Revisión de tema
Recepción: 17 Septiembre 2018
Aprobación: 30 Octubre 2018
Resumen: Este artículo trata de la esperanza, y de las posibilidades que ella tiene en el campo de la alter comunicación en el sur de la ciudad de Bogotá. Desde una exploración testimonial y etnográfica, se establece un mapa de potencialidades, una proyección de oportunidades posibles a desarrollar desde el ejercicio alter comunicativo, teniendo en cuenta el devenir histórico de las prácticas alternativas, comunitarias y populares que desde el campo de la comunicación germinaron y se consolidaron en los territorios sureños, y que se vienen reconfigurando en los últimos 10 años, entre otras cuestiones, debido a la crisis de dos escenarios claves: el descrédito del proceso de las emisoras comunitarias en Bogotá luego de su legalización en el año 2008, y la deslegitimación de los escenarios de participación y deliberación creados en el marco de la Política Pública de Comunicación Comunitaria de Bogotá.
Palabras clave: Comunicación Intercultural, Crisis Cultural, Participación Comunitaria, Educación Alternativa.
Abstract: This article is about hope, and the possibilities that it has in the field of alter communication in the south of Bogotá city. From a testimonial and ethnographic exploration, a map of potentialities is established, a projection of possible opportunities to be developed from the alter communicative exercise, taking into account the historical evolution of alternative, community and popular practices which from the field of communication germinated and they got consolidated in the southern territories, and they have been reconfiguring in the last 10 years, among other issues due to the crisis of two key scenarios: the discrediting of the process of community radio stations in Bogotá, after its legalization in 2008, and the delegitimation of the participation and deliberation scenarios created within the framework of the Public Policy of Community Communication in Bogotá.
Keywords: Intercultural Dialogue, Cultural Crises, Community Participation, Alternative Education.
1. Introducción
Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados.
Eduardo Galeano
El futuro no está vacío.
Tony Fry
“Hay que volverse a tomar el espectro radioeléctrico y hay que tomarse la calle”, nos dijo Toño Martínez, de la Red Loma Sur, mientras conversábamos con un grupo de amigos en una panadería de La Victoria, un barrio popular de los cerros del suroriente bogotano. “Cómo así, Toño”, le preguntamos. “Sí, la propuesta de Radio Nómada hay que volverla a hacer, pero que la comunidad tenga el derecho a que su palabra se pueda escuchar públicamente, o sea, es recuperar la palabra para la gente…”, nos respondió, esperanzado, como siempre.
La esperanza en el sur tiene muchos nombres: Antonio, Sandra, Edwin, Leonidas, Mauricio, Jairo, el vecino de la esquina. A esa esperanza Paulo Freire (1979) la llamó lo “Inédito posible”. Boaventura de Sousa Santos dijo que la esperanza era lo “Todavía – no”, y el maestro Hugo Zémelman que era “lo dándose, lo por darse”. Giorgio Agamben la describió como el “yo puedo” y Pierre Levy señaló que lo posible tendría el nombre de “Virtualidad”. Cornelius Castoriadis decía que la esperanza era “Imaginario Radical”, Eduardo Galeano contaba que la esperanza era eso, Esperanza. Mientras tanto el viejo Antonio, a quien le gustan las palabras porque le permiten contar historias, le dijo al sub comandante insurgente Marcos que la esperanza tiene tanto de sueño como de sudor, de fogón y de machete:
Sueña el viejo Antonio con que la tierra que trabaja le pertenece, sueña que su sudor es pagado con justicia y verdad, sueña que hay escuela para curar la ignorancia y medicina para espantar la muerte, sueña que su casa se ilumina y su mesa se llena, sueña que su tierra es libre y que es razón de su gente gobernar y gobernarse, sueña que está en paz consigo mismo y con el mundo. Sueña que debe luchar para tener ese sueño, sueña que debe haber muerto para que haya vida. Sueña Antonio y despierta… ahora sabe qué hacer y ve a su mujer en cuclillas atizar el fogón, oye a su hijo llorar, mira el sol saludando al oriente, y afila el machete mientras sonríe… (Subcomandante Insurgente Marcos, 1998, p. 19).
Analizar la alter comunicación[1] sureña bogotana a la luz de lo posible, invita a examinar su configuración y desarrollo a la luz de las posibilidades de respuesta que los alter comunicadores generan a la crisis estructural del régimen comunicativo hegemónico[2]. Este análisis tiene que ver, entonces, con revisar la potencialidad de la alter comunicación en relación con el devenir de la esfera público – comunicativa de la ciudad de Bogotá, en lo que refiere a la proposición de espacios público – políticos no estatales que, en respuesta ciudadana a las hegemonías comunicativas y su poder social, y a la cooptación que ha hecho este régimen comunicativo de algunas experiencias alternativas en el campo de la comunicación.
Es importante señalar que la noción de potencia - potencialidad se asume en esta investigación desde dos enfoques. El primero propuesto por Paolo Virno, quién desde una perspectiva económico – sociológica la define como “capacidad de producir aún no aplicada” (2003, p. 18.) La decisión sobre este enfoque está determinada por las relaciones establecidas entre los procesos alter comunicativos y el escenario económico, ya que uno de los factores que con mayor fuerza incide en la crisis de los procesos alter comunicativos es el económico, cosa que nos lleva a revisar las potencialidades del sector a la luz esta orientación. Un segundo enfoque lo hemos denominado como la virtualidad de la construcción política. La virtualidad (potencialidad vista desde la perspectiva de Pierre Levy):
Se debe entender como aquello que ya está constituido, pero que se mantiene en el limbo. Lo posible se realizará sin que nada cambie en su determinación ni en su naturaleza. Es un real fantasmagórico, latente. Lo posible es idéntico a lo real; sólo le falta existencia [material, en la acción]. (…) Lo virtual – posible, no se opone a lo real sino a lo actual. (…) Lo virtual viene a ser el conjunto problemático, el nudo de tendencias o de fuerzas que acompaña a una situación, un acontecimiento, un objeto o cualquier entidad y que reclama un proceso de resolución: la actualización. Este conjunto problemático pertenece a la entidad considerada y constituye una de sus principales dimensiones (Levy, 1999, p. 10-11).
Desde esta perspectiva, lo virtual tiene todo de realidad, es una potencia, como la fuerza de trabajo descrita por Marx en el escenario del sistema de producción capitalista: la fuerza de trabajo como potencia es aquello que el obrero está en la capacidad de hacer, pero no ha hecho aún. Es lo que Boaventura de Sousa Santos denomina como lo Todavía – No, aquello que se reconoce en una serie de movimientos latentes que, sin ser necesariamente reconocidos, hacen presencia, están allí a la espera de tomar su lugar es la historia, porque “lo Todavía – No es el modo en que el futuro se inscribe en el presente y lo dilata.” (Santos, 2009, p. 127).
Teniendo en cuenta lo anterior, en esta investigación se establecen una serie de potencialidades que se podrían expresar en función de la acción público – política y formativa de las organizaciones y los actores de la alter comunicación sureña. Estas potencialidades se encuentran latentes sobre el escenario social de la periferia bogotana, y no constituyen, en modo alguno, una oposición a las contradictorias realidades que viven estos actores. Por el contrario, son complementarias a esta realidad. Esto porque lo posible para la alter comunicación sureña no está dado sólo en términos de alternativas para la transformación social desde una perspectiva popular comunitaria, sino que también comprende acciones, pensamientos, quereres y sentires que legitiman y reproducen el régimen socio-comunicativo hegemónico.
El nacimiento del sur de Bogotá
A finales del siglo XIX, en los territorios de lo que hoy es el sur de la ciudad de Bogotá, en particular las localidades de San Cristóbal, Tunjuelito y Rafael Uribe Uribe, existía un número importante de industrias de extracción de materiales para la construcción y chircales, ubicados principalmente en las faldas de la cordillera oriental, situación que motivó una primera etapa de poblamiento de ese sector. Este proceso de urbanización se afianzó con la continua recepción de pobladores campesinos que migraron a la ciudad y se ubicaron en el sur oriente.
Entre 1890 y 1910, se inicia el proceso de ocupación del territorio en la cuenca del río Fucha, donde se ubican molinos de trigo y maíz, y se consolidan asentamientos artesanales e industriales. Al territorio empiezan a llegar campesinos de diferentes regiones del país, como Boyacá, Santander y Cundinamarca, quienes ven en estas tierras paramunas una oportunidad para rehacer sus vidas marcadas por la violencia de las guerras civiles, la pobreza y el olvido estatal.
En esos primeros años de poblamiento del suroriente bogotano se inicia un proceso de ruralización de la ciudad, en el que las primeras familias convierten sus pequeñas parcelas en una extensión del campo del que provienen. Por ello, la gran mayoría de las viviendas mantenían un corte rural y campesino, donde las extensas terrazas y patios servían, entre otras cuestiones, para la siembra de cultivos de diferentes productos propios de la vida campesina.
Entre las décadas del 60 y 70 del siglo XX, las lomas del suroriente aumentan su población de manera considerable, producto del conflicto social, político y armado que en la época vive el país. En 1972, en el marco de un nuevo ordenamiento territorial de la ciudad, estos territorios del suroriente pasan a conformar Alcaldías Menores del Distrito Especial de Bogotá, conformándose lo que hoy se conoce como las localidades de San Cristóbal, Tunjuelito y Rafael Uribe Uribe. Ya en los años noventa “se urbanizan masivamente las zonas de alto riesgo, con toda su problemática: se calculan 140 asentamientos para los primeros años de esta década” (Villamizar, 2011, p. 15), solo para la localidad cuarta de San Cristóbal.
Esta corta reseña territorial nos permite situar el contexto de surgimiento de los procesos organizativos del suroriente bogotano participantes en el estudio: la Red Loma Sur y las emisoras comunitarias Vientos estéreo 94.4 FM y La Kalle[3], su red estéreo 106.4 FM (hoy Ciudad estéreo), los cuales son producto del trabajo comunitario realizado por un grupo de líderes comunitarios y comunicadores populares protagonistas, en la década de los 80, del movimiento juvenil, cultural y comunicativo en el sur oriente de Bogotá.
2. Metodología
Frente a la necesidad de sintetizar y reflexionar sobre las acciones, actores y procesos organizativos que hacen de la alter comunicación una apuesta transformadora, teniendo como referente su trayectoria y experiencia, esta vez no sólo en perspectiva del pasado y de la memoria sino a partir de la proyección de futuros posibles, de potencialidades, el presente estudio tiene como fundamento metodológico la Sistematización de experiencias, donde se descubre y explicita la lógica del proceso vivido a partir su ordenamiento y reconstrucción crítica, para determinar cómo se ha realizado, los factores que han intervenido y por qué los procesos han sido de ese modo (Jara, 2000, p. 12). A su vez, “contextualiza dichas interpretaciones en las realidades sociales e históricas en que están inmersas” (Torres, 2000, pp. 34-35), para desde allí proyectar las potencialidades de los procesos actuales.
Son tres las experiencias vinculadas a esta investigación: las emisoras comunitarias La Kalle, su red estéreo (hoy Ciudad estéreo), Vientos estéreo y el proceso alter comunicativo Red Loma Sur. Estas son experiencias representativas del quehacer alter comunicativo bogotano, cuyos gestores llevan más de 10 años en el desarrollo de trabajo en el campo de la alter comunicación en el sur de la ciudad; esta trayectoria los legítima como líderes del campo alter comunicativo a nivel distrital y nacional, y a sus experiencias las inscribe como parte de la memoria alter comunicativa colectiva de las comunidades del sur, por su reconocimiento comunitario y en el mismo sector de la alter comunicación bogotana. Al tiempo, los líderes de las experiencias han sido participantes activos en los procesos de deliberación de políticas públicas (distritales y nacionales) vinculadas al sector alter comunicativo.
En términos de la estrategia metodológica, la investigación comprendió tres escenarios: el primero es la reconstrucción, a partir fundamentalmente de diálogos testimoniales con integrantes de las experiencias (en relación con sus experiencias individuales y colectivas), trabajo etnográfico y rastreo documental.
El segundo escenario, de carácter hermenéutico, fue el de la interpretación. En él se buscó “captar el sentido de la experiencia desde las categorías significativas puestas en juego en la interpretación” (Zúñiga y Lehap, 2000, p. 50-51). En esta fase se establecieron los principios de legibilidad de la experiencia, así como la gramática en la que se sitúan los actores, sus relaciones y perspectivas de reflexión y acción, en relación con los aportes que los procesos alter comunicativos hacen a la esfera público política sureña bogotana.
El tercer escenario, denominado Potenciación, se instituye como centro de este estudio. Este escenario propone “leer desde una experiencia singular, desde unos actores concretos y unas demandas específicas, las ofertas centrales” de la alter comunicación, “creando luego (...) un mapa de las rutas culturales alternativas” (Zúñiga y Lehap, 2000, p. 52). Lo que posibilita este escenario es identificar rutas posibles de acción de los procesos alter comunicativos, para hacer frente a las crisis que enfrenta.
Es de interés resaltar que el corpus metodológico y empírico analítico utilizado para el presente análisis, derivado de los testimonios recopilados durante el proceso de sistematización, corresponden a un momento coyuntural clave para el desarrollo de las experiencias alter comunicativas del país, y en específico del campo radiofónico comunitario en la ciudad de Bogotá: la apertura de licitación pública, entre los años 2007-2008, para adjudicación de licencias para emisoras comunitarias en las ciudades capitales de Colombia (inicialmente para Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla) por parte del Ministerio de Comunicaciones (hoy Ministerio de las TIC). Este proceso duró hasta el año 2010 cuando en Bogotá “entraron al aire”, ahora legalizadas, 7 emisoras comunitarias, luego de más de 15 años de solicitudes, debates y disputas con el Ministerio de las TIC[4]. Ese es el referente temporal al que atiende este análisis, y a ese contexto atienden los testimonios presentados, registrados entre los años 2008 y 2014.
Así, el contexto de este artículo se centra en el momento histórico de la formalización, o si se prefiere, la institucionalización del ejercicio de la radiodifusión comunitaria en el suroriente bogotano (formalización: 2007-2010, implementación: 2011-2014). El proceso de formalización generó tensiones entre los radialistas sureños bogotanos, que transitaban entre la defensa de las lógicas de participación social y el sostenimiento económico de las emisoras, entre el fortalecimiento comunitario y el funcionamiento mercantil de las emisoras. La tensión entre lo político y lo económico - lucrativo, en ese momento puso en duda las apuestas de una radio participativa, pluralista y comprometida con los procesos locales, hasta el punto de que hoy, 8 años después del proceso de adjudicación de las licencias de radios comunitarias en ciudades capitales, algunos de los veteranos activistas alter comunicativos, como Toño Martínez de la Red Loma Sur, consideran que: “está todo un despelote, la gente está cada una por su lado, y la radios comunitarias que tenemos no le sirven a la gente, toca volver a empezar todo” (Conversación personal con Antonio Martínez, integrante de la Red Loma Sur. Agosto 2018).
3. Un marco interpretativo de lo posible
La esperanza da sentido a la existencia del hombre. No todo lo real puede ser necesariamente racionalizado, porque no todo lo racionalizado por el hombre es real. La esperanza, al tiempo de entenderse como carencia o privación (Agamben, 2005, p. 335), se debe ver, fundamentalmente, como potencia, como creación, como posibilidad de la imaginación que permite la existencia de aquellos otros mundos que ya vienen siendo posibles: “Mira el sol saludando al oriente, y afila el machete mientras sonríe”, nos ha dicho el viejo Antonio.
La potencialidad, lo “por darse”, implica instaurar nuevas – otras lógicas de interpretación y de significación de lo real, para permitir el re–conocimiento de las fuentes primarias de su comprensión, donde el sujeto recupere la capacidad de nombrar nuevamente el mundo, de inventárselo día a día por fuera de las lógicas hegemónicas socialmente instituidas, reconociendo, al tiempo, que aquello socialmente establecido de todas maneras afecta el devenir de las relaciones que el sujeto sostiene con el mundo y sus construcciones e incide en las interacciones que se generan con los otros.
La potencialidad de lo real se puede instituir como posibilidad creativa para la imaginación que permite re–nombrar el mundo para hacerlo nuestro y de los otros: nuestro porque re–semantizamos el mundo por fuera de los regímenes comunicativos hegemónicos, y porque el acontecimiento de nombrar el mundo también adquiere sentido social en la medida que comparte referentes comunes con aquellos otros que habitan ese mismo mundo. No se trata de instaurar un nuevo lenguaje que permita significar e interpretar hegemónicamente el mundo, de lo que se trata es de reconocer las múltiples formas de dar nombre y de confluir en ellas, entendiendo que una forma no excluye a la otra, sino que, más bien, la complementa, y que en esta acción de integración pueden surgir nuevas – otras miradas, nuevas – otras interpretaciones de lo real instituido.
Por ello se hace necesario entender lo real – comunicativo como fractura, donde la congregación de miradas reformulan constantemente la posición social del mundo observado, de la mirada misma y del sujeto que, observando, se construye a sí mismo a cada momento, en cada encuentro, en cada enfrentamiento con el mundo y con los otros, porque “el mundo de la experiencia, sometido a imprevisibles procesos de cambio, mutación y transformación, en nada puede parecerse al eidético [a la esencia de las cosas]” (Sánchez Capdequí, 1999, p. 33).
Por esto lo inédito viable, la potencialidad, también es magma, un “modo de organización de una diversidad no susceptible de ser reunida en un conjunto” (Castoriadis, 1989, p. 34), lo que no quiere decir que los elementos constituyentes de la potencialidad no existan o que queden restringidos al plano de lo irreal. Co–existen estos elementos con la hegemonía de lo real y en esta co–existencia requieren de otras – nuevas lógicas para poder explicar su Ser, ya que la acción de re–interpretación y re–significación de lo real ya no está determinada solamente por las formas de construcción hegemónicas, sino que es potencia que se actualiza en el tiempo.
Se instaura aquí otro tiempo imaginario que reconoce como planos constitutivos de la existencia el recuerdo, el pasado y la memoria, que se articulan con el presente y posibilitan la proyección de futuros posibles, en tanto que es un tiempo descentrado, no lineal. La potencialidad no es una forma de hacer EN el tiempo, es una posibilidad de hacer EL tiempo mismo, es decir, la historia.
3.1 Lo posible en la alter–comunicación sureña bogotana
Lo virtual no es, en modo alguno, lo opuesto a lo real, sino una forma de ser fecunda y potente que favorece los procesos de creación, abre horizontes, cava pozos llenos de sentido bajo la superficialidad de la presencia física inmediata (Levy, 1999, p. 8).
Hay que señalar que la potencialidad no es un asunto exclusivo de la subalternidad ni de los sectores populares, es también condición biopolítica de quienes sustentan y promueven el orden establecido, cuestión que constituye lo que podríamos denominar como “potencialidad reproductora” del statu quo. Las hegemonías, por su propia condición, tienden a fomentar, agenciar, adecuar y reproducir formas de dominación que, representadas en la negación de la potencialidad del otro subalterno, legitiman su propia potencialidad reproductora.
En este documento, que tiene como referente de análisis el mundo popular y los procesos alter comunicativos del sur de Bogotá, no abordaremos el mapa de potencialidades reproductoras que constituye a las hegemonías comunicativas en Colombia[5]. Lo que se pretende es la identificación de las posibilidades de acción transformadora de los sectores subalternos, desde una perspectiva alter comunicativa, para reconocer, desde esta perspectiva, la heterogénesis de lo humano (Levy, 1999) en donde se reivindique la virtualidad de la acción política transformadora como expresión de la potencialidad.
Para ello proponemos a continuación la identificación y caracterización de una serie de aspectos sociopolíticos, pedagógicos y económico – administrativos propios de las experiencias alter comunicativas del sur de Bogotá, las cuales se deben ver como potencialidades que están a la espera de materialidad. Como se ha señalado en la exposición metodológica, el soporte empírico analítico de este análisis está en los testimonios y diarios de campo recopilados en el proceso de caracterización y sistematización de las experiencias vinculadas al estudio: las emisoras comunitarias La Kalle y Vientos Estéreo, y el proceso alter comunicativo Red Loma Sur.
En la codificación del material se establecieron tres campos de análisis: el primero relacionado con el quehacer público político de la alter comunicación sureña; el segundo relacionado con procesos formativos; el tercero relacionado con aspectos económicos y administrativos. Estos campos se inscribieron, a su vez, en dos líneas de interpretación que han sido denominadas como “Potencialidades transformadoras” y “Potencialidades reproductoras” (del orden social hegemónico), tal como se expresa en la siguiente tabla:
3.1.1 La potencialidad del quehacer público político alter comunicativo sureño
Para el caso de la potencialidad de quehacer público político de la alter comunicación sureña bogotana hay que señalar, en primer lugar, que el debate está mediado hoy por las tensiones que se han generado en torno a la adjudicación, en el año 2010, de las licencias de funcionamiento de las emisoras comunitarias para las ciudades capitales. Las disputas que frente a las formas de administración se crearon, definieron en buena parte el perfil “de lo que se debía hacer” para enfrentar la situación, sobre todo a partir del mes de septiembre de 2011, cuando la organización Voces Nuestras[6]decide, unilateralmente, sacar de la Junta de Programación de la emisora comunitaria Vientos Estéreo a la Red Loma Sur, colectivo de trabajo alter comunicativo que venía aportando contenidos y reflexiones a la radio comunitaria del suroriente bogotano, cuando esta era “ilegal” (no contaban con licencia de radiodifusión de contenidos).
Es en este contexto en el cual potencialidades como “tomarse la calle, hacer activismo barrial y volverse a tomar el espectro radioeléctrico” deben ser interpretadas, por cuanto responden a una situación que, naciendo como coyuntura, se convirtió en parte estructural de la discusión y la acción alter comunicativa en el suroriente bogotano.
· Tomarse la calle
La propuesta nuestra de Radio Nómada hay que volverla a hacer, ir a la cuadra y moverla por los diferentes barrios, pero que la comunidad tenga el derecho a que su palabra se pueda escuchar públicamente (Conversación personal con Andrés Antonio Martínez, integrante de la Red Loma Sur. 03 de noviembre de 2012).
La consolidación de los medios masivos de comunicación formuló una nueva esfera pública: la mediática. Una de las críticas que con mayor fuerza se ha posicionado en el debate público sobre los medios masivos es que ellos han “usurpado la experiencia social”, construyendo un modelo de interacción y representación que tiene como sustento la experiencia vicaria: ahora la experiencia propia es la experiencia de los otros. En contraposición, los alter comunicadores proponen volver a la calle, es decir, recuperar el contacto con el otro y recuperar la experiencia directa.
Tomarse la calle, en tanto potencia, implica recuperar una práctica que en los inicios de la alter comunicación se consideraba fundamental: tener contacto directo con los vecinos, la interacción directa. Este sería una “potencia re–constituyente” de la alter comunicación. No se trata de “volver a los inicios”, se trata de recuperar los fundamentos de la acción alter comunicativa, aquellos sin los cuales esta apuesta por la comunicación - otra no puede ser posible.
· Volverse a tomar el espectro radioeléctrico
No es una pelea sana, ni un debate sano. [Aquí no se dice] “ahí está el espacio [de la emisora], tenemos diferencias en su construcción, pero ustedes también tienen derecho.” No hermano, nos sacaron así no más (…) Y frente a eso yo digo: que ellos [los integrantes de Vientos Estéreo] sigan haciendo su vaina, pero nosotros tenemos que apostarle a otro tipo de radio, a otra vaina, y efectivamente hay que volverse a tomar el espectro radioeléctrico (Conversación personal con Andrés Antonio Martínez, integrante de la Red Loma Sur. 03 de noviembre de 2012).
Los radialistas capitalinos del sur estuvieron luchando, durante casi 15 años, por el reconocimiento y la legalización de sus propuestas radiofónicas populares. Hasta el 2007, año en el cual el Ministerio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (MinTIC) realiza la convocatoria para adjudicar licencias de radios comunitarias en las ciudades capitales de Colombia[7], los radialistas populares bogotanos desarrollaban su trabajo “en la ilegalidad”. Esta circunstancia unió a buena parte de los actores alter comunicativos en torno a la defensa de los derechos comunicativos e informativos, de opinión y de expresión de los sectores populares.
Una vez adjudicadas las licencias en Bogotá, el proceso de articulación degeneró en una puja por la financiación y el sostenimiento de las emisoras, lo que llevó a algunas organizaciones concesionarias (sea el caso de Voces nuestras, que administra la licencia de la emisora comunitaria Vientos Estéreo) a implementar una visión productivista del desarrollo de estos medios comunitarios. Así, lo que históricamente había sido una apuesta política por la reivindicación comunicativa de los sectores populares se convirtió, al decir de algunos actores, en un negocio:
Ahí fue donde notamos un cambio muy fuerte, también en el lenguaje, porque recuerdo mucho a Londoño, este personaje que hace parte de la emisora, que hablaba siempre de nuestro negocio; siempre utilizaba esa noción de negocio, algo que por la credibilidad que nosotros tenemos como colectivo desde lo comunitario, nos parecía un exabrupto, algo que no encajaba dentro del discurso de lo comunitario.” (Diario de campo, 01/2011. Conversación con Giovanny Leal, integrante de la Red Loma Sur)
Con la salida de Loma Sur de la junta y las franjas de programación de Vientos Estéreo, los integrantes de la Red y otros colectivos de trabajo del suroriente se han dedicado a buscar espacios alternativos para el desarrollo de sus propuestas. Una de las opciones que se consideran como posibles es la de volverse a tomar el espectro radioeléctrico, en una dinámica “re–constituyente” que se podría interpretar, en la perspectiva de Gianni Vattimo, como “volver a ser lo que se era antes”[8].
Ahora, volverse a tomar el espectro radioeléctrico se puede interpretar en dos sentidos potenciales: el primero, tiene que ver con recuperar los procesos de articulación de procesos que los radialistas sureños lograron en los años 80 y 90, que les permitieron hacer radiodifusión a partir de la aceptación plural de un debate agonista que permitía poner en discusión opciones frente al desarrollo de las radios comunitarias, sin que ello implicara, de facto, la expulsión unilateral de los actores “disidentes”, así como de los procesos de producción y circulación de contenidos en espacios comunitarios.
El segundo sentido potencial tendría que ver con volver a la producción radiofónica “ilegal”, esa corriente de acción radiofónica que en el siglo XX se conoció como “radio pirata”. Si los expulsados no encuentran el espacio democrático de deliberación que requieren sus posturas y propuestas, y si algunos sectores de la alter comunicación que han construido una limitada hegemonía en el campo alter comunicativo (por efectos de saberse beneficiarios directos de las concesiones), no permiten la participación plural agonista de los sectores críticos de los procesos institucionalizados, es posible que se vuelva a los tiempos de las antenas y ondas clandestinas.
· Vinculación de audiencias y nuevos medios
La vinculación de las audiencias en los procesos de producción de contenidos y la creación de nuevos medios se presentan, en el campo alter comunicativo, como potencialidades propias de su quehacer público político. Estas acciones son potencia que se actualiza periódicamente, por cuanto se viene implementando desde las experiencias de alter medios en su hacer cotidiano.
Lo que sucede es que el hecho mismo de participar a las audiencias en la práctica de producción de contenidos impide reflexionar, en ocasiones, sobre las implicaciones público políticas que significan estas vinculaciones en el desarrollo de las experiencias. Pareciera que la relación alter medios – producción – audiencias es un acontecimiento natural propio de la alter comunicación, y esta naturalización impide su reflexión desde una perspectiva crítica. En esta falta de sistematización reflexiva del quehacer, se instrumentalizan las prácticas y las relaciones que los alter comunicadores proyectan hacia sus comunidades de referencia.
Al instrumentalizarse prácticas y relaciones, la alter comunicación comienza a perder su sentido y se empieza a alinear, cada vez más, con las lógicas de un sistema hegemónico que dice contradecir. En este sentido, una potencialidad importante de la alter comunicación está en los procesos de sistematización que cada participante haga de su propia experiencia, en relación directa con aquellas líneas de acción popular críticas que promulgan la sistematización permanente de las experiencias, como estrategia que posibilita analizar la acción en relación con el contexto.
Por su parte, la creación y gestión comunitaria de nuevos escenarios de acción alter comunicativa se presenta como una posible respuesta a la instrumentalización de los procesos. Se trata de re–crear las propuestas implementadas a partir de la reflexión del proceso vivido. La re–creación es resultado de la necesidad misma de ajustar los procesos según los cambios que va proponiendo el contexto social, político, económico, tecnológico, cultural, territorial que se le presenta a la experiencia. De no ser así, los procesos alter comunicativos quedarían presos de sí mismos, y dejarían de corresponder a las necesidades y devenires propios de la realidad en la que se inscriben.
3.1.2 La potencialidad de los procesos pedagógicos alter comunicativo
Los procesos pedagógicos agenciados desde los actores de la alter comunicación sureña son potenciales, en la medida que aportan buena parte de las bases fundamentales para su auto sostenimiento en el tiempo. Es por la vía de estos procesos pedagógicos que “se están formando los nuevos actores comunitarios, aquellos que dirigirán de manera responsable y creativa las transformaciones sociales requeridas por los sectores populares”. (Diario de campo, 01/2011. Conversación con Giovanny Leal, integrante de la Red Loma Sur).
Estas pedagogías alter comunicativas le hacen frente a las homogenizaciones discursivas y sociales que se imponen desde el régimen comunicativo hegemónico, con lo cual abren espacio para la defensa de la pluralidad y la diversidad. Ahora, a partir del mapa de potencialidades identificado desde las experiencias alter comunicativas vinculadas con el estudio, se puede establecer que las formas de agenciamiento de lo pedagógico desde la alter comunicación sureña comprenden los siguientes enfoques potenciales:
· Formación política y de medios en colegios, con niños y jóvenes
Los colegios han sido espacios propicios para el desarrollo de procesos de formación política y alter comunicativa en el sur bogotano. Desde los años 80 hay una relación pedagógica permanente y activa entre los colegios (estudiantes y profesores) y los actores de la alter comunicación, por lo que esta potencialidad pedagógica y política no se puede considerar como algo novedoso. Lo que hay que reconocer, en este contexto, es que la formación alter comunicativa es una potencia activa, que se actualiza de manera recurrente. La pedagogía alter comunicativa es una “potencia perseverante”, que no se agota en ningún proceso ya ejecutado, sino que adquiere vida en cada nueva generación de profesores y estudiantes que se vinculan al sistema educativo formal.
Esta acción pedagógica es una potencialidad política porque promulga la reivindicación de niños y jóvenes, y de los profesores, como sujetos históricos capaces de valorar críticamente su contexto para transformarlo. No en vano existe una relación profunda de la alter comunicación con los procesos de educación popular, hasta el punto de poder decir que la alter comunicación es expresión activa de ella, ya que, parafraseando a Alfonso Torres (2007, p. 30) desde la alter comunicación también se busca: A) conocer críticamente la realidad; B) comprometerse con la utopía de transformar esta realidad; C) formar sujetos de dicho cambio; D) asumir el diálogo como fundamento de la acción, las relaciones y la transformación.
· Formación ciudadana (conocimiento del Estado)
La formación ciudadana también es una “potencia perseverante”, por varias cuestiones: primero porque la formación ciudadana en lo relativo a los derechos (entre ellos el derecho de transformar las estructuras de la democracia liberal neoliberal) no se agota: todos los días nacen al mundo nuevos ciudadanos que requieren conocer (para transformar) los determinantes de la estructura social.
En segundo lugar, atendiendo a las viejas y nuevas estrategias de dominación, se requiere de una evaluación permanente de las estructuras sociales para formular nuevos – otros escenarios para la acción política liberadora. Esto implica una formación y deliberación permanente, con múltiples actores, sobre los devenires del mundo actual. Y también implica la descentralización de los espacios de debate público, a fin de vincular cada día a nuevos actores susceptibles de agenciar el cambio social, advirtiendo que:
Los oprimidos, en vez de buscar su liberación en la lucha y a través de ella, tienden a ser opresores también, o sub opresores. La estructura de su pensamiento se encuentra condicionada por la contradicción vivida en la situación concreta, existencial en que se forman. Su ideal es, realmente, ser hombres, pero para ellos ser hombres, en la contradicción en que siempre estuvieron y cuya superación no tienen clara, equivale a ser opresores. Estos son sus testimonios de humanidad (Freire, 1979, p. 35).
· Procesos de formación con financiación Estatal
En este punto nos encontramos con una “potencialidad reproductora”, la cual hemos descrito como un tipo de potencia dispuesta para el sostenimiento y la reproducción del régimen comunicativo y social hegemónico. Frente a los procesos de formación (política y ciudadana), en sí mismos, no hacemos comentarios distintos a los ya formulados en los apartados anteriores. Lo que se presenta como elemento para la discusión es el hecho de la financiación a la que se acude para su desarrollo.
Aquí hay que señalar que en torno a los recursos públicos y su acceso para desarrollo de proyectos ciudadanos, comunitarios y populares, existen múltiples posiciones. La que consideramos en este punto es aquella que señala que “quien pone los recursos define la orientación del proceso”. Muchos procesos de formación financiados con recursos públicos están, en buena parte, supeditados a las pautas de acción y a las formas de legitimación de la acción institucional, cosa que restringe la posibilidad de formular una “acción liberadora” en la implementación de la pedagogía alter comunicativa.
Algunos podrían no estar de acuerdo con esto, argumentando que finalmente son los actores alter comunicativos quienes implementan el proceso, pero lo que no se puede negar hoy es que buena parte de esos procesos (de las acciones y los recursos que los componen), se encuentran predeterminados, en muchas ocasiones, por pliegos de licitaciones y términos de referencia que se definen por fuera del contexto de las mismas comunidades y territorios donde los proyectos son ejecutados. Es decir que esta predeterminación se pone en función de los regímenes de representación de las hegemonías. Otro asunto importante es que muchos funcionarios que formulan los planes, programas y proyectos institucionales no tienen, en su gran mayoría, ningún vínculo (y, por extensión, ningún conocimiento) con las comunidades “beneficiarias” y sus realidades, sus problemáticas y necesidades. Tampoco saben de sus aspiraciones y de las alternativas que consideran posibles para el mejoramiento de sus condiciones de vida.
3.1.3 La potencialidad económica y administrativa en la alter comunicación sureña
La mirada productivista no ha sido ajena al campo de la alter comunicación. Al contrario, buena parte de las acciones que se despliegan cotidianamente desde el sector, tienen que ver con gestiones de recursos que posibiliten sostener en el tiempo las experiencias. La gestión administrativa y financiera se ha convertido en agente de la acción posible, en perspectiva de la “potencialidad reproductora”.
En paralelo, un grupo reducido de experiencias sigue defendiendo las posibilidades de la autogestión como estrategia de resistencia al régimen comunicativo. Desde el discurso, el grueso de los procesos alter comunicativos defiende la autonomía, pero las evidencias prácticas no nos dejan ver avances en este sentido. Al contrario, lo que se ve en el panorama particular de los alter medios sureños es que cada día, con más fuerza, el criterio mercantil se apropia de las experiencias, en detrimento de la acción política transformadora.
Por otro lado, se entrevén algunas iniciativas conducentes a “ponerle dientes” a la Política Pública Distrital de Comunicación Comunitaria, entendiendo que allí puede haber no sólo reconocimientos, sino apoyos (sobre todo financieros), que contribuyan a soportar los procesos administrativos que requiere el trabajo alter comunicativo. Miremos estos dos elementos con más detalle.
· La autogestión de recursos
A partir de la implementación de la Política Pública Distrital de Comunicación Comunitaria – PPDCC, en el año 2007, el fortalecimiento y la sostenibilidad de buena parte de los procesos alter comunicativos sureños comenzó a depender de los recursos públicos estatales. Como no todos los actores, medios y procesos fueron beneficiarios de los recursos provenientes del erario, la situación generó rencillas y disputas que redundaron en la fragmentación del movimiento alter comunicativo[9].
Al tiempo, lo relacionado con la financiación y el sostenimiento concentró los debates de los últimos años en el factor económico, en detrimento de la discusión política, lo que fue entendido por algunos sectores “radicales” (radicales en tanto “no aceptamos las migajas del Estado”) como “la venta” de la alter comunicación a los intereses del Estado y del Capital. Se entendió que por la vía de la financiación estatal se estaba generando una restricción de las autonomías, porque los enfoques de intervención y los propósitos mismos de las instituciones no necesariamente coincidían con las aspiraciones de acción alter comunicativa.
Se generó entonces, la resistencia de unos sectores y actores a “las trampas institucionales”, lo que llevó a pensar, nuevamente, en procesos de autogestión para la consecución de recursos que permitieran el desarrollo libre y autónomo de las acciones alter comunicativas, lo que hoy se constituye en potencialidad propia de la alter comunicación sureña, en defensa de las autonomías, la independencia y la emancipación que, se dice, debe primar desde estos procesos. Lo contrario se entiende, para algunos, como la réplica de un modelo economicista que alinea a los alter comunicadores con las imposiciones del mercado, del Capital y del Estado, donde se reivindica que “sin plata no se puede hacer nada”.
· Fortalecer la Política Pública Distrital de Comunicación Comunitaria - PPDCC
Los alter comunicadores sureños bogotanos hablan de este instrumento político de planificación institucional en retrospectiva, es decir, se habla de sus antecedentes históricos, de las formas de participación en su constitución, de las expectativas que se tenían de cara a fundamentar y posicionar el campo de la alter comunicación como escenario estratégico de acción público política, pero ninguno de los testimonios la menciona como una “propuesta viva”.
Al contrario, la política pública se percibe y se siente, para las experiencias vinculadas con el estudio, como una camisa de fuerza que restringe la participación, la creación y la vinculación de nuevos – otros actores, procesos y medios al campo alter comunicativo. Fueron muchas las expectativas que se crearon, y fueron muchos los esfuerzos que se hicieron (y se siguen haciendo) para que esta política pública correspondiera con las necesidades de participación, formación, sostenimiento y financiación, democratización y fortalecimiento del sector alter comunicativo bogotano, y como estrategia de inclusión de los sectores populares en el ecosistema comunicativo de la ciudad.
Las expectativas fueron muchas y los resultados estructurales, siete años después de su aprobación por la vía del Acuerdo 292 de 2007 y de los Decretos 149 de 2008 y 150 de 2008, aún están por verse. Ha habido avances en algunas cuestiones: establecimiento general de los actores, medios y procesos que participan de la alter comunicación bogotana y por localidades[10]; caracterización y diagnóstico de los actores y sectores, en lo relacionado con recursos, fuentes de financiación, territorios de influencia, procesos de articulación, medios de difusión, necesidades de formación, etc. Pero a pesar de estos progresos, no se puede decir que se haya consolidado un movimiento que proponga una discusión de peso al régimen comunicativo hegemónico.
Es allí donde se propone el fortalecimiento de la PPDCC como potencialidad. De lo que se trata, al decir de algunos, no es de desconocer su existencia y de no actuar en su marco. De lo que se trata es de re–potencializar sus orientaciones, buscando, por esta vía, el fortalecimiento del campo alter comunicativo sureño y distrital en perspectiva de las reivindicaciones populares al derecho a la comunicación, la expresión, la información y la creación de alter medios. No deja de ser esta, también, una “potencialidad reproductora”, ya que a pesar de la participación ciudadana que se generó en torno a su definición y aprobación institucional, la PPDCC terminó convirtiéndose en agente de tensión comunitaria, y, nuevamente, en escenario de disputa por los recursos públicos, tal como lo expresa Carlos Acero, de la emisora comunitaria Vientos Estéreo:
Nosotros tenemos una política pública pero que no se cumple, son buenas intenciones y nada más. La prueba es que la pauta publicitaria del distrito sigue en manos de los grandes medios. Esa es una muestra de que hubo buenas intensiones. Lucho Garzón, Samuel Moreno y ahora Gustavo Petro, todos han tenido buenas intensiones, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Hay una política en la Mesa de comunicación, hay un acuerdo, pero en realidad el 95% de la pauta publicitaria de la ciudad sigue en manos de los grandes medios; esa es la única realidad que tenemos nosotros, debería ser lo contrario (Conversación personal con Carlos Acero, director de la emisora comunitaria Vientos Estéreo. 13 de febrero de 2012).
4. “Fue por eso que me quedé…” (A modo de conclusión)
Lo determinado no tiene, per sé, una existencia concreta. Lo determinado existe en la medida de su creación, existe como posicionamiento hegemónico de un sentido particular de la realidad, y por ello no es más que una construcción, una creación que promueve sentidos sociales a partir del cual “los muchos” debemos interpretar las cosas del mundo, su orden y su ser. Según Cornelius Castoriadis “es la institución de la sociedad lo que determina aquello que es ‘real’ y aquello que no lo es, lo que tiene un sentido y lo que carece de sentido” (2005, p. 69).
Así, la institucionalización de un sentido (en singular) busca ordenar “el magma de las significaciones imaginarias sociales que cobran cuerpo en la institución de la sociedad considerada y que, por así decirlo, la animan” (Castoriadis, 2005, p. 68). Y con ello, la determinación construye y constituye artificiosamente lo social.
Es la búsqueda de nuevos – otros órdenes lo que lleva a los alter comunicadores a explorar procesos transformadores en los cuales constituir su voz, porque a pesar de lo que promulga el régimen comunicativo hegemónico, la pobreza sigue existiendo, el agua sigue sin llegar a las casas, la educación se puso al servicio del mercado.
Los alter comunicadores pensaron, hace décadas, que los cambios son posibles y han trabajado por ello, con todo y las dificultades que se presentan en el camino. Para muchos no había desde el principio conciencia de esas búsquedas, pero sí muchas necesidades que obligaban una respuesta urgente. Y empezaron a especular la alter comunicación como respuesta a las crisis de los sectores populares del sur:
Nos encantó. Nos encantó porque, primero, nos hacía importantes; los medios hegemonizan también al individuo que tiene criterio, [y a nosotros] nos respetaban, nos buscaban, cuando llegábamos [la gente] decía: ‘ahí llegó el del periódico’. Eso era una cuestión muy interesante. Pero fuera de eso, también entender que existían problemas y que nadie los decía, nadie contaba sobre los problemas, entonces [nos tocaba a nosotros] empezar a contarlos, así sea sencillamente, empezar a hablar de la señora de la esquina, de la de los tintos, del zorrero, del albañil, de todas esas personas que son anónimas y que pasan toda su vida trabajando y que nadie les hace un reconocimiento… (Conversación personal con Leonidas Mosquera, director de la emisora comunitaria La Kalle. Diciembre de 2012).
Los alter comunicadores del sur entendieron que no existe una racionalidad (en singular) que se agote en sí misma. No existe una realidad que no pueda ser re–interpretada y re–significada; es decir, imaginada y potencializada. Al contrario: si se entiende el mundo de lo social en sus posibilidades de construcción, de creación y de imaginación; si se le entiende como virtualidad y como potencia, lo que se configura es un tipo de sociedad que tiene tanto de dominación como de resistencia y de liberación.
Los alter comunicadores descubrieron en el camino la posibilidad de ejercer, ahora sí, una ciudadanía que exige legitimar la existencia de una democracia que se ponga al servicio de los ciudadanos, la posibilidad de comenzar a actuar ya no en beneficio exclusivo de las oligarquías y de las pocas oportunidades que ellas imponen, sino desde un tipo de reivindicación alter comunicativa que se fundamenta en el hecho simple de poder hablar, de poder hacer visibles y audibles formas de ser, pensar, actuar, sentir, habitar que son propias de los sectores populares, desde el lugar mismo en que se es y se vive.
Sandra Cerón (Loma Sur): ¿Cómo llegué yo acá? Pueeees (risas). Cuando yo llegué, pues como uno no conoce qué es la radio comunitaria ni qué es una emisora (yo soy administradora pública), uno se imagina que es como una emisora comercial. Cuando yo entré me dije: ¿una emisora en este barrio?, me pareció raro, pues la persona que me invitó no me dijo de qué se trataba o yo no le entendí. El caso es que me pareció re lejos; yo decía: no, ¿pero por acá una emisora? Después fue algo chévere, uno empieza a tomar la rutina propia para seguir viniendo acá, participando en el proceso. Sí me sorprendió por lo que decía: por acá una emisora con tanto alcance y con tanta acogida por la comunidad… Fue por eso que me quedé…
Mauricio (Loma Sur): Yo tengo el recuerdo que cuando la primera vez que vine, no me acuerdo es con quién subía, pero nos envolatamos y nos iba quedando difícil la llegada; eso hasta llegábamos tarde por eso mismo, porque dábamos vueltas, teníamos la dirección, pero eso era más abajo, buscando y buscando, es que siempre por lo tan arriba, y que tiene A, B, C [en la nomenclatura de las direcciones], y eso nos quedó un poco difícil esa vez encontrar la emisora…
Sandra Cerón (Loma Sur): Adicional a eso no sabíamos que era “ilegal” (risas), yo no sabía que podían pasar una cantidad de cosas por estar acá, el parche era rico, pero cuando decían “no, no podemos decir que estamos acá”, y yo decía: “¿cómo así? (Risas), por qué no podemos decir”. Eso fue porque hubo un concurso para dar [a las audiencias] unos CD y dijeron: “ay, no podemos decir la dirección”, y entonces yo: “¿y cómo se los vamos a dar a la gente?” (Risas). ¿Te acuerdas? Lo que nos tocó hacer fue que alguien se encontró con la gente y se los dio… (Conversación personal con Sandra Cerón y Mauricio García, de la Red Loma Sur).
Las mismas historias de vida de los alter comunicadores sureños bogotanos dan cuenta de los devenires de los procesos, sus dificultades, sus apuestas y los resultados. Las luchas por la palabra propia han sido el centro del debate y la acción, en el camino se han presentado contradicciones fundamentales que se siguen discutiendo, con el ánimo de reconocer que los procesos de resistencia a la hegemonía neoliberal más que requerir de claridades, que las tiene, necesita de cuestionamientos críticos de las decisiones tomadas, para establecer las posibilidades de acción y las potencialidades del campo alter comunicativo, el cual se ha instituido como escenario para el agenciamiento de lo posible.
Así, la alter comunicación hace parte de la biografía de los territorios y comunidades del sur, la cual está impresa en la memoria de sus gestores y en la geografía misma de la ciudad, así como se puede entrever en uno de los recorridos realizados para esta investigación, donde al caminar por el barrio Nueva España, recordamos uno de los lugares donde estuvo ubicada clandestinamente la emisora comunitaria Vientos Estéreo, hacia el año 2007. El barrio está ubicado en una de las partes más altas de la localidad cuarta de San Cristóbal, en el suroriente bogotano, en esas lomas donde Sandra y Mauricio recuerdan cómo fue que empezaron en este proceso de la alter comunicación que, sin cambiar todavía el mundo, cambio su propio mundo.
Referencias
Agamben, G. (2005). La potencia del pensamiento. Buenos Aires, Argentina: Adriana Hidalgo.
Castoriadis, C. (1989). La institución imaginada de la sociedad. Barcelona, España: Tusquets.
Castoriadis, C. (2005). Lo imaginario: la creación en el dominio histórico social, en Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto. Gedisa, Barcelona: Grupos Fernández.
Freire, P. (1979). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI editores.
Gutiérrez, E. (2005). Televisión y escuela: comprender el ecosistema comunicativo. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15825173
Jara, O. (2000). Tres posibilidades de sistematización: comprensión, aprendizaje y teorización. En: Sistematización de experiencias, búsquedas recientes. (pp. 7-22). Bogotá, Colombia: Dimensión educativa.
Levy, P. (1999). Qué es lo virtual. Buenos Aires, México: Paidós.
Ortiz Gordillo, A. F. (2014). Eso fue lo que se inventaron las gentes del sur para contarse a sí mismas. Alter comunicación y construcción política de lo público en el sur de Bogotá. Tesis de maestría. Inédito. Recuperado de http://catalogo.pedagogica.edu.co/cgi-bin/koha/opac-detail.pl?biblionumber=192765
Ortiz Gordillo, A. F. (2016a) Tenemos una política pública que no se cumple, son buenas intenciones y nada más…” Análisis de las contradicciones, tensiones y disputas en la alter comunicación bogotana. Bogotá: Ediciones USTA, pp. 277-298.
Ortiz Gordillo, A. F. (2016b). Crisis del régimen comunicativo hegemónico. Hacia la consolidación de una cultura alter comunicativa para la paz. En: Hernández Pérez, M. (2016) Cultura de paz, reconciliación y transicionalidad. Bogotá: Universidad Distrital Francisco José de Caldas, pp. 117-134.
Sánchez Capdequí, C. (1999). Imaginación y sociedad: una hermenéutica creativa de la cultura. Madrid, España: Tecnos y Universidad pública de Navarra.
Santos, B. de S. (2009). Hacia una sociología de las ausencias y una sociología de las emergencias. En: Una epistemología del Sur. México: CLACSO, Siglo XXI Editores.
Subcomandante Insurgente Marcos (1998). Relatos del viejo Antonio. Chiapas, México: CIACH.
Torres Carrillo, A. (2000). La sistematización desde una perspectiva interpretativa. En: Sistematización de experiencias. Búsquedas recientes. Bogotá, Colombia: Dimensión Educativa.
Torres Carrillo, A. (2007). La educación popular. Trayectoria y actualidad. Bogotá, Colombia: El Búho.
Vattimo, G. (2009). Ecce comu. Cómo se llega a ser lo que se era. Buenos Aires: Paidós Ibérica.
Villamizar, L. (2011). Diagnóstico local de arte, cultura y patrimonio. Localidad de San Cristóbal. Recuperado de https://goo.gl/ajvNxa
Virno, P. (2003) Gramática de la multitud. Para un análisis de las formas de vida contemporáneas. Madrid, España: Traficantes de sueños.
Zuñiga, M. y Lehap, J. (2000). Sistematización de experiencias significativas en educación de adultos. En: Sistematización de experiencias, búsquedas recientes (pp. 39-52). Bogotá, Colombia: Dimensión Educativa.
Referencias
Andrés Antonio “Toño” Martínez. (2012 – 2013). Integrante de la Red Loma Sur, colectivo popular de comunicación de la localidad cuarta de San Cristóbal. Alter–comunicador popular.
Carlos Acero. (2012 - 2013). Miembro de la Emisora Comunitaria Vientos Estéreo. Alter–comunicador popular.
Giovanny Gilberto Leal Roncancio. (2012 - 2013). Integrante de la Red Loma Sur, colectivo popular de comunicación de la localidad cuarta de San Cristóbal. Alter–comunicador popular.
Leonidas Mosquera. (2012 - 2013). Director Emisora Comunitaria La Kalle. Alter–comunicador popular.
Mauricio García. (2012 - 2013). Integrante de la Red Loma Sur, colectivo popular de comunicación de la localidad cuarta de San Cristóbal. Alter–comunicador popular.
Sandra Milena Cerón. (2012 - 2014). Integrante de la Red Loma Sur, colectivo popular de comunicación de la localidad cuarta de San Cristóbal. Alter–comunicadora popular.
Notas
Para ampliar la información se recomienda consultar https://www.dejusticia.org/wp-content/uploads/2017/02/fi_name_recurso_404.pdf
En: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2006/T-460-06.htm
Información adicional
Cómo citar este artículo: Leal Roncancio, G.G., y Ortiz Gordillo, A.F. (2019). Recuperar la palabra para la gente: Alter comunicación y potencialidad en el sur de Bogotá, NOVUM, 1(9), p.p. 166 - 190.