Resumen: En 1929 la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, la empresa comercial y ganadera más poderosa del sur argentino, fundó la Revista Argentina Austral que se editó hasta 1968. La continuidad y la calidad de la edición, la amplia circulación y su trascendencia convirtieron a esta revista en una de las publicaciones más significativas de la Patagonia argentina y clara expresión de los intereses económicos y sociales de los sectores dominantes del sur. El contrato fundacional de la revista centrado en la defensa de los intereses del sur, se expresó mediante representaciones discursivas de la Patagonia, de sus habitantes y de la Sociedad responsable de la publicación, que operaban como justificadoras de las argumentaciones y demandas. Nos proponemos analizar la revista Argentina Austral para interpretar las transformaciones en las representaciones y su relación con los cambios políticos y económicos y con el contrato fundacional que la revista establece con sus lectores Consideramos que Argentina Austral seleccionaría y jerarquizaría en forma permanente diferentes representaciones patagónicas para articular un discurso que permitiría a la revista posicionarse frente a los planes y decisiones de los gobiernos de turno, acompañando en forma concreta los planteos de las corporaciones agrarias o acentuando algunos aspectos de ellos en función de las necesidades del sur.
Palabras clave:PatagoniaPatagonia,sectores dominantessectores dominantes,prensaprensa,Argentina AustralArgentina Austral,representacionesrepresentaciones.
Resumo: Em 1929, a Sociedade Anônima Importadora e Exportadora da Patagônia, a empresa comercial e pecuária mais poderosa do sul argentino, fundou a revista Argentina Austral, publicada até 1968. A continuidade e a qualidade da edição, sua ampla circulação e sua transcendência transformaram essa revista em uma das publicações mais significativas da Patagônia argentina e em uma clara expressão dos interesses econômicos e sociais dos setores dominantes do sul. Os termos do ato de fundação da revista, centrado na defesa dos interesses do sul, expressou-se mediante representações discursivas da Patagônia, dos seus habitantes e da Sociedade responsável pela sua publicação, as quais intervinham como justificativas das argumentações e demandas. O nosso objetivo consiste em analisar a revista Argentina Austral para interpretar as transformações nas representações e a sua relação com as mudanças políticas e econômicas e com o ato de fundação estabelecido pela revista com seus leitores. Consideramos que a Argentina Austral selecionou e hierarquizou de forma permanente diferentes representações da Patagônia para articular um discurso que permitisse à revista posicionar-se diante dos planos e decisões dos governos estabelecidos, acompanhando de forma concreta as reinvindicações das corporações agrárias ou acentuando alguns dos seus aspectos em função das necessidades do sul.
Palavras-chave: Patagônia, setores dominantes, imprensa, Revista Argentina Austral, representações.
Abstract: In 1929, the most powerful commercial livestock company in southern Argentina, the Sociedad Anónima y Exportadora de la Patagonia, founded Argentina Austral review, which remained in circulation until 1968. The continuity and quality of the publishing, scope of the circulation and its transcendence converted the review into one of Patagonia’s most significant publications, in a clear expression of the economic and social interests of the south’s dominant sectors. The review’s founding contract centered on defending the south’s interests, expressed by means of discursive representations of Patagonia, its inhabitants and the society responsible for the publication, which served to justify the arguments and demands. We aim to analyze Argentina Austral review in order to interpret transformations in the representations and their relationship with political and economic changes and the founding contract that the review established with its readers. We consider how Argentina Austral permanently selected and hierarchized different representations of Patagonia to articulate a discourse allowing the review to position itself up against the plans and decisions of the governments at the time, consolidating its monitoring of the tactics of agricultural corporations or accentuating several aspects of these tactics in light of the needs of the south.
Keywords: Patagonia, dominant sectors, press, Argentina Austral review, representations.
Résumé: En 1929, la Société anonyme d’import/export de Patagonie, l’entreprise commerciale et d’élevage la plus puissante du sud de l’Argentine, fondait la revue Argentina Austral, dont la publication durera jusqu’en 1968. La continuité et la qualité de l’édition, son ample diffusion et sa transcendance ont su transformer cette revue en l’une des publications les plus significatives de la Patagonie argentine et en une expression limpide des intérêts économiques et sociaux des secteurs dominants du sud du pays. L’esprit fondateur de cette revue centrée sur la défense des intérêts du sud s’est manifesté à travers des représentations discursives de la Patagonie, de ses habitants et de la société à l’origine de sa publication, opérant comme justifications des argumentations et des demandes. Nous nous proposons d’analyser la revue Argentina Austral pour interpréter les transformations de ces représentations et leurs relations avec les changements politiques et économiques, ainsi qu’avec le contrat fondateur que la revue établit avec ses lecteurs. Nous considérons qu’Argentina Austral a en permanence sélectionné et hiérarchisé différentes représentations patagoniques pour articuler un discours permettant à la revue de prendre position face aux plans et décisions des gouvernements en place, en relayant de façon concrète les revendications des corporations agraires ou en accentuant certains de leurs aspects en fonction des nécessités du sud.
Mots clés: Patagonie, secteurs dominants, presse, revue Argentina Austral , représentations.
摘要: 在1929年,帕塔哥尼亚进出口公司,阿根廷南部最有影响力的畜牧产品商贸公司出版了自己的杂志,南阿根廷杂志,该刊物一直出版到1968年为止。杂志的连续性和编辑质量,它的大发行量,它的自我超越,使其成为帕塔哥尼亚地区最重要的出版物,代表了南部地区最重要的经济社会利益。该杂志成立时的宗旨就是要保护南方的利益,具体说来,就是出版这个杂志的帕塔哥尼亚的居民和社会的利益,通过刊物对政府提出呼吁和要求。我们通过分析南阿根廷杂志的出版章程,它所代表的经济和政治利益集团的演变。我们认为该杂志综合了帕塔哥尼亚地区的各种利益,进行排序,汇总然后提出自己的话语,对政府提出要求,因具体的农事的变化,随时调整自己的行动计划。
關鍵詞: 巴塔哥尼亚, 关键部门, 报章, 南阿根廷杂志, 代表.
Las representaciones del poder. La revista Argentina Austral
As representações do poder. A revista Argentina Austral
Representations of power. Argentina Austral´ review
Les représentations du pouvoir. La revue Argentina Austral
权力的代表:南阿根廷杂志

Recepción: 27 Agosto 2015
Aprobación: 21 Diciembre 2015
A mediados del siglo XIX, la República Argentina adoptó una forma de gobierno federal-republicana con catorce provincias autónomas que se incorporaban a la Nación con atributos de soberanía, y el distrito federal donde se hallaba la capital Buenos Aires. Los espacios externos a las provincias, las llamadas “tierras nacionales” bajo dominio indígena, fueron conquistados militarmente (1878-1885) y organizados como Territorios Nacionales.[2] Al fundamentar su creación, se argumentó la necesidad de la educación cívica para eliminar los resabios de salvajismo que el contacto con el mundo indígena había dejado en los habitantes. En ese marco los espacios centralizados que podían ser objeto de penetración o intereses de países limítrofes y potencias extranjeras fueron sujetos de argentinización, objetivo considerado indispensable para actuar como antídoto frente a amenazas sobre la integridad del “ser nacional”. En ese contexto el sur del país, la Patagonia,[3] recibió atención preferente del gobierno nacional, especialmente en la década de 1920 cuando se produjeron los sucesos de la llamada Patagonia Trágica (1921), que culminaron con la represión y matanza de los peones en huelga por parte del Ejército.
En relación con la Patagonia Trágica y un año después de la publicación de un libro que denunciaba la complicidad de los terratenientes en la matanza de peones en Chubut y Santa Cruz,[4] apareció en 1929 la revista Argentina Austral.[5]La gestora de la publicación fue la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia-en adelante la Empresa- la mayor sociedad comercial y ganadera del sur argentino. La revista se convirtió en una herramienta de relegitimación de los estancieros en el sur, criticados por su rol activo en la represión de 1921.[6]
La Empresa había radicado sus establecimientos ganaderos y almacenes de ramos generales en los territorios de Santa Cruz, Chubut y Río Negro. El crecimiento y expansión de sus actividades económicas la convirtieron en una Empresa poderosa que quedó asociada a los sectores dominantes del sur, fundamentalmente ganaderos y comerciantes.
Bajo esta perspectiva, la publicación mensual de la revista Argentina Austral, que se extendió hasta 1968,[7] reflejó las preocupaciones de los sectores ganaderos, comerciantes y latifundistas del sur La revista actuó como mediadora, interpeladora, demandó respuestas al gobierno y avaló o rechazó medidas. Por los estrechos contactos de la Empresa con las corporaciones agrarias y el Estado, sus ideas, representaciones y posturas trascendían más allá del plano patagónico y tenían circulación nacional e internacional.
En este marco Argentina Austral actuó como un verdadero actor político. Desde una perspectiva teórica, pensar la prensa como actor político significa insertarla en la trama de relaciones socio-políticas en las que el medio actúa y se desarrolla. Utilizando la sociología del conflicto, podemos decir que la prensa escrita se posiciona como narrador, comentarista o protagonista de los conflictos ya sean latentes o manifiestos. En la toma de decisiones y en función de la acción básica de influir, el periódico decide inclusiones, exclusiones y sus debidas jerarquizaciones.[8]
Sobre el periodismo sureño, la obra colectiva dirigida por Leticia Prislei resulta de referencia obligada al analizar la relación entre prensa y cultura política en la Patagonia.[9]Argentina Austral, ha sido analizada desde la construcción de la identidad colectiva, la difusión de la idea de “utopía patagónica” y las representaciones del espacio mediante sus narraciones literarias.[10] Con respecto a los derechos de los habitantes se demostró como la revista, en su primer decenio, avaló la idea de incapacidad política de los pobladores territoriales.[11] Por otra parte María Teresa Varela vinculó la historia de uno de los fundadores de la Empresa Juan Blanchard con los orígenes de la revista, mientras que Brígida Baeza afirmó que la revista constituyo una clara representación del ascenso del autoritarismo en la Patagonia.[12]
El objetivo de este artículo consiste en analizar la Revista Argentina Austral para advertir las transformaciones y desplazamientos en las representaciones sobre la Patagonia, sus habitantes, la Empresa y su relación con la coyuntura político-económica y el contrato fundacional establecido con los lectores. Consideramos que Argentina Austral seleccionaría y jerarquizaría diferentes representaciones para articular un discurso que permitiría a la revista posicionarse frente a los planes y decisiones de los gobiernos de turno, acompañando los planteos de las corporaciones agrarias o asumiendo cierta independencia pragmática frente a los mismos.
Argentina Austral fue una revista fundada a partir de una Empresa y como órgano de propaganda de la misma. En ese sentido puede ser considerada una revista de carácter sectorial, que surgió de una “familia empresaria”, un grupo familiar vinculado por sangre o por afinidad, que a lo largo de varias generaciones retuvo el control de los negocios comunes, diversificando sus actividades y con el fin de lograr la perdurabilidad de sus valores y la continuidad de la familia a lo largo del tiempo.[13] Por ende, la revista asumió una clara identificación con el sector que integra o se halla vinculado con la Empresa y las actividades de la Empresa pasaron a ocupar un lugar destacado en sus páginas. Tener esto en claro no es un dato menor ya que nos permite abordar el discurso de la revista en clave social, sabiendo quienes hablan, para quien lo hacen y por qué.
La Empresa surgió de la fusión comercial de empresas rivales del sur de Chile y Argentina: la de Juan Blanchard y José Menéndez con la de Mauricio Braun. El vínculo empresarial quedó convenientemente reforzado con las alianzas matrimoniales que consolidaron la unión.[14] Si bien su centro de operaciones inicial fue Punta Arenas (Chile), con la habilitación del Canal de Panamá para operaciones marítimas (1918) decidieron instalarse en Buenos Aires. Posteriormente recibió la personería jurídica como sociedad argentina y abrió agencias en Londres, Berlín, Nueva York y Barcelona.
Pero la acción empresarial se desplegó fundamentalmente en el sur argentino, en los territorios de Río Negro, Chubut y Santa Cruz[15] con una amplia diversificación de actividades. La Empresa era propietaria de estancias y grandes extensiones de tierra dedicadas a la cría del ovino,[16] múltiples casas comerciales, vapores para la navegación, compañías de seguros, yacimientos mineros, frigoríficos, sociedades bancarias, compañías telefónicas, acopio y consignación de frutos e importación de productos. En 1957 crearon la Compañía Austral de aviación. Operó como prestamista de importantes empresas regionales y otorgaba créditos y anticipos a la producción.
Argentina Austral se distinguió rápidamente no solo por la calidad de su edición sino por su continuidad a través del tiempo, rasgo no habitual en la prensa sureña .Se editaba en Buenos Aires y se entregaba gratuitamente en la Patagonia con una amplia circulación en ciudades del interior y exterior del país a través de las agencias de la Empresa. Su staff estaba compuesto mayoritariamente por figuras vinculadas con la Empresa como integrantes de su Directorio –Tomas del Pozo, Enrique Campos Menéndez- o abogados como Ricardo Fisch, asesor de la empresa en Buenos Aires y socio del estudio jurídico de Armando Braun Menéndez o el prestigioso jurista Miguel Marienhoff, asesor letrado de la empresa en Santa Cruz. También encontramos al abogado chubutense Lorenzo Amaya, el presbítero rionegrino Raul Entraigas y al periodista de Rio Gallegos Juan Hilarion Lenzi, entre otros. El tiraje era importante: superaba los cinco mil ejemplares y la cantidad de páginas rondaban las sesenta y cinco por número, prácticamente un pequeño libro .Las notas eran de carácter histórico, vinculadas con el pasado patagónico, su geografía, las localidades y personajes ilustres, y frecuentemente se reproducían discursos oficiales, proyectos de ley, viajes de funcionarios nacionales o se comentaban medidas económicas o políticas en los que la revista –a través de las notas editoriales- sentaba postura, discrepando o apoyando las decisiones tomadas.
Como familia-empresaria el grupo directriz de Argentina Austral no actuaba en soledad. La mayoría de los integrantes del Directorio se hallaba vinculado con las grandes corporaciones agropecuarias como la Sociedad Rural Argentina (SRA). En 1938 la Empresa decidió la fundación de la Federación de Sociedades Rurales de la Patagonia, (FSRP), entidad cuya actividad y logros serán motivo de notas permanentes en la revista.[17]
Argentina Austral nació como una revista pensada para la Patagonia y con la ambición de ocupar el lugar vacante que los medios de prensa dejaban en el sur argentino. Desde sus primeros números se propuso desplegar un programa de acción que calificó como “patriótico”: el progreso de la Patagonia. El uso del vocablo progreso, matriz mental dominante del siglo XIX, resulta frecuente en la prensa del sur al hablar del desarrollo material y político de los territorios.[18] Pero Argentina Austral lo sesgó al centrarlo en la necesidad de crecimiento económico y moral más que de acrecentamiento de los derechos políticos.
El contrato fundacional establecido con los lectores le daba a la revista una misión excluyente: “impulsar el progreso del sur”, revalorizar la Patagonia en el país y en el extranjero. A través de las ilustraciones de portada y las notas insertas en su interior mostraba los paisajes naturales para atraer inversores, turistas y futuros pobladores que conozcan y valoren –por intermedio de la revista- la potencialidad del sur argentino.[19] En 1937 afirmaron que la fundación de la revista tuvo un sentido de “cruzada” ya que “un núcleo de hombres de espíritu, buena voluntad y patriotismo se propusieron “salvar la Patagonia” abandonada a su suerte por el desinterés de los poderes públicos.[20] Para esta meta la revista tenía la autoridad suficiente, ya que las múltiples actividades de la Empresa por si misma hablaban- en la verba de sus dirigentes- del interés del grupo comercial por el progreso sureño.
La revista se convertiría así en la voz de la Patagonia, la “guardiana y vigía” de su progreso y porvenir:
Dar a conocer los verdaderos valores del lejano sur, poner de relieve sus principales problemas y sugerir las soluciones adecuadas ha sido la norma de Argentina Austral. No hemos escatimado esfuerzos para llevar ante los poderes públicos la necesidad de sacar a la Patagonia de su condición de Cenicienta. [21]
Evidentemente esta finalidad no era ajena a los intereses de la Empresa, vinculados con la ampliación del mercado de consumo, el desarrollo de la ganadería ovina y la navegación marítima.
Para el progreso del sur la revista seleccionó problemáticas cuya solución consideraba imperiosa y urgente. Entre ellas priorizó la cuestión de la tierra pública que ocupo un lugar destacado en la revista y a cuya efectiva solución quedaba subordinada toda posibilidad de ampliación de los derechos políticos. Con posterioridad a la creación de las provincias, analizó la potencialidad del desarrollo minero y turístico.
Con una concepción centrada en el rol del Estado como principal gestor de obras y neutralizando o silenciando la potencialidad de la sociedad civil para activar el mecanismo de la demanda, el vector hacia el que se orientó la publicación fueron las necesidades insatisfechas del sur. Su mensaje admonitorio no se dirigía a los habitantes sino al gobierno nacional, quien debía tomar las decisiones necesarias sobre cuestiones que la revista priorizaba, formaba opinión y sugería el criterio a seguir: “Nosotros no quitamos ni ponemos rey. Nos limitamos a informar y aguardar, para ver que sucede”.[22] Esta postura podía ser entendible durante la etapa territoriana en la que la Patagonia fue un espacio centralizado. Pero se mantuvo significativamente a partir de la etapa provincial, otorgándole al Estado Nacional un rol protagónico como impulsor de la acción y opacando o atenuando el papel de los gobernadores provinciales.
En la mirada de la revista, la sociedad patagónica portaba un rol pasivo y era la Empresa la que tomaba la iniciativa para organizar a los actores rurales. En 1930 la revista convocó a las sociedades rurales del sur para que apoyaran sus demandas sobre tierra pública y liberación de impuestos internos. En 1938, la Empresa organizó y dirigió una corporación agraria patagónica –la FSRP- mientras que en 1965 apeló fuertemente al nucleamiento del sector ganadero para presionar al gobierno de Arturo Illia. Cabe aclarar que los integrantes de la Empresa mantuvieron su carácter dominante pero no dirigente, ya que no participaron del gobierno nacional ni territorial/provincial o local. Pero hablaban a través de las corporaciones rurales, la SRA y la FSRP.[23]
El dialogo de Argentina Austral con otros medios fue escaso. Reproducían o comentaban artículos de los Anales de la Sociedad Rural Argentina o de los diarios nacionales La Prensa . La Nación. Con respecto a la prensa sureña, referenciaban artículos para avalar sus posturas y demandas: periódicos santacruceños como La Unión . El Nacional, dirigido a partir de 1930 por J. H. Lenzi o el periódico de Chubut Jornada editado desde 1954. No se registran opiniones de periódicos y diarios rionegrinos como La Nueva Era o Rio Negro. Puede pensarse que esta omisión deliberada-eran medios de circulación patagónica relevante- pudo deberse a la centralidad que estas publicaciones otorgaban a la política norpatagonica, de escaso interés para la revista o a la presencia de medianos propietarios en esta región, con preocupaciones diferentes al sector latifundista.
Para fundar sus posturas, la revista generaba en forma permanente representaciones de las que se valía para emitir un mensaje crítico, justificar una argumentación o reclamar una medida. Las representaciones operan como potenciales constructoras de identidades. Al acentuar determinados aspectos de una totalidad, reconfigurar, consolidar o modificar un imaginario social procura ejercer una intervención efectiva sobre las prácticas colectivas. En ocasiones se selecciona de la realidad una determinada representación o se la construye intencionalmente para cambiar los significados existentes e impulsar prácticas renovadas o diferenciadas.[24]
Argentina Austral se consideraba una revista desde, en y para la Patagonia. El imaginario del sur se nutría de los elementos propios del “desierto”: falta de población, aislamiento, carencia de comunicaciones, necesidad de auxilio oficial permanente para evitar convertirse en “tierra maldita” y transformarla en la esperanza del futuro. Pero en diferentes momentos, Argentina Austral extrajo, seleccionó, reconfiguró y jerarquizó elementos del imaginario patagónico en pos de brindar una imagen intrínsecamente coherente que resultara funcional a las finalidades y objetivos coyunturales de la revista. A la representación del sur como “Patagonia reserva moral de la Nación”, “germen de la regeneración” del país -que apareció en la revista desde sus números iniciales-, adicionó visiones contrastantes y a veces antitéticas para motorizar la acción oficial. Así la representación de “Patagonia agonizante” en situación de “derrumbe extremo”, despoblada y en crisis, fue dominante durante el segundo gobierno de Yrigoyen (1928-1930),[25] siendo reemplazada por la “Patagonia protagonista del futuro nacional” durante el gobierno de Agustín P. Justo (1932-1938). En el peronismo[26] y en consonancia con el discurso oficial, la Patagonia era el “lugar del esfuerzo y el trabajo”, el escenario de los pioneros “de buena voluntad y rector proceder”, constructores de la grandeza del sur.
A partir de 1955 la Patagonia fue nuevamente representada como un lugar despoblado, alejado y abandonado que aún es percibido como “desierto”: “El gran mal de la Patagonia es la insuficiencia de capital humano, hay que llevar población […] para que el desierto, al fin dominado, se convierta en semillero humano”.[27] Esta representación fue articulada con conceptos nacidos de la coyuntura: la “Patagonia generosa”, que da y no recibe, pródiga en riquezas aparece asociada al auge petrolero.[28] A ella le acompañó la figuración de una “Patagonia desconocida”, que requiere ser difundida y explorada. Esta representación tiene un fuerte anclaje decimonónico y resurgió frente a la constatación de la potencialidad minera y turística patagónica.
Argentina Austral construyó un Panteón de héroes patagónicos. Afirmaban que los “prohombres de la grandeza” eran dos: en primer lugar, en lo más alto del sitial de honor estaba el Gral. Julio Argentino Roca. En repetidas ocasiones la revista rememoró la visita del presidente Roca al sur (1899), considerándolo el líder de una “extraordinaria epopeya civilizadora” al conducir la campaña militar de exterminio contra los indígenas.[29] En segundo lugar ubicaban a Ezequiel Ramos Mexia, ministro de Agricultura (1901 y 1906) y Obras Públicas (1907-1913), autor de un Plan de Fomento para los Territorios Nacionales (1908) que si bien no se ejecutó totalmente, fue considerada como la mejor propuesta de desarrollo para el sur. El elenco se completó con Miguel Angel Cárcano, Ministro de Agricultura del presidente Justo y responsable de la decisión de poner en venta las tierras fiscales patagónicas.
Conjuntamente con la representación colectiva de la Patagonia, la revista identificó la tipicidad de los pobladores sureños. El hombre patagónico era un personaje humilde con una fuerte voluntad de superación y la mirada puesta en el porvenir, portador de un espíritu amplio y hospitalario teñido de un “noble idealismo”. A partir de la caída de Perón, Argentina Austral se empeñó en profundizar la asociación revista/pobladores del sur, proclamando la afinidad de origen, principios e ideas: “Tenemos las mismas inquietudes que los hombres del sur, nacimos con ellos y crecimos identificados con sus sentimientos e ideas, con sus formas de vida y de trabajo […] nos sentimos parte viva, intrínseca y pensante del sur”.[30]
Pero las representaciones no se agotaban en la Patagonia y sus habitantes. Un lugar protagónico lo ocupan las figuraciones de la Empresa, presentes desde los primeros números y enfocadas en los almacenes conocidos hasta hoy como “La Anónima”.[31] Todo lo concerniente a ellos tenía un amplio despliegue, ocupando varias páginas los relatos de almuerzos, homenajes, bodas de plata del personal, con gran cantidad de fotos y en los que siempre estaba presente algún integrante de la familia Menéndez Behety. Los aniversarios de la revista daban lugar a números especiales en los que se reseñaba la historia y desarrollo de la Empresa.
A través de los discursos de los directivos, se advierte claramente la repetición de ideas-fuerza que aparecen como valores a defender y acrecentar: solidaridad, camaradería, fraternidad, pertenencia, trabajo, unidad y por sobre todo fidelidad a la Empresa y sus objetivos. Pero la propaganda de las actividades comerciales, reveladora de una estrategia de comunicación amplia, constituía el medio para difundir lo que hemos denominado “la concepción familiarista de la Empresa”.
La Empresa desarrolló una intensa actividad social con el fin de acrecentar la pertenencia de los empleados y sus familias. Para ello construyeron un modelo ideal de armonía, convivencia, solidaridad, un puente entre los dirigentes, el personal y sus familias que denominaron Enosis.[32] Con este vocablo como síntesis de sus principios empresariales, crearon los “Club Enosis”, lugar de encuentro y de recreación. Se multiplicaron por todo el sur y en cada lugar donde el Enosis tenía sede, prestaba atención médica y ofrecía un fondo de asistencia social para afiliados y becas de estudios para hijos del personal. Pero la propaganda de las actividades del Club Enosis, no era la única manera de difundir el vocablo y sus sentidos.[33] Para el sostenimiento del modelo Enosis, la Empresa tenía una Colonia de vacaciones, el “Hogar Patagonia” en Villa Elisa (provincia de Buenos Aires) que funcionó hasta 1960.[34] Esta concepción de la Familia Enosis fue reforzada como estrategia durante el peronismo seguramente para asegurar el vínculo personal-Empresa y obstaculizar posibles adscripciones partidarias o sindicales.
Para la dirigencia, Enosis era la “marca inicial de la Empresa”, una creación espontánea reveladora de un espíritu fraterno y solidario. La generación de este concepto se vinculaba con una Empresa que priorizaba a las personas por sobre el lucro.[35]Para demostrarlo, la Empresa decidió en 1959 incorporar a la totalidad del personal como accionistas, comprometiéndolos más profundamente con el presente y con el futuro empresarial.[36]
A través de las narraciones y notas editoriales, advertimos que la utilización intencional de la concepción de Familia Enosis posibilitó a la Empresa extender progresivamente el control sobre la vida privada del personal considerando al ámbito doméstico como parte de la esfera de influencia empresarial y continuación del mismo. Resulta válido preguntarnos si se intentaba imitar el modelo de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que conformó en el sur un enclave petrolero que operó sobre la vida privada de los trabajadores y, a la vez que desarrollaba una amplia gama de beneficios sociales mediante una organización vertical y militar, logró desactivar el frente sindical.[37] La Empresa pareciera tener una concepción similar y podríamos pensar que a través del concepto Enosis se “invitaba” a participar como una forma de injerencia sobre la vida cotidiana de su personal, creando una identidad por pertenencia.
La revista se autodefinió como independiente, objetiva, veraz crítica, de pensamiento elevado y declaro ser completamente ajena a influencias político-partidarias o a intereses particulares Empero, no logró mantener la neutralidad frente a los cambios políticos. Esto se advierte claramente al recorrer los vínculos de la revista con el gobierno nacional.
Si consideramos que el discurso constituye una práctica social compleja reveladora de las condiciones socio-históricas de su producción y que la pertenencia grupal o sectorial produce un discurso que responde a constructos culturales propios de ese grupo,[38] no podemos dejar de advertir la articulación del contexto histórico con las orientaciones discursivas de la revista. Entre 1929 y 1930 se registró un enfrentamiento con el gobierno de Yrigoyen, al que la revista responsabilizó por la crisis agraria y criticó por la inspección de tierras patagónicas que afectó propiedades de la Empresa y generó conflicto al desalojar a los ocupantes.[39] Una vez producido el golpe de Estado de 1930-que la revista no condenó- manifestó un consenso expectante con el gobierno del Gral. José E. Uriburu (1930-1932). Al asumir el Gral Justo en 1932, la revista expresó abiertamente su apoyo al mandatario pero avaló el Memorial de la Sociedad Rural Argentina solicitando un régimen más liberal para la tierra en el sur y la unificación de la legislación sobre la tierra.[40] En 1937 al decidir el ministro de Agricultura Miguel Ángel Cárcano la venta de tierras en el sur, propuso nominar a ese momento como Año de la Patagonia y redobló su apoyo a la gestión Justo.[41] La asunción de Roberto Ortiz a la presidencia (1938) dejo inconclusa la venta y nuevamente emitieron quejas acerca de la despreocupación sobre el sur.[42]
Durante el peronismo la revista viró de una postura inicial de hostilidad al apoyo expreso al gobierno, cambio motivado por la inclusión de la Patagonia en las obras públicas del Primer Plan Quinquenal, que mereció la total aprobación de la revista. Pero este acercamiento no fue una iniciativa aislada de Argentina Austral sino que se dio en simultáneo con el giro que las corporaciones rurales dieron en su postura crítica del peronismo. La FSRP aceptó la integración en la futura Confederación General Económica (CGE) gestada por el gobierno.[43] En 1954 y gracias al accionar conjunto de la FSRP y la CGE se firmó el decreto que dispuso la venta de tierras fiscales en la Patagonia, medida solicitada reiteradamente por Argentina Austral pero que debido al golpe de Estado que derrocó a Perón tuvo escasa aplicación.[44]
La caída de Perón no fue repudiada. Al producirse el golpe, el discurso referenció una “fibra exultante de emoción y orgullo” y en la nota editorial saludaron “con alborozo” el inicio de una nueva etapa “sin exclusiones, con armonía y conciliación interna”.[45] Afirmaron que el gobierno de facto había devuelto a la Nación la libertad y desarrollado el “espíritu democrático”.[46]
Desde 1955 Argentina Austral mantuvo la prioridad en las problemáticas económicas. Si bien habían proclamado que sus dos grandes preocupaciones históricas eran la “redención cívica” de los habitantes del sur y la reivindicación del derecho a la tierra,[47] a través de las notas y editoriales advertimos que lo central continuó siendo la propiedad de la tierra pública. La política agraria del gobierno de facto fue sensible a los intereses de las corporaciones agropecuarias y en agosto de 1956 se decretó un régimen provisorio que disponía la venta de lotes urbanos y rurales e islas fiscales a sus actuales ocupantes. Desde varios meses atrás, la revista había unido su voz a la de la SRA y la FSRP.[48] Al dictarse el decreto, dedicó un número especial en el que la medida aparecía como parte de un “acontecimiento histórico” constructor de un “ideal progresista”.[49] En esta afirmación se concentran no sólo los intereses particulares de la Empresa sino también la importancia que el acceso a la tierra tendría para el arraigo y atracción de la población y para alejar la posibilidad de conflictos en el campo debido a los frecuentes desalojos.
En ese marco, la acción del gobierno de facto fue valorada como una mutación fundamental y completa en la manera de encarar los problemas del sur: “La Patagonia yacía olvidada y desamparada y cabe al gobierno provisional el mérito de haberla desagraviado con disposiciones que la redimen, impulsan y orientan hacia un futuro cuajado de imprevisible prosperidad”.[50] En poco tiempo –afirmaron- ha realizado la obra reparadora reclamada desde varias décadas. Así el presidente Aramburu fue “[…] el presidente que se acordó de gobernar para la Patagonia”.[51]
En 1957 el desgaste del gobierno militar posibilitó una apertura política limitada y se dispuso la convocatoria a elecciones nacionales. En febrero de 1958 y con el peronismo proscripto, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) triunfó en gran parte del país y Arturo Frondizi asumió el Poder Ejecutivo Nacional.
Frente al restablecimiento del orden constitucional y dejando de lado su entusiasmo por el régimen de facto, Argentina Austral saludó la recuperación del Estado de derecho, augurando una “nueva época en la vida nacional”. Propuso mantener una convivencia armónica y reparar las “graves fisuras” en el frente económico y social. A la vez señaló la importancia que tenía la instalación de los primeros gobernadores electivos con lo que desaparecía el desequilibrio político y la limitación de derechos cívicos y posibilitaba que las nuevas provincias se “integren armónicamente al concierto federal”.[52]
En una coyuntura crítica para la economía, el gobierno de Frondizi sancionó una ley tendiente a facilitar el autoabastecimiento y radicar capital extranjero para exploración y explotación. Las principales beneficiarias fueron las provincias patagónicas, en las que se concentraba el potencial minero.
Pero durante la gestión Frondizi el foco de la revista estuvo puesto en la cuestión lanar. En un contexto crítico para la economía lanera, el descenso de las existencias de ganado ovino, los cambios en los precios internacionales y el atraso tecnológico llevaron a la sobrecarga de los campos sin el aumento del volumen de forrajes, agravando la desertización por sobrepastoreo en Chubut y Santa Cruz.[53] Pero a su vez el petróleo afectó a las majadas y a los establecimientos ganaderos, invadidos por las empresas dedicadas a la exploración.[54] Argentina Austral habló en nombre de los ganaderos y apoyó la acción de la FSRP, la SRA, las cooperativas ganaderas y las sociedades rurales del sur en asambleas y petitorios al igual que el reclamo por la eliminación de las retenciones a las exportaciones laneras. Pero no se plegó a las críticas emitidas por la SRA por la creación del Consejo Agrario Nacional.[55] Este pragmatismo de Argentina Austral demuestra independencia de criterio de una Empresa que, si bien integraba la SRA, había generado su propia corporación-la FSRP- y a través de ella vehiculizaban sus reclamos. Se apoyaban en las posturas de la SRA cuando lo consideraban necesario para darle fuerza a sus propias argumentaciones.
Nuevamente Argentina Austral aparecía liderando el desarrollo del sur. La fiebre planificadora del desarrollismo fue acompañada por la revista en pos de sostener su lugar como impulsora principal-entre los medios periodísticos sureños y frente a las organizaciones de la sociedad civil- del crecimiento del sur. Este objetivo quedo expresado claramente ante la inminencia del viaje de Frondizi en noviembre de 1959: “[…] nos preocupa difundir el viaje de todos los funcionarios para comprometerlos públicamente en nombre de la Patagonia a realizar las obras de gobierno que pongan término definitivo a un abandono que pesa sobre la conciencia del país”.[56] Esta persistencia en señalar el abandono del sur contrasta con el comentario que efectúan sobre la Patagonia como objeto de interés del gobierno. La perdurabilidad de esta representación de la “Patagonia abandonada” podría deberse a una estrategia destinada a motorizar la acción oficial que a la vez permite consolidar el papel auto-asignado de portadora de las principales demandas y formadora de la opinión pública.
Argentina Austral asignó a Frondizi el valor de demostrar conocimiento y comprensión de las problemáticas fundamentales del sur. Incluso afirmó que el discurso de Frondizi en Comodoro Rivadavia constituyó “[…] el mejor discurso que un presidente ha hecho en el sur”.[57] Empero, cuando Frondizi fue depuesto en marzo de 1962, la revista no emitió opinión alguna. Durante el breve interregno del presidente de facto José María Guido-político proveniente de la Patagonia- endureció las críticas en consonancia con la actitud mantenida por las corporaciones rurales, especialmente la SRA.[58] Si bien aplaudió la eliminación de las retenciones a las lanas y cueros, el impuesto de emergencia a la producción agropecuaria –que incluyó a las lanas- mereció agudos comentarios por parte de la revista.[59]
En 1963 se abrió una nueva etapa democrática esta vez bajo el liderazgo de la Unión Cívica Radical del Pueblo que llevó a la presidencia a Arturo Illia (1963-1966) Frente al restablecimiento del orden institucional, la revista expreso su deseo de iniciar una etapa de normalidad y manifestó sus expectativas de cambio.[60] Si bien algunas medidas de este trienio motivaron su aprobación, mantuvo una actitud distante con respecto al gobierno de Illia. En paralelo al enfrentamiento entre la SRA y el gobierno nacional, reapareció con mayor fuerza el papel jugado por la FSRP con abundantes reseñas de sus actividades y gestiones.[61]
Argentina Austral no quedó exenta del clima de oposición golpista que se gestaba desde los medios de prensa. Resurgió - como en la década de 1930- el imperativo de acción que la revista esgrimía ante situaciones de crisis y frente a la debilidad de los gobiernos. La Patagonia fue sede de una asamblea de entidades agropecuarias impulsada por la FSRP en julio de 1965 en la que se aprobó una declaración con varios puntos críticos sobre la política agraria del gobierno radical. Argentina Austral acompaño estos reclamos a la vez que iniciaba –desde sus editoriales- una persistente campaña en pro de la organización del sector lanero para la defensa de los intereses comunes y para resistir frente al gobierno.[62]
La presidencia de Arturo Illia, jaqueada por la presión militar y la inercia de los partidos políticos, sufrió un nuevo golpe institucional en 1966.
Argentina Austral se destacó como revista sectorial representativa de los intereses de los ganaderos latifundistas del sur.
Por esto, resulta interesante advertir la pendulación y desplazamientos de las representaciones sobre el sur contrastantes con la mirada sobre el habitante patagónico y la concepción familiarista de la Empresa. Los diferentes- y a veces antitéticos-atributos asignados a la Patagonia generan una flexibilidad notable a la hora de traccionar hacia arriba para hacerse oír por el gobierno y permiten –por su misma laxitud-la convivencia con otros rasgos. La casi inalterabilidad de la visión del poblador y el engrandecimiento y desarrollo de la noción de Familia Enosis constituye una respuesta frente a la necesidad de control de la vida cotidiana por parte de la Empresa, quizá acuciada por la expansión de las casas comerciales que conllevaba el posible riesgo de la dilución de lealtades. ¿Imitación de YPF, practicas poco democráticas de los sectores dominantes o control social del espacio? A priori advertiríamos una modalidad de dominación empresarial cerrada que bajo el formato de la identidad por pertenencia apostaba a despertar lealtades y suscitar la colaboración como valores primordiales de la organización.
El posicionamiento de la revista frente a los gobiernos tanto de facto como semi-democráticos de la etapa 1955-1966 nos hablan de la ambigüedad en las posturas sobre la díada democracia/dictadura y la persistencia de una visión intervencionista del Estado combinada con la pasividad del ciudadano. Es el gobierno quien toma iniciativas, encara obras, decide destinos, mirada que no solo deja fuera de la acción a los gobiernos provinciales sino también a la sociedad civil. Frente a este arco expectante, la revista mantuvo el rol fundacional de impulsora y mediadora del progreso económico del sur, que la eleva por encima de los restantes medios periodísticos y la posiciona de manera diferente en la sociedad patagónica. Con un tono predominantemente económico, actuó como actor político procurando afectar el proceso de toma de decisiones mediante la influencia que ejercía sobre el gobierno, su incidencia en la formación de la opinión y la mayor o menor eficacia en la instalación de temas en la agenda pública.