Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Descargas
HTML
ePub
PDF
Buscar
Fuente


Actividades fisicodeportivas en el CRAE “Lo Carrilet”
Physical-sports Activities in “Lo Carrilet” Residential Centre for Educational Action
Apunts Educación Física y Deportes, vol. 33, núm. 128, pp. 64-77, 2017
Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya

Pedagogía deportiva


Recepción: 06/11/2015

Aprobación: 23/08/2016

DOI: https://doi.org/10.5672/apunts.2014-0983.es.(2017/2).128.04

Resumen: En esta investigación se analiza la práctica física y deportiva de los niños y adolescentes que viven en un CRAE (centro residencial de acción educativa) con el objetivo de presentar los beneficios y mejoras que esta genera a los chicos y chicas. A lo largo de la investigación se obtienen evidencias que demuestran que la práctica física ofrece una mejora en su calidad de vida, pero, al mismo tiempo, se detectan los puntos más débiles del proceso deportivo: la elección de la actividad, la metodología utilizada, el exceso de competitividad, la ausencia de seguimiento de la evolución del niño o adolescente, etc. La finalidad del estudio es responder a las cuestiones siguientes: ¿cómo se vive la educación física y el deporte en un centro de acogida? ¿Qué papel juega? ¿Cómo la ven los niños y adolescentes? ¿Puede la educación física ayudar a mejorar la conducta de los niños y adolescentes que viven en estos centros? ¿Puede la educación física ayudar a su socialización? En el estudio participan los niños y adolescentes del centro (n = 23), los tutores (n = 8) y los entrenadores y monitores (n = 15) de las actividades deportivas extraescolares en las que toman parte. Los datos se recogen mediante cuestionarios y entrevistas cara a cara. Los resultados de la investigación son compartidos con el CRAE para iniciar nuevas líneas de actuación y crear un protocolo para seleccionar la actividad deportiva teniendo en cuenta las características del niño, de la actividad, del entrenador y del entorno donde se practica.

Palabras clave: actividades fisicodeportivas, CRAE, tiempo libre, niños, tutores, entrenadores.

Abstract: This research analyses physical and sports activity among children and adolescents living in an RCEA (residential centre for educational action) with the objective of presenting the benefits and improvements this activity brings them. The research provides evidence that physical activity leads to improvements in their quality of life, yet at the same time it detects the weaker points in the sports process, including the choice of activity, the methodology, excessive competitiveness, and the failure to track the children’s or adolescents’ development. The purpose of this study is to answer the following questions: How are physical education and sports experienced in a foster care centre? What role do they play? How do the children and adolescents view them? Can physical education help improve the behaviour of the children and adolescents living in these centres? Can physical education help in their socialisation? The children and adolescents from the centre (n=23), the guardians (n=8) and the coaches and instructors of the extracurricular sports activity in which the children and adolescents take part (n=15) participated in this study. The data were collected via questionnaires and face-to-face interviews. The results of the study are shared with the RCEA in order to launch new avenues of action and create a protocol for choosing sports activities bearing in mind the characteristics of the child, the activity, the coach and the place where it is played.

Keywords: physical-sports activities, RCEA, free time, children, guardians, coaches.

El CRAE “Lo Carrilet” es un centro vertical que acoge niños y adolescentes de 3 a 18 años en situación de desamparo y tutelados por la DGAIA. El objetivo del mismo es ofrecerles un hogar en el cual puedan vivir y desarrollar su proyecto personal. El centro está situado en Tortosa (El Baix Ebre) y da respuesta a la necesidad de plazas residenciales de la provincia de Tarragona y especialmente a Les Terres de l’Ebre. (Reglamento de régimen interno del CRAE “Lo Carrilet”, 2010).

Introducción

Muchos niños y adolescentes, tanto si viven en un CRAE (centro residencial de acción educativa), como si lo hacen en su núcleo familiar, participan y disfrutan, en su tiempo de ocio, de actividades diversas (idiomas, música, artes, deportes, cocina, salidas...); es lo que conocemos por educación no formal.1

En Cataluña hay casi un centenar de CRAE,2 con más de 1800 plazas para atender los niños y adolescentes que lo necesitan (Quiroga, 2009).

El CRAE es aquella institución que recibe y acepta un encargo social para efectuar de forma temporal la suplencia de la familia como institución educativa fundamental, en sus funciones básicas dirigidas a un niño y/o adolescente que, por circunstancias diversas, se encuentra en situación de abandono, maltrato, desatención o en riesgo grave de estarlo (Torralba, 2006, p. 16).

La práctica deportiva extraescolar es una herramienta educativa que nos permite formar a los jóvenes y niños en valores y actitudes. El juego limpio, el compañerismo, el sentimiento de pertenencia a un grupo, el esfuerzo y el respeto son valores que están constantemente presentes. Desde el CRAE, son conscientes de la potencialidad de la actividad física y esta juega un papel protagonista en la vida cotidiana del centro (Costa, 2009; Fundación Plataforma Educativa, 2008, 2010; CRAE “Lo Carrilet”, 2012).

Se han publicado numerosos estudios relacionados con los ámbitos fisiológico, psicológico, emocional y social que demuestran la importancia de la actividad física en determinados colectivos y las mejoras o cambios que esta suscita en el estilo de vida de los practicantes (Balibrea, Santos, & Lerma, 2002; Cagigal, 1979; Domínguez, 1998; Gómez, 2009a, 2009b; Lawton & Reema, 2010; Márquez, 1995; Moncusí & Llopis, 2008; Serra-Grima, 1997, 2000; entre otros).

El deporte es una buena herramienta para la integración social, pero no es capaz por sí mismo de generar cambios. Destacan los estudios de Catalano, Berglund, Ryan, Lonczak y Hawkins (2004), Jiménez y Durán (2005), Moncusí y Llopis (2008) y Wright y Kallusky (2009). Consideramos que la metodología utilizada, los recursos humanos y materiales aportados, el carácter de la actividad y la filosofía deportiva serán los elementos que ayudarán a convertir el deporte en un instrumento educativo. Como factores positivos destacamos la atracción que genera el deporte en los niños y adolescentes, cuya práctica requerirá, entre otros condicionantes, la incorporación de normas internas, la resolución de conflictos, la comunicación entre iguales y el establecimiento de vínculos sociales y emocionales.

Diseño de la investigación

El estudio forma parte de una investigación cualitativa descriptiva, siendo concretamente un estudio de caso de un grupo o institución social (CRAE “Lo Carrilet”) y se plantea los objetivos siguientes:

  • Conocer el tratamiento de la educación física y el deporte en el CRAE “Lo Carrilet” de Tortosa (El Baix Ebre).

  • Analizar las opiniones y las propuestas de los educadores del CRAE con respecto a la práctica física en general y con los niños y adolescentes tutorizados en particular.

  • Analizar el motivo de los niños y adolescentes para realizar o no deporte y los beneficios que obtienen con su práctica.

  • Conocer la actitud, la conducta y las relaciones sociales de los niños y adolescentes del CRAE que realizan actividad física.

  • Identificar el rol del monitor o entrenador y su visión de la educación física y el deporte con respecto a los niños y adolescentes del CRAE.

Muestra e instrumentos

La muestra está formada por 23 niños y adolescentes, 8 tutores y 15 monitores y entrenadores. Se trabaja con la población de este CRAE porque hay niños y adolescentes de ambos sexos, de edades comprendidas entre los 3 y los 18 años y con un periodo de estancia en el centro superior a los 6 meses.

Con respecto a los instrumentos de evaluación empleados, se utilizan unos cuestionarios de preguntas cerradas y abiertas.3 Es una investigación que pretende mostrar la realidad de un CRAE del territorio en un periodo determinado. Esta vertiente cualitativa nos permite conocer de primera mano la visión de los diferentes agentes implicados en el proceso y profundizar en aspectos concretos.

Procedimiento

Para el tratamiento de los datos obtenidos mediante los cuestionarios efectuados a los tutores del CRAE y a los entrenadores y monitores hemos seguido estos pasos: a) codificación de las respuestas, creación de una matriz y vaciado de las encuestas; b) introducción de todos los datos obtenidos en hojas de cálculo; c) utilización de un software estadístico SPSS (Statistical Product and Service Solutions) versión 14.0 para Windows para hacer el recuento de las respuestas y los cálculos estadísticos, y d) elaboración de gráficos de variables y triangulación de los datos obtenidos mediante los diferentes instrumentos.

Resultados. Análisis de la muestra

Una vez recogida la información mediante los diferentes instrumentos, pasamos a analizarla con detalle con el fin de dar respuesta a los objetivos de la investigación.

El 65.2% de la población del CRAE son chicos y el 34.8% son chicas, de edades comprendidas entre los 4 y los 17 años. La media de edad se sitúa en los 11.9 años. Hay ocho tutores cuya tarea consiste en efectuar el seguimiento del niño a nivel escolar y extraescolar, gestionar las cuestiones de dentro del centro, supervisar y coordinar la relación y/o las visitas con la familia y los aspectos médicos. Los monitores y entrenadores (n = 15) de las entidades deportivas de Tortosa y pueblos de los alrededores también han sido motivo de análisis. Hay el doble de entrenadores de sexo masculino que femenino con una experiencia entre los 4 y los 28 años.

Con respecto a la práctica deportiva en el centro, obtenemos que el 65.2% de los individuos hace deporte fuera del horario escolar, ante el 34.8% que no lo hace. De las chicas que hay en el centro, el 75% hace deporte; de los chicos, el 60%. Entre los que no practican deporte, el 25% tiene muy claro que no desea practicarlo, es una decisión propia; el 50% no lo hace porque ha llegado al CRAE cuando el curso escolar ya estaba muy avanzado y el 25% restante tiene problemas para encontrar una actividad que se adapte a sus características, ya sea debido a la edad o a la atención específica que requiere.

Que realicen deporte o actividad física no siempre significa que los usuarios lo hayan decidido así. Los resultados demuestran que el 80% de los que hacen lo decidieron y el 20% restante no, pero los tutores lo creyeron necesario; solo en un 60% de los casos han elegido el deporte que querían realizar esta temporada. El 46.7% de los sujetos practica el fútbol. El 53.3% restante está bastante más repartido. De este grupo hay tres actividades con el mismo nivel de participación (13.3%): la natación, la gimnasia rítmica y la danza. En porcentajes más pequeños aparecen las artes marciales y el remo. Si clasificamos los deportes en individuales o colectivos, tenemos el 53.3% de los niños y adolescentes que practica deportes individuales y el 46.7% que practica colectivos. El fútbol es el único deporte de equipo y solo lo practican chicos. En cambio, en los deportes individuales, un 25% son chicos y un 75% chicas. Debemos ofrecer deportes colectivos también a las chicas, así como potenciar otros de equipo aparte del fútbol.

El número de personas que participan en la actividad nos ha parecido otro factor a tener en cuenta. Entre los 11 y 20 chicos por sesión hay representados el 75% de los casos y un 13% lo hacen en actividades con más de 20 participantes. Si bien es cierto que algunos entrenadores, especialmente los de fútbol, cuentan con un segundo entrenador, consideramos que sería bueno plantearse la idea de analizar en investigaciones futuras y con una muestra más amplia, si este hecho puede afectar de alguna manera la conducta, aprendizaje y relaciones sociales de los alumnos.

Con respecto a la frecuencia de práctica obtenemos un 40% que participa dos días por semana y un 46,7% que lo hace tres (dos días entrenamiento y uno de competición). El 60% de los niños y adolescentes compiten habitualmente.

Análisis de la actividad física, la conducta y las relaciones sociales según los tutores

Se pregunta a los tutores si los chicos han mejorado el comportamiento, las relaciones sociales, la salud física y mental y el control de impulsos en el centro, gracias, entre otros, a la práctica física. (Figura 1)


Figura 1
¿La práctica física ha ayudado al chico/a a mejorar en diferentes aspectos?

El 53.3% opina que los sujetos han mejorado poco su comportamiento en el centro, el 40% que lo han hecho bastante y el 6.7% restante, mucho. En cuanto a las relaciones sociales el 66.7% lo han hecho bastante y el 13.3% mucho. El 46.7% de los tutores considera que han mejorado bastante su salud física. Cuando preguntamos por la salud mental, hay casi siete de cada diez niños que no han obtenido mejoras significativas en esta vertiente. Finalmente, y analizando el control de impulsos, observamos que el 73.3% ha mejorado poco.

Se ha realizado también el análisis de estas variables relacionándolas con el deporte o actividad practicada. (Tabla 1)

Tabla 1
Relación entre el deporte practicado y diversos aspectos de la conducta

La rítmica y el remo son considerados los deportes más apropiados para mejorar el comportamiento. Se trata de dos actividades individuales, muy técnicas y que requieren una gran precisión de movimientos y manejo de objetos. El fútbol es considerado como el deporte, de los mencionados, donde más mejoran las relaciones sociales (85.7% entre bastante y mucho); seguido de la natación, el remo y la rítmica con el mismo porcentaje. La danza queda relegada a los lugares de la cola, ya que el 50% de los niños ha mejorado poco sus amistades con esta actividad. Con respecto a la salud física, la rítmica muestra valores bastante diferenciados, el 50% se mueve en el poco y el otro 50% en el mucho. Los valores expresados en la natación son positivos, la totalidad se encuentra en la casilla de bastante. El fútbol ha adquirido protagonismo en esta dimensión y un porcentaje superior al 70% considera que los niños han mejorado bastante. Finalmente, tenemos el remo, donde el 100% se sitúa en mucho. En este caso se observa que aquellos deportes que generan más gasto energético, es decir, más exigencia física (remo, fútbol y natación) son los que han contribuido más a tener una mejor salud. Los tutores del centro consideran que en ningún caso el deporte ha ayudado mucho a tener una mejor salud mental.4 Solo los niños y adolescentes que hacen rítmica han obtenido una mejora en su salud mental (100% al nivel de bastante), seguidos de la natación y la danza. Las artes marciales, la natación y el fútbol nos resultan poco útiles para el control de impulsos. La rítmica y la danza se mueven equitativamente entre el poco y el bastante y el remo se sitúa en primera posición.

Análisis de la actividad física, la conducta y las relaciones sociales según los monitores y entrenadores

Mediante los cuestionarios formulamos a los entrenadores unas preguntas que nos permiten conocer la situación motriz del niño o adolescente en el terreno de juego. (Figura 2)


Figura 2
La educación física y el deporte

La aceptación de uno mismo y de los otros es uno de los objetivos más buscados en la educación física y obtiene más relevancia todavía en la etapa adolescente. De acuerdo con los datos obtenidos, el 60% acepta y valora poco o nada su propio cuerpo. Estos porcentajes nos conducen a pensar en la necesidad de realizar actividades específicas para mejorar esta percepción corporal.

Los dos aspectos siguientes presentan valores muy parecidos, ya que su relación es visible, aunque no siempre es de causa-efecto. El 46.7% (bastante) y el 6.7% (mucho) conocen los beneficios de la educación física y el deporte sobre la salud, ante un 40% que los conoce poco. Los datos se invierten cuando hablamos de la valoración que se hace de esta práctica para ganar calidad de vida. Por lo tanto, uno de cada dos niños o adolescentes no conoce las repercusiones que la actividad física tiene sobre el propio cuerpo. Probablemente, unas sesiones donde se ponga de manifiesto la importancia del deporte a nivel fisiológico permitirá a los participantes entender mejor lo que hacen en el terreno de juego y para qué les sirve e, incluso, puede facilitar que otros niños del centro, que no realizan práctica física, la encuentren útil y se enganchen.

Con respecto a la capacidad de resolución de problemas motores y el control en la ejecución, obtenemos en la primera un 66.7% (bastante), junto con un 6.7% mucho. Esta resolución, sin embargo, no implica un control de la acción, ya que el 40% de los encuestados expresan que tienen poco control motriz.

Si tenemos presente que los tutores habían manifestado que el 73.3% de los sujetos tienen poco control de sus impulsos y los monitores y entrenadores creen que el 40% tiene un mínimo control de sus acciones motrices, llegamos a la necesidad de ofrecer instrumentos a los niños para mejorar en estos aspectos. Por lo tanto, desde el centro se tendría que potenciar esta dimensión y trabajar en dicha dirección, ofreciendo a los sujetos pautas de relajación, de control mental y de visualización de acciones, con el fin de facilitarles su expresión motriz en un espacio y tiempos determinados.

En relación con la participación del sujeto en la actividad, un 86.6% de los niños y adolescentes toman parte activamente en las sesiones deportivas, de los cuales un 73.3% bastante y un 13.3% mucho. También nos hemos planteado si los sujetos del centro tienen un nivel de autoexigencia adecuado al que requiere la tarea solicitada. Un 6.7% confirma que nada, un 40% poco y un 53.3% bastante. Finalmente, con respecto a la expresión de las emociones y sus sentimientos, los entrenadores consideran que el 60% expresa bastante sus emociones mediante su cuerpo, en comparación con un 20% que dice poco y otro 20%, nada.

Se formulan preguntas también sobre los problemas de conducta de los niños y adolescentes. Los resultados muestran que el 20% no tiene y el 60% pocos, lo que representa que cuatro de cada cinco niños o adolescentes tiene una buena conducta en el entrenamiento o en las sesiones deportivas. También son preguntados por la capacidad de los jugadores de modificar la conducta en caso de que no sea adecuado y un 66.7% considera que lo hacen bastante. Así pues, un elevado porcentaje es capaz de modificar su actuación ante una situación concreta, ya sea por voluntad propia o por indicación del monitor/entrenador o los compañeros de juego.

Siguiendo con el análisis, reflexionamos sobre la satisfacción que tienen los niños y adolescentes con la práctica que llevan a cabo. La primera pregunta de este bloque (disfruta de la práctica física en colectividad) obtiene un 13.3% en mucho y un 53.3% en bastante. Tres de cada diez niños no disfrutan haciendo esta actividad. Las causas por las que no lo hacen pueden ser diversas (el propio deporte, las actividades propuestas, los compañeros que participan o el carácter del niño), pero creemos que es trabajo del entrenador analizar el motivo y comunicarlo a los tutores del centro y tomar las medidas oportunas, una vez se haya hablado con el usuario.

En relación con la participación activa del sujeto en las sesiones deportivas, un 53.3% afirma que participa poco, el 26.7% bastante y el 20% restante mucho. Más de la mitad, bajo la perspectiva de los entrenadores, participan poco en las sesiones. Analizando los deportes de los que provienen estos niños con baja participación en las sesiones, observamos que se trata de jugadores de fútbol y de practicantes de artes marciales. Excepto dos niños, el resto de futbolistas tienen poca participación, en parte también debido al alto número de integrantes del equipo, entre 14 y 19.

Como podemos observar en la figura 3, el 53.3% dice tener poca confianza (bajo el criterio de los monitores y entrenadores) en las posibilidades propias, un 40% bastante y el resto, mucha. Por una parte, entendemos que casi la mitad de los sujetos tienen confianza en ellos mismos, señal de autoestima personal. Pero por otra parte, hay un grueso importante de alumnos que confían poco en ellos mismos. Esta desconfianza que muestran los sujetos está relacionada con la poca aceptación y valoración del propio cuerpo. Por lo tanto, se hace patente la necesidad de trabajar las competencias relacionadas con la seguridad de uno mismo, la aceptación y la autoestima, es decir, un trabajo interno.


Figura 3
Aspectos relacionados con el espíritu de superación

El esfuerzo y el afán de mejora personal están íntimamente ligados con la confianza que uno tiene. Al preguntar si el niño se esfuerza, hay un claro desequilibrio: 66.7% poco, 26.7% bastante y 6.6% mucho, que todavía es más amplio si preguntamos por el afán de mejora: 73.3% nada y poco, y 20% bastante.

Aunque hoy en día se acepta que vivimos en una sociedad con poca cultura del esfuerzo, es impensable dejar pasar este casi 70%. Si entendemos la actividad física y el deporte como una actividad donde pasar un buen rato, hacer amistades, acceder a un mundo normalizado, etc., podemos pensar que el esfuerzo y la mejora no deben preocuparnos mucho en estos momentos. No obstante, estos son unos valores que se tendrían que adquirir como personas, y mediante las actividades de ocio se pueden alcanzar.

La última parte del cuestionario efectuado en los monitores y entrenadores está encaminada a analizar las relaciones sociales que establece el niño o adolescente del centro entre iguales y con respecto al guía de la actividad. (Figura 4)


Figura 4
Relaciones sociales

Que los niños y adolescentes establezcan relaciones sociales y se muevan en un entorno normalizado son dos de los principales objetivos del centro. La primera cuestión planteada es si el alumno coopera sin discriminar, es decir, queremos saber si el alumno es capaz de tomar parte en una actividad sin dar un trato de inferioridad a otros miembros. Los resultados hablan por si solos, el 20% es capaz de hacerlo mucho, el 46.7% bastante y el 33.3% restante, poco. En general (casi el 70%) coopera con los compañeros de la sesión, sin tener en cuenta su raza, sexo, religión o capacidad. En algunos casos los niños y adolescentes aprovechan su superioridad en la actividad que están realizando para dejar fuera algunos compañeros; de alguna manera ellos utilizan este ámbito para liberarse de la tensión que les supone a menudo ser los discriminados por vivir en el centro.

El 46.7% de los niños es poco capaz de trabajar en equipo. Son niños que han aprendido a sobrevivir en situaciones difíciles y que muchas veces se han encontrado solos y han seguido un camino de esfuerzo individual. Colaborar con los compañeros para conseguir un mismo objetivo todavía les supone un reto. El deporte y la actividad física en general son instrumentos educativos realmente útiles en este sentido ya que el trabajo en equipo es imprescindible para alcanzar las victorias o las mejoras, tanto si se trata de un deporte colectivo como de uno individual. Por lo tanto, mediante el juego los niños aprenderán esta metodología de trabajo.

Trabajando con los niños y adolescentes del CRAE, nos damos cuenta de que resolver los conflictos, que surgen entre los compañeros o los adultos, mediante las palabras es difícil. Acostumbran a ser niños con mucha energía y les cuesta serenarse para reflexionar sobre lo que acaba de pasar. Así lo demuestran los datos: el 66.7% es poco capaz de hacerlo, en comparación con el 33.3% que lo hace bastante. En este caso se trata de ofrecer a los sujetos medidas de autocontrol para facilitarles mejorar su comportamiento. El aprendizaje de estas estrategias les permitirá regular sus reacciones en momentos de nervios o rabia y les facilitará el establecimiento de las relaciones sociales. Relacionado de una manera directa con este hecho, nos encontramos con la cuestión de la tolerancia. Entendemos por tolerar el hecho de soportar ciertas acciones, actitudes u opiniones que en algunas ocasiones no son aprobadas. En este caso, observamos que los jóvenes no son nada tolerantes en un 6.7% y poco en un 46.7%; lo que representa más de la mitad de los sujetos. En cambio, hay un 20% que es muy tolerante y un 26.7% que lo es bastante. No hay ninguna relación directa entre el hecho de ser tolerante con el deporte que se practica, ni con la edad ni el sexo.

Los mismos sujetos estudiados no se valoran bien. Un 66.7% valora poco sus capacidades personales con respecto a las relaciones sociales. El 60% acepta bastante las diferencias individuales. La situación cambia un poco cuando entra en juego la figura del entrenador. Aceptar los comentarios, sugerencias y correcciones de otra persona es una realidad que les cuesta (13.3% mucho; 40% bastante; 40% poco y 6.7% nada). De todos modos, se observa un aumento de niños y adolescentes que respetan al monitor o al entrenador (20% mucho, 53.3% bastante).

Finalizado este análisis, se llega a la conclusión de que las habilidades sociales se trabajan poco en el terreno de juego y que se priorizan los avances físicos, técnicos o tácticos antes que el personal. La realidad es esta, pero no podemos olvidar que estamos tratando con niños y adolescentes que se encuentran en una fase de aprendizaje y en ningún caso forman parte de un equipo de alto rendimiento. Por lo tanto, invitamos a los monitores y entrenadores a llevar a cabo una introspección en su tarea y su metodología, así como a estudiar un planteamiento apropiado sobre los objetivos a alcanzar.

Discusión y conclusiones

El centro residencial “Lo Carrilet” apuesta claramente por la actividad física y el deporte. Forma parte del proyecto educativo de centro y bajo el punto de vista de los profesionales que trabajan en este, el ejercicio físico ha contribuido a mejorar el desarrollo integral de los niños y adolescentes. La educación física y el deporte no educan por sí mismos, sin embargo tienen unas características propias que los convierten en herramienta educativa. El uso que se haga, la metodología que se utilice, los profesionales que la lleven a cabo y las actividades que se realicen son los elementos que le dan potencialidad formativa. En general, la educación física es vista como un instrumento útil para la educación de los niños y adolescentes en sus vertientes más diversas (comportamiento, conducta, crecimiento personal, nivel fisiológico y relaciones sociales).

Es por este motivo que desde el centro se trabaja en el sentido que la actividad física esté presente en la vida cotidiana de los usuarios y se mantenga en el tiempo. A pesar del alto número de practicantes, la centralización de la actividad es evidente y el fútbol se convierte en el deporte más solicitado, acompañado solamente con cinco actividades deportivas más, aunque se ofrezcan más de quince de distintas en la ciudad. En las actividades el número de participantes es elevado, lo que facilita el establecimiento de relaciones sociales, pero al mismo tiempo al tratarse de muchos usuarios el seguimiento de los aprendizajes y la evaluación del progreso por parte de los entrenadores es difícil y nos lleva al planteamiento de si realmente estos llegan a establecer una relación profunda con los integrantes de la actividad física.

Aunque se han observado mejoras en la conducta, donde los porcentajes han sido más altos es en las relaciones sociales, la salud física y la autoestima. Asimismo, somos conscientes de que la actividad física es solo uno de los elementos que favorecen estos cambios (adaptación al centro, nueva escuela o alejamiento del foco del problema). Por lo tanto, considerando que la práctica física es una vía para adquirir hábitos de conducta y actitudes, pensamos que esta dimensión debe mejorarse.

Los entrenadores manifiestan que los niños tienen pocos problemas de conducta, pero que presentan unos niveles bajos de aceptación y autoestima personal, de lo que se deduce que los niños y adolescentes tienen una actitud diferente fuera del centro. Es decir, salir del CRAE, relacionarse con otros compañeros y adultos les hace madurar y mostrarse más de acuerdo con lo que se pide, aunque, en algunos casos, les cuesta aceptar quiénes son, sus circunstancias y las diferencias personales, es cuando los entrenadores manifiestan que en general aceptan poco su cuerpo y confían poco en sus posibilidades. Al volver al centro, la situación cambia ya que todos viven una realidad parecida y creen que no necesitan justificar sus cambios de humor, de conducta o de enfado.

Para terminar, afirmamos que a lo largo de la investigación aparecen elementos que demuestran que la práctica física ofrece una mejora en la calidad de vida de estos niños y adolescentes. El objetivo principal debería ser conseguir que estos niños integren la actividad física en su vida diaria y la utilicen como herramienta para mejorar en diversos aspectos personales y sociales.

Referencias

Balibrea, E., Santos, A., & Lerma, I. (2002). Actividad física, deporte e inserción social: un estudio exploratorio sobre los jóvenes en barrios desfavorecidos. Apunts. Educación Física y Deportes (69), 106-111.

Cagigal, J. M. (1975). El deporte en la sociedad actual. Madrid: Prensa Española y Magisterio Español. Colección RTVE.

Catalano, R., Berglund, M., Ryan, J., Lonczak, S., & Hawkins, D. (2004). Positive Youth Development in the United States: Research Findings on Evaluations of positive Youth Development Programs. The Annals of American Academy of Politicaland Social Science (591), 98-124. doi: 10.1177/0002716203260102

Costa, S. (2009). La diversitat cultural en els centres residencials d’acció educativa. Revista Catalana de Pedagogia (6), 279-295.

CRAE “El Carrilet”. (2010). Reglament de Règim Intern (documento no publicado).

CRAE “El Carrilet”. (2012). Projecte Educatiu de Centre (documento no publicado).

Domínguez, F. (1998). L’oferta dels clubs i de les federacions esportives per la població en edat escolar. Barcelona: Projecte Educatiu de Ciutat.

Fundació Plataforma Educativa. (2008). Un model d’intervenció educativa. Girona: Gràfiques Alzamora.

Fundació Plataforma Educativa. (2010). Factors d’èxit dels infants atesos en CRAE. Girona: Gràfiques Alzamora.

Generalidad de Cataluña (DOGC núm. 1542, de 17.1.1992). Ley 37/1991, de 30 de diciembre, sobre medidas de protección de los menores desamparados y de la adopción) Departamento de Acción Social y Ciudadanía.

Gómez, C. (2009a). Esport, intervenció educativa i exclusió social. Un estudi de casos (Tesis doctoral, Universidad de Barcelona, Barcelona, España).

Gómez, C. (2009b). L’esport com a eina d’intervenció educativa per a infants en situació d’exclusió social. Barcelona: Fundació Ernest Lluch y Fundació Barcelona Olímpica.

Jiménez, P. J., & Durán, L. J. (2005). Actividad física y deporte en jóvenes en riesgo: educación en valores. Apunts. Educación Física y Deportes (80), 13-19.

Lawton, R., & Reema, S. (2010). Physical activity and adolescents: An exploratory randomized controlled trial investigating the influence of affective and instrumental text messages. British Journal of Health Psychology, 15(4), 825-840. doi: 10.1348/135910710X486889

Márquez, S. (1995). Beneficios psicológicos de la actividad física. Revista de Psicología, 48 (1-2), 185-206.

Moncusí, A., & Llopis, R. (2008). Más que todo, entre nosotros. Las ligas de integración de inmigrantes en Valencia. En L. Cantarero, F. Medina & R. Sánchez. Actualidad en el deporte: Investigación y aplicación (pp. 91-106). XI Congreso de Antropología: retosteóricos y nuevasprácticas. Donostia: Universidad del País Vasco.

Quiroga, À. (2009). La situació de la protecció a la infància en risc social a Catalunya. Trabajo elaborado por encargo del Síndic de Greuges de Catalunya.

Serra-Grima, J. R. (1997). Prescripción de ejercicio físico para la salud. Barcelona: Paidotribo.

Serra-Grima, J. R. (2000). Salud integral del deportista. Barcelona: Erola Springer.

Trilla, J. (1996) La pedagogía del ocio. Barcelona: Laertes.

Torralba, J. M. (2006). Els infants en els centres residencials d’acció educativa: protegits o estigmatitzats? Generalitat de Catalunya, Departament d’Acció Social i Ciutadania. Secretaria d’Infància i Adolescència.

Wright, P., & Kallusky, J. (2009). Intervenciones con jóvenes en situación de riesgo. Barcelona: INDE.

Notas

1 “La educación no formal se refiere al conjunto de instituciones, medios y ámbitos que, a pesar de no ser escolares, tienen como finalidad alcanzar objetivos educativos” (Trilla, 1996).
2 El CRAE es “aquel recurso específico creado para proteger la infancia desamparada que está en situación de riesgo social, es decir, a quien le faltan los elementos básicos para el desarrollo integral de su personalidad” (Ley 37/1991, de 30 de diciembre).
3 Hay diferentes modelos de instrumento según el agente a quien van dirigidos: tutor del CRAE, niño o adolescente y monitor o entrenador.
4 La relación entre deporte actual y salud mental es difícil de analizar ya que no disponemos de información suficiente del sujeto y puede no ser únicamente el deporte el condicionante de esta mejora.

Notas de autor

Correspondencia: Míriam Segura Meix (miriam.segur@urv.cat)

Información adicional

Conflicto de intereses: Ninguno.



Buscar:
Ir a la Página
IR
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R por