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Las agendas pública, política y mediática en clave de desarrollo. Un modelo para su articulación en localidades cubanas
Yánder Castillo Salina
Yánder Castillo Salina
Las agendas pública, política y mediática en clave de desarrollo. Un modelo para su articulación en localidades cubanas
The public, political and media agendas in terms of development. A model for its articulation in Cuban localities
La Trama de la Comunicación, vol. 26, núm. 2, pp. 33-54, 2022
Universidad Nacional de Rosario
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Resumen: La importancia de la presente investigación radica en brindar elementos teóricos y empíricos para articular las agendas sociales y el desarrollo sociocultural comunitario desde una perspectiva crítica y transformadora, asentada en los medios de comunicación locales como principal esfera de la dialógica social. El análisis se sitúa en el contexto cubano, donde se ha comprobado el desajuste significativo entre las agendas pública, política y mediática, lo que no contribuye a un establecimiento horizontal y participativo de los problemas sociales en el tejido público, a la construcción participativa de las políticas locales y a la concertación de la acción colectiva. Se propone un modelo socio-antropológico para la interrelación dialógica de estas agendas que contribuya a fortalecer el desarrollo sociocultural de las localidades cubanas. El modelo se construyó a partir del método dialéctico, en varias fases de profundización: 1.sistematización y crítica de las investigaciones sobre estas agendas en Cuba; 2.estudio empírico de un contexto local tipo; 3.construcción del modelo base vinculando los resultados empíricos y el saber de actores locales y; 4. validación por criterio de actores locales, de expertos e implementación práctica. Los resultados evidencian la consistencia teórica y empírica de la propuesta.

Palabras clave: agenda setting, desarrollo sociocultural comunitario, diálogo, problema público, comunicación para el desarrollo.

Abstract: The importance of this research lies in providing theoretical and empirical elements to articulate social agendas and community socio-cultural development from a critical and transformative perspective, based on the local media as the main sphere of social dialogue. The analysis is situated in the Cuban context, where the significant mismatch between the public, political and media agendas has been verified, which does not contribute to a horizontal and participatory establishment of social problems in the public fabric, the construction of local policies and concerted collective action. A socio-anthropological model is proposed for the dialogical interrelation of these agendas that contributes to strengthening the socio-cultural development of Cuban localities. The model was built from the dialectical method, in several phases of deepening: 1. systematization and criticism of the research on these agendas in Cuba; 2.empirical study of a typical local context; 3. construction of the base model linking the empirical results and the knowledge of local actors and; 4. validation by the criteria of local actors, experts and practical implementation. The results show the theoretical and empirical consistency of the proposal.

Keywords: agenda setting, community sociocultural development, dialogue, public problem, communication for the development.

Carátula del artículo

Las agendas pública, política y mediática en clave de desarrollo. Un modelo para su articulación en localidades cubanas

The public, political and media agendas in terms of development. A model for its articulation in Cuban localities

Yánder Castillo Salina
Universidad de Oriente, Cuba
La Trama de la Comunicación, vol. 26, núm. 2, pp. 33-54, 2022
Universidad Nacional de Rosario

Recepción: 04 Marzo 2022

Aprobación: 06 Noviembre 2022

Introducción

La actual sociedad de la información distingue a la definición de los problemas públicos como un proceso comunicacional complejo del que no se pueden desligar las dialécticas entre los medios, la política y del mundo de la vida ciudadana (McCombs, 2006; Márquez, 2011). Teorías como la Agenda Setting y la Agenda Building han sido los principales sistemas teóricos para el estudio de estas relaciones, corroborando a lo largo y ancho del mundo la incidencia de los medios y la política sobre los ciudadanos a partir de la mediación comunicativa (McCombs, 2006). Ello comprueba una desventaja estructural de la agenda pública para incidir en el rejuego de la política y los problemas sociales. También evidencia la necesidad nuevas articulaciones del fenómeno a fin de posibilitar el establecimiento de una agenda colectiva que trace el camino de políticas públicas y acción colectiva para el tratamiento de las diversas problemáticas.

Un objetivo como el que se ha planteado implicaría reconstruir las relaciones entre las agendas con un enfoque crítico-transformador, que ha sido poco tratado en la evolución epistemológica del campo (Kim, Kim & Zhu, 2017; Alzate y Romo, 2017). En este aspecto, llama la atención que en el contexto Latinoamericano se reproduzcan las tendencias globales de los estudios de las agendas (Gallego, 2017), pues las características de las ciencias sociales –y de la comunicación en particular- en la región muestran un notorio enfoque crítico que impacta, por ejemplo, en las experiencias y teorizaciones sobre el desarrollo social (Gómez, De la Noval & Guerra, 2022).

El caso de Cuba ha constituido uno de los escenarios donde las marcadas asimetrías entre las agendas políticas, mediáticas y públicas ha motivado el abordaje de la definición de los problemas públicos en perspectiva crítica-transformadora. Los estudios describen una influencia significativa de las agendas políticas sobre las agendas de los medios de comunicación, por lo que predomina el tratamiento de asuntos de interés institucional e histórico en las representaciones mediáticas de la realidad nacional, mientras la agenda pública se compone generalmente por temas considerados por la ciudadanía como problemáticos para su vida cotidiana (Muñiz & Castillo, 2017). Otros mecanismos de relación entre estas agendas, se sustentan en una comunicación transmisiva para el intercambio de asuntos prominentes entre los campos sociales (González, 2015).

Dicha problemática se reproduce en los contextos locales, a pesar de que en estos espacios existen mayores posibilidades de interacción y reciprocación entre medios, políticos y públicos para el establecimiento de los asuntos en el tejido social (De La Noval, 2018; Castillo, 2018; 2020). Ello refuerza divergencias sustantivas para la construcción de políticas locales, la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas sobre sus contextos de vida y para la construcción de consensos en torno a las complejidades de los problemas comunitarios.

La disonancia social que se describe en los micro espacios, está condicionada por la existencia de un modelo nacional de comunicación que tiene entre sus principales rasgos al carácter centralizado, mediacéntrico y propagandístico de corte soviético (García, 2013). Este modelo influye sobre toda la estructura social cubana, con repercusión negativa sobre la política y la cultura (González, 2015) y sobre las dialécticas entre la esfera política y mediática y de estas con el mundo de la vida (Muñiz & Castillo, 2017). Lo anterior converge con las limitaciones de los procesos de participación social (Nieves, 2021) e impacta en los esfuerzos para vincular a ciudadanos y actores políticos en las dinámicas del desarrollo local (Castillo, 2020; De la Noval, 2018; Nieves, 2021).

Aunque el análisis de estas problemáticas se ha desarrollado en los principales escenarios de debate de la nación durante las últimas décadas, el reciente proceso de actualización de la política económica y social -2012 en lo adelante-, ubica a la comunicación y los medios como un posible camino para su transformación. Esta conclusión ha estado motivada por estudios que han delimitado las ventajas y retos de aplicar estrategias transformativas de comunicación social, las cuales manifiestan una evidente influencia de las tendencias de comunicación participativa de América Latina (Saladrigas, De la Noval & Portal, 2021). Por todo ello, la relación entre comunicación y participación ha encontrado lugar en las políticas sociales que se vienen implementando desde 2015 (Partido Comunista de Cuba, 2012abc; 2018).

Sin embargo, a pesar de algunas propuestas correctivas para la problemática en cuestión, articuladas desde la ciencia y la política (Rey, 2016; Ramírez, 2016¸De la Noval, 2018), se comprueba que una verdadera transformación debe trascender el plano estructural del modelo social de comunicación (sentidos de la comunicación, políticas sociales, regulaciones de la prensa, estructura institucionalizada etc.), hasta evidenciar cambios en el plano de su reproducción cultural (culturas profesionales, prácticas socioculturales, modelos de consumo y participación etc.) e impactos medibles escala micro por ser el contexto donde el modelo se concreta en la realidad. En esta última cuestión es donde se han registrado logros más discretos (Olivera & Fernández, 2022).

Durante los últimos años, algunas incursiones en el país han intentado propiciar una mejor articulación de las agendas de los medios, la política y la ciudadanía (Muñiz, 2018; Ray & Gómez, 2019; Nieves, 2021), corroborando las ventajas de un posible modelo que fomente el desarrollo social. Empero, otros estudios (Castillo, 2018; 2019) refieren que es necesario ir más allá de una mera retroalimentación basada en el intercambio de temáticas entre los campos de la realidad (política, medios, ciudadanos), por lo que un nuevo modelo debe fomentar una verdadera instancia deliberativa y movilizadora. Con este objetivo, es imprescindible el análisis profundo de las dinámicas de las agendas y un aparato conceptual y aplicativo que, además de generar estructuras y prácticas funcionales a la retroalimentación de los asuntos relevantes entre los campos sociales y sus actores, propicie toda una dialógica social sobre los mismos (Castillo & Martínez, 2022). Este modelo sería notoriamente complejo, ya que funcionaría como una auto-observación del “sistema sociedad local”, articulando campos sociales, actores y fenómenos de la construcción social de la realidad (política, cultura, problemas, consensos etc.).

Precisamente, el objetivo de la presente investigación fue proponer un modelo para fundamentar un nuevo tipo de relaciones entre las agendas en el nivel local cubano (interrelaciones dialógicas), que al mismo tiempo contribuya con el desarrollo cultural comunitario. Su conceptualización ha sido la principal contribución del estudio. La superación de escollos teóricos, metodológicos y prácticos de los campos científicos de las relaciones entre agendas sociales y el desarrollo local desde la comunicación aplicados a la realidad cubana, ha sido el principal reto de la investigación. La propuesta resulta importante incluso más allá del contexto cubano, pues se aportan concepciones para la retroalimentación entre políticos, medios y ciudadanos, que pueden contribuir a las reflexiones sobre la democracia local, trascendiendo el enfoque electoralista hacia una gobernanza reflexiva con base en la participación (Feindt & Weiland, 2018).

Este artículo comunica los resultados de la última fase del estudio, correspondiente a la fundamentación de modelo teórico y su validación. En los próximos apartados se realiza un acercamiento al marco teórico y a los resultados de las fases precedentes.

Consideraciones epistemológicas asumidas para la propuesta de modelo.

Como se abordó en la introducción de este trabajo, una nueva articulación entre las agendas mediática, pública y política en tanto proceso del establecimiento de los problemas públicos, presenta como reto la constitución de un enfoque crítico que permita develar las asimetrías del fenómeno. Empero, las reflexiones sobre las agendas social y el desarrollo local han logrado avances en campos científicos comúnmente aislados, lo que implicó un proceso exhaustivo de teorización para articular sus epistemes. Una aproximación más profunda en torno a estas reflexiones puede consultarse en trabajos precedentes (Castillo; 2018; 2019; 2020; Castillo, Muñiz & Martínez, 2021; Castillo & Martínez, 2022).

Como teoría de base para abordar las relaciones entre las agendas se escogió al enfoque de Agenda Setting, cuyo modelo teórico resulta el más utilizado para explicar sus procesos (Muñiz y Castillo, 2017). El análisis crítico de su evolución epistemológica (Castillo, Muñiz & Martínez, 2021) evidenció que esta teoría se sustenta sobre una perspectiva funcionalista y medio-céntrica que resulta limitada para explicar la complejidad del fenómeno. Una de las críticas más notorias en este aspecto fue realizada por el académico español Jose Luis Dader (1991), quien promueve una reformulación teórica constructivista en que las agendas sociales y sus relaciones se comprendan como parte de las estructuras de construcción y reproducción mundo de la vida.

La revisión de la teoría sociológica sobre los problemas públicos (Márquez, 2011; Alzate y Romo, 2017) corroboró el alcance del construccionismo social aplicado al modelo de relaciones entre las agendas como parte de la construcción social de la realidad. En este campo se ha ubicado además a la comunicación como un elemento que permite comprender la constitución de la sociedad (en clave constructivista) al abordar lo social como relaciones comunicativas entre los diversos campos, esferas o sub-sistemas de la estructura social (Luhumann, 2006; Habermas, 1999; Thompson, 1993). Estas reflexiones conllevaron a la adopción del paradigma socio-comunicacional crítico desde los autores anteriormente referenciados como una forma de explicar las relaciones entre las agendas.

Particularmente en América Latina, estudios de la cultura, la política, el desarrollo y la comunicación en general, dan cuenta de las posibilidades de promover modelos críticos y horizontales que, asentados en el fenómeno comunicacional y constructivista, propicien estructuras democratizadoras con incidencia sobre la definición de los temas de prominencia (Gómez, De la Noval & Guerra, 2020). Existen múltiples experiencias teóricas y prácticas asentadas en la línea de la comunicación alternativa con una evolución vertiginosa hasta nuestros días (confróntese sistematizaciones de Barranquero, 2012; Drake, 2018; Gómez, De la Noval & Guerra, 2022) que, por un lado, validan las capacidades del paradigma comunicacional para la deconstrucción de las desigualdades sociales y, por otro, evidencian sus capacidades para articular las esferas sociales fortaleciendo la democracia participativa (constructivismo social crítico) (Márquez, 2011).

En este amplio abanico de tendencias de abordaje a la comunicación participativa, la perspectiva teórico-práctica de la comunicación comunitaria fue asumida por sintetizar en su evolución un modelo de relaciones entre medios, políticos y ciudadanos que incide sobre el desarrollo local a partir de la dialógica pública sobre problemas comunitarios. Esta dialógica debe conducir al fortalecimiento de las capacidades individuales y colectivas y a una acción social generadora de cambio, por lo se proyectan impactos transformadores sobre la constitución de las relaciones entre las agendas como hecho sociológico y humano, ya que posibilita cambio social endógeno a partir de la acción-reflexión del hombre sobre su entorno (Castillo, 2019). Dicha perspectiva ha demostrado ser plausible para la construcción participativa de políticas públicas (Alza, 2014) a partir del establecimiento de una agenda común, sustentada en una esfera de deliberación y comunicación dialógica entre los sistemas sociales y sus actores (Lema, 2015; Drake, 2018). Por tanto, deviene este espacio en un una nueva estructura liberadora alternativa a la tradicional-hegemónica.

Atendiendo a lo planteado, una perspectiva dialógica entre las agendas propicia el desarrollo sociocultural comunitario a partir del fortalecimiento de las estructuras y capacidades para la comunicación. Ello conduce a la gestión endógena del cambio social, la defensa de la identidad, el sostenimiento de los valores comunitarios y una verdadera proximidad entre actores diversos, partícipes de la constitución y curso de lo social (Castillo & Martínez, 2022). De ahí que la metáfora de las agendas y el establecimiento de los problemas públicos, no se conciba como un fenómeno segmentado de transferencia temática, sino como un proceso dialéctico y dialógico de interrelaciones comunicativas generadoras de un cambio social endógeno. Lo anterior explica las implicaciones de un modelo para la interrelación dialógica de las agendas sociales consecuente con el desarrollo sociocultural comunitario.

La interrelación de las agendas en la localidad abordada como estudio de caso.

La construcción de una propuesta de modelo estuvo precedida por una fase de sistematización de los estudios sobre las agendas en Cuba. Ello posibilitó el acercamiento a los rasgos distintivos del modelo nacional que han sido expuestos en la introducción de este artículo y que pueden ser profundizados en publicaciones precedentes (Muñiz, Fonseca & Castillo, 2015; Muñiz & Castillo, 2018 y Castillo, 2020). Posteriormente se desarrolló un estudio de caso, en el que se abordó a estas agendas en el municipio Mella (provincia Santiago de Cuba). Este contexto reproduce las características generales de las localidades cubanas y cuenta en su historia reciente con un modelo de radio comunitaria participativa que lo hacen poseedor de intersecciones entre la reproducción de la problemática social que se afronta a escala macro y el ideal al que se aspira (modelo dialógico) a escala micro, por esta razón puede considerarse un “caso tipo especial” (Sosa, 2003).

En publicaciones disponibles en línea (Castillo, Villalón & Delgado, 2017; Castillo, Delgado & Villalón, 2019; Castillo, 2018; 2019; 2020) es posible acceder al grueso de datos y reflexiones empíricas suscitadas a partir del estudio de esta localidad. Para ilustrar los resultados conseguidos, la Figura 1 muestra el comportamiento de las agendas durante 3 meses de 2017 en la localidad.


Figura 1
Agendas del municipio Mella entre enero y marzo de 2017
elaboración propia a partir de Castillo, Delgado & Villalón, 2019 y Castillo, 2020

Como puede apreciarse, a pesar de que las agendas incorporan prácticamente las mismas temáticas, la relevancia otorgada a cada una responde a las lógicas particulares de sus campos, por lo que las correlaciones establecidas entre las mismas evidencian resultados entre muy bajos y nulos (Castillo, Delgado & Villalón, 2019). La esfera sociopolítica transfiere a la agenda mediática solo aquellos asuntos que permitan conservar la estabilidad del sistema social, silenciando las que puedan generar consecuencias adversas. Mientras tanto, la agenda pública se construye desde lógicas horizontales (sobre todo la comunicación interpersonal) y encuadra aspectos experienciales y problemáticos para la gente. El medio local por su parte, da prioridad a las comunicaciones del campo sociopolítico y reproduce sus patrones de selección temática.

Las estructuras comunicacionales descritas están sustentadas en un modelo de reproducción ideológico-cultural centralizado que, por ejemplo, han instituido prácticas como evitar el intercambio entre ciudadanos durante la programación en vivo de la radio local (Castillo, 2018). El análisis de la evolución de la esfera pública del municipio desde la década de 1990, comprobó la inexistencia de un espacio de convergencia de los actores públicos, gubernamentales y políticos para la definición y discusión sobre los problemas locales (Castillo, 2019). Lo anterior corrobora la pertinencia de la propuesta de modelo que persiguió esta investigación.

Los resultados alcanzados desde la perspectiva de la articulación de las agendas sociales, comprueban los diagnósticos de diversas investigaciones las cuales, abordando las problemáticas de la comunicación pública cubana respecto a su audiencia y al sistema social, proponen modelos de transformación (Nieves, 2021; De la Noval, 2018; Herrera & Saladrigas, 2019; Ramírez, 2016; Rey, 2016). Estos estudios realizan importantes contribuciones al campo de la comunicación para el desarrollo en Cuba, a los que la presente investigación aporta la mirada de la articulación de las agendas sociales.

Metodología empleada

La fase del estudio que comunica este artículo corresponde a la modelación teórica. Se siguió un enfoque participativo para la construcción del modelo, al incorporar saberes de actores locales y expertos en su fundamentación. Esta fase se desarrolló entre marzo de 2019 y abril de 2020. Se siguieron las etapas de modelación propuestas por Rodríguez & Pérez (2017), las cuales son consecuentes con el método dialéctico de construcción del conocimiento. Los objetivos específicos que se siguieron fueron los siguientes:

● Fundamentar una propuesta de modelo para la interrelación dialógica de las agendas política, mediática y pública que contribuya al desarrollo sociocultural comunitario de las localidades cubanas.

● Validar el modelo construido a partir del criterio de actores locales y expertos nacionales y extranjeros.

● Implementar el modelo en el municipio Palma Soriano (Santiago de Cuba).

Para fundamentar una propuesta de base se realizaron tres sesiones de Talleres Participativos en el municipio Mella (ver su composición en la Tabla 1). En las dos primeras sesiones se presentaron los resultados empíricos de las fases precedentes del estudio y se determinaron dimensiones y aspectos a atender para lograr la interrelación dialógica de las agendas. A partir de los resultados empíricos y los criterios de los participantes, el investigador elaboró una primera versión del modelo, que se sometió debate en la tercera sesión del taller.

Para conseguir mayor fortaleza aplicativa ante la realidad local cubana, se presentaron versiones del modelo al criterio de actores locales de otros tres municipios de la provincia Santiago de Cuba. Estos criterios se recogieron en 4 ciclos de Talleres Participativos, que siguieron la lógica de tres sesiones, implementada en el contexto de Mella. En los talleres participaron en total 70 actores inmersos en las dinámicas de los medios, las instituciones y el campo gubernamental y político de sus localidades, como describe la Tabla 1.

Tabla 1
Distribución de los actores partícipes en los talleres

elaboración propia

Para validar la pertinencia empírica de la propuesta, sus principios y fundamentos se implementaron en la sección radiofónica El Caleidoscopio, la cual fue creada con este propósito. Este espacio sale al aire en la Revista Informativa Con Todo, de la emisora Radio Baraguá, perteneciente al municipio Palma Soriano (provincia Santiago de Cuba). Previo a la implementación se desarrolló una aproximación exploratorio-descriptiva a las agendas sociales y sus relaciones en el dicho municipio, cuyos resultados revelaron la reproducción de las problemática descrita en todo el contexto nacional. La sistematización de la experiencia de implementación del modelo, brindó importantes elementos a considerar para su versión final. Se analizó el periodo comprendido entre junio de 2018 y diciembre de 2019. Dichos resultados no están expuestos en este artículo debido a que precisaron mayor amplitud para su exposición, por lo que fueron sometidos a evaluación y publicación previamente (Castillo & Martínez, 2022). Se remite al lector interesado a su consulta.

El método de evaluación por criterio de expertos permitió el cierre del ciclo de construcción de la propuesta de modelo. La selección de los expertos se realizó atendiendo a los siguientes criterios: publicaciones especializadas en los campos en que se mueve la investigación (orden teórico), participación en proyectos empíricos exitosos, experiencia profesional (orden empírico y práctico) y aceptación de formar parte del estudio. Se proyectó que el 75% de ellos fuera cubano con experiencia de campo en contextos locales del país, cuestión que no se les exigió a los extranjeros. La evaluación del modelo por los expertos se desarrolló entre marzo y abril de 2020. Se siguió el criterio de Landetta (1999), para quien los paneles deben contener un mínimo de 10 expertos y un máximo de 30.

Para la conformación del panel, se envió el cuestionario a 30 especialistas identificados como posibles expertos. De ellos, aceptaron formar parte del estudio 17, a quienes se aplicó un examen de competencia (K). Un coeficiente igual o superior a 0,8 (de 1 posible) fue alcanzado por 15 de ellos (11 cubanos y 4 extranjeros), los cuales conformaron el panel de evaluadores. Se implementó el cálculo de media aritmética para la determinación del grado de consenso sobre la validez de la propuesta. Se propició la mirada interdisciplinar, lo que constituye una fortaleza para la evaluación del modelo. Los especialistas proceden de la Sociología, las Ciencias de la Comunicación Social, las Ciencias Políticas y la Antropología y cuentan con experiencia investigativa y profesional superior a 10 años. La Tabla 2 muestra la composición del panel.

Tabla 2
Listado de expertos consultados para la evaluación de la propuesta de modelo

elaboración propia

Para finalizar este apartado, se enfatiza en que la estrategia de construcción del modelo apostó por la integración de la relación micro-macro en diferentes niveles y fases del estudio. El análisis macro abordó la composición del modelo nacional de comunicación pública y su concreción en cómo se articulan las agendas sociales en el país, a partir de la sistematización de los estudios precedentes en la materia. En este punto, se invirtió la lógica para generar un modelo a escala micro que permitiera testear desde la experiencia las reformulaciones necesarias a nivel de las localidades. Esta estrategia contribuyó a la fundamentación de la propuesta a partir de datos empíricos profundos conseguidos en micro contextos (enfoque micro sociológico), los cuales se contrastaron con datos globales del país (enfoque macro sociológico). El carácter centralizado de la estructura social cubana, donde se describen prácticas y estructuras de funcionamiento de los campos político y comunicacional tendencialmente similares entre los contextos y niveles sociales (Rey, 2016; Ramírez, 2016; De la Noval, 2018; Muñiz, 2018), se aprovecha como oportunidad para fundamentar las posibilidades de generalización del modelo. La validez de esta novedosa estrategia para los estudios de modelación en comunicación para la transformación social en Cuba, ha sido corroborada por la investigación.

Fundamentación del modelo.
Valoración y fundamentos del modelo.

La tipología del modelo es dinámico-causal o de cambio (Herrera & Saladrigas, 2019), pues determina componentes, conceptos y acciones que hipotéticamente viabilizará la transformación de la situación problemática. Se orienta desde la dialéctica con posicionamiento crítico-transformador. Ello permite abordar a la interrelación de las agendas como proceso, donde convergen múltiples contradicciones que señalan potencialmente el camino de su transformación.

El fundamento del modelo es sociológico-antropológico, al comprenderse a la interrelación de las agendas como un fenómeno socio-cultural, cuyo análisis crítico proyecta posibilidades de contribuir al desarrollo sociocultural comunitario. Las teorías sobre la complejidad de la comunicación permiten abordarlo como expresión de la sociedad cubana actual, detectar sus contradicciones y proyectar nuevas relaciones sociales. Se reconoce el carácter interdisciplinar del modelo, al asentarse en perspectivas de la comunicación que son interdisciplinares en su naturaleza (Romeu, 2018).

El modelo es flexible, al tener en cuenta que su adaptación a los contextos micro puede implicar reorientaciones a las concepciones iniciales. Al fundamentarse sobre la dialéctica, no se niegan los posibles cambios y readecuaciones. Por esta razón, es además dinámico, al enfocar un fenómeno en movimiento estrechamente relacionado con el cambio social. Ello justifica su carácter sistemático, pues planea su seguimiento científico.

El carácter estratégico determina que su implementación conlleva una serie de fases distribuidas estratégicamente en el tiempo, que son delimitadas por el grupo gestor en dependencia de las condiciones comunitarias. En ellas participan los actores sociales a partir de su sensibilización y acción conjunta, por lo que la participación es transversal a sus dialécticas.

Aunque el modelo se proyecta a los medios locales de comunicación de masas, se reconoce su valor instrumental para ser aplicado a cualquier espacio de comunicación colectiva como un altavoz popular, una radio base, las corresponsalías locales de televisión, las asambleas o cualquier otra forma de organización de la conversación social. Se tendrá en cuenta el tipo de medio y/o espacio a que se aplica. Su implementación puede abarcar toda la agenda o espacios creados para tales fines, manteniéndose en el último caso dialécticas de retroalimentación con la totalidad de la misma.

Los principios del modelo establecen que:

● La dialógica sobre los problemas públicos se sustenta en la dimensión sociocultural del desarrollo, desde donde se ubica a la cultura y la comunicación como fuente de cambio social.

● La actuación de los medios locales promueve relaciones horizontales, participativas y dialógicas entre las instituciones y los factores sociales, el medio de comunicación como plataforma pública, y la ciudadanía local, enfocados en el espacio común, en contacto directo con la vida comunitaria y su realidad, lo que constituye fuente endógena de desarrollo sociocultural comunitario.

● Dialogar significa tomar parte, ejercer la opinión, estructurar consensos a partir de la escucha y valoración del otro. No radica únicamente en el convencimiento, sino en el proceso de la comunicación entre actores sociales y ciudadanos libres, con capacidad de palabra y acción, sujetos activos de la construcción de lo político y lo público.

Se define como fin del modelo: Fortalecer la interrelación de las agendas mediática, pública y política en los contextos locales con un enfoque dialógico, que contribuya con la construcción crítica, participativa y transformadora de los problemas sociales, tributando de esta forma al desarrollo sociocultural comunitario.

Se trazan como objetivos del modelo:

● Fomentar la conversación colectiva plural y la construcción de acuerdos sobre las problemáticas de relevancia pública local, a partir de espacios masivos de intercambio ciudadano-ciudadano y ciudadano-actores sociales, contribuyendo al establecimiento de una esfera pública liberadora y, por tanto, al desarrollo sociocultural comunitario.

● Elaborar una herramienta que contribuya a la implicación de la ciudadanía en la toma de decisiones, el establecimiento de políticas y la acción colectiva en torno a los problemas públicos.

● Dotar a los actores mediáticos y sociopolíticos de una fuente sustantiva de datos comunitarios generados en el debate público sobre las preocupaciones, criterios e ideas ciudadanas en torno a su propia realidad; así como un conjunto de herramientas teóricas y metodológicas para la transformación de sus espacios comunicativos hacia un estado de mayor responsabilidad social, participación y fuente endógena de cambio social comunitario.

● Aportar a la teorización sobre desarrollo local la dimensión analítica de la construcción social de los problemas públicos, desde la perspectiva de interrelación entre agendas.

Estructura del modelo.

El modelo se estructura en tres niveles. El primero contiene los fundamentos epistemológicos. El segundo representa la interrelación dialógica de las agendas y su contribución al desarrollo sociocultural comunitario. El tercero bosqueja la metodología de diagnóstico e implementación. La Figura 2 muestra el diagrama del modelo.


Figura 2
Modelo para la interrelación dialógica de las agendas mediática pública y política en función del desarrollo sociocultural comunitario
elaboración propia

Primer Nivel: Fundamentos Epistemológicos.

Las perspectivas epistémicas orientan las posiciones y relaciones entre los conceptos y componentes:

La Interrelación dialógica de las agendas mediática, pública y política en función del desarrollo sociocultural comunitario constituye el concepto central. Se comprende como el proceso sustentado en formas de articulación comunicativa del intercambio de relevancia (asuntos) entre los campos sociales, sus actores y agendas, en el que las múltiples visiones, sentidos y significados sobre los problemas públicos se complementan y transforman, a partir de una deliberación participativa.

El Paradigma Constructivista permite comprender a lo relevante (problemas públicos) como una construcción social, resultado de procesos de interacciones comunicativas. Aplicado a la interrelación de las agendas facilita la determinación de las estructuras, prácticas, procesos y mediaciones actuantes en la comunicación y el establecimiento de una agenda común a escala social.

El Paradigma Socio-Comunicacional permite abordar a la comunicación como fenómeno articulatorio de la interrelación entre las agendas sociales. Contiene en sí la capacidad crítica para detectar rupturas y disfuncionalidades conducentes a su interrelación dialógica. A partir de este enfoque, se comprende que la comunicación está sujeta a dimensiones estructurales y socioculturales y evidencia múltiples mediaciones y conflictividades.

La concepción cultural del desarrollo en la relación comunicación y comunidad, identifica al dialogo social participativo sobre los problemas públicos, como una fuente de desarrollo sociocultural comunitario, a partir de la construcción de ciudadanías activas y críticas, el sostenimiento de las identidades y los universos simbólicos locales, en armonía dialéctica entre lo local y lo global. Por tanto, el desarrollo se materializa a escala humana y social, enfocando a los sujetos que construyen las agendas y a lo común (social-comunitario). Se relaciona con la transformación social (el resultado) y, especialmente, con los procesos que conllevan a su consecución (énfasis en el proceso).

Los fundamentos sociopolíticos de la comunicación y la sociedad cubana, ubican los límites y propósitos del modelo. Los documentos rectores de la comunicación en la sociedad cubana reconocen su importancia para el desarrollo del país (Partido Comunista de Cubas, 2012abc; 2016ab; 2018; Asamblea Nacional, 2019). Se tendrán en cuenta las regulaciones establecidas por el Instituto Cubano de Radio y Televisión (2011; 2013) y el Partido Comunista de Cuba (2007; 2012a), las cuales rigen las políticas de producción de contenidos e informativa. A este componente aportan reflexiones sostenidas durante varias décadas en la nación en torno a las problemáticas de la comunicación, la esfera pública, la participación y la estructuración sociopolítica del país (García, 2013; González, 2015, entre otros).

Segundo nivel: Interrelación dialógica entre las agendas.

Los componentes y relaciones que se producen en este nivel no están desligados de los fundamentos epistemológicos y de las acciones de diagnóstico y transformación planeadas en el tercer nivel. Al respecto, la crítica al proceso de comunicación de relevancia entre los campos de interacción y sus agendas, determina la proyección del espacio dialógico (mediático o no), que se constituye como esfera deliberativa. Esta tesis propicia un nuevo modelo socio-antropológico para la articulación de las agendas y sus campos sociales.

Tras conocer las características y relaciones comunicativas de los aspectos de relevancia en los campos de interacción abordados, en el espacio constituido como esfera pública deliberativa se propicia un balance adecuado entre los temas. La reflexividad del trabajo de campo delimitó la necesidad de tener en cuenta para la selección de los asuntos a las características de las agendas (de acuerdo con el diagnóstico realizado estas son: materialidad, cronicidad, estabilidad y problematicidad, compartidas entre las agendas; el carácter cíclico de las agendas mediática y política; y el carácter dialógico, de la agenda pública) (Castillo, 2020), los flujos equitativos (que no prioricen la entrada de relevancia de campo de interacción sobre otro) y la concreción a los asuntos de relevancia comunitaria y su jerarquización, en dependencia de la problematicidad que generen respecto a la realidad experiencial de la localidad). No deben obviarse las interconexiones entre lo local y lo global (relaciones micro-macro-global), para el abordaje holístico de los asuntos a tratar en el diálogo.

Ello no se determina como un patrón rígido para la emergencia de asuntos no compartidos entre las agendas, o no ubicados entre los más relevantes en la jerarquización temática de alguna de ellas. Las características de las agendas constituyen un indicador sobre qué asunto nuevo puede tener relevancia para el resto de actores sociales y cuál no. Si bien se reconoce que dicho proceso puede ser abordado como una pugna de los actores por establecer sus temas y encuadres en la dialógica.

La comunicación de relevancia es un proceso clave de la emergencia de los problemas en cada campo y en la esfera pública mediática. Su concepción dialógica implica un modelo en que el ciclo de la comunicación es continuo y multidireccional, donde los actores intercambian puntos de vista, tanto en el espacio deliberativo como en los campos de interacción. Ello no niega que ante determinados problemas y procesos de la comunicación coexista el enfoque direccional, el cual debe restringirse al mínimo posible. También, la comunicación transmisora puede ser utilizada como herramienta de problematización.

La prealimentación es un instrumento de la conformación de la agenda de diálogo y no debe sustituir a la participación directa de los actores en el espacio. La retroalimentación da lugar a un ciclo sucesivo de comunicaciones sobre los problemas, que conduce a su tratamiento y (re)configuración simbólica. Esta ocurre tanto en el espacio de deliberación como en los micro espacios (u otras formas) de concertación de acuerdos, que han sido históricamente establecidos en cada campo y en la esfera pública.

Por su parte, el proceso de diálogo debe poner atención a tres elementos: la argumentación, la construcción de pactos sociales y la concertación de la acción social.

La argumentación constituye el proceso central del diálogo. Da lugar al intercambio de puntos de vista que posibilitan la construcción de consensos. Ello debe conducir a la concertación de la acción social en torno al problema abordado. Estos últimos procesos son consustanciales para la transformación de las problemáticas, evitando que los debates queden estancados. Los acuerdos y acciones deben tener seguimiento por los actores sociales en general y los políticos en particular, así como por el grupo gestor.

Se subraya que el diálogo no acaba con el cese en el tiempo del espacio mediático, sino que su dialéctica contribuye a la activación de micro espacios de diálogo (por ejemplo en la familia, reuniones, barrios, plazas, mercados etcétera -como demostró la experiencia de implementación del modelo (Castillo & Martínez, 2022)-. También debe propiciar micro espacios de debate al interior de las instituciones sociales, a fin de elegir una manera adecuada para insertarse en las dinámicas de respuesta a las inquietudes públicas y la acción solucionadora. Se debe promover la retroalimentación de los resultados del debate realizado en estos espacios y la plataforma mediática.

Este proceso dialógico tributa al desarrollo sociocultural comunitario, al fundamentarse sobre la cultura local en términos de prácticas, lenguajes, contradicciones, identidades y el fortalecimiento de las capacidades de participación e integración de los actores, en torno a la gestión de las problemáticas.

La participación efectiva en el diálogo implica multiplicidad de voces y actores en el debate y la acción colectiva en torno al problema. Se debe trabajar para lograr un carácter activo, comprometido y libre, que permita la afluencia de argumentos directos entre los diversos actores en tanto sujetos de la realidad local y de la gestión de las problemáticas.

Se toman como referentes las reflexiones sobre la comunicación y el desarrollo a partir del enfoque sociocultural comunitario (Kronhling, 2004; Drake, 2018; De la Noval, 2018). Estas perspectivas analizan los niveles de la participación en las dinámicas comunicacionales. Conforme a los objetivos y fundamentos del modelo, estos niveles se dimensionan en:

1. La participación en la conformación del espacio dialógico y sus readecuaciones: El espacio dialógico se estructura a partir de las posibilidades tecnológicas, espacio-temporales, creativas etcétera, respetando el deseo de los actores sociales (mediáticos, de la esfera sociopolítica y los ciudadanos) sobre cuál y cómo es/son la(s) forma(s) adecuada(s) para el dialogar sobre los problemas públicos. Los actores serán protagonistas en las revisiones sistemáticas sobre las estructuras comunicacionales y su transformación, ubicándolos desde el punto cero de la producción comunicativa: la constitución de la esfera pública deliberativa (creación/transformación del espacio).

2. La participación en la conformación de la agenda de diálogo y su gestión: Resulta imposible tratar todos los temas al mismo tiempo, por lo que la agenda de diálogo se establece a partir de mecanismos en que los mismos actores determinen qué es lo más y lo menos prioritario. Esta dimensión se relaciona con los procesos de la selección de los asuntos a tratar (características de las agendas, flujos equitativos y la relevancia comunitaria de los asuntos). Evita una concepción bancaria de la construcción de la agenda y clarifica el camino de su gestión.

3. La participación en el proceso de diálogo: Se desarrolla a través de diferentes medios de comunicación (correos electrónicos, SMS, mensajes en redes sociales virtuales, llamas telefónicas, cartas, comunicación verbal a los actores mediáticos) donde se exponen argumentos sobre las problemáticas. Se considera como participación directa a aquella que comunica la opinión personal, posición institucional o de determinado actor social, a partir de un discurso elaborado y comunicado por ellos mismos. Como participación indirecta se considera a las comunicaciones transmitidas por mediación de la subjetividad de un tercero.

El grupo gestor debe ser amplio conocedor de las perspectivas epistémicas sobre las que se fundamenta el modelo (o disponerse a su aprendizaje) y hábil para la consecución de acciones que conduzcan al logro de los objetivos.

Tercer Nivel: Metodología de diagnóstico y aplicación.

La metodología de aplicación se desarrolló a partir de la experiencia del investigador y el estudio diagnóstico. Fue perfeccionada con el criterio de los actores presentes en los Talleres Participativos, el criterio de los expertos y la experiencia de implementación del modelo en el municipio de Palma Soriano. La metodología de diagnóstico se configura desde la perspectiva de interrelación entre agendas, fundamentada en la tesis doctoral de la que parte este estudio (Castillo, 2020), cuya síntesis se presenta en la Figura 3.


Figura 3
Metodología del diagnóstico Fuente Elaboración propia
Elaboración propia

Las dimensiones de análisis de la interrelación de las agendas (Características socio-antropológicas de la composición temática de las agendas; Estructuras, prácticas y hábitos de la comunicación de problemas; Medios de la comunicación de problemas y su tecnicidad; Espacios sociales de la interrelación de las agendas, interacciones y cuasi interacciones; y las Rupturas y conflictos de la comunicación de problemas) y sus mediaciones, analizadas con sentido crítico, permite develar los ajustes y desajustes de la comunicación de relevancia entre los campos de interacción (Castillo, 2020).

Este diagnóstico es sustantivo para crear un espacio de esfera pública deliberativa que se fundamente sobre estructuras y prácticas funcionales a una dialógica transformadora. Como proceso de apropiación holística del campo, debe aproximarse a la configuración sociocultural y socio-histórica de la esfera pública local (contextualización). La metodología del diagnóstico será definida por el equipo de investigación. Se recomienda, dado los resultados obtenidos, tener en cuenta la aplicada en el estudio del que parte este modelo (Castillo, 2020).

Una vez realizado el diagnóstico, la devolución de los resultados a los actores encabeza la etapa de preparación al cambio. Este proceso implica la construcción de alianzas (para la cual se recomienda una metodología de Investigación-Acción-Participación a través de Talleres Participativos). En esta etapa “se crean las condiciones para que se comprenda la necesidad de transformar la situación problemática y se logre un grado de compromiso, lo que interviene en una disminución significativa de las resistencias” (Chibás, 2015:116).

En el transcurso de este proceso se conformará un grupo gestor integrado por actores de los campos locales, los cuales reunirán las habilidades necesarias (o tendrán disposición para adquirirlas). Su composición responderá a las condiciones comunitarias. Se recomienda incluir como miembros a funcionarios de las Oficinas de Comunicación de los Gobiernos Locales y de las instituciones políticas, especialistas en desarrollo local de las Sedes Universitarias Municipales, especialistas en comunicación pública del resto de instituciones y a ciudadanos (líderes comunitarios y/o con habilidades de comunicación) que sirvan de puente con las comunidades. Su principal función es la facilitación y seguimiento de la implementación del modelo.

Como parte del grupo gestor, se definirán miembros cuya función será el seguimiento científico de la puesta en práctica del modelo. Estos asumirán las capacitaciones a los encargados de su implementación y a los actores locales, así como el estudio de sus dinámicas. Entre estas últimas, habrán de considerarse las estructuras del diálogo, los discursos, las imágenes y símbolos, los tópicos que se excluyen, ignoran o descartan y, en general, los procesos donde se negocia la realidad. También la cuestión del poder en la comunidad y las alteraciones suscitadas para lograr la participación real y efectiva, así como cualquier otro aspecto develado en las evaluaciones sistemáticas.

El diseño de las acciones y niveles del proceso de cambio deben ser planificados y distribuidos estratégicamente en el tiempo. Ello se realizará con enfoque participativo, donde los miembros del grupo gestor y los actores sociales forman parte de la construcción del diseño, jerarquización y distribución temporal de las acciones. Con ello se garantiza un enfoque endógeno y se promueve un vínculo activo de los actores al “investigar juntos y construir crítica y pedagógicamente el conflicto” (Kaplún, 2004: 6).

Su implementación debe orientarse a la transformación del espacio mediático que se determine para la constitución de la esfera deliberativa, y también a la totalidad del modelo social de construcción de lo relevante. Por ello, se configuran tres dimensiones de actuación, tomando como referencia a la esfera pública mediática: el orden interno, externo y de conformación del contenido.

El orden interno y la conformación contenido, se orientan a la internalización del nuevo modelo de construcción de agenda en el espacio destinado a la dialógica sobre los problemas públicos. En caso de que el espacio constituido como esfera de deliberación no sea la totalidad de la programación del medio, se propiciará su retroalimentación con el resto de los espacios.

En función de la constitución de la esfera pública mediática, se propone la implementación de los principios del Desarrollo Organizacional. Se comprende este proceso como la creación de sentido de identidad, compromiso y motivación para la transformación (Chiavaneto, 2004). Gesta una participación comprometida con el proyecto, lo que propicia el desarrollo cultural de los actores que intervienen en la constitución de la esfera pública mediática, al fortalecer sus capacidades de actuación respecto a las demandas comunitarias y su retroalimentación con el resto de actores sociales.

El enfoque debe ser edu-comunicativo, donde exista un ambiente propositivo para que los protagonistas del cambio se involucren con espíritu creativo. Para su tratamiento, los resultados del diagnóstico pueden complementarse con una Matriz FODA, aplicado a informantes clave de cada campo de interacción, y el método de Talleres Participativos, a fin de promover la concientización e implicación respecto a las problemáticas a erradicar.

En el plano externo al espacio deliberativo, se hacen necesarias acciones sistemáticas a fin de vincular a los factores comunitarios en la dialógica sobre los problemas sociales y su transformación. También para la construcción y sistematización participativa de las políticas locales. Las sesiones grupales desarrolladas y la implementación del modelo (Castillo & Martínez, 2022), reveló la necesidad de que estos sujetos participaran en el diálogo y actuaran a partir de los resultados del debate.

En este sentido, la aplicación del modelo supone la educación para el diálogo, tanto de los actores mediáticos, como de los actores sociopolíticos y la ciudadanía. Ello resulta imprescindible para la transformación paulatina y efectiva del modelo social de comunicación en lo local, conforme a los principios de la construcción participativa de los problemas públicos y de las estrategias de intervención social, por lo que el grupo gestor debe asumirlo como un elemento fundamental de la estrategia de implementación.

Por su parte, se precisa de evaluaciones parciales y generales que sistematicen la experiencia. Se recomienda emplear herramientas participativas para determinar los conflictos, reorientaciones y cuestiones a reforzar para el cumplimiento de los objetivos.

En cada aspecto de la metodología se tendrá en cuenta la adaptación de los conceptos, relaciones, componentes y estrategias al contexto sociocultural de aplicación y al tipo de espacio escogido como esfera pública deliberativa, lo cual se relaciona directamente con las pretensiones de generalización a otros contextos locales y con el principio de flexibilidad del modelo.

Resultados de la validación.
Valoraciones de actores locales.

Los ciclos de Taller Participativo desarrollados en los municipios Santiago de Cuba, Palma Soriano y Contramaestre (provincia Santiago de Cuba), permitieron que actores locales evaluaran al modelo respecto a los objetivos que persigue y a su posible implementación en sus contextos. Ello contribuyó a su mejora continua.

Para los participantes, la principal contradicción radicó en el vínculo de los actores políticos y gubernamentales con este tipo de experiencias, atendiendo a que estos actores reproducen culturalmente el modelo verticalista de la comunicación actuante en el país. Por ello, tendencialmente se consideró que es en el campo sociopolítico donde se pueden dar las mayores resistencias. También se apuntó la necesidad de educar a la ciudadanía para la participación y diálogo y se recomendó fortalecer la metodología de implementación a través de la capacitación sostenida de los actores (de los medios, del grupo gestor, de la esfera sociopolítica y la ciudadanía). Los resultados de los talleres corroboraron mediaciones significativas del modelo macro social de comunicación sobre los contextos locales de la provincia.

Sobre la actualidad, validez y aplicabilidad del modelo para alcanzar la interrelación dialógica de las agendas y promover el desarrollo sociocultural comunitario, se considera que es factible y pertinente, tendencia que ejemplifica el siguiente criterio:

De que es posible y viable no cabe duda, yo diría además que es altamente necesario para que se dé cumplimiento a la política que ha trazado el país. La propuesta es adaptable a las condiciones de nuestras localidades, a pesar del reto que supone transformar un modelo como el que está vigente, el cual está tan enraizado como es de obsoleto (Participante 27, Ciclo de Taller Participativo 5, 13-16/3/2020).

Valoración de los expertos.

Para la evaluación por criterio de expertos se establecieron 10 ítems que descompusieron la integralidad del modelo en una escala tipo Likert. Los resultados muestran una valoración tendencia de “Muy Adecuado” en 9 ítems, mientras que un ítem (aspecto 6) se consideró “Bastante Adecuado”. Solamente fueron señalados como “Adecuado” 3 ítems por dos expertos, lo que representa un 2% del total de valoraciones emitidas. Que no se haya valorado a ningún ítem como Poco Adecuado o Inadecuado, indica alto grado de consistencia del modelo, según el criterio de los expertos.

Por su parte, el cálculo de la media aritmética para la evaluación general de cada aspecto, arrojó la valoración tendencia de “Muy Adecuado” en cada ítem, por lo que el modelo es considerado en su generalidad como “Muy Adecuado” por el panel de expertos (Tabla 3).

Tabla 3
Valoración tendencia del modelo de acuerdo al criterio de expertos

Elaboración propia

El instrumento implementado permitió la recopilación de criterios sobre la validez, consistencia y pertinencia de los componentes, fundamentos y objetivos para el contexto cubano actual, para el impulso del desarrollo sociocultural comunitario y para el desarrollo de la ciencia, cuya tendencia resume el siguiente criterio:

El modelo se sustenta en principios teóricos que permiten analizar la interrelación entre las agendas sociales concebidas por el autor de forma dialéctica, estableciendo el diálogo y la participación como principales vías para lograr una relación horizontal entre medios, políticos y públicos en el escenario comunicativo nacional. Asimismo, los principios que lo sustentan son coherentes con la realidad cambiante en la que se insertan los actores sociales analizados, reconociendo el carácter flexible del objeto de estudio. La estructura del modelo, planteada en tres niveles, refleja los conceptos fundamentales a tener en cuenta por los actores que lo implementarán para lograr el objetivo. La metodología comprende los procesos más importantes para diagnosticar, aplicar y evaluar el fenómeno en cualquier comunidad. En la fase de implementación se tienen en cuenta los elementos que es preciso transformar para incidir positivamente en las relaciones al interior de los medios de comunicación, tomando en consideración el criterio de la ciudadanía (Experta 15, comunicación personal, 23/04/2020).

Entre las principales sugerencias realizadas por los expertos estuvo profundizar en los procesos de la participación en el modelo y atender no solo a los temas de diálogo, sino a los que se pueden excluir. Estas recomendaciones fueron asumidas en la versión final del modelo.

Conclusiones

La fundamentación de un modelo para la interrelación dialógica de las agendas pública, política y mediática susceptible de impactar en el desarrollo sociocultural comunitario constituyó un reto a nivel epistemológico y aplicativo en el contexto cubano actual. Por un lado, el estudio develó las oportunidades de asumir la perspectiva de la Teoría de la Agenda Setting considerando un posicionamiento constructivista y sociocrítico, el cual esboza caminos novedosos para el desarrollo y aplicación de esta teoría. Por otro lado, se comprobó la pertinencia del enfoque de comunicación participativa Latinoamericano, y de la comunicación comunitaria en particular, tanto para generar dinámicas transformativas sobre la base del diálogo, como para ser articulado con enfoques teóricos de la construcción social de los problemas públicos.

Los estudios en Cuba, así como el desarrollo de la investigación empírica en el municipio Mella, acreditaron la desarticulación de las agendas mediática, pública y política como una problemática de la estructuración sociopolítica y la esfera pública cubana que precisa de la formulación de modelos viables para su transformación. De igual manera, el abordaje de esta problemática social proyecta oportunidades para el fortalecimiento de la democracia deliberativa. El modelo fundamentado aportó no solo los elementos teóricos necesarios con este fin, sino también demostró su pertinencia para ser implementado en la práctica, cuestión que distingue este estudio de otros similares en el país. Sin embargo, en opinión de los expertos y de los actores locales consultados, así como los resultados de la implementación del modelo en el municipio de Palma Soriano, se confirmó que la involucración de los actores -sobre todo del campo sociopolítico- en las dinámicas del diálogo y en las estrategias de acción colectiva, resulta el principal reto para el modelo. Esta cuestión, constituye una reacción esperada si se tienen en cuenta experiencias similares dentro y fuera del país.

Por último, resulta interesante para el contexto cubano y para los desarrollos epistemológicos alcanzados por el estudio propiciar diálogos con los avances teóricos y empíricos logrados por investigaciones similares. Ello podría generar sistemas teóricos más robustos para explicar los problemas públicos comunitarios, así como alternativas para el desarrollo social que continúen profundizando en los fenómenos de la construcción social de la realidad.

Material suplementario
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Notas

Figura 1
Agendas del municipio Mella entre enero y marzo de 2017
elaboración propia a partir de Castillo, Delgado & Villalón, 2019 y Castillo, 2020
Tabla 1
Distribución de los actores partícipes en los talleres

elaboración propia
Tabla 2
Listado de expertos consultados para la evaluación de la propuesta de modelo

elaboración propia

Figura 2
Modelo para la interrelación dialógica de las agendas mediática pública y política en función del desarrollo sociocultural comunitario
elaboración propia

Figura 3
Metodología del diagnóstico Fuente Elaboración propia
Elaboración propia
Tabla 3
Valoración tendencia del modelo de acuerdo al criterio de expertos

Elaboración propia
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