1. Rizoma inicial. Provocación y transmetodología

Venezuela país hermoso, conocido por su inmensa riqueza, visitado por muchos y otros tantos alojados bajo sus alas protectoras, la sus habitantes que ha acogido a migrantes de todas las naciones; se encuentra hoy en crisis contada en muchas versiones, en discernimiento y acosos; soslayaciones de alto nivel, amenazas de invasiones y la colonialidad en el centro de sus habitantes; aunado al éxodo de sus habitantes en un número significativa jamás visto. Son noticias que recorren el mundo los maltratos y desasosiegos a los que los migrantes se han visto sometido fuera del país casi más rico del planeta Tierra.

Iremos en la indagación perfilando provocaciones y necesidades de estudio y líneas de salidas en nuestro hermoso país. Por ejemplo, el prefijo trans en la indagación transciende el concepto al que se alude donde se ubique como prefijo, generalmente significa más allá, por ejemplo trans-formación o transformación usadas amabas sin distinción, en este caso significa una decolonialidad planetaria y complejización más allá de la formación tradicional a que alude el docente caracterizada de: colonial, reduccionista, metódica, fija, tradicional y en general que la heredado las concepciones del proyecto modernista-postmodernista-colonial.

Pensar en decolonialidad planetaria como praxis; esto es: liberación, formación, planetarización, investigación, inclusión; es compartir el proyecto de liberación transmodernista “el hacer decolonial, no sólo como investigación, ni como metodología ni técnica, sino como vocación, como configuración de acciones/huellas decolonizantes” (ORTIZ; ARIAS, 2019, p. 8) es sumergirse definitivo y en nuestra investigación compleja y transdisciplinar, en un dialogo de saberes que inspecciona las fronteras de las disciplinas indisciplinándolas (RODRÍGUEZ, 2021) para conseguir esencias soterradas en la modernidad-colonialidad en la formación docente; y develar las carencias de que estamos formados los docentes venezolanos.

Bajo la conciencia de la formación tradicional del docente venezolano en crisis, que develaremos más delante; ella se profundizada bajo el país en colapso en todos sus niveles: económica, social, política; entre otras. Aunado al eminente éxodo de los docentes venezolanos, la destrucción de las instituciones educativas; entre otros males que trajo consigo la pandemia 2020, revelando fisuras que se venían formando, que en tiempos de crisis planetarias asoman con incisión en los males de la educación venezolana. En ese sentido, con especial atención acudimos a una categoría transcendental como lo es la ecosofía; que es posible de su cabal comprensión en el transparadigma complejo. Vamos a ir decantando las significancias necesarias a la luz de los rizomas.

A propósito los rizomas, cuya significancia es raíz, son usados por Gilles Deleuze y Felix Guattari en la Biología para reivindicar procedimientos para pensar en el axioma central, que se admite como tal, sería conservar “lo que aumenta el número de conexiones” (DELEUZE; GUATTARI, 2002, p. 517). Declaramos que los rizomas que acá se construyen devienen de la decolonialidad planetaria de las concepciones postmodernistas de la antropología. Y ha sido rescatado los rizomas como simbología de conectividad por Rodríguez (2017a) para ir más allá de las separabilidades: Introducción, metodológica, resultados y conclusiones de las investigaciones tradicionales. Irresistibles construcciones que siguen en avances.

Pero esa es apenas una de las intencionalidades del uso de los rizomas desde la obra de la mencionada autora en su tesis doctoral de 2017 en su transmetodología inédita, indica conexión entre cualquiera de los puntos de las investigaciones acéntricas, donde el todo y sus partes, así como categorías se piensan en una decolonialidad planetaria, a los encubiertos de la modernidadpostmodernidad-colonialidad; complejizando el conocer con la mirada en el todo la Tierra como patria sin cometer errores de exclusión, como ha venido pasando en la formación docente venezolana.

Los rizomas a medida que se van delineando el complexus se va conformando y así, sin duda conectando, muchas veces formando líneas indecibles, es considerada una teoría de la complejidad, donde Gilles Deleuze y Felix Guattari con rizoma nos acercan a la “comprensión sobre la manera en que la complejidad se presenta en las sociedades contemporáneas” (MORENO, 2017, p. 12).

Por ello, el discurso de esta indagación es de especial interés, por la posibilidad de conexiones entre dos puntos o categorías que antes aparecían separadas con el pensamiento abismal (SANTOS, 2010) irremediablemente creando un modo de colonialidad del saber que nos permea aún; con ello conseguiremos esencias deconstructivas en la docencia venezolana. Así, en la presente indagación desde rizomas sustentamos la trans-formación ecosófica como rupturas asignificantes en el docente venezolano emergente, es este el objetivo complejo. Todo ello lo realizamos desde el transparadigma complejo y el transmétodo: la deconstrucción rizomática (RODRÍGUEZ, 2019a). En las líneas de investigación: transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas y educación-transepistemologías transcomplejas.

Las rupturas asignificantes estamos hablando lo que rompe todo orden de verosimilitud y de inteligibilidad; desde luego donde la “complejidad no es un fundamento, es el principio regulador que no pierde nunca de vista la realidad del tejido fenoménico en la cual estamos y que constituye nuestro mundo” (MORÍN, 1994, p. 140). Y el re-ligar pasa por un des-ligaje de la manera de pensar y accionar, volviendo sobre nosotros mismos y nuestro hacer (RODRÍGUEZ, 2019a).

Asignificancia y complejidad navegan bajo el mismo rio de la incertidumbre, las certezas quedaron caducadas en la transformación del docente venezolano. En la tradicionalidad, por mucho que se pensó en certezas al romper algunas condiciones iniciales se maneja lo ya aceptado que no se puede maniobrar lo invisible como visible; con el filósofo Sófocles uno de los progenitores poetas clásicos de la antigüedad y con las Sagradas Escrituras: la Biblia sabemos que lo visible es el campo del engaño y que el saber está siempre más allá de sus límites, de los límites de la certidumbre (RODRÍGUEZ, 2022).

Una de las esencias de los rizomas que conformaremos, es que de acuerdo con su ruptura asignificante el presente constructo puede ser discontinuo en cualquier parte, e3n tanto conectar algún idea o categoría siempre es posible, la ruptura se concibe como una ocasión para acceder a nuevas oportunidades de crecimiento y atención a lo complexus, en comparativa con una inclusión de la ecosofía por ejemplo (LAMEDO, 2019).

El transparadigma, más allá de los paradigmas, complejo rompe todo orden de verosimilitud y de inteligibilidad del paradigma modernista-postmodernista-colonial; desde luego donde la “complejidad no es un fundamento, es el principio regulador que no pierde nunca de vista la realidad del tejido fenoménico en la cual estamos y que constituye nuestro mundo” (MORÍN, 1994, p. 140). La complejidad como visión para investigar y manera de construir y tejer los rizomas no busca verdades acabas; sino construir transepistemes, más allá del conocimiento tradicional, ahora relacional y complejo, inacabado que pueda revisarse bajo otro lente cada vez que la realidad le reclama (RODRÍGUEZ, 2020a). La crisis en la formación docente en Venezuela ha sido puesta a prueba en la crisis y ha sido incurrida y develada como soslayadora.

¿Qué significa deconstruir rizomáticamente como transmétodo en la indagación la formación docente tradicional? Deconstruir es decolonizar, la deconstrucción no se concibe como un método, sino que anida un proceso complejo y la mirada descolonizadora no sigue pasos específicos (RODRÍGUEZ, 2019a), es evolucionado bajo la iniciativa de acceso abierto un modo de resistencia política, y se ubica en la frontera de la filosofía de donde el movimiento latinoamericano descolonizador tiene pleno porte (DERRIDA, 1989).

Y en el proyecto decolonial planetario como apodíctico de la complejidad, nos encontramos con la concepción de una categoría clave en la indagación como lo veníamos apuntalando: la ecosofía; que formará diada con la transformación del docente. Entendiéndose la ecosofía como la “recomposición de las prácticas sociales e individuales […] tres rúbricas complementarias: la ecología social, la ecología mental y la ecología medioambiental, y bajo la égida ético-estética de una ecosofía” (GUATTARI, 1996, p.30). Adolecemos de políticas ecosóficas, sabias, complejas pertinentes y urgentes a los problemas de la educación venezolana, todo ello lo iremos explicitando. Es de explicitar que la indagación transmetódica es liberadora de la subjetividad de la autora, así en primera persona participo con mi sentipensar, doliente y experiencia de la crisis venezolana.

Con la ecosofía estamos siendo complejos y abarcadores no sólo de lo ambiental, sino de lo social y espiritual que no se separa; un arte de habitar en el planeta que busca la sabiduría en la formación docente, en la que se alude de acuerdo con Raimón Panikkar que entre la Tierra, el hombre y Dios hay una interacción material, personal y clara desde la composición de los que es el ser humano: cuerpo-mente-alma-espíritu-naturaleza “un mundo sin hombre no tiene sentido, un Dios sin criaturas dejaría de ser Dios, un hombre sin mundo no puede subsistir, y sin Dios, no sería verdaderamente hombre” (PANIKKAR, 2005, p. 181). Regresamos a los antiguos pensadores en tal sentido en la trans-formación del docente: ¿Dónde se aloja la razón? En el alma y espíritu; por ello, “lo divino, humano y terrenal son magnitudes que constituyen lo real, es decir toda realidad en cuanto real” (PANIKKAR, 2016, p. 330).

Todas esas excelencias no las podemos realizar bajo los métodos tradicionales. Investigar sin deconstruir los métodos tradicionales, sin des-ligarnos y transformar la mente de cada uno de sus males en la formación docente, en este caso “es navegar en aguas profundas con el mismo barco obsoleto que se queda desprovisto de fuerza e incomprensión en el mar de incertidumbre del conocimiento” (RODRÍGUEZ, 2021, p. 12). La deconstrucción rizomática, como transmétodo de investigación “es libre al máximo, anti-dogmática, no tiene ninguna transmetodología, su objetivo es debilitar el pensamiento occidental, destruir las concepciones colonizantes en todas sus formas y significados” (RODRÍGUEZ, 2019a, p. 43).

Hacia ello nos dirigimos, y regresamos a cada punto, categoría e idea para seguir trazando líneas, inclusiones que nos permitan tejer complejamente en el cumplimiento del objeto complejo de la indagación: trans-formación – políticas ecosóficas: imperativos en el docente venezolano emergente. Para ello, seguimos en el rizoma: la formación tradicional del docente venezolano a la luz deconstructiva; luego el rizoma reconstrucción, que es la trans-formación ecosófica como ruptura asignificante en el docente venezolano emergente; y finalmente el rizoma conclusiones que jamás están acabadas sino que siguen en pujante avance en las líneas de investigación. En todos ellos, tenemos construcciones multiformes, poseen múltiples entradas y salidas, son acentrados, “no empiezan ni acaban, son antigenealógicos, están constituidos de mesetas” (GARNICA, 2019, p. 147). Vamos a ello.

2. Rizoma crisis. La formación tradicional del docente venezolano a la luz deconstructiva

Cuando hablamos de la formación tradicional del docente venezolano a la luz de la crisis en todo sentido en Venezuela debemos tocas muchas aristas, que complejamente atienden a una formación tradicional colonial, pese a los cambios de currículos y a las políticas de estado supuestamente decoloniales. Pero, cuando inspeccionamos con una lupa deconstructiva vamos a ver que tales políticas decoloniales son realmente coloniales con otros instrumentos de soslayación. Aunado desde luego a que el docente le afecta y hereda la problemática del país; el éxodo en búsqueda de sobrevivencia y las destrucciones de las instituciones educativas. A la par de creaciones de universidades ideológicas donde la cantidad priva a la calidad. Vamos a sustentar tales realidades en lo adelante.

En todos los sistemas educativos venezolanos la migración de sus actores es abismal, el éxodo del docente universitario encarna el desafío mayor que tienen las universidades venezolanas hoy, ya que “esto indica la negación del desarrollo científico-tecnológico mundial ocasionando un deterioro al pueblo venezolano irrecuperable en el tiempo” (LINARES; LINARES, 2019, p. 152). Pero aunado a ello, la crisis de la destrucción de los recintos universitarios y de otros niveles alcanza deterioros de alto cuidado de revisar, el epistemicidio de bibliotecas universitarias, el primer Instituto Oceanográfico del país, en la Universidad de Oriente; entre tantas patologías de guerra; ante la indiferencia de todos (LEMUS; VELÁSQUEZ; RODRÍGUEZ, 2020).

En realidad los cambios en materia de formación son un cuenco de mendigo en el que “sostengo pues que la sociedad venezolana está asentada sobre las ruinas de un proyecto de Modernidad abortado […] y que la experiencia subjetiva de este aborto nos habla de consecuencias y experiencias monstruosas y abominables” (VÁSQUEZ, 2019, p. 104). Por ello, entonces bajo otros instrumentos de soslayación el docente venezolano sigue encasilla en sus estructuras mentales, que pese a grandes avances en materia de educación en gobiernos anteriores, ahora es un “ser alguien minorizado, disminuido, definido. Alguien borroso, siempre igual a sí mismo, desprovisto de presente porque está excluido de la historia activa y reconocible” (GALLARDO, 2014, p. 10f). Vive la educación venezolana y todos sus actores su crisis más contaminada de la gran crisis país.

Ha ocurrido que la crisis manifiestamente vivida en el Sur y en todo lugar colonizado es usada como bandera para prometer en cambio decolonial, que quedó grande para el cuenco de mendigo profundamente vacío que se ha padecido en los últimos años. Seguimos pensando que la decolonialidad planetaria es el camino, pero no la bandera del sufrimiento y la heredad disfrazada de liberadora; en el fondo ocurren las mismas consecuencias nefastas de la modernidadpostmodernidad-colonialidad (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020); luego que nos invaden en 1492 Occidente y en consecuencia actualmente la colonialidad en todo sentido, que se aunada a la colonialidad particular con instrumentos supuestos decoloniales. Aunada a la amenaza de invasión y bloque del Norte.

Ocurre actualmente una formación adoctrinada, servidora al sistema estado, cuando sabemos que la educación de las masas es hace algo absolutamente fundamental; pero deseable es que sea promovida como una educación que, libre de alienación, sea una fuerza para el cambio y para la libertad de la gran crisis venezolana; nos encontramos por tanto “entre una educación para la domesticación alienada y una educación para la libertad. Educación para el hombre-objeto o educación para el hombre-sujeto” (FREIRE, 2007, p. 25). Educación para la libertad camuflajeados de liberadora, bajo el yugo de nuevos opresores.

Como sabemos que las grandes crisis significan al fin y al cabo hundimiento u oportunidades, la formación docente debe emerger de esa debacle, tenemos la gran tarea de “descolonizar la interculturalidad, reciclar el eurocentrismo, desmonopolizar la vida desde nuestras resistencias y desde nuestros proyectos llegar a la reconstitución de los pueblos, de la sociedad, y de la vida” (MACAS, 2012, p. 5). La solidaridad debe ser educada, provocada e incisiva como centro del docente; la comprensión y el empantanarse de la crisis de los discentes.

El asunto mencionado que se narra con dolor lo vemos acentuado cuando la crisis planetaria y todo cuanto denigra la vida pareciera distante de la mayoría de las líneas de investigación de interés, desde luego con sus excepciones en estudios grandiosos. La alianza cada vez más precisa entre ciencias y técnicas ha derivado la tecnociencia, “cuyo desarrollo incontrolado, unido a la de la economía, conduce a la degradación de la biosfera y amenaza a la humanidad. Verdaderos double binds deberían imponerse en adelante a las mentes de los ciudadanos y a las de los políticos” (MORÍN, 2006, p. 57). Pero estas excelsitudes se dan con un viraje sustantivo de alto nivel decolonial, interpelemos ¿están las instituciones abiertas a la transdisciplinariedad y la innovación educativa como transparadigma complejo en la gestión de la Educación Universitaria Venezolana, por ejemplo? (RODRÍGUEZ, 2019c).

Se confluyen sin duda, taras coloniales inhumanas que lleva a ejercicios de poder de las instituciones educativas anti-ecosóficos, anti-vidas, negadoras de la magnífica creación de Dios de la Tierra como patria. Ante tal realidad es necesario que las Universidades se comprometan con la solución de los problemas actuales. Se recomienda que es necesario cambiar la conciencia, la condición humana (MORÍN, 2001); poner una nueva interpelación de la responsabilidad social del ser humano ante el planeta, que puedan garantizar una experiencia de valor a los involucrados y que además el concepto de lo social forme parte de sus ideales (RODRÍGUEZ, 2019c).

Sin duda, con sus variantes en líneas complejas y transdisciplinares en el pregrados y el postgrados que comienzan a emerger tenemos docentes formados unidisciplinarmente con ejercicio en la disciplina y ahora en la autogestión doctrinal, que ejercen ejercicios anti educativos de alto nivel. Se vive en Venezuela, ante “la indefensión a la que ha estado sometido el ser humano, en los brazos de una ciencia y de un desarrollo que declararon ser antropocéntricos, y terminaron siendo deshumanizantes” (GIL, 2020, p. 109). Si la excusa de liberación ha sido la de la opresión en pleno, usando ideas liberadoras y fundaciones de instituciones donde la calidad adolece en la educación, sin supervisión ni la liberación ontoepistemológica-epistemológica, por el contrario el adoctrinamiento es la bandera.

Se tienen docentes escasamente investigadores en los niveles iniciales, primaria y secundaria de Educación, escazas investigaciones sobre su propia praxis, repetitivas y adoctrinadas a la historia antipolítica del estado. Sin duda, en particular para el momento de educación a distancia por motivos de la pandemia la familia venezolana y el Estado, deben hacer un necesario ejercicio reflexivo del papel de las tecnologías de comunicación en las vidas de las personas, por eso se deben rendir cuentas de una descontextualización de las formas de comunicación telemáticas que en Venezuela se adiestran hoy y, que han confirmado una escasez alta de las maneras de conectar a los estudiantes, docentes y familiares para proseguir estudios a distancia o semi-presenciales. El Estado debe en consecuencia revisar a través de políticas vinculadas, diligentes para proveerles el acceso a los dispositivos y plataformas tecnológicas necesarias para tal fin; que no será de provecho sino existe la formación profunda (RODRÍGUEZ; LEMUS, 2020).

Currículos de carreras universitarias doctrinales al servicio del estado se dan en momentos de fundación de nuevas universidades y la transformación de otras. Pero, ¿cuál es la realidad, la finalidad que aún subyace en las instituciones educativas, incluyendo las supuestamente autónomas como las universidades? Como había venido ocurriendo, y ahora afincado las instituciones educativas modernas fueron creadas para servir al Estado nación, son herencias del proyecto de la modernidad al igual que la educación; la idea de formación docente y del ciudadano está asociada a la forma histórica de una organización social, para preparar ciudadanos leales, obedientes, sumisos, con las destrezas necesarias definidas por los dueños de las fábricas; pero ahora se afianza en el adoctrinamiento (RODRÍGUEZ, 2017b).

Sin duda, ocurre, existe un pensamiento abismal que en inicio fue impuesto por Occidentes la separabilidad en topois, que por naturaleza están unidos, pero que la conveniencia de los proyectos dominantes distancian, tales como: teoría-práctica, docencia-investigación, educación-cultura, educación-condición humana, educación-solidaridad; entre otros, y ahora en vez de decolonizar las ciencias tradicionales estas se erradican de los currículos a favor de la formación doctrinal, efímera sin profundidad eludiendo la teoría, caracterizadas de práctica sin formación; así ocurre el divorcio de la ciencia con la cotidianidad, el sentipensar; donde se adolece de la verdadera esencia decolonial planetaria.

Desvirtuar en la formación la decolonialidad planetaria para ceder al servicio del sistema de turno; que como se dijo se necesitaba decolonizar las instituciones educativas, sus prácticas, la formación soslayantes y reduccionista; que desde luego no es un barrido a las ciencias, técnica, ingeniería; entre otras. Las teorías decoloniales de grandes pedagogos como Paulo Freire, Simón Rodríguez son utilizadas a conveniencia como visitas al panteón para asegurarse que están bien muertos en la formación y sentir del docente, porque están integradas al currículo y normativas; pero de aplicabilidad real y formación profunda adolece el docente venezolano; con sus excepciones que comienzan a emerger y son la esperanza de una verdadera decolonialidad planetaria que busque la ecosofía, como arte de habitar en el planeta y de la solidaridad ante la problemática del país y mundial que nos apremia.

Escaza formación ecosófica al favor del ser humano está en la moda de la formación actual, que se llama comunitaria pero que son paños de agua caliente en la profunda crisis; se adolece de su concepción compleja. Se tiene, y emerge una pedagogía en todo el sector educativo venezolano en conflicto, que no presenta aliento, esperanza y opciones, más las que se están usando deslegitiman las contingencias propias de la pedagogía como dispositivo que brinda al sujeto en el aprendizaje la posibilidad de incorporarse a una aventura de entenderse en el mundo, de encontrar su vocación profesional, de ver cómo puede él aventurarse en el mundo social para autodesarrollarse y transcender, en cómo él forma parte de la historia y su compromiso ante esa historia, en definitiva, un asunto totalmente delicado, pesar de que el tiempo se nos presente oscuro, en Venezuela siempre, siempre hay esperanza (RODRÍGUEZ; LEMUS, 2020).

Se presenta el facilismo como bandera en la formación, en muchos casos metacognición escaza, alojada el discernimiento sólo en la mente sin desarrollar el concepto complejo de la razón que, de acuerdo a los pensadores antiguos se aloja la razón en el alma y espíritu. Es así como la formación de ingenieros por ejemplo, en la excusa de deconstruir la ciencia colonial la erradica, la destruyen; así ingenieros sin formación sólida de matemática, con mucha navegación en las prácticas de las comunidades, pero al fin un barco sin brújula y un motor acorde a las tormentas del futuro. Las noticias son testigos en los diferentes medios de lo que adolece el nuevo docente venezolano en formación.

Queremos seguir emergiendo con más fuerza en la construcción rizomática, conectando categorías, abriendo caminos, puentes unitivos, decolonizar y seguir en la reconstrucción de políticas ecosóficas de alto nivel cogitativo.

3. Rizoma reconstrucción. Trans-formación ecosófica como imperativos en el docente venezolano emergente

Seguimos en la formación rizomática para llegar en el inicio consistente al objeto de estudio: la trans-formación ecosófica como rupturas asignificantes en el docente venezolano emergente; esto es como es las caracterizadores de los rizomas vamos complejizando “el mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de recibir constantemente modificaciones” (DELEUZE; GUATTARI 2002, p. 18). Por ello, luego de la reconstrucción la trans-formación ecosófica permitirá la conectividad de categorías complejas atendiendo la diversidad de conocer.

Dar un viraje al barco es urgente, necesitamos una trans-formación del docente compleja, sabia, solidaria; el imperativo es porque la complejidad procederá del conjunto de ignorados conceptos, de nuevas perspectivas, “de nuevos descubrimientos y de nuevas reflexiones que van a conectarse y reunirnos. Los principios del pensamiento complejo entonces serán necesariamente, los principios de distinción, conjunción e implicación” (MORÍN, 1990, pp. 105-110). Esta formación es liberadora, que atiende a procesos dialógico-dialéctica profundos, donde el ser vaya a la decolonialidad ontoepistemológica y metodológica del conocer.

Hay una carencia sentipensante latente en Venezuela, urgen procesos de solidaridad con el educando en formación, regresar a la legado Freiriano que tanto se pregona y que no se profundiza, “de hablarle al educando a hablarle a él y con él; de oír al educando a ser oído por él” (FREIRE, 2002, p. 109), así se titula la séptima carta a quien pretende enseñar que le dirige el pedagogo, andariego de la utopía Paulo Freire. Esas urgencias que lego el pedagogo siguen viva de ser cumplida, el caldo de cultivo esta para que ellas calen en el ser de los actores educativos, en políticas inclusivas verdaderas, pues el adoctrinamiento parte y elimina el concepto de política.

Entre la formación del docente profundamente ecosófica como urgencia se encuentra la liberación ontoepistemológica de los docentes-investigadores a la luz de la significancia de las categorías: condición humana-docencia-investigación-sentipensar; lo que significa que el docente se empodera en primer lugar de la grandeza de lo que es él como ser humano decolonizado; desde allí entiende su valía y la del país donde está inserto, Venezuela un país inmenso, gallardo, tierra de aguerridos aborígenes que lucharon cuando los invaden y masacran en su propia historia y los encubren luego de la invasión de Occidente. Pero también, en segundo lugar volver al lugar de libertadores, como Simón Bolívar encargado de libertar a cinco (5) naciones. En esta concientización entiende el docente su grandeza en la formación de ciudadanos venezolanos que serán ciudadanos de la Tierra como patria.

Sin duda, de acuerdo con la investigación y ruptura asignificante que estamos realizando con los rizomas, es menester de acuerdo con las propiedades de este que desarrollemos sensibilidades en los docentes venezolanos que no son parte de su status quo creando momentos de desterritorialización de sus funciones eficientes para ir liberadamente a su emerger ecosófico con valentía y gallardía en el momento difícil que nos ha tocado vivir (CLARKE; PARSONS, 2013).

En esa liberación hay luchas internas, que se convergen en amor por su ser sufrido que se niega a morir y resiste y persiste, entendiendo que nuestro país es de grandes luchas y que la docencia requiere de ello, por tanto ser investigador comenzando por su propia praxis, formación y práctica. Su sentipensar lo permea, pero saber que ejemplificando su propia existencia puede llegar a exigir al discente que espera de él grandes acciones. No puede perderse el docente en la historia de la ignominia, persistir y seguir es su consigna. “A saber, que reconociéndose objeto de la historia, se convierte igualmente en sujeto” (FREIRE, 2012, p. 48).

Se habla mucho de atender al desamparado en Venezuela, de las comunidades que habían sido abandonadas, pero ahora se utilizan con fines políticos, se inyecta la falacia del odio al profesional y se le ataca su salario; pero lo que es peor se irrespeta su condición humana; si queremos formación digna sin duda, “la escuela debe enseñar la condición humana” (MORÍN, 1999, p. 37). Y hablamos de escuela en todo sentido. Si pensamos en la ecosofía como el arte de habitar en el planeta (RODRÍGUEZ; MIRABAL, 2020) entonces ¿es importante para cualquier docente-investigador habitar sabiamente en el planeta?, ¿interesa a los formadores en las universidades transformar ciudadanos para el arte de habitar en el planeta? De la liberación del ser humano en Venezuela, como ciudadano planetario hay mucho que transformar, solidaridades esenciales que llevar al mundo de la vida en la formación docente.

Sin duda, una transformación docente de primera necesidad en la de llenarse de la empatía y salvaguarda por nuestro bello país, de ese sentipensar con una carga ecosófica; de lo social, ambiental, el conocer nuestra cultura no impuesta sino decolonizada, nuestro inmenso patrimonio histórico-cultural bajo el lema: somos naturaleza en la Tierra como patria (RODRÍGUEZ, 2020). Es que sabemos que en la medida en que nos retornamos capaces de transfigurar el mundo, “de dar nombre a las cosas, de percibir, de comprender, de decidir, de escoger, de valorar […] nuestro movimiento en el mundo y en la historia involucra necesariamente los sueños por cuya razón luchamos” (FREIRE, 2012, p. 39).

El sentipensar es una valía de enorme transformación liberadora, “lo que yo sé, lo sé con todo mi cuerpo: con mi mente crítica, pero también con mis sentimientos, con mis intuiciones, con mis emociones […] jamás debo despreciarlos” (FREIRE, 2002, p. 63). La búsqueda cristiana de la sabiduría que sólo Dios la da desde su espíritu afirmo la sagrada palabra: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor” (LUCAS 4:18-19). En ese confluir con toda nuestra esencia la investigación presente transmetódica permite la liberación de las subjetividades de la autora, lo que jamás ocurre en investigaciones coloniales-modernistas-postmodernistas.

La formación docente en redes transdisciplinares-ecosóficas colaborativas en el Sur, que desde Venezuela emerjan que permeen el planeta en comunicabilidad. La ecosofía como arte de habitar en el planeta es una proclama existencial cósmica, crítica cuyas exegesis siguen un raciocinio plural con sentido cultural y complejo, pero al mismo tiempo, implicada con el destino del hombre y la tierra, que se confluyen de lo social, espiritual, mental y ambiental (PUPO, 2017). Dicha proclama de la vida tiene sus raíces en José Martí y Raimón Panikkar y que el pensador complejo Rigoberto Pupo rescata en sus obras como heredero martiano. En el momento actual de la crisis mundial podemos emitir que: Ecosofía-antropoética es una recivilización de la humanidad, en donde ¡sálvese quien pueda! Es un grito de auxilio antes las crisis planetarias en todo sentido (RODRÍGUEZ; MIRABAL, 2020). Debemos resistir con valor y persistir en tales fines nobles en Venezuela.

Es conveniente, imperativo una transformación que vaya a la sabiduría para habitar en el planeta es notoria, ¿de dónde viene la sabiduría?, ¿cómo llegar al máximo desarrollo de la Inteligencia Espiritual? De acá, la ecosofía como categoría constitutiva de la indagación, la ecosofía, uniendo la filosofía, el arte, la ciencia y toda producción humana a la tierra, deviene, a una nueva inteligencia del oikos, la casa del mundo y a una renovación práctica del ethos, los modos de habitar (RODRÍGUEZ; MIRABAL, 2020); que son temas de emergencia y concientización. El desarrollo de visiones otras en corporaciones fuera del pensamiento abismal, para ir al acto de educar y de educarse con sentido político y no sólo pedagógico (FREIRE, 1993, p. 17).

En los pregrados y postgrados a fin de conformar solidos docentes ecosóficos en menester complejizar las líneas de investigaciones existentes a la luz de la decolonialidad planetaria; la crisis debe ser la excusa perfecta para emergen como seres humanos complejos, ecosóficos, solidario; y la educación el bastión político para lograrlo, “no permita que el miedo a la dificultad lo paralice” (FREIRE, 2002, p. 59), así se titula la segunda carta a quien pretende enseñar que le dirige el pedagogo, andariego de la utopía Paulo Freire.

Sin duda, con un país hermoso, con leyes de la interculturalidad excelentes, pero que no se cumplen por la escaza formación decolonial y el adoctrinamiento, así debe emerge la promoción cultural y cosmovisiva del Sur como develación de nuestra valía. Siendo de excelencia la ecosofía como eticidad que permea complejamente la sabiduría de equilibrio entre estas tres dimensiones de la realidad: la ecología social, ambiental y espiritual se tiene que “la armonía es justamente este juego natural, espontáneo, libre, entre estas tres dimensiones. ¿Por qué un nuevo equilibrio? Porque cada momento es nuevo” (PANIKKAR, 1994, p. 28).

Es el momento perfecto en que la decolonialidad planetaria deconstruye nuestra escaza formación y vamos a la superación tanto del discernimiento magnifico de la realidad, “como de la superación de la ‘doxa’ por el ‘logos’ de la realidad. Es intentar superar el conocimiento, preponderantemente sensible, por un conocimiento que, partiendo de lo sensible, alcanza la razón de la realidad” (FREIRE, 2010, p. 35). Currículum, educación y cultura en la formación docente del siglo XXI desde la complejidad es un lema de alto vuelo cogitativo (RODRÍGUEZ, 2017c).

La lupa re-ligadora en las comunidades y cosmovisiones a la inspección de la investigación critica acción participativa compleja. Se complejizan las reduccionistas disciplinas, sin dar un barrido lo cual es imposible, para ir a la conformación de grupos de investigadores transdisciplinares que atraviesan transversalmente los saberes de las comunidades; ese ejercicio diatópico debe ser adecuadamente conformado con el lenguaje adecuado siendo realista en cuanto a las metas, como praxis cultural, política no debe privilegiar a grupos de investigadores sino a todos los actores; la función no es apoyar intereses personales de las ciencias ni de los grupos de poderes; por ello la esencia y conciencia de un pensamiento decolonial es esencial cimentamos un espacio de deliberación metodológica donde mi propia “‘autoridad pedagógica’ se desmorona, puesto que cada estudiante le va añadiendo giros conceptuales, estilos y formas de trabajo creativo a partir de su propia experiencia y subjetividad” (RODRÍGUEZ, 2020b, p. 313)

El docente venezolano debe dar el viraje del paradigma a los transparadigmas, pero ello no se decreta sino hay formación contundente, ejemplos de unos pocos ávidos de cambio, “la concientización no puede parar en la etapa de revelación de la realidad, constituye una unidad dinámica y dialéctica con la práctica de transformación de la realidad” (FREIRE, 2015, p. 130). El docente no puede estar lleno de cualquier posibilidad u oficio alternativo; no, educar es una profesión de primerísima posición en la vida de los seres humanos, “vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad” (FREIRE, 2002, p. 109), así se titula la tercera carta a quien pretende enseñar que le dirige el pedagogo, andariego de la utopía Paulo Freire. Nuestro país no puede llenarse en sus instituciones educativas de docentes que no estén formados para ello, no basta un curso de capacitación; una oportunidad porque no hay otra; o una manera de llenar el vacío de los docentes que han huido en el éxodo más grande de la historia venezolana.

Se trata de docentes diatópicos que van a conciliar de los topois, de lo inverosímilmente opuesto ahora también por nuestros propios hermanos soslayadores del momento; “el sentido y el sinsentido tienen una relación “que no puede concebirse simplemente como una relación de mutua exclusión” (DELEUZE, 1994, p. 55). Vamos con un des-ligar y re-ligar como ejercicio liberador decolonial (RODRÍGUEZ, 2019c); por ello “cambiar el lenguaje es parte del proceso de cambiar el mundo. La relación lenguaje-pensamiento-mundo es una relación dialéctica, procesal, contradictoria” (FREIRE, 2015, p. 90).

Es especial el proceso reconstructivo cuando es rizomático como en el caso de la investigación, “no cesa de reconstituirse” (DELEUZE; GUATTARI, 2002, p. 15) las infinitas conexiones ecosóficas que podemos ir permeando en un proceso re-ligador con las líneas de investigación donde se enmarca la indagación: la líneas de investigación: transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas y educación-transepistemologías transcomplejas.

4. Rizoma conclusivo. En urgencias la construcción del sujeto docente venezolano

Construyendo rizomas, en la decolonialidad planetaria como apodíctica de la complejidad han emergido rizomas y hemos con ello sustentado la transformación ecosófica como rupturas asignificantes en el docente venezolano emergente, es el objetivo de la investigación. Todo ello con el transmétodo la deconstrucción rizomática. Las transformaciones apenas comienzan en las líneas de investigación mencionadas dando un viraje liberador al oprimido docente de este momento de la historia venezolana que ha heredado la crisis en todo sentido, donde la educación es un cuenco de mendigo profundamente vacío.

Las profundidad ecosófica trastoca al docente y lo hace pensarse en la gran responsabilidad que tenemos en ¿quiénes serán los que educaran los profesionales del mañana?, docentes sabios pertinentes amantes del conocer profundo, liberadores de la realidad que oprime a sus discentes; pero y también docentes solidarios que saben de esa ruptura asignificante como necesidades que rompen con el desasocio del yo no puedo, por el respeto a la condición humana y educar el amor y la salvaguarda del gran país que tenemos.

Hemos decantado en el discurso la política soslayadora como contradicción del servicio al otro, por una política liberadora, que atiende al ser humano golpeado por la crisis económica, por aquellos que nos sostenemos en medio de Dios que nos ama, con un salario que no alcanza para la canasta alimentaria, muchos muertos en la indolencia o el intento de migración. País en guerra sin armas ni bombas; ataque a la vida y al ser, indolencia e impotencias son vistas ante los ojos de profesionales que podíamos dar un viraje, como los lemas donde la universidad da salidas a la crisis; acá no, la realidad nos ha arropado. Nos han atacado el futuro de nuestras familias, y ha emergido la colonialidad en todo sentido que no nos ha permitido la lucha en nuestra transformación.

Decantando los rechazos por falta de conocimiento debemos reconocer sobre la crisis honda del país necesita de posturas subversivas, religadoras y reconstruyente de lo mejor de cada docente, de aquel que sabe que en si mismo hay una responsabilidad, con la ecosofía más allá de estudios escuetos que complacen los dominantes tradicionales o lo portadores de nuevos instrumentos de adoctrinamiento, lejos de ello la ecosófia promueve la restauración y resignificación de las peculiaridades individuales y colectivas. Vamos a la alfabetización ecosófica como una transformación intencional y sistemático que conduce al ser humano, desde una ruptura asignificante, a una relación sabia con su mundo subjetivo, social y medioambiental, donde las instituciones educativas y lo comunitario formen parte de un entramado atesorado donde conocimientos-saberes sean abrazos en el reconocimiento sin preeminencias en la búsqueda de vivir eruditamente en la Tierra (CONDE, 2011).

Los rizomas que hemos construidos “no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple” (DELEUZE; GUATTARI, 2002, p. 25); como la ecosofía no se reduce a la ecología, sin lo social ni espiritual entonces la transformación como el arte de habitar en Venezuela, como resignificación de la docencia venezolana seguiría siendo reduccionista. Es pertinente la profundización de la problemática, la dedicación profunda al cambio de pensamientos; las actividades comunitarias no como visitas escuetas sino como conocimientos-saberes en la formación de los actores del proceso educativo. Conformar grupos de investigación a los estudios pertinentes de los males presentes. Urge la transformación si podemos.

En este momento de la indagación los actores del proceso educativo nos permeamos de un azaroso mundo; por ello en tu sangre me cobijo Cristo amado en mi país sufrido colonizado grande en tu creación que renacerá como el águila, y con tu palabra me repongo, alimento y salvo por tu gran favor en la cruz. “Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados” (COLOSENSES 1:13-14). Sin duda desde mi ecología espiritual, en la búsqueda de la sabiduría que sólo Dios la da desde su espíritu afirmo la sagrada palabra: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor” (LUCAS 4:18-19). Gracias por que en tu peregrinar mi Cristo amado, lo hiciste: “reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos” (MARCOS 6:7). Gracias por tu inmenso amor. Te amo.

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Notas de autor