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Ser joven en Riosucio (Chocó): entre conflictos territoriales y abandono estatal
Jaime Andrés Quintero Gaviria; Ángela Andrea García Duque
Jaime Andrés Quintero Gaviria; Ángela Andrea García Duque
Ser joven en Riosucio (Chocó): entre conflictos territoriales y abandono estatal
Being Young in Riosucio (Chocó): Between Territorial Conflicts and State Abandonment
El Ágora U.S.B., vol. 23, no. 2, pp. 477-489, 2023
Universidad de San Buenaventura
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Resumen: Se concluye que la existencia del joven en Riosucio departamento del Chocó pa cífico colombiano, se configura entre la presión de un discurso Estado-céntrico sobre ser ciudadano, los riesgos del conflicto armado y los agenciamientos de la propia Plataforma de la Juventud.

Palabras clave: Juventud, Estado, Conflicto Social, Ciudadanía.

Abstract: It is concluded that the existence of young people in Riosucio, department of the Colombian Pacific Chocó, is configured between the pressure of a State-centric discourse on being a citizen, the risks of the armed conflict, and the agencies of the Youth Platform itself.

Keywords: Youth, State, Social Conflict, Citizenship.

Carátula del artículo

Artículo derivado de Investigación

Ser joven en Riosucio (Chocó): entre conflictos territoriales y abandono estatal

Being Young in Riosucio (Chocó): Between Territorial Conflicts and State Abandonment

Jaime Andrés Quintero Gaviria
Universidad de Caldas, Colombia
Ángela Andrea García Duque
Trabajadora social, Colombia
El Ágora U.S.B., vol. 23, no. 2, pp. 477-489, 2023
Universidad de San Buenaventura

Received: 01 March 2023

Revised document received: 01 April 2023

Accepted: 01 May 2023

Introducción

Tras la firma de los Acuerdos de Paz en 2016 entre el gobierno de Colombia y la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), muchas universidades colombianas le apostaron a contribuir a la reconstrucción del tejido social y el fortalecimiento de la ciudadanía a través de procesos de investigación y proyección social en los territorios más afectados por el conflicto armado. Un ejemplo de ello es el Programa de Investigación Colombia Científicai “Reconstrucción del Tejido Social en Zonas de Posconflicto en Colombia”ii. Este programa agrupó varios proyectos entre los cuales se encontraba “Hilando Sociedad1”, cuyo objetivo fue “Gestar capacidades políticas para las transiciones en los territorios, con base en mediaciones democráticas de los conflictos sociales, orientadas hacia la reconciliación y la construcción de paz estable y duradera” (Sánchez-Jiménez M. H., 2021, p. 45). Este proyecto, así como se planteó en los acuerdos de la Habana, se centró en las victimas, motivo por el cual priorizó la participación de actores sociales afectados directa e indirectamente por el conflicto armado, pero también por conflictos sociales, políticos, ambientales y económicos. El interés por las conflictividades territoriales supuso una perspectiva que no se centró únicamente en los impactos del conflicto armado sino más bien en sus “dimensiones generadoras y transformadoras de las realidades” (López, 2021, p. 74). A esta concepción de la conflictividad le subyace una perspectiva de construcción de paz fundamentada en el concepto de Paz Imperfecta. Esta concepción de la paz resalta:

que los seres humanos son capaces de desarrollar la creatividad y la adaptación que los obliga al reconocimiento de su potencialidad humana, para existir en una comple jidad expansiva y evolutiva de lo humano, que es resultado de múltiples variaciones aleatorias. Esto requiere de mediaciones que acerquen sus múltiples percepciones del mundo y adaptaciones e interdependencias (no solo entre humanos, sino con todo el planeta) para la supervivencia de la humanidad y ante diferentes contingencias. (Sánchez-Jiménez M. H., 2021, p. 94)

La mirada de la paz imperfecta permite reconocer “aquellos espacios e instancias en las que se pueden detectar acciones que crean paz, a pesar de que estén en contextos en los que existen los conflictos y las violencias” (Muñoz, 2009, p. 47). Para “Hilando Sociedad” la paz imperfecta está presente en los diferentes tipos de mediaciones que se producen frente a las conflictividades territoriales y que son agenciados por actores sociales, tales como las organizaciones sociales y comunitarias. “Hilando Sociedad” se preguntó precisamente por cómo las organizaciones sociales y comunitarias configuran sus existencias en medio de estas tramas territoriales a partir de las injusticias y afectaciones vividas cuyos correlatos son aquellas acciones, saberes y prácticas de resistencia, resiliencia e innovación social que constituyen formas de agenciamiento y de mediación para la construcción de paces.

Metodología

El enfoque epistemológico y metodológico de este proyecto investigativo reunió dos miradas que destacan precisamente el carácter constructivo, crítico, reflexivo y creativo de los actores sociales: la Investigación Acción Participante (IAP) y el Construccionismo Social (CS). El proceso investigativo se asumió como un proceso crítico de producción de conocimiento inspirado:

En fines ético-políticos de emancipación, en el reconocimiento de la pluralidad de saberes, la calidad de cognoscentes y de productores de conocimiento válido de todos los sujetos, la reflexión crítica y la construcción colectiva. Se trata de investigar para comprender, como base para transformar las condiciones en las que se sustentan la opresión, la explotación, la dominación y la marginación social en contextos impacta dos por el conflicto armado. (Sánchez-Jiménez M. H., 2021, p. 46)

Hilando Sociedad le apostó de este modo a la construcción de un “conocimiento des de adentro de las comunidades que han vivido la experiencia de la guerra en sus propios territorios y que han planteado también formas de resistencia a ella” (Sánchez-Jiménez M. &., 2021, p. 38). El primer momento de este proceso fue presentar la propuesta a diferentes actores sociales y comunitarios con el fin de construir agendas de trabajo colaborativo. En el caso de Riosucio (Chocó) se construyó una agenda de trabajo con la Mesa de Víctimas, la Secretaría de Paz, la Asociación de Campesinos de Riosucio (Acamuri), la Asociación de Mujeres Víctimas Indígenas (Asomuvir), la emisora comunitaria Riosucio Estéreo y la Plataforma Municipal de la Juventud. Esta agenda se construyó con base en el reconoci miento del territorio y sus respectivas dinámicas en términos específicamente de sus con flictos y sus mediaciones. La metodología definida para tal fin fue la caracterización social territorial en sus dimensiones demográfica, histórica, política, organizativa, económica y ambiental. Esta caracterización se nutrió de tres tipos de fuentes: primarias, secundarias y directas. Las fuentes primarias comprendieron documentos históricos, datos de resultados de investigación, estadísticas, artículos, libros de investigación, relatos, artículos periodísti cos, documentos institucionales y gubernamentales, entre otros (Buonocore, 1980). Como fuentes secundarias por su parte, consultamos documentos con interpretaciones, análi sis, discusiones o evaluaciones de las fuentes primarias (Buonocore, 1980). Como fuente directa, se recurrió a uno de los actores con los que se dialogó en torno a las condiciones socioeconómicas, socioambientales, socioculturales y psicosociales que constituyen la conflictividad del territorio: la Plataforma Municipal de la Juventud de Riosucio. El grupo de esta plataforma con el que se trabajó estuvo conformado por 17 jóvenes2, con los cuales desarrollamos el Diplomado “Territorio y Capacidades Políticas” entre junio y noviembre de 2021. Precisamente en el marco de este diplomado realizamos una serie de conversaciones (Shotter, 2001) sobre sus experiencias, percepciones y reflexiones como jóvenes en este te rritorio. En virtud de estas conversaciones, adoptamos una perspectiva fenomenológica con el fin de comprender la relación entre el joven y su territorio mediada por los contenidos de la conciencia (Buendía, 1999). En este sentido, la conversación que se desarrolló en el grupo focal se fue orientando hacia los siguientes asuntos: 1. ¿Quién es joven en Riosucio? 2. ¿Cómo se dieron cuenta que eran jóvenes? 3. ¿Qué quieren los y las jóvenes de Riosucio? 4. ¿Qué están pensando los y las jóvenes de Riosucio?

Resultados

Riosucio es un municipio ubicado al norte del departamento de Chocó en los límites con Panamá. Tiene una población de 48.257 habitantes y la mayor parte de esta se ubica en el rango de edad entre los 0 y 34 años (DANE, Censo Nacional de Población y Vivienda, 2019). Por esta razón se le conoce como municipio embrionario. Para Carlos, uno de los jóvenes de la plataforma, todo joven: “Se caracteriza principalmente por el rango de edad que va de los 14 a los 28 más o menos. Eso es lo que se caracteriza socialmente como joven.” (Comunicación personal, septiembre 13 de 2022). El criterio de la edad es un criterio social en el sentido de un acuerdo que permite plantear un rasgo característico del o la joven. Como lo señala D'Alessandre (2015) este criterio puede rastrearse en el discurso que los Estados Nacionales latinoamericanos tienen sobre los jóvenes. En este discurso, la edad opera como uno parámetro para concebir al joven como un sujeto diferenciado en el marco de sus políticas públicas. Según D'Alessandre,

Los Estados nacionales posicionan, delimitan y construyen a los jóvenes como sujeto de intervención estatal desde la perspectiva de estas leyes y el entramado institucio nal que en la mayoría de los casos se desprende de ellas. El primer rasgo destacado es que la edad es el criterio excluyente utilizado para delimitar el alcance de ambas. (2015, p. 9)

Bajo esta mirada Estado-céntrica (Alvarado, 2021) el rango de edad enmarca un periodo de transición y de transformaciones necesarias para que el sujeto joven pueda convertirse en un sujeto participativo, deliberante y productivo. En el caso de Colombia “La Política Nacional de Juventud reconoce a los jóvenes como sujetos de derecho, portadores de valores y po tencialidades específicas que los convierten en actores claves para la construcción de una sociedad más equitativa, democrática, en paz y con justicia social” (Programa Presidencial Colombia Joven, 2004, p. 35). La juventud es así una transición hacia la ciudadanía en la que el sujeto joven está en condición de participar de este proceso, pero con el apoyo y orien tación del Estado. A esta concepción le subyace un enfoque biologicista que justifica este apoyo, pero que deviene en una postura normalizadora. El joven de Riosucio no puede, sin embargo, ser descrito simplemente como un sujeto en transición. El joven en Riosucio es un ser en el mundo, o más concretamente hablando, un ser en el territorio (Arroyo, 2015). Es por ello que la mirada Estado-céntrica no es suficiente. Una mirada necesaria, por lo tanto, para intentar comprender ¿Quién es joven en Riosucio?, es la mirada territorial: “Hablemos de ser joven en el territorio, porque de acuerdo a la realidad que uno viva así mismo uno inter preta, es su realidad. No es lo mismo acá que en la ciudad.” (Carlos, comunicación personal, septiembre 13 de 2022). Riosucio, es un territorio de vocación rural. Según el censo nacional de población y vivienda de 2018, solamente el 30.04 % de la población de Riosucio habita ba en la zona urbana, mientras que el 69,96 % en el área rural (DANE, Censo Nacional de Población y Vivienda, 2019). Al respecto, Luis señalaba que su territorio: “No solamente es el pueblo sino también las zonas rurales y todo eso; hay muchos jóvenes que están allá y hasta en ese mismo sentido hay una diferencia en cuanto a los comportamientos y en cómo se ven las cosas.” (Comunicación personal, septiembre 13 de 2022). En términos de composición étnica, el 12,72 % de la población se reconoce como indígena y el 79,34 % afrodescendiente

(DANE, Censo Nacional de Población y Vivienda, 2019). Esta ascendencia étnica resulta tam bién muy significativa en la narrativa de los y las jóvenes para hablar de su condición de ser joven en el territorio: “Hay cuestiones que tenemos en común, como la etnia, porque aquí no solamente hay afros, yo soy mestizo, y tenemos una percepción diferente, pero también muchas cosas en común.” (Luis, comunicación personal, septiembre de 2022). Dentro de lo que tienen en común los jóvenes en Riosucio, está también la historia del conflicto armado, la cual se explica por la disputa de diferentes grupos armados ilegales por el control de un territorio estratégico para sus fines y en el cual el Estado colombiano ha brillado por su au sencia. Las múltiples violencias causadas por este conflicto, han afectado al municipio de Riosucio de diversas formas. La condición de ser joven en Riosucio está marcada por lo tanto por las afectaciones causadas por este conflicto, como lo ha sido el desplazamiento. Así lo afirmaba uno de los jóvenes de la Plataforma de la Juventud:

Acá se ha visto mucho las cuestiones del desplazamiento, a todos nos ha afectado, lógicamente de pronto cada quien lo ha percibido de manera diferente, teniendo en cuenta la edad que tiene, o a algunos no les pasó, o algunos estaban acá en el muni cipio y de pronto no fueron tan afectadas, otros estábamos en el territorio y nos tocó que salir. (Luis, comunicación personal, septiembre de 2022)

El conflicto armado en Riosucio no cesó con la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC-EP, por el contrario, ha vivido una suerte de reconfiguración. Su actual prevalencia e incidencia aumentan, de hecho, los riesgos para los jóvenes en medio de un contexto socioeconómico marcado por un índice de pobreza monetaria del 68,4 % (DANE, Boletín Pobreza Multidimensional Región Pacífica, 2020) y por un sistema productivo y de comercialización que resulta inadecuado frente a las necesidades y capacidades de la socie dad riosuceña (PNUD, 2015). En palabras de otro de los jóvenes de la Plataforma, Riosucio:

Ha tenido muy poco de desarrollo, que venía bastante estancado en su desarro llo, y que a pesar de que muchas cosas han cambiado, todavía sigue habiendo un montón de factores los cuales nos afectan a todos como jóvenes, por ejemplo, la educación, la salud, la inversión en los jóvenes. (Daniel, comunicación personal, septiembre 13 de 2022)

La poca inversión social, como lo afirma este joven, condiciona el desarrollo de las capa cidades o talentos de los y las jóvenes de Riosucio. Los problemas de cobertura del servicio educativo resultan sintomáticos en este sentido:

Las bajas coberturas en educación básica, secundaria y media y en mayor proporción la disminución que se presenta en la transición de básica primaria a básica secunda ria, donde se pasa de tener coberturas netas superiores al 109 % a un 44,3 %, de básica secundaria a media se pasa de tener cobertura neta del 44,3 % a solo un 14,4 %. La tasa de analfabetismo en mayores de 15 años se ubica en 22,10 %, frente a la nacional en 8,80 % (Alcaldía Municipal de Riosucio, 2016b: 21-28).

A la baja cobertura, se le suma el problema de la calidad de la educación, la cual se ve afectada por los déficits en infraestructura y en el personal docente. Las oportunidades para continuar con estudios técnicos, tecnológicos o profesionales, son limitadas y homogéneas, lo que afecta los procesos de inserción laboral en el territorio, provocando inevitables pro cesos de des-anclaje a este. Frente a sus expectativas de educación y de trabajo, una de las jóvenes planteaba: “Cuando yo era chiquitica yo veía uno estudiaba, crecía, hacia su carrera universitaria y trabajaba. Pero veo que ahora es más difícil porque los jóvenes están termi nando, unos se quedan aquí, otros tienen la posibilidad de irse”. (Elisa, comunicación perso nal, septiembre 13 de 2022). La expectativa inicial que tenía esta joven coincide con la expec tativa que se deriva de la mirada Estado-céntrica (Alvarado, 2021), o sea, la expectativa de convertirse en un sujeto activo no solo desde el punto de vista del ejercicio de sus derechos sino también en lo que concierne a sus aportes en materia de producción y de consumo. Los y las jóvenes de Riosucio quieren estudiar y poder desplegar esas capacidades que este mismo discurso Estado-céntrico funcionalista dice que tienen, pero que la institucionalidad municipal, no reconoce ni apoya. A las limitaciones del sistema educativo en cuanto a infraestructura, recurso humano, cobertura, calidad y oferta, se les suma un campo laboral limitado a actividades productivas con baja remuneración. Estas problemáticas constitu yen un caldo de cultivo para la inserción e influencia de economías ilegales (narcotráfico, comercio ilegal de madera, venta y transporte de armas, y trata de personas) auspiciada por grupos armados, como principal opción de mercado laboral, e incluso como proyecto de vida, para los y las jóvenes de este territorio. Este escenario supone una serie de riesgos que marcan las trayectorias de los y las jóvenes del municipio.

Hay personas de mí mismo rango de edad, o que andaban en los procesos que yo an daba, hay unos que ya no están; por decisiones que tomaron lamentablemente. Aquí los jóvenes casi no mueren por enfermedad. Para decirlo sin tapujos ni nada, ejemplo, los grupos al margen de la ley, la drogadicción, que lamentablemente después de un tiempo se expandió acá. Muchos jóvenes perdieron el rumbo, porque no había espe ranzas de cierta manera. (Yuver, comunicación personal, septiembre de 2022)

Además de la participación en economías ilegales, otros de los riesgos es el recluta miento voluntario y forzado por parte de los grupos armados que se disputan el territorio: “Porque aquí uno terminaba el estudio y quedaba uno así con las manos esperando a ver qué. Y ahí llegaban esos actores, que son buenos para meterle psicología al otro, le lavaban la mente, le pintaban pajaritos.” (Luis, comunicación personal, septiembre 13 de 2022). Bien porque se ven obligados a migrar a otros territorios, bien porque deben emplearse en tra bajos que no responden necesariamente ni a sus intereses ni a sus aptitudes, bien porque encuentran como única alternativa, o quizás como la más seductora, la vinculación a algún grupo armado al margen de la ley; los y las jóvenes sienten que han sido abandonados, que han sido utilizados, que no tienen espacio.

Yo miro que a nosotros los jóvenes nos han utilizado cuando los necesitan. Que ne cesitamos unos pelados para ir al monte ¿qué quien va? Los jóvenes, porque resisten más. Y nosotros nos hemos quedado con ese cargo en la mente, de que resistimos, y es verdad. Nosotros aquí antes no cogemos mal rumbo, porque es que en Riosucio, los jóvenes no tenemos espacio. En Riosucio hoy los jóvenes no tienen casi nada que hacer. (Miguel, comunicación personal, septiembre 13 de 2022)

Este sentimiento de abandono se profundiza a causa de la relación conflictiva con la institucionalidad del municipio, específicamente con la actual Alcaldía. Como afirmaba uno de ellos: “¿Cómo hace un joven en el municipio de Riosucio para tenerlo en cuenta en algún proyecto o en una inversión que se tenga para los jóvenes? A la juventud la administración no la tiene en cuenta para nada.” (Diego, comunicación personal, septiembre 13 de 2023). Este malestar con la administración del municipio se explica por el trato dado por parte de esta a algunos grupos y organizaciones juveniles vinculados principalmente al campo de la cultura y el arte.

Yo toco prácticamente todo tipo de instrumento. Lo he hecho porque me he dedicado a eso. Y entonces ahora que yo aprendí quieren que les regale mi trabajo. Y otra cosa es que a los jóvenes de acá del municipio no se les paga, y aquí hay demasiado talento. Y usted ve que para las fiestas no llevan a los cantantes que hay en el municipio. Pero no, a los de afuera vienen acá y se nos llevan la plata. (Yuver, comunicación personal, septiembre de 2022)

Este conflicto con la administración, según lo relatan algunos de los jóvenes de la Plataforma, ha contribuido a la formación de un sentimiento de desconfianza. En las pala bras de otro de los jóvenes, se reconoce además un fuerte sentimiento de indignación pro ducto del no reconocimiento de sus capacidades y de su fuerza de trabajo por parte de la alcaldía. Los y las jóvenes de Riosucio viven así en medio de una lucha por el reconocimiento como jóvenes con capacidades que demandan espacios de participación (social, política, cultural) para tener incidencia en el territorio. Ellos y ellas reflejan en sus demandas a la alcaldía, el peso del discurso Estado-Céntrico según el cual el Estado debe ser garante del desarrollo de las capacidades que los permitan constituirse en sujetos plenos. Pero las y los jóvenes de Riosucio no han construido una identificación pasiva con esta figura moderna de la ciudadanía. Gracias a sus procesos de participación y de construcción colectiva, han creado espacios propios a través de los procesos de la Plataforma Municipal de la Juventud. Al respecto, su representante señalaba:

Riosucio fue el primer municipio que tuvo escrita la política pública en juventud, en todo el departamento del Chocó. Nosotros teníamos política pública después del pro ceso de la escuela interétnica. Nosotros tenemos casa de la juventud y encima de eso estamos aquí adentro, la utilizamos. Y nos la querían quitar y peleamos, y la tenemos, eso es resultado de una lucha. Lo que pasa es que no hemos contado con la dicha de tener un gobierno que potencialice lo que hay aquí. (Marcela, comunicación personal, septiembre 13 de 2022)

Las plataformas municipales de juventud en Colombia fueron creadas bajo la Ley es tatutaria de juventud 1622 DE 2013 (Ley estatutaria 1885 de 2018, 2018). Se conciben como escenarios de encuentro, articulación, coordinación e interlocución de las juventudes, de carácter autónomo, conformada por procesos y prácticas organizativas, así como por espa cios de participación de los y las jóvenes. Dentro de sus funciones está la veeduría y control social a los planes de desarrollo, políticas públicas de juventud, actuando como un meca nismo válido de interlocución en los temas concernientes a juventud proponiendo políticas, planes, programas y proyectos. Los procesos juveniles que se enmarcan en la Plataforma confluyen precisamente en un interés fundamental: la participación de los y las jóvenes del municipio en temas de incidencia social, económica, política y ambiental del territorio. En contraste con la mirada Estado-céntrica, esta vocación de la Plataforma, de participación e incidencia en el territorio a través del desarrollo autónomo de procesos sociales, culturales y ambientales, guarda sintonía con una perspectiva comprensiva sobre la juventud que se centra precisamente en el joven como sujeto político (Alvarado, 2021). Según esta, la juven tud no se define solamente como una transición, sino como una condición que se configura en una época y un contexto social, político, cultural y económico específico. En este caso, es el propio joven quien se reconoce como sujeto vinculado al Estado, la Sociedad e incluso al Mercado. Se trata de una mirada sociopolítica de carácter estructural-estructurante, en la que la emergencia de la juventud como condición, y del joven como sujeto, se configura en medio del vínculo conflictivo con el Estado (Monsiváis, 2002). En este sentido, la Plataforma Municipal de la Juventud de Riosucio puede reconocerse como una forma de mediación con la que cuentan los y las jóvenes para afrontar los conflictos territoriales, incluyendo por su puesto, el conflicto con la institucionalidad del Estado encarnada por la alcaldía. La platafor ma es un espacio de encuentro de jóvenes y para jóvenes que permite el auto-reconocimien to de ellos y ellas mismas como sujetos políticos. Podría decirse, incluso, que la Plataforma representa un espacio para la expresión de lo que Trejo denominó una “praxis divergente juvenil” (2005), es decir, una respuesta social y cultural ante la incertidumbre, exclusión y desesperanza que plantea el mundo contemporáneo en contextos territoriales concretos. La experiencia de reconocerse como sujetos políticos, ha estado antecedida precisamente por la experiencia de sentir el desencanto frente al mundo. Esta experiencia comprende una revelación, aquella que se produce tras el encuentro con un mundo que no responde a las expectativas. Ante la pregunta ¿Cuándo se dieron cuenta de que eran jóvenes? Una de las jóvenes respondió: “En el momento en que me di cuenta de que había dificultades, que el mundo no era como yo lo pintaba. Y en ese momento me di cuenta de que era joven.” (Luis, comunicación personal, septiembre 13 de 2022). A la luz de otra de la experiencia de los jóvenes, relatada a partir de esta misma pregunta, la revelación del mundo como lugar de la dificultad, remite a un acontecimiento que marcó un antes y un después en su vida: el nacimiento de su hijo.

Desde que nació mi hijo. Mi hijo tiene 2 años y yo 24. Me di cuenta porque en ese mo mento, me di cuenta de que tiempo atrás era bastante niño, antes de que él naciera, ¿sí me entiende? Cuando él nació ya me tocó asumir responsabilidades, apartarme de muchas cosas, amistades también, uno se da cuenta de que ya no hay personas que cuadran con uno. (Jorge, comunicación personal, septiembre 13 de 2022).

La experiencia de dejar de ver el mundo con los ojos de un niño o de una niña, es tam bién la experiencia del descubrimiento de la responsabilidad. La dificultad y responsabilidad de encargarse de alguien más, como lo es un hijo, sugiere entonces que la presencia del otro representa una oportunidad para constituirse como joven. La presencia del otro en el horizonte de un mundo que ya no es “como lo pintaba”, es la posibilidad de encontrar una nueva forma de “pintarlo”. En este sentido, podemos remarcar otra de las respuestas de las jóvenes que habla de la importancia del encuentro con otros jóvenes para asumirse preci samente como tal: “¿Cuándo me di cuenta que era joven? En el momento en que comencé a relacionarme con los demás, a relacionarme con otros de mi misma edad y ver que nos interesaban cosas similares.” (Elisa, comunicación personal, septiembre 13 de 2022). Acá el mundo se pinta con los colores de la juventud, un mundo cuya realidad inmediata es el pro pio contexto de Riosucio y su entramado de conflictos. La falta de oportunidades educativas y de empleabilidad, los riesgos directos e indirectos producidos por el conflicto armado, la participación en economías ilegales, el consumo de sustancias, los embarazos no planeados y la estigmatización por parte de la Alcaldía Municipal, constituyen los limites concretos y de posibilidad para ser joven en este territorio. La condición de ser joven no puede compren derse sin este entramado, como tampoco puede comprenderse sin los esfuerzos, acciones, procesos y proyectos de los y las jóvenes, que, precisamente en virtud de su reconocimiento a través del encuentro entre ellos mismos, implica el reconocimiento de su potencialidad como sujeto colectivo de carácter político.

Donde yo simplemente tenga la capacidad mental y no tenga las personas idóneas que me ayudaron, quien sabe dónde estaría yo, si también me hubiera tocado estar por allá adentro con un fusil encima, o con una motosierra encima cortando madera. Ahoritica que está pasando, los muchachos están viendo las cuestiones sociales, se están metiendo en ese cuento, están haciendo parte de la plataforma. (Carlos, comu nicación personal, septiembre 13 de 2022).

Este mundo o territorio cuyo panorama parece “oscuro”, contrasta con los “colores” que los jóvenes encuentran en sus procesos colectivos. La metáfora del color se propone acá como una figura para hacer referencia a los matices (mediaciones) a través de los cuales los propios jóvenes potencializan y fortalecen sus capacidades a través de procesos de creación. Para estos procesos, además de la experiencia de la dificultad y de la responsabilidad, y por esta vía del descubrimiento del otro como par, la alegría o jocosidad, como lo llaman los jóvenes de la Plataforma, resulta también muy significativa. “Los jóvenes aquí se caracteri zan por ser personas jocosas, casi siempre tendemos a tener una actitud positiva a pesar de las dificultades; y siempre hay muchachos que como vemos en estos espacios, le meten la recocha, el ambiente.” (Luis, comunicación personal, septiembre 13 de 2022). La Plataforma de la juventud es entonces un espacio de praxis divergente en el que los encuentros con el otro y los procesos creativos se traducen en la construcción de proyectos, estrategias o diversas actividades frente a necesidades de orden social, cultural, económico, ambiental y político. Los procesos de esta organización resaltados por su representante, dan cuenta de este despliegue.

El proyecto socioambiental que reúne todas las instituciones del municipio en esta materia, lo crearon los jóvenes. Hoy en día los grupos que están inscritos en la plataforma de la juventud, cada una está haciendo algo. Nosotros a través del progra ma de radio estamos transformando vidas. Yo estoy haciendo incidencia a través de las comunicaciones y todos los chicos que están creando contenido. Todo el mundo sabe, y el consejo lo aprobó, de que la política pública la hicimos nosotros los jóvenes. (Marcela, comunicación personal, septiembre 13 de 2022)

En medio de las pocas oportunidades y de los riesgos en el territorio, las trayectorias de vida de los y las jóvenes de la Plataforma encuentran en esta un lugar para el auto-reconocimiento, la construcción de un sujeto colectivo, el desarrollo de capacidades y proyectos necesarios para impulsar la participación en distintos espacios y procesos con incidencia en el territorio. Como dice Jorge: “Los jóvenes de hoy pensamos de una manera diferente. El jo ven de hoy piensa que es utilizado, que está abandonado, pero siente que debe luchar por lo que tiene ahora. Siente que, si lucha en conjunto, podemos llegar a algo.” (Jorge, comunica ción personal, septiembre 13 de 2022). La Plataforma Municipal de la Juventud de Riosucio Chocó, puede interpretarse entonces como una forma de mediación y agenciamiento que permite a los y las jóvenes que pertenecen a ella, resistir, sobrevivir e innovar ante una conflictividad territorial cuyas tensiones y presiones constituyen un factor determinante en la trayectoria de los demás jóvenes del territorio.

Conclusiones

En el marco del proyecto de investigación Hilando Sociedad, cuyo objeto, abordado desde la perspectiva de la paz imperfecta, fueron las conflictividades y las mediaciones en algunos de los territorios más afectados por el conflicto armado colombiano, se realizó un proceso colaborativo y dialógico con los jóvenes de la Plataforma de la Juventud del municipio de Riosucio (Chocó). Este proceso, interpretado desde el punto de vista fenomenológico, se enfocó precisamente en la experiencia de ser joven en un territorio atravesado por múltiples conflictos.

Esta experiencia debe ser comprendida teniendo en cuenta varios ejes. El primer de estos es un eje transversal a los y las jóvenes de todo mundo. Se trata del discurso Estado-céntrico de carácter funcionalista que concibe al joven como un sujeto con capacidades cuyo desarrollo depende precisamente del Estado-nación. Los y las jóvenes de Riosucio no son ajenos ni ajenas a este discurso. En su manera de significar su experiencia de ser joven, aparece la demanda al Estado, representado en su institucionalidad territorial, del reconocimiento de sus talentos y capacidades como jóvenes, así como de su respectivo apoyo para su desarrollo. Los y las jóvenes no pueden sustraerse a esta condición, así como tampoco a su condición de habitar un territorio determinado como lo es Riosucio (Chocó).

Hablamos así del segundo eje, el eje territorial. Este eje está marcado, por una parte, por un conflicto socioeconómico que se traduce en la falta de oportunidades en materia de educación y de empleo, y por la otra, por la reconfiguración de un conflicto armado que produce una serie de riesgos para los y las jóvenes que no encuentran una oferta amplia en educación formal a nivel técnico, tecnológico o profesional, además de un mercado laboral limitado y poco remunerado. Con este panorama, los grupos armados al margen de la ley y las economías ilegales representan una opción.

El reclutamiento forzado es una realidad, pero también la vinculación voluntaria. Este panorama puede ser aún más complejo para los jóvenes que viven en las comunidades (áreas rurales del territorio) pues la presencia de estos grupos armados tiene sobre ellos y ellas otros efectos adversos.

Los confinamientos, los desplazamientos, las minas antipersonas o las muertes violen tas, constituyen una fuente de constante riesgo para la salud física y mental de los habitan tes de estas zonas, incluyendo por supuesto a los y las jóvenes. En la narrativa de los y las integrantes de la Plataforma de la Juventud, se puede reconocer el peso del discurso Estado- céntrico sobre el sujeto joven como un sujeto con capacidades que está en transición hacia su ciudadanía plena.

Pero las condiciones socioeconómicas se yerguen como un obstáculo para la materiali zación de este discurso. La frustración se hace mayor cuando el gobierno local, no reconoce las capacidades ni la fuerza de trabajo de las y los jóvenes. La frustración es experimentada por ellos y por ellas en términos de abandono y desesperanza. Pero los y las jóvenes de la misma Plataforma evidencian en su discurso una forma divergente de asumirse como suje tos de capacidades que pueden ser puestas al servicio de sus propias necesidades e intere ses. Los y las jóvenes de la plataforma configuran así una praxis divergente que pasa por la experiencia de reconocerse como sujetos que deben enfrentarse a un mundo adverso bajo el precepto de ser responsables.

Esta responsabilidad de asumir su propio ser en el mundo, es posible en tanto se reco noce en otros y otras como ellos y ellas, es decir, otros sujetos con sus mismos intereses y capacidades.

Esta praxis divergente toma fuerza, forma y contenido a través de la co-construcción de la Plataforma de la Juventud. Sus iniciativas, acciones, estrategias y proyectos constituyen una forma de mediación frente a una conflictividad territorial, que enmarca la existencia de los jóvenes y las jóvenes del territorio entre dos polos: la organización social juvenil, o las vías que ofrecen los grupos armados, las economías ilegales, la migración o incluso la muerte.

La trayectoria de estos jóvenes no tiene que estar sometida a esta disyuntiva. La expe riencia del proceso investigativo de Hilando Sociedad permitió comprender la importancia del trabajo colaborativo, articulado y en red de actores sociales e institucionales de diferen tes sectores. Superar esta disyuntiva depende de las voluntades de estos actores, las cuales deben partir del reconocimiento de los procesos territoriales agenciados por estos jóvenes así como de la responsabilidad social de otros agentes tales como los investigadores y do centes universitarios.

Las universidades colombianas, especialmente las del orden regional, tienen aquí no solo un papel fundamental sino una oportunidad valiosa. Las experiencias de vida, los sa beres, talentos y capacidades de jóvenes que viven en territorios similares al de Riosucio, requieren del reconocimiento social, pero también de oportunidades de orden educativo, cultural y socioeconómico. Las funciones misionales de las universidades pueden orientar se hacia este fin. Los procesos en proyección y extensión social, la formación y la investiga ción, podrían así tomar como foco de sus intereses estratégicos a estos territorios y su po blación joven. De esta manera, la universidad en Colombia entraría de forma más decisiva y determinante en los procesos de construcción de paz con enfoque territorial. Una apuesta de este tipo involucraría especialmente a la Universidad Publico, y por ende al Estado, cuya presencia en los territorios podría efectuarse a través de una oferta educativa oportuna, pertinente y de calidad.

Un marco político y legal que fomenta y respalda la respuesta estatal respecto a las ne cesidades de los jóvenes en sus territorios, es precisamente el acuerdo de paz firmado en 2016. Una implementación integral de los puntos de este acuerdo, que hasta el momento ha enfrentado diferentes tipos de obstáculos, permitiría a los y las jóvenes no solo encontrar oportunidades educativas, sino también de empleo e incluso de innovación social. Las capacidades y talentos de los jóvenes pueden ponerse al servicio de la sociedad riosuceña, pero no solo a condición de sus propios esfuerzos materializados en la Plataforma Municipal de la Juventud. Un marco político como el del acuerdo de paz, junto con las voluntades, programas y proyectos de actores sociales e institucionales públicos, de organizaciones no gubernamentales, y de agencias de cooperación internacional, permitirían desarrollar una plataforma de trabajo colaborativo y dialógico en beneficio de los y las jóvenes de Riosucio.

Supplementary material
Referencias
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Notes
Notes
1 Forma abreviada para referirnos al proyecto “Hilando Capacidades Políticas para las Transiciones en los Territorios”.
2 En razón de la protección de la información personal de los y las jóvenes que participaron de este proceso, se utilizarán nombres ficticios en este artículo.
i Programa de Investigación Reconstrucción del Tejido Social en Zonas de Posconflicto en Colombia Código SIGP: 57579, con el proyecto de investigación Hilando capacidades políticas para las transiciones en los territorios, Código SIGP: 57729. Financiado en el marco de la convocatoria Colombia Científica, Contrato No FP44842-213-2018.
ii “Producir conocimiento y transformación social a través de la co-construcción de estrategias de I+D+i multidisciplinarias e intersectoriales para el fortalecimiento de capacidades políticas, ciudadanías activas, competencias productivas, alfabetización mediática y generación de soluciones sustentables que contribuyan a la reconstrucción del tejido social en zonas de posconflicto”. (Sánchez-Jiménez M. &., 2021, pág. 11).
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