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María Antonia Padilla Vargas: un estuche de monerías para la psicología en México (17.01.1968 – 03.03.2020)
Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, vol. 46, núm. 1, pp. 17-21, 2020
Sociedad Mexicana de Análisis de la Conducta

Editorial

© Revista mexicana de análisis de la conducta 1975

Recepción: 30 Marzo 2020

Aprobación: 04 Abril 2020

DOI: https://doi.org/10.5514/rmac.v46.i1.76980

MARÍA ANTONIA PADILLA VARGAS: UN ESTUCHE DE MONERÍAS PARA LA PSICOLOGÍA EN MÉXICO (17.01.1968 – 03.03.2020)



María Antonia Padilla Vargas (17.01.1968 – 03.03.2020)

Hay edades en las que la muerte no se presenta de forma gentil. Su presencia nos cimbra, aunque llegue en la forma de un suspiro. El pasado martes 3 de marzo, una llamada imprevista y poco deseada nos cimbró al comunicarnos el fallecimiento de la Dra. María Antonia Padilla Vargas, nuestra querida Tony. A quienes la conocimos, quienes fuimos parte de su vida y compartimos a lo largo de muchos años (nunca los suficientes), su amistad y el trabajo académico, su partida nos marcó de una forma imborrable.

Hay edades en las que la muerte no se presenta de forma gentil. Su presencia nos cimbra, aunque llegue en la forma de un suspiro. El pasado martes 3 de marzo, una llamada imprevista y poco deseada nos cimbró al comunicarnos el fallecimiento de la Dra. María Antonia Padilla Vargas, nuestra querida Tony. A quienes la conocimos, quienes fuimos parte de su vida y compartimos a lo largo de muchos años (nunca los suficientes), su amistad y el trabajo académico, su partida nos marcó de una forma imborrable.

Su dedicación y entusiasmo por la academia la llevó en 1994 a su incorporación al Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento de la Universidad de Guadalajara (CEIC), como Investigador Asistente del Dr. Julio Varela, quien fungía como uno de los investigadores titulares de dicha institución en ese momento. Tony se incorporó a una serie de proyectos relacionados con el aprendizaje complejo en humanos y en un proyecto denominado “Escuela Activa”, el cual tuvo un profundo impacto en lo que a la postre vendría a ser uno de los intereses guía de su trabajo investigativo: La enseñanza de la ciencia.

A partir de ese momento, y hasta el dia de su intempestiva muerte, Tony mostró un gran entusiasmo por su formación y desarrollo profesional y académico. Se graduó en el año 2000 del Doctorado en Ciencia del Comportamiento: opción análisis de la conducta de la Universidad de Guadalajara. Junto con el Dr. Emilio Ribes Iñesta, quien fuera su tutor, padre putativo y amigo a lo largo de toda su vida, se desarrolló una línea de investigación basada en lo que se conocería como el Modelo Psicológico de la Práctica Científica Individual. Su dedicación y dominio sobre el tema la llevó a ser considerada por colegas de distintas universidades como una de las principales investigadoras en el área de la enseñanza y la práctica científica.

A lo largo de su vida, fue solicitada en innumerables ocasiones como asesora y lectora de trabajos recepcionales de pregrado y posgrado, además de ser invitada como colaboradora en diferentes proyectos de investigación de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México junto con la Dra. Yolanda Guevara y la Dra. Virginia Pacheco. También colaboró en proyectos de la Universidad de Sonora con el equipo del Dr. Juan Irigoyen; y con la Universidad Veracruzana, en específico con la gente del Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento Humano, con quienes trabajó de forma continuada el último año de su vida gracias a que estuvo realizando trabajos de su año sabático en colaboración con el Dr. Jairo Tamayo.

En esta muy breve reseña, podemos ir descubriendo que la personalidad de Tony era totalmente cautivadora. Usando una expresión que ella solía usar muy frecuentemente para referirse a las demás personas, Tony era un estuche de monerías, con características sumamente peculiares que hicieron que ella se destacara en cada una de sus actividades y relaciones con los demás. Lectora voraz, ávida de conocimiento y con un profundo compromiso con la enseñanza y la investigación. Tony poseía una serie de virtudes que le permitieron ir sorteando y enfrentando los retos que nuestra disciplina y la vida misma le fueron presentando mientras estuvo con nosotros. Nos gustaría, a manera de homenaje a la mujer y a la investigadora compartirle al lector algunas de esas pequeñas muestras de las que fuimos testigos y que harán que la Dra. Padilla sea un referente como persona y como académica. En primer lugar, muchos la recordaremos por la levedad y ligereza con la que nos saludaba todos los días. Expresiones como “hola, señorita bella”, “corazón”, “eres un sol” eran escuchadas cotidianamente cuando ella estaba presente. A través de su alegría, ella pudo lidiar con mucho ánimo los retos que representa el muy árido mundo de la psicología, la investigación y las instituciones. Era una gran entusiasta del aprendizaje, su curiosidad la llevaba a estar siempre deseosa de lo nuevo, lo complejo y del orden en la naturaleza. Ese entusiasmo la acompañó hasta sus últimos dias en los que estuvo aprendiendo a analizar muestras biológicas de su último proyecto.

Tony también nos mostró en su cotidianidad que era una mujer generosa tanto de su tiempo, como de su conocimiento. Seguramente esto lo aprendió o por lo menos fue fortalecido por el Dr. Ribes, que con ella, así como con todos los que hemos convivido con él, hemos disfrutado de esa misma generosidad. Tanto por su calidad como docente, como por su entrega a la investigación, Tony siempre fue muy solicitada como tutora por aspirantes a estudios de posgrado, tanto en la Maestría como en el Doctorado en Ciencia del Comportamiento, de los cuales fué parte del núcleo académico básico. Las reuniones de su laboratorio “Enseñanza y aprendizaje de la práctica científica” siempre fueron muy concurridas y se promovía la reflexión y el debate. Evidentemente esto fue resultado de la dedicación y el tiempo que le otorgaba a sus estudiantes. Cada proyecto que surgió de ese laboratorio conllevaba mucho trabajo de su parte. Siempre estuvo presente en los coloquios estudiantiles y los seminarios con los demás profesores, intentando aportar ideas y propuestas en pro de elevar la calidad académica. Siempre dispuesta como lo fue, no era extraño recibir correos de ella a altas horas de la madrugada. Mujer tenaz y perseverante, vivió con un sueño recurrente: no trabajar el fin de semana. Sin embargo, su entusiasmo y entrega a los proyectos que tenía en el momento le impedían realizar ese deseo.

Su sentido de justicia igualmente era una característica marcante. Tony siempre fue una persona muy sensible a la circunstancia social que le tocó vivir. Le maravillaba ser testigo de diferentes momentos históricos acontecidos a nivel nacional e internacional. Esa sensibilidad la llevó a trabajar de forma perseverante en contra de aquellas causas que representaban algún ejercicio de inequidad o injusticia. Ejemplos de ello fueron sus intereses por tratar de fortalecer el papel de la mujer en el ámbito de la ciencia y la academia, su interés por promover criterios claros de publicación, por una remuneración justa de salarios y prestaciones, peleó por procesos administrativos universitarios más transparentes y eficientes. En pocas palabras, fue una mujer que buscó siempre la justicia en cualesquiera de sus ámbitos.

A pesar de que Tony se dedicó a estudiar la procrastinación académica en sus últimos años, ella era un modelo de precrastinadora: siempre hacía todo mucho antes de que se acercara la fecha límite de sus compromisos. Eso le trajo algunos problemas a veces, porque podía suceder que los criterios cambiasen en el transcurso y ella tenía que hacer todo el trabajo otra vez, motivo por el cual se quejaba muchas veces de la falta de transparencia de los procesos administrativos.

Asimismo, quienes tuvimos la fortuna de convivir con ella en su oficina y en su casa fuimos testigos de su nivel de organización. Todos los archivos y libros físicos perfectamente ordenados. La única excepción eran los archivos virtuales: compartir una carpeta en la nube con ella podría ser agobiante por la cantidad de versiones diferentes de los mismos archivos. O su bandeja de entrada con miles de mensajes que ella marcaba como no leídos para referencia futura. Se le solía decir que ella era acumuladora de archivos.

Aunque fue mujer de ideas firmes, y siempre buscó su autonomía como mujer, como docente y como investigadora, Tony poseía el don de la diplomacia. No es ajeno para los miembros de la disciplina, que la psicología en tanto profesión, representa retos inmensos cuando se busca el establecimiento de puentes de entendimiento para el desarrollo de proyectos conjuntos. Precisamente las características de fortaleza, organización, justicia y alegría fueron lo que propició que ella pudiera coordinar un grupo tan diverso de investigadores con objetivos y visiones distintas que constituyen al Sistema Mexicano de Investigación en Psicología (SMIP). Eso permitió que fuera ratificada como coordinadora general del SMIP desde su fundación en el año de 2006 hasta el dia de su muerte. Tony supo mantener el equilibro ante la diversidad dándole el mismo peso a cada una de las redes generales que estructuran al SMIP, propiciando condiciones para el intercambio de ideas y respetando siempre los objetivos fundacionales de esta institución por encima de intereses políticos y/o personales.

Hoy nos despedimos con dolor y admiración de la amiga, la compañera de trabajo, de viajes y de ideas. Gracias por el legado y lo compartido.



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