Artículo original
Recepción: 23 Diciembre 2021
Aprobación: 23 Agosto 2022
Resumen: La conformación de las regiones transfronterizas involucra diversas perspectivas teóricas para comprender los procesos socioeconómicos y culturales que se construyen de ambos lados de la frontera entre dos países. Este documento se centra en mostrar la estructura predominantemente no formal de la economía mexicana local en la Región Transfronteriza México-Guatemala, su vínculo con la dinámica poblacional y laboral que integra principalmente a migrantes guatemaltecos en trabajos precarizados y la articulación con establecimientos informales, especialmente de comercio y servicios, en una frontera porosa y llena de pasos no oficiales. Los cruces no formales entre las ciudades fronterizas de Ciudad Hidalgo y Tecún Umán, que han encontrado la forma de modificar el cauce del río Suchiate a base de bultos y costales de arena creando diques de paso, son elocuentes de las distintas estrategias para crear cruces por donde transitan migrantes, bienes y productos a uno y otro lado de la frontera.
Palabras clave: Región transfronteriza, estructura no formal, migración internacional.
Abstract: The conformation of cross-border regions involves various theoretical perspectives to understand the socio-economic and cultural processes that are constructed on both sides of the border between two respective countries. This paper focuses on showing the predominantly informal structure of the local Mexican economy in the Mexico-Guatemala Cross-Border Region, its link with the population and labour dynamics that integrate mainly Guatemalan migrants in precarious jobs, and the articulation with informal businesses, especially in local commerce and services, in a porous border region with numerous unofficial crossing points. The informal crossings between the border towns of Ciudad Hidalgo and Tecún Umán, where ways have been found to alter the course of the Suchiate River with bundles and sand bags, creating crossing dikes, are powerful examples of the different strategies used to create crossings through which migrants, goods and products pass from both sides of the border.
Keywords: Cross-border region, informal structure, international migration.
Introducción
El análisis de las fronteras entre países requiere de la integración de conceptos tanto geográficos, económicos, políticos, demográficos como ambientales. Esto permite aproximarse a la comprensión de franjas territoriales con historias que se comparten de un lado a otro de una línea fronteriza. Tal es el caso de la Región Transfronteriza de México y Guatemala (RTMG), donde las poblaciones de uno y otro país comparten un espacio y donde convergen flujos de mercancía, bienes, servicios y recursos naturales. Con una demarcación fronteriza que combina ríos, montañas y valles, así como asentamientos urbanos con puentes, carreteras y pasos fronterizos, la alta porosidad estimula la migración centroamericana que pretende pasar a México, bien sea hacia los Estados Unidos o para quedarse de manera temporal o permanente. En este espacio transfronterizo, caracterizado por innumerables pasos no oficiales, con asentamientos humanos que tienen limitado su desarrollo socioeconómico, las formas de producción y subsistencia se estructuran principalmente en torno a actividades y vínculos informales.
En este artículo buscamos acercarnos a la composición de la RTMG y a sus interacciones, considerando las actividades productivas y el comportamiento de los mercados laborales a partir de la vinculación laboral en la que se articula la fuerza de trabajo guatemalteca cuando pasa a México. En ella priman actividades informales con unidades de producción igualmente informales. A partir de una metodología cuantitativa se efectúan procesamientos especiales de los microdatos del Censo de Población de 2010 y de la Encuesta Intercensal de 2015, junto a la información del Directorio Estadístico de Unidades Económicas (DENUE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). A partir de estos se elaboraron tablas y mapas con sistemas de georreferencia, a fin de exponer y analizar los resultados de las actividades productivas informales del lado mexicano y de los pasos informales que se habilitan en la frontera. Para esto último, el trabajo aborda el caso específico de la localidad de Suchiate, en el municipio de Unión Juárez del estado de Chiapas en México, que colinda con la ciudad de Tecún-Umán en el municipio de Ayutla de Guatemala, y su vínculo con el río Suchiate, cuya alteración geográfica por la colocación de bloques y costales de tierra como montículos artificiales para atravesar sus aguas ha dado lugar a cambios en el ecosistema del río que resultan visibles en las imágenes satelitales de diferentes años.
Luego de esta introducción, se presenta un marco teórico en el que se exponen los conceptos de frontera y región para llegar a una definición de región transfronteriza; a continuación, se muestra la delimitación de la frontera de México con Guatemala, la metodología de trabajo y las fuentes utilizadas. Posteriormente se analiza la estructura informal de la ocupación, según sus posiciones ocupacionales y la localización espacial de unidades productivas informales en la RTMG. Finalmente, se analiza la estructura del comercio informal en la zona transfronteriza del río Suchiate en el Municipio de Suchiate, Estado de Chiapas, y se cierra con las conclusiones y referencias bibliográficas.
Fronteras y regiones transfronterizas: territorialización y flujos
Las fronteras pueden ser entendidas como espacios donde existe un tránsito social entre dos culturas “separadas” por un límite político administrativo que en ocasiones coincide con un límite territorial natural, que ofrecen a los individuos y grupos sociales la capacidad de trascenderlas y/o explorarlas. Entendida como border, la noción de frontera alude a lo internacional, al límite entre Estados; como frontier, hace referencia al espacio flexible de articulación entre sistemas con dinámicas socioeconómicas heterogéneas en las que uno se expande sobre el otro (Grimson, 2005).
Las fronteras naturales compuestas por ríos y montañas, por ejemplo, son límites creados por la misma naturaleza que en ocasiones restringen el tránsito humano (Matthai, 1991); dichas fronteras coexisten con las políticas, lingüísticas, económicas y sociales que construyen alteridades (Canela y Rincón, 2016) y se desenvuelven en el margen de procesos sociales y migratorios que implican cuestiones económicas, culturales y simbólicas (Peña Piña y Fábregas, 2015, p. 63).
Como el concepto de frontera, el de región está igualmente permeado por aspectos ecológicos, económicos, sociales, políticos y culturales y por procesos históricos. En ellos coexisten proyectos sociales e imaginarios (Fletes Ocón, 2009, p. 167) que surgen de acuerdos, tensiones y disputas entre actores desiguales. Como sistemas espacio/temporales complejos involucran “ensamblajes territoriales a escalas geográficas diferentes de las escalas nacionales” (Dilla Alfonso y Breton Winkler, 2019, p. 4).
Una región transfronteriza corresponde al territorio compartido por dos Estados-nación, cuyos espacios transfronterizos son continuidades (redes, interacciones) y divisiones político-administrativas de países distintos; el auge de la noción de transfrontera resulta de un fenómeno económico mundial concomitante al fortalecimiento de actores regionales en paralelo con la desestructuración de los Estados nacionales (Jessop, 2004). De acuerdo con Jessop, este tipo de territorialización no puede ser entendida como la conformación de “territorios económicos espontáneos y naturales”, sino más bien como el resultado dinámico de construcciones sociales derivadas de luchas sociales e institucionales. En sus palabras:
Tanto en términos geoeconómicos como geopolíticos, los tipos variados de regiones están marcados por grados de hegemonía y jerarquía diferentes y cambiantes, superponiéndose esferas de influencia, componentes nacionales e influencias transnacionales, interdependencias y paquetes de regiones autocontenidas, embrionarias y fallecientes, esferas marginales y áreas de confrontación. Estas complejidades (…) también reordenan las jerarquías espaciales y escalares, produciendo nuevas formas de desarrollo desigual. (Jessop, 2004, p. 32).
En este tipo de territorialidades existen formas dinámicas de organizar y conectar flujos que, como mencionamos anteriormente, involucran múltiples aspectos -económicos, políticos, ecológicos, culturales-, actores y escalas tempo-espaciales. En ellas es posible observar territorios que se caracterizan por valores y tradiciones comunes entre culturas previas a la constitución de los Estados nacionales, cuyas identidades étnicas han sufrido distintos tipos de violencia como resultado de la demarcación fronteriza. Por ejemplo, en la región que aquí nos ocupa, pervive la continuidad identitaria, las interacciones de redes familiares y comunitarias de la etnia mam en el ejido Pavencul (Peña-Piña y Fábregas-Puig, 2015), o del pueblo chuj y sus interacciones sociales y religiosas en ciclos de festividades anuales entre la sierra de Cuchumatanes en Guatemala, y la meseta de Comitán en Chiapas, México (Limón, 2010).
La contigüidad y disparidad económica de los espacios transfronterizos interactúan estimulando la creación de mercados laborales locales con distintas características que promueven flujos de bienes y servicios y atraen la movilidad de personas y grupos poblacionales que se mueven dentro de la misma zona o dejan sus lugares de origen más alejados para pasar y establecerse de manera temporal o permanente en ellas por razones laborales, económicas, sociales y/o de violencia. En estos espacios, a raíz de que ocurren “procesos complejos de administración de la diferencia y el conflicto”, las pujas por los recursos y la autoridad se dan “entre sistemas socioculturales y políticos diferenciados” que, al colisionar, transforman a los trabajadores en ilegales o a las mercancías en contrabando (Dilla Alfonso y Breton Winkler, 2019, p. 17). Así, la migración clasificada como indocumentada -cuando las personas de un país ingresan a otro sin cumplir las reglamentaciones y leyes migratorias- muestra la incapacidad de las autoridades para generar un mercado laboral estable y acorde a las necesidades del flujo poblacional, dado que ella se ocasiona por la demanda laboral y la falta de voluntad de los países destino de dar opciones de migración legal (Castles, 2010, p. 49).
Las poblaciones migrantes se desplazan de un territorio a otro en busca de mejores condiciones de vida, de acuerdo a su consideración -subjetiva- y a los parámetros internacionales de la economía basados en la globalización. Estos pueden ser más o menos atractivos para los individuos dependiendo del objetivo final y personal de cada uno. Si bien en la frontera de México con Guatemala existen pasos formales de tránsito, gran parte de la movilidad se da a través de 56 pasos informales de cruces vehiculares (Secretaría de Relaciones Exteriores de México [SRE], 2013) y entre 370 y 704 cruces peatonales (López, 20 de julio de 2014; Rodríguez, 24 de agosto de 2015), con flujo migratorio desde Guatemala hacia las localidades mexicanas aledañas y con circulación constante de personas sin la finalidad de cambiar de residencia. Las migraciones han variado su intensidad y dirección según la época, con causas como las persecuciones por razones étnicas, religiosas o políticas (Herrera-Lasso y Artola, 2011, p. 12).
Luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos creó una estrategia para promover y fortalecer sus acuerdos bilaterales en materia de seguridad y controlar el flujo de migrantes y mercancías; entre 2001 y 2003, se implementó el Plan Frontera Sur en la frontera de Guatemala y Belice para incrementar el control en los puntos fronterizos (Anguiano y Trejo, 2007, p. 50). Este artificio legal buscaba regular o limitar el flujo migratorio existente entre Centroamérica y México, que se caracteriza por una compleja y potente movilidad transfronteriza (Clót y Martínez, 2015; Nájera, 2017). Este fenómeno ha producido el asentamiento de centroamericanos en la región, creando comunidades transnacionales con redes sociales, culturales y económicas (Clót y Martínez, 2015) que van más allá de los límites político-administrativas.
Debido a los flujos migratorios, estos espacios se han vuelto peligrosos por las actividades ilícitas que originan, lo que ha provocado un incremento de las fuerzas de seguridad en la frontera que, en ocasiones, intensifican las violencias. La creciente “industria de la migración” representa para unos una estrategia de sobrevivencia y para otros, un negocio ilícito (Armijo, 2011, p. 46), con abuso hacia los migrantes. Con cierta frecuencia esto se da por parte de autoridades municipales, estatales y federales, quienes les roban o extorsionan, aunque la mayoría de abusos provienen de particulares que incluso llegan a secuestrar y matar. Muchos de estos actos son perpetrados por maras y otras pandillas del lado de México, que aprovechan la situación de los migrantes, siendo las mujeres y los niños los más vulnerables.
La absorción de mano de obra migrante desde Guatemala hacia México es similar a la registrada para la migración rural-urbana desde la década de 1970 del siglo pasado, dado el lento crecimiento del sector industrial durante el proceso de modernización (Tokman, 1995). En su llegada a espacios urbanos -de diferente tipos y tamaños- se integran al empleo informal, obteniendo ingresos diferentes a los del trabajo formal, los que destinan como aportes de recursos a la familia o tal actividad la entienden como una forma de mantenerse activos y no desempleados (Rodarte, 2003). En la RTMG, las estructuras productivas quedan compuestas por unidades informales y fuerza de trabajo vinculada a una dinámica informal que para unos puede ser por elección y para otros por elección inducida (Cota y Navarro, 2015).
El flujo migratorio con procesos de llegada y radicación de población migrante en las localidades mexicanas de la RTMG no se acompaña con la inversión de gran capital que estimule la instalación de empresas formales de manera masiva. La masificación se da en la conformación de unidades productivas de pequeño tamaño; su especialidad se basa en las carencias de la frontera para el acceso de suministros, pero con alta flexibilidad, conocida como “especialización flexible” (González, 2009; OIT, 2005). Su objetivo es la supresión de normatividad proteccionista a la fuerza de trabajo para disminuir las prestaciones sociales y demás costos laborales. Así, se avivan y reproducen los márgenes de pobreza y se intensifica la marginación (Horbath, 2004).
2. La frontera con Guatemala: metodología y fuentes
La frontera sur de México tiene una extensión territorial de 1.149 km. Según la Comisión de Asuntos Fronterizos Sur -creada por la LXII Legislatura del Senado de la República-, 956 km corresponden a la línea fronteriza que comparte con Guatemala y 193 km con Belice.
Esta región es conocida geográficamente como la Frontera Sur y en ella se ubica la frontera con Guatemala, que incluye a los departamentos de San Marcos, Huehuetenango, Quiché y El Petén, que colindan con los estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y Campeche. La demarcación de esta frontera data de los años 1823-1824, tras la separación de Centroamérica y la incorporación de Chiapas a la federación mexicana (Castillo, Toussaint y Vázquez, 2006, p. 8), legitimada por el tratado sobre límites, celebrado el 27 de septiembre de 1882, en cuyo artículo III se acuerdan los límites para ambos territorios.
Lo anterior deja un mapa de la RTMG como se muestra actualmente (ver Mapa 1), aunque la frontera va más allá de la simple delimitación geográfica, pues su dimensión político-administrativa se sobrepone a capas compuestas por el espacio cultural, ecosistemas locales y elementos presentes en los espacios transfronterizos.
La investigación en la que se basa este artículo se hizo a partir de un acercamiento a las condiciones de vida de la sociedad que integra estos espacios, una aproximación a sus sistemas económicos, culturales y sociales que enmarcan las prácticas de la zona fronteriza, su composición y su comportamiento.
La metodología del estudio es de tipo cuantitativa. Por limitaciones de información, utilizamos fuentes estadísticas mexicanas y nos concentramos en el análisis de lo que sucede en esa parte de la región transfronteriza. Realizamos procesamientos especiales de bases de datos y elaboración de mapas con sistemas de georreferencia, comparando microdatos del Censo de Población de 2010 del INEGI y de la Encuesta Intercensal de 2015, a fin de contrastar las estructuras sociales vinculadas a las actividades productivas de los 22 municipios mexicanos que comprenden la región transfronteriza de México colindante con Guatemala. Se hace principal énfasis en exponer la vocación productiva de los municipios y subregiones, mostrando las diferencias de articulación de la población nacida en Guatemala en contraste con la población mexicana y otras, estableciendo la relación de la estructura productiva informal con el flujo de población migrante guatemalteca.
Con información del Directorio Estadístico de Unidades Económicas (DENUE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se seleccionaron los microdatos del cuarto trimestre de 2018 y se recortó la información concerniente a los 22 municipios mexicanos de la RTMG.
Se tomaron sectores del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte 2018 (SCIAN México), seleccionando al subsector 46 de Comercio al por menor y las ramas 4611 de Comercio al por menor de abarrotes y alimentos, y el 4612 de Comercio al por menor de bebidas, hielo y tabaco. La primera comprende diez ramas a seis dígitos de clasificación SCIAN 2018 y la segunda está compuesta por cuatro ramas con la misma desagregación.
Los mapas se elaboraron con datos de Google Earth, la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia de la República de Guatemala (SEGEPLAN) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).
3. Estructura no formal en las características de ocupación en la RTMG
Uno de los efectos de las estructuras formal y no formal de una localidad o una región se manifiesta en el resultado que deja en la estructura social, específicamente en la vinculación laboral con las estructuras productivas que se desarrollan en lo local. Si en una región, zona o localidad no hay asentamientos urbanos, las actividades productivas asociadas a lo rural serán las que capten la mano de obra y la vida social girará en torno a dicha actividad. Si existen localidades con asentamientos urbanos, estas mostrarán espacios productivos y laborales vinculados con actividades industriales, comerciales y de servicios. En este último sector se localizan, principalmente, aquellas estructuras gubernamentales locales, las cuales dan presencia del Estado y representación de los gobiernos, con estructuras formales de servicios públicos, como los puestos y centros de salud, hospitales, instituciones educativas, oficinas de gobierno e instalaciones de las fuerzas de seguridad pública, como policía, ejército, marina; también pueden existir clínicas y escuelas privadas.
La estructura productiva permite dar cuenta de los efectos en la población, tanto por la vocación productiva de los establecimientos y unidades productivas, como por la manera en que la población se articula con ellos. Siguiendo los estudios sobre los mercados de trabajo, se pueden identificar las estructuras formales e informales con base en lo que reporta la población en censos y encuestas. En ellos se consideran dos grupos de preguntas: las que apuntan a indagar la manera en que la fuerza de trabajo identifica el tipo de ocupación y las que establecen las actividades de vocación productiva de las unidades de producción. Para iniciar, se dimensiona el tamaño de la población en los 22 municipios de la región transfronteriza del lado mexicano y el peso de la población nacida en Guatemala en cada uno de ellos, así como algunas características básicas, tal como se muestra en la Tabla 1.
En 2010, el Censo de población arrojó un total 1.356.115 de personas que se localizaban en los 22 municipios mexicanos de la RTMG y, cinco años después, la Encuesta Intercensal registró a 1.470.455 personas, las cuales representan un incremento del 8,43 % de la población en cinco años, con un ritmo de crecimiento del 1,62 % anual.
Existe una diversidad de tamaños poblacionales a lo largo del conglomerado de municipios mexicanos de la RTMG, al igual que dinámicas poblacionales. Del Pacífico hacia el Caribe, los municipios de mayor tamaño son Tapachula, con cerca de 350 mil habitantes, seguido de Las Margaritas, Ocosingo y Palenque, que cuentan con más de 100 mil y casi 200 mil habitantes, todos ellos en el estado de Chiapas. Sin embargo, los municipios de Frontera Hidalgo y Metapa muestran crecimientos poblacionales de más de 17 % entre 2010 y 2015, con ritmos de más del 3 % anual, mientras los municipios de Maravilla Tenejapa y Benemérito de las Américas son los de mayor crecimiento poblacional -33 y 28 % en cinco años con un ritmo de más de 5 % anual.
El municipio de Mazapa de Madero, uno de los más pequeños de la RTMG, es el que registra decrecimientos demográficos de casi -2,5 % en los cinco años, a un ritmo de -0,5 % anual. En los municipios de mayor dinámica, se presenta más tránsito fronterizo y movilidad poblacional en ambos lados de la frontera, pero con mayor intensidad hacia México, tanto por el tránsito de guatemaltecos como de centroamericanos, mientras que la localización geográfica de Mazapa de Madero en la Sierra de Chiapas limita el acceso a la zona y se caracteriza por un tránsito difícil para el flujo migratorio por su geografía accidentada.
En 2010 se contabilizó un total de 17.390 personas nacidas en Guatemala mientras que cinco años después, en 2015, el número ascendió a 21.165 personas, con un crecimiento del 21,7 % a un ritmo de casi 4 % anual. Tapachula es el municipio con mayor concentración de guatemaltecos del lado mexicano de la RTMG, con una población de 8.489 personas en 2015, y registra un crecimiento de casi 15,3 % en el período y un ritmo de 2,8 % anual. Le siguen el municipio costero de Suchiate, con una población de 3.014 guatemaltecos en 2015, pero con un decrecimiento del -14,7 % en los cinco años, a un ritmo de -3,2 % anual (ver Gráfico 1); mientras que Frontera Comalapa y La Trinitaria contaban con una población de 1.824 y 2.209 guatemaltecos, respectivamente, en 2015, observándose crecimientos en el período de 17 y 54 % y crecimientos anuales de 3,1 y 8,6 %, respectivamente.
La migración de guatemaltecos a La Trinitaria también se irradió a Las Margaritas. En 2010 no se habían reportado personas de origen guatemalteco, pero en 2015 se registraron 466 individuos. Algo similar ocurrió en Benemérito de Las Américas y Palenque, Chiapas, en el municipio de Balancán, Tabasco, y en el municipio de Candelaria, en Campeche.
Desde el Pacífico hacia el Caribe mexicano de la RTMG, el peso relativo de la población nacida en Guatemala descendió en 2010 desde los municipios de Suchiate, Frontera Hidalgo, Metapa, Unión Juárez y Cacahoatán. Descontando Suchiate, donde la reducción continúa, en casi todos los municipios de ese conglomerado la proporción se elevó en 2015 (ver Gráfico 1). En Tapachula, la proporción es mayor que en los anteriores municipios y sigue incrementándose por el fuerte flujo migratorio que se registra en esa zona. En el municipio de Motozintla, la proporción de guatemaltecos es menor, pero se elevó en 2015, al igual que en los municipios de Mazapa de Madero, Amatenango de la Frontera, Frontera Comalapa, La Trinitaria y Las Margaritas.
En estos últimos municipios, la llegada de guatemaltecos desplazados por la violencia en su país aumentó drásticamente. En Cacahoatán y Amatenango de la frontera, el crecimiento fue de cerca del 75 %, en Motozintla del 42 %, en La Trinitaria de cerca de 54 % y en Las Margaritas llegó población guatemalteca que en 2010 no había (ver Tabla 2).
En Maravilla Tenejapa y Marqués de las Comillas, pese a que en 2010 las proporciones fueron elevadas, cinco años después la proporción disminuyó, exhibiendo un decrecimiento de alrededor del 37 % en la población guatemalteca y ocurriendo algo similar en Ocosingo. Sin embargo, en los municipios chiapanecos de Benemérito de las Américas y Palenque las proporciones de población guatemalteca son altas, principalmente en el primero, y se elevaron con crecimientos de más del 100 % en el período.
Por el paso de El Ceibo, el peso de la migración de guatemaltecos que llegaba a Tenosique en 2010 ha perdido dinamismo al registrar un decrecimiento del -28,2 % de la población nacida en Guatemala en esos cinco años, mientras que el municipio colindante de Balancán mostró un aumento en la proporción, con un incremento de la población guatemalteca del 400 % en el período, revelando una relocalización migratoria hacia el norte de la RTMG. Este fenómeno también ocurrió en los municipios campechanos de Calakmul y Candelaria, con muy bajos registros de población, pero se pone de manifiesto que es una zona de paso hacia la localización de guatemaltecos en el municipio de Candelaria, con elevadas proporciones y crecimiento poblacional de nacidos en Guatemala de más del 2.000 %, al pasar de 8 a 203 personas (ver tablas 1 y 2).
3.1. Posición ocupacional
Al reconocer las dinámicas poblacionales de los municipios mexicanos de la RTMG, indagamos en la estructura productiva que absorbe la fuerza de trabajo en lo local y en la capacidad de incorporar a la población guatemalteca migrante a esas zonas de la RTMG. Podemos ver en la Tabla 3 el contraste de las principales ocupaciones en el total de los 22 municipios, y la participación de la fuerza de trabajo guatemalteca en 2010 y 2015.
De manera agregada, la Tabla 3 muestra que, en la RTMG, la posición ocupacional predominante en 2010 fue la de trabajador por cuenta propia, en la que se encontraban 174.561 personas de las que solamente 2.287 eran guatemaltecos (1,3 %), mientras que, como empleado u obrero, existían 134-586 personas, 3.633 de las cuales eran guatemaltecos (2,7 %).
Cinco años después, en 2015, esta relación se había invertido, pues ser empleado u obrero fue la posición ocupacional predominante, registrándose 176.216 personas en esa categoría, con 3.905 de ellas guatemaltecas, mientras que, como trabajadores por cuenta propia se registraban 116.007 personas, siendo 2.456 guatemaltecos, aunque predominando ser empleado u obrero. La falta de formalidad se refleja, a su vez, en las pocas garantías sociales que recibe la fuerza de trabajo en esas actividades laborales, especialmente sin prestaciones sociales (Loayza y Sugawara, 2009).
3.2. Análisis espacial de unidades productivas no formales en los municipios de la RTMG
Al observar las unidades productivas no formales que conforman dicha estructura productiva y su localización y distribución en el territorio de las localidades en la RTMG, encontramos que uno de los subsectores de mayor dinamismo es el comercio al por menor, en el que existen varias ramas de actividad económica de tipo no formal.
El Directorio DENEU muestra que, para 2018, en los municipios mexicanos de la RTMG estaban registrados un total de 12.204 unidades económicas en las ramas 461 y 462 (ver Tabla 4), de las cuales 12.019 unidades estaban conformadas por hasta cinco trabajadores, por lo cual se las identificaba como unidades económicas informales, representando el 98,48 % del total.
En casi todos los municipios, la proporción de establecimientos con no más de cinco trabajadores era superior al 95 %, con excepción del municipio de Balacán, en el estado de Tabasco, donde se redujo al 89,93 %. Como es de esperarse, los municipios con mayor número de estos establecimientos son aquellos con mayor tamaño poblacional, tal es el caso de los municipios de Tapachula y Ocosingo en Chiapas, que tienen registrados y activos 4.170 y 1.594 unidades económicas con hasta cinco trabajadores, respectivamente, y un total de locales en estas ramas de 4.211 y 1.619 unidades económicas en cada municipio.
Al desagregar por ramas de actividad económica en los municipios mexicanos de la RTMG, se puede apreciar que casi todas las unidades económicas son pequeñas y tienen hasta cinco trabajadores (ver Tabla 5).
De ellas, más del 68 % corresponden a tiendas de abarrotes, ultramarinos y misceláneas, y poco más del 8 % son establecimientos de venta de frutas y verduras frescas, mientras que las tiendas de venta de carnes rojas y aves representan ambas cerca del 9 %.
Respecto de las unidades económicas más grandes, en la RTMG se registran 61 establecimientos con hasta diez trabajadores en el comercio al por menor en tiendas de abarrotes, ultramarinos y misceláneas -41,22 % del total de establecimiento grandes-, seguido de 40 locales donde se vende cerveza, que representan el 27 % (ver Tabla 5).
Con estos elementos del panorama de unidades económicas de comercio al por menor de las ramas 461 y 462, podemos adentrarnos en lo que sucede en las subregiones y localidades aledañas a la frontera con Guatemala, para tener una aproximación mayor a una escala local en el territorio. Para ello nos apoyamos en la elaboración de mapas de georreferencia, que nos dan la oportunidad de interpretar la localización espacial de los establecimientos y la vinculación que podrían tener con pasos informales de migrantes, así como el flujo de bienes y recursos naturales informales en la frontera.
4. Estructura del comercio informal en la zona transfronteriza del río Suchiate en el Municipio de Suchiate del Estado de Chiapas
En la localidad de Suchiate, en el municipio de Unión Juárez del estado de Chiapas, hay un total de 1.419 unidades económicas registradas. De estas, 619 corresponden a establecimientos dedicados al comercio al por menor y 406 establecimientos que se encuentran en las ramas 4611 y 4612, donde 401 cuentan con no más de cinco trabajadores.
Estos establecimientos comerciales realizan una función de acercamiento a la población de bienes principalmente alimentarios y bebidas en las diversas zonas de la ciudad, con una gran cobertura que se aprecia en el Mapa 2, con unidades económicas que se distancian entre sí a no más de dos cuadras, llegándose a encontrar, en promedio, dos establecimientos por cada cuadra. De esa localización, se muestra una amplia concentración de unidades económicas en la parte central de la ciudad, correspondiente a los cuadrantes alrededor de la plaza central de la localidad, detrás del puente principal donde se localiza el paso fronterizo vehicular y peatonal sobre el río Suchiate, especialmente en la franja de los montículos del río que sirven de paso informal.
Según el registro de DENUE, en esta localidad, 182 establecimientos de este tipo se registraron en julio de 2010 y 216 en diciembre de 2014. En la franja de mayor concentración de establecimientos, en las dos cuadras alrededor de la zona del parque, se pueden distinguir dos manzanas que cortan entre las calles Primera y Tercera Calle Oriente, con la Avenida Primera Norte y la calle Palenque, paralela al río (ver Mapa 2).
En esos cuadrantes se localizan 43 establecimientos de comercio al por menor donde se venden alimentos y bebidas, incluyendo cerveza. Además, en la cuadra de la Tercera Calle Oriente con Palente, antes del muro de contención, hay 15 locales comerciales de este tipo. Esta cuadra desemboca en la calle Palenque, de dos cuadras de longitud, donde se encuentran cerca de cinco montículos de paso no habilitado en el río (ver Mapa 3). Del lado guatemalteco, en la ciudad de Tecún-Umán en el Municipio de Ayutla, en las calles aledañas al paso de montículos hay una casa de cambio y una tienda llamada “Brisas del Suchiate”, así como también cuatro iglesias: Iglesia Cristiana La Iglesia de Dios, Iglesia Palabra.
Miel, Sala Evangélica e Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, que se encuentran en el mismo eje de calles, la misma que unen los pasos fronterizos hacia Ciudad Hidalgo, en el Municipio de Suchiate, al otro lado del río. Más arriba, a tres cuadras de ese eje, se localiza la “Casa del Migrante”, un albergue localizado en la Avenida 0 en la Colonia Olguita de León, donde se realizan actividades de apoyo a los colectivos que requieren ayuda para el paso a México.
La articulación de la agrupación de iglesias, de las tiendas y casa de cambio junto con la casa del migrante, otorga un respaldo gravitatorio al flujo de personas que, además de hacer cotidianamente el paso por los montículos y sobre balsas por el río Suchiate, logran pasar bienes y recursos naturales que comercian en la franja de las calles centrales alrededor del parque en Ciudad Hidalgo, y cuyas tiendas, de comercio al por menor, ayudan a disgregar el mencionado flujo entre la ciudad y fuera de esta.
De manera formal, la localidad de Ciudad Hidalgo se comunica con la localidad de Tecún Umán mediante el puente internacional. Estas dos localidades forman un complicado espacio de movilidad interfronteriza e internacional donde interactúan diversos grupos de población móvil (antes mencionada) con la población local. Existen dos puentes internacionales que conectan a las dos localidades: el puente “Dr. Rodolfo Robles”, antes llamado “Ingeniero Luis Cabrera”, construido en 1974, y el puente Suchiate II, fundado en 2002, que tiene la función de trasladar el transporte de carga y de descongestionar el puente Dr. Rodolfo Robles (Clot y Martínez, 2015, p. 8). Además de los mencionados, se encuentra el Suchiate III, en El Carmen-Talismán, utilizado para el tránsito de vehículos menos pesados y de personas (Ordóñez, 2007).
La existencia de pasos informales no es ajena a las autoridades. No se sabe con certeza el número de estos pasos a lo largo de toda la frontera de México con Guatemala, pero la mayoría son precarios. Los montículos están colocados de tal forma que permiten a los comerciantes transfronterizos tener una fácil entrada a las zonas donde se encuentran los supermercados y a las tiendas en Ciudad Hidalgo donde se abastecen y venden su mercancía (ver Mapa 4). Con el paso del tiempo, a causa del comportamiento natural del río y de las actividades de las personas, los montículos de tierra o bolsas de arena que se encuentran en las orillas sufren un degrade paulatino, obligando a las personas a colocarlos nuevamente para seguir cruzando con balsas la frontera hacia el territorio mexicano (ver mapas 3 y 4).
Se puede apreciar que el puente “Dr. Rodolfo Robles” con los pasos y garitas migratorias se encuentra a escasos metros de estos cruces informales, conocidos por las autoridades que adoptan una postura permisiva frente a esto. Los comerciantes guatemaltecos salen de la calle 4, del lado de Guatemala, para dirigirse a un montículo de tierra correspondiente a un cruce informal denominado “El Palenque”, que se encuentra a un costado de la calle con el mismo nombre. Allí, contactan el servicio de los camareros y atraviesan el río Suchiate hacia la calle central E o la Primera Calle Oriente, del lado mexicano, que son las calles donde se encuentran ubicados el mercado, el supermercado y el parque central.
Otras calles que utilizan los comerciantes guatemaltecos son la Calle 3 por el montículo de tierra, que corresponde al cruce informal “El Limón”, y la Calle 2 sobre el montículo, correspondiente a “Los Rojos”, por donde se dirigen a la zona de supermercados ubicados en la Primera Calle Oriente y Tercera Calle Oriente, del lado mexicano. Después de haber realizado las compras del lado mexicano, los comerciantes guatemaltecos contactan a los tricicleros para el traslado de la mercancía hacia los balseros, a fin de retornar a Tecún Umán, siguiendo las mismas rutas que usaron en su traslado inicial.
Conclusiones
Como se mostró desde los conceptos teóricos, definir una región transfronteriza obliga a considerar no solamente una línea fronteriza político-administrativa, sino también otros aspectos vinculados al territorio, tales como los accidentes geográficos -montañas, cañones, valles, lagunas y ríos-, a los que se suman las dinámicas poblacionales que se articulan a la historia de los asentamientos humanos de uno y otro lado de la frontera. En el caso de la RTMG, los flujos poblacionales temporales y permanentes, los movimientos de recursos naturales, bienes y productos a través de una frontera porosa para el control migratorio, con localidades limitadas en su desarrollo urbano, hacen que la informalidad de los cruces y pasos concatene con la estructura económica informal que absorbe una fuerza de trabajo marginada de procesos sociales de desarrollo, a la vez que construye historias compartidas con limitaciones, pero también de esfuerzos individuales y colectivos.
El límite fronterizo que resulta de esto es una línea divisoria internacional, a cuyo alrededor existe una región transfronteriza compuesta por 45 municipios, 22 del lado mexicano y 23 del guatemalteco. La extensión territorial como RTMG de estos municipios fronterizos se encuentra demarcada dentro de una zona fronteriza, que se mide a partir del límite fronterizo hacia dentro del país. La dinámica demográfica de la RTMG es una de las mayores entre países, especialmente en lo que corresponde al crecimiento poblacional del lado de los municipios mexicanos, cuyo ritmo de 4 % anual es más del doble del 1,4 % que registró México entre 2010 y 2015. Esto se debió al gran caudal migratorio de centroamericanos y especialmente de guatemaltecos que cruzan a México. Su intensidad es mayor en los municipios que están del lado del Pacífico mexicano en el estado de Chiapas y se va reduciendo a medida que se transcurre por la franja fronteriza hacia el Caribe mexicano y se pasa a los municipios de los estados de Tabasco y Campeche. La violencia en municipios de Guatemala ha generado el desplazamiento de guatemaltecos que llegan a La Trinitaria y Las Margaritas en la frontera Comalapa en México.
En la dinámica de flujo poblacional impulsada por la migración predominantemente ilegal en la RTMG, se aprecia que la inserción de los guatemaltecos en los municipios y localidades mexicanos de este lado de la frontera es en actividades preponderantemente informales. Antes, en 2010, se trataba mayormente de trabajo por cuenta propia y en 2015 el predominio fue el de empleados u obreros. Se diversificó su incorporación, pero se produjo mediante la ampliación de actividades informales en la RTMG -especialmente el comercio y los servicios en establecimientos pequeños- respecto al magro crecimiento de las actividades industriales y en general de la actividad económica formal que alimenta la subsistencia de la migración con precariedad laboral.
El caso de las ciudades fronterizas de Ciudad Hidalgo-Tecún Umán respecto al flujo itinerante de comercio informal transfronterizo es un ejemplo de lo que ocurre en la RTMG. En ella, los procesos no solamente determinan la conformación de los espacios laborales en la localización de los establecimientos comerciales y de servicios de tipo informal en las calles por donde ingresa el flujo de migrantes ilegales y comerciantes informales que comercian bienes y mercancías de contrabando, sino que, además, muestra los efectos de la modificación y transformación del territorio y los elementos naturales que sirven de frontera de ambos países. Esto queda demostrado en lo que ocurre en el río Suchiate con el adoquinamiento y los diques de paso construidos anualmente con bultos de arena para sostener el camino de la migración y el comercio, que a su vez lucha contra el deslave de ese paso informal que ocurre cada año en época de lluvias y de crecida del río.
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