Resumen: La idea de que la libertad campea en internet ya parece natural, pues se ha enraizado profundamente en los usuarios de la red de redes en el mundo occidental. Pero oscura y silenciosamente permanece una serie de regulaciones y avanzan los intentos de ponerle cercos a las libertades que han conquistado la sociedad en la internet, algunos con argumentos sensibles, como la violencia contra los menores, pero siempre con un objetivo de vigilancia, censura, control y regulación.
Palabras clave: InternetInternet,privacidadprivacidad,libertad de expresiónlibertad de expresión,censuracensura,derechos de autorderechos de autor,derecho a la informaciónderecho a la información.
Abstract: The idea of freedom prevail on the internet seems natural, as it has been deeply rooted in the users of the network in the Western world. But dark and quietly remain a series of regulations and advance efforts to put fences on freedoms with some sensible arguments, such as violence against children, but always with a goal of censorship, control, surveillance and regulation.
Key words: Internet, privacy, freedom of speech, censorship, copyright, right to information.
YALA'
Desafíos y oportunidades de la regulación en internet
Challenges and opportunities in the internet regulation
Recepción: 11 Septiembre 2015
Aprobación: 29 Julio 2016
En México el derecho a la información es un tema incipiente. Y si apenas hace una década se conformaron las primeras reglas para que los ciudadanos pudieran acceder a información pública, los derechos, regulaciones y obligaciones en torno a la información que circula en internet es todavía más joven.
No obstante, existe una conciencia muy arraigada de que en el caso de internet hay una serie de derechos muy amplios para obtener y publicar información, así como la idea de que en la red de redes la libertad es tan extensa que casi se puede decir que carece de límites.
En la realidad no es así, ni en México ni en el resto del mundo. Si bien internet es ubicua en el ciberespacio, también está sujeta a regulaciones al arbitrio de los gobiernos o a los intereses de grupos, que se expresan en temas como el derecho a la privacidad, los derechos de autor, la censura y la libertad de expresión.
Dos mil millones de personas usan internet en el mundo (ONU, 2011), muchos de ellos en condiciones en donde la libertad se ejerce a medias por disposiciones gubernamentales, pero también por la existencia de intereses mercantiles, monopolios, amenazas y agresiones de la delincuencia organizada, así como la falta de profesionalismo (Trejo Delarbre, 2013).
William Ide (2011) indica en Global Press Freedom at Lowest Level in More Than Decade que 43% de las personas vive en hogares asentados en países en donde existe una prensa controlada; una cifra semejante, 42%, vive en naciones con una prensa parcialmente libre, lo que deja una cantidad de personas con acceso a medios libres e independientes es muy reducida: apenas una de cada seis. Esta cifra es resultado de esfuerzos gubernamentales por controlar a los medios impresos y electrónicos, pero también a internet y comunicaciones móviles, donde la censura, los ataques e intentos de restringir y limitar aumentan en la misma medida en que aparece más información libre.
Las viejas formas de intimidación se reproducen. Los ataques son invisibles. Se utilizan causas moralmente elevadas para justificar la censura. Se reviven delitos ya extinguidos para la prensa tradicional. Se matizan derechos. El fantasma de la anarquía se utiliza para asustar a usuarios y creadores. Se contiene el crecimiento orgánico de la red para impedir el empoderamiento de los ciudadanos. Las ataduras aparecen en forma de derechos análogos. Razones como la seguridad nacional o la salvaguardia de derechos de grupos minoritarios se utilizan como formas de coerción.
Son esos argumentos los que aparecen cuando se trata de establecer un marco normativo a internet y a los contenidos que distribuye de manera libre. También el hecho de que las leyes actuales están rezagadas frente a la evolución constante y continua de internet, pese a que el derecho internacional protege "el libre intercambio de ideas y conocimiento" (James, 2007).
Hasta ahora, por ejemplo, la legislación ha sido insuficiente para conciliar el derecho a la información y a la privacidad, no sólo se refiere a la legítima posibilidad de tener intimidad personal (Fernández, 2002), sino también en las comunicaciones que se mantienen. Este tema ha sido objeto incluso de procesos penales en los que el límite entre la vida personal y pública de las personas ha quedado expuesto sin que se haya logrado discernir cuál es el interés privado y cuál es público (Makhija, 2011), pero también ha sido esgrimido como razón para impedir que sean exhibidos asuntos que los involucrados pretenden ocultar o mantener en silencio.
En esta misma línea, la "ausencia de un sistema" (Conaculta, 2011) genera zonas grises en el tema de derechos de autor. En la medida en que la legislación es exigua frente a la transformación que ha traído el mundo digital, sigue siendo una interrogante hasta dónde el titular de una obra "original" (Peñeñory, 2011) posee la facultad de autorizar su transformación o reproducción y hasta qué punto el uso de herramientas es de manera efectiva un elemento para proteger a creadores -mediante un "código universal" (Martins Filho, 2001)- y no una manera de impedir su reutilización y hasta su censura.
Este mismo cuestionamiento aplica para el caso de la libertad de expresión. En uno de los polos se cree firmemente que internet, con distintivos como la transparencia y rendición de cuentas, puede ser usada en pro de la democracia (Trejo Delarbre, 2013), lo mismo que como preservación del derecho de existencia de voces múltiples, entre las que se cuentan disidentes políticos, activistas, defensores de derechos humanos y periodistas independientes (James, 2007:91). En el polo contrario, se argumenta que internet puede ser usado para difundir el discurso de odio, asesinatos y genocidios (Kakungulu-Mayambala, 2008) por lo que no se duda en proponer reglas al flujo libre de información y someter a internet a una clase de censura que no ha sido aceptada en los medios tradicionales.
El hecho de que internet haya abierto más ventanas ha significado también mayores intentos de establecer leyes bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, el crimen o la protección de la infancia (Rubio Moraga, 2004) o, en su defecto, ataques directos, censura e intimidación contra periodistas, redactores, blogueros y sitios web, hasta llegar al bloqueo e interrupción de procesos periodísticos (AP, 2011).
A continuación se muestran algunos desafíos y oportunidades de temas legales, como el derecho a la privacidad, los derechos de autor, la censura y la libertad de expresión, han puesto sobre la mesa al aumentar la relevancia de internet para la sociedad.
Desafíos
Oportunidades
Desafíos
Oportunidades
Desafíos
Oportunidades
Desafíos
Oportunidades
Se trata de un espectro de temas en los que hay divergencias, tan amplias como el número de ciudadanos que ahora poseen un mayor control sobre cómo y dónde reciben información. Mogen Schmidt, director de la Unidad para la Libertad de Expresión de la UNESCO, señala que "el reto real es la explotación plena de los nuevos medios sin comprometer las libertades civiles" (James, 2007, p. 7).
Internet es un ente en constante transformación. Una mezcla de intereses, sistemas, fuerzas, tecnologías y diálogos que evolucionan cotidianamente, hasta formar una entidad con vida propia, con los ideales más grandes en materia de comunicación y conexión de los seres humanos.
Se ha dado por hecho que internet representa y alberga algunos de los conceptos más sublimes de la convivencia humana, hasta llegar a una especie de utopía. Pero a lo largo del tiempo, los poderes que conviven en internet han tratado de imponer, y lo han logrado en algunos casos, condiciones y límites a la apertura y libertad inherentes a la "telaraña mundial".
El espíritu libertario con el que nació internet hizo que se concibiera a la red de redes como una nueva frontera, sin ley, hecha con aportaciones colectivas y sin filtros. Su crecimiento orgánico impidió la existencia de reglas, lo que a su vez produjo una plataforma abierta, de desarrollo común.
Ese espíritu y crecimiento viven en riesgo constante, como expresión de la resistencia del poder establecido de ceder espacios a una sociedad cada vez más conectada, participativa y crítica, donde los flujos libres de información y comunicación están llamados a preservar garantías y derechos.