Nota Editorial
Este número de Escena. Revista de las artes (volumen 76, número 2)1, muestra al menos dos de las tareas emprendidas por el Instituto de Investigaciones en Arte (IIArte). Por un lado, ejemplifica los puentes que se construyen con investigadores y creadores de diferentes latitudes, y la internacionalización de los autores y los contenidos publicados en la revista. Por otra parte, vuelca la mirada en torno a dos temas que se encuentran entre los más discutidos en los estudios artísticos de las últimas décadas: la interculturalidad y, en especial, la intermedialidad.
La internacionalización se da a través de la participación de investigadores afiliados al doctorado en Literatura y Artes de la Escena y la Pantalla de la Universidad Laval en Canadá. En sus artículos, ellos proponen nuevas lecturas a fenómenos como la adaptación (el artículo de Salas Murillo), el teatro postdramático (Thenon), los dispositivos en los espectáculos escénicos (Rojas Amador), la interculturalidad en el teatro americano y europeo (Funchal y Lapadat), la literatura en relación con otras artes (Guimaraes y Taboza) y las artes visuales (Rojas Rocha). La procedencia de los autores ejemplifica también esta internacionalización, pues si bien son todos escriben desde Canadá, su formación precedente la desarrollaron en Costa Rica, Brasil y Rumanía.
Como la etimología lo sugiere, tanto la noción de interculturalidad como la intermedialidad, la menos discutida −al menos en el ámbito de hispanohablante− apunta al problemático “inter”, el “entre” (en inglés in-between), esto es ese terreno en el que confluyen diferentes entidades (culturas, formas discursivas, medios) y que desafía los esfuerzos de clasificación. Como las culturas, los medios se encuentran en constante relación con otros medios y en transformación: ambos fenómenos, la relación y la transformación, comienzan precisamente en ese terreno de confluencia, en ese espacio “inter/entre”.
Siguiendo con la aproximación etimológica, en el caso de la intermedialidad, la segunda partícula del término, el “medio”, nos recuerda el carácter mediático de la comunicación, esto es, la actividad de una materialidad. Es así como la intermedialidad ofrece una nueva perspectiva a los estudios artísticos: en contra de una tradición que privilegia el contenido y se inclina por la transparencia del medio (el medio que desaparece debajo de la “historia”, el “argumento”, el logos), la intermedialidad examina el rol que juega el soporte mediático en la actividad comunicacional. La intermedialidad es entonces una aproximación materialista y culturalista de la comunicación y de la expresión artística. De esta manera, mientras que por el “inter”, lo intermedial apunta a lo limítrofe y dinámico, por el “medio”, lo intermedial enfatiza en el carácter material.
La intermedialidad es distinta de la multimedialidad, pues esta supone la reunión de diferentes medios sin cuestionar su identidad, por su parte, la intermermedialidad apunta a las fronteras imprecisas, a los procesos dinámicos y en formación. La intermedialidad es también distinta de la transmedialidad que supone simplemente la transposición de un contenido de un medio al otro. Lo transmedial examina cómo un contenido se “conserva” en su paso de un medio al otro; lo intermedial, en cambio, apunta al medio y muestra cómo este contenido se transforma necesariamente cuando recurre a un nuevo soporte mediático.
El concepto “intermedialidad” apareció entre los artistas de vanguardia durante los años 1960, quienes pretendieron saltarse las clasificaciones y poner a dialogar la música y las artes plásticas, la danza y la escultura. En ese momento la noción se vincula a expresiones artísticas innovadoras como la instalación o el happening, en las que lo discursivo era mucho menos relevante que lo performativo. Uno de estos artistas, el estadounidense Dick Higgins (1938-1998), vinculado al grupo Fluxus, recuperó el término “intermedia” de un texto del poeta y crítico británico Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) y lo popularizó entre sus colegas artistas. El término fue entonces primero una herramienta por medio de la cual los creadores conceptualizaban su práctica transgresora: desde la década de 1960 han existido y aún hoy existen creaciones artísticas que se dicen intermediales.
En la década de 1980, en el seno de los estudios mediáticos en Alemania, teóricos como Jürgen Müller retomaron el concepto y lo introdujeron en sus reflexiones respecto a la historia y desarrollo de los medios. La siguiente década, con la emergencia del internet y lo digital, hizo aún más pertinente este recurso. Además de una herramienta para los estudios mediáticos, la intermedialidad contribuyó al desarrollo de la investigación en las artes: nociones ya existentes, como intertextualidad e interartialidad (interartiality) se vieron enriquecidas por este nuevo concepto que ponía en relieve la materialidad que hace posible toda práctica de expresión y comunicación.
La “intermedialidad” se popularizó muy pronto en Europa (Alemania, Holanda, los países nórdicos) y en Canadá (aquí, siguiendo la estela de Marshall McLuhan). En Estados Unidos, si bien sus estudiosos no suelen apropiarse del concepto, son frecuentes los intercambios entre los investigadores de la intermedialidad y aquellos que reflexionan en torno a las nuevas formas mediáticas (por ejemplo Bolter y Grusin y su concepto clave remediation), la cultura visual, los Sister’s Arts Studies (toda una corriente que se remonta al siglo XIX) e incluso la literatura comparada.
La investigación intermedial es una práctica que pone en relación discursos y materialidades: un texto literario y un dispositivo óptico, en el caso del análisis de María Taboza de un cuento de Cortázar, o una fantasía escénica y un recurso tecnológico, en el análisis que hace Rojas Amador del Pepper’s Ghost.
Por el carácter dinámico de las expresiones mediáticas y por su propio carácter dialógico, el término intermedialidad se encuentra en constante transformación, siempre producto de la reflexión y el cuestionamiento. El presente número de Escena espera contribuir en esta discusión.
Notas