Sección especial: Latinoamérica ante la guerra contra Gaza
Petro y su política exterior frente a la crisis en Gaza
Petro’s foreign policy in the face of the crisis in Gaza
Petro et sa politique étrangère contre la crise à Gaza
Una vez que tomó posesión, Gustavo Petro formuló una política exterior basada en un “enfoque humanista, feminista y participativo”, en línea con el programa de gobierno “Colombia, potencia mundial de la vida”, en donde se destacan la paz, la no intervención en asuntos internos y el fortalecimiento de la cooperación con otras naciones.1 En su discurso de posesión, manifestó que haría todo lo posible por defender la paz mundial: “no estamos con la guerra, estamos con la vida”.2 El ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023, se convirtió en un asunto crítico para la implementación de la política exterior colombiana (PEC) al no condenar los atentados terroristas, exceder el uso de las redes sociales como canales diplomáticos (eclipsando a la Cancillería) y al polemizar con la misión diplomática israelí en Bogotá. No obstante, la constante crítica de Petro sobre la grave situación humanitaria en Gaza en diversos foros (ONU, COP28) le ha valido un liderazgo que podría posicionar a Colombia como mediador en futuras negociaciones de paz.
Los vectores de la PEC se centran en la lucha contra el cambio climático, la integración regional, el problema mundial de las drogas y una diplomacia para la paz. A nivel sistémico, Colombia cumple un rol de actor en proceso de pacificación que ha dado un giro a la izquierda y que mantiene un diálogo con dictaduras como Venezuela y Cuba. A nivel doméstico, existen problemas de seguridad, a pesar de los avances luego de la firma de la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016, a lo que se suma la polarización política, corrupción y los efectos negativos en la economía heredados de la pandemia de COVID-19. Por otra parte, la tradición democrática, biodiversidad y ubicación estratégica son atributos que continúan sin consolidarse a nivel regional. Veamos a continuación cómo ha sido el desempeño de la PEC bajo el estilo personalista de Petro.
El ataque de Hamas a Israel conmocionó al mundo por la magnitud de la tragedia ocasionada: 1200 muertos, 3500 heridos y más de 200 secuestrados.3 Desde ese momento, la respuesta israelí ha sido desproporcionada y cuestionada por la comunidad internacional debido a los bombardeos e invasión terrestre que ha sumergido a la población civil de Gaza en una crisis humanitaria: 26 000 muertos y un 85% de la población desplazada de manera forzada, con amenaza de hambruna, epidemias y ante el riesgo de no contar con servicio médico.4
El 7 de octubre, la Cancillería colombiana condenó los ataques terroristas ocurridos en Israel, expresando solidaridad con las víctimas y haciendo un llamado al cese de la violencia y las provocaciones. Horas después, el comunicado desapareció y el siguiente día se publicó un nuevo mensaje rechazando las “afectaciones civiles” sin las palabras “terrorismo” ni “ataques a civiles”.5 El embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, solicitó apoyo a Petro, pero éste respondió “terrorismo es matar niños inocentes, sea en Colombia, sea en Palestina”.6 Lo anterior generó una fuerte tensión diplomá tica entre los dos países, a la que se sumó el canciller Álvaro Leyva7 quien señaló que Dagan debería “mínimo pedir excusas e irse”.8
Petro, por su parte, pidió que se reconociera al Estado palestino y manifestó “Ya estuve en el campo de concentración de Auschwitz y ahora lo veo calcado en Gaza”,9 lo cual generó el rechazo del Congreso Judío Mundial y de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia. El 15 de octubre, por instrucción, la cancillería israelí citó a la embajadora de Colombia en Israel, Margarita Manjarrez, para una “conversación de reprimenda”, e informaron que se detenían las exportaciones de seguridad a Colombia, a lo que Petro respondió “Si hay que suspender relaciones exteriores con Israel, las suspendemos”.10
El 17 de octubre la Cancillería colombiana condenó el ataque al hospital Al-Ahli, hizo un llamado por el respeto al derecho internacional humanitario (DIH) y exhortó al cese de hostilidades y restablecimiento de negociaciones de paz para “la coexistencia pacífica de los dos Estados”.11 Ese día se había atacado una escuela de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) en el campo de refugiados Al Maghazi. En ese momento, el representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, a través de un panel de expertos, advirtió que los bombardeos sobre hospitales y escuela constituyen crímenes contra la humanidad e hizo un llamado para prevenir un genocidio.12
En relación con a la agenda doméstica, diversos sectores de la opinión criticaron la actitud del presidente y del embajador israelí debido a la pelea mediática y porque, para el país, significaba la llegada de un nuevo estilo diplomático nunca visto. Incluso, miembros de los partidos políticos Alianza Verde y Comunes, que hacen parte de la coalición del gobierno, pidieron prudencia y responsabilidad, condenaron el terrorismo de Hamas y el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel.13
Como maniobra diplomática, el 19 de octubre Petro se reu nió con los embajadores Gali Dagan, de Israel, y Raouf Almalki, de Palestina, y publicó una foto en su cuenta de X (antes Twitter) junto con el canciller Leyva. Hizo referencia a la búsqueda de una “conferencia internacional de paz” para lograr “dos Estados independientes y libres”.14
En el marco de cooperación internacional, el 25 de octubre un avión de la Fuerza Aérea Colombiana partió con ayuda humanitaria hacia el aeropuerto El-Arish, Egipto. No obstante, el 31 de octubre regresó la tensión diplomática: Petro llamó a consultas a la embajadora en Israel, Margarita Manjarrez, y manifestó: “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino, no podemos estar allá”.15 Lo anterior, luego del bombardeo al campo de refugiados de Jabalia. En ese momento, la cifra de muertos ascendía a 8525, entre ellos, 3542 niños. Posteriormente, a mediados de noviembre, Petro advirtió que el país no compraría armas a países que no hubiesen apoyado un alto al fuego en Gaza y calificó de “carnicería” el ataque al Hospital Al Shifa.16
En diciembre, durante la Conferencia de las Partes, COP28, en medio de sus críticas sobre la crisis ambiental global, Petro criticó “el genocidio y la barbarie desatada sobre el pueblo palestino” y agregó “Hitler está golpeando las puertas de los hogares de la clase media europea y norteamericana”.17 El gobierno alemán rechazó las declaraciones “Es inaceptable hacer comparaciones crudas con la era nazi y así relativizar el Holocausto”.18 El 3 de diciembre, Petro publicó en X (antes Twitter) un trágico video de niños palestinos víctimas de bombardeos y lo calificó como una acción nazi.19 De inmediato, el canciller israelí le acusó de ceguera moral y lo invitó a conocer la historia del pueblo judío y del holocausto.20 El 21 de diciembre el presidente, desde Ibagué, criticó de nuevo la situación en Gaza, señalando que los bombardeos continuaban y que nadie se oponía “desde las esferas del poder mundial”.21
Sorpresivamente, el 11 de enero de 2024, Netanyahu envío una carta a Petro, en la que le pedía interceder para liberar a los secuestrados, entre éstos, el ciudadano israelí nacionalizado colombiano, Elkana Bohbot: “Le escribo por un asunto humanitario de gran importancia […] Colombia tiene una causa común para esforzarse por la inmediata e incondicional liberación de los rehenes cautivos”.22
Como un gesto de reciprocidad diplomática, el 29 de enero Petro respondió a Netanyahu, señalando que durante la 78ª Asamblea General de la ONU había solicitado dos conferencias de paz, una para Ucrania y otra para Palestina y, que con relación a Bohbot, se le había otorgado la ciudadanía y el gobierno adelantaba “gestiones al más alto nivel” para su regreso a casa. Asimismo, propuso un cese de hostilidades y la creación de una Comisión de Paz integrada por diversos países “Colombia y mi gobierno ponemos a disposición los buenos oficios para realizar este propósito” y aclaró que rechazaba cualquier acto que contemplara la “eliminación del otro”.23
El 16 de febrero, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, criticó el intento fallido de un alto al fuego en Gaza en el marco de la ONU.24 El 19 de febrero, Israel declaró persona non grata al presidente Lula da Silva por comparar las acciones de Israel con las de Hitler en contra de los judíos. Continuando con la diplomacia mediática, Petro se solidarizó con su par suramericano “la verdad se defiende o la barbarie nos aniquilará”.25
Posteriormente, el 21 de febrero, Petro publicó una fotografía con la esposa y el hijo de Bohbot. “Buscaré la liberación del ciudadano colombiano/israelí”.26 Pero la tensión regresó, luego del atentado que ocasionó más de un centenar de palestinos mientras esperaban ayuda humanitaria en Deir Al-Balah: “El mundo debe bloquear a Netanyahu. Colombia suspende toda compra de armas a Israel”.27
El caso previo devela cambios en la formulación e implementación de la PEC. En primer lugar, se identifica un fuerte personalismo que desluce al canciller y al Ministerio de Relaciones Exteriores. En segundo lugar, se consolida una diplomacia informal en redes sociales que, si bien comunica en tiempo real, genera problemas entre los decisores y puede llevar a rupturas diplomáticas en detrimento del interés nacional.
Asimismo, indica que se requiere rigurosidad en los protocolos de la política exterior colombiana. Es necesario revisar los procesos operativos estándar para establecer las funciones y límites del presidente y del canciller ante situaciones convencionales y urgentes. Esto también involucra a los equipos asesores y las oficinas de prensa de Presidencia y Cancillería.
Aun así, es posible que el discurso reiterativo de Petro en diversos foros sobre la crisis humanitaria en Gaza tenga incidencia ante la comunidad internacional, una tragedia reconocida por la ONU y la propia CIJ con su fallo en contra de Israel del 26 de enero de 2024. Con una estrategia ordenada en materia de política exterior, Colombia, con su experiencia de más de 70 años en guerra, procesos de paz y posconflicto, puede consolidar un rol como mediador en los actuales y futuros conflictos del orden internacional.