Editorial
Hoy en que Chile a despertado de un prolongado letargo y ha vuelto suyas las demandas por un país más justo no podemos tomar un rol de meros espectadores. Desde nuestros diversos espacios de privilegio y tribunas académicas queda responder a esta responsabilidad a la que hemos ciertamente faltado.
Eso queda pendiente…
No basta con explicar los motivos del estallido social que comenzó el viernes 18 de octubre del año en curso y que fuere iniciado por nuestros jóvenes. La obligación como investigadores, profesionales, editores y -en último término- personas, será encontrar los espacios fértiles desde donde (re)construir propositivamente un país que permita integrar a todos y cada uno sus ciudadanos.
Eso queda pendiente…
Más allá de los problemas estructurales consabidos e históricos, que cada uno pueda conocer muy bien desde su lugar dentro de la larga cadena de producción del saber, debemos ser capaces de levantar voces que sean el resultado de una apertura a empatizar, a escuchar al otro y preocuparse de ser escuchados a todo nivel para que los cambios sean no solo genuinos sino también efectivos.
Eso queda pendiente…
Con cerca de 300 chilenos y chilenas con daños oculares -entre otros tantos daños- producto de la violencia del actuar policial durante las manifestaciones, lograr que las revistas científicas cuenten con formas más inclusivas de ser leídas por los estudiantes y profesionales es también una necesidad imperativa.
Eso queda pendiente…
Desde este espacio, nos comprometemos a fomentar la difusión de nuevas y más efectivas formas de rehabilitación humana con el objetivo fundamental de que nadie quede exento de este nuevo país que estamos llamados a construir en unidad, igualdad, y dignidad.
Esta renovación a gran escala que el país reclama, y que por cierto consideramos justa, nos convoca a todos y es algo que definitivamente no puede quedar pendiente.
Notas de autor