Resumen:
Introducción. El emprendimiento, desde un enfoque de desarrollo integral es entendido como una forma de pensar, sentir y actuar para la creación de valor, lo cual permite a la comunidad educativa proponer espacios de formación para construir conocimientos y desarrollar hábitos, actitudes y valores necesarios para generar acciones orientadas al mejoramiento personal y a la transformación del entorno y de la sociedad.
Objetivo. Analizar la práctica pedagógica de emprendimiento en docentes de Institución de Educación Superior (IES) en Barranquilla.
Metodología: Investigación desarrollada desde el paradigma cualitativo con método etnográfico en la cultura de la práctica pedagógica en emprendimiento; se usó instrumento entrevista semi estructurada con cuatro informantes clave, docentes.
Resultados. La enseñanza de la educación emprendedora se puede concretar como un aspecto sustantivo de la formación en competencias de los estudiantes, desde los planteamientos de una pedagogía emprendedora que ha de impulsar la comprensión de lo empresarial como factor de cooperación al bienestar colectivo. El proceso de enseñanza es aquel en que el maestro desde sus saberes reconoce los elementos que componen el proceso de generación de negocio, de por sí complejo, y para devolverle a la enseñanza el estatuto de práctica de un saber que requiere unas características especiales para que aflore en el estudiante potencialidades de creatividad e innovación.
Discusión. El emprendedor se conecta e interrelaciona con el entorno y su realidad, mediante un análisis que integre las dimensiones sociales y el contexto temporal, desde las diferentes disciplinas, no de manera aislada sino sistémica. Para educar para el emprendimiento no es suficiente entender los principios, las prácticas de negocios, es apropiarse de habilidades, atributos y actitudes más allá de lo comercial. Los procesos de enseñanza aprendizaje deben ayudar a los estudiantes en que observen su conducta con rasgos de creatividad, a través de mecanismos sociales y cognitivos, en que desarrollen sus capacidades de emprender una idea de negocio.
Conclusiones. La práctica pedagógica del emprendimiento en la educación superior permite el desarrollo de atributos personales y un conjunto de competencias transversales que favorecen a un cambio de mentalidad y de desarrollo de comportamiento empresarial, suma en la adquisición de habilidades para el emprendimiento desde el claustro educativo.
Palabras clave:EmprendimientoEmprendimiento,Practicas PedagógicasPracticas Pedagógicas,Educación SuperiorEducación Superior,EmprendedorEmprendedor.
Abstract:
Introduction. Entrepreneurship, from a holistic development approach is understood as a way of thinking, feeling and acting for the creation of value, this allows the educational community to propose spaces to build knowledge and develop habits, attitudes and values necessary to generate actions aimed at personal improvement and the transformation of the environment and the Society.
Objective. To analyze the pedagogical practice of entrepreneurship in teachers of higher education institution (IES) in Barranquilla.
Methodology. Research developed from the qualitative paradigm with ethnographic method in the culture of pedagogical practice in entrepreneurship; Semi-structured interview instrument was used with four key informants, teacher.
Results The teaching of entrepreneurial education can be realized as a substantive aspect of the training in the competence of the students, from the approaches of an entrepreneurial pedagogy that has to promote the comprehension of the business as a factor of Collective welfare cooperation. The teaching process is one in which the teacher from his/her knowledge recognizes the elements that compose the process of business generation, in itself complex, and to return to the teaching the Statute of practice of a knowledge that requires special characteristics To expose in the student potential creativity and innovation.
Discussion. The entrepreneur connects and interrelates with the environment and its reality, through an analysis that integrates the social dimensions and the temporal context, from the different disciplines, not in an isolated but systemic way. To educate for the entrepreneurship is not enough to understand the principles, the business practices, is to appropriate skills, attributes and attitudes beyond the commercial. Learning processes should help students observe their behavior with traits of creativity, through social and cognitive mechanisms, in developing their capacities to undertake a business idea.
Conclusions. The pedagogical practice of entrepreneurship in higher education allows the development of personal attributes and a set of transversal competencies that favor a change of mindset and development of business behavior, adding to the acquisition of skills for entrepreneurship from the educational cloister.
Keywords: Entrepreneurship, pedagogical practices, higher education, entrepeneurship.
Artículos
Práctica pedagógica de emprendimiento en docentes de educación superior en Institución Educativa Universitaria de Barranquia
Pedagogical practice of entrepreneurship in higher education teachers in University Educational Institution of Barranquilla
El emprendimiento es entendido como una forma de pensar, sentir y actuar para la creación de valor, lo cual permite a la comunidad educativa proponer espacios y escenarios de formación para construir conocimientos y desarrollar hábitos, actitudes y valores necesarios para generar acciones orientadas al mejoramiento personal y a la transformación del entorno y de la sociedad.
La práctica pedagógica es el escenario, donde el maestro dispone de todos aquellos elementos propios de su personalidad académica y personal. Desde la académica lo relacionado con su saber disciplinar y didáctico, como también de acciones pedagógicas para la reflexión del quehacer en el aula.
Entonces, la práctica pedagógica da cuenta de aquellas experiencias vividas por los docentes dentro del aula, permitiendo ver elementos en la construcción de conocimientos a partir de significados, lenguajes y comprensiones de la realidad inmersa en una cultura. Sus voces, sus representaciones, sus construcciones en colectivo, le permiten al docente particularizar a sus estudiantes para hacer más significativo el proceso de aprendizaje del emprendimiento.
Así mismo, el proceso de desarrollo de esa práctica pedagógica del emprendimiento se le suman niveles motivacionales de un espíritu emprendedor y de la finalidad de creación de empresa, por lo que se hace necesario abrir un precedente hacia la exaltación de esas actitudes emprendedoras, para que se consoliden y perduren en el docente donde se requiere de una energía de sí mismo para fomentar en sus estudiantes el auto emplearse, para superar fuerzas tensoras propias de Latino América como la desigualdad social, esfuerzos por consecución de recursos económicos, generación de conciencia para elevar el nivel y calidad de vida, la generación del desarrollo y la sostenibilidad1 y así mismo agregar esfuerzos con amor cuando se enseña para la mejora de estilos y calidad de vida del egresado.
Esta práctica pedagógica de emprendimiento se enriquece con las experiencias vividas por los docentes dentro del aula, permitiendo ver los elementos que dan sentido a la construcción de conocimiento a partir de la creatividad, lenguajes y comprensiones de la realidad. Sus voces, sus representaciones, sus construcciones en colectivo, le permiten al docente particularizar en sus estudiantes aquellas características que los hacen más significativos dentro del proceso de aprendizaje de la cátedra de innovación y emprendimiento, donde expresan algunos de los sueños que luego los plasman en sus proyectos de unidad de negocio.
En definición emprendedor se ha definido a "una persona que organiza y administra una empresa, usualmente con un riesgo considerable. En vez de trabajar como empleado, un emprendedor administra un pequeño negocio y asume todo el riesgo y la recompensa de su negocio. El emprendedor es comúnmente visto como un líder de negocios y como un innovador. Los emprendedores tienden a ser buenos en percibir oportunidades de negocio y tienen una actitud en pro de tomar riesgos lo cual los hace más propensos a explotar las oportunidades”2.
Por lo tanto, el espíritu emprendedor está caracterizado por innovación y la toma de riesgos. A pesar de que el emprendimiento está comúnmente asociado a empresas nuevas, pequeñas y con fines de lucro, el comportamiento emprendedor puede darse en empresas pequeñas, medianas y grandes, con y sin fines de lucro, incluyendo sector voluntario como organizaciones de caridad o gubernamentales2.
Objetivo General
Analizar la práctica pedagógica de la cátedra de innovación y emprendimiento en los docentes de una Institución privada de Educación Superior en la ciudad de Barranquilla
Desarrollo
A nivel global, desde el centro de fomento de la innovación y el emprendimiento ha visualizado el promover y potenciar el tema de emprendimiento mediante el desarrollo de iniciativas. La visión de muchos países en estar a la vanguardia de nuevos procesos de generación de productos y de su constante necesidad de innovar en distintos ámbitos productivos y sociales, los empuja a buscar mecanismos que permitan desarrollar en el capital humano una cultura innovadora y a la vez que les facilite identificar oportunidades de desarrollo nacional, regional e incluso internacional3. Esto conlleva a una exigencia por parte de las instituciones educativas en la actualización de sus currículos y la creación de estrategias didácticas para enseñar y aprender el emprendimiento como cátedra dentro del claustro educativo.
Actualmente el estudio global entrepreneurship monitor, muestra la importancia del espíritu emprendedor como herramienta de creación de empleo y generación de riqueza con una relación positiva entre el crecimiento, el desarrollo del emprendimiento4, es así como esta área del saber además de ser una vertiente de interés a nivel mundial, se ha convertido en parte de las políticas públicas y de los sistemas educativos en los distintos países, pues este aspecto visualiza en las distintas regiones pautas de desarrollo.
Igualmente, la educación también ha notado la creciente necesidad de incluir el emprendimiento como uno de los temas con más importancia dentro de sus modelos educativos, puesto que en el mundo globalizado en el que vivimos actualmente es fundamental preparar a los jóvenes para enfrentarse a los desafíos de un entorno cambiante e impredecible usando el emprendimiento como práctica de empleo mediante la generación de ideas creativas y administración de su propio negocio.
En Colombia el tema de emprendimiento para el año 2006 desde el congreso de la república aprobó la ley 10146, que tiene como objetivo fundamental, “promover el espíritu emprendedor en todos los estamentos educativos del país, establecer mecanismos que promuevan el desarrollo del emprendimiento, la creación y operación de empresas competentes, creando un vínculo del sistema educativo y sistema productivo nacional mediante la formación en competencias básicas.
Además, se contempla una acción formativa que genere un espíritu emprendedor desde los niveles incipientes de la educación, con iniciativas para las instituciones educativas en los niveles de educación preescolar, básica primaria, básica secundaria y media, fortaleciendo competencias desde la creatividad, la lúdica, el sentido de desarrollo tecnológico y económico, con ejecución de roles que identifiquen funciones empresariales que contribuyan al desarrollo local, regional y territorial.
El papel clave para lograr este proceso está en manos de las instituciones educativas quienes tienen bajo su responsabilidad la preparación de alumnos capaces de enfrentarse a los retos de la postmodernidad, que a futuro sean competitivos con un mercado laboral dinámico y cambiante, logrando utilizar herramientas impartidas desde las instituciones educativas para aportar al desarrollo económico y social de un país7.
Así entonces, en la actualidad la generación de ideas entre las personas es abundante, sin embargo, la mayoría de veces no se alcanza a llegar a una idea de negocio, puede que esta condición genere en la persona un verdadero reto por ser un emprendedor, el cual no solo genera las ideas, sino que las lleva a cabo desarrollando su creatividad e ingenio con miras a obtener beneficios a corto, mediano y largo plazo.
Se parte de las prácticas pedagógicas como una experiencia que contiene un saber y que los docentes han aplicado a la enseñanza del emprendimiento en el aula; es donde las voces de los profesores empiezan a dar sentido a los procesos de investigación y que en el caso puntual permite propiciar espacios para un aprendizaje por descubrimiento hacia un desarrollo de competencias y habilidades desde ese espíritu emprendedor, no solo como contenido del currículo sino como una apuesta de comprensión y sentido; tomando de esta manera al aula de clase como un laboratorio que busca potencializar las competencias y habilidades para el aprendizaje del emprendimiento7.
Cabe resaltar que el desarrollo impartidos desde las instituciones educativas con el emprendimiento requiere de la dotación de laboratorios destinados a este fin de la enseñanza y en este ideal las instituciones educativas deben gestionar recursos especiales tanto físicos, como de materiales y en especial de un talento humano especializado que descubra más allá de lo evidente en el estudiante.
Así mismo, las reflexiones hechas por los docentes que se dedican a esta experiencia pedagógica requieren de la gestión de la docencia para alcanzar alianzas entre el mismo sector y con otros sectores que en este caso es desde el productivo en un trabajo conjunto con empresas privadas con el ánimo de sistematizar el proceso y, esa enseñanza del emprendimiento no debe ser rigurosa ni convertirse en compleja, sino más bien enfocada en las reflexiones, en la creatividad, en el trabajo en equipo y en la generación de espacios que propicien el ejercicio polémico para que los estudiantes estén en la capacidad de plantearse preguntas y solucionar problemas a partir de una premisa planteada junto con el docente.
Sin embargo, dentro del aula ocurren problemáticas desde la comunicación dado que se desconocen los propósitos internos y expectativas del futuro profesional, por otra parte, los profesores deben esforzarse por enseñarles a sus alumnos a ser emprendedores desde sus propias iniciativas, que se lancen a experiencias previas. Se evidencia de una incipiente cooperación y asociación de grupos de docentes afines con el emprendimiento, con empresas y otros sectores interesados.
En este sentido se plantearía una pregunta: ¿cómo se desarrolla la práctica pedagógica del emprendimiento desde los docentes de una IES?, o ¿qué metodología de enseñanza apropia el docente de la cátedra de emprendimiento en IES?, ¿con qué rasgos de emprendimiento se identifica el docente de la cátedra de innovación y emprendimiento en una IES?, ¿existen espacios educativos para cimentar la práctica de emprendimiento en alianza con empresas externas? Ante estos cuestionamientos se trata de dar puntos de vista desde autores para acercarse a esta realidad.
Desde el concepto, emprendimiento se conoce como la actitud y aptitud que toma un individuo para iniciar un nuevo proyecto a través de ideas y oportunidades. El emprendimiento es un término muy utilizado en el ámbito empresarial, en virtud de su relación con creación de empresas, nuevos productos o innovación de los mismos. Suma de igual forma el término de emprendedor, del francés emtrepreneur, usado para referirse a un individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en ello.
La palabra emprendedor proviene del francés entrepreneur, fue utilizada por primera vez hacia el año 1723; hoy en día la palabra emprendedor implica cualidades de liderazgo, iniciativa e innovación. El economista Robert Reich8 comentó que la capacidad de crear un equipo, el liderazgo y las habilidades de gestión son cualidades indispensables para un emprendedor.
Además, históricamente el estudio del emprendimiento comenzó a finales del siglo XVII y principios del XVIII con Richard chantillón y Adam Smith, que era fundamental para la economía clásica9. El emprendimiento se ha establecido en los últimos años como la base del desarrollo y crecimiento de un país debido a que trae consigo nuevas ideas y más empresas productivas que le aportan una dinámica a la sociedad. Aun así, es de vital importancia entender que el emprendimiento debe ir obligatoriamente ligado a la educación y debe ser desarrollado en todos los ámbitos, tanto en el entorno como en lo personal como elemento de potenciación desde el profesional en esa competitividad del empleo. Lo que se busca en últimas es lograr, después de un largo proceso, que el tema de emprendimiento sea considerado como un elemento estratégico en el mejoramiento continuo de cada país y de esta forma aprovechar cada uno de los beneficios que trae consigo el desarrollo10.
El emprendimiento hoy en día, ha ganado una gran importancia por la necesidad de muchas personas de lograr su independencia y estabilidad económica. Los altos niveles de desempleo, y la baja calidad de los trabajos ya existentes, han creado en las personas, la necesidad de generar sus propios recursos, de iniciar sus propios negocios, y pasar de ser empleados a ser empleadores. Todo esto, sólo es posible, si se tiene un espíritu emprendedor. Se requiere de una gran determinación para renunciar a la “estabilidad” económica que ofrece un empleo y aventurarse como empresario, más aún sí se tiene en cuenta que el empresario no siempre gana como si lo hace el asalariado, que mensualmente tiene asegurado un ingreso mínimo que le permite sobrevivir.
Desde lo expuesto por la ley 1014 expedida por el congreso de Colombia, 2006, define el emprendimiento como: “una manera de pensar y actuar orientada hacia la creación de riqueza. Es una forma de pensar, razonar y actuar centrada en las oportunidades, planteada con visión global y llevada a cabo mediante un liderazgo equilibrado y la gestión de un riesgo calculado, su resultado es la creación de valor que beneficia a la empresa, la economía y la sociedad”; propende por el fomento de una cultura del emprendimiento en Colombia; por lo que es imperativo la formación de competencias por medio de la enseñanza del emprendimiento, que desde la práctica pedagógica docente se hace realidad desde el abordaje de conceptos, conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes de este campo10.
Además se menciona como aspecto importante, que el docente que desarrolla emprendimiento con los estudiantes, representa a la institución educativa frente a la participación y alianzas con la red nacional del emprendimiento permitiéndole avanzar en esa gestión del conocimiento mediante su participación en el desarrollo de estrategias de fortalecimiento del emprendimiento institucional, figurando de manera participativa en ciencia y tecnología a través de su representación con proyectos de investigación, como también de la acción colaborativa en temas de política pública de emprendimiento, como de la visibilidad a través del observatorio en fenómenos relacionados con este campo de la creatividad. Entonces, el docente es un agente activo que se relaciona externamente para cumplir con los fines institucionales desde el desarrollo y actualización de las nuevas tendencias en cuanto a creatividad, liderazgo y estrategias de desarrollo de habilidades en los estudiantes; que confluye con el desarrollo de proyectos de alta viabilidad para la creación de empresa, que sea dinámico en las conexiones con otros que persiguen su mismo interés.
Por tanto, en este proceso desarrollador de la práctica pedagógica del emprendimiento se exponen los alcances de niveles motivacionales del espíritu emprendedor y de la creación de empresa, por lo que se hace necesario abrir un precedente hacia la exaltación de esas actitudes emprendedoras, para que se consoliden y perduren en el dicente donde se requiere de una energía de sí mismos por auto emplearse.
En esta secuencia, diferentes autores han definido este término de distintas maneras:
Con respecto a la palabra “emprender” según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española11, se deriva del latín in, que significa en, y prenderé, coger. Tiene cuatro acepciones, sin embargo, las que más se aplican al contexto actual es acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro; y tomar el camino con resolución de llegar a un punto determinado. En este sentido motiva a tomar un camino para emprender desde una puerta abierta para la superación y tenencia.
Desde la postura de Jean-Baptista Say12, este economista afirma que un emprendedor es un agente económico que une todos los medios de producción, la tierra de uno, el trabajo de otro y el capital de un tercero y produce un producto. Mediante la venta de un producto en el mercado, paga la renta de la tierra, el salario de sus empleados, interés en el capital y su provecho es el remanente. Intercambia recursos económicos desde un área de baja productividad hacia un área de alta productividad y alto rendimiento. En este sentido se accede a los distintos recursos para apoyar la visión de negocio de manera planificada.
Con Joseph Alois Schumpeter, los emprendedores son innovadores que buscan destruir el statu-quo de los productos y servicios existentes para crear nuevos productos y servicios. Cabe resaltar que los productos que se determinen por un valor único pueden cambiar hacia un valor distinto con el emprendimiento e innovación e influye esa necesidad del cómo lo necesita el público. Se requiere de oportunidades, de la búsqueda de un cambio, en este sentido Peter Druker, y Howard Stevenson13, expresan que un emprendedor busca el cambio, responde a él y explota sus oportunidades.
En esta misma postura, Selamé14, dice que el emprendimiento es el conjunto de actitudes y conductas que darían lugar a un perfil personal ligado a aspectos básicos como el manejo del riesgo, la creatividad, la capacidad de innovación, la autoconfianza y a un determinado tipo de acción, denominado acción emprendedora. Se trata de una acción innovadora que, a través de un sistema organizado de relaciones interpersonales y la combinación de recursos se orienta al logro de un determinado fin. Se asocia con la creación de algo nuevo y de un nuevo valor, producto, bien o servicio que anterior a la acción no existía y que es capaz de aportar algo nuevo.
Y en complemento, desde la educación y el emprendimiento Gibbs15, lo confirma como el conjunto de acciones que requieren una mayor integración del conocimiento de varias disciplinas, además de mayores oportunidades de espacios de aprendizaje a través de la experiencia que permitan evaluar conocimientos específicos en la práctica, con mayor tiempo para la reflexión, aprender haciendo más que escuchando o leyendo, pues el proceso de fortalecimiento se da desde la praxis y desde la necesidad de articular de manera cuidadosa según insumos cognitivos de los estudiantes desde una pedagogía idónea. Así, se entiende que la enseñanza del emprendimiento se debe introducir en los sistemas educativos desde el principio como un nuevo enfoque de la enseñanza y como competencia básica; en algunos niveles puede considerarse como un aspecto transversal, atendido con una metodología de enseñanza acorde con los objetivos que se pretendan lograr o en algunos contextos puede establecerse como una asignatura concreta.
El docente de la cátedra de emprendimiento en la educación superior
La educación tiene como misión formar al individuo de manera amplia, pertinente y con calidad en una sociedad, es por ello que no sólo se debe pensar la educación con una visión única externa del proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también como una condición interna del docente. Entonces, la educación debe facilitar el desarrollo de nuevas habilidades personales, como la capacidad de innovar, encontrar soluciones creativas ante los retos que se presentan y adaptarse al cambio16.
En este sentido Casamayor17, hace una crítica y expresa que, la educación superior persiste como un modelo de formación profesional unidimensional, orientado fundamentalmente a la adquisición de contenidos parcializados, que desemboca en la organización de los planes de estudio y prácticas pedagógicas en torno a tareas que reflejan la situación final de una larga cadena de procesos no coordinados con la formación profesional que se requiere en la sociedad de hoy. Los sistemas educativos deben centrar su actividad en el desarrollo de determinadas cualidades personales.
Se requiere avanzar en la formación de las competencias, que en la apreciación de Boterf18 define como un saber actuar o reaccionar, responsable y validado, y un saber movilizar, integrar y transferir recursos, conocimientos y capacidades en un contexto profesional. Por consiguiente, la competencia profesional no se identifica con conocimientos y capacidades aisladas, sino que es un proceso que integra conocimientos y cualidades.
Surge entonces la necesidad de docentes con rasgos de emprendedores que enseñen el emprendimiento, es decir con características que se aprecie que son carismáticos, abiertos, seguros, flexibles, responsables, capaces de infringir las normas cuando las circunstancias lo requieran. Profesores prestos a escuchar, sacar partido de las ideas y transmitirlas, orientando su trabajo y unido con el estudiante direccionados con la misma acción, enfocados a emprender desde un trabajo en equipo, afiliados desde una buena red. Que desarrollen los aprendizajes entorno a experiencias de la vida real. Es importante el tener siempre en cuenta el aspecto económico de cada cuestión con temas empresariales desde un abordaje con las clases y en todas las disciplinas.
Tipos de emprendimiento
Actualmente el emprendimiento no solo responde a esos desarrollos de tipo económico e industrial, sino que también se asocia con aquello que genera valor dentro de la sociedad. En este sentido, el emprendedor social busca generar beneficios económicos a la par de tener un enfoque desarrollado en potenciar el bienestar humano que trascienda lo económico y beneficie también a la sociedad en su conjunto. Según Roberts y Woods8, el emprendimiento social puede decirse que es un proceso de construcción, evaluación y persecución de oportunidades para un cambio social. En la misma línea Auerswald19, señala que el emprendimiento social, pretende generar un valor de carácter social dirigido a cubrir una necesidad existente; se entiende que este tipo de emprendimiento está orientado a provocar una transformación social es decir que repercuta en un cambio positivo20.
Por otra parte, Zahra, Filatotchev y Wrigth21, estos autores opinan que el emprendimiento social abarca las actividades y procesos que se llevan a cabo para descubrir, definir y explotar oportunidades con el objetivo de aumentar la riqueza social, creando nuevas empresas o dirigiendo las organizaciones existentes de una manera innovadora. Del mismo modo, Enciso22, apunta que el emprendimiento social hace referencia a las iniciativas de individuos que quieren sacar adelante proyectos de naturaleza solidaria y sin ánimo de lucro.
En continuidad, desde el emprendedor digital, conocido también como emprendedor online, son personas que emprenden negocios y proyectos con fines de lucro y de diversa índole a través de internet. Ellos son el fruto de la globalización y el constante avance de las tecnologías de la información y las redes. Algunos ejemplos de emprendedores digitales son los freelances o autónomos, también los fotógrafos de microstock y quienes rentabilizan sitios web a través de publicidad, entre otros23.
Otro tipo es el intra emprendedor o emprendedor, es aquel trabajador con visión empresarial, que invierte tiempo suficiente en las ideas innovadoras desde el interior de la propia empresa, a través de procesos abiertos que las recogen, moldean, mejoran y canalizan en forma de negocio, beneficiándole a él mismo y al crecimiento de la propia empresa en la que presta sus servicios23.
Factores influyentes en los emprendedores
Con la revista española “people excellence” en autoría de Isabel García expresa que existen tres factores: 1. Las cualidades necesarias para emprender con éxito; 2. Las motivaciones para iniciar un negocio y 3. La solución que se da una vez se detecta la oportunidad. Y con la postura de Sastre24, agrega que existen tres factores influyentes en los emprendedores como: 1) en el eje del deseo los factores motivadores para emprender un negocio propio, 2) en el eje de la comunicación los requisitos y obstáculos que pueden interferir para la realización del proyecto de tener una empresa propia y 3) en el eje del poder los factores identificados con el éxito y los relacionados con el fracaso del emprendimiento propio
Sistemas educativos del emprendimiento
Actualmente las IES contemplan en su propuesta macro curricular la enseñanza del emprendimiento como una ventaja competitiva ante las actuales tendencias del futuro profesional que debe dar respuesta a desarrollar su propio negocio, como el asumir fuentes de empleo e ingresos económicos. Tal dinámica educativa, en sí misma como una oportunidad para desarrollarse tanto intelectual, económica como socialmente amerita que desde el docente se le enseñe a la toma de decisiones con protagonismo del emprendimiento y la innovación, este proceso se convertirá posteriormente en canalizador y guía de la formación del emprendimiento25.
En este sentido el proceso de enseñanza con la postura de Zuluaga26, amerita que el maestro desde su saber exponga un reconocer de todos los elementos que componen el proceso de generación de negocio, de por sí complejo, y para devolverle a la enseñanza el estatuto de práctica de un saber que requiere unas características especiales para que aflore en el estudiante potencialidades ocultas, y que en ese espacio de práctica se pueda potencializar. Esta práctica pedagógica del emprendimiento se estaría conformando por la preparación de la persona de manera integral, con sentido ético, estructurado en valores que realce el sentido humano de forma individual y de construcción social.
Debe asumirse con responsabilidad y sentido social, mediante la adquisición de un compromiso para sí y con el medio externo, que permita el desarrollo del reconocimiento del otro, que posee capacidades de creatividad, de innovación, adquisición de habilidades en el uso de nuevas tecnologías, de un empoderamiento hacia el desarrollo de colectividades específicas, se le debe apoyar en la gestión para la consecución de recursos económicos, con un sentido de sostenibilidad, de desarrollo frente a esas necesidades particulares y finalmente en el logro de creación de su empresa
Características de una educación para emprendedores
A partir de una educación para emprendedores se pueden derivar lecciones para asegurar una mayor presencia de ellos no solo en la ciencia, sino que también en la cultura, las artes y, por cierto, en el mundo de la empresa. Una educación para emprendedores debe proveer a los estudiantes de los conceptos y destrezas necesarias para reconocer las oportunidades que otros han transitado. También dotar a esos individuos del coraje, la intuición y el conocimiento para actuar donde otros han dudado. Es necesario socavar acerca de un pensamiento propio, abierto y crítico pues exige rigor y disciplina. En el acercamiento de esa cultura emprendedora implica la edificación de comportamientos individuales afines a las acciones colectivas que simbolicen la construcción de tareas innovadoras que generen bienes y servicios con un sentido lucrativo o no.
Esta cultura emprendedora puede presentar una “doble faceta” por un lado, la de generar nuevos proyectos con autonomía, capacidad de asumir riesgo, con responsabilidad, intuición, capacidad de proyección al exterior y con capacidad de reaccionar y resolver los problemas. Por otro lado, también supone saber llevar a cabo proyectos de otros con el mismo espíritu de innovación, responsabilidad y autonomía27
Desde la postura de cabellos28, refiere que el emprendedor universitario, se le facilita la obtención de capacidades superiores, con amplios conocimientos, el cual está motivado para comenzar y desarrollar sus sueños de manera proactiva, asertiva e innovadoramente en diversos escenarios y sectores económicos o sociales, y puede que cuente con las competencias que lo identifican como un individuo especial, elegido por sus propias características a ser eficiente y sobresalir de los demás, llevándolo a producir impactos en la rama productiva que le guste.
Cabe resaltar que todo comienza desde lo expuesto en el proyecto educativo institucional (PEI), donde se perfilan ambientes propicios para la formación y el desarrollo de personas con capacidad de pensar desde una postura crítica, comprometidas éticamente, expresivas, conscientes de sí mismas, con sentido de responsabilidad personal y social. Es además importante la manifestación de todos los miembros de la comunidad educativa desde un sentido de cooperación, liderazgo y actitud para el desarrollo de actitudes emprendedoras en los estudiantes. Se entiende por actitud emprendedora la disposición personal a actuar de forma proactiva frente a cualquier situación de la vida. Esta actitud genera ideas innovadoras que pueden materializarse en proyectos o alternativas para la satisfacción de necesidades y solución de problemáticas. Así mismo, propicia el crecimiento y la mejora permanente del proyecto de vida en los estudiantes.
Para los docentes quienes tienen la tarea de enseñar emprendimiento, una de las estrategias evaluativas parte de la subjetividad que tiene el concepto de la nota en la enseñanza del emprendimiento, tal como lo manifiesta Méndez29, para él la nota es relativa, pero parte de la confianza que existe entre el docente y el estudiante. Esta experiencia permite comprender que las prácticas pedagógicas que fomentan el espíritu emprendedor, se convierten en prácticas reflexivas que admiten el acceso al conocimiento de otras formas de enseñanza y aprendizaje colaborativo, donde tanto el docente como el estudiante son protagonistas de ese proceso de formación.
Para comprender las prácticas pedagógicas como proceso de investigación desde la sistematización, es importante definir dichas prácticas como experiencias complejas que han sido vividas por docentes y estudiantes en espacios pedagógicos, en donde la integración de la teoría con la práctica es más cercana y necesaria.
En este sentido, para Zuluaga26, el proceso de enseñanza es necesario, coloca al maestro y su saber desde el reconocer todos los elementos que componen este proceso, de por sí complejo, y para devolver a la enseñanza el estatuto de práctica de saber entre otras prácticas. Sumado a lo anterior, Chamorro González y Gómez30, definen las prácticas pedagógicas como un tipo específico de práctica social, que da razón del saber sobre la enseñanza, como un saber concreto en condiciones históricas y sociales de orden particular, mientras que la pedagogía da cuenta de los fenómenos educativos de manera general.
En las prácticas pedagógicas juega un papel importante las particularidades de los sujetos: quien enseña y quien aprende, estableciéndose de esta manera una relación pedagógica. Las prácticas pedagógicas se configuran como un sistema en el cual se interceptan los significados que tienen los docentes sobre su papel como constructores de cultura y agentes de cambio en la vida del estudiante desde el abordaje del emprendimiento. Las interacciones y lenguajes que establece con estos en el aula, permiten manifestar sus inquietudes, contradicciones y cuestionamientos sobre lo que está aprendiendo más allá de lo cognoscitivo, es decir, incluye dimensiones de lo axiológico, lo ético, lo socio afectivo, las tendencias tecnológicas en corresponderse con el enfoque pedagógico asumido y en sintonía con el modelo definido por la IES.
Fomentar la construcción del espíritu empresarial mediante la enseñanza no es cuestión de una sola asignatura, de un solo método o de una sola estrategia, por el contrario es la suma y la acumulación que a lo largo de todo el proceso de formación del estudiante se consolida y se madura, razón por la cual es de suma importancia que los diferentes docentes que posibilitan los espacios académicos en los distintos programas académicos hablen bajo las mismas condiciones comunicativas y estén en constante sinergia para cumplir el objetivo de la formación en el espíritu emprendedor.
Por lo anterior, el docente más que en enseñar una teoría o una práctica especifica se convierte en una guía, en un consultor “en dar sugerencias” pasa de ser el maestro tradicional a convertirse en un gestor y agente de cambio, con un escenario lleno de mediaciones y sistemas de redes a muchos niveles, en donde ese espíritu emprendedor debe fluir.
En la actualidad, Las teorías sobre enseñanza emprendedora se basan en una serie de temas recurrentes, especialmente hace énfasis en:
La educación en emprendimiento es algo más que una preparación para gestionar un negocio. Se trata de desarrollar las actitudes, aptitudes y conocimientos emprendedores que, en resumen, permitirán al estudiante «convertir las ideas en acción»31. Por lo tanto, las competencia y las aptitudes emprendedoras solo se pueden adquirir o construir mediante experiencias prácticas de aprendizaje de la vida real donde requieren métodos activos para involucrar a los estudiantes en la creatividad, la innovación, la enseñanza de las aptitudes emprendedoras que se puede integrar en todas las asignaturas o bien tratarse como una asignatura aparte.
En cuanto, al sentido del aprendizaje la educación en emprendimiento debería centrarse tanto en los emprendedores como en esa cultura intra emprendedora, pues la mayor parte de los estudiantes aplicarán sus aptitudes emprendedoras en empresas o en instituciones públicas, en el cual desarrollaran las práctica pedagógica de emprendimiento pata promover más allá de los centros de formación del profesorado, en las empresas y en la comunidad en general 32.
Con relación al emergimiento de la categoría Investigación y Desarrollo, Movilidad y Normativa de emprendimiento en la IE del nivel superior, la Universidad consciente de generar un ecosistema de emprendimiento como herramienta fundamental para promover el desarrollo de iniciativas transformadoras sostenibles; propicia la formación de individuos responsables y conscientes, con pensamiento holístico, que sean líderes, emprendedores, capaces de gestionar desde sus diferentes instancias para la construcción de conocimiento que se contribuya en la transformación en el plano económico, social, cultural y una comunidad académica, innovadora, participativa, productiva, en permanente aprendizaje y desarrollo, y comprometida con la excelencia, en formar líderes emprendedores, de alta calidad profesional y humana, orientados hacia la creatividad, con labor investigativa, académica, creativa y productiva, a manera de encontrar soluciones y respuestas a las necesidades y demandas de la sociedad; en tal sentido se proyecta en su elemento misional: en ser una IE del nivel superior dedicada al proceso de formación integral en los campos de las ciencias, las humanidades y la tecnología, hace hincapié en el desarrollo de la investigación científica, así mismo, consolida en el estudiante un espíritu emprendedor que exige de la creatividad para la generación de lo ideado.
Las estrategias utilizadas en la enseñanza aprendizaje exaltan a la investigación, de vital importancia puesto que aumenta la capacidad de crear nuevos mecanismos y enriquecer en conocimiento al estudiante. Los lineamientos que el docente imparte para la práctica del emprendimiento estimulan la proyección de nuevas ideas y disminuye la apatía frente a la cátedra de innovación y emprendimiento en el aula de clase.
A medida que la educación de emprendimiento asume comportamientos emprendedores, requiere incentivar esas virtudes creativas en quienes lo van a desarrollar. Desde los aportes de DRÜCKER33, se extiende el interés por impulsar una educación emprendedora. Como adelantó GIBB15, esta educación es una respuesta pedagógica a los nuevos desafíos económicos, sociales y políticos. Por lo tanto, en la actualidad, este campo llama la atención como una forma de trascender al afrontar nuevos retos de la educación en emprendimiento ante la dinámica de la globalización como de las tendencias tecnológicas.
En los países en vía de desarrollo la educación de emprendimiento surge desde la necesidad de educar en emprendimiento desde el nivel escolar34. En este nivel de enseñanza se opta por el concepto de emprendimiento como elemento de la práctica pedagógica, lo que implica no solo educar “para” emprender, si no educar “a través” del emprendimiento como forma más eficaz de inculcar las actitudes y comportamientos que a futuro llevarán a la acción de emprender en niveles superiores alcanzados desde la educación15.
Para Cuevas35, se expone la educación como un papel transformador del comportamiento de los individuos, por lo que subraya la necesidad de incluir una formación en valores centrados en la responsabilidad, honestidad, responsabilidad social y ambiental, con el fin de contribuir al desarrollo de un nuevo modelo de empresa, y a su vez como consecuencia, con un nuevo modelo de sociedad. Bandura37autor que estudian la educación en emprendimiento como parte de un conjunto de características personales y condiciones especiales que favorecen el desarrollo emprendedor de los estudiantes universitarios. Entre otras características, los autores hacen referencia a la autoeficacia emprendedora, la predisposición o inclinación al emprendimiento y la propensión al riesgo, como parte del conjunto de características que, sumadas a una formación orientadora, potencian el surgimiento de un proyecto emprendedor.
Otra de las categorías emergentes en la cultura de la práctica pedagógica de la cátedra de innovación y emprendimiento a nivel superior fue la Actitud Emprendedora del estudiante, Sin embargo esta respuesta es consolidada desde el proceso formativo, desde el currículo que en el ejercicio del docente motiva con su carácter emprendedor a la consecución del logro de los objetivos del estudiante en que su pujanza y autonomía indague con conciencia creativa, con base en lo sentido desde las necesidades de su región para cumplir con su particular meta previamente trazada.
Desde las posturas de Karlan y Valdivia, Souitaris Et Al, Pittaway y Cope38,39,40, destacan efectos positivos de los procesos de formación en emprendimiento en la motivación de los estudiantes, lo que mejora su actitud hacia la creación de empresas y fortalece su intención emprendedora. Fairlie y Holleran41 refuerzan esta idea, al demostrar que la formación en emprendimiento rompe barreras como la falta de motivación y la habilidad de reconocer oportunidades de negocio, lo que, sumado al nivel adecuado de autonomía y tolerancia al riesgo, elevan las posibilidades de emprender desde una potencialidad hacia el éxito.
El emprendedor es un individuo conectado e interrelacionado con su entorno y su realidad, y en su análisis se debe adoptar una mirada que integre las dimensiones sociales y el contexto temporal, desde las diferentes disciplinas, no de manera aislada sino holística y sistémica. Para educar para el emprendimiento no es suficiente entender los principios y prácticas de los negocios, y conseguir habilidades, atributos y actitudes más allá de lo comercial. La educación, como elemento complementario del aprendizaje, ayuda a la persona, en este caso los estudiantes, en que observen su conducta con rasgos de creatividad, a través de mecanismos sociales y cognitivos, para desarrollar ese emprendimiento; que se concrete y perfile desde la orientación educadora con un énfasis investigativo y teniendo en cuenta las normativas institucionales y generales. Propiciar en los estudiantes el fomento de una actitud hacia el emprendimiento como una finalidad transversal en el sistema educativo escolar42,43.
Así mismo gestionar acciones de emprendimiento requiere de un capital humano considerado como generador de valor, fuente potencial de innovación para la empresa, es decir, es de donde parten las ideas de la organización resultando, por tanto, fuente de innovación y de renovación estratégica. En otras palabras, es el capital pensante, las personas, aquel que reside en los miembros de la organización y que permite generar valor para la empresa, en este caso los docentes y estudiantes44.
Se retoma que no se trata de posiciones excluyentes, sino de enfoques complementarios, compatibles y convergentes, una enseñanza que haga del error parte del aprendizaje, que fomente la autonomía personal, la inclinación al riesgo ponderado, a la innovación y adopción de iniciativas aplicables. Requiere de esfuerzos para impregnar a los estudiantes de una actitud emprendedora en el sentido más propio de la palabra, como entorno para comprender la importancia social de la actividad empresarial y, en su caso, propiciar que en el futuro puedan adoptarla como opción personal.
La práctica pedagógica del emprendimiento en la educación superior posee atributos personales y un conjunto de competencias transversales que no sólo representan la mentalidad y el comportamiento empresarial, sino que les serán útiles a lo largo de su vida, por lo tanto, resulta necesario impulsar el desarrollo de habilidades de emprendimiento desde la educación superior teniendo en cuenta los lineamientos institucionales y rectores desde el currículo43.
En la educación superior efectivamente los jóvenes pueden desde edades tempranas, adquirir y manejar conceptos teóricos fundamentales del emprendimiento, desarrollar en gran medida habilidades emprendedoras como el poner en práctica los valores personales y sociales en el tema de la creatividad, la autonomía, la tenacidad, la responsabilidad, el liderazgo, el trabajo en equipo, la solidaridad y la comunicación, entre otros. Es fundamental obtener experiencias en emprendimiento progresando en desarrollar los contenidos en las aulas, pero además acogiéndose a los lineamientos expresados en el proyecto educativo institucional. Es un asunto clave el fortalecimiento de las habilidades y destrezas, la cimentación de los valores en los jóvenes, que soporten el desarrollo de saberes al abordar el emprendimiento mediante un razonamiento, análisis, resolución de problemas y desde una comunicación clara oral y escrita.
Actualmente el emprendimiento debe plantearse seriamente como una opción profesional real entre los estudiantes, de tal manera que al momento del egreso tengan otra opción más para su desarrollo profesional. Implica que las IE del nivel superior vayan a la vanguardia de los adelantos tecnológicos, se establezcan alianzas con las empresas, se funden incubadoras de negocios para favorecer en el estudiante esa actitud creativa, que se sientan como verdaderos emprendedores que funjan como generadores de cambio en la sociedad y así poder revertir en el desarrollo de la región y el país.