Resumen
(Introducción): Los espacios litorales constituyen la interfaz entre los ambientes terrestres y marinos, conectados por múltiples procesos naturales y socioecológicos, proporcionando bienes y servicios ecosistémicos para el bienestar humano.
(Objetivo): Identificar los usos y actividades tanto terrestres como marinos con implicancias mutuas y los procesos biofísicos en la región norte del Ecosistema Costero Bonaerense (Argentina), con el fin de evaluar el grado de compatibilidad o conflicto entre estas actividades, con énfasis en el sector pesquero.
(Metodología): Se aplicó el análisis metodológico tierra-mar-tierra (T-M-T). Se determinaron los usos y actividades (UyA), así como procesos biofísicos de origen marino y terrestre. Se identificaron las interacciones entre UyA marinos y terrestres, y procesos físicos T-M-T, para su posterior categorización y análisis de las interacciones previamente identificadas.
(Resultados): Se notaron 121 interacciones de UyA T-M-T vinculadas con la pesca. Predominaron los conflictos medios por competencia de espacio o recursos y se relacionaron con la coexistencia espacial y temporal de UyA (turísticas, pesquera y comunicaciones). Se detectaron 68 interacciones negativas entre los procesos biofísicos y UyA asociados a eventos climáticos e impactos derivados del cambio climático (modificaciones en la temperatura superficial del mar, circulación atmosférica y oceánica, así como variaciones en el transporte de sedimentos y erosión costera).
(Conclusiones): El análisis efectuado constituye un avance en el estudio entre UyA T-M-T en zonas litorales costero-marinas de la costa atlántica y de sus interacciones, con énfasis en la actividad pesquera, como aporte a la gestión de aquellos, con un enfoque ecosistémico.
Palabras clave: Ambiente costero-marino, pesca, procesos físicos, usos y actividades.
Abstract
(Introduction): Coastal areas constitute the interface between land and marine environments, connected through multiple natural and socioecological processes that contribute to human well-being.
(Objective): Identify land and marine uses and activities with mutual implications and biophysical processes in the northern region of the Bonaerense Coastal Ecosystem (Argentina), in order to evaluate the degree of compatibility or conflict between these activities, with emphasis on the fishing activity.
(Methodology): The land-sea-land (T-M-T) methodological analysis was applied. Uses and activities (U&A) and biophysical processes of marine and land origin were determined. Interactions between marine-land and biophysical processes T-M-T were identified for further categorization and analysis.
(Results): A total of 121 U&A sea-land-sea (L-S-L) interactions related to fishing were detected. Medium conflicts were mainly caused by competition for space or resources and were associated with the coexistence of U&A (tourism, fishing, and communication activities), both spatially and temporally. Of the total, 68 negative interactions were observed between biophysical processes and U&A L-S-L, which were linked to climatic events and the effects of climate change (variation in sea surface temperature, atmospheric and oceanic circulation, as well as variations in sediment transport and coastal erosion).
(Conclusions): The analysis carried out constitutes an advancement in the study of U&A T-M-T in coastal-marine areas of the Atlantic coast and their interactions, with emphasis on fishing activities, as a contribution to their management with an ecosystemic approach.
Keywords: Coastal-marine environment, fishery, physical processes, uses and activities.
Artículo
Interacciones tierra-mar-tierra, con énfasis en la actividad pesquera en la región norte del Ecosistema Costero Bonaerense, Argentina
Land-Sea-Land interactions with priority on fishing activity in the northern region of the Bonaerense Coastal Ecosystem, Argentina
Recepción: 09 Enero 2024
Recibido del documento revisado: 14 Marzo 2024
Aprobación: 26 Febrero 2024
Publicación: 26 Abril 2024
Los espacios litorales constituyen la interfaz entre los entornos terrestres y marinos, estableciendo una intrínseca relación a través de procesos atmosféricos, hidrológicos y litosféricos cuya dinámica los configura como ambientes singulares, caracterizados por su complejidad y fragilidad (Boscarol et al., 2016). El carácter de interfase confiere a la franja litoral una gran diversidad de ambientes y recursos, convirtiéndola especialmente susceptible tanto a las presiones de origen antrópico como climático (Halpern et al., 2015; De Andrés et al., 2023).
Los sistemas socioecológicos costero-marinos ofrecen gran variedad de servicios ecosistémicos de abastecimiento, regulación y cultura (MEA, 2005). Entre estos, se destacan pesquerías, energía, recreación, turismo y soporte de asentamientos humanos (Agardy et al., 2005; Claudet et al., 2020; De Andrés et al., 2023; MEA, 2005), que han posibilitado el desarrollo de numerosos usos y actividades. Sin embargo, debido a la intensa dinámica humana, se encuentran entre los sistemas más frágiles y amenazados (De Groot et al., 2002; MEA, 2005; Martín-López et al., 2009).
El gran ecosistema marino de la plataforma patagónica (Sherman, 2005) es una de las regiones más productivas del océano global (e. g., Acha et al., 2004). Este último incluye al Ecosistema Costero Bonaerense (34° S - 41° S), el cual se encuentra sometido a diferentes grados de vulnerabilidad frente al cambio climático y a presiones de origen antropogénico (Buratti et al., 2022; Camiolo et al., 2022), que podrían generar importantes consecuencias sobre los aspectos sociales, productivos, económicos o ambientales de la región.
Las interacciones tierra-mar-tierra (T-M-T) representan una red compleja y dinámica que involucra actividades socioeconómicas tanto en el mar como en la tierra, junto con procesos naturales que ocurren en esta interfaz (MSP, 2020). Estas generalmente se agrupan en 2 categorías estrechamente entrelazadas, gracias a los procesos biogeoquímicos y a las acciones socioeconómicas que las conectan. En este contexto, los procesos biofísicos, que abarcan aspectos meteorológicos, oceanográficos y de dinámica costera, así como los usos y actividades (UyA) en tierra que inciden en el mar, y viceversa, mantienen una interrelación continua (Echeverría et al., 2022). Esta interacción genera sinergias o, en contraposición, conflictos y problemáticas ambientales (Pittman et al., 2016). De esta manera, el turismo, la pesca artesanal, la infraestructura, las rutas de navegación y las industrias, por ejemplo, influyen mutuamente y deben ser consideradas de manera integral en la gestión de estos espacios (Scherer y Nicolodi, 2021).
La pesca artesanal constituye una práctica de relevancia en espacios costero-marinos locales o regionales. También denominada pesca de pequeña escala, es una actividad importante en el nivel global, ya que representa la mitad de las capturas mundiales y 2/3 de las destinadas al consumo humano directo. Asimismo, emplea al 90 % de las personas involucradas en la pesca, muchas de las cuales son personas trabajadoras independientes que sustentan directamente a sus familias y comunidades (Gallardo et al., 2023). En Argentina, la pesca marítima artesanal se realiza de manera limitada y se extiende a lo largo de casi toda la costa marítima. Este tipo de práctica muestra una notable variabilidad, con características regionales muy marcadas que dependen de los recursos disponibles, las particularidades socioculturales y económicas de la comunidad, así como de las condiciones políticas y sociales de la región (Gaviola et al., 2022). A pesar de su importancia, la pesca de pequeña escala enfrenta una serie de desafíos significativos como el cambio climático, la sobrepesca y la falta de un enfoque integral en su gestión; estos son algunos de los obstáculos que amenazan su sostenibilidad y la subsistencia de quienes dependen de ella.
Por lo tanto, en el marco del análisis T-M-T, es crucial contemplar los flujos biofísicos, sociales, políticos y económicos que presentan una bidireccionalidad significativa (Echeverría et al., 2022; IOC-UNESCO, 2021; Ranieri et al., 2019). De esta manera, el objetivo del presente trabajo consiste en identificar los usos y actividades tanto terrestres como marinos con implicancias mutuas y los procesos biofísicos en la región norte del Ecosistema Costero Bonaerense (RNECB), con el fin de evaluar el grado de compatibilidad o conflicto entre estas actividades, con énfasis en el sector pesquero.
Para el análisis T-M-T, se utilizó la metodología propuesta por Dilasser et al. (2018) y Echeverría et al. (2022). En primer lugar, se efectuó la delimitación y caracterización del área de estudio, considerando la incidencia de los UyA y procesos biofísicos T-M-T (paso 1). Luego, se identificaron las interacciones entre UyA y procesos biofísicos T-M-T (paso 2), con la finalidad de realizar, en una etapa posterior, una categorización y un análisis de las interacciones previamente identificadas (paso 3).
Como primer paso, se definieron los límites del área de estudio. Ello se realizó considerando criterios físico-naturales, socioeconómicos y jurídico-administrativos (De Andrés et al., 2018). La zona denominada “núcleo” es donde se desarrollan los procesos biofísicos, UyA con incidencia en la tierra y en el mar. La zona de “influencia” refiere a un área mayor que rodea la zona núcleo sobre la que impactan los procesos biofísicos, UyA (IOC-UNESCO, 2021). De esta manera, se puede realizar un análisis en el que todos los procesos involucrados estén espacialmente integrados. Para ello, primero se identificaron los principales procesos biofísicos con implicancias en tierra-mar, y viceversa, considerando aquellos relacionados con eventos climáticos meteorológicos, oceanográficos, de dinámica costera e impactos del cambio climático. Asimismo, se determinaron los UyA tanto terrestres como marinos, incluyendo las áreas relevantes para la conservación ecológica y patrimonial-cultural en el área de estudio (IOC-UNESCO, 2021). La búsqueda se realizó a través de fuentes primarias, secundarias y análisis bibliográfico. Para el examen de las interacciones tierra-tierra (T-T) y mar-mar (M-M), se procedió a la georreferenciación y creación de capas (shp) en QGIS 3.22 para cada UyA, identificando superposiciones (Ranieri et al., 2019). Este enfoque permitió una clasificación detallada y una comprensión integral de los factores que influyen en la interacción entre la tierra y el mar en la zona de estudio.
Se elaboró una tabla de interacciones, a partir de los datos sistematizados en la etapa 2.1, entre todos los UyA terrestres y marinos con la actividad pesquera (UNEP/MED, 2018; MSP-Global, 2020; Echeverría et al., 2022). Se seleccionó la pesca como actividad principal, debido a su relevancia socioeconómica y comercial en la región (Gaviola et al., 2022). Se clasificaron, del siguiente modo, las interacciones por UyA:
tierra-mar (T-M): interacciones entre usos, actividades y procesos que ocurren en tierra, pero tienen incidencia en el mar;
mar-tierra (M-T): interacciones entre usos, actividades y procesos que ocurren en el mar, pero tienen incidencia en la tierra;
tierra-tierra (T-T): interacciones entre usos, actividades y procesos que ocurren en tierra e inciden en otras que se desarrollan en el mismo ámbito;
mar-mar (M-M): interacciones entre usos, actividades y procesos que ocurren en el mar e inciden en otras que se desarrollan en el mismo ámbito.
A partir de la elaboración de una tabla de doble entrada, para los UyA y procesos biofísicos, se generaron las matrices de interacción. Se identificaron aquellas interacciones espaciales desprendidas de todos los UyA y procesos biofísicos analizadas e identificadas en las etapas 2.1 y 2.2 con la actividad pesquera.
Las interacciones identificadas se clasificaron en 5 categorías, evaluando los niveles de concordancia o conflicto entre los diferentes usos:
Interacción sin conflicto/complementariedad: puede ocurrir simultáneamente, en el mismo espacio, sin generar interferencias negativas entre ellas.
Interacción con conflicto bajo: puede coincidir en la misma zona; sin embargo, es necesario coordinar el tiempo de manera efectiva, para evitar que ambas actividades ocurran simultáneamente, en la misma área.
Interacción con conflicto medio/competencia por los recursos: un uso compite por los recursos de los cuales el otro depende.
Interacción con conflicto medio/competencia por el espacio: el desarrollo de un uso físicamente obstaculiza la realización del otro.
Interacción con conflicto alto/competencia por el espacio y recursos, con efectos negativos en el ambiente: la coincidencia en el espacio genera conflictos, debido a las características inherentes de los usos, ya sea por la competencia por el espacio o por los efectos adversos en el ambiente. Se reconoce que ambos usos muestran incompatibilidad estructural entre ellos.
La escala de análisis para la RNECB se compone de 2 niveles diferentes, una zona núcleo y una de influencia tanto de origen terrestre como marino (Figura 1). En el entorno terrestre, la zona núcleo se ubica en el centro-este de la provincia de Buenos Aires. Esta área constituye una franja litoral estrecha pero extensa, con un ancho no superior a los 3 km, conocida como la Barrera Medanosa Oriental (Boscarol et al., 2016; Isla et al., 2001). Este sector está particularmente influenciado por procesos físicos generados gracias a la interacción entre los agentes climáticos marinos y el borde costero. De esta forma, la acción de olas, vientos y mareas promueve el desarrollo de los mecanismos de transporte de sedimentos disponibles en la costa (Bertola et al., 2013; Schnack y Neill, 2001; Verón y Bertola, 2014). El área se compone de una serie de ecosistemas: playa, médanos, lagunas, marismas y marino. Cada uno, con sus interacciones, le imprimen su particularidad y permiten que se ofrezca una gama de servicios ecosistémicos de abastecimiento, regulación y cultura, de los cuales los actores sociales hacen uso (Verón y Barragán, 2015). Por otro lado, la zona de influencia en el entorno terrestre se extiende hasta el partido de General Lavalle (Figura 1), por su influencia histórica, económica y la dependencia de espacio para UyA. Como principales actividades se destacan la turística (Bertoncello, 1991; Verón y Barragán, 2015) y las bajadas de playa de pesca artesanal ubicadas en el puerto de San Clemente del Tuyú (Camiolo et al., 2022). Por su parte, en la zona marina, el área núcleo se extiende desde 36°,12 ΄S a 36º,72´S y comprende la franja costera dentro de las primeras 3 millas náuticas del Partido de la Costa, provincia de Buenos Aires (Figura 1). Se encuentra bajo la influencia de la descarga del río de la Plata (~23.000 m3s-1), el efecto local del viento y las mareas (Guerrero y Piola, 1997). Dada la extensión y las bajas profundidades del área de estudio, la temperatura del aire despliega un pronunciado ciclo estacional propio de lugares templados, con temperaturas máximas entre enero y marzo (17-23 °C) y mínimas entre junio y agosto (8-12 °C) (Lucas et al., 2005). La temperatura superficial del mar (TSM) muestra un ciclo estacional similar; al norte de los 38° S, la TSM alcanza un máximo en marzo (23 °C) y un mínimo en agosto (11 °C) (Lucas et al., 2005; Luz Clara et al., 2020). En este ecosistema se desarrolla una pesquería demersal multiespecífica de importancia económica, con diferentes tipos de flotas pesqueras (artesanal, de rada o ría y costera), con volúmenes de desembarque que incluyen unas 30 especies, y se denomina variado costero (Carozza et al., 2001). La zona de influencia marina se extiende hasta la milla náutica 12, límite del mar territorial (Ley n.º 23 968). Cabe destacar que la dinámica de los forzantes físicos no solo condiciona el régimen oceanográfico de la región (Piola et al., 2008), sino también ejerce impacto sobre las actividades humanas, los fenómenos naturales y las infraestructuras presentes en la zona.

En la RNECB, se llevan adelante numerosos UyA terrestres y marinos, con un proceso de interacción constante (Cuadro 1). El desarrollo y avance de la urbanización en la zona progresa en dirección perpendicular a la costa y constituye uno de los principales factores de presión sobre el uso del suelo, intensificando el proceso de litoralización en la costa. La extracción de áridos (arena y otros materiales sedimentarios) vinculados con la construcción, consolidación de caminos, rellenos y nivelación de terrenos, representa, también, un factor de presión e incremento de la erosión costera. A partir del crecimiento urbano, se hizo necesario el emplazamiento de espacios destinados a la disposición de residuos sólidos. La actividad pesquera artesanal, por su parte, requirió sitios para bajadas náuticas. En cuanto a las actividades turísticas, en la región se incluyen aquellas asociadas a la aventura, el sol y la playa. En las dinámicas productivas, se consideran los enclaves industriales y logísticos (procesamiento de pescado), así como las acciones de transporte y actividad portuaria en el puerto de General Lavalle. Cabe destacar que este último puerto conforma uno de los más importantes en desembarcos de la flota fresquera costera y de rada o ría de la región (Lagos, 2001). La pesca costera (cercana y lejana), rada, ría y artesanal, en su conjunto, capturan especies del denominado “variado costero”. En el área, igualmente se incluyen la defensa y seguridad (destacamentos de la Prefectura Naval Argentina). Por último, se alberga lugares protegidos y espacios de manejo pesquero, caracterizados por diversas categorías de gestión y protección tanto costera como marina.

Espacialmente, se identificaron 12 UyA terrestres con incidencia en el mar (Figura 2), de los cuales 3 se vinculan con la actividad pesquera: 1. transporte y actividad portuaria, 2. bajadas de pesca artesanal e industrias, 3. plantas de procesamiento y frigorífico. En relación con los UyA marinos con incidencia en tierra (Figura 3), se han reconocido un total de 6, con relevancia de las actividades pesqueras. La mitad de estas dinámicas está vinculada directamente con la pesca; abarca aspectos como el transporte y rutas de navegación, la pesca artesanal y deportiva, así como áreas de manejo (veda).


En relación con los procesos físicos que se desarrollan e impactan en el ámbito terrestre-marino y viceversa (Cuadro 2), se destacan aquellos asociados al incremento del nivel medio del río de la Plata, debido tanto al aumento del nivel medio del mar como al cambio en la dirección de los vientos estacionales predominantes. Además, se ha observado un incremento en la frecuencia de las ondas de tormenta. Ambos efectos provocan una mayor vulnerabilidad de la zona costera a las inundaciones, a la erosión costera, así como se impacta de manera negativa las construcciones balnearias de esta. Asimismo, en la región se han identificado distintos escenarios de exposición en torno al cambio climático: “hotspot” de calentamiento global, dado el aumento significativo en la temperatura superficial del mar; el área se ha estado calentando en forma significativa en las últimas décadas, ha alcanzado valores de 0.3-0.4 ºC década-1. Además, se ha observado más frecuencia de olas de calor marinas como tendencias relativas de ascenso del nivel medio del mar, así como producto de la alta absorción de CO2 antropogénico, se estima que el pH del mar ha sufrido, en promedio, una disminución de 0,1 unidades desde el período preindustrial hasta la actualidad, lo cual revela un proceso de acidificación. En esta línea, se ha evidenciado un aumento en la frecuencia de floraciones de algas nocivas (FAN), las cuales generan consecuencias significativas en la salud pública, con impactos económicos considerables en la acuicultura, perjuicios al sector turístico y episodios de mortalidad en poblaciones naturales de peces, aves y mamíferos marinos.

De las interacciones de UyA M-T-M vinculadas con la pesca, se encontraron 121 (Cuadro 3), de las cuales el 48 % se encuentran en la categoría sin conflicto/complementariedad y el resto se halla con algún grado de conflictividad: medio por competencia por el espacio (30 %) o por el recurso (8 %), conflicto bajo (12 %) y alto con competencia e impactos negativos en el ambiente (2 %), respectivamente.
Las interacciones entre los UyA terrestres se encuentran en conflicto debido a la competencia por el espacio y los recursos. En términos generales, estas interacciones están relacionadas con la necesidad de espacio para el desarrollo de actividades, como la coexistencia de centros urbanos con la industria pesquera o la ubicación de puntos de acceso y pesca artesanal con la infraestructura de comunicaciones. Asimismo, surgen conflictos por el requerimiento de recursos, como en el caso de las playas (Botana y Salaverry, 2022; Camiolo et al., 2022).
En el ámbito de los UyA marítimos, se presentan numerosos conflictos por competencia, vinculados al espacio. Destacan los problemas entre la pesca artesanal y las actividades de turismo y deportes acuáticos, como el kitesurf o el surf, al compartir zonas de práctica deportiva con las áreas preferidas por bañistas. Otro asunto conflictivo notable es la interacción entre la pesca y las zonas de comunicaciones, evidenciada por los cables submarinos de fibra óptica presentes en el área de estudio (SSRH, 2020).
En las interacciones M-T, predominan los problemas de competencia por el espacio y algunos casos de relaciones de conflicto bajo. Estas se ligan con actividades turísticas, comunicaciones y la actividad pesquera en tierra, como las bajadas náuticas. Se observa una situación conflictiva relevante de competencia por el espacio y los recursos, con impactos negativos en el ambiente, en especial, entre la actividad pesquera y los sitios protegidos costeros, donde se han registrado impactos por desechos (Infobae, 2017; La Nación, 2023).
Por último, las interacciones T-M evidencian conflictos por el espacio y los recursos (Miglioranza, 2021). Por ejemplo, las actividades recreativas entran en disputa con el transporte y la infraestructura pesquera. Además, actividades extractivas y de comunicaciones interactúan problemáticamente con la pesca costera, tanto artesanal como deportiva.
En cuanto a las interacciones complementarias, al observar la Tabla 3, se muestra una proporción significativa de índole beneficiosa entre los UyA pesqueros y el resto de los UyA analizados que optimizan la eficiencia de la actividad. Destacan aquellas que involucran la infraestructura portuaria y urbana con la pesca, lo que facilita tanto el acceso como el traslado de pescadores, ya sean artesanales o deportivos.

En relación con los procesos biofísicos, se han identificado aquellos asociados a eventos climáticos e impactos derivados del cambio climático, entre los que se destacan modificaciones en la TSM, circulación atmosférica y oceánica, así como variaciones en el transporte de sedimentos y erosión costera. Se detectaron 68 interacciones entre los procesos y UyA T-M-T, vinculadas con la pesca, todas negativas (Cuadro 4). Del total, el 57 % se encuentra en la categoría alta, el 22 % en media y el 21 % en interacción baja. Como se mencionó, la región ha sido reconocida como un “hotspot” donde el océano incrementa su temperatura más rápido (Risaro et al., 2022) que la media global, igual que se ha observado un crecimiento en la ocurrencia e intensidad de las olas de calor, tanto en la atmósfera como en el océano, sobre el norte de la Zona Común de Pesca Argentino-Uruguaya (Chidichimo et al., 2022), área lindante con el área de estudio. De esta manera, el aumento de la frecuencia y magnitud de los eventos climáticos desfavorables puede ocasionar alteraciones en la biomasa y en la distribución de las poblaciones de peces, crustáceos y moluscos, hecho que detona en cambios en los desembarques (Buratti et al., 2022). Este impacto se observa, de manera más notable, en las embarcaciones de menor escala, como las artesanales o aquellas vinculadas a rada o rías, lo que genera consecuencias significativas en las economías de las comunidades costeras (Gaviola et al., 2022).
En cuanto a la erosión en la costa atlántica bonaerense como consecuencia de eventos hidrometeorológicos extremos, la constante acción del oleaje derivado de sucesos de tormenta severos, conocidos como sudestadas, es la responsable primaria de la condición erosiva de la costa. Además, las actividades humanas, cuando no respetan la naturaleza dinámica de este entorno, como la extracción excesiva de sedimentos en segmentos específicos de la playa durante períodos determinados, contribuyen a disminuir la extensión de las playas y los volúmenes de arena (Isla et al., 2018). Este fenómeno agrava la vulnerabilidad de las áreas costeras frente a los impactos del cambio climático.
La incidencia del cambio climático en la costa atlántica bonaerense, especialmente en el litoral norte, produce importantes consecuencias para los ecosistemas tanto terrestres como marinos y los servicios ecosistémicos que brinda. Lo anterior, en particular, en aquellos hábitats relacionados con seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas, sobre todo, en sistemas donde los recursos pesqueros y la actividad recreativa son vitales para los desarrollos económicos locales y regionales.

Las actividades y usos humanos, más los procesos naturales, interactúan de forma compleja a lo largo de la interfaz tierra y mar. El reconocimiento y análisis de las interacciones que suscitan problemáticas constituyen elementos cruciales para la planificación y gestión coordinada de las actividades tanto costeras como marinas. De esta manera, el examen efectuado permitió identificar que los conflictos medios se relacionan por competencia de espacio o recursos y se enlazaron, principalmente, a la coexistencia espacial y temporal de UyA. En especial, se registraron en aquellos UyA que interactuaron con la pesca costera y artesanal, al ser esta una de las principales actividades desarrolladas en el área.
Con respecto a los procesos biofísicos, el estudio arrojó que, en general, la mayor intensidad también se relaciona con la actividad pesquera (artesanal, costera y deportiva). Los resultados constituyen un avance en el estudio de UyA en zonas costero-marinas (como la costa atlántica bonaerense) y de sus interacciones, con énfasis en la actividad pesquera, como aporte a la gestión de aquellas con un enfoque ecosistémico. Se reconoce la necesidad imperante de investigaciones más detalladas, que aborden individualmente cada UyA y cada proceso biofísico. Sin embargo, con los resultados obtenidos, se pone en evidencia la urgente planificación de UyA, que contemple sus interacciones, tanto las beneficiosas como las conflictivas, e igual permita optimizar las primeras y reducir las segundas, tanto espacial como temporalmente; ello posibilitaría el desarrollo sustentable del área. Este trabajo, entonces, constituye el primer estudio de UyA en el Ecosistema Costero Bonaerense, desde una perspectiva de interacciones T-M-T, con lo cual constituye un aporte para el manejo integral del área.
Al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina; a la revista, y a las personas revisoras anónimas, por observaciones a la versión final del documento.






