Reseñas
La formación lectora y literaria. Josep Ballester Editorial Graó. Barcelona. 2015


¿Cuáles deben ser, en la sociedad actual, los objetivos de la educación lectora y literaria? La respuesta a esta cuestión es compleja, puesto que en la pregunta se encierran temas tan poliédricos como el de la lectura (que el autor entiende como un diálogo con el texto y en el cual se negocian tanto la coherencia interna del mismo como aquella que el lector le atribuye).
Josep Ballester, catedrático de Didáctica de la lengua y la Literatura en la Universitat de València y coordinador del grupo de investigación Educación Literaria, Lingüística, Cultura y Sociedad, nos propone un brillante análisis –en perspectiva didáctica- de todo aquello que rodea a lo que hoy en día conocemos como educación lectora y literaria, partiendo de la pregunta sobre los objetivos de la educación lectora y literaria con que iniciábamos esa reseña.
La intención de esta obra, según el propio autor, es cubrir una necesidad pedagógica y pretende ser un texto de reflexión y de acción en el ámbito docente. A esta declaración de intenciones deberíamos añadir que el texto nace con vocación de perdurar e incluso de convertirse en libro de cabecera para quienes nos dedicamos a la didáctica de la lengua y a la educación literaria. El texto se organiza en cuatro grandes apartados, seguidos por una bibliografía actualizada sobre el tema, que nos ofrece la posibilidad de ampliar la investigación en aspectos concretos relacionados con la formación lectora y literaria en diversos contextos y niveles educativos.
A través de estos grandes apartados (que llevan por título, respectivamente: El ámbito de la didáctica de la lengua y la literatura, El espacio de los estudios literarios, La formación lectora y literaria y La planificación curricular para la formación literaria y lectora), Ballester nos lleva desde los aspectos más teóricos de la cuestión hasta las aplicaciones prácticas para el aula de literatura. En la primera aproximación el autor plantea la definición del concepto y los objetivos de la didáctica de la literatura y de la lengua a partir de los estudios de diversos autores, así como una serie de anotaciones sobre las funciones del profesorado de literatura y lengua, que resume en: motivador del saber, organizador de la materia, observador y evaluador, transmisor, gestor e investigador.
A continuación trata de mostrar, en perspectiva didáctica, una serie de consideraciones sobre la literatura, el canon, su estudio y su historia. Asímismo, la obra se sumerge en la fundamentación y las disciplinas relacionadas con los estudios literarios (la historia literaria, la teoría de la literatura, la crítica literaria y la literatura comparada) para finalizar incidiendo en el carácter de metaenseñanza como rasgo inherente a la didáctica de la literatura y en la importancia de llevar a cabo un esfuerzo de análisis y de reflexión para encontrar estrategias útiles a la hora de enfrentar los problemas de la enseñanza de la literatura. En este sentido, Ballester denuncia una vez más la aplicación super-ficial e indiscriminada de paradigmas recientes, que frecuentemente han producido resultados muy negativos en el alumnado. Para hallar las pautas de una didáctica coherente del hecho literario, el autor propone mirar hacia los fundamentos de los estudios literarios, considerando dos aspectos cruciales: la apertura del corpus literario a obras tanto canónicas como no canónicas y la consideración abierta de las fronteras del hecho literario, buscando siempre la conexión directa con los gustos del alumnado.
En el capítulo 3, Ballester aborda los índices y los perfiles lectores, la lectura como proceso de apropiación del texto, el aprendizaje del proceso lector, la edad lectora, la evolución metodológica, el canon, qué entendemos por competencia literaria, el lugar de la literatura para niños y para jóvenes en la formación del profesorado, la edad en relación a la lectura y el método adecuado de análisis e interpretación de los textos. En relación al comentario de textos, el autor incide en su importancia, pero también en el abuso que ha llevado en ocasiones a confundir la metodología con el objetivo: Ballester recuerda que el comentario de texto requiere una fundamentación teórica y metodológica previa para poder llevarse a término en condiciones óptimas, y que, en definitiva, pretende convertir al alumno en lector competente mediante la lectura atenta y reflexiva de la realidad discursiva y textual.
Como colofón de la obra, el autor propone un completísimo plan para el abordaje de la materia a través de un modelo curricular y de la especificación de las competencias a adquirir, los objetivos, la metodología, los contenidos, las actividades, los recursos y los criterios de evaluación correspondientes. Tomando como punto de partida estos presupuestos, el autor desarrolla una propuesta curricular coherente, actualizada, y sin duda muy útil para todo aquel que se interese por la docencia en didáctica de la lengua y la literatura.
Se trata de una obra necesaria para la reflexión de los docentes y el trabajo de los estudiantes en el aula, pero también para la lectura y la consulta de todos aquellos lectores que quieran profundizar en la reflexión sobre la lectura, la literatura y la enseñanza.
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