Reseñas
. DIÁLOGOS PARA UNA NUEVA ESCUELA EN CHILE: EL AUGE DE LA EDUCACIÓN. 2015. SANTIAGO DE CHILE. EDICIONES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE. 110 PPpp. |
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Una conversación académica fluida, amena, argumentada y propositiva es la que presentan el académico titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Miguel Nussbaum, junto con el profesor asociado de la misma institución, Pablo Chiuminatto, en el libro Diálogos para una nueva escuela en Chile: El auge de la Educación. El primer autor, desde la ingeniería, con una destacada trayectoria en temas educacionales, el segundo, desde las artes y la filosofía, convergen en una reflexión conjunta en torno a uno de los temas más relevantes para el país en la última década: La calidad del sistema educativo. Con base en un lenguaje claro y argumentado, construyen un diálogo en el que analizan y discuten las características del sistema educacional chileno y proponen nuevos cursos de acción orientados a su mejoramiento.
Para Nussbaum, una idea es clave para comprender las problemáticas asociadas a la calidad de la educación en Chile, es que el currículum debe reunir las condiciones necesarias para que cualquier niño chileno pueda apropiarse de él. “El currículum debe ser contextualizado según las necesidades locales para que los distintos actores, tanto profesores como alumnos, puedan anclarlo a su propia realidad” (22). El ingeniero propone también que se debe definir un “currículum esencial” que no contenga contenidos excesivos, como el que, a su juicio, actualmente existe, sino más bien uno que establezca un mínimo de habilidades y competencias para la vida cotidiana. Insiste en que sólo uno de cada tres niños en Chile aprende las habilidades básicas en el sistema escolar, lo que justifica la existencia del currículum propuesto, que daría respuesta a las necesidades de aprendizaje de los —estudiantes que no logran la adquisición de tales habilidades—. Aun cuando la propuesta de Nussbaum es clara, quedan algunas interrogantes abiertas en relación a lo que sucede con aquel alumno que actualmente logra adquirir las competencias mínimas, en un futuro escenario como el que el autor proyecta.
En el trascurrir del dinámico diálogo presentado en el libro, Chiuminatto destaca la necesidad de contar con una didáctica acorde con la integración de las disciplinas y la formación de personas que “aprendan con sentido”. Esto luego del diagnóstico conjunto de los autores de que la especialización del conocimiento no ha sido completamente beneficiosa para el desarrollo de los educandos: “El conocimiento experto departamentalizado está en la cabeza de nuestra sociedad pues ha sido muy efectivo para el desarrollo tecnológico, pero no necesariamente adecuado para el desarrollo de las personas” acota Nussbaum (32) Posteriormente, Pablo Chiuminatto agregará que “por mucho que una persona sepa Matemáticas y Física, tiene muy pocas posibilidades de ser creativo si no tiene un desarrollo equilibrado de sensibilidad” (100), complementando el argumento esgrimido.
En el devenir de los cinco capítulos que componen el libro, el diálogo entre Miguel Nussbaum y Pablo Chiuminatto es espontáneo. Ambos autores se potencian mutuamente en una construcción compartida de generación de conocimientos. Son críticos al analizar el sistema educativo chileno actual: “Nosotros, más allá de los contenidos, a través de la forma en que estamos enseñando, estamos creando un país de personas que no estiman a su sociedad. Este es el mayor daño que este sistema educacional está haciendo a nuestros ciudadanos” (37); pero propositivos en el momento de exponer sus ideas para que puedan ser debatidas. Sin embargo, Nussbaum es determinante al momento de señalar que una interrogante central que el país debe responder en relación a su sistema educativo sigue siendo cual es el camino que se debe seguir.
En el desarrollo de la conversación, las propuestas de los autores se enfocan hacia la convergencia. En primer lugar, aparece el ya mencionado “currículum esencial”, para luego exponer lo que denominan “El Auge de la Educación”, símil del plan de salud pública chilena que en años anteriores se diseñó para priorizar aquellas enfermedades de mayor demanda en el país. El diálogo propone alternativas prácticas, concretas y fundadas acerca de las posibilidades existentes para mejorar las habilidades creativas, el pensamiento crítico, la capacidad de análisis y el uso de las nuevas tecnologías de la información en beneficio del aprendizaje de niños y jóvenes en Chile.
Es inevitable que siendo el currículum la principal preocupación de Nussbaum y, a la vez, el elemento central de diagnóstico de la problemática educacional chilena actual, las propuestas se orienten pensando en él. Es así como los autores exponen planteamientos que manifiestan la importancia de que el nuevo “currículum esencial” posea entre sus características la integración de los diferentes actores educativos en su diseño, como también la especialización necesaria de los docentes en su implementación, principalmente desde las metodologías de enseñanza que estos últimos deberán aplicar bajo este nuevo currículum. Lo anterior, con el claro objetivo de que las comunidades locales estén mejor representadas (y respetadas), en términos de sus características socioculturales, en este diseño curricular que se propone: “Habría que llegar a un nuevo acuerdo cultural que integre ambos paradigmas, el disciplinar, por una parte, pero también uno más propio de las comunidades, y aspirar a un mayor equilibrio socio-cultural” (103), señala Chiuminatto. Sin embargo, los caminos curriculares y metodológicos no siempre gozan de completa certeza: “Mi temor es que perdure la atomización del conocimiento y que la cultura no eduque, que la ciencia no cree y que la educación no integre esta experiencia en una visión de mundo más completa” (103), apunta Chiuminatto. Es en este momento en el que Nussbaum se refiere a la necesidad de un nuevo pacto social donde toda la sociedad participe en la construcción de un nuevo currículum para superar tal contingencia.
Diálogos para una nueva escuela en Chile: El auge de la educación, es un libro que aporta elementos valiosos al debate en la encrucijada actual de la educación chilena. Quedan muchas interrogantes sin responder, no obstante, los autores logran realizar propuestas concretas que enriquecerán una reflexión pendiente y necesaria, considerando que la atención pública se ha concentrado en la gratuidad del sistema, más que en la gestión curricular.
Un elemento interesante relacionado con la reciente publicación, son los continuos cambios y recomposiciones que se han realizado al currículum en Chile en las últimas dos décadas, las que continúan manteniendo su carácter homogeneizador sin considerar de un modo relevante las condiciones del contexto social en las que este se implementa: Un territorio nacional diverso geográfica y culturalmente como lo es el chileno. En este sentido, las ideas que expresan los autores en sus diálogos son válidas de ser debatidas tanto en espacios académicos, sociales e institucionales, de modo de analizar por un lado su viabilidad, como también las ventajas que representaría su implementación para el desarrollo intelectual y socio afectivo de los niños y niñas en Chile.