Reseña
Atención a la diversidad cultural en el contexto educativo. Claves y aportaciones para la escuela inclusiva
Attention to cultural diversity in the educational context. Keys and contributions for the inclusive school
González-Falcón Inmaculada. Atención a la diversidad cultural en el contexto educativo. Claves y aportaciones para la escuela inclusiva. 2021. Madrid. Ediciones Pirámide |
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El libro “Atención a la diversidad cultural en el contexto educativo. Claves y aportaciones para la escuela inclusiva”, que coordina la Dra. Inmaculada González-Falcón1, atesora importancia y protagonismo por su doble militancia: por un lado, se hace cargo de forma responsable y generosa de los actuales debates teóricos en materia de inclusión e interculturalidad y, por otro lado, ofrece propuestas, recursos y prácticas para abordar la diversidad cultural en los espacios escolares. Este libro recoge la trayectoria de veinte profesores/as de siete universidades y aporta evidencias y reflexiones en torno a la educación intercultural teniendo como principal referente la experiencia de la Comunidad de Andalucía en materia de migración y escuela.
Es un libro necesario en nuestro campo de estudio en Latinoamérica y particularmente en Chile: la literatura sobre inclusión de estudiantes migrantes en nuestro país señala que los centros escolares asumen la atención de la diversidad cultural de forma autodidacta, sin formación sobre interculturalidad, bajo un enfoque asimilacionista y en ocasiones abandonadas por el propio sistema educativo. Este escenario ⸺complejo, pero también prolífero de posibilidades⸺ nos somete indefectiblemente a un conjunto de interrogantes, incertezas y motivaciones sobre la inclusión de las comunidades migrantes en el sistema escolar.
Lo que hace la Dra. González-Falcón es ordenar la evidencia y proponer un conjunto de prioridades y miradas sobre cómo podemos transitar hacia una escuela intercultural, de modo que, este libro, se vuelve un luminoso faro de pistas y posibilidades para avanzar en inclusión. Nos invita y nos permite tomarnos un silencio y mirar nuevamente la escuela: sus actores, sus estructuras, sus metodologías y sus enfoques. Es un libro que necesita estar en la sala de profesores de las comunidades escolares, pero también es un libro que necesita estar en los escritorios de quienes investigamos con las escuelas y para las escuelas.
Es un libro que además no presume de neutralidad ni de conservadurismo: se funda en la idea de que solo podemos hablar de calidad en la educación cuando se han asegurado los principios de equidad y de justicia social; y que solo podemos hablar de éxito educativo si se han consolidado los procesos de presencia, participación y aprendizaje de todo el alumnado. Sabemos que estas no son tareas fáciles, pero precisamente allí radica el desafío de una publicación académica responsable con la transformación escolar: en reconocer la inclusión como un paradigma complejo, pero, también, en reconocerlo como un ideal ético ⸺que es lo mejor para todos y no solo para algunos⸺ y brindar los recursos para repensar la escuela y sus múltiples modos de existir en la sociedad actual.
Con este libro, la Dra. González-Falcón consolida una trayectoria ejemplar en el campo de la investigación en educación inclusiva: ha liderado estudios nacionales e internacionales, ha publicado libros, capítulos de libros y artículos científicos en revistas indexadas y ha recibido diversos premios y distinciones vinculados a la investigación e innovación docente. Por lo mismo, es una de las voces imprescindibles en gestión de la diversidad cultural.
En esta ocasión, bajo la siempre difícil coordinación de un trabajo colaborativo de veinte académicos/as de siete casas de estudio, el libro tiene como propósito transferir los conocimientos sedimentados en la academia hacia las escuelas y sus actores educativos. Bajo un conjunto de temáticas que dialogan armoniosamente entre sí ⸺como escuela inclusiva, educación intercultural, liderazgo escolar, docencia, asesoramiento, aprendizaje-servicio, familia, entre otros⸺ este libro es relevante por tres razones: (1) cada uno de sus planteamientos se basa en evidencias empíricas que proceden directamente de los estudios realizados por cada uno de los autores y autoras de los capítulos; (2) discute abiertamente teorías, modelos y enfoques que habitan de modo dilemático y persistente en la academia y en la escuela y; (3) ofrece salidas y aportaciones prácticas para atender la diversidad cultural en sus múltiples dimensiones: curriculares, didácticas, familiares, relacionales, entre otras. Es un libro que está al servicio de quienes piensan y toman decisiones sobre el rol de la escuela ⸺como investigadores, hacedores de políticas públicas (policy makers) y lideres intermedios⸺ y de quienes día a día se enfrentan a la compleja tarea de educar y de crear comunidades escolares cohesionadas ⸺como directivos, profesores y profesionales no docentes⸺.
En el primer capítulo, escrito por Inmaculada González-Falcón y Rosario Herrada, se analizan los conceptos de educación inclusiva y diversi dad cultural y se defiende la inclusión como enfoque para avanzar en educación intercultu ral. Las autoras analizan informes, guías y estudios que orientan los cambios en diversos países y en diversas escuelas. La virtud de este capítulo radica en su carácter introductorio y su principal aporte está en mapear el muestrario de nociones asociadas a la educación inclusiva.
En el segundo capítulo, escrito por Cristina Goenechea y Beatriz Gallego, se aborda de lleno el modelo de educación intercultural revisando sus principios, los modelos y sus supuestos básicos. Su lectura permite un primer consenso sobre el rol de la escuela, las responsabilidades de sus miembros, la identidad, el diálogo, la comunicación y sus aproximaciones curriculares. Se presenta como un capítulo teórico, pero, al mismo tiempo, sirve como lupa para mirar nuevamente nuestras ideas y concepciones en torno a nuestras contribuciones y posicionamientos.
En el tercer capítulo, escrito por Inmaculada Gómez-Hurtado y José Manuel Coronel, se entiende el abordaje de la diversidad cultural más allá del ámbito pedagógico y amplía el campo de acción al papel tiene el equi po directivo para dar respuesta a los estudiantes migrantes. Se revisa el estilo de liderazgo inclusivo como enfoque que supera las administraciones clásicas de dirección escolar en función de un mayor compromiso con la equidad y la justicia social. Este capítulo nos permite cuestionarnos la organización de una escuela y reconsiderar roles y cargos que permitan distribuir el poder y la toma de decisiones.
En el cuarto capítulo, escrito por la profesora italiana Paola Dusi, se aborda la figura docente. La autora nos lleva a la sala de clases y desde ahí explora y reflexiona en torno a las competencias interculturales que deben materializarse en el profesorado. Pero también indaga en las tensiones, siempre difíciles y contrapuestas, entre la institucionalidad escolar y la sociedad neoliberal. La contribución de este capítulo radica en mirar la enseñanza desde una perspectiva intercultural y en sistematizar un conjunto de competencias personales y profesionales para comprender e intervenir en contextos diversos.
En el quinto capítulo, escrito por M.ᵃ de la O Toscano y Manuel Delgado, se aborda el proceso de asesoramiento desde la figura del orientador escolar: sus roles, responsabilidades y atribuciones en la atención de la diversidad cultural. Se toma como referencia la orientación educativa desde el paradigma de la Educación Intercultural ⸺muy característico del sistema español. Este capítulo nos entrega pistas para estudiar ampliamente el rol de los lideres medios en Chile ⸺como encargados de convivencia escolar, psicólogos o trabajadores sociales⸺ en la inclusión de estudiantes extranjeros.
En el sexto capítulo, escrito por María José Arroyo e Ignacio Berzosa, se analizan las aulas de enlace, que tienen como objetivo posibilitar una atención específica a los alumnos extranjeros no hispanohablantes. Desde una perspectiva crítica, se realiza un análisis de sus características, fortalezas y dificultades y se revisa el perfil del profesorado a cargo de este recurso. Este capítulo es de vital importancia para pensar en qué decisiones son las más idóneas y qué dispositivos son los más pertinentes para abordar la diversidad lingüística en las escuelas.
En el séptimo capítulo, escrito por M.ᵃ del Pilar García y Sara Conde, se nos presenta otra figura clave de la experiencia española: los educadores sociales. Las autoras abordan la definición de educación social, así como los roles y los ámbitos de intervención de quienes ejercen esta tarea. Se toma como referencia la migración de la etnia gitana para mapear conceptualmente la mediación intercultural. Al igual que en el quinto capítulo, las autoras nos entregan pistas para repensar las estructuras escolares más allá del rol del profesorado y de los equipos directivos.
En el octavo capítulo, escrito por la coordinadora Inmaculada González-Falcón, se formulan y se responden las siguientes preguntas: ¿De qué manera se pueden articular procesos de diálogo entre familias migrantes y modelos escolares? ¿Cómo incentivar la participación de los padres y madres inmigrantes extranjeros en la escuela? ¿Qué aspectos se han de tener en cuenta para la construcción comunitaria de una escuela inter cultural? La autora aborda las implicancias de la colaboración entre familia y escuela, pero, simultáneamente, revela las tensiones que implica este vínculo. Profundiza en los saberes, trayectorias y posibilidades que tienen familias extranjeras y ofrece puentes y rutas para avanzar en educación inclusiva.
En el noveno capítulo, escrito por Juan Antonio Morales y Soledad Domene, se plantea la relación entre trabajo y diversidad cultural. Específicamente, se destaca que la formación laboral es un recurso clave para que las comunidades migrantes respondan a las demandas y exigencias de la sociedad actual. Para esto se revisa la literatura y se analiza la diversidad en los entornos laborales como espacios cambiantes y complejos para inclusión y la atención de la diversidad. Se profundiza en el emprendimiento como nuevo escenario para sedimentar espacios de inclusión en la vida laboral de migrantes.
En el décimo capítulo, escrito por M.ᵃ Del Mar García y Blas Segovia, se nos presenta las ya famosas y consolidadas comunidades de aprendizaje. Con 40 años de funcionamiento, el capítulo aborda las bases científicas, los referentes teóricos, la participación, el aprendizaje dialógico, y las actuaciones educativas de éxito, pero, sobre todo, se revisan las fases de este proyecto y se nos muestran experiencias educativas positivas. Las comunidades de aprendizaje, que han sido trabajadas en algunas escuelas chilenas, permiten posibilidades concretas para avanzar en inclusión e interculturalidad.
En el undécimo capítulo, escrito por Rosa María Rodríguez-Izquierdo, se aborda la metodología del Aprendizaje-servicio como una forma de trabajar y profundizar sobre la educación intercultural a través de un modelo de ciudadanía comprometido con la justicia y la equidad. Mediante la puesta en marcha de competencias interculturales, la autora permite que ensayemos respuestas desde la universidad y en sintonía con los proyectos educativos para comprender y atender de forma holística la diversidad cultural del alumnado.
Finalmente, en el duodécimo capítulo, escrito por Katia Álvarez y José Ramón Márquez, se examinan diversos recursos para atender la diversidad cultural y se nos presentan criterios y principios para la selección, organi zación, presentación y evaluación de propuestas y programas. Este capítulo es un salto directo a la acción, de modo que, más allá de diversificar los recursos, se revisan buenas prácticas y acciones educativas interculturales. La relevancia de este capítulo radica precisamente en responder a los discursos de urgencia de la escuela: en qué hacer con la diversidad cultural cuando los tiempos y los recursos apremian.
Los 12 capítulos de este libro son un aporte concreto al campo educativo y pedagógico, sin embargo, su radio de actividad es más ambicioso y permite contribuciones a otras disciplinas, como a la psicología, la sociología o la psicopedagogía. Pero también este libro es un aporte al mundo no académico: cada capítulo ofrece herramientas para el análisis, la acción y la gestión de las escuelas. Es un libro-abanico que abre colores, posibilidades y matices para abordar la diversidad cultural. Sus autores se toman en serio la interculturalidad y enfrentan sin miedo los dilemas y las complejidades que implica un cambio de paradigma. Todo esto bajo el impecable liderazgo y coordinación de la Dra. González-Falcón.