Artículo de investigación
Recepción: 16 Julio 2020
Aprobación: 19 Octubre 2020
DOI: https://doi.org/10.17533/udea.mut.v14n1a08
Resumen: En este artículo se estudia la relación entre la traducción de cablegramas noticiosos y la reescritura de noticias en dos columnas que Gilberto Owen publicó en el periódico El Tiempo, Bogotá, en 1935. Las columnas son “Al margen del cable” (marzo-mayo) y “Suceso” (3 a 23 de octubre), de las cuales se analizan ocho textos. El planteamiento principal es que la traducción de cables de noticias fue no solo un ejercicio lingüístico informativo, sino también una escritura que contribuyó al desarrollo de la creatividad literaria del autor en textos que oscilan entre lo periodístico y lo literario. Por otra parte, la traducción de cables y la reescritura como labores periodísticas revelan una actitud crítica ante la realidad mundial, lo cual ofrece una faceta distinta de este miembro del grupo mexicano “Contemporáneos”. Para el encuadre teórico, se centra el estudio en el traductor como individuo, para comprender la compleja red de relaciones interculturales que, en este caso, facilitó la traducción de noticias del inglés al español.
Palabras clave: Gilberto Owen, El Tiempo, noticias, periodismo y literatura, traducción de noticias.
Abstract: This article examines the relationship between cablegram news translation and news rewriting in two op-eds written by Gilberto Owen for El Tiempo (Bogotá, 1935). The op-eds are entitled “Al margen del cable” (On the fringes of cable) -March-May, 1935- and “Suceso” (Event) -October 3-23, 1935, from which eight texts are analyzed. We argue here that cablegram news translation was not only a linguistic informative exercise, but also a type of writing that helped foster the author’s creative writing in texts ranging within the boundaries of journalism and literature. Meanwhile, the journalistic tasks of cable news translation and news rewriting reveal insightful commentaries regarding international political news. All this offers a new profile of this member of the Mexican literary group Contemporáneos (Contemporary people). In order to deliver a theoretical framework, the study delves into the translator as an individual, in view of comprehending the complex net of intercultural relationships that allowed for news translation from English into Spanish in this case.
Keywords: news translations, Gilberto Owen, El Tiempo, journalism and literature.
Résumé: Le but de cet article est d’étudier les traductions des informations télégraphiques que Gilberto Owen a réalisées pour le journal El Tiempo, de Bogotá par rapport à la récriture des informations en deux séries d’articles dont les titres sont « Al margen del cable » (mars-mai, 1935) et « Suceso » (3-23 octobre, 1935). On va analyser huit textes et on veut montrer que ce travail journalistique a fortement influencé l’écriture créative de l’auteur mexicain. En effet, en écrivant ces textes, Owen était obligé de développer une attitude critique sur la situation politique globale ; ce qui montre un nouvel aspect de son image comme membre du groupe « Contemporáneos », au Mexique. Par ailleurs, on veut décrire le parcours biographique de cet écrivain en tant que traducteur et le contexte journalistique à Bogotá, où il a traduit les informations internationales de l’anglais à l’espagnol. Le cadre théorique utilisé correspond à la proposition de Pym d’étudier le traducteur comme individu ainsi que le réseau de connexions interculturelles qui, dans ce cas, a facilité les traductions qu’il a réalisées.
Mots clés : Traduction d’informations, Gilberto Owen, El Tiempo, journalisme et littérature.
1. Introducción
Gilberto Owen (1904-1952), escritor mexicano y traductor, se estableció en Bogotá después de que la legación diplomática de México en Perú hubiese sido reubicada en Panamá. Esto ocurrió porque el escritor se involucró en actividades políticas en un país extranjero, ya que simpatizaba con la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), dirigida por Víctor Raúl Haya de la Torre, como consta en la carta que Owen envió a Benjamín Carrión para poner a este último en contacto con Germán Arciniegas (Owen, 1933, en Carrión, 1995, pp. 133-134). Como representante del servicio exterior mexicano, dicha acción era reprobable. Más tarde, fue a Guayaquil, todavía como funcionario del servicio exterior, pero lo expulsaron definitivamente por sus simpatías comunistas; finalmente, se estableció en Bogotá a partir de 1932-1933, según una carta que envía a Alfonso Reyes.1
Owen declara, tanto en cartas como en ensayos biográficos, que durante su estancia en Bogotá se dedicó a traducir, del inglés al español, noticias que llegaban a la redacción del diario El Tiempo (ET) desde los despachos de la agencia estadounidense de noticias United Press (UP). La traducción de cables noticiosos por parte de Owen solo era un dato autobiográfico hasta que, mediante un rescate hemerográfico que se recabó de 2003 a 2004, se comprobó la existencia de sus columnas en ET.2 En esa investigación, se pudo constatar el trabajo periodístico de Owen en ET; en ese momento, se decidió no incluir las traducciones literarias, entre estas “Poemas de Emily Dickinson. Versiones a ojo de Gilberto Owen”, publicadas en Lecturas Dominicales. El Tiempo (Owen, 1934, pp. 6-7), puesto que ya se había dado noticia de ellas anteriormente, en “Bibliografía de Gilberto Owen”, en la segunda edición de las Obras del autor (Owen, 1979, pp. 296-301), editado por Josefina Procopio. También Luis Mario Schneider (1978) escribió acerca de las traducciones que Owen hizo de los poemas de Emily Dickinson. Cabe aclarar que todos los textos de ET se han consultado de primera mano.
Este artículo se centra, entonces, en el análisis de la traducción de dos columnas que Owen entregó al periódico El Tiempo (ET), de Bogotá, en 1935. “Al margen del cable” (27 de marzo-7 de mayo) formaba parte de la página titulada “Información universal cablegráfica de la United Press exclusiva para El Tiempo” y tuvo un total de 24 artículos. La segunda columna, con un total de 18 textos, se llamó “Suceso” (3 a 23 de octubre) y apareció en la página “Cosas del día”, de ET. Ambas columnas suman un total de 42 textos periodísticos, de los cuales se estudian solo 8, 4 por cada columna: los primeros de cada serie, unos ejemplos que muestran apego a las formas del periodismo estadounidense y otros que evidencian un alejamiento considerable de dos formas conocidas en inglés como news features (artículos de noticias o artículos noticiosos) y feature news (hechos diversos o sucesos) (véase Tabla 1).

Este artículo se centra en analizar de qué manera la labor de traducción de noticias que desempeñó Owen en ET tuvo un efecto directo en la escritura periodística que firmó con su nombre o con sus iniciales en el periódico bogotano. Aquí se muestra que hay una tensión entre la forma periodística que intentaba seguir Owen, de acuerdo con los criterios provenientes del periodismo estadounidense, y las libertades que se tomaba para redactar sus colaboraciones y presentar su faceta de escritor.
Ahora bien, de acuerdo con los diarios consultados, no es posible demostrar cuáles cables noticiosos tradujo Owen, porque ninguno se firmaba. Los textos se recibían por correo y estaban escritos en inglés, muchos de ellos en un estilo compacto y telegráfico que había que “inflar” (redactar y ampliar). Se recurre a las columnas estudiadas como una fuente valiosa de información para mostrar que la reescritura de noticias internacionales es un indicio claro de la actividad traductora de Owen. Además, se evidencian, en dichas columnas, otras dimensiones del hecho periodístico, como la red de vínculos interculturales en el seno de una comunidad profesional (Pym, 2009); en particular, el periodismo con temas internacionales.
En este caso, el contar con el visto bueno de los directores para escribir una columna indica una distinción dentro del oficio periodístico. Por ejemplo, Enrique Santos tenía columnas firmadas como Calibán.3 Otro escritor que colaboraba en la sección editorial era Germán Arciniegas.4
Por otro lado, el firmar una columna compensaba el hecho de cumplir de manera anónima con la traducción de noticias, al mismo tiempo que se daba un tratamiento más personal a la información noticiosa; esto propiciaba una competencia entre los colaboradores, por mostrarse ingeniosos y agudos. Además, los colaboradores de ET en los años treinta compartían los ideales liberales y americanistas.
El tema de estudio está delimitado sincrónicamente al año 1935, en Bogotá. El método de análisis que se ha elegido se adhiere a una propuesta de Anthony Pym (2009), en la que se defiende el estudio de los problemas de historia de la traducción mediante un proyecto humanístico. Así, subraya la necesidad de asumir enfoques subjetivos, señalando que está de acuerdo con Pierre Bourdieu con respecto a subjetivizar lo objetivo (en Pym, 2009, p. 24).
La traducción ocurre en un espacio intercultural y el traductor es el agente que comunica dos o más culturas, aprovechando los conocimientos que tiene de ellas, pero sin ser totalmente partidario de una. Bastin (2006) hace eco de esto y agrega que el rigor historiográfico no riñe con la subjetividad propia del objeto de estudio, razón por la que esta debe considerarse parte del método de investigación.
Pym (2009) sugiere analizar al traductor desde distintos ángulos: los datos biográficos, la presencia de lo multidiscursivo y las relaciones interculturales. Sostiene Pym (2009) que la reconstrucción de la vida y de las prácticas discursivas de un traductor puede revelar las redes que hacen posible los intercambios culturales. El énfasis en la reconstrucción debe estar en la comunidad profesional a la que pertenecía el traductor, en este caso, Gilberto Owen.
De esta manera, el texto se organiza en los siguientes apartados: primero se expone la formación que recibió Owen como traductor; luego, nos ocupamos de esclarecer el contexto de la traducción de noticias enviadas a través de la agencia UP a ET y, por último, se hace un análisis de los textos mencionados.
2. La formación de Gilberto Owen como traductor
Owen participó en el grupo “Contemporáneos”, en el México de finales de los años veinte y principios de los treinta. Los jóvenes escritores que formarían el grupo se conocieron, en los años veinte, en la Escuela Nacional Preparatoria, cuando Antonieta Rivas Mercado se reunió con Salvador Novo y Xavier Villaurrutia, a fin de crear un grupo que renovara las artes. Rivas conoció también a Owen y a Celestino Gorostiza, con quienes participó en la edición de Ulises. Revista de Curiosidad y Crítica, publicación que financió a partir del segundo número (Acosta, 2018, p. 35).
Para la revista Ulises, Owen tradujo un texto de Isidore Lucien Ducasse, conde de Lautréamont), titulado “Prefacio. [Fragmento]” (Ducasse, 1927, p. 26), que ha sido descrito en Cajero Vázquez (2019) como la primera traducción rescatada. Sin embargo, se debe precisar que Owen recurre a la omisión y compila, en un solo texto, fragmentos tomados de Poésies i y Poésies ii, del conde de Lautréamont (Ducasse, 1990). Este ejercicio muestra el impulso creador de Owen, que aflorará después en su periodo colombiano (1932-1942), pues la recomposición del texto final de Ducasse se basa en la estética vanguardista del fragmento, siendo este principio más fuerte que la idea de apego a los textos de partida.
El grupo de artistas, con el mecenazgo de Rivas, instaló un pequeño teatro en la ciudad de México, llamado Ulises, para el que Owen tradujo y actuó. Según Schmidhuber (2014), hubo cuatro programas entre enero y julio de 1928, pero solo tres se representaron ante un público. Los miembros del grupo fueron dramaturgos, traductores, actores y escenógrafos. Entre ellos se encontraban Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Celestino Gorostiza, Samuel Ramos, Gilberto Owen y Manuel Rodríguez Lozano. Las seis obras incluidas en esos programas eran de autores extranjeros. Owen tradujo, para el primero, Simili, de Claude Roger-Marx (1888-1977) y, para el tercero, El peregrino, de Charles Vildrac (1882-1971).
Owen se había encargado de traducir del francés al español y esto dejó su huella en Contemporáneos. Revista Mexicana de Cultura (1928-1932), publicación para la que tradujo “Pequeños textos (comentarios de grabados)”, de Paul Valéry (1928).
Como afirma Pym (2009), el traductor se mueve entre dos o más ámbitos distintos de las “interculturas profesionales”; por lo general, estos agentes cruzan las fronteras. Como se señaló en la introducción, Owen salió de México y viajó hacia el norte y hacia el sur del continente americano. La muestra epistolar revela que, en 1930, permanecía en Estados Unidos, pues en una epístola explicaba a Alfonso Reyes, quien era entonces embajador de México en Argentina y destacado escritor de las letras mexicanas, a propósito del centenario de Emily Dickinson:
Quiero escribirle una carta muy larga sobre Emily Dickinson. En diciembre es su centenario, y aquí pasará inadvertido. Yo tengo algunas traducciones y notas, que no he podido ordenar, sobre su sueño. ¿Cómo podría yo celebrarlo? (Owen, 1979, p. 276).
En otra carta, Owen intentaba ponerse al corriente con un proyecto de traducción de poetas estadounidenses. Owen deseaba participar y pedía a Reyes quince días de plazo e instrucciones más precisas acerca del encargo:
Querría enviarle con esta carta versiones hechas en Méx., pero no hay allá quién pudiera encontrarlas entre mis papeles, y las hechas aquí, descuidadas al margen de libros leídos de prisa necesitan una revisión que voy a emprender en cuanto acabe unos inventarios a que me han condenado (1979, p. 272).
Owen sugiere: “(¿Sandburg, Kreymborg, W. Carlos Williams, Witter Bynner, Countee Cullen). ¿Quiere decirme luego si le interesa interesarme en algún poeta de aquí especialmente?” (1979, p. 273).
Así pues, es posible rastrear algunos proyectos de traducción que fueron publicados, otros que se extraviaron y unos más que, quizás, solo se manifestaron como una intención.
Owen fue transferido a Lima como empleado de carrera del consulado (cargo de escribiente de primera) y tomó posesión en julio de 1931, pero fue despedido el 6 de octubre (Quirarte, 2007). En una carta dirigida a Alfonso Reyes el 14 de marzo de 1933, acepta su responsabilidad:
Estoy buscando tantas cosas en Bogotá. Me separaron, razonablemente, del servicio, porque sintiendo mía la realidad social del Ecuador quise ayudar a que mis amigos de allá se la explicaran, interviniendo en la política “interna de un país extranjero”, como prohíbe nuestro reglamento (Owen, 1979, p. 277).
Ahora bien, aquella simpatía por la APRA y sus vínculos con representantes del comunismo latinoamericano, como Luis Alberto Sánchez, Víctor Raúl Haya de la Torre y, a partir de 1932, Benjamín Carrión en Guayaquil (Owen, 2009, pp. 8-9), van de la mano con las actividades de traducción que refiere Owen a su mentor Reyes:
[…] traduzco el Jeremías de Zweig para no salirme a la calle a gritar mi protesta contra esta guerra incalificada […]. Trabajo unas notas sobre estética y ética marxistas, contrastándolas con lo poco que de la realidad americana conozco -Chile, Perú, Ecuador, Colombia, México (Owen, 1979, pp. 277-278).
La cita revela que Owen vincula sus gustos literarios con las convicciones sociales y políticas que tiene en ese momento y las vierte en una acción: traducir; sin embargo, no se tiene noticia de que la haya terminado o publicado y se le considera perdida (Cajero Vázquez, 2019).
Jeremías es una obra de teatro en nueve actos, publicada en 1917 por el austriaco Stefan Zweig, quien, por medio de referencias al relato bíblico, denuncia la guerra en Europa. En su momento, la obra solo pudo representarse en Suiza, uno de los pocos países neutrales frente al conflicto de la Primera Guerra Mundial. Aun cuando no se haya podido rescatar esta traducción, queda constancia de la intencionalidad traslativa que motivó a Owen a elegir esta obra. En este caso, siguiendo a Vermeer a través de la exposición de Nord (2018, p. 25), Owen habría iniciado el proceso de traducción en una acción similar a la del emisor del texto (Zweig): manifestarse críticamente frente a un conflicto político que revela la injusticia social. La traducción proyectada como producto final (aunque se haya extraviado) es una extensión del deseo de denunciar las injusticias sociales. Los hechos históricos que detonaron tanto el texto base como el texto meta son diferentes en sus respectivos contextos, pero hay un paralelismo en la función manifiesta entre ambos.
El desencuentro entre el Owen joven de tendencias socialistas y su mentor Alfonso Reyes, en su papel de autoridad diplomática y literaria, muestra la preferencia del joven poeta por otros horizontes ideológicos. Así, renuncia a la vida diplomática para asumir su estancia en Sudamérica como una oportunidad para participar en los cenáculos comunistas peruanos y ecuatorianos y, posteriormente, con los intelectuales liberales radicados en Bogotá. Para Pym (2009), esto es un momento de toma de decisiones en un contexto intercultural que evidencia no solo lo que piensa un individuo, sino que además da cuenta de un entorno colectivo (intercultural decisión-making and ethical activity).
Owen logró publicar las “traducciones a ojo”, que describiera a Reyes en 1930 (Owen, 1979, p. 276), en las páginas centrales del número 536 del suplemento dominical de El Tiempo (Owen, 1934), donde difundió los “Poemas de Emily Dickinson. Versiones a ojo de Gilberto Owen” (pp. 6-7), así como otras (Cajero Vásquez, 2014, p. 40), también publicadas en ET: “Lázaro Cárdenas, un indio asceta” (19 de enero de 1935), de Lestrois Parish, y “Las sorprendentes aventuras del barón de Münchhausen”, de Rudolf Erich Raspe (7 de agosto de 1935). Sin embargo, su labor traductora en El Tiempo se orientó con intensidad a la traducción de noticias más que a la traducción de obras literarias.
A pesar de que los estudios acerca de la obra de Gilberto Owen siguen en aumento, se ha desdeñado el análisis de su trabajo periodístico en Bogotá, acaso porque él mismo insistía en retratarse como poeta y traductor literario, como evidencia su “Nota autobiográfica”, fechada en enero de 1933 en Bogotá:
He traducido poemas, novelas, comedias, ensayos, no sé qué no, del inglés y del francés. Como nunca he tomado en serio el italiano sólo he traducido del español al español una farsa de Rosso de San Secondo, traducido del italiano por Agustín Lazo, pintor (Owen, 1979, p. 198).
En el mismo texto, afirma: “busco una poesía de la Revolución que no sea mera propaganda, que no sea mera denuncia” (pp. 198-199). Entonces, Owen trata de fusionar dos tendencias aparentemente disociadas en una sola: el irreverente Isidore Ducasse, la vanguardia de los autores franceses cubistas y dadaístas, el teatro experimental de los años veinte y los poetas modernistas americanos con las causas latinoamericanas y las ideas comunistas de los años treinta en la región.
En contraste con sus autorretratos como poeta o traductor literario, con frecuencia, Owen minimiza con toques de humor, en sus columnas, su labor de traductor de cables noticiosos. Estas autorreferencias se encuentran principalmente en las crónicas que firmó con el seudónimo de Maxcarón para ET (1934-1935; Owen, 2009, pp. 199-237). Llama la atención la manera en la que, entre broma y broma, Owen se burla de sí mismo a través de su propio personaje.
Aquí hay algunos ejemplos en los que se constata tanto la actitud descrita como las actividades de traductor de noticias en el periódico. El Owen referido en esta crónica se identifica con el Owen autor, por más que se juegue literariamente con ellos:
Mi informador extranjero, don Gilberto Owen, un glaxo a quien le conmutaron el nombre de Federico por el de Gilberto a perpetuidad, y protagonista de la obra “La novela de un pobre j’owen”, me cuenta que en los Estados Unidos las cosas del sueño los tiene develados (diciembre 7, 1934, ET, en Owen, 2009, p. 208).
Se asume, en este artículo, el pacto autobiográfico, esto es, se acepta como válida la identificación del autor convertido en personaje con el autor (Lejeune, 1974, p. 18).
En otra crónica humorística, se presenta a Owen como el director de ET; si tal fuera el caso -afirma- no le pediría a Owen que tradujera los cables noticiosos. Entre líneas se infiere que se trata de una actividad muy demandante:
¿Y cómo en vez de traducir los cables al castellano, Gilberto no los pone en inglés y funda aquí una escuela de idiomas para los curiosos que quieran saber qué pasó en la Islas Galápagos y cuántos prisioneros cogieron los paraguayos? (diciembre 17, 1934, ET, en Owen, 2009, p. 215).
En otra ocasión plantea la idea de formar un sindicato para poder irse a huelga; en tal situación, aunque fundase un “monosindicato”, las peticiones serían:
Obligación de Gilberto Owen (el señor de la atalaya) de no hacerlo maromear [al mismo Gilberto Owen] en los cables y de prestarle el sobretodo cada vez que uno quiera presumir en el cine (Owen, enero 14, 1935, ET, en Owen, 2009, p. 224).
Aquí una imagen se coloca visualmente en las alturas para aludir a la función del traductor: la atalaya, o torre, remite a donde se encuentra un vigilante durante alguna operación militar.
En esta cita también hay una analogía en el hecho de analizar los cables de noticias y emprender la selección para traducir con la premura que exigía la preparación cotidiana del periódico.
Las muestras de creatividad en Owen saltan a la vista en el lenguaje figurado. El Owen ficcionalizado exige que no lo hagan “maromear”. La broma se refiere en forma de dilogía a un malabarista que no quiere caerse de los cables donde presenta su número circense. Owen alude también a que este Gilberto Owen desdoblado no haga que el Owen traductor se equivoque al trasladar al español las noticias cablegráficas. El final que alude a la gabardina para ir al cine parece el chiste de remate; sin embargo, subraya el alivio de haber terminado con la labor periodística para disfrutar de otra cosa.
Un tono más serio se percibe en la carta que Owen envió a Benjamín Carrión desde Bogotá, con el fin de presentarle a Germán Arciniegas, otro pensador americanista, traductor y escritor. Se trata de una aclaración entre paréntesis: “(Aquí notarás mi prosa muy en decadencia; piensa que estoy aprendiendo a escribir para los periódicos y te lo explicarás todo)” (Owen, 1933, en Carrión, 2003, p. 131). Este comentario se comprende mejor en el contexto y la situación en la que se encontraba Owen en marzo, cuando escribió esa carta. Por un lado, apenas había transcurrido año y medio desde su salida del consulado mexicano, con lo que había cerrado su regreso a la carrera diplomática; por otro, desde 1930 fue evidente la hostilidad por parte de los escritores nacionalistas en contra del grupo de artistas al que estaba ligado Owen en México, muchos de ellos simpatizantes de José Vasconcelos, quien perdió la campaña presidencial frente a Pascual Ortiz Rubio. Tal fue la crisis política, que Antonieta Rivas, mecenas de la campaña de Vasconcelos, recibió una especie de acoso financiero y personal, que influyó en su decisión de suicidarse en París en febrero de 1931, en tanto que el poeta Carlos Pellicer fue encarcelado y torturado por su militancia vasconcelista (Acosta, 2018).
A partir de 1932, se vivió en México una cruda polémica entre los nacionalistas y los vanguardistas, que duró hasta finales de 1933 (Sheridan, 1999). Owen prefirió quedarse en Colombia. Posteriormente recordará esa época en repetidas ocasiones (Owen, 1979, pp. 280, 288-289, 278-279 y otras).
Ahora bien, a pesar de que Owen utilizara el tema de su ocupación de periodista para escribir crónicas ligeras, lo cierto es que su trabajo adquirió notoriedad en Bogotá y eso lo condujo a convertirse en el jefe de redacción de una revista semanal llamada Estampa en la Guerra (EG), cuyo primer número apareció el 6 de septiembre de 1939 y parece haber sido del interés de los lectores.
Tanto en ET como en EG apareció varias veces fotografiado o mencionado por sus compañeros del periódico, en alusión a ocasiones especiales, como su boda, su despedida del país o, simplemente, para presentarlo también como poeta -como ocurrió en la sección “Cosas del día” del 2 de diciembre de 1935 en ET (en Owen, 2009, pp. 309-313)-.
Owen cumplió su función de redactor en jefe de la publicación bogotana Estampa, que inició el 17 de diciembre de 1938, en tanto que la entrega especial EG estuvo vigente del 6 de septiembre de 1939 al 7 de febrero de 1940.5
En cuanto a los multidiscursos que señala Pym (2009)), esta información ratifica el perfil múltiple de Owen no solo como personaje de sus crónicas, sino ante la realidad latinoamericana. Estas convicciones se evidencian incluso en los criterios de selección para componer las noticias de sus columnas. Como señala Hernández Guerrero (2012), la selección de noticias se rige por la tendencia ideológica de la publicación; en el caso del ET, ya se ha mencionado que defendía las causas liberales.
Como observación general, Owen tradujo, a la par que desarrolló su obra literaria,6 como se muestra en sus colaboraciones para la revista El Hijo Pródigo al regresar a México, entre 1944 y 1946 (Cajero Vásquez, 2019).
Cabe insistir en que ya es momento de considerar estas traducciones de Owen en un espectro más amplio que el encuadre literario, pues se trata de un trabajo intelectual con un valor en sí mismo. A través de las columnas “Al margen del cable” y “Suceso”, Owen logra estampar su nombre en una actividad que estaba destinada a quedarse en el anonimato entre las páginas del diario.
En cuanto a la comprensión del oficio periodístico en ese momento específico, los textos revelan la manera en que se practicaba la reescritura periodística, la traducción compilada y, por los testimonios recabados en el diario, la transedición (Hernández Guerrero, 2012).
3. La traducción de noticias: la agencia United Press y El Tiempo, de Bogotá
En este apartado se revisa el contexto en el que Owen tradujo, así como la complejidad del trabajo periodístico centrado en la generación de su eje principal: las noticias, ya que la organización del personal que trabaja para un periódico o bien para una agencia de noticias, está obligado a colaborar en equipo, de forma sincronizada y expedita.
Es necesario recordar que el periodismo en Colombia se renovó a partir de la Primera Guerra Mundial. Mariluz Vallejo Mejía (2006) destaca que los periodistas colombianos empezaron a trabajar con las agencias en las últimas décadas del siglo XIX, cuando se trató de hacer un periodismo más objetivo y directo, que contrastaba con la labor que se llevaba a cabo en los periódicos previos. Por influencia del periodismo estadounidense se introdujeron los géneros de la entrevista y el reportaje, así como títulos breves, las entradillas (leads) y síntesis informativas, si bien de manera un tanto asistemática. Además, aparecieron los reporteros (reporters), que eran mal vistos, y los “infladores” de cables, redactores que traducían al español el estilo abreviado de los textos generados en inglés en las oficinas telegráficas. Sin embargo, en El Nuevo Tiempo se constata, de 1902 a 1905, “falta de olfato” por la noticia internacional; pero pronto se comprendería que el negocio estaba en la primicia, conocida como “chiva” (Vallejo Mejía, 2006, p. 110).
Agrega Vallejo Mejía (2006) que, en 1902, se echó a andar la red telegráfica Lima-Quito- Bogotá, por lo que ET contrató, a finales de 1903, los servicios de cable y cubrió la guerra ruso-japonesa. Posteriormente, se contó con el servicio de noticias internacional de cable con The New York Herald, pero las noticias demoraban diez días, mientras que las del interior tardaban cinco. En 1911, el Ministerio de Relaciones Exteriores se hizo cargo del control de servicio de cable y con el impulso que dio a la tecnología del telégrafo, nueve periódicos de Bogotá comenzaron a competir por las noticias. El estallido de la Primera Guerra Mundial aceleró el ritmo de los periódicos El Liberal, ET, El Nuevo Tiempo y Gaceta Republicana, que se aproximaron a los estilos del periodismo estadounidense; para entonces, la espera de la noticia internacional era de dos o tres días (Vallejo Mejía, 2006, p. 119).
El énfasis en la tecnología y en la rapidez marcó la importancia de los traductores de cables noticiosos. Mariluz Vallejo (2006) cita a Carlos Villar Borda, quien rememora como primeros traductores e “infladores” de cables a los hermanos Francisco y José Umaña Bernal y a Gilberto Owen. En este testimonio se explica que los cables los recibían los telegrafistas por señales radiotelegráficas, en clave morse y en inglés; se redactaban en un estilo comprimido y ese era el material para traducir y redactar las noticias en español.
Esta información para comprender el contexto en el que Owen tradujo se complementa con el reportaje titulado “Cómo se hace un número de El Tiempo”, firmado anónimamente con la frase “Por uno de la Redacción” (1935, p. 16). El objetivo es informar que el diario adquirió un tubular “Duplex”, que permitía acelerar la velocidad de producción del periódico al imprimir las veinticuatro páginas al mismo tiempo. El procedimiento se explica con pormenores y fotografías. Consistía en la formación de crisoles de lingotes de linotipos para el armado de las galeras sobre marcos metálicos (portagaleras), que seguían un proceso mecánico en un fotograbador con que se hacía un clisé, un tubo fotograbado con todo el texto del periódico listo para imprimir en la rotativa velozmente; al final, formaban paquetes de cincuenta números para distribuir por la mañana. Las máquinas requerían obreros; aparte se empleaban carteros, redactores de cables y telegramas, informadores o reporteros, comentaristas, armadores de galeras, linotipistas, el jefe de armada y matrizada, el jefe de redacción y personal administrativo. Con una nota de humor, se describe a los “lagartos”, o advenedizos que interrumpen y llegan al periódico a ver qué información pueden dejar o llevarse, pero pueden ser ser útiles para “inflar el cable”, dice el redactor.
Un aspecto sobresaliente en este reportaje es que crea el retrato posible de cualquier lector, para después subrayar que el periódico del cual disfruta todos los días es el fruto del intenso trabajo en colaboración:
Pero ese mismo lector no medita jamás en el inmenso esfuerzo que representa la entrega diaria de su copia antes de que comience la vida misma de la ciudad, ni en el trabajo incesante una multitud de personas, en todos los rincones del mundo, para que la noticia vaya a sus manos verídica, ilustrada y completa (Por uno de la Redacción, 1935, p. 16).
Enseguida, se describe el acelerado ritmo de trabajo de tres de la tarde a cuatro o cinco de la madrugada. Como reflexión, el redactor (que representa a la colectividad del periódico) comenta: “Es algo terrible estar obligado a saber todo lo que ocurre sin limitaciones de tiempo ni distancia”, aunque también reconoce que “el periodismo es una magnífica escuela de vida” (“Por uno de la Redacción”, 1935, p. 16).
Hay que destacar el énfasis en el volumen de información que se procesa, selecciona y presenta al lector de la región, pues en este contexto era relevante el hecho de recibir diariamente la “Información universal cablegráfica de la United Press exclusiva para El Tiempo”, acompañada de fotografías alusivas a los temas presentados y anuncios que aprovechaban la página 9 para comercializar sus productos con alusiones internacionales.
Por las referencias expuestas anteriormente con respecto a las obligaciones de Owen en el periódico, es claro que tenía a cargo la selección, traducción y redacción final de los cablegramas. Con estos elementos, se constata el carácter multidiscursivo del que habla Pym (2009), que rebasa el mero contraste entre lengua de partida y lengua de llegada. Los trabajos periodísticos de las columnas “Al margen del cable” y “Suceso” funcionan como comentarios razonados o relatos divertidos y humorísticos, que ofrecen al lector un encuadre diferente para comprender la actualidad del momento y reflexionar.
Siguiendo a Hernández Guerrero (2012), las noticias se pueden presentar como traducciones compiladas o fragmentadas (términos de Gideon Toury) para adaptar la información a las necesidades del público; también se suele cambiar el ángulo de enfoque y los matices para el receptor meta en el contexto informativo de la época, lo que se conoce como “transedición”. También se recurre a prácticas de reescritura diversas, procedimiento muy empleado cuando se redacta a partir de noticias enviadas por las agencias (Hernández Guerrero, 2012).
Las columnas de Owen cumplen con esa necesidad de crear nuevas versiones de las noticias internacionales para un lector latinoamericano que se encontraba a una distancia considerable, tanto geográfica como vivencial, de la política internacional. En “Al margen del cable” se evidencia la reescritura de noticias con la intención de que el público ampliara y relacionara las noticias recibidas mediante los cables de la UP, publicadas días o meses antes en el ET.
A manera de testimonio, estas formas de trabajo se describen en el reportaje de ET (“Por uno de la Redacción”, 1935, p. 16): los carteros entregan “despachos cablegráficos en abultados sobres que los encargados van clasificando, midiendo su importancia”, para ponerse a teclear “sus cuartillas en la Remington” y pasarlas a los linotipistas. Se agrega que
[…] para traducir cables no basta conocer el inglés. Es necesario estar muy al tanto de la vida internacional, saber los convenios idiomáticos que rigen las comunicaciones de prensa, ser un hábil mecanógrafo y redactar a la perfección (Por uno de la Redacción, 1935, p. 16).
Posteriormente, se afirma que en Bogotá “no se llega a la media docena” de especialistas en este oficio, porque “además, hay que llevar un archivo especial de biografías extranjeras; de los gabinetes y sistemas de gobierno de cada país y no ser un ignorante en geografía ni en costumbres generales”. En cuanto a los telegramas, subraya que no siempre los corresponsales discriminan la información valiosa y, a veces, agregan sus opiniones. Entonces, hay que limpiarlos para que “cada noticia pueda presentarse conjuntamente y con la mayor exactitud posible” (“Por uno de la Redacción”, 1935, p. 16). Como es evidente, los traductores y redactores de noticias asumían el compromiso de transmitir una información lo más veraz posible. ET mostraba que la ardua tarea de traducir noticias y adaptarlas al público era una labor exigente y de entrega total. Esto evidencia una conciencia clara acerca de las funciones primordiales del traductor para el periódico.
Owen emplea técnicas como la amplificación, la explicación y la contextualización de la información (Hernández Guerrero, 2012, p. 71) como las más socorridas para lograr comunicar la noticia a lectores con referentes culturales distintos a los horizontes de partida de las noticias. El reportaje comentado del 7 de agosto de 1935 señala la existencia de una relación difícil entre el público y los comentaristas de noticias (como las columnas de Owen), porque al atacar o elogiar no deja contento a nadie, pese a que tienen que
[…] leer mucho, estar al tanto del movimiento literario mundial y de la política interna, hasta en sus más nimios detalles, porque todo lo que diga ha de ir respaldado por el mismo periódico (Por uno de la Redacción, 1935, p. 16).
Por último, la UP y et perseguían un fin eco-nómico como empresas de la información. Ambas siguen en pie en la actualidad, pese a los vaivenes financieros; la primera es actualmente la United Press International (UPI). E.W. Scripps la fundó en 1907 y se valió del telégrafo como herramienta principal y compitió directamente con la Associated Press. La UP introdujo innovaciones en el manejo de la información, pues impuso un esquema de libre circulación de noticias para quien pudiera pagarlas. Roy W. Howard, al frente de la UP, afianzó este modelo para combatir el esquema europeo, cuyas agencias de noticias tenían un carácter gubernamental o semioficial, y se habían distribuido los territorios para evitar competir entre ellas (United Press Association, 2007).
En contraste, el modelo de la UP establecía las siguientes bases: 1) libertad para reunir noticias locales, cablegráficas y fotografías; 2) cobertura independiente en cualquier región del mundo, hecho que se hizo efectivo en 1934; 3) venta de noticias a todo aquel que pudiera comprar, razón por la cual estableció oficinas en diversos países; 4) un estilo de periodismo considerado objetivo; 5) innovaciones de estilo y método para la redacción de noticias de la UP: la inserción del nombre del corresponsal después del título, el empleo de una redacción correcta pero precisa y amena, lo que dio pie al desarrollo de feature stories,7 la entrevista y el reportaje de fondo con variedad temática.
En 1935, la UP empezó a vender noticias a los servicios radiofónicos e incrementó significativamente su número de clientes en 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial (United Press Association, 2007). Los servicios de las agencias disminuían los gastos de los periódicos, pues se ahorraban corresponsales al extranjero.
ET fue fundado en 1911 por Alfonso Villegas Restrepo, con el apoyo de Eduardo Santos, quien estaba en París y sirvió como corresponsal hasta su regreso a Bogotá, cuando se integraría al consejo de redacción. En esa época, ET competía con otros diarios de Bogotá. En 1913, Villegas Restrepo vendió ET a Eduardo Santos, quien, con su hermano Enrique, pugnó por tener mayor libertad de expresión política, y a partir de la derrota de los republicanos (coalición política entre conservadores y liberales moderados en 1914), optó por el liberalismo, en busca de independencia de la esfera política y de mayor libertad de expresión (Santos, 2001).
Owen llegó a Bogotá durante el periodo de la República Liberal (1930-1944), el cual estuvo gobernado por los presidentes Enrique Olaya Herrera, en dos ocasiones, y Eduardo Santos. Owen permaneció en Colombia de 1932-1933 a 1942. Por ello, encontró en el periodismo de ET el campo fecundo para profundizar en su compromiso social; el diario representaba los ideales de apertura y libertad de expresión.
Hay que señalar que el negocio de las publicaciones periódicas tiene una larga historia en cuanto a la traducción se refiere. En la transición del siglo XIX al XX, se puso el acento en las transmisiones cablegráficas, enviadas por medio de señales eléctricas, primero en código morse y luego directamente en un telégrafo impresor que digitaba un alfabeto. También se empleaban señales telegráficas, que funcionaban por medio de onda corta de transmisión inalámbrica, la cual generaba en forma directa los mensajes en inglés. A los textos de sintaxis comprimida que resultaban de estos procesos se le llamaba simplemente “cables” o “cablegramas”. Todo esto requería personal especializado, como tipógrafos, compañías de mensajería, carteros y un circuito para la comercialización de los periódicos y revistas (Fang, 1997). La traducción de noticias a través de estas modalidades revela un momento de internacionalización en el que Latinoamérica participó de manera amplia.
4. “Al margen del cable”, de Gilberto Owen, un caso de traducción de noticias
ET aprovechó los servicios noticiosos de la UP como una de sus principales fortalezas, ya que vendía a sus lectores contenido veraz y novedoso. Por ello, tanto los “corresponsales en el interior” como los traductores de cables ofrecían las noticias a una velocidad comparable con la de los periódicos de mayor difusión en el mundo. En el periodo 1930 a 1935, la mayoría de las noticias de la “Información universal cablegráfica de la United Press exclusiva para El Tiempo” se publicaba al día siguiente de que se había emitido el despacho desde la agencia en Estados Unidos; esto se puede constatar en la lectura minuciosa de ese periodo de cinco años en ET (1930, 1933, 1935).
Para ejemplificar esto y analizar la función que cumplía la serie “Al margen del cable” en la página 9 de la información enviada por la UP, se comenta el texto “El Japón y la Liga”, que inicia la serie el 27 de marzo de 1935, el cual no iba firmado (Owen, 2009, 81-83).8 Primero se ofrece un encuadre descriptivo de los temas noticiosos de la página de cablegramas traducidos y, posteriormente, se analiza la relación entre la noticia elegida por Owen como punto de partida y el primer texto elaborado para la columna “Al margen del cable”.
La mayoría de los textos de la serie se ubican gráficamente en la parte central, superior o inferior, de la página; cuando el autor refiere en ellos una noticia anterior, indica con exactitud la fecha en la que apareció en el ET. Para el análisis, se buscaron todas las alusiones mencionadas por Owen en los artículos seleccionados y se constató la exactitud en la referencia a las noticias empleadas, tanto por el tema como por la fecha, lo cual es indicio de una acuciosa labor de archivo.
Como se dijo anteriormente, ningún cable traducido en la página de las noticias de la UP lleva la firma del traductor. Sin embargo, mediante el concepto de pacto autobiográfico, ya explicado antes (Lejeune, 1975), es posible asumir que Owen fue, en efecto, traductor de noticias en ET, ya que las dos columnas estudiadas aquí evidencian el dominio de la información internacional previamente traducida, así como la intención de dar coherencia a las novedades a través de la reescritura, como se muestra en el ejemplo de la Tabla 2.

La noticia que sirve de punto de partida a Owen en la primera entrega de “Al margen del cable” es “Anoche se cumplió el plazo para el retiro del Japón de la Liga” (Anónimo, 1935). “El Japón y la Liga” revela la estructura del artículo conocido como soft news o feature stories, que invita a leer de principio a fin, a diferencia de las noticias descriptivas y objetivas, conocidas como hard news, concebidas para que el lector se entere del asunto principal, aunque deje de leer en cualquier momento (el título y la entradilla contienen todo lo necesario). Estas últimas se caracterizan porque tienen como eje un solo acontecimiento y responden de manera directa a las preguntas: “quién, qué, cuándo, dónde, cómo y por qué”.
Los textos periodísticos que Owen elabora como actividad adicional a la traducción de cablegramas, en “Al margen del cable”, corresponden, por el contrario, al tipo news feature. Se relacionan directamente con algunas noticias que aparecen en el mismo periódico, pero la principal diferencia entre la noticia propiamente dicha y la pieza news feature es que esta admite información anterior, es más amena e intenta no mostrarse sesgada por las convicciones propias, aunque se presenta como más subjetiva, emotiva y amena, para involucrar al lector, dejarle una explicación o invitarlo a reflexionar.9
Si bien toda enunciación discursiva asume un punto de vista, más o menos explícito, estas nociones contrastantes de objetividad y subjetividad dieron forma al estilo de redacción de noticias de la UP y se observa su influencia en las noticias traducidas en ET, así como en la conformación de las columnas “Al margen del cable” y “Suceso”. Estas formas periodísticas fueron algunas de las innovaciones de la UP, y los términos en inglés news features y feature news (Smith, 2010) son una referencia obligada para comprender la estructura de las dos columnas de Owen estudiadas.
En ET se destaca la página que contiene las traducciones de los despachos de la UP y se le denomina “información cablegráfica”, aunque hay otras páginas con noticias locales e internacionales; también tiene sus secciones de crónicas y de “Cosas del día”, que son noticias más cotidianas y procedentes de cualquier lugar, donde cabían los “Sucesos” o hechos diversos, así como la “Página editorial”. Según la terminología de Ghignoli y Montabes (2014), Owen recurrió a los tres tipos de géneros periodísticos descritos por estos autores: el informativo (traducción de cables), el opinativo (artículo) y, principalmente los géneros híbridos (crónica y columna).
“El Japón y la Liga” no deja de ser un texto periodístico informativo, pero se observan pasajes interpretativos que revelan la perspectiva de quien escribe, como se muestra en la Tabla 3.

En el comentario que se muestra en la Tabla 2, Owen se refiere a noticias anteriores publicadas en ET; todas han sido verificadas de primera mano en el archivo digital del diario. Dicha información sirve de marco al conflicto de 1935: la Liga no estaba logrando la cohesión de países miembros para la paz. El manejo de la información en “El Japón y la Liga” demuestra, por un lado, que Owen elabora un texto explicativo para informar al lector acerca de este conflicto; por otro, que el dominio y la precisión del dato evidencian la tarea de traducción de cables, y también la lectura de los que tradujeron otros, además de que se puede inferir un trabajo de archivo cuidadoso de los textos traducidos. Las noticias citadas se muestran en la Tabla 4.

La entradilla de la noticia “El Japón y la Liga” dice:
Dos acontecimientos llenaban las columnas editoriales del mes de marzo de 1933; eran, cada cual, el principio de un fin que el mes de marzo que vivimos ha visto cumplirse. El día cinco, después de una asombrosa victoria parlamentaria y democrática, el parlamento y la democracia murieron en Alemania, con la captura del poder por Adolfo Hitler; puede asegurarse que fue esa la fecha de la derogación del Tratado de Versalles, declarada abiertamente en Berlín hace una semana. El día veintisiete el Japón anunciaba a la Liga su retiro, que empezó a ser efectivo anoche a las doce (Owen, 2009, p. 81).
Al analizar la entradilla en la noticia, se corrobora la aplicación de la técnica de las preguntas, ampliamente conocida, pero aplicada a una composición más sofisticada que el mero reporte informativo, pues si bien el párrafo de apertura da respuesta a las preguntas de rigor, también anuncia dos elementos en el comentario: 1) la muerte del parlamento y la democracia por la victoria del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, y 2) el hecho de que Japón se retirara de la Liga de las Naciones. Además, están presentes las funciones de narrar, comparar e interpretar los hechos, a la luz del cauce último que tomaron los conflictos políticos del momento. En la Tabla 5 se indica la estructura del párrafo de apertura y se destacan en cursivas ambos tópicos.

Hay que resaltar como un acierto estilístico la última frase, porque “anoche a las doce” podría considerarse una redundancia informativa; sin embargo, indica una transición, una transformación (acaso con referentes literarios): Alemania y Japón planteaban de facto el umbral de la Segunda Guerra Mundial.
A lo largo del texto se despliega la explicación acerca de que la crisis desatada el 27 de marzo de 1935, día en que inicia la columna “Al margen del cable”, planteaba un panorama de militarización en Europa y Asia, con dos focos rojos: Alemania-Francia e Inglaterra y el bloque Japón-China, opuesto a Europa; además, se resume el encadenamiento de acciones que condujo a esos desencuentros entre las naciones.
El final se liga al tema de la noticia que originó el comentario (Japón sale de la Liga) y se recurre al suspenso narrativo para cerrar con una pregunta crítica:
¿Coincidirá con el retiro efectivo del Japón, el aviso del retiro de China, conforme a la cláusula primera del ultimátum japonés? Después de mirar satisfecho el camino recorrido en dos años, el Emperador Pacifista verá a dos años de distancia, en el futuro, el cuadro idílico de la paz pan-asiática, pax romana con su sede en Tokio (Owen, 2009, p. 82).
Como comentario acerca de los cablegramas que debió haber leído Owen, y probablemente traducido, pudieron consultarse los del archivo electrónico de la UP. Los temas se relacionan estrechamente con los conflictos que comenta Owen y las fechas son próximas a las reseñadas: “Hitler orders military conscription in Germany”, del 16 de marzo (UP,1935) y “Japan defies world in Manchuria”, del 14 de febrero (Vaughn, 1933); el primero con 762 palabras y el segundo con 440, lo cual da una idea del rango de extensión de los textos en inglés.
En esos cablegramas se nota la precisión informativa y la presencia de descripciones solo cuando se trata de presentar un detalle sobresaliente de la situación reportada, así como la agilidad en el fraseo que caracteriza al inglés, con preferencia por el punto y seguido y oraciones cortas, como se aprecia en las siguientes citas:
Japan unquestionably will reject the league’s Manchurian recommendations, although an attempt may be made to delay proceedings by suggesting revisions, amendments, and reservations (Vaughn, 1933).
Reichsfuehrer Hitler, in a sudden, breath-taking announcement, today denounced the military clauses of the Versailles Treaty and proclaimed immediate general military conscription in Germany (UP, 1935).
Es necesario resaltar las tareas de análisis y síntesis requeridas para seleccionar, jerarquizar y traducir estas noticias, pues la extensión final obedecía a las limitaciones de espacio, propias de la edición del periódico.
5. El periodismo creativo de Gilberto Owen en El Tiempo de Bogotá: prácticas de reescritura
Se infieren, ahora, las razones por las que en la entrega del 7 de abril el traductor se sintió obligado a firmar su texto. El uso de la primera persona resta objetividad a lo narrado, así que suscribe con responsabilidad este gesto en la nota necrológica “Edwin Arlington Robinson”, de la columna “Al margen del cable”, pieza clave para comprender la tensión entre el deseo de cumplir con las formas periodísticas y la necesidad de comunicar una emoción:
No cumplir un deber, o lo que llamo yo por ese nombre; eludir lo que a todos nos interesa, porque en Europa y en América y en Asia y hasta en África ocurren cosas que caben más en esta columna que la muerte de un poeta; y decir luego que en el mundo nada ha pasado sino esto, porque el poeta se había ganado desde siempre nuestro amor, y acabar escribiendo una glosa en singular de primer persona, porque Edwin Arlington Robinson ya no escribirá más versos desde el día 6 de abril de 1935 y el dolor y la soledad son solo míos […] (Owen, 2009, p. 96).
Es tan personal el lamento por la muerte del poeta estadounidense, a quien Owen conoció en Nueva York, que se confiesa en deuda por haber dejado de lado “muchas versiones de sus poemas” y, a falta de todo aquel trabajo que no tiene a mano, aclara: “le traduzco en balbuceo”, para citar un pareado de Robinson. Aquí Owen manifiesta que la necesidad de traducir al poeta fallecido surge del afecto, más allá del deber de divulgarlo en español.
Otro ejemplo es “Crepúsculo de la República”, del 30 de marzo de 1935 en “Al margen del cable”. ET era un medio adecuado para exponer la lucha obrera en el mundo; sin embargo, el tono del texto, aunque escrito en un “nosotros” mayestático, es exaltado al defender las ideas políticas con las que comulgaba Owen. Indignado porque dos diputados socialistas españoles fueron condenados injustamente a sentencia de muerte durante la Guerra Civil, el narrador se expresa con la contundente frase: “Nunca simpatizamos con el gobierno del señor Lerroux” y concluye el texto con la acalorada descalificación de “cavernícolas” para nombrar a los “enemigos de la República Española” (Owen, 2009, p. 88).
En la siguiente cita, es evidente la profusión de adjetivos calificativos, que contrasta con las cuidadosas descripciones de los cables en inglés; la repetición de la conjunción copulativa también difiere de la redacción fluida acostumbrada:
Y es absurda por ello, aparte de repugnante para todo hombre civilizado, la actitud de las extremas derechas, del señor Gil Robles y de los estudiantes fascistas de Oviedo y de las juventudes de la Acción Popular, y de los monarquistas todos, al exigir la sangre de [Teodomiro] Menéndez y González Peña para la tarea estéril de ahondar más los odios y la discordia, estéril por lo que sólo a sí mismos se engendrarían, odio y discordia, inacabablemente (Owen, 2009, p. 88).
En estos dos últimos textos, Owen no recurrió a referencias de otros titulares noticiosos, como en “El Japón y la Liga”. La noticia permanece ahí, pero el texto cobra independencia y fuerza expresiva. Al haber firmado una de las colaboraciones de su columna, Owen acepta haberse alejado de la forma de escritura comprometida y salva del anonimato un trabajo que ejecutó con calidad periodística y literaria.
Tampoco se quiere dar la impresión de que todos los textos posteriores a la primera entrega de la columna “Al margen del cable” se alejaron radicalmente del modelo de las noticias suaves. También hay casos en los que se logra gran equilibrio entre las noticias del día y el ameno comentario en turno, que cumple su función con originalidad. Así ocurre el 15 de abril de 1935 con el único texto de la serie sin subtítulo (Owen, 2009, pp. 107-108), pero esto fue, quizás, porque los lectores lo relacionarían con la noticia conjunta cuyo título es “Toda Europa parece satisfecha por el éxito logrado en Stressa”, cable emitido el día anterior. Se resume, en la noticia, la voluntad de lograr la paz expresada por los ministros de Francia y Reino Unido, así como por el líder italiano Benito Mussolini en la conferencia que tuvo lugar en el castillo de Isolla Bella. Los líderes se proponían ratificar los Tratados de Lorcano y la independencia de Austria, pero también expresaron preocupación por la negativa de Alemania al Pacto de Versalles, que buscaba asegurar la paz europea después de la Primera Guerra Mundial.
El comentario de Owen es bastante amargo e irónico, puesto que proviene de un experto lector de noticias internacionales, en el marco de una narración que recrea el encuentro de los líderes al estilo de una crónica escrita por algún reportero desde aquel “paisaje idílico”:
[…] los hombres llegaban con su gesto agrio y sus palabras biliosas, metafóricamente es claro, porque se trataba de personas muy bien educadas; pero la cortesía de las palabras y el tono mesurado en que se pronunciaban no las privaban de su tono de guerra; se venía a pactar una alianza beligerante […] (Owen, 2009, p. 107).
6. La columna “Suceso”: crónica, narración y creatividad literaria
La columna “Suceso” se aproxima a la crónica, pero difiere de ella al privilegiar la profundización en un tema, por encima del énfasis en el desarrollo temporal de las acciones. Se aprecia la adopción de una fórmula de escritura que si bien depende de un formato prediseñado, deja al redactor libre para explorar su creatividad (subjetividad, capacidad expresiva con la lengua, alejamiento de formas preconfiguradas). En algunos casos, Owen estira tanto sus libertades de escritor, que casi atenta contra la forma; pero en otras ocasiones, simplemente aprovecha las reglas del género periodístico en cuestión.
La diferencia entre “Al margen del cable” y “Suceso” es que la primera se centra en las noticias propiamente dichas; en cambio, el suceso se centra en figuras particulares que forman parte de esos acontecimientos. El nombre genérico para este tipo de noticias es feature story (Granato, 2003, Smith, 2010). El centrar la narración en un protagonista facilita su construcción como personaje dentro de una trama. Todas las colaboraciones de la columna “Suceso” tienen en común entre sí el humor como elemento cultural, una narración amena y una moraleja para el lector.
“Suceso” aparece en la página 5 de ET, sección “Cosas del día”, con las columnas fijas “Buenos días” y las efemérides “Hace 25 años”. Se publicaban semblanzas de personajes locales, noticias de visitantes distinguidos o gente que salía de viaje; también contenía algunos anuncios.
El primer texto de “Suceso”, que lleva el mismo título y es publicado el 3 de octubre de 1935 (Owen, 2009, pp. 135-136), cuenta la historia del hijo de James Beadle, un presidiario acusado de haber asesinado a su amigo James Leboeuf en 1930. La historia parece una encarnación de Romeo y Julieta, porque Pleasant Beadle se enamoró de Libertad Leboeuf, quien cayó al río en Lousiana y se ahogó. Se puede comprobar como noticia el asesinato que cometió James Beadle y el nombre de la víctima, además de otros detalles del juicio y encarcelamiento. El apellido Leboeuf era compartido por la esposa del asesino y por la víctima; ella fue condenada a la horca, en tanto que el esposo fue sentenciado a cadena perpetua (McCorkle, 2014).
El caso de los jóvenes amantes bien puede ser resultado de la ficción o de la fusión con otro acontecimiento en el que hubiese perecido una joven pareja en un río de Estados Unidos. Owen firmó con sus iniciales esta breve historia, que hoy bien podría considerarse una minificción.
Para mostrar el grado de libertad en esta columna, se recurre a “Aviso limitado”, publicado el 23 de octubre de 1935, el último de la serie (Owen, 2009, pp. 159-160). El narrador explora los huecos que deja abierto un anuncio limitado, porque es “una puertecita abierta a nuestra imaginación, nos hace descuidar lo sucedido para adentrarnos en el terreno infinito de lo que pudo suceder” (Owen, 2009, p. 159).
La trama parte de la lectura de un anuncio del New York Times, pagado por un taxista que agrega un detalle cómico:
La dueña puede obtenerlo [un bolso perdido] si lo describe y paga por este aviso. Si la dueña puede explicar a mi esposa satisfactoriamente cómo fue a dar el bolso a mi carro, pagaré el aviso yo mismo. -R.C (Owen, 2009, p. 159).
Para defender al taxista, el narrador aduce varias explicaciones razonables. El tema noticioso ha quedado en segundo plano, para dar rienda suelta a la imaginación.
En “La boda forzada”, publicado el 5 de octubre de 1935, Owen deja en claro que uno de los componentes esenciales de esta serie es “su intención doctrinal, didáctica”, una “parábola”; sin esto, el suceso “sería hueso sin meollo, bagazo y ceniza, retórica parlamentaria, humo, polvo, nada”. Y en este suceso se emplea un recurso propio de las crónicas del siglo XIX, el apóstrofe a las damas lectoras, con el empleo de la forma peninsular del imperativo: “Acudid, señoritas, que es para vosotras. Formad corro y aprended los métodos matrimoniales de los países más adelantados” (Owen, 2009, p. 137). La historia es humorística, pues trata de una chica estadounidense que contrata a unos matones para obligar a su novio a casarse con ella; la historia ocurre en Cleveland.
Por último, el texto que más se aleja del contexto inmediato de las noticias del periódico (no así del ánimo de informar) consiste en una crónica urbana próxima a las imágenes contrastantes que se encuentran en los poemas en prosa de Charles Baudelaire, por ejemplo, “La fausse monnaie” (Baudelaire, 1968). El suceso “La tarde y el perro”, del 6 octubre de 1935, puede asociarse con el tema de un paseo por la ciudad. El amigo del narrador ve a una mujer pobre con su hija y un perrito mugroso en la calle, se interesa por el cachorro y lo quiere comprar; ellas quieren diez pesos, pero él lleva menos. Al final, ellas ceden y ellos deben cargar al perro que sufre por la separación. El narrador comenta: “Hay algo que protesta silencioso por el negocio del perro. Algo que bulle, que escarba en la conciencia y en la atmósfera” (Owen, 2009, p. 140).
Para rematar, Owen elige una imagen metafórica, pues al arrepentimiento y a la tristeza por la escena del perro, sigue “el alfiler jubiloso que nos clava una bellísima mujer que abre, al mirarnos, el cristalino abanico de su risa” (Owen, 2009, p. 140). Cuando Owen se esmera en crear un texto de características narrativas, con un tono subjetivo próximo al poema en prosa, el resultado, independientemente de que cumpla con la forma periodística elegida, o se aleje creativamente de ella, se convierte en un híbrido periodístico-literario.
6. Conclusiones
En suma, la actividad periodística que se vivía en los años treinta del siglo XX en Colombia propició que Owen y seguramente otros escritores de ET renovaran el carácter literario de géneros como la crónica, pues si bien durante el siglo XIX este género fue una práctica extendida en Latinoamérica, hay diferencias de fondo. El cronista decimonónico despreciaba al reportero y el estilo llano de las noticias (González, 1983); en cambio, los cronistas de ET celebraban el periódico como la fuente inagotable de donde surgían trabajos colindantes con el ensayo, el poema en prosa y la minificción.
Este intercambio económico-cultural entre el periodismo estadounidense y los periódicos colombianos daría pie, posteriormente, al desarrollo del new journalism (Wolf, 1972/2008) y de la novela non-fiction. Estos antecedentes sentaron las bases para la búsqueda de estilos periodísticos más ágiles, pero también para el cultivo de voces personales en el marco de un proyecto por democratizar el acceso a la información internacional a través del periódico.
De esta manera, la primera traducción conocida de Owen deja en claro el interés primordial por crear, antes que subordinarse a un original; el reunir fragmentos y reorganizarlos como un todo será un procedimiento recurrente al traducir los cablegramas recibidos en inglés desde la UP, así como en las prácticas de reescritura que se observan en las dos columnas estudiadas.
Por otra parte, el estar al tanto de la situación mundial que condujo a la Segunda Guerra Mundial, a conflictos obreros y hambrunas permitió que Owen afianzara sus convicciones a favor de los más necesitados, con un discurso afín al equipo de ET y a los círculos americanistas de la región.
El traductor-escritor-periodista cumple con su papel de agente intercultural y multidiscursivo, según los términos propuestos por Pym, para poner en circulación, entre los lectores latinoamericanos, tanto novedades literarias como reflexiones críticas acerca de la crisis política entre las potencias europeas y Estados Unidos. Pueden leerse estas columnas como una defensa, implícita o explícita, de los ideales políticos de tendencia liberal, para acentuar el anhelo de que América Latina superará las injusticias sociales, como se expuso al comentar la traducción perdida Jeremías, de Zweig.
Digno de resaltar es el hecho de que Gilberto Owen -al igual que colegas destacados en ET, como Germán Arciniegas, José Umaña, Jorge Zalamea, Max Grillo, José Joaquín Jiménez o Gonzalo Restrepo- se esmeró en introducir las formas innovadoras del periodismo estadounidense ideadas en sus inicios por la UP. Destaca que la introducción de soft news -tanto las historias basadas en noticias (news feature) como las que se centran en personajes protagonistas de cualquier hecho (feature news)- dieron lugar a un periodismo original, con rasgos propios como el humor, que requirieron procedimientos de transedición en la búsqueda de lograr una mejor comunicación con el lector. Con esto muestra, asimismo, una resistencia a la ciega imitación de modelos.
Owen se forjó en el periódico una disciplina de periodista y literato; con ello, abrió una brecha para la comunicación entre México y Colombia, fructífera hasta la fecha.
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Notas