Reseña
Domingues José Mauricio. Esquerda, crise e futuro. 2017. Río de Janeiro. MAUAD X |
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Recepción: 15 Enero 2018
Aprobación: 28 Febrero 2018
Domingues, José Mauricio: Esquerda, crise e futuro, Río de Janeiro: MAUAD X, 2017.
El retroceso de la izquierda en América Latina se ha vuelto un tema de amplia discusión en los últimos tiempos. Más allá de algunos atenuantes, lo cierto es que los procesos políticos que supieron hegemonizar la región durante la década pasada se encuentran hoy en una situación crítica o, directamente, han sido desplazados de los gobiernos nacionales. Argentina y Brasil son claros ejemplos de esto último, mientras que Ecuador y Venezuela ilustran lo primero. Uruguay y Bolivia, por su parte, se mantienen en una posición expectante, siendo más difícil determinar su futuro.
Esta nueva realidad ha despertado una abundante cantidad de análisis respecto de las causas que llevaron al declive de los movimientos progresistas y a la aparente irrupción (o restauración) de una ola neoconservadora en América Latina. Casi como un ejercicio de arqueología contemporánea, diversos estudios se han dedicado a analizar qué es lo que sucedió con aquellos procesos políticos encabezados por partidos, movimientos e ideas de izquierda que supieron dominar la escena latinoamericana hasta hace muy poco tiempo. En este marco se inscribe el libro del sociólogo brasileño José Maurício Domingues, titulado “Esquerda, crise e futuro” (2017), recientemente lanzado por la editorial MAUAD X.
En este sentido, Domingues retoma las conclusiones de su anterior libro, “O Brasil entre o presente e o futuro. Cojuntura interna e insercao internacional” (2015) para explicar las razones que llevaron al declive de la izquierda en Brasil -simbolizado en el golpe parlamentario que destituyó a Dilma Rousseff en 2016- y, al mismo tiempo, plantear una serie de directrices que contribuyan a la reconfiguración del campo progresista en el país verde amarelo.
Uno de los aspectos más valiosos del libro es que esquiva la comodidad de aquellos esquemas explicativos que depositan toda responsabilidad en el adversario. Por el contrario, Domingues busca explicar la coyuntura brasileña a partir de dinámicas de más largo aliento y, sobre todo, poniendo el foco en el rol que ha jugado la izquierda cuando le tocó gobernar entre 2003 y 2016. Sobre este punto vale hacer la siguiente aclaración: si bien el autor entiende por “izquierda” a un amplio abanico de partidos políticos, movimientos sociales y sindicatos -que van desde la Rede Sustentabilidade de Marina Silva, hasta el Partido Solidaridade (PSOL)-, el Partido de los Trabajadores (PT) ocupa –indefectiblemente- un lugar de primus inter pares entre esta multiplicidad de actores.
Dicho esto, el libro parte de la siguiente premisa: la izquierda ha perdido la capacidad de pensar estratégicamente y se ha quedado atrapada en debates sobre políticas de corto plazo (Domingues, 2017: 79). Esto se debe, en gran parte, a que el proyecto encabezado por los gobiernos de Lula y Rousseff no logró transformar las bases del sistema político y económico brasileño, producto de una excesiva mimetización del PT con las prácticas y actores de dicho sistema. Esta sobreadaptación haría eclosión con el ciclo de protestas iniciado en 2013, en tanto momento en que emergieron con fuerza una serie de dinámicas estructurales: el agotamiento de los modelos económicos, la deslegitimación del sistema político brasileño y, en tercer lugar, la consolidación de nuevas identidades sociales y políticas que, asimismo, profundizaron la crisis de las dos primeras.
Vale decir, también, que el autor construye su obra en función de distintos artículos que fueron previamente publicados en revistas especializadas. Esta configuración, sin embargo, logra sortear uno de los rasgos más comunes en este tipo de ensamblajes: terminar siendo una compilación por momentos, incoherente, que abre demasiadas hipótesis, variables y problemas de investigación. Una clave para evitar este defecto típico de la compilación es el orden de los capítulos. Así, el primer apartado plantea de manera crítica las principales características del escenario brasileño reciente. En lo que podría ser un extenso artículo de análisis político, Domingues introduce los principales factores que llevaron a la caída de Rousseff y el restablecimiento de un “régimen liberal oligárquico” (Domingues, 2017: 34). En este sentido, el autor hace hincapié en los propios límites del proyecto petista: la implementación de un modelo económico neodesarrollista que no alteró la hegemonía del capital financiero; la permanencia de un aparato judicial que, si bien experimentó una fase democratizadora, posee una marcada autonomía funcional y una vocación pretoriana que facilitan la intervención sobre el sistema político; y, en tercer lugar, una profundización limitada de la democracia, en tanto se ampliaron los derechos de actores y sujetos tradicionalmente postergados, pero no se fomentó la organización y movilización de los mismos.
En el capítulo 2 se profundiza el análisis sobre la trayectoria reciente de la izquierda en Brasil. Retomando algunos puntos del capítulo anterior, el autor discurre en dos aspectos que merecen ser destacados. En primer lugar, la complejidad y la pluralidad que asumen las identidades políticas en la actualidad. Al respecto, sin dejar de reivindicar una pertenencia a la tradición marxista, Domingues se niega a caer en el facilismo de explicar estas identidades en función de los intereses de clase. Más bien, los procesos de identificación política son el resultado de dinámicas de subjetivación flexibles y contingentes, dando lugar a un tipo de individuo mucho más refractario a las organizaciones tradicionales, caracterizadas por la rigidez y la verticalidad. Desde el punto de vista epistemológico, esto supone un marco de análisis que privilegia a las agencias por sobre las estructuras.
El segundo aspecto a destacar tiene que ver con la relación entre los ciclos políticos y económicos de la historia reciente brasileña y el rol que jugó la izquierda en cada uno de ellos. Especialmente, al momento de analizar lo que Domingues define como el fin del ciclo de la “hegemonía petista”. Podría decirse que aquí asoma uno de los puntos más perspicaces a la hora de explicar la situación crítica de la izquierda: aunque Lula logre ganar las elecciones presidenciales de 2018, la viabilidad de un proyecto de izquierda sólo será posible si conforma un entramado más plural, horizontal -que incluya tanto a los sectores más ortodoxos como a los más pragmáticos- y que incorpore nuevas agendas, basadas en derechos sociales universales y cuestiones ambientales. Según este razonamiento, sin una reorganización más profunda del campo progresista, un mero triunfo de Lula -lejos de constituirse como un factor ordenador- no hará más que alargar un ciclo que se encuentra agotado.
El capítulo 3 está orientado a desandar los pilares del “social liberalismo”, en tanto sistema de pensamiento que ha hegemonizado el horizonte de las estrategias gubernamentales en Occidente durante las últimas años. Y que, desde luego, Brasil no ha sido la excepción. En este aspecto, Domingues resalta el carácter global del social liberalismo y la construcción de un consenso que privilegia la implementación de políticas públicas focalizadas y prácticas individualizantes de autoexplotación, bajo el término amable de “emprendedorismo”.
En función de este estado del arte, Domingues retoma a Gramsci y propone que el objetivo de un proyecto transformador de la izquierda en términos estratégicos debería ser contrarrestar el proyecto global que propone el social liberalismo, “en una larga ‘guerra de posiciones’ en donde las fuerzas democráticas que se oponen o se podrían oponer, propongan e implementen alternativas de igual ambición” (Domingues, 2017: 15). En la práctica, esto no implica desandar medidas focalizadas, como el “Programa Bolsa Familia”, sino proponer simultáneamente un horizonte de políticas universales que rompan con la lógica de la “equidad” y restablezcan la idea de “igualdad”.
Finalmente, el capítulo 4 se centra en lo que el autor considera el problema principal por el que atraviesa la izquierda brasileña en la actualidad: la imposibilidad de pensar estratégicamente. En este sentido, Domingues ofrece una hoja de ruta en aras de destrabar esa incapacidad: delinear las tendencias y posibilidades de desarrollo de la modernidad contemporánea y en qué medidas ellas contienen potencialidades emancipatorias (Domingues, 2017: 81). La primera de estas tendencias es la creciente monopolización de la economía, expresada, sobre todo, en la expansión del capital financiero. La segunda tiene que ver con una progresiva demanda de derechos, muchas veces mediada por la idea de “focalización” del social liberalismo. No obstante esto último, estas demandas contienen por sí mismas un carácter emancipatorio, lo cual hace que uno de los desafíos a futuro sea, justamente, optimizar e intensificar este carácter. Las otras tendencias vendrían a ser el fortalecimiento del Estado –en tanto capacidad de intervenir y administrar la vida social- y, por otro lado, una creciente autonomización de los individuos y las colectividades, fomentada por la expansión del mercado. Frente a estos dilemas, la solución pasaría por una ampliación de la ciudadanía en todos sus aspectos y, al mismo tiempo, en garantizar la potencialidad de los procesos de atomización individual y colectiva. Para ello, concluye Domingues, es que se vuelve todavía más necesaria la constitución de un proyecto de izquierda amplio, horizontal, que incorpore nuevos actores, demandas y derechos. De lo contrario, la alternativa será la fragmentación o, bien, volver a caer en la trampa que supone una alianza con los actores políticos y económicos de la derecha.
Referencias
Domingues, José Mauricio: Esquerda, crise e futuro, Río de Janeiro: MAUAD X, 2017.