Resumen: Las estructuras con un infinitivo antepuesto al auxiliar tener constituyen un fenómeno de muy escasa frecuencia y corta vida en español (siglos XV–XVII). Se insertan, sin embargo, en un conjunto más amplio de construcciones que incluye al llamado “futuro analítico” (cantarlo he) y, en general, a las perífrasis en que el infinitivo asume la primera posición oracional merced a una focalización (fronting). Así, el estudio detallado de este fenómeno en apariencia marginal puede arrojar luz sobre el modo en que se produjo la pérdida simultánea de todas las estructuras mencionadas hacia 1660. Además, su historia muestra provechosamente el recorrido de un cambio por extensión sintáctica, proceso en el que parece desempeñar un papel crucial la analogía.
Palabras clave:historia del españolhistoria del español, perífrasis de infinitivo perífrasis de infinitivo, mesoclisis mesoclisis, adelantamiento de foco (fronting) adelantamiento de foco (fronting), extension sintáctica extension sintáctica, actualización actualización, analogía analogía.
Abstract: Structures in which an infinitive precedes the auxiliary tener instantiate a very low-frequency, short-lived phenomenon in Spanish (15th–17th centuries). However, they are part of a broader constructional network that includes the so-called “analytical future” (cantarlo he) and, more generally, all periphrases exhibiting a focus fronted infinitive. Hence, an in-depth study of this apparently marginal phenomenon can shed light on the reasons behind the simultaneous loss of all the aforementioned structures by 1660. Furthermore, this single evolution exemplary shows how changes through syntactic extension come about and proceed, a process in which analogy seems to play a major role.
Keywords: historical syntax (Spanish), infinitival periphrases, mesoclisis, focus fronting, syntactic extension, actualization, analogy.
ENSEÑANZAS DEL CAMBIO FRACASADO: TRAYECTORIA Y ESTELA DE UNA PERÍFRASIS FUGAZ (INFINITIVO + TENER)*
Fue el gran Wilhelm Meyer-Lübke, por cuanto se me alcanza, el primero en aludir a la existencia en español de una construcción “muy esporádica” en que un infinitivo se antepone directamente al auxiliar tener (1a).1
El conocido romance en que la documentó (el del conde Alarcos) contiene un segundo ejemplo de esta construcción, esta vez con un clítico interpuesto entre auxiliado y auxiliar (1b). El mismo romance alberga, además, ejemplos de un esquema semejante a (1a), pero precedido de la preposición de, así como de otro esquema análogo al anterior con el auxiliar haber (1d).2
(1) a. No me pesa de mi muerte porque yo morir tenía, / mas pésame de mis hijos, que pierden mi compañía (Alarcos, 172–173)
b. Encomendaos a Dios, qu’esto hazerse tenía (Alarcos, 179)
c. De morir tiene, el buen conde, por salvar la honra mía (Alarcos, 94)
d. A morir habéis, condesa, enantes que venga el día (Alarcos, 167)
No muchos años después de Meyer-Lübke, Cirot (1911: 86) mencionaba un ejemplo de infinitivo + clítico + tener en el Guzmán de Alfarache (2a) que, según él, “est l’équivalent de ahorcaros hemos”. Keniston (1937: 466–467) localizó tres casos más con el clítico (2c) y otros tres sin él (2d), mientras Yllera (1980: 116–117) encuentra ejemplos de uno y otro esquema en Diego de San Pedro (2e)3 y García de Diego (1951: 194) cita un caso en el Quijote de 1615, datos que sugieren que el periodo de vigencia del fenómeno se corresponde en buena medida con los límites del español (pre)clásico, esto es, con el periodo que transcurre de 1475 a 1650, aproximadamente (cf. Girón 2004).4
(2) a. ¡Ea, ladrón, decí la verdad, que ahorcaros tenemos aquí si luego no lo dais! (Guzmán, I, 1, 7, 210)
b. no puedo más, seguirle tengo; somos de un mismo lugar (Quijote, II, 33, 906)
c. ¿Con quién habla? […] Sabello tengo (Lozana, 42, 212–213) pues los pecados le mataron, aborrecellos tenemos (Ávila, Epistolario, 13, 179)
Ha dicho dos veces, estando retirada en su cámara: “no piensen que ha de pasar así, que yo casarme tengo” (Bernardino de Mendoza, Carta [a Felipe II sobre Isabel de Inglaterra], 14.5.1579)
d. conviene los corazones de aquellos que en arduo negocio proveer tienen estar desembargados de pasión (Lisandro y Roselia, I, 4, 146)5 No temas, Paulo, que llegar tienes a la presencia de César (Ambrosio de Morales, Discursos, III, 168r)6 ¡Desta vez pagar tienes! (Guzmán, I, 3, 8, 450)
e. el día aplazado que los ensayos con obra esecutarse tenían (Arnalte, 699–700, 74)
E como yo supiese que Lucenda a la fiesta venir tenía, grandes alteraciones al triste coraçón mío sobrevinieron (Arnalte, 702–703, 74) ¿quién pensar pudiera que así las fuerças de mi propósito enflaquecer tenían? (Arnalte, 1446–1447, 124)
Además de su escasez, en que insisten todos los autores citados, y de su aparición únicamente en un arco cronológico muy ceñido, llama la atención en esta perífrasis el dominio (prácticamente, la exclusividad) del esquema con el auxiliar pospuesto al auxiliado.7 Este hecho subraya la semejanza del esquema infinitivo + tener (especialmente el que contiene un clítico) con el llamado “futuro (o condicional) analítico”, cantarlo he / hía (en adelante, FCA), a cuya relativa abundancia hasta mediados del siglo XVII se contrapone la frecuencia históricamente muy baja del esquema haber + infinitivo (cf. ya Meyer-Lübke 1899: §319, 337). De hecho, la mayoría de los especialistas supone que cantarlo tengo surgió por la notable expansión contextual de tener a costa de haber a lo largo del siglo XV, que en último término habría afectado también al FCA, entre otras perífrasis;8 no falta, sin embargo, quien prefiere poner de relieve la afinidad de cantar(lo) tengo con {a / de}cantar(lo) tengo (cf. 1c), perífrasis documentada en la misma época (e incluso, como hemos visto, en los mismos textos que cantar (lo) tengo) y que puede explicarse fácilmente como la versión con anticipación del infinitivo del esquema tengo {a / de } cantar (lo).9
Surgen, así, dos posibles hipótesis evolutivas: una de mera sustitución léxica de haber por tener sobre el molde del FCA; y otra según la cual cantar (lo) tengo podría ser el resultado de una evolución propia (una gramaticalización, quizá) a partir de la perífrasis tener de + infinitivo (en la que, a su vez, tener venía reemplazando a haber desde fecha temprana: cf. Garachana 2011). Por lo demás, el estatuto diasistemático de los esquemas con infinitivo (+ clítico) + tener durante el tiempo en que estuvieron activos es asunto punto menos que desconocido: en vista de los ejemplos de (2), desde luego, no parece fácil defender, con Yllera (1980: 117), que “fue más una fórmula literaria que una construcción enraizada en el habla viva”, es decir, que cantar(lo) tengo estuviera exclusivamente asociado al ámbito de la distancia comunicativa (en términos de Koch & Oesterreicher 2011); su presencia en la Lozana andaluza,10 en cartas privadas o en entornos dialógicos del Quijote o el Guzmán sugiere, si acaso, lo contrario. A caracterizar sintácticamente los esquemas con tener y un infinitivo a lo largo de su historia y a afinar en lo posible su estatuto variativo dedicaremos las dos próxima secciones, en las que exponemos los datos que se derivan de un despojo exhaustivo de tales construcciones en el corpus CORDE.11 A partir del retrato que de ellos se desprenda trataremos de decantarnos, en la cuarta y última sección, por una de las dos hipótesis evolutivas esbozadas, o bien por una tercera que se antoje, quizá, aún más verosímil.
Se documenta desde los primeros monumentos literarios castellanos una construcción modal en que el infinitivo auxiliado, precedido del nexo característico de la perífrasis (preferentemente a en los primeros tiempos, 3a, y de más adelante, 3b–c: cf. Yllera 1980: 97–100), se antepone al verbo haber auxiliar: {a / de} cantar(lo) he. En este esquema con adelantamiento de un sintagma entero (y no meramente de un núcleo), el infinitivo puede acompañarse de clíticos (3b) o no (3a). Se trata, en cualquier caso, de una secuencia de ínfima frecuencia, especialmente si se compara con el esquema cantarlo {he / hía}, lo que conduce a pensar que era este último, en realidad, el que actuaba la mayoría de las veces como esquema inverso12 de haber de + infinitivo con los dos tiempos de mayor uso (el presente y el imperfecto), al menos cuando en la construcción participaban los pronombres (Octavio de Toledo, en prensa, a).13
(3) a. si algunos de los reis mengua en algunas d’aquellas cosas que a complir an non son de culpar tanto como los otros omnes (GE1, XX, 46, 601)
b. De pasarse habrá ya esta importunidad (Celestina, 1, 44)
c. Lo quarto, deven criar las madres a sus fijos para tenerlos a su servicio más obligados; porque si los padres viven largos años, al fin de venir han a manos de sus hijos (Guevara, Reloj, II, 19, 513) porque la justicia, de trabajar ha el que la ha de administrar (Mejía, Silva, I, 32, 449)
El verbo tener accede a los entornos de (3) en el segundo cuarto del siglo XV, cuando el esquema tener de + infinitivo estaba ya firmemente asentado (Yllera 1980: 111–115; Garachana 2011; Garachana & Rosemeyer 2011). Los ejemplos, muy contados en los dos primeros tercios del siglo (todos los casos en 4a), proliferan hacia los últimos años del Cuatrocientos, tanto en manuscritos como en impresos (4b), y la construcción se hace presente en varias ocasiones en dos de las más influyentes obras del cambio de siglo, el Arnalte y Lucenda de Diego de San Pedro (cf. 2e) y el Amadís de Gaula impreso en Zaragoza por Jorge Coci en 1508 (4c). En este tiempo, la construcción, como puede verse, aflora tanto en el arranque de las oraciones principales como en diversas clases de subordinadas (relativas, sobre todo, pero también, en menor medida, completivas o prótasis condicionales), admite conjugarse tan solo en presente e imperfecto y carece de clíticos: hay que esperar al primer cuarto del Quinientos para encontrar ejemplos con pronombre (4d).14