Resumen: El enfoque de Habilidades para la Vida (Hpv) es una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (WHO, 1993) surgido de la integración de varias teorías que explican el desarrollo humano y social. Este estudio transversal tuvo como objetivo describir el desempeño autoreportado de las habilidades para la vida en jóvenes víctimas del conflicto armado interno en Colombia. Participaron 35 jóvenes de 18 a 25 años (M = 21.91, DT = 0.48) de los cuales el 67.5 % eran mujeres. Los participantes han sido víctimas del conflicto armado interno en Colombia, residían en varios municipios del país y estaban vinculados a un programa de fortalecimiento emocional. Se realizaron análisis descriptivos y se evalúo el desempeño autoreportado con base en la media de respuesta por factor de la escala de habilidades para la vida. Los resultados evidenciaron un nivel más alto de desarrollo autoreportado en las habilidades de comunicación asertiva, y manejo de tensiones y estrés. En contraste, se observaron niveles bajos de competencia en las habilidades de solución de problemas y conflictos, empatia, y manejo de sentimientos y emociones. Se discute la necesidad de desarrollar investigaciones y programas de intervención en habilidades para la vida en personas que han sufrido las consecuencias negativas del conflicto armado.
Palabras clave: Habilidades para la vidaHabilidades para la vida,JóvenesJóvenes,Conflicto armadoConflicto armado,ColombiaColombia,IntervenciónIntervención,salud mentalsalud mental.
Abstract: The Life Skills (LS) approach is an initiative of the World Health Organization (WHO), which arises from the integration of various theories that explain human and social development. This cross-sectional study aimed to describe the self-reported performance of life skills in young victims of the internal armed conflict in Colombia. 35 young people between 18 and 25 years old participated (M = 21.91, SD = 0.48) of which 67.5% were women. The participants have been victims of the internal armed conflict in Colombia, they live in several municipalities of the country and were linked to an emotional strengthening program. Descriptive analyses were carried out and self-reported performance was evaluated based on the mean response by each factor of the life skills scale. The results showed a higher level of self-reported development in assertive communication skills, and stress and tension management. In contrast, low levels of competence were observed in problem and conflict solving skills, empathy, and handling of feelings and emotions. The need to develop research and intervention programs in life skills in people who have suffered the negative consequences of the armed conflict is discussed.
Keywords: Life skills, Young people, Armed conflict, Colombia, Intervention, Mental health.
Artículos de investigación
HABILIDADES PARA LA VIDA EN JÓVENES QUE HAN SIDO VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA1
LIFE SKILLS IN YOUNG PEOPLE WHO HAVE BEEN VICTIMS OF ARMED CONFLICT IN COLOMBIA
Recepción: 16 Julio 2019
Aprobación: 17 Julio 2020
Recientemente en Colombia se expidió la Política Nacional de Salud Mental (PNSM), a cargo del Ministerio de Salud y la Protección Social, en el cual se establecen los aspectos prioritarios para la intervención psicosocial en la población colombiana (en aras de mejorar la salud mental).2 A su vez, uno de los campos en que se propone la intervención son la violencia y la convivencia social, y uno de los pilares de la política es el enfoque de Habilidades para la Vida (Hpv) que propone la Organización Mundial de la Salud (WHO, 1993).
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud Mental (ENSM) (MINSALUD, 2015), la cual exploró la presencia de eventos traumáticos que son producidos por algún tipo de violencia -entre ellas el conflicto armado-, se encontró que el 11,7 % de la población infantil (de 7 a 11 años) ha presenciado al menos un evento traumático. En los adolescentes el porcentaje es de 29,3 %, y alrededor del 41 % en el caso de los adultos. Estas personas han estado expuestas a eventos estresantes con afectaciones importantes en su salud mental, y es prioritaria la evaluación de sus necesidades y su respectiva intervención (sobre todo en un periodo de posconflicto o posacuerdo como el que transita el país en la actualidad).
Por otro lado, y como una de las consecuencias del conflicto, el desplazamiento forzado -particularmente- es un evento que afecta a la población en todas las edades, se da con mayor prevalencia en adultos jóvenes con una frecuencia entre 13,7 % y 18,7. Al respecto, la PNSM propone la aplicación de enfoques de desarrollo como el enfoque de derechos humanos, el enfoque de curso de vida, el enfoque de género, el enfoque diferencial y territorial, y el enfoque psicosocial (MINSALUD, 2018). Establece, además, como uno de sus ejes fundamentales, la promoción de la convivencia y la salud mental en los entornos que tienen como alcance:
agrupar todas aquellas acciones intersectoriales orientadas al desarrollo de capacidades individuales, colectivas y poblacionales que reconozcan a los sujetos para ejercer y gozar de los derechos y, por esta vía, vivenciar una salud mental para afrontar los desafíos de la vida, trabajar y establecer relaciones significativas y contribuir a un tejido comunitario basado en relaciones de poder equitativas, dignas y justas para todas y todos. (Minsalud, 2018, p. 20).
A su vez, destaca que una estrategia de este eje es la educación en Hpv porque estas "son competencias que permiten a los individuos afrontar las exigencias de la vida cotidiana y tener relaciones que posibiliten el mayor desarrollo del capital humano" (MINSALUD, 2018, p. 21). Las Hpv, específicamente, se refieren a:
un grupo genérico de habilidades o destrezas psicosociales que les facilitan a las personas enfrentarse con éxito a las exigencias y desafíos de la vida diaria. Este enfoque asume que el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes, así como la prevención de problemas psicosociales, requiere la adquisición de competencias y habilidades específicas a nivel físico, psicológico, social, cognitivo, moral y vocacional. (Mantilla-Castellanos, 2001, p. 7)
Así las cosas, el desarrollo de estas habilidades ha de ser considerado -siempre- un aspecto clave del desarrollo humano, tan importante como el intelecto. Su perspectiva demanda la formación en habilidades sociocognitivas y emocionales que permiten enfrentar problemas y desarrollar relaciones positivas con los distintos agentes del medio. Este enfoque permite fortalecer los factores protectores, incentivar la competitividad necesaria para lograr una transición saludable hacia la madurez, y propiciar la adopción de conductas positivas y hábitos saludables (Bancin & Ambarita, 2019).
Teniendo como base las teorías del desarrollo humano y las evidencias de la investigación social, en 1993 la identificó 3 categorías clave de Hpv que se sintetizan en habilidades cognitivas, emocionales, y sociales o interpersonales (WHO, 1993-1997, 2003). En la Tabla 1 se describen, de forma breve, las 10 habilidades para la vida que son propuestas desde el enfoque original.
Como se había mencionado, el enfoque de Hpv se fundamenta en las teorías del desarrollo del niño y el adolescente (Piaget, 1972; Kohlberg, 1972; Vygotsky, 1980; Steinberg, 2000), la teoría del aprendizaje social (Bandura, 1977), la teoría de los problemas de conducta (Jessor, 1991), la teoría de la influencia social (McGuire, 1964; 1969), la teoría de solución de problemas cognitivos (Shure & Spivack, 1988), las teoría de las inteligencias múltiples y la inteligencia emocional (Gardner, 1993; Goleman, 1995), y la teoría de riesgo y resiliencia (Rutter, 1987; Hawkins et al., 1992). Al respecto, es de resaltar que estas teorías no son contradictorias o excluyentes entre sí; al contrario, se complementan y facilitan abordajes mucho más integrales y holísticos.
En este orden de ideas, las Hpv constituyen una respuesta global para la atención en temas de desarrollo humano, así como una estrategia para generar redes de trabajo de cara a los problemas sociales en los distintos contextos (OMS, 1999; WHO, 1993, 1996). De hecho, cuando se inició la implementación de los programas de Hpv, se consideró que, a través de la evaluación y promoción de los mismas, es posible hacer frente a problemas como el deficiente acceso y calidad de la educación, el desempleo, la pobreza, la desigualdad y las dificultades de salud prevenibles (Mangrulkar et al., 2001).
Desde este enfoque se han desarrollado programas orientados al mejoramiento de las condiciones de vida y la solución de problemas específicos como la edad de inicio temprana en el consumo de drogas (Hansen et al., 1988); las conductas sexuales de alto riesgo (Kirby et al., 1994); el bajo control de emociones (Deffenbacher et al., 1995; Deffenbacher et al., 1996); la conducta antisocial (Englander-Golden et al., 1989; Saravia, 2017) y conductas negativas relacionas con la salud y la autoestima (Young et al., 1997). Todo ello tiene el propósito de promover, en cada proceso, la conducta prosocial.
Por su lado, en las propuestas de Hpv se ha priorizado la población escolar por los beneficios que esto representa en términos de educación para la salud y el desarrollo humano (Pérez de la Barrera, 2012; Díaz-Alzate & Mejía-Zapata, 2018; Martínez-Ruíz, 2014; Montoya-Castilla & Muñoz-Iranzo, 2009; Morales et al., 2013). Sin embargo, se considera que este es un asunto transversal, es decir que la actuación en torno al mismo no solo es útil y necesaria en las primeras etapas del desarrollo, sino que puede desarrollarse y fortalecerse a lo largo de la vida. De igual manera, se propone que las Hpv pueden tener una amplia aplicación en diferentes grupos poblacionales; razón por la cual, de hecho, el presente estudio se enfocó en analizar el desarrollo de Hpv en jóvenes expuestos al conflicto armado. No se evidencian un alto número de investigaciones en torno a este constructo y con población expuesta a situaciones de violencia o de guerra. Por ende, se hace fundamental abordar el tema teniendo en cuenta que la intervención psicosocial puede favorecer la atención de problemas ocasionados en los distintos niveles o sistemas en que el desarrollo humano tiene lugar.
A escala psicosocial, existen algunas investigaciones que reportan las afectaciones que deja la exposición al conflicto armado (Blom & Pereda, 2009; Hewitt-Ramírez et al., 2014; Jiménez-Jiménez, 2009), y de manera unánime se muestran evidencias de la existencia de afectación en diferente medida de la salud mental. Sin embargo, el enfoque de Hpv que propone la OMS no ha sido ampliamente considerado en este tipo de poblaciones.
Con base en lo anterior, en el presente estudio se realiza una descripción del desempeño autoreportado de las habilidades para la vida en jóvenes víctimas del conflicto armado interno en Colombia; esto puede contribuir con la identificación de aspectos psicosociales que pueden intervenirse con los jóvenes expuestos a situaciones de violencia.
Se aplicó un diseño cuantitativo de tipo no experimental, transversal, con alcance descriptivo, en tanto el interés estaba orientado a la medición de variables, sin que hubiese manipulación intencionada de ninguna de ellas, y con recogida de datos en un único momento (García-Cabrero, 2009; Clark, 2002).
Participaron 35 jóvenes entre los 18 y los 25 años (M = 21.91, DT =0.48), de los cuales 67, 5 % eran mujeres. Los encuestados fueron seleccionados por muestreo no probabilístico, por conveniencia y pertenecían a varios municipios colombianos que están distribuidos de la siguiente manera: 22,9 % Chaparral (Tolima); 22,9 % El Paujil (Caquetá); 14,3 % Puerto Libertador (Córdoba); 11,4 % San Juan Nepomuceno (Bolívar); 11,4 % El Doncello (Caquetá); 8,6 % Manaure (Cesar); 5, 7 % Zambrano; y 2,8 % Puerto Rico (Cesar).
El 88,6 % de los participantes vivía en área urbana y el 11,4 % en área rural. Por su parte, el 45,7 % se dedicaban a tareas del hogar, el 17,1 % se desempeñan en actividades técnicas, el 11,4 % eran estudiantes, el 8,6 % eran agricultores y el restante 17,2 % se ocupaban en actividades varias. El nivel académico se distribuía de la siguiente manera: el 45,7 % tenía título de bachiller, el 37,1 % contaba con estudios de básica primaria, el 11,5 % había realizado estudios técnicos y el 5,7 % eran profesionales (habían cursado alguna carrera universitaria).
Para el proceso de recogida de datos se utilizó la escala de habilidades para la vida diseñada por Díaz-Posada et al. (2013). Este es un instrumento de autoreporte que consta de 80 ítems divididos en las 10 variables que se relacionan con las 10 habilidades para la vida: 1) conocimiento de sí mismo; 2) empatía; 3) comunicación efectiva y asertiva; 4) relaciones interpersonales; 5) toma de decisiones; 6) solución de problemas y conflictos; 7) pensamiento creativo; 8) pensamiento crítico; 9) manejo de sentimientos y emociones; y 10) manejo de tensiones y estrés. Cada variable representa una dimensión que, a su vez, está dividida en 4 indicadores y 8 ítems (2 por indicador). Cuenta con una escala de 5 opciones de respuesta: siempre (5), casi siempre (4), a veces (3), casi nunca (2) y nunca (1).
Con referencia a sus propiedades psicométricas, se testó el Alfa de Cronbach y este, para la escala total, obtuvo un valor de 0.81.
Otros estudios realizados con el instrumento han reportado propiedades de validez y confiabilidad altas (Santana Campas et al., 2018; Saravia, 2017).
Los datos fueron recogidos según los estándares de la Declaración de Helsinki (World Medical Association, 2013) y se contemplaron las directrices del Ministerio de Salud y la Protección Social de Colombia establecidas en la Resolución 8430 sobre la investigación con personas.3 Se diseñó un consentimiento informado que firmaron los participantes de manera voluntaria y en este se informó sobre el objetivo de la investigación, el procedimiento de recogida de datos y aspectos de confidencialidad (protección de datos personales).
El instrumento fue administrado por profesionales con experiencia en intervención psicosocial con población expuesta al conflicto armado, quienes fueron delegados desde la organización internacional que lidera el programa de fortalecimiento emocional al que asistían los participantes en febrero de 2019. Así, en la sede del programa, los participantes completaron los cuestionarios en papel, después estos fueron escaneados y enviados a los investigadores (vía correo electrónico) para el proceso de sistematización y análisis.
Todos los análisis se realizaron con el programa SPSS (versión 25.0). Se realizaron estadísticos descriptivos para los datos sociodemográficos (frecuencias, medias y desviaciones típicas). Asimismo, se comparó el nivel de desarrollo de las Hpv con las puntuaciones de los participantes en frecuencias baja, media y alta, luego se graficaron en una escala, lo que se encuentra disponible en la Figura 1.
Para medir el desempeño bajo, medio y alto se tomaron los porcentajes de acuerdo con el puntaje neto: desempeño bajo (hasta 24 puntos), desempeño medio (de 24 a 32 puntos) y desempeño alto (puntajes superiores a 35). Después, con fines descriptivos, se realizaron correlaciones para evaluar las relaciones bivariadas entre cada una de las Hpv.
En la medición de desempeño de Hpv se encontró que el mayor desarrollo de habilidades estuvo en términos de comunicación efectiva y asertiva (M = 9.2, DT = 1.00), y en manejo de tensiones y estrés ( M = 8.3, DT = 1.00). En un nivel intermedio, por su lado, se encontraron las habilidades de relaciones interpersonales (M = 7.3, DT = 1.01), toma de decisiones (M = 7.2, DT = 1.00), pensamiento creativo (M = 6.7, DT = 1.01), y pensamiento crítico (M = 6.9, DT = 1.01). En contraste, los desempeños más bajos se encontraron en conocimiento de sí mismo (M = 6.2, DT = 1.00), empatía (M = 5.5, DT = 1.00), solución de problemas y conflictos (M = 5.5, DT = 1.01), y manejo de sentimientos y emociones (M = 5.3, DT = 1.01). Una apreciación visual de estos resultados se encuentra en la Figura 1.
A su vez, al analizar las frecuencias y porcentajes para los desempeños bajo, medio y alto (en cada variable), se encontraron puntajes altos para relaciones interpersonales (42.9 %), conocimiento de sí mismo (6.2 %) y empatía (28.6 %, respectivamente). En cuanto a los porcentajes de puntajes más bajos, estos estuvieron en solución de problemas y conflictos (31.4 %%), pensamiento crítico (25.7 %), y manejo de sentimientos y emociones (22.9 %).
Gran parte de los puntajes de los participantes se distribuye en desempeño medio, lo que indica que se cuenta con estrategias adecuadas para mostrar la habilidad, sin que el desarrollo sea lo óptimo posible (para lo que alcanza a medir la prueba empleada). Los porcentajes oscilan entre el 54.3 % (conocimiento de sí mismo) y 77.6 % (comunicación efectiva y asertiva). Tal como se aprecia en la Tabla 2, cada habilidad se desarrolla y se puede analizar en el grupo poblacional de una manera diferente. Como es de esperarse, cuando se habla de desarrollo humano algunas habilidades se presentan en menor o en mayor grado.
De igual manera, con el fin de identificar las relaciones entre las diversas Hpv, se realizaron estudios de correlación encontrando relaciones significativas moderadas entre solución de problemas y conflictos, y toma de decisiones (r = 563, <.001); solución de problemas y conflictos, y conocimiento de sí mismo (r = .529, <.001), así como entre manejo de sentimientos y emociones, y relaciones interpersonales (r = .568, < .001). Otras variables presentaron correlaciones bajas, sus resultados se presentan en la Tabla 3.
En el presente estudio tuvo por objetivo describir el desempeño autoreportado de las habilidades para la vida en jóvenes víctimas del conflicto armado interno en Colombia. Los resultados indican que entre los participantes existe un mejor desempeño en comunicación efectiva y asertiva, y en manejo de tensiones y estrés. Por su lado, los desempeños más bajos estuvieron en solución de problemas y conflictos, empatía y manejo de sentimientos y emociones. Esto genera repercusiones importantes en lo relativo a la pertinencia de los programas de prevención e intervención psicosocial, considerando que los participantes constituyen uno de los grupos que están siendo mayoritariamente focalizados en Colombia. Asimismo, al encontrarse una relación importante entre solución de problemas y conflictos, y las variables de toma de decisiones y conocimiento de sí mismo, se destaca la relevancia de empezar los procesos de intervención desarrollando acciones en torno a dichas habilidades. Además, se destaca la importancia de aprovechar la fortaleza con que parecen contar las mujeres en términos de solución de problemas y conflictos, destacándolas como colíderes en procesos de intervención.
Ahora bien, es fundamental recordar que las Hpv se desarrollan en cada persona de manera diferente, y es posible que mientras se tenga un desempeño alto para una habilidad específica, se tenga bajo desarrollo en otra. Eso dependerá de factores que aún la investigación no ha determinado pero que, sin embargo, se pueden inferir a partir de los modelos teóricos que le dieron origen al enfoque. Por ejemplo, a partir de la teoría de las inteligencias múltiples y de la teoría de la inteligencia emocional (Gardner, 1993; Goleman, 1995) se podría inferir que algunas personas tienen rasgos de inteligencia emocional que les facilita el manejo de sentimientos y emociones. Desde la teoría del aprendizaje social (Bandura, 1977) se puede proponer que la influencia positiva de los familiares o los pares tendría efectos importantes en la comunicación efectiva y asertiva (encontrada como habilidad con alto nivel de desarrollo en este caso).
De igual modo, el bajo desempeño en solución de problemas y conflictos, y en manejo de sentimientos y emociones -para el caso de esta muestra- indica la necesidad de abordar estas áreas con personas que han vivido de cerca el conflicto armado. Es comprensible que la exposición a la violencia genere la necesidad de respuestas adaptativas que otras personas en otros contextos no requieren; por tanto, es pertinente analizar la clase de problemas a los que se enfrenta este grupo en particular, de qué manera los resuelven con mayor eficacia y así generar estrategias para mantener el cambio. En este sentido, se propone orientar los programas de Hpv en esta dirección.
En suma, la diferencia en las Hpv según el género es un tema importante que abordar. Por ejemplo, los estudios sobre empatía y conducta prosocial han evidenciado que las mujeres son más empáticas y prosociales que los hombres (Moya-Albiol, 2014; Ordoñez & Gonzáles-Barrón, 2014), pero -posiblemente- investigaciones futuras muestren un desempeño más alto de las mujeres en empatia, relaciones interpersonales y manejo de emociones, así como desempeños más altos en hombres con respecto a otras variables. A su vez, es claro que las Hpv se interre-lacionan entre sí y las intervenciones -muy posiblemente- tendrán efectos positivos en unas más que en otras; lo cual hace manifiesta la necesidad de acoger el enfoque de la WHO de forma integral.
Por último, hay que subrayar que este estudio también responde a una de las debilidades que ha tenido hasta ahora el enfoque de Hpv: la medición y evaluación de los programas de intervención. Ello debido a que -aunque es muy probable que exista efectividad en la intervención de los programas existentes- es importante evaluar la eficacia de los procesos y contar con instrumentos fiables para la medición.
El test de Hpv (Díaz-Posada et al., 2013) está generando evidencia que respalda adecuadas condiciones psicométricas para la evaluación del enfoque y sus dimensiones, como lo demuestran varios integrantes de la red de conocimiento especializado en Evaluación y Promoción de Habilidades para la Vida4 (Santana Campas et al., 2018; Saravia, 2017).
De hecho, y con el ánimo de avanzar en la identificación de necesidades, se revisaron 12 antecedentes de instrumentos psicométricos, y se evidenciaron algunos vacíos con relación a la medición y evaluación de las 10 habilidades propuestas por la WHO en distintos momentos del ciclo vital. Estos antecedentes son nombrados en la Figura 2 y, respecto a su contenido, hay que señalar que -exceptuando el test aquí utilizado (Díaz-Posada et al., 2013)- los instrumentos no están diseñados para medir, específicamente, las 10 habilidades. Esto resulta de interés en tanto la evaluación es el punto de partida para el diseño o validación de cualquier tipo de proyecto, incluyendo el desarrollo de la investigación y la producción de nuevo conocimiento.
Las mayores aproximaciones están únicamente en: el instrumento de Erawan (2010), que aborda las mismas habilidades, pero está dirigido a estudiantes de secundaria que viven en Tailandia; el instrumento de Kobayashi et al. (2013), dirigido a niños asiáticos de 4°, 5° y 6° (es decir, de 8-9 a 11-12 años aprox.), pero que incluye un conjunto distinto de habilidades; el LSQ-P que es acorde con el enfoque de la WHO, va dirigido a padres y retoma solo 7 de las 10 habilidades. Este panorama permite identificar que no se han encontrado antecedentes directamente relacionados con la evaluación de las 10 habilidades para la vida en población menor de 7 años. De hecho, el Test de habilidades para la vida empleado en este estudio es el único instrumento hallado para el caso de población hispanohablante.
Pues bien, a manera de conclusiones, se reitera que el enfoque de Hpv es pertinente para desarrollar procesos de prevención, intervención, gestión e investigación psicosocial. Las investigaciones en Hpv deben orientarse a la descripción de predictores, y a indagar las necesidades y mecanismos que pueden ayudar a la población expuesta al conflicto armado para que se superen las dificultades y secuelas que ha dejado la violencia. Los programas de atención, sin duda, deben tener en cuenta la formación en habilidades para la vida, con fines concretos y contextualizados. De igual manera, han de estar articulados con propuestas más amplias de organización social, reparación y desarrollo comunitario.
Tal como se consideró al iniciar este estudio, las Hpv son aspectos transversales que no solo son útiles y necesarios en las primeras etapas del desarrollo, sino que pueden fomentarse y fortalecerse a lo largo de la vida. Es viable proponer que las Hpv "pueden aplicarse al terreno de las acciones personales, la interacción con las demás personas o a las acciones necesarias para transformar el entorno, de tal manera que este sea favorable a la salud y el bienestar" (Martínez-Ruíz, 2014, p. 68).
A su vez, se ha propuesto que las Hpv pueden tener una amplia aplicación en diferentes grupos poblacionales. De acuerdo con la WHO (2003), las Hpv pueden ser útiles en la solución de varios problemas o situaciones de riesgo, y una situación específica puede demandar el desarrollo de varias de estas habilidades psicosociales. Las Hpv son, entonces, genéricas y versátiles; pueden aplicarse a diversos campos, sobre todo los que se ocupan de la promoción del desarrollo humano. Como se puede apreciar en las mediciones de este estudio, el desarrollo de las Hpv es diferente en cada persona, y probablemente también sea diversa en colectivos disímiles, lo que lleva a creer que siempre será susceptible de enseñarse y mejorarse.
Para terminar, es importante mencionar las debilidades del presente estudio. La principal se encontró en el tamaño de la muestra que, si bien ha facilitado un ejercicio investigativo exploratorio, no permite que los resultados puedan ser generalizados. Debido a esta misma causa, si bien el análisis de fiabilidad da cuenta de buenas propiedades psicométricas en el Test de habilidades para la vida, no es posible realizar una validación confirmatoria para la población involucrada (víctimas de conflicto armado).
Asimismo, hay que señalar que no se incluyeron otras variables diferentes a las Hpv, lo que restringe los análisis. Además, no fue posible acceder a una descripción más exhaustiva de los participantes como, por ejemplo: su rol en el conflicto armado, los sucesos y las condiciones de vida en el marco del conflicto, y características personales y familiares que influyen directamente en su desarrollo. Así las cosas, futuras investigaciones pueden tener en cuenta las observaciones anteriores; se sugiere también medir aspectos vinculados con niveles de afectación de la salud mental, estrategias de afrontamiento y otras variables relacionadas con el comportamiento humano.