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DESPALATALIZACIÓN DE /n/ EN EL ESPAÑOL DE YUCATÁN*
Jaime Peña Arce
Jaime Peña Arce
DESPALATALIZACIÓN DE /n/ EN EL ESPAÑOL DE YUCATÁN*
Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México, vol. 3, núm. 2, pp. 105-129, 2016
El Colegio de México, A.C.
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Resumen: El objetivo de esta nota es analizar la despalatalización de /ɲ/ en el español de la península de Yucatán, a partir de los principales estudios de campo realizados hasta el momento. Se estudiará si este proceso se manifiesta de manera sistemática con resultados homogéneos, tal como ocurre en otros dominios hispánicos.

Palabras clave:Español de AméricaEspañol de América, fonética y fonología fonética y fonología, despalatalización despalatalización, Yucatán Yucatán.

Abstract: The purpose of this research note is to analyze the depalatalization of /ɲ/ in the Spanish spoken in the Yucatan . Peninsula, based on the main field studies carried until now. I will examine if this process occurs in a systematic way with homogeneous results, as it is the case in other Hispanic territories. Finally, I will present the explanations that scholars have given about this phonological distinctive feature of Yucatan Spanish.

Keywords: American Spanish, phonetics and phonology, depalatalization, Yucatan.

Carátula del artículo

DESPALATALIZACIÓN DE /n/ EN EL ESPAÑOL DE YUCATÁN*

Jaime Peña Arce
Universidad Complutense de Madrid, España
Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México, vol. 3, núm. 2, pp. 105-129, 2016
El Colegio de México, A.C.

Recepción: 26 Noviembre 2015

Revisado: 24 Abril 2016

Aprobación: 24 Abril 2016

1. Estado de la cuestión

La despalatalización de /ɲ/ (maniana por mañana o albanil por albañil) es un fenómeno reconocido y testimoniado en nuestra lengua, tanto en el español de España como en el americano, característico del judeo-español (Sala 1974) y que manifiesta evidencias también en diacronía, con afloramientos en la literatura de los Siglos de Oro (Henríquez Ureña 1938: 301).

Cabe destacar que este proceso de despalatalización no es exclusivo de la lengua española. Otras lenguas románicas, como es el caso de las variedades nordanubianas del rumano (Straka 1942, apud Moreno Fernández 1988) o el francés (Martinet 1938, apud Moreno Fernández 1988) lo presentan en fase de culminación.

Este fenómeno se inscribe dentro de un proceso de enorme envergadura: la reestructuración del orden de consonantes palatales, común no solo al español, sino a muchas lenguas románicas. En el caso de nuestra lengua, quizá el fenómeno analizado en estas páginas ha podido quedar eclipsado por la importancia, la enorme dimensión y gran extensión, primero, del yeísmo y, en menor grado, de la fricatización de ch.

1.1. Extensión de la despalatalización de /ɲ/ en el mundo hispánico

Geográficamente, la despalatalización del fonema palatal nasal presenta una distribución irregular.

Respecto a la situación en España, cabe afirmar que este fenómeno aparece de forma dispersa por todo el territorio. Así, Moreno Fernández (1988) –tras la consulta de datos inéditos procedentes del Atlas Lingüístico de España y Portugal (Alep)– afirmó haber encontrado casos de despalatalización en las provincias de Segovia, Burgos, Zamora y Ávila; Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real y Toledo, Cáceres, Barcelona y Lérida, Huesca, Navarra, Málaga, La Rioja y también en Teruel. Sin embargo, si este cambio caracteriza el habla de algunas provincias concretas de España, estas son Jaén (Moya Corral 1993)1 y Toledo (Moreno Fernández 1988;2Peña Arce, en prensa3).

Dentro del español de América, este proceso está escasamente documentado. Existen referencias a este fenómeno en las hablas rústicas de la Orinoquía4 colombiana (Reinoso Galindo 1999: 99; Rodríguez Cadena 2008: 142),5 en Ecuador y Chile (ngle (Fon) 2011: §6.7l), en el litoral argentino (Sala 1974: 190)6 y en la Península de Yucatán y otros estados mexicanos, como Oaxaca (ngle (Fon) 2011: §6.7l). La descripción de la realidad argentina, chilena, ecuatoriana o colombiana a este respecto es bastante deficiente, carente de datos empíricos y estudios de campo, y sin apenas repercusión en la bibliografía. En el caso del español de México,aunque tampoco existen estudios de campo monográficos, sí hay estudios de carácter más general que aportan datos muy esclarecedores. A la tarea de compendiar, comparar y valorar estos estudios se consagra esta investigación.

1.2. Causas de la despalatalización de /ɲ/

Muchos han sido los intentos de buscar una explicación a este fenómeno. Según la división trazada por Moreno Fernández (1988), las diferentes hipótesis pueden agruparse en dos grandes grupos:

  • Hipótesis particulares. Intentan explicar aisladamente la despalatalización en la variante de español analizada:

    1. Judeo-español. Sala (1974) subraya la influencia de la inexistencia de /ɲ/ en rumano y valaco en la lengua de los judíos españoles de Bucarest. Por otro lado, Renard (1966, apud Moreno Fernández 1988) destaca la influencia del alfabeto hebraico de los sefardíes, carente de la grafía ñ.

    2. Español de América. Reinoso Galindo (1999) y Rodríguez Cadena (2008) apuestan, para el caso colombiano, por el contacto con lenguas indígenas.

  • Hipótesis generales. Pretenden ofrecer una justificación global, normalmente basándose en teorías de rendimiento fonológico:

    1. Wagner (1931: 225, apud Moreno Fernández 1988) señala únicamente que esta es una tendencia general hispánica.

    2. Martinet (1938), Sala (1974), Moreno Fernández (1988) y Moya Corral (1993) destacan como elemento catalizador de este cambio la pérdida de la correlación de mojadura dentro del orden palatal, producida tras la desfonologización de /ʎ/ (yeísmo).7Este cambio fonológico deja al fonema palatal nasal en una situación de gran inestabilidad, acentuada por la escasa repercusión funcional de la despalatalización de /ɲ/ (pocos casos de homonimia resueltos por el contexto). Es decir, se decantan por causas internas del sistema, sin perder de vista el contexto: la enorme inestabilidad de todo el orden palatal.

    Moya Corral (1993: 23) ahonda más en esta explicación y señala que es precisamente la mojadura o adherencia la que dota a /ɲ/ de su timbre palatal: al eliminar esta, el fonema resultante confluye con el alveolar /n/. Sin embargo, según este investigador, los hablantes han conseguido preterir el rasgo adherente de /ɲ/ manteniendo sus dos rasgos básicos: nasal y palatal. De esta manera, el fonema se presentará desdoblado [n+j]. Así, niño es ninio, año es anio o albañil es albanil (con la consecuente asimilación eliminatoria).

  • Por último, hay que indicar que esta misma variación –en relación con procesos de derivación morfológica en parejas léxicas como teñir/ tinte o desdeñar/desdén con /ɲ/ en posición de coda silábica– ha sido estudiado desde numerosas perspectivas sin alcanzar explicaciones concluyentes. Eddington (2012: 202) compila estas investigaciones.

1.3. La situación en Yucatán

Es importante comenzar resaltando que el español yucateco –hablado en los estados mexicanos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo– constituye, en palabras de Henríquez Ureña (1938: 340), “un sistema aparte” dentro del español de América y dentro del español de México. La causa de esta realidad hay que buscarla en la enorme influencia de la lengua maya, así:8

[…] no cabría sorprenderse de que la lengua indígena de Yucatán haya alcanzado a colorear el castellano hablado allí. La lengua maya disfruta de un prestigio cultural y social muy superior al que tienen las demás lenguas indígenas de México, y esa particular situación de prestigio es factor que puede favorecer la interferencia lingüística. (Lope Blanch 1981: 427)

Dentro de las peculiaridades fonético-fonológicas del español de esta península destaca, como una de las más estereotipadas, la despalatalización de la palatal nasal. Existen en la bibliografía diversas y esporádicas referencias a este proceso en el español yucateco.

La primera referencia a este fenómeno se remonta a 1895, cuando Ramos i Duarte, en su famoso Diccionario de mejicanismos –que recogía voces dialectales de toda la República– consignó las voces albanil, maniana y ninio acompañadas por la abreviatura (Yuc.), Yucatán.

El primer estudio de campo sobre las hablas de la península (Nykl1938: 215) no señaló la existencia de este proceso.9Barrera Vásquez(1937) sí lo consignó. Henríquez Ureña (1938) afirmaba que la desaparición del carácter palatal de la /ɲ/ en el español de Yucatán era general.Añadía, además, que los yucatecos incluían una especie de hiato en las secuencias /n + i/, pues “el forastero que pronuncia normalmente opinión,le parece al yucateco, de no hacerlo, opiñón”. Suárez (1996 [1945]:56) apuntó sucintamente que “por diferenciación la consonante deja deser palatal cuando la vocal lo es, y la ñ se convierte en n”.10 Este investigador no hace referencia a situaciones forzadas por otros contextos fónicos.Por último, Cassano (1977) indicó que ninguno de los sistemas consonánticos de los distintos dialectos del maya yucateco contiene el fonema palatal nasal.

Sin embargo, es destacable la práctica ausencia de alusiones a este proceso de despalatalización en la bibliografía más reciente. Así, Moreno de Alba (1988) obvia esta cuestión en su estudio sobre el español mexicano. Fontanella de Weinberg (1993: 236–237) se limita a constatar el peso de los hablantes de maya en el contexto yucateco. Lipski, en su detallado análisis de las peculiaridades del español en cada uno de los países de América –y dentro de estos, en sus regiones–, no menciona la despalatalización como rasgo característico de las hablas yucatecas (1996: 302). Tampoco lo hace Lope Blanch (1996: 81–89) en su análisis de las características del español mexicano. Flores Farfán (2008: 33–56), dentro de una monografía especializada en el contacto entre el español y las lenguas amerindias, no hace referencia a esta cuestión en su capítulo dedicado al país azteca.

Respecto a la opinión de la investigación sobre las causas de esta peculiaridad del español yucateco, también conviven las dos corrientes mencionadas con anterioridad. Una inmensa mayoría de los estudiosos (Barrera Vásquez 1937; Henríquez Ureña 1938; Suárez 1945) se decantan por la influencia del adstrato maya para justificar el proceso de despalatalización; Lope Blanch (1981; 1987) también lo hace, aunque con más cautela. Solo Alvar (1969) cuestiona esta realidad, haciendo alusión al carácter general de este proceso en español; no obstante, en su estudio sobre el español del suroeste de Guatemala (1980: §8.2), señala la existencia de este mismo proceso en otro territorio –el guatemalteco– con base lingüística mayense. Así las cosas, y de acuerdo a la clasificación trazada en §1.1, Barrera Vásquez (1937), Henríquez Ureña (1938) y Suárez (1945) se integrarían dentro del grupo a2); Alvar (1969) lo haría dentro del b1), aunque con matices, y Lope Blanch (1981; 1987) se quedaría a medio camino entre ambos.

2. Investigación
2.1. Metodología

En este apartado se van a analizar los datos sobre la cuestión estudiada aportados por tres trabajos diferentes: Alvar (1969; 2010) y Lope Blach (1990). Dada la disparidad per se de los estudios empleados, los datos de ellos espigados no permitirán en muchos casos una comparación directa. Sin embargo, una discusión más matizada –exponiendo lo más relevante de cada uno de ellos y comparando lo que se pueda comparar– permitirá esbozar una visión general del proceso de despalatalización de /ɲ/ en el español yucateco sustentado en tres pilares: características contextuales y acentuales donde la despalatalización incide con mayor fuerza, distribución geográfica de esta variación fonológica, y relevancia o no del adstrato maya como causa de este proceso de cambio.

Para la clasificación de las variantes se ha seguido el sistema planteado por Moya Corral (1993), quien –a partir de los datos recopilados en la provincia de Jaén, España– esboza un patrón general de aparición de variantes que atiende: por un lado, a la tonicidad de la sílaba en la que se inserta el fonema palatal nasal (distinguiendo así entre sílaba pretónica, tónica y postónica), y, por otro, a la vocal o semiconsonante que sigue a la /ɲ/.

De acuerdo con esto último, Moya Corral plantea la existencia de las siguientes variantes, una estándar y tres anómalas:

  1. 1. Articulación estándar: palatal [ ɲ]
  2. 2. Articulación redundante: palatal + semiconsonante [ ɲj] (Ej.: niñio por niño )
  3. 3. Articulación desdoblada: alveolar + semiconsonante [nj] (Ej.: monio por moño)
  4. 4. Articulación alveolar [n] (Ej.: albanil por albañil).

Consecuentemente con esto, Moya apunta que la relación que se establece entre variantes anómalas es esta:

  • [n], cuando a la /ɲ/ originaria le siga una /i/ o una semiconsonante (Ej.: albanil), donde la semiconsonante [j] es eliminada por su asimilación al fonema siguiente.

  • [ ɲj] o [nj], cuando a la /ɲ/ originaria le siga cualquier otra vocal (Ej.: moñio, maniana), donde la semiconsonante permanece aportando el carácter palatal.

Moya Corral defiende que la tonicidad fomenta especialmente la despalatalización, aunque señala que esta también es bastante frecuente en contextos postónicos. Respecto al contexto fónico, prima el entorno formado por las secuencias /ɲ + i/. En este estudio se intentará comprobar si se cumplen todos estos particulares, atendiendo a la estructura acentual de las palabras que presenten despalatalizaciones y al contexto fónico donde estas se presenten.

Manuel Alvar vivió una primera aproximación al estudio de las hablas yucatecas en 1964. Tres años después, en 1967, como profesor visitante en El Colegio de México, realizó estudios de campo específicos en muchos estados mexicanos, entre ellos Yucatán. Las conclusiones de la investigación yucateca cristalizaron en un artículo de 1969. Esas mismas conclusiones volvieron a ser reproducidas en El español en México (2010: 131–162), obra póstuma de geografía lingüística, como preámbulo a su estudio general sobre el español mexicano. Esta última obra vino a actualizar y completar los datos parciales recogidos por este investigador hasta ese momento, al tiempo que le permitieron trazar una comparativa sobre los cambios acaecidos en ese espacio de tiempo.

En este trabajo (1969), Alvar encuestó a un total de diez informantes en ocho localidades urbanas y rurales del estado de Yucatán: Temax (uninformante), Mérida (dos informantes), Izamal (un informante), Dzitás(un informante), Muna (un informante), Ticul (un informante), Oxkutzcab(dos informantes) y Valladolid (un informante). Por sexos: nueve varones y una mujer; por edad: cinco menores de 25 años, tres adultos,una persona de 66 y un informante sin especificar. Respecto al bilingüismo maya/español, este era mayoritario: seis eran bilingües; dos conocían solo el español (los dos habitaban en la capital del estado, Mérida); y delos otros dos informantes, no se aporta información a este respecto.

El fenómeno de la despalatalización puede observarse en las realizaciones de las palabras: uña, mañana, España y moño.

Las articulaciones anómalas –todas desdobladas [nj]–11 aparecen un total de diez veces sobre 40 potenciales: esto arroja un porcentaje totaldel 25%. La despalatalización aparecía tanto en hablantes bilingües,como en aquellos que solo conocían el español. Las cuatro palabras presentan la secuencia /ɲ + vocal/, por lo que la solución desdoblada responde a lo esperado.

Respecto a la tonicidad de la sílaba en la que se inserta el fonema palatal lateral: tres de las cuatro (uña, España y moño) lo presentan en sílaba postónica; y solo una (mañana), en sílaba tónica. De las diez despalatalizaciones, nueve corresponden a realizaciones que contienen la palatal en sílaba postónica. Así las cosas, y aunque el corpus de respuestas no deja de ser limitado, la distribución de porcentajes de despalatalización según la tonicidad de la sílaba en la que se inserta el fonema estudiado es:

Tabla 1
Despalatalización según tonicidad en Alvar (1969)

En lo que atañe al contexto fónico en el que se insertan las despalatalizaciones: un 26% de las secuencias /ɲ + a/ las presentan, frente a un 10% de las secuencias /ɲ + o/.

Lope Blanch coordinó el proyecto de elaboración del Atlas Lingüístico de México (Alméx). Su equipó realizó encuestas en los tres estados de la península: Yucatán (Valladolid, Tizimín, Mérida y Ticul), Quintana Roo (Chetumal y Carrillo Puerto) y Campeche (Campeche, Champotón, Mamantel y Ciudad del Carmen), sobre un total de 34 informantes.

En el mapa sintético12 nº 38 del mencionado Atlas se recogen los siguientes porcentajes por localidades:13

Tabla 2
Porcentaje de despalatalizaciones en localidades del estado de Yucatán

Tabla 3.
Porcentaje de despalatalizaciones en localidades del estado de Quintana Roo

Tabla 4
Porcentaje de despalatalizaciones en localidades del estado de Campeche14

Según este mismo mapa, en muchos otros estados del país –Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Baja California Norte, Sonora, Nayarit, Michoacán, Guanajuato y Puebla– se consignan localidades con articulaciones redundantes en porcentajes muy bajos. La bibliografía había consignado la existencia de esta tendencia en Oaxaca y en los estados del Altiplano (Henríquez Ureña 1938: 301). Estos datos no evidencian que estos territorios muestren ninguna preeminencia respecto a esta cuestión.

Para el análisis de la distribución de las despalatalizaciones por tonicidad y contexto fónico se ha recurrido a los siguientes mapas analíticos de la parte de Fonética del Alméx: arañas (mapa 54), roña (mapa 146), cañón (mapa 167), albañil (mapa 202), cigüeña (mapa 245), rasguño (mapa 341), moño (mapa 439), niño (mapa 440) y año (mapa 441).15

En primer lugar, el número total de articulaciones despalatalizadas por palabra sobre el total de respuestas dadas es el siguiente: arañas (7/33),16 roña (1/29),17 cañón (2/33), albañil (5/33), cigüeña (5/32),18 rasguño (5/33), moño (7/27),19 niño (9/33)20 y año (9/33). Esto arroja un totalde 18.18% de articulaciones no palatales sobre el total de las posibles.

Los patrones de despalatalización según la vocal o semivocal siguiente al fonema palatal son muy regulares: se cumple la norma en un 92% de los casos. Solo se encuentran cuatro ejemplos anómalos: dos articulaciones alveolares para la palabra moño en Mérida y otras dos articulaciones alveolares para arañas en Chetumal.

Respecto a la influencia de la tonicidad, los datos son los siguientes:

Tabla 5.
Despalatalización según tonicidad en Lope Blanch (1990)

Y, en lo que atañe al contexto fónico, los datos de Lope Blanch son los que se muestran en la Tabla 6:

Tabla 6
Despalatalización según contexto fónico en Lope Blanch (1990)

En El español en México se encuestó en todos los estados de la República. Las localidades encuestadas en la península de Yucatán fueron: en Campeche –Hecelchakán (un informante), Hopelchén (un informante) y Seybaplaya (un informante)–; en Yucatán –Mérida (tres informantes), Dzununcán (un informante), San José Tzal (un informante), Espita (dos informantes), Muna (un informante) y Peto (tres informantes)–; y en Quintana Roo –José María Morelos (un informante), Cozumel (dos informantes), Carrillo Puerto (un informante) y Chetumal (un informante). Es decir, el trabajo de Alvar contó con un total de 19 informantes yucatecos.

Las respuestas de los mapas: legaña (18) y legañoso (19) (Léxico, I, el cuerpo humano); montaña (333) (Léxico, X, accidentes geográficos); y un niño (551), dos niños (552) y rasguño (691) (Fonética) son las que se han tomado en consideración para esta investigación.

Si se multiplica el número de mapas, 6, por el número de informantes, 19, el total de respuestas susceptibles de análisis es de 114. De estas 114 solo se dan tres ejemplos de articulaciones despalatalizadas, lo que supone un 2.63%.

Las seis palabras analizadas presentaban la secuencia /ɲ + vocal/, por lo que sería esperable que esas tres articulaciones fueran desdobladas [nj]. Así es en el caso de dos de ellas –dadas por el mismo informante de Mérida para un niño y dos niños.21 Sin embargo, la palabra rasguño es articulada por uno de los informantes de Peto como alveolar.

Todas las palabras analizadas presentaban la consonante palatal nasal en sílaba postónica, por lo que no se puede realizar un análisis comparativo. Todas las despalatalizaciones se presentan en secuencias /ɲ + o/ y ninguna en el contexto /ɲ + a/.

3. Discusión y conclusiones

En primer lugar, cabe señalar que los tres estudios citados constatan la existencia de despalatalizaciones en el español yucateco; no obstante,los porcentajes varían sustancialmente de unos a otros. De esta manera,del estudio de los datos del trabajo de Alvar (1969) puede inferirse queel porcentaje de despalatalización en palabras que contienen el fonema/ɲ/ es de un 25% en el estado de Yucatán (el único en el que encuesta). Según el de Lope Blanch (1990), la despalatalización afectaría aproximadamente a un 45% de las realizaciones en el estado de Yucatán (aunque con picos del 60% en algunas localidades); a un 30 % en Quintana Roo y a algo menos del 10% en Campeche. El último estudio de Alvar(2010) evidenciaría un porcentaje de despalatalizaciones mucho menor:2.63% en el conjunto de la Península.

En lo que respecta a los contextos de aparición de las despalatalización:

  1. 1. Si se atiende a la estructura acentual, tanto los datos de Alvar (1969) como los de Lope Blanch (1990) muestran –y con claridad– que la posición postónica es la que favorece el cambio. En el primero, el número de despalatalizaciones en contextos postónicos triplica a los contextos tónicos; en el segundo, lo duplica. Todos los datos extraídos de Alvar (2010) parten de contextos postónicos, por lo que nada se puede concluir sobre esta cuestión.
  2. 2. Según el contexto fónico en el que inserta el fonema palatal nasal,los datos son más contradictorios. En Alvar (1969) las secuencias/ɲ + a/ presentan despalatalización en el 26% de los casos y las secuencias /ɲ + o/, en un 10%. De Lope Blanch (1990), que presenta ejemplos en más contextos fónicos, se recogen los siguientes porcentajes: /ɲ + a/ (13.8%), /ɲ + o/ (20%) y /ɲ + i o semiconsonante/(15%). En Alvar (2010), todas las despalatalizaciones se presentan en secuencias /ɲ + o/ y alcanzan un porcentaje del 5%.El patrón esbozado por Moya Corral sobre la distribución de las variantes según el entorno fónico (desdobladas y redundantes frente a alveolares) se cumple prácticamente siempre.

La distribución geográfica del fenómeno tendría, según la propuesta de Lope Blanch, un centro muy claro: la zona interior del extremo nororiental del estado de Yucatán, en torno a la ciudad de Tizimín (60%). A partir de ese punto podría trazarse una gradación que, en el estado de Yucatán, mostraría un porcentaje de en torno al 40%. En Quintana Roo se localizarían zonas que mantendrían esa cifra; aunque en otras, sería más baja. En Campeche, el porcentaje de despalatalizaciones sería claramente menor. Según esta distribución, podría afirmarse que el porcentaje de despalatalizaciones es mayor donde hay más hablantes de maya (Yucatán, 28%) y menor donde hay menos: Campeche (10%). Quintana Roo, con un 13% de hablantes mayas, presentaría –igualmente– un porcentaje de despalatalización intermedio entre los de los otros dos estados de la Península (Mapa 1)


Mapa 1
Distribución geográfica de la despalatalización de /ɲ/ en la península de Yucatán

Con todos estos datos, podría concluirse que:

  1. 1. La despalatalización de /ɲ/ es un fenómeno real de variación y cambio fonológico que afecta al español hablado en la península de Yucatán. La diferencia en los porcentajes de incidencia entre el estudio más antiguo y el más moderno podría evidenciar, bien el ocaso de la variación, bien más motivación léxica que fonológica, o podría deberse –simplemente– a diferencias metodológicas entre estudios.
  2. 2. La pérdida del carácter adherente de /ɲ/ se produciría con mayor virulencia en el estado de Yucatán, seguido por el de Quintana Roo y con mucha menor incidencia en el de Campeche. Estos datos están en consonancia con el porcentaje de hablantes de maya, aunque estudios como el de Alvar (1969) atestiguan que también incurren en despalatalizaciones hablantes que desconocen esa lengua indígena.
  3. 3. La estructura acentual que incentiva el cambio, claramente, es la posición postónica. En este punto, la realidad yucateca difiere de las del resto del mundo hispánico, pues todos los trabajos sobre datos reales (Moreno Fernández 1988; Moya Corral 1993) señalan a la posición tónica como la más productiva; Peña Arce (en prensa) también defien de la tonicidad como acicate para la despalatalización.

    Sobre el contexto fónico, los datos yucatecos –en consonancia con otros estudios– no muestran conclusiones definitivas: Moya Corral (1993) señala la secuencia /ɲ + i o semiconsonante/ como la más proclive; por otro lado, Peña Arce (en prensa) se decan ta por el entorno /ɲ + o/. En el caso de los estudios yucatecos, Alvar(1969) premia el contexto /ɲ + a/, y Lope Blanch (1990) y Alvar (2010), la secuencia /ɲ + o/.

  4. 4. Respecto a las causas, podría afirmarse que esta variación se debe tanto a factores externos (adstrato maya) –que podría justificar la diferencia respecto a la estructura acentual con el resto de casos en el mundo hispánico–, como a factores internos (inestabilidad del orden palatal español, focalizado en los fonemas adherentes –/ɲ/ y/ʎ/– que, en contextos de contacto de lenguas, pueden verse tanto reforzados como –y esta es la realidad yucateca– más erosionados).

Material suplementario
Referencias
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Rodríguez Cadena, Yolanda. 2008. Colombia. En Palacios Alcaine, Azucena (coord.), El español en América. Contactos lingüísticos en Hispanoamérica, 135–160. Barcelona: Ariel.
Sala, Marius. 1974. Un fenómeno dialectal español: ñ>n. Anuario de Letras 12. 189–196.
Suárez, Víctor. 1996 [1945]. El español que se habla en Yucatán. Mérida: Díaz Massa, Talleres de Impresión.
Vaquero de Ramírez, María. 1996. El español de América I: Pronunciación. Madrid: Arco/Libros.
Notas
Notas
* Quiero mostrar mi agradecimiento a la Dra. M. Pilar Nuño Álvarez, de la ucm, por su constante apoyo y ayuda desinteresada.
1 Moya Corral (1993) radica este proceso en la comarca de La Loma, en el centro de laprovincia, con capital en Úbeda.
2 Moreno Fernández (1988) estudia en este artículo la despalatalización en la localidad deQuintanar de la Orden (SE de la provincia de Toledo).
3 Peña Arce (en prensa) analiza este proceso en la provincia de Toledo, gracias a los datos suministrados por el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Castilla-La Mancha (alecman) (1988) ydetermina que es general en todo ese territorio
4 Región del centro-este de Colombia, también denominada Llanos Orientales, que abarcalos departamentos de Vichada, Meta, Arauca y Casanare.
5 Rodríguez Cadena (2008) recoge la información aportada por Reinoso Galindo (1999).Según este investigador la despalatalización de la nasal es característica del sistema fonético-fonológicodel español en contacto con el piapoco y el sikuami, lenguas que no poseen el fonema/ɲ/.
6 Según Sala (1974: 190) el proceso en el litoral argentino “no es tan marcado” como en Yucatán. La ngle (Fon) (2011: §6.7l) señala que, para Buenos Aires, este cambio es característicoen los hablantes con escasa instrucción
7 De hecho, la filiación entre ambos procesos de desfonologización –yeísmo y despalatalización–es clara.
8 Los porcentajes de hablantes de maya en estos estados son los siguientes: Yucatán (28%),Quintana Roo (13%) y Campeche (10%).
9 No obstante, la mayor parte de las conclusiones a las que llegó este arabista fueron cuestionadasy descartadas por la investigación posterior (Alvar 1969: 159).
10 Fontanella de Weinberg (1993: 215) alerta sobre el limitado rigor de los datos aportadospor Suárez, a quien califica de “inquieto aficionado” carente de formación especializada
11 Las respuestas fueron unia, maniana, Espania y monio.
12 En este Atlas se incluyen tanto mapas sintéticos como analíticos. Los mapas sintéticosson producto de una reconstrucción posterior, realizada a partir de las grabaciones magnetofónicasrecogidas en cada pueblo o ciudad. Por cada una de las localidades de estos mapas,se presenta –mediante filas y columnas– los alófonos consignados, seguidos por una letra (g,general –100%–; f frecuente –80%–; m, medio –50%–; r, poco –20%–; e, escaso –5%–) queindica el porcentaje de frecuencia –esta letra puede ir ponderada por los símbolos (+ ó -). Elgran defecto de este sistema, por lo menos para esta investigación, es que nada se puede sabersobre el contexto fónico. Para saber más sobre este tipo de mapas consúltese la introducciónde esta obra (p.16).
13 La articulación estándar puede presentar variantes respecto a su apertura o adelantamiento.
14 En el mencionado mapa del alméx no se atestiguan soluciones desdobladas en Campeche.
15 Se presenta a continuación la clasificación de las palabras empleadas del alméx según suestructura acentual y contexto fónico:




16 Como se recordará, el total de informantes era de 34. En este caso, y en todos lossiguientes, no se recoge la respuesta dada por el cuarto informante de Tizimín (Yucatán)
17 Además del mencionado informante de Tizimín, tampoco hay respuesta de uno de losinformantes de Valladolid, Chetumal, Felipe Carrillo Puerto y Champotón.
18 En este caso no hay respuesta ni del cuarto informante de Tizimín, ni de uno de los de Valladolid.
19 Para la palabra moño falta la mencionada respuesta de Tizimín más otra en Mérida, dos en Chetumal, otras dos en Felipe Carrillo Puerto y otra más en Campeche.
20 En el caso de niño se documenta en Campeche una curiosa realización: [ ɲ.n], no recogidapor Moya Corral (1993).
21 Las respuestas fueron un ninio y dos ninios.
Tabla 1
Despalatalización según tonicidad en Alvar (1969)

Tabla 2
Porcentaje de despalatalizaciones en localidades del estado de Yucatán

Tabla 3.
Porcentaje de despalatalizaciones en localidades del estado de Quintana Roo

Tabla 4
Porcentaje de despalatalizaciones en localidades del estado de Campeche14

Tabla 5.
Despalatalización según tonicidad en Lope Blanch (1990)

Tabla 6
Despalatalización según contexto fónico en Lope Blanch (1990)


Mapa 1
Distribución geográfica de la despalatalización de /ɲ/ en la península de Yucatán



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