de fuente mixta. La población estuvo conformada por una ferretería considerada gran entidad y la única del Municipio Maracaibo que comercializa artículos ferreteros más no de construcción, siendo un caso de estudio. La investigación estuvo sustentada en la revisión teórica de la NIC-38 (2004), y de los criterios de autores como Edvinsson y Malone (2002), Nevado y López (2002, 2007 y 2013). Se observó que el capital intelectual no se tipifica dentro de los activos intangibles por no adquirirse ni desarrollarse. En este sentido, se concluye que el capital intelectual de la empresa no se reconoce contablemente, siendo impracticable su medición por su imponderabilidad e inalienabilidad, por ende, no hay nada que revelar en los estados financieros.

Palabras clave:capital intelectualcapital intelectual, activo intangible activo intangible, reconocimiento contable reconocimiento contable, medición medición, revelación en los estados financieros revelación en los estados financieros.

Abstract: For the development of any business, intellectual capital is fundamental in order to direct the direction of the operation. However, the question arises as to what this type of capital encompasses and whe ther it produces value for the company. For this reason, the purpose is to analyze intellectual capital according to the criteria of International Financial Reporting Standards (IFRS). It was an analytical, field research, with non-experimental mixed-source design. The population was made up of a hardware store considered to be a large entity and the on lyone in Maracaibo Municipality, that sells hardware items but not construction ones, being a case of study. Theres earch was based on the theoretical revision of IAS-38 (2004), and the criteria of authors such as Edvinsson and Malone (2002), Nevado and López (2002, 2007 and 2013). It was observed that intellectual capital is not typi fied with in intangible assets because it is not acquired or developed. In this sense, it is concluded that the intellectual capital of the company is not recognized by accounting, its measurement being impracticable duet its imponderability and inalienability; therefore, there is nothing to reveal in the financial statements.

Keywords: intellectual capital, intangible asset, accounting recognition, measurement, disclosure in financial statements.

Carátula del artículo

TRIMESTRE

Reconocimiento, medición contable y presentación en los estados financieros del capital intelectual

Recognition, accounting measurement and presentation in the financial statements of intellectual capital

Aminta De La Hoz Suárez*
Universidad Rafael Belloso Chacín, Venezuela
Yanine Revilla Nava**
Universidad Rafael Belloso Chacín, Venezuela
Betty De La Hoz Suárez***
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Venezuela
Revista Venezolana de Gerencia, vol. 22, núm. 79, pp. 449-466, 2017
Universidad del Zulia

Recepción: 22 Febrero 2017

Aprobación: 15 Junio 2017

1. Introducción

La revolución de la información y sus estrategias de comunicación por vía satélite e inalámbrica, así como las tecnologías de la computación han cambiado las reglas de los mercados nacionales e internacionales traspasando las barreras políticas dentro y entre las compañías, permitiendo que pequeñas, medianas y grandes entidades, documenten las normativas para su operatividad. Las necesidades del mercado, hace que se creen industrias totalmente nuevas, reinventen el funcionamiento de una industria ya existente y establezcan la norma mundial de negocios de facto para una industria en desarrollo.

Las compañías se centran en alcanzar y mantener las ventajas competitivas o el efecto diferenciador de ellas con respecto al resto de las empresas con quien compiten en su mercado interno o externo. Considerando lo anterior, los empresarios diseñan y aplican estrategias fundamentadas en la conjugación del capital intelectual, conocido como la trilogía compuesta por el recurso humano, el capital de la economía de mercado o relacional y por último el capital estructural u organizacional. Sin embargo, en ocasiones han encausado erróneamente sus energías intelectuales, financieras y alianzas estratégicas en la construcción de fortalezas competitivas impracticables.

A la vez, las empresas desean innovar continuamente como mecanismo para mantenerse a la cabeza de los negocios en sus respectivas áreas, considerando los factores externos que le impactan, pero actuando en favor de la entidad económica por medio del desarrollo del capital intelectual. En este sentido, las innovaciones constantes se han vuelto una necesidad competitiva.

Desde esa perspectiva, el capital intelectual es fundamental para el desarrollo de todo negocio, sin embargo, siendo importante conocer qué abarca este tipo de capital y si el mismo produce valor a la empresa. La disyuntiva se presenta en el sentido que toda organización desea generar constantemente beneficios económicos, pero es nula esta idea si los componentes del capital intelectual no se interrelacionan. Siendo que las últimas tendencias lo han reconocido, es importante abordar la temática desde el punto de vista contable por la razón que los empresarios desean que en sus estados financieros reflejen todos los elementos cuantificables que les permita proyectar su empresa y atraer inversionistas.

Bajo esta perspectiva, ¿es cuantificable monetariamente el capital intelectual que permita a su vez relacionarlo con un rubro o elemento de los estados financieros? El planteamiento es abordable por los intereses empresariales envueltos, concretado en mantener los negocios activos para generar beneficios económicos y valor empresarial que proyecte la empresa en mercados locales, nacionales e internacionales y a la vez les permita atraer clientes y proveedores potenciales.

Ante esto, se presume que hay un valor potencial oculto en las empresas, es decir; el capital intelectual de las empresas, siendo explotado o no (en el mejor sentido de la palabra). Los esfuerzos apuntan a descubrir nuevas fuentes de valor que produzcan beneficios para las empresas, sin embargo, no hay que dejar de lado la perspectiva contable, la cual parte del reconocimiento del elemento, en este caso del capital intelectual, posteriormente, la medición monetaria para finalmente registrar el evento y revelarlo en los estados financieros, considerando la practicabilidad o no de las Normas Internacionales de Información Financiera en lo referente al reconocimiento, valoración y revelación del capital intelectual en conjunto en los estados contables.

Con base a lo descrito anteriormente, la investigación se desarrolló considerando el marco epistemológico y teórico referencial implicado. Desde el punto de vista epistemológico, la naturaleza del estudio es dialéctica-sistémica puesto que el conocimiento que se pretende generar resulta de la dialéctica entre el investigador y el objeto de estudio, donde se considera los intereses del sujeto investigador orientado a reconocer, medir y revelar el capital intelectual disponible en la empresa observada, para brindar apoyo a la operatividad del negocio con la intención de generar beneficios económicos. Por otra parte, con respecto al marco referencial se expone lo que se ha hecho hasta el momento para esclarecer el fenómeno objeto de la investigación.

El tipo de investigación es analítica, orientado hacia el diseño de fuente mixta, abordándose el fenómeno mediante la combinación de datos proporcionados por fuentes materiales y de documentos. Para recopilar la información se utilizó la técnica de la encuesta, diseñándose como instrumento de recolección de datos el cuestionario de preguntas cerradas bajo la escala tipo Likert, para esto, el desarrollo del marco teórico referencial constituyó la base para la elaboración del instrumento validado por juicio de expertos y aplicado a los sujetos informantes del área de contabilidad, compras, tesorería y capital humano de la entidad estudiada.

La presente investigación se aborda desde la perspectiva de las empresas del sector ferretero del Municipio Maracaibo, Estado Zulia-Venezuela, consideradas grandes entidades según las características establecidas por el marco referencial de la Normas Internacionales de Información Financiera. Además, se tomó como segundo criterio importante, estudiar las entidades que comercializan productos ferreteros al mayoreo y detal, mas no materiales de construcción.

Según información de la Cámara Ferretera del Estado Zulia (2015), señala que Ferretería Arci es la única que comercializa al mayor y detal productos ferreteros, excluyendo los materiales de construcción en el municipio Maracaibo, posicionándose como proveedor en el mercado. Con esta orientación, se precisa que a efecto del presente estudio la población posee características finitas y accesibles en su totalidad. Por tal razón, se procede al desarrollo de un censo poblacional, como aquella parte representativa de una población utilizada en la presente investigación.

Finalmente, luego de la aplicación del instrumento a los sujetos clave, se presentan los resultados captados por lo cual se tabulan, empleándose la estadística descriptiva que permitió analizar e interpretar en referencia a lo apreciado por las respuestas de los sujetos informantes, generando así conclusiones pertinentes.

2. Capital intelectual: reconocimiento, medición y presentación como activo intangible según contabilidad internacional

Los referentes teóricos que a continuación se abordan están referidos al capital intelectual y los componentes del mismo bajo las percepciones del siglo XX y de inicios del siglo XXI. Por otra parte, se deja asentado la normativa contable internacional (NIC-NIIF) en materia de activos intangibles para desarrollar la pertinencia o no de la misma a la materialización del bien inmaterial (capital intelectual), su reconocimiento, valoración o medición y su presentación correspondiente en los estados financieros.

Para Roos, Pike y Fernstrom (2005), el capital Intelectual siempre ha estado presente desde el momento en que el primer vendedor estableció una buena relación con el cliente. La dinámica del negocio ha planteado el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación generándose nuevas herramientas a través del beneficio no tangibles con los cuales se ha edificado una economía global.

Por su parte, Castillo, Velandia, Hernández y Archibold (2017), reconocen el capital intelectual como un elemento esencial para el desarrollo de procesos diferenciadores, tendientes hacia la consecución de una posición competitiva, destacándose la dimensión humana, estructural y procedimental como los elementos que integran el capital intelectual de una empresa.

Otra perspectiva distinta es la enunciada por Nevado y López (2002) quienes lo definen como el conjunto de activos de la empresa no reflejados en los estados contables y a pesar de ello generan o generarán valor para la misma en el futuro, como consecuencia de aspectos relacionados con el capital humano y con otros estructurales como, la capacidad de innovación, las relaciones con los clientes, la calidad de los procesos, productos y servicios, el capital cultural y comunicacional, dando lugar a la generación de beneficios futuros.

En este mismo sentido, Batista, Melián y Sánchez (2002) lo asocian con la combinación de activos inmateriales o intangibles, incluyéndose el conocimiento del personal, la capacidad para aprender y adaptarse, las relaciones con los clientes y los proveedores, las marcas, los nombres de los productos, los procesos internos y la capacidad de Investigación + Desarrollo, entre otros. Estos no aparecen reflejados en los estados contables tradicionales, sin embargo, generan valor a futuro, siendo el sustento de una ventaja competitiva sostenida.

Las percepciones enunciadas anteriormente, revelan disparidad en la apreciación del término capital intelectual, observándose que el centro de algunos autores es la expresión en términos de conocimiento, inteligencia, habilidades, actitudes y aptitudes de carácter humano, sin embargo, percepciones más actuales como las de Nevado y López (2002), Batista et al, (2002) revelan una percepción más compleja donde interviene no solo la inteligencia, conocimiento, experiencia del ser humano sino otros elementos reconocidos como elementos del mercado o relacional y la filosofía corporativa de la organización.

Considerando las posiciones de Nevado y López (2002), Batista et al, (2002), el capital intelectual es una combinación e interacción directa entre el capital humano, el capital estructural y el capital relacional. Ellos se conjugan para dar respuesta a la misión del gerente de descubrir y describir estas fuentes potenciales, sean estos recursos humanos, procesos de fabricación, tecnología existente, los elementos del mercado (clientes-proveedores) y la filosofía. Ante esta perspectiva se categoriza el capital intelectual por:

a) el capital humano, referido a las capacidades individuales, conocimientos, destrezas y experiencia de los empleados y directivos de la organización. Riesco (2006) considera que dichos recursos pueden ser competencias (conocimientos, aptitudes, habilidades y know how), actitud (motivación y capacidad de liderazgo) y agilidad intelectual (capacidad de innovación e iniciativa empresarial, adaptación y de creación de sinergias, entre otras).

Por otra parte, Chang y Hsieh (2011) mencionan que el capital humano dentro de las organizaciones es el conductor principal de creación de valor para la organización, es decir; generador de valor y fuente potencial de innovación para la empresa. Lo consideran como el centro desde donde parten las ideas que se pueden plantear y desarrollar en la organización para su provecho.

b) el capital estructural, desde la perspectiva de Edvinsson y Malone (2002), está compuesto por el capital organizacional (estructura que sostiene el capital humano: procesos de trabajo, técnicas, métodos, sistemas informáticos y de comunicación, bases de datos, entre otros), el capital de innovación (derechos comerciales protegidos, propiedad intelectual y otros activos intangibles y talentos usados para crear y llevar rápidamente al mercado nuevos productos y servicios), y el capital proceso (procesos de trabajo, normas, técnicas de calidad y programas que fortalecen la eficiencia de la manufactura o la prestación de servicios).

En este mismo orden de ideas, Castillo et al, (2017), indican que parte del capital intelectual está caracterizado por la porción estructural; es decir, los sistemas formales que garantizan la transmisión del conocimiento mediante la aplicación de alianzas estratégicas con grupos de interés. Bajo esta percepción, es un componente que requiere identificarse para determinar la medición de las capacidades distintivas que ostentan las organizaciones para generar valor a partir del conocimiento, la tecnología, los procesos internos, las rutinas organizacionales, entre otras cosas, siendo un elemento necesario a identificar y relacionar según las propuestas de los autores consultados.

Bajo esa percepción, la tecnología juega un papel importante como creadora de valor, y es por ello que actualmente se invierten sumas de dinero en equipamiento informático, software y desarrollo de sistemas. Este tipo de activos son contabilizados y depreciados en el tiempo, considerando la normativa contable internacional en materia de intangibles (tecnologías blandas) y en activos tangibles (tecnologías duras).

c) el capital relacional, llamado capital externo o capital clientela, se refiere a la valoración de las relaciones con los clientes. Este tipo de activo intangible es el que se contabiliza comúnmente, puesto que allí se encuentran las marcas de fábrica, los nombres de la compañía, la acumulación de pedidos, los canales de distribución, los acuerdos de licencias, los contratos favorables, las franquicias, entre otros.

Bermejol y López (2014), lo ven desde otra perspectiva, como la percepción de valor que tienen los clientes cuando hacen negocios con sus proveedores de bienes y servicios. Por otra parte, Roos et al, (2005), lo divide en: activos de mercado (potencial derivado de bienes inmateriales que guardan relación con el mercado); activos de propiedad intelectual (como el Know how, secretos de fabricación, derechos de autor, patentes, derechos de diseño, marcas de fábrica y servicios); activos humanos (calificaciones de sus conocimientos, habilidades y actitudes); y activos de infraestructura (incluyen tecnologías, metodologías y procesos).

Sin embargo, es de notar las apreciaciones más recientes aportadas por López y Nevado (2013), quienes indican que este capital relacional se puede involucrar directamente con la primera categorización o componentes del capital humano, donde no sólo se incluyen personas, procesos, actividades de I+D sino el elemento relacional. Ante esta apreciación, el modelo de capital intelectual planteado por estos autores, se centran en la suma de factores o componentes del capital humano, capital estructural y el más reciente: capital no explicitado referenciado como especulativo. Por su parte, Viloria, Nevado y López (2008) mencionan que el capital no explicitado puede ser positivo o negativo puesto que su variabilidad depende de la especulación, interviniendo indicadores absolutos o relativos que pudiesen determinar la eficiencia en la interacción de los componentes del capital intelectual. .

En términos generales, se asume lo planteado por Nevado y López (2007) y López y Nevado (2013), quienes consideran que el capital intelectual está compuesto por: capital humano, capital estructural (capital de procesos internos, capital comercial y capital comunicacional), y capital relacional, sin dejar de considerar la especulación mediante el reconocimiento del capital no explicitado.

A continuación, se muestra en el cuadro 1 los componentes del capital intelectual, así como de manera gráfica la Integración del capital Intelectual en referencia a la generación de valor empresarial, y por otra parte, el capital no explicitado o especulativo ante los componentes del capital intelectual. Esto se muestra en las gráficas 1 y 2.

El cuadro 1 muestra la composición de cada uno de los elementos del capital intelectual, destacándose que en primer orden se reconoce el conjunto de actitudes y aptitudes que posee el capital humano de la empresa, logrando así gestionar las personas desde diferentes tipos o grados de mando. En este mismo sentido, se parte de la cultura organizacional para soportar el conjunto de actividades y propuestas enmarcadas en el capital de carácter estructural.

Cuadro 1
Componentes del capital intelectual

Elaboración propia con base al criterio de Nevado y López (2007) y López y Nevado (2013)

Seguidamente, el capital relacional como elemento fundamental para poder diseñar, proponer, negociar y aplicar alianzas estratégicas entre los actores principales de la sociedad empresarial activa. Finalmente, todo esto se conjuga ante las especulaciones que de cierta manera inciden en el entorno donde operan las organizaciones, denominado como capital no explicitado.

Es evidente la fuerza que ha tomado este activo, visto como la fuente generadora de valor más importante para una empresa, por ser el factor que la diferencia de otras compañías, el que busca elevar la calidad del producto o servicio, tratando de abarcar la mayor cantidad de clientes y permanecer en el mercado, anticipándose a las expectativas, necesidades y demandas. Sin embargo, es necesario abordar los aspectos contables desde el punto de vista de su normativa internacional para apreciar su posibilidad cercana, lejana o impracticable de asignación monetaria del capital oculto o intelectual para su respectiva presentación en los estados financieros.


Gráfico 1
Integración del Capital Intelectual y la generación de valor
elaboración propia con base al criterio de Edvinsson y Malone (2002) Y Nevado y López (2007)

En referencia a lo anterior, el cuerpo de normas internacionales de contabilidad, en su Marco Conceptual (1989) define el elemento activo como todo recurso controlado por la empresa como resultado de sucesos pasados; y del que la empresa espera obtener, en el futuro, beneficios económicos. Bajo esta perspectiva, se presenta a continuación lo planteados por autores especialistas en materia contable y lo aportado por las NIC sobre el elemento activo en su rubro intangible.


Gráfico 2
Capital no Explicitado o Especulativo ante los componentes del capital intelectual
elaboración propia con base al criterio de López y Nevado (2013)

Según Johanson (1999), un activo intangible es un activo identificable que carece de sustancia física, éste debe reconocerse en el balance si es probable que fluyan a la empresa beneficios futuros que sean atribuibles al activo. Para satisfacer este criterio la empresa debería demostrar la forma esperada en que el activo intangible incrementará el flujo de entrada de beneficios, su habilidad e intención de utilizar el activo, la disponibilidad de adecuados recursos técnicos, financieros y otros, para generar beneficios, el costo del activo intangible debe poder medirse con facilidad.

El Instituto Mexicano de Contadores Públicos en su boletín C-8 de la Comisión de Principios de Contabilidad (2005), asocia a los intangibles con activos no circulantes que sin ser materiales o corpóreos son aprovechables en el negocio y que representan costos que se incurren o derechos o privilegios que se adquieren con la intención de que aporten beneficios específicos a las operaciones de la entidad económica durante períodos que se extienden más allá de aquel en que fueron incurridos.

El capital intelectual es relacionado con el activo intangible, por lo que la Norma Internacional No. 38 (NIC-38: 2004), define al intangible como un activo identificable, de carácter no monetario y sin apariencia física. La norma internacional contable establece que un activo satisface el criterio de identificabilidad en la definición de un activo intangible cuando: a) el activo es separable o susceptible de ser separado o dividido de la entidad y vendido, transferido, explotado, arrendado o intercambiado, bien individualmente junto con un contrato, un activo o un pasivo asociado; o (b) porque surge de un contrato o de otros derechos legales, sin considerar si tales derechos son transferibles o separables de la entidad o de otros derechos y obligaciones.

Con base a la definición del activo intangible, planteada por la NIC- 38 (2004), es conveniente abordar la clasificación del capital intelectual clasificado como activo intangible, apreciándose la identificabilidad y control que ejerce la entidad sobre el mismo. De igual manera, se reflejan los que provienen de una adquisición o que se generan internamente, agrupándose en visible u ocultos, el gráfico 3 lo muestra.

Tal como se aprecia en el gráfico 3, los activos intangibles se categorizan desde la perspectiva de activos intangibles visibles y de activos intangibles ocultos, siendo interesante resaltar que el capital intelectual forma parte de esos activos generados internamente como no identificables, no separables o no controlables, considerados como ocultos. Caso contrario se muestra con los intangibles visibles, que al generarse internamente, son perfectamente identificables, separables y controlados, como los gastos de investigación y desarrollo (I+D).

En términos concretos, la Norma Internacional de Contabilidad No. 38 (2004) lo define como un activo identificable cuando el activo: (a) es separable, es susceptible de ser separado o dividido de la entidad y vendido, transferido, explotado, arrendado o intercambiado, bien individualmente junto con un contrato, un activo o un pasivo asociado; o (b) surge de un contrato o de otros derechos legales, sin considerar si tales derechos son transferibles o separables de la entidad o de otros derechos y obligaciones, de carácter no monetario y sin apariencia física, que se posee para ser utilizado en la producción o suministro de bienes y servicios.


Gráfico 3
Clasificación de los activos intangibles
elaboración propia con base a Nevado y López (2002)

En referencia al reconocimiento del activo intangible, la normativa contable internacional menciona los criterios para su reconocimiento, por ejemplo, la NIC-38 (2004) establece que un activo intangible es reconocido solo si, era probable que los beneficios económicos futuros esperados atribuibles al activo fluyeran a la entidad, y su costo pudiera determinarse con fiabilidad. En este respecto, el criterio de reconocimiento basado en la probabilidad se considerará satisfecho en el caso de los activos intangibles que son adquiridos independientemente o en una combinación de negocios. Por otra parte, como criterio adicional, el valor razonable de este tipo de activos adquirido en una combinación de negocios puede normalmente ser medido con suficiente fiabilidad para ser reconocido independientemente de la plusvalía comprada.

Ahora, en el caso del capital intelectual, cuestionar si la empresa lo ha adquirido y de ser posible la suposición, si tiene control o dominio sobre él, es necesario e interesante puesto que es la primera acepción a considerar en todo este dilema contable. De lo contrario la normativa es clara al indicar que si no lo reconozco no lo puedo valorar o medir y por ende no hay nada que registrar monetariamente en la contabilidad para posteriormente revelarlo en los estados financieros.

Por otra parte, posterior al reconocimiento del activo intangible, se demostrará (identificabilidad, control del mismo cuando la entidad controla el activo siempre que tenga el poder de obtener los beneficios económicos futuros que procedan de los recursos que subyacen en el mismo, y además pueda restringir el acceso de terceras personas a tales beneficios, y por último la certeza de generación futura de beneficios económicos). En este sentido, si el costo del activo puede ser medido de forma fiable, se procede a aplicar algunos de los métodos de valoración.

La entidad evaluará la probabilidad de obtener beneficios económicos futuros utilizando hipótesis razonables y fundadas, que representen las mejores estimaciones de la gerencia respecto al conjunto de condiciones económicas que existirán durante la vida útil del activo. En este sentido, la entidad utilizará su juicio para evaluar el grado de certidumbre asociado al flujo de beneficios económicos futuros que sea atribuible a la utilización del activo, a partir de la evidencia disponible en el momento del reconocimiento inicial, otorgando un peso mayor a la evidencia procedente de fuentes externas. Según la NIC-38 (2004) un activo intangible se medirá inicialmente por su costo histórico y posterior a ello, se requiere comercializarlo se pactará entre las partes involucradas a través de la medición del valor razonable.

Sin embargo, ¿será posible medir dicho capital intelectual? De acuerdo a lo establecido por la normativa internacional, si se ha reconocido como activo intangible, se medirá a su costo histórico o inicial con el cual se planteó la transacción o negociación inicial, sin embargo, bajo esta perspectiva, el capital intelectual ¿se compró o negoció en un mercado particular? La respuesta es obvia, el capital intelectual no se compró monetariamente, por lo cual no se reconoce como un activo intangible.

Ante este argumento, ¿qué ocurre con aquellos activos que se generan internamente? La respuesta a este cuestionamiento debe estar soportada en las normas internacionales de contabilidad que permiten la unificación del lenguaje contable, donde se evidencia que no existen métodos “aceptados” por no estar estipulados en ese cuerpo de normas por la razón enmarcada en la inexistencia de fórmulas que sean aplicativas al contexto considerando el tipo de economía (de libre mercado o emergentes), las tecnologías de información y comunicación (TIC), entre otras premisas.

Sin embargo, pese a lo expresado anteriormente, es importante resaltar la existencia de sistemas para evaluar el capital intelectual, entre los que se encuentran: Navegador Skandia con 164 indicadores, el Balanced Scorecards para expresar a través de un informe el comportamiento del capital intelectual. Por otra parte, se encuentran las medidas centradas en los aspectos financieros como el Valor Económico Agregado (EVA), Retorno sobre la Inversión (ROI), entre otras. También están las mediciones referidas al cliente mediante el análisis de la rentabilidad por cliente y la participación en el mercado. El cuadro 2 comenta las premisas de algunos modelos cualitativos y cuantitativos para valorar el capital intelectual.

Cuadro 2
Modelos cuali-cuantitativos para valorar el Capital Intelectual

elaboración propia

Por último, con respecto a la revelación del activo intangible, el cuerpo de normas internacionales de contabilidad establece que se debe reconocer, medir y finalmente revelar la información de carácter cuantitativo y cualitativo en los estados financieros. En el caso de los activos intangibles (NIC 38: 2004), la entidad revelará información para cada una de las clases de activos intangibles, distinguiendo entre los activos que se hayan generado internamente y los adquiridos. Bajo este patrón, el capital intelectual no lo adquirió la entidad económica y tampoco lo generó internamente bajo las actividades de investigación y desarrollo, por lo tanto, no hay nada que revelar.

En este sentido, la información contable requiere abordar el reconocimiento en los estados contables de los intangibles generados internamente así como los métodos de medición de los activos, considerando en cada caso aplicativo las medidas financieras y, no financieras. Por ejemplo, ante esta aseveración, se muestra un caso hipotético de posibles indicadores que permitan medir el capital intelectual, enfocándose particularmente en un área de la organización, a saber; el departamento de distribución de producto y/o servicio. Ver cuadro 3.

Cuadro 3
Indicadores hipotéticos para medir el Capital intelectual

elaboración propia

3. Reconocimiento, medición y presentación en los estados financieros del capital intelectual de empresa del sector ferretero-Municipio Maracaibo

A continuación, se describen de manera objetiva los distintos resultados del estudio, ya caracterizado, los cuales fueron logrados mediante la aplicación del instrumento a la población de la empresa ferretería Arci, C.A, del municipio Maracaibo del estado Zulia, atendiendo a estructuración propuesta a lo largo de la investigación, para de esa manera aportar un adecuado análisis en su discusión. Destacándose que estos resultados se calcularon mediante la metodología de la frecuencia absoluta y relativa, permitiendo esto un posterior contraste o relación con los autores, para de esta manera llegar a conclusiones pertinentes.

Los resultados encontrados con respecto a los tipos de capital intelectual, la tabla 1 muestra las respuestas de los sujetos encuestados en la empresa observada, permitiendo de esta manera una descripción donde la misma, profundiza en el análisis de sus elementos basados en las teorías que sustentan a cada uno. Para posteriormente, indicar el beneficio conceptual de los resultados.

Tabla 1
Composición del Capital Intelectual

elaboración propia a partir de los resultados de las encuestas aplicadas

La tabla 1, muestra los resultados relacionados con la composición del capital intelectual en grandes empresas del sector ferretero del Estado Zulia, categorizada en este particular como un caso de estudio realizado a la empresa Ferretería Arci,C.A según los argumentos expuestos en la parte introductoria de este artículo. Se encontró que este negocio reconoce potencialmente que el capital humano enfocado en el conocimiento, destrezas y experiencias, son un conductor principal de creación de valor para la organización, permitiéndoles obtener beneficios en el futuro, siempre en un 80,95% y casi siempre en un 19,05%.

Por otra parte, según los resultados se considera en esta empresa objeto de estudio a los distintos procesos de trabajo, métodos, sistemas informáticos y de comunicación, como un componente del capital intelectual importante siempre en un 61,90% y casi siempre en un 9,52%. Por último, se encontró que no está claros en términos organizacionales el asociar al capital relacional o clientela con el capital intelectual casi nunca en un 9,52% y nunca en un 66,67%.

En relación a lo expuesto, la empresa del sector ferretero seleccionada como gran entidad del Estado Zulia, específicamente del Municipio Maracaibo, consideran el recurso humano como el centro desde donde parten las ideas que se pueden plantear y desarrollar en la organización para su provecho. Asimismo, la tecnología crea valor en al negocio, y es por ello que actualmente se invierten sumas de dinero en equipamiento informático, software y desarrollo de sistemas. Sin embargo, se subestiman las relaciones con los clientes y proveedores por no considerar este como un componente fundamental del capital intelectual.

Según lo planteado, los resultados encontrados con respecto a la composición del capital intelectual presentan similitud y diferencia con lo establecido por Nevado y López (2007) y López y Nevado (2013) quienes consideran que el capital intelectual está compuesto por el recurso humano, los procesos internos o capital estructural, tal como opinaron los encuestados. Por otra parte, los hallazgos se contrastan con los autores señalados, al establecer la necesidad de reconocer el capital no explicitado como incidente en las interacciones entre los actores que componen este capital intelectual, reconociendo la especulación como un aspecto incidente y notorio en términos negativos y en ocasiones positivamente.

Por otra parte, esta grande entidad del sector ferretero, ha realizado actividades de inversión para fortalecer su capital intelectual. El cuadro 4 esboza el detalle de las inversiones realizadas para robustecer el capital humano, estructural y el relacional, con el firme propósito de integrar de manera efectiva los componentes del mismo y la importancia de considerarlos todos en conjunto y no darle único peso al recurso humano.

Cuadro 4
Inversión para fortalecer el Capital intelectual del sector ferretero

elaboración propia a partir de los resultados de las encuestas aplicadas

En lo referido con el reconocimiento, medición contable y presentación en los estados financieros del capital intelectual en la empresa observada, se muestran los resultados en el cuadro 5, destacándose de manera detallada el comportamiento de cada uno de estos procesos partiendo de los diferentes tipos de activos intangibles que sustentan el capital intelectual de la organización abordada o en estudio.

Cuadro 5
Reconocimiento, medición contable y presentación en los estados financieros del capital intelectual

elaboración propia a partir de los resultados de las encuestas aplicadas

Como se resume en el cuadro anterior, todo inicia con el reconocimiento contable, de los activos considerados como intangibles de la empresa estudiada. En este sentido, se han reconocido algunos como los generados internamente siendo de naturaleza visible como los gastos de investigación y desarrollo, sin embargo, puntualizan los entrevistados que existen otros generados internamente, pero permanecen ocultos, pareciera no estar, pero inciden en la cotidianidad u operatividad del negocio, haciendo referencia a los componentes del capital intelectual. Por último, ellos no han adquirido activos de otra empresa como los fondos de comercio.

Según lo anterior, la falta del mismo, se sustenta en la ausencia de fiabilidad en los métodos de valoración para el capital intelectual, puesto que no existen, sobre todo al considerar si se tienen activos intangibles generados internamente en la empresa como la composición plena del capital intelectual, considerado como un activo oculto. Caso contrario a aquellos activos intangibles que se adquieren por lo cual la empresa tiene poder o control de los mismo, hay certeza de generar por medio de la explotación de los mismos beneficios económicos futuros, por lo cual se miden y contabilizan, formando parte de los estados financieros.

Ahora, ¿qué hacer con esos activos intangibles generados que parecieran no cumplir con las características propias para su reconocimiento? Ante esta situación, se mantiene la duda presente en el empresario, quien desea tener revelado en sus estados financieros todos los aspectos que intervienen en la operatividad del negocio como los componentes interactuantes, para reconocerse como capital intelectual, tal es el caso de la empresa observada.

Sin embargo, se sugiere construir un balance invisible (por no ser incluidos actualmente en los balances financieros de la empresa) que contemple el capital intelectual, conjugando los individuos, procedimientos y sistemas de la organización, siendo estos los activos que contribuyen a la generación de resultados futuros. Entre los aspectos que pueden considerar para su formulación están los activos intangibles no recogidos en las cuentas contables como el plan estratégico, su cultura organizacional, las relaciones, su imagen, tecnologías blandas, canales de comercialización, entre otros.

Estos activos intangibles no recogidos en las cuentas contables son identificados como goodwill como activos intangibles que reflejan las condiciones de un negocio de atención al cliente, la reputación y otros aspectos similares, siendo esto un efecto positivo caracterizado que puede generar beneficios futuros. Por el contrario, el badwill que muestra un efecto negativo, donde prevalece la disminución en los ingresos, pérdida de proveedores y clientes, disminución de la cuota de mercados, tal vez porque la empresa ha hecho algo que no está acorde con las buenas prácticas empresariales.

4. Consideraciones Finales

Luego de expresarse los resultados producto de la investigación, se presentan ciertas reflexiones derivadas de la relación y contrastación de las opiniones recabadas de los sujetos informantes con respecto a la problemática abordada y a su vez con los referentes teóricos consultados y descritos en este artículo. En este particular, se tiene que en la entidad económica del sector ferretero del Municipio Maracaibo, Estado Zulia-Venezuela, catalogada gran entidad, se reconoce que:

El capital intelectual ha sido concebido por algunos de ellos como el capital humano, tratando indistintamente este término, sin embargo, las tendencias actuales revelan que el capital intelectual está compuesto por tres elementos que interactúan entre sí, siendo estos el capital humano, el capital estructural u organizacional y el capital relacional o de mercado, sin dejar de lado el carácter especulativo presente en el entorno donde opera la empresa.

Los estados financieros de la empresa observada, no revela el capital intelectual dentro de los activos intangibles puesto que no se adquiere ni se desarrolla. Sin embargo, en la empresa se han generados alguno de estos activos siendo visibles potencialmente como los gastos de investigación y desarrollo, pudiendo ser considerados intangibles si es identificable como activo y como intangible, siendo que han sido controlado por la empresa.

Por otra parte, el personal adscrito a las área de contabilidad y tesorería, consideran que la NIC-38 prohíbe el reconocimiento de los activos intangibles generados internamente que no cumplan con las características de identificabilidad, control y certeza de generación de beneficios económicos, en este sentido, les inquieta no poder clasificar ciertas transacciones que abarquen parte de la composición del capital intelectual si no cumple todas las condiciones reveladas en la norma suscita para reconocer inicialmente el evento como activo y posteriormente ubicarlo como un intangible. Por ende, la empresa no valora monetariamente ciertos eventos por no reconocerse como activo intangible propios de la categorización de capital intelectual, por lo cual no se revelan en las notas a los estados financieros de la empresa.

En términos generales, la falta de reconocimiento contable se deriva del fallo de fiabilidad en los métodos de valoración para el capital intelectual, puesto que no existen. Se ha querido confundir valoración de empresa con la medición del activo intangible si se llegara a reconocer como tal el capital intelectual, confusión presente en los encuestados, sin embargo, se aclara que el valor de la empresa parte del descuento de flujos de caja dependiendo del futuro, en relación al nivel de explotación como de inversión en activos no corrientes y en capital de trabajo

Material suplementario
Referencias Bibliográficas
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Notas
Notas de autor
* Contador Público. Magíster en Gerencia de Empresas, Mención Operaciones. Docente-Investigadora adscrita a la Universidad del Zulia (Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (LUZ-FCES, Venezuela) y Corporación Universitaria de la Costa (Facultad de Ciencias Económicas (CUC-FACE, Colombia). Doctorante en Ciencias Gerenciales (Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE - Venezuela).
** Contador Público. Magíster en Gerencia de Empresas, Mención Finanzas. Docente-Investigadora adscrita a la Universidad del Zulia (Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (LUZ-FCES) y de la Universidad Rafael Urdaneta (URU). Doctorante en Ciencias Gerenciales (Universidad Rafael Belloso Chacín (URBE- Venezuela).
*** Contador Público. Magíster en Gerencia de Empresas, Mención Finanzas. Docente-Investigadora adscrita a la Universidad del Zulia (Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (LUZ-FCES – Venezuela).
Cuadro 1
Componentes del capital intelectual

Elaboración propia con base al criterio de Nevado y López (2007) y López y Nevado (2013)

Gráfico 1
Integración del Capital Intelectual y la generación de valor
elaboración propia con base al criterio de Edvinsson y Malone (2002) Y Nevado y López (2007)

Gráfico 2
Capital no Explicitado o Especulativo ante los componentes del capital intelectual
elaboración propia con base al criterio de López y Nevado (2013)

Gráfico 3
Clasificación de los activos intangibles
elaboración propia con base a Nevado y López (2002)
Cuadro 2
Modelos cuali-cuantitativos para valorar el Capital Intelectual

elaboración propia
Cuadro 3
Indicadores hipotéticos para medir el Capital intelectual

elaboración propia
Tabla 1
Composición del Capital Intelectual

elaboración propia a partir de los resultados de las encuestas aplicadas
Cuadro 4
Inversión para fortalecer el Capital intelectual del sector ferretero

elaboración propia a partir de los resultados de las encuestas aplicadas
Cuadro 5
Reconocimiento, medición contable y presentación en los estados financieros del capital intelectual

elaboración propia a partir de los resultados de las encuestas aplicadas
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