Resumen: Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal con el objetivo de caracterizar el comportamiento del cáncer cervicouterino en pacientes del Policlínico Universitario “Omar Ranedo Pubillones” en el año 2016. El universo estuvo constituido por 546 pacientes diagnosticados con cáncer y se seleccionó una muestra de 61 pacientes diagnosticadas con cáncer cervicouterino. Dentro de las variables estudiadas, se encuentran: edad, factores de riesgo, diagnóstico de la enfermedad, conocimiento de la prueba citológica. Los principales resultados fueron: prevaleció grupo etario comprendido entre 40 a 59 años, los factores de riesgo identificados fueron el hábito de fumar y la alta incidencia de infecciones de transmisión sexual. Se demostró que el mayor porcentaje de mujeres tenía conocimientos sobre la frecuencia de la realización de la prueba citológica.
Palabras clave:cáncer cervicouterinocáncer cervicouterino,factores de riesgofactores de riesgo,infecciones de transmisión sexualinfecciones de transmisión sexual.
Abstract: A descriptive, cross-sectional study was carried out to characterize the behavior of cervical cancer in patients from the University Polyclinic "Omar Ranedo Pubillones" in 2016. The universe consisted of 546 patients diagnosed with cancer and a sample of 61 patients diagnosed with cervical cancer. Among the studied variables were selected: age, risk factors, diagnosis of the disease, and knowledge of the cytological test. The main results were: age group prevailed between 40 and 59 years, the risk factors that were identified smoking and the high incidence of sexually transmitted infections. It was shown that the highest percentage of women had knowledge about the frequency of the cytological test.
Keywords: cervical cancer, risk factors, sexually transmitted infections.
Incidencia de cáncer cervicouterino en el Policlínico Universitario “Omar Ranedo Pubillones” de Guantánamo
Incidence of cervical cancer in the University Polyclinic "Omar Ranedo Pubillones" of Guantanamo

Recepción: 30 Junio 2017
Aprobación: 31 Julio 2017
El cáncer es uno de los fenómenos más complejos de la naturaleza y resulta desde el punto de vista médico una enfermedad muy difícil de abordar por la amplia multicausalidad que incide en su origen, la complejidad de sus mecanismos patogénicos y la variedad de formas y tipos de cáncer que pueden originarse en el ser humano, ocupa el segundo lugar como causa de muerte.1,2
Como parte de las políticas de salud del gobierno desde 1968, en Cuba existe un Programa Nacional de Diagnóstico Precoz del Cáncer Uterino, cuya prueba de pesquizaje es la prueba citológica. La citología orgánica es uno de los procedimientos de detección precoz del cáncer cervicouterino, es simple y de uso generalizado, que permite detectar la enfermedad en una etapa localizada, lo que mejora el pronóstico, aumentando los porcentajes de curación.3,4
El cáncer cervicouterino está dado por lesiones intraepiteliales de alto grado, alteraciones de la maduración y anomalías nucleares y se han subdividido en tres grados según su extensión y gravedad: I, II y III.5-7
La citología cervicovaginal es un método de ayuda diagnóstica para detectar lesiones escamosas intraepiteliales, así como carcinomas invasores; deberá complementarse con estudios de correlación como la colposcopía y toma de biopsia para aumentar la certeza diagnóstica.8
La lucha contra el cáncer constituye un problema fundamental de la medicina que ataña no sólo a los clínicos, investigadores y médicos generales, sino también a la población en general. El especialista de Medicina General Integral es el más indicado para hacer el diagnóstico precoz del cáncer. El amplio margen de acción que posee en la atención primaria y la posibilidad no solo de atender a la persona ya enferma, sino de ser el médico de la comunidad que se preocupa por la higiene del medio en que vive la población, su desarrollo y salud, condiciona que puede seguramente hallar y vigilar con más asiduidad la aparición de una lesión tumoral en sus mismos comienzos.9,10
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año se diagnostican 466 000 nuevos casos de cáncer cervicouterino y que mueren 231 000 mujeres por esta oncopatía; 80 % de ellas proceden de países en vías de desarrollo.9
En los países de América Latina y de la región del Caribe, las tasas de incidencia oscilan entre 30 y 40 %; y fallecen más de 300 mil mujeres por esta causa.9
En Cuba constituye la segunda causa de mortalidad general, reportándose en el año 2016 un total de 512 pacientes fallecidos por diferentes tipos de tumores, existiendo un incremento con respecto al año anterior que se reportaron 479 defunciones, en esta provincia ha existido una tendencia al incremento de este tipo de cáncer.11,12
Cuba implementó el Programa Nacional de Diagnóstico Precoz de esta enfermedad maligna con el objetivo de prevenir o determinar en un estadío temprano éstas tumoraciones y aplicar tratamientos efectivos.13
En la actualidad casi nadie discute la importancia de la citología cervicovaginal como medio de pesquisa del cáncer cervicouterino en grandes masas de población. La sencillez en su realización y su alta eficacia diagnóstica han estimulado la implementación de programas de diagnóstico precoz de este cáncer en numerosos países del mundo.14-16
Actualmente el cáncer cervicouterino constituye una de las afecciones más frecuentes y complejas que se presentan en miles de mujeres independientemente de la edad, motivo por el cual se realiza esta investigación con el objetivo de caracterizar el comportamiento de este tipo de cáncer en el área de salud.
Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal con el objetivo de caracterizar el comportamiento del cáncer cervicouterino en pacientes del Policlínico “Omar Ranedo Pubillones del municipio Guantánamo en el año 2016.
El universo quedó conformado por 546 pacientes diagnosticados con tumores, y la muestra por 61 pacientes con cáncer cervicouterino en el año 2016. No existió ninguna paciente excluida en la investigación.
La información se obtuvo del análisis y recolección de datos de las historias clínicas individuales, de la base de datos de cáncer, así como con los informes estadísticos del área, los datos recogidos se reflejaron en una ficha de vaciamiento.
Las principales variables a obtener con estos procedimientos fueron: edad, factores de riesgo, manifestaciones clínicas y frecuencia de realización del autoexamen de mama.
La Tabla 1 muestra la distribución de las pacientes con cáncer cervicouterino según grupo etario, se observó un predominio del grupo comprendido en las edades de 40-59 años, guardando relación en que en esta edad existe mayor riesgo de padecer la enfermedad y la poca percepción del riesgo existente en la población en general, la menor incidencia apareció en el grupo etario de 20-39 años.

La Tabla 2 muestra la distribución según los factores de riesgo, observando la mayor incidencia en el hábito de fumar representando el 21.3%, seguido de la alta incidencia de infecciones de transmisión sexual para un 16.4%.
La obtención de estos resultados está en relación con las escasas acciones de educación para la salud en relación al tabaquismo y la práctica del sexo desprotegido.

La Tabla 3 está relacionada con el diagnóstico de la enfermedad obteniendo que el 65.6 % de las pacientes fueron diagnosticadas precozmente lo que demuestra que la población femenina tiene conocimientos básicos sobre la importancia de la realización de la prueba citológica, aunque se considera que aún no son suficientes por lo que un 34.4% fue diagnosticada en una etapa avanzada.

La Tabla 4 refleja que el 33% de las señoras estudiadas tenía conocimiento de cómo era la frecuencia adecuada de la realización de la citología, existiendo desconocimiento del resto de las pacientes sobre la frecuencia de la prueba.

Hasta hace unos años el cáncer de cuello uterino representaba una de las mayores amenazas de muerte por cáncer en mujeres. Hoy en día, con el avance que ha tenido la medicina y la tecnología, las muertes por esta enfermedad han disminuido significativamente, aunque no deja de ser una amenaza sobre todo en la provincia Guantánamo.
Las investigaciones, la medicina y el avance de la tecnología han podido determinar síntomas claves que permiten detectar a tiempo esta enfermedad para darle un tratamiento oportuno.
Por esta razón, es muy importante que todas las mujeres se informen bien sobre las señales de esta enfermedad y consulten pronto al médico si consideran que están en riesgo, esto es gracias a la medicina preventiva y a la labor del médico y la enfermera de la familia que son los que le dan cumplimiento a esta importante labor.
La mayoría de los autores coinciden en que el grupo de edades más afectadas con esta patología es la comprendida entre 40-59 años, edad donde se mantiene una vida sexual activa en la mayoría de los casos sin protección.
En la actualidad, el hábito de fumar, es uno de los factores de riesgo para esta enfermedad, debido a la acumulación de la nicotina y su producto de degradación; la cotinina en las células de las glándulas productoras de moco, interfieren con el normal funcionamiento de esas células.
Los niveles de nicotina y cotinina en el cuello del útero juegan su papel agresor para el desarrollo de la enfermedad. Estudios realizados señalan la asociación entre el tabaquismo activo y el desarrollo del cáncer cervicouterino.
Un estudio realizado en la provincia de Camagüey por la Dra Maritza Martínez demostró que dentro de los factores de riesgo predominantes en el cáncer cervicouterino está el hábito de fumar datos que se corresponden con los resultados encontrados en este estudio.7,17
En el estudio predominaron las mujeres con conocimiento de la periodicidad adecuada para la realización de la citología, coincidiendo con otras investigaciones donde se evidencia además a pesar de la ardua labor del médico y enfermera de la familia poca percepción de la importancia del diagnóstico oportuno y precoz.4
Esto trae consigo que la mayoría de las pacientes fueran diagnosticadas en etapas tempranas de la enfermedad garantizando así una mejor calidad de vida.1
La edad que prevaleció fue el grupo comprendido entre 40-59. Los factores de riesgo de más importancia fueron el hábito de fumar y la alta incidencia de infecciones de transmisión sexual. Se demostró que el mayor porcentaje de mujeres tenía conocimientos sobre la frecuencia de la realización de la prueba citológica.



