I. ESCENARIOS
DOI: https://doi.org/10.35659/designis.i29p99-110
Resumen:
Con el propósito de reconstruir, al menos parcialmente, el legado de Verón se ha trabajado sobre un conjunto de textos-homenaje. Estas escrituras, legitimadas según el orden del saber, dan cuenta de un profundo conocimiento de las bases teóricas, así como de las aplicaciones que han permitido un desarrollo de la teoría consecuente, sólido y con proyección.
El escueto recorrido en torno a las conceptualizaciones de la teoría, relevadas, analizadas u objeto de reflexión, nos ha permitido corroborar la solidez y originalidad del marco conceptual que constituye el andamiaje de la sociosemiótica y que se renueva en la dinámica de una semiosis ilimitada que otorga vitalidad a la teoría. La proyección de la teoría de la semiosis social, tal como la concibiera Verón, se renueva al ritmo de las transformaciones sociales y tecnológicas y constituye un inestimable legado para los estudiosos de la producción social del sentido.
Palabras clave: Socio Semiotica, Teoria de los discursos sociales, Semiosis ilimitada, Transformaciones tecnológicas.
Abstract: With the purpose of reconstructing, at least partially, Eliseo Veron’s legacy, this paper focuses a set of homage texts. These writings, legitimized according to the order of knowledge, give an account of a deep knowledge of the theoretical bases, as well as of the applications that have allowed a solid and projective development of the consequent theory. The brief panorama around the conceptualizations of the theory, highlighted, analyzed or object of reflection, has allowed us to corroborate the solidity and originality of the conceptual framework that structures socio semiotics, renewing itself in the dynamics of an unlimited semiosis that gives vitality to theory. The projection of the theory of social semiosis, as conceived by Veron, is renewed to the rhythm of social and technological transformations and constitutes an inestimable legacy for researchers of the social production of sense.
Keywords: Socio Semiotics, Social Discourse’ Theory, Unimitated semiosis, Technological Transformations.
1. HOMENAJES
El propósito original de este artículo consistía en rastrear aquellas conceptualizaciones de la teoría de los discursos sociales formulada por Eliseo Verón que, en la actualidad, son especialmente recuperadas por especialistas de las áreas de semiótica y comunicación. La amplitud y complejidad de la tarea nos indujo a buscar una vía que nos asegurara la factibilidad del proyecto. Es así que, pensando justamente en el género en el que debía enmarcarse la propuesta, nos planteamos que el conjunto de artículos recogidos en el volumen Nº 33 de la Revista Estudios, de la Universidad Nacional de Córdoba, consagrada a su homenaje, nos ofrecía una fuente de inestimable valor. Especialmente, porque en esa oportunidad -y guiados por las consideraciones que, en torno al género y a los enunciadores legitimados, vertiera el propio Verón en ocasión de participar de un homenaje póstumo a Roland Barthes- se solicitó la colaboración a estudiosos que, en su mayoría, habían acompañado el devenir de las especulaciones teóricas de nuestro semiólogo.
Construir nuestra muestra con trabajos elaborados con la intención de rendir homenaje al autor nos pareció promisoriamente productiva, fundamentalmente por dos razones: en primer lugar, porque como lo señalara el propio Verón (1999:16) “[…] no cualquiera puede `rendir homenaje al autor desaparecido`” y en ese sentido, los especialistas convocados se cuentan (parafraseándolo) entre los que tienen derecho a hacerlo. En segundo lugar, porque la legitimación de sus interpretantes va ligada a su posición de privilegio en reconocimiento. No se trata de observadores comunes sino de destinatarios altamente calificados, de los que se espera la producción de interpretantes que no se agoten en decir algo más sobre esos signos fundantes del campo de la sociosemiótica, sino que nos arrojen nueva luz sobre ellos.
Cabe precisar que nuestra estrategia de interpretar la palabra de estos investigadores –desdoblados en observadores de segundo y de tercer grado- (Verón, 2013: 401-3) no implica descompromiso con la palabra original, sino el propósito de comprender cómo se lee hoy a Verón, cuáles son las gramáticas de reconocimiento que se activan, Más precisamente, cómo reconstruyen su fecundo legado los enunciadores más legitimados.
La misma teoría de los discursos sociales nos proporcionó las pistas teóricas para explorar la distancia existente entre las gramáticas de producción y las gramáticas de reconocimiento. Esto hizo que a lo largo de nuestro trabajo, tratáramos de recuperar citas del autor homenajeado, a fin de cotejarlas con aquellas que dan cuenta de las lecturas realizadas por los exégetas. Es por ello que, infringiendo todas las normas de estilo, hemos optado por el reiterado recurso a las referencias directas. Dado el cometido de nuestro trabajo, hemos resignado la fluidez a la fidelidad.
2. LOS ENUNCIADORES LEGITIMADOS Y SU ESCRITURA
El recorrido realizado en nuestra función de observadores nos ha permitido apreciar que estos textos-homenaje, en su conjunto, dibujan un eje que visibiliza el sólido proceso de elaboración de la teoría, así como los avances, transformaciones y proyecciones fundamentales de cada etapa.
Para comenzar, Sophie Fisher, compañera de exploraciones intelectuales desde sus primeros pasos, nos remonta a los momentos iniciales del investigador, los de su formación interdisciplinar, así como a su campo de intereses original. Panorama que permite vislumbrar el camino que habrán de seguir sus investigaciones. Lucrecia Escudero-Chauvel, una de sus más fieles interlocutoras, realiza un examen intertextual de tres de sus obras, lo que le ha permitido establecer las transformaciones producidas en el devenir de la teoría. Dicho trabajo ha recuperado desarrollos conceptuales distintivos de la semiosis social, tal como la entendía Verón. Antonio Fausto Neto, compañero de andanzas semiológicas, destaca su papel de pionero en el dominio de los discursos sociales, analiza sus conceptualizaciones fundantes y su devenir al ritmo de las transformaciones de la teoría. Tanto Escudero Chauvel como Neto ofrecen una mirada reflexiva en torno a la evolución de aquellos conceptos cardinales que han alcanzado mayor difusión académica y que hacen que su teoría de la semiosis social resulte imprescindible a la hora de abordar el estudio de la producción social de sentido. Stefanie Averbeck-Lietz, tal vez la lectora más reciente de Verón se interesa especialmente en su aproximación a la problemática de la mediatización en tanto meta-proceso y en la consecuente realidad mediatizada. Guillermo Olivera, lector agudo e impenitente de la obra del semiólogo, intenta dar cuenta de la `gran hipótesis teórico-histórica` que sustenta la propuesta de Verón. Por esa razón, sus reflexiones giran en torno a la relación de implicación entre dos conceptos: mediatización y desfase. Por último, Oscar Traversa y Oscar Steimberg, quienes junto a Verón iniciaron y compartieron de manera sostenida la aventura semiológica argentina, se inclinaron a reflexionar sobre los caminos más recientes y menos conocidos del autor. Steimberg observa sus desarrollos sobre una epistemología de la observación y el papel que asume el concepto de escritura; mientras que Traversa reflexiona exhaustivamente sobre una de las propuestas tal vez más innovadoras en el marco de las investigaciones actuales, cual es la del `trayecto largo de la mediatización`.
En los parágrafos siguientes transitaremos las observaciones recogidas articulándolas con breves remisiones a sus fuentes. Nos detendremos, de manera un tanto morosa, en aquellos hitos de la teoría en su proceso de producción que han concitado la reflexión de los semiólogos convocados y que, a nuestro criterio, constituyen puntos nodales en su legado.
3. UNA PERSPECTIVA INTERDISCIPLINARIA
Entre las condiciones de producción de la teoría de los discursos sociales formulada por Eliseo Verón, se cuenta su formación interdisciplinaria -abrevada en la lingüística saussureana, a la que accede fundamentalmente a través de Lévi - Strauss; en la teoría de la información y la cibernética, a partir de Wiener y Shannon; y en la teoría de la comunicación, tal como la formulara Gregory Bateson. Este aspecto es puesto de relieve tanto por Escudero-Chauvel (2015:69-94) como por Neto (2015:95-108), ya que ambos consideran que es justamente este andamiaje intelectual el que, aún en sus inicios estructuralistas, le permite despegarse del inmanentismo. Esta vocación interdisciplinar, definitoria de su mirada sobre los procesos de producción social de sentido, se hace visible desde sus primeros escarceos en el campo de la comunicación. Así lo permite entender Sophie Fisher, cuando refiere los pasos inaugurales de su fecundo derrotero teórico. Al hacerlo recuerda sus estudios de filosofía en Buenos Aires y los de sociología en París, de modo que, desde sus primeros pasos, estaría signado por “(…) un ir y venir intelectual pero también una integración de diferencias en el campo de lo que se estaba constituyendo como un estructuralismo abierto” (2015:174). En este sentido, señala su acercamiento a Lévi-Strauss, primero, y a Barthes, después, y pone el acento en su interés por la teoría de la enunciación propuesta por Antoine Culioli.
En uno de sus trabajos iniciales, “Introducción: hacia una ciencia de la comunicación social” (Verón, 1984:9-29), presentado en un simposio en Buenos Aires,en 1967, el propio autor explicita esta línea de pensamiento, así como su propósito de integrar aquellos aportes que contribuyan a dar cuenta de los problemas teóricos comunes al conjunto de disciplinas constituido por las ciencias de la comunicación, la semiología y la lingüística. Afirma, además, que los numerosos dilemas que comparten hacen pensar que lo adecuado sería integrarlas con una única denominación. Por tanto, en esa coyuntura, las expresiones semiología, semiótica y ciencias de la comunicación podrían ser consideradas equivalentes.
Es dentro de esta línea de pensamiento, que sostiene que esta tarea integrativa, que deviene impostergable, exigirá apartarse de las perspectivas impuestas por el estructuralismo. Proposición que se reafirma cuando manifiesta que
[…] el impulso para el desarrollo fecundo de la ciencia de la comunicación en el futuro ha de provenir de una voluntad más profunda de transformación teórica, por la cual los procesos mismos de la personalidad, la sociedad y la cultura sean vistos como procesos de comunicación. (Verón,1984:26).
4. PRODUCCIÓN SOCIAL DE SENTIDO Y CONSTRUCCIÓN DE LO REAL
Las lecturas de Escudero-Chauvel (2015:69-94) y Neto (2015:95-108) ponen de relieve la centralidad otorgada por Verón a la noción de proceso. Esta concepción dinámica de la producción de sentido aparece tempranamente en sus disquisiciones. Un ejemplo de ello lo encontramos en el comentario que él mismo formula respecto de su propio trabajo “Ideología y comunicación de masas: La semantización de la violencia política” (presentado también en el simposio realizado en 1967). En dicha exposición, al referirse al acercamiento de la semántica a la pragmática -movimiento que implica considerar las condiciones en que se producen las operaciones de sentido-, destaca la relevancia de la dimensión temporal (Verón, 1984:191).
En este orden de ideas, ambos exégetas marcan la importancia de los aportes de Peirce y de la teoría de la enunciación en el desenvolvimiento de la lógica veroniana. En especial, la primera de estas teorías proporciona al semiólogo el fundamento necesario para sostener los desarrollos teóricos que, aún antes de haber incorporado plenamente la noción de semiosis elaborada por Peirce, pregonaban la necesidad de focalizar el estudio en los procesos de producción social de sentido. Así es que podemos rastrear sus originales despliegues en trabajos de esa época, como el que fuera publicado en la Revista Lenguajes Nº 2: “Para una semiología de las operaciones translingüísticas” (Verón,1974:11-35). Cabe consignar que algunas de las reflexiones fundamentales de este trabajo ya habían sido planteadas en “L’analogique et le contigu”, artículo integrante del número 15 de la Revista Communications (Verón,1970:52-69). En este escrito ya se revela un primer contacto con la teoría peirceana, lo que le permite avanzar sobre la necesidad de distinguir entre las dimensiones icónica e indicial de las imágenes. Allí planteaba, además, que el punto de partida de la pertinencia semiológica es el de los discursos sociales, productos de operaciones mediante las cuales una materia o más es investida de sentido (Verón, 1974:24).
Dentro de este marco de pensamiento, la teoría peirceana le provee un soporte teórico fundamental para sus desarrollos posteriores. Consustanciado con la propuesta del lógico norteamericano, afirma que “Peirce fundó la semiótica y, a la vez, definió su problemática teórica fundamental: la de las relaciones entre la producción de sentido, la construcción de lo real y el funcionamiento de la sociedad” (la cursiva es del autor) (1987:120).
En lo que respecta a la Teoría de la Enunciación, Escudero-Chauvel (2015) destaca la adhesión del semiólogo a la perspectiva aportada por Culioli, la que ingresa dúctilmente en el paradigma contemporáneo de la complejidad, puesto que permite abordar la problemática de la enunciación en un sentido amplio, que no se agota en la esfera de lo lingüístico y que le permite concluir que los requisitos para dar cuenta de fenómenos heterogéneos mediante un discurso homogéneo deben obedecer a “[…] una doble condición: evitar la ilusión de la unidad de la conciencia subjetiva, que hace desaparecer lo social, y resistirse a la tentación de reificar el sistema, que ignora la complejidad dinámica de la semiosis” (Verón, 2013:119).
Por su parte, Olivera se refiere a la posición de Verón (1980a:27) respecto del avance de la enunciación sobre el enunciado, movimiento característico del proceso de mediatización. Precisa, además, que esta apreciación lleva al semiólogo a sostener que “con la mediatización hay una conciencia de que la `realidad no es otra cosa que el discurso que la enuncia´ y de ahí la necesidad de los pactos enunciativos fundados en vínculos (intersubjetivos) de creencia entre enunciadores y destinatarios” (Olivera,2015:126).
5. EL DESFASE
Como bien lo señala Escudero-Chauvel (2015), la. teoría de los discursos sociales o sociosemiótica, tal como Verón comienza a delinearla en el transcurso de los años setenta, se focaliza en la discursividad circulante en el espacio público. Discursos que, ligados a los desarrollos tecnológicos y a la paulatina complejizacion de los procesos de mediatización, propician, a lo largo de sus investigaciones, deslizamientos en la teoría. Son precisamente estas variaciones las que suscitan la atención de Fausto Neto (2015). En ese sentido, este investigador se detiene particularmente en dos nociones: “circulación” y “contrato de lectura”.
Si retomamos el trabajo de Verón presentado en ocasión de un seminario sobre “El discurso político. Teoría y análisis”, que tuvo lugar en la UNAM, México, en noviembre de 1977, (Verón,1980:145-179), comprobamos que allí plantea la necesidad de aplicar a los fenómenos de sentido el modelo de un sistema productivo, al tiempo que sostiene que debe postularse la existencia de relaciones sistemáticas entre los distintos conjuntos significantes y los aspectos fundamentales de todo sistema productivo, es decir, la producción, la circulación y el consumo o reconocimiento. La producción de sentido, así entendida, aparece como el producto de un trabajo social, y, por tanto, se articula con los órdenes de lo ‘ideológico’ y del ‘poder’. Para Verón, el interés de la sociosemiótica se centra en la relación entre procesos de producción y reconocimiento, lo que lo conduce a reflexionar sobre lo que él mismo denomina ‘contrato de lectura’ y, correlativamente, sobre el dispositivo de enunciación (2004:172-3).
En este marco, al referirse a la circulación -particularmente en los trabajos del período en que su atención se desplaza del polo de la producción al polo del reconocimiento-, expresa: “[…] no existen –propiamente hablando- huellas de la circulación: el aspecto ‘circulación’ no puede hacerse visible en el análisis más que como separación entre estos dos conjuntos de huellas: los de la producción y los de reconocimiento” (Verón, 1980:150-1). Por otra parte, en el “Diccionario de lugares no comunes”, escrito en 1979 para la Revista Connexions, manifiesta que, sin embargo, la circulación es la que le otorga su `dinámica` a la relación entre producción y reconocimiento, puesto que da cuenta de las transformaciones operadas, a lo largo del tiempo, en el proceso de producción social de sentido (Verón, 2004:42-3).
En los últimos tiempos, como lo señala Neto (2015: 103), llevado por la necesidad de considerar las nuevas condiciones generadas por Internet, el semiólogo se ve inducido a revisar el funcionamiento de la circulación, tal como puede apreciarse en La semiosis social 2, Allí se leen con claridad las últimas reflexiones de Verón al respecto “[…] La WWW. Comporta una mutación en las condiciones de acceso de los actores individuales a la discursividad mediática, produciendo transformaciones inéditas en las condiciones de circulación” (El subrayado es del autor) (2013: 281). Es dentro de este contexto que la noción de ‘contrato de lectura’, cara a los estudios de recepción que dominaron la etapa previa, ve debilitada su eficacia, al complejizarse la diferencia entre la lógica de producción y las múltiples lógicas que intervienen en reconocimiento. Se produciría, en términos de Verón, un despliegue de negociaciones entre sistemas auto-poiético social y socio-individual (Averbeck-Lietz, 2015:160).
A este respecto, podemos recoger las propias palabras del autor, pronunciadas en ocasión de una entrevista concedida a Carlos Scolari en el año 2006 (2011-2012):
Habrá siempre, por supuesto, múltiples productos audiovisuales (los medios son, antes que nada, un mercado), pero no habrá más programación. Esa superficie operatoria abarcará todo: información, entretenimiento, computación, telefonía, comunicación interpersonal. Conoceremos pues la convergencia tecnológica que el Internet Protocol (IP) hace posible, y que coincide, paradójicamente, con la máxima divergencia entre oferta y demanda en la historia de los medios. (Scolari.2006).
6. LA MEDIATIZACIÓN
A fin de abordar la relación entre desfase y mediatización en la teoría veroniana, resulta oportuno recordar la distinción formulada por el propio autor al referirse a los fenómenos de mediación y de mediatización:
[…] debemos distinguir cuidadosamente entre `mediación` y `fenómeno mediático`. La mediación es un aspecto definitorio de la comunicación en general y resulta de la materialidad sensorial, inevitable, del soporte. En cambio, tenemos un fenómeno mediático solo a partir del momento en que los signos poseen, en algún grado, las propiedades de autonomía tanto respecto de la fuente como del destino, y de persistencia en el tiempo” (Verón, 2013:145-6).
Stefanie Averbeck-Lietz (2015:158) sostiene, con razón, que Verón fue pionero en el campo de la comunicación, al interesarse por el pasaje de las sociedades mediáticas a la mayor complejidad de las sociedades mediatizadas. Esto lo lleva, entre otras cosas, a indagar y trazar un esbozo de la historia de la semiosis humana.
Verón advierte que el proceso de mediatización invierte el orden filogenético de la semiosis (2013: 183). Esto es así porque la mediatización se inaugura con la escritura, es decir, con un fenómeno del orden simbólico, para continuar con la incorporación del orden icónico e integrar, por último, el indicial o sea el nivel más arcaico. Según él mismo lo expresa, en lo que respecta al `verdadero` fenómeno de masas, la mediatización se inicia con la prensa, en el siglo XVIII, es decir, con un régimen de significación simbólico, lo sucede la fotografía y el cine, a través de los cuales se incorpora al fenómeno de mediatización el orden icónico y finalmente, con el advenimiento de la televisión, aparece la mediatización del contacto (Verón, 1997:91-2). Señala, por otra parte, que en cada uno de estos momentos del proceso de mediatización se produce una “reconfiguración del desfase entre producción y reconocimiento” (Verón, 2013: 294). Es a partir de esta afirmación que Olivera (2015:120) sostiene que el pasaje de las sociedades mediáticas a las mediatizadas representaría un proceso de carácter `meta-histórico` correspondiente al orden del saber-poder.
Asimismo, este estudioso apunta que el concepto de mediatización obliga a repensar la noción de desfase entre producción y reconocimiento en cuanto ´distancia insuperable’ y a observar cómo las operaciones indiciales permiten pensar “hacia fines del siglo XX, pasajes y conexiones en el proceso de producción de sentidos entendidos ahora como desplazamientos a la vez que como distancias insuperables”. (Olivera, 2015:122) (El subrayado es del autor).
7. UNA MIRADA SEMIOANTROPOLÓGICA
En La semiosis social 2 (2013:183), Verón plantea “Mi hipótesis implica que, desde el punto de vista filogenético, el primer proceso de semiosis del que tenemos huellas arqueológicas correspondea una combinatoria específica del orden icónico y del orden indicial”. (La cursiva es del autor). Aquí exhibe claramente su interés por estudiar la emergencia de la semiosis y se remonta en su indagación a lo que se considera sus manifestaciones iniciales. Oscar Traversa, al analizar este `trayecto largo´ de la mediatización al que se refiere Verón, observa que, tal como está planteado, habría que entenderlo como un fenómeno regulador constitutivo de todo el desarrollo de las sociedades humanas (Traversa,2015:134). Examina la propuesta y expone el interés de reflexionar en torno a la consistencia de los supuestos que sostienen la argumentación, así como sobre la posibilidad de obtener cierta coherencia analítica al abordar la variedad semiótica (de complejización creciente) que supone ese largo trayecto (2015:133).
Traversa (2015:135-9) desarrolla un concienzudo análisis de los presupuestos que sostienen la extensión del trayecto de la mediatización postulada por Verón. Al explorar sus fundamentos, con el objeto de establecer su articulación con etapas previas del desarrollo de la teoría, señala como antecedente esencial el trabajo realizado por Verón en “El cuerpo reencontrado”, en el que se advierten ya ciertos intentos por proporcionar una explicación extendida del funcionamiento de la semiosis social y en el que se revela el papel indispensable del modelo ternario para lograrlo. Al mismo tiempo, este especialista (Traversa,2015:143), destaca el papel decisivo de los aportes de Leroi- Gurhan en la formulación de la hipótesis del trayecto largo de la mediatización.
En su minucioso discurrir sobre el planteo veroniano -que supone la exigencia del desarrollo de una Teoría de la discursividad capaz de dar cuenta de las transformaciones operadas a lo largo de un período tan prolongado como el que se inicia con el advenimiento del Homo Sapìens y se extiende hasta nuestros días-, Traversa destaca el sustento teórico de tal formulación. En ese sentido, pone de relieve que Verón, nutriéndose en Peirce, se apoya en lo que considera la homogeneidad del funcionamiento operacional, asegurada por la articulación de la primeridad, la segundidad y la terceridad como soporte cognitivo (Traversa, 2015:146).
Insiste, sin embargo, en la necesidad de contar con instrumentos analíticos homogéneos capaces de integrar los aspectos relativos a lo biológico y a lo cultural. Es así que se pregunta y advierte sobre el desafío que representa abordar la problemática de “la disolución de la frontera entre naturaleza y cultura” (Traversa, 2015:147).
8. DE METALENGUAJE A ESCRITURA
Steimberg (2015:180) pone particular atención en las disquisiciones de Verón en torno a la figura del observador y sus reflexiones focalizan la relación entre los procesos de mediatización y los cambios en la teoría. A la luz de estas consideraciones, observa, entre otros aspectos, cierta articulación entre el trabajo de construcción de la figura del observador y desplazamientos operados paulatinamente en la posición enunciativa del autor. Deslizamientos que llegan a su propia inclusión como actante narrativo. Estas variaciones serían especialmente perceptibles en sus trabajos más recientes. Sin embargo, retoman posiciones que podían vislumbrarse ya en Perón o muerte (Sigal y Verón, 1986), que habían sido recuperadas en Efectos de agenda (1999) en un artículo de homenaje a Barthes y sobre las que se extiende largamente en La semiosis social 2 (2013).
En este marco, Steimberg (2015:181) destaca el interés de ciertos movimientos en la teoría que conducen a Verón a la acentuación de una epistemología de la observación. En efecto, Verón (2013:401-419) dedica todo un capítulo a ese tema, y allí define especialmente lo que él llama observador de segundo grado, entre los que se encuadran los observadores de la semiosis social. Al respecto señala:
[…] la posición de observador de segundo grado que aquí nos interesa es la que se materializa en el trabajo de investigación, que comporta un control (de tercer grado) de los procedimientos de observación (de segundo grado) de los observadores de primer grado […] el observador de segundo grado que estamos identificando (que se sabe observado por observadores de tercer grado) es el resultado de una interpenetración específica entre sistemas socio-individuales y un sistema social, cuya consecuencia histórica son las instituciones científicas que producen conocimiento sobre el mundo humano y social. (2013:403)
Esta “epistemología de los observadores” conlleva el corrimiento desde la concepción de la observación `científica` como metalenguaje hacia la de escritura, a la que Verón, en sus últimas producciones, otorga centralidad como instrumento de la observación. Sobre ese tema, el semiólogo se extiende ampliamente en el capítulo “¿Quién sabe?” con el que inicia Efectos de agenda (1999:13-36). Al respecto, Olivera (2015:127) formula sus propias consideraciones: “En un intento por superar su noción de desfase –demasiado determinada por el objeto y la referenciación- Verón arriba a la importancia de la escritura como ‘reverso’ no sólo constitutivo sino vital para el discurso de la ciencia”.
9. BREVES CONSIDERACIONES FINALES
Si bien los textos sobre los que hemos trabajado constituyen una pequeña muestra del reconocimiento de Verón en el campo de la semiótica, a nuestro criterio, revisten el mérito de tratarse de escrituras legitimadas según el orden del saber, que dan cuenta de un profundo conocimiento de las bases teóricas, así como de las aplicaciones, que han permitido un desarrollo de la teoría consecuente, sólido y con proyección. La intervención de estos observadores reactiva las especulaciones y contribuye a la difusión de la teoría de los discursos sociales mediante la generación de renovados interpretantes. Podemos decir que, en razón de su idoneidad y pertinencia, las gramáticas de reconocimiento que se movilizan en la producción de la escritura en torno a las teorizaciones de Verón no sólo legitiman la palabra propia, sino que aportan a la legitimación de la teoría objeto, a la que reconocen el carácter fundante en el campo de la socio semiótica.
Del escueto recorrido realizado en torno a las conceptualizaciones de la teoría, relevadas, analizadas u objeto de reflexión, podemos inferir la solidez del marco conceptual que constituye el andamiaje de la sociosemiótica y que se renueva en la dinámica de una semiosis ilimitada que otorga vitalidad a la teoría. Ese dinamismo, al ritmo de los avances de los saberes académicos, pero también de las transformaciones e innovaciones comunicacionales a las que nos somete la tecnología, reactiva su productividad, se abre y plantea nuevos interrogantes, al tiempo que propone novedosas respuestas. La proyección de la semiosis social, tal como la concibiera Verón, se renueva al ritmo de las transformaciones sociales y tecnológicas.
Retomando la expresión de Antonio Fausto Neto (2015:95), podemos concluir que “Su patrimonio conceptual es un legado para las futuras generaciones de estudios semióticos”.
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