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Librarnos del mal
Asamblea Jáchal No Se Toca
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Librarnos del mal
RevIISE - Revista de Ciencias Sociales y Humanas, vol. 10, núm. 10, pp. 321-322, 2017
Universidad Nacional de San Juan
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Relatos de Resistencia

Librarnos del mal

Asamblea Jáchal No Se Toca
RevIISE - Revista de Ciencias Sociales y Humanas, vol. 10, núm. 10, pp. 321-322, 2017
Universidad Nacional de San Juan
Librarnos del mal

El plan de los saqueadores es sistemático y ordenado, tratan de no dejar ni un solo cabo suelto para no tener tropiezos en su objetivo.

Primero atacan a las economías regionales de los lugares señalados, destruyendo toda actividad y conspirando cualquier posibilidad de sostenibilidad. El agro es su primera víctima, luego siguen la cultura y la educación.

Ellos, los saqueadores, estrangulan impiadosamente pueblos enteros para que la necesidad los haga vulnerables, para que el hambre los desespere.

Una vez logrado esto, aparecen sus cómplices regionales necesarios, a quienes podríamos definir como la profilaxis local del saqueo. Éstos son los que montados sobre atriles políticos se encargan de convencer a sus propios hermanos de que esa actividad vendrá a dar trabajo, y con las ganancias que generará se podrá hacer todo lo que el pueblo no puede, porque lo único que tiene son montañas. Otra parte de la “profilaxis local” se encargará de esgrimir certificados y títulos de “formados” que los autorizan a decir que sus conocimientos garantizan que todo estará “bajo control”.

A todo esto, la misma profilaxis local ya se habrá encargado de construir la trama interminable de leyes, decretos, acuerdos y compromisos para poner al Estado y todos sus recursos al servicio del saqueador.

Un territorio rico empobrecido, un pueblo vulnerable, una profilaxis local dispuesta y un saqueador atento son el cóctel perfecto...el juego perverso está en marcha.

Una vez que entraron se encargan de manipular la información, corromper opiniones, cooptar instituciones y dividir a la gente. Por eso, las voces contrarias son estigmatizadas y señaladas, incluso por los propios hermanos, como vagos, resentidos, locos, oportunistas, atrevidos, lieros, y lo peor de todo “ambientalistas” (vade retro ).

Es tan fuerte la manipulación que se ejerce, que logra transmutar en la sociedad algunos conceptos, por ejemplo:

  • Acción social pasa a ser cheque en oficina de una minera.

    Derrame contaminante pasa a ser incidente menor.

    Periodista pasa a ser vocero empresarial.

    Intendente pasa a ser marioneta.

    Gobernador pasa a ser subgerente.

    Presidente pasa a ser casi gerente.

Eso nos pasó en Jáchal, y nos sigue pasando, porque la fórmula sigue funcionando. Seguimos empobrecidos y vulnerables, tenemos profilaxis local, y saqueadores nunca faltan.Es tan efectiva la fórmula como la del agua con cianuro, separa, diluye, contamina, corrompe...y puede matar.

Y así fue siempre.

Porque desde los comienzos de la humanidad hay saqueadores, gente que por codicia arrasa con todo lo que sea necesario arrasar para conseguir lo único que le interesa, saquear. Y el oro es uno de los elementos más codiciados del mundo, y los saqueadores de oro están presentes en toda la historia de la humanidad, y en el presente también.

Obviamente, el saqueador no saquea en su territorio, saquea en otros pueblos. Entra en los pueblos a hacer lo que su naturaleza destructiva le indica, daño. Porque no le importa otra cosa que no sea el botín, nada más.

En los pueblos saqueados hay tres clases de personas:

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  • Están los que resisten porque saben que el saqueo es eso, SAQUEO, y que los dejará más empobrecidos, sin recursos y devastados. Esos son los locos que gritan, cortan caminos y ponen palos en las ruedas del carro del saqueador.

    También están los que solo miran, como ob-jetos inanimados, como rebaño silente que espera que el lobo elija otra presa y le deje un día más.

    Y también están los otros, los que ayudan a allanar el camino y a empujar el carro del saqueador, y hasta están dispuestos a enfren-tar a quienes ponen palos en las ruedas, y lo hacen simplemente para estar cerca cuando caiga alguna migaja de lo que le roban a sus propios hermanos y a ellos mismos.

Y así estamos, y así estaremos, hasta que no quede nada del rebaño... o hasta que a las ovejas les crezcan garras y colmillos.

Mientras tanto, algunos seguiremos gritando truco al príncipe de la trampa con un 4 de copas en la mano. Ofreciéndole batalla al mismísimo Rey de la Guerra, armados hasta los dientes con tortitas jachalleras y sostenidos por pilas enteras de lingotes de membrillo. Levantando una bandera pisoteada y humillada, pero viva en nuestras manos.

Quijotes de los molinos en ruinas, pero con la convicción intacta, las manos limpias, la dignidad como razón de ser, la esperanza cultivada a diario, y la mirada frontal, no declinada, y transparente, tan transparente que posee la virtud de transparentar los muros de mentiras que nos construyeron alrededor para que no veamos la brutalidad que están ejecutando en nuestro territorio.

Nosotros hemos visto al monstruo, le vimos la cara, los dientes y las garras. Y sabemos que es enorme e impiadoso. Pero también sabemos que caerá, y caerá para siempre.

Caerá porque los corderos transmutaran en pumas. O porque se indigestara de tanto tragarse nuestro dolor.

Caerá.

Y cuando caiga, estaremos ahí. O estarán nuestros hijos, o sus hijos, que es igual, estaremos ahí así como nuestros antepasados capayán están hoy con nosotros.

Estaremos para celebrar, al fin, el habernos librado del mal. Porque más temprano que tarde, y a pesar de tanto Judas, nosotros vamos a librarnos del mal, amén.

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