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DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN YOUTUBE Y SU CREDIBILIDAD PARA DOCENTES UNIVERSITARIOS
Arantxa Vizcaíno-Verdú; Patricia de-Casas-Moreno; Paloma Contreras-Pulido
Arantxa Vizcaíno-Verdú; Patricia de-Casas-Moreno; Paloma Contreras-Pulido
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN YOUTUBE Y SU CREDIBILIDAD PARA DOCENTES UNIVERSITARIOS
SCIENTIFIC DISSEMINATION ON YOUTUBE AND ITS RELIABILITY FOR UNIVERSITY PROFESSORS
Educación XX1, vol. 23, núm. 2, pp. 283-306, 2020
Universidad Nacional de Educación a Distancia
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Resumen: Los artículos, libros, capítulos, conferencias y seminarios tradicionales dan paso a nuevas herramientas de difusión del conocimiento científico como las redes sociales, apostando por la concepción de la ciencia abierta. Esta se entiende como la distribución pública de los resultados de investigación de forma deliberada, para que el público acceda libremente a los conocimientos universales. De este contexto, nace el presente estudio, que tiene por objetivo reconocer temáticas científicas en tendencia propuestas por jóvenes youtubers dedicados a la divulgación científica, así como obtener una valoración de docentes en Educación Superior sobre la fiabilidad y conveniencia de los contenidos y argumentos proporcionados por esta vía. El procedimiento metodológico parte de una exploración cuanti-cualitativa mediante análisis de contenido de cuatro canales con 12 unidades audiovisuales y 144 minutos de visionado, y de un cuestionario online que acoge la opinión de 205 investigadores universitarios. Los resultados cualitativos presentan un índice medio-alto de rigurosidad, credibilidad y fiabilidad por parte de los youtubers, así como un interés de los usuarios por las pseudociencias, las enfermedades de transmisión sexual, las matemáticas y las creencias dogmáticas. Contrariamente, los docentes encuestados declaran una falta de coherencia y criterio científico por parte de los influencers, requiriendo su participación en proyectos que avalen sus argumentos. Esta paradoja apunta hacia YouTube como una plataforma reveladora para la comunicación del saber, dirigida esencialmente a los jóvenes y sustentada por la libertad para aprender y enseñar ciencia. Se introduce, en suma, una nueva, innovadora y juvenil vía de difusión del conocimiento más controvertido, político, social y educativo, mediante recursos audiovisuales online, sociales y generalistas.

Palabras clave:Divulgación científicaDivulgación científica,YouTubeYouTube,aprendizaje informalaprendizaje informal,Educación SuperiorEducación Superior,alfabetización científicaalfabetización científica.

Abstract: Traditional articles, books, chapters, conferences and seminars give way to new tools for disseminating scientific knowledge such as social media, betting on the concept of open science. This is understood as the public distribution of research results in a deliberate way, so that the public has free access to universal knowledge. This study was born from this context, which aims to recognize scientific issues in trends proposed by young Youtubers dedicated to the dissemination of science. Also, to obtain an assessment of professors in Higher Education on the reliability and appropriateness of the contents and arguments provided by this route. The methodological procedure is based on a quantitative-qualitative exploration through content analysis of four channels with 12 audiovisual units and 144 minutes of viewing, and an online questionnaire that receives the opinion of 205 university researchers. The qualitative results present a medium-high index of rigour, credibility and reliability on the part of Youtubers, as well as users’ interest in pseudosciences, sexually transmitted diseases, mathematics and dogmatic beliefs. In contrast, the professors surveyed declare a lack of coherence and scientific criteria on the part of the influencers, demanding their participation in projects that support their arguments. This paradox points to YouTube as a revealing platform for the communication of knowledge, essentially aimed at young people and sustained by the freedom to learn and teach science. In short, it introduces a new, innovative and youthful way of disseminating the most controversial, political, social and educational knowledge through online audiovisual, social and general resources.

Keywords: Scientific dissemination, YouTube, informal learning, Higher Education, science literacy.

Carátula del artículo

Estudios

DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN YOUTUBE Y SU CREDIBILIDAD PARA DOCENTES UNIVERSITARIOS

SCIENTIFIC DISSEMINATION ON YOUTUBE AND ITS RELIABILITY FOR UNIVERSITY PROFESSORS

Arantxa Vizcaíno-Verdú1
Universidad de Huelva, España
Patricia de-Casas-Moreno2
Universidad de Nebrija, España
Paloma Contreras-Pulido3
Universidad Internacional de La Rioja, España
Educación XX1, vol. 23, núm. 2, pp. 283-306, 2020
Universidad Nacional de Educación a Distancia

Recepción: 10 Octubre 2019

Corregido: 05 Febrero 2020

Aprobación: 05 Febrero 2020

INTRODUCCIÓN

La ciencia y la tecnología no son capaces de prosperar sin el apoyo público, de igual manera que la comunicación de los resultados aporta una comprensión recíproca tanto para el público como los investigadores (Myer-Valenti, 1999). O, simplificado de otro modo, “no hay ciencia sin comunicación de la ciencia” (San-Martín-González, 2015, p. 118). Esta idea democrática, como señala Berg (2018), apela a la verdad y a la equidad del conocimiento por y para la sociedad, donde el interés por la gestión y divulgación científica se ven trasladados a un nuevo escenario en línea: Internet (Cheng y Dong, 2018).

En este contexto, se desarrolla el concepto de ciencia abierta (open science) como un movimiento que, desde 2002, apuesta por la distribución pública de los resultados de las investigaciones (Bautista-Puig, De-Filippo, Mauleón y Sanz-Casado, 2019). Un cambio cultural donde investigadores, educadores y otros divulgadores del saber crean, almacenan y comparten de forma deliberada sus aportaciones e ideas (Ayris, López-De-San-Román, Maes y Labastida, 2018).

Todo esto queda impulsado por el interés creciente de la ciudadanía por la ciencia, así como por “la popularización de divulgadores científicos en programas de máxima audiencia en la televisión generalista y el esfuerzo por hacer llegar de forma amena aspectos que por su aridez no alcanzarían a tener esa aceptación popular” (Contreras-Pulido y Parejo-Cuéllar, 2013, p. 19). Editores y revistas científicas han visto modificado su modus operandi disponiendo de otros medios de difusión (Arcila-Calderón, Calderín-Cruz y Sánchez-Holgado, 2019). Artículos, libros, conferencias, seminarios y otras fuentes tradicionales, dan paso a herramientas innovadoras como el blog, los webinars (seminarios en línea), los vídeos y las redes sociales (Esarey y Wood, 2018).

En efecto, estas últimas han proporcionado un espacio para la circulación del contenido y la expresión, en tanto en cuanto rompen las barreras de la participación intercambiando roles en un continuo informativo desde cualquier lugar, en cualquier momento (Brossard, 2013). Blanco (2004) indica a este respecto, que los canales de divulgación científico-mediática (televisión, radio, etc.) se constituyen, desde antaño, como la fuente de mayor impacto científico sobre los jóvenes. Pero es obvio que hoy día las redes sociales juegan un papel protagonista para llegar a ellos, fomentando el interés, la curiosidad y la información.

En este sentido y, atendiendo a la involucración y recepción de los resultados científicos por parte del público general, Hargittai, Füchslin y Schäfer (2018) estipulan dos formas por las que los usuarios sienten mayor interés por el saber en redes sociales: 1) la interactividad con el contenido, que facilita el control de la información percibida; y 2) la interactividad humana, que descubre un medio de interrelación directa vía comentarios, likes, compartidos, etc. Esta configuración comunicativa bidireccional en medios sociales queda fundamentada, además, por un lenguaje informal, una diversidad organizativa del material (por ejemplo, mediante producciones audiovisuales), y un carácter indefinido y heterogéneo de usuarios (De-Azevedo-e-Silva y De-Camargo-Grillo, 2019).

Diferentes estudios abordan la adopción de los medios sociales en red como vehículo para la comunicación de los resultados científicos (Arcila-Calderón, Calderín-Cruz, y Aguaded, 2015; Santana-Arroyo, 2011). Empero, en la actualidad no existen precedentes relativos a la divulgación del conocimiento por jóvenes investigadores empleando vías informales como YouTube. Desde esta perspectiva, el presente trabajo tiene por objetivo vislumbrar el carácter emergente de la divulgación del saber a través de un nuevo formato audiovisual (el vlog) entre los jóvenes, así como el debate sobre la credibilidad y validez de la información ofrecida por la comunidad de youtubers a partir del criterio de un equipo docente en Educación Superior.

Hacia la concepción de alfabetización científica

La ciencia, como indica Cañal (2004), es un segmento del saber exiguamente integrado en el conocimiento colectivo. Se trata de un medio de enculturación propio de organismos educativos y medios de comunicación. Y es que, su enseñanza ha estimulado una preocupación por la alfabetización científica o, expresado de otro modo, la comprensión pública de la ciencia (Acevedo-Díaz, Vázquez-Alonso, y Manassero-Mas, 2003). Esta demanda pedagógico-comunicativa se expresa en un sinfín de informes de carácter político-organizativo, entre los que destaca la Declaración de Budapest sobre la ciencia y el uso del saber científico (UNESCO, 1999), el informe de Science for all Americans (AAAS, 1993), el informe Science-Technology society (“National Science Teachers Association”, 1991), y el informe Standards for technological literacy (ITEA, 2000), entre otros.

Con todo, la noción de alfabetización científica se entiende como la educación base para todo el mundo (Fourez, 1994), en tanto que establece “uno de los procesos educativos básicos al que toda persona tiene derecho en la sociedad actual” (Cañal, 2006, p. 5). Por tanto, se puede inferir en el concepto a través de dos significados: 1) el hecho de conocer (y reconocer) hechos científicos; y 2) adquirir la capacidad de aplicar el razonamiento científico (Schoerning, 2018).

Por consiguiente, en el área educativa elemental los docentes comienzan a aplicar herramientas de aprendizaje innovador mediante el acceso abierto al conocimiento científico (Gómez-Lucía, Logue, Szyndel, y Lavigne, 2019), al mismo tiempo que el sistema universitario apuesta por la construcción de una ciudadanía informada, articulada y socialmente activa ante los acontecimientos y los conocimientos (Smol, 2018).

Gil-Pérez y Vilches (2006) aluden a la necesidad de la alfabetización científica ya no tanto como vertebradora democrática del saber desde una perspectiva meramente utilitaria, sino como un vehículo de gozo que amplía la visión del universo, que habla del pasado y el futuro, que ampara la comprensión de los fenómenos naturales, que sufraga la liberación de los prejuicios y que presenta extraordinarios desafíos. Una idea fundamentada en Fensham (2002), que apela al placer por maravillar como procedimiento conveniente para la educación científica. Esta última reflexión invita, pues, a entender el porqué de la divulgación científica desde un escenario renovador, joven y emergente: YouTube.

Divulgación de la ciencia en YouTube: métodos de aprendizaje informal

Tradicionalmente, la divulgación científica ha sido dominada por un elenco profesional directamente vinculado a los medios de comunicación convencionales (Welbourne y Grant, 2015). Si bien, en la actualidad Internet impera como medio de comunicación, facilitando multiplicidad de fuentes para la adquisición de conocimientos, a saber, portales en línea, revistas online, foros, podcasts, vídeos, blogs, etc. (Amarasekara y Grant, 2018; Minol, Spelsberg, Schulte y Morris, 2007; Morales-Corral, 2014). En este orden de cosas, los nuevos medios sociales facilitan entornos de aprendizaje informal, en el que los usuarios adquieren competencias de modo intencional y/o inconscientemente, sin currículo preestablecido y en un contexto esencialmente extraescolar, dado a plataformas y estímulos tecnológico-digitales (Sulaimanu, Nelson, Emejulu, y Oyedepo, 2019; Tan, 2013).

A este compendio de sabiduría colectivo-digital se suman científicos que, como señalan Kousha, Thelwall y Abdoli (2012), presentan seis modos de diseminación de información: 1) demostración científica; 2) difusión científica; 3) educación; 4) coloquio académico; 5) información sobre científicos; y 6) comedia científica. Esta última característica se refleja en los reconocidos TED Talks, cuya organización pretende divulgar las ideas tecnológico-científicas mediante coloquios en línea. Esto es, el formato TED Talk incluye un componente único de entretenimiento satírico-humorístico al alcance de todo el mundo mediante nuevas estrategias transmedia (Sugitomo, et al., 2013; Chomon-Serna y Busto-Salinas, 2018).

En efecto, el vídeo en línea ha conseguido tal popularidad entre la audiencia internacional, que YouTube se posiciona a la cabeza de las redes sociales audiovisuales contemporáneas (Gil, 2017). Un espacio que registra el mayor número de usuarios (Figueiredo, Benevenuto, y Almeida, 2011) y que, consecuentemente, se convierte en un repositorio en constante crecimiento de productos científicos formales e informales. A este respecto, Rosenthal (2017) identifica canales científicos de compañías mediáticas, ingenieros, periodistas científicos, educadores científicos, entre otros, a partir de los cuales YouTube altera la realidad y los modos de divulgación de la ciencia. Los youtubers y una audiencia menos especializada, en este contexto, apuestan por la elección gratuita de crear, compartir y comentar ciencia (Brossard, 2013). Otros autores apuntan hacia hándicaps científicos dilucidados en la plataforma, tales como la respuesta sexista ante divulgadoras científicas (Da-Costa y Da-Carvalho, 2020; Amarasekara y Grant, 2019); o la distracción de quehaceres académicos y carreras profesionales que puede suponer la gestión de estos canales (Naqvi, 2019).

Es por esto que la comunidad científica deja de asediar los métodos de transmisión del conocimiento en el escenario 2.0, apostando por jóvenes comunicadores y científicos que demandan información de calidad con un factor de entretenimiento: YouTube (Welbourne y Grant, 2015).

MÉTODO Y MATERIALES
Objetivos

El objetivo principal del estudio trata de profundizar en un nuevo formato de saber científico emergente: los divulgadores de la ciencia en YouTube, para el cual se plantean dos objetivos específicos:

  1. 1. Reconocer temáticas científicas en tendencia entre los jóvenes.
  2. 2. Valorar la fiabilidad y validez del conocimiento proporcionado por los jóvenes youtubers de la ciencia por medio de docentes en Educación Superior.

Procedimiento e instrumentos

El planteamiento metodológico parte de un enfoque cuali-cuantitativo empleando dos técnicas: 1) análisis de contenido de cuatro canales en YouTube dedicados a la divulgación científica, seleccionados de manera no probabilística y por conveniencia, y cotejados bajo dimensiones y unidades de análisis (Krippendorff, 1990); y 2) análisis cuantitativo a través de un cuestionario en línea con la finalidad de evaluar la credibilidad y fiabilidad de los contenidos desde una perspectiva académica superior.

Para desarrollar la primera técnica y, con ayuda del gestor estadístico de redes sociales Social Blade, se han seleccionado cuatro canales de jóvenes youtubers de habla hispana dedicados a la divulgación del saber: La gata de Schrödinger (26 vídeos y 182.586 suscriptores), Date un Vlog (236 vídeos y 493.012 suscriptores), CdeCiencia (114 vídeos y 1.051.226 suscriptores) y QuantumFracture (293 vídeos y 1.487.839 suscriptores), a los que se comunicó mediante correo electrónico el objetivo del estudio y sus implicaciones científicas. A su vez, se han evaluado aquellos vídeos más visualizados, incidiendo en un muestreo intencional de cara a estudiar los tópicos más característicos. Así, el análisis cualitativo cuenta con un total de 12 unidades audiovisuales:

Para la precisión del estudio, se han visionado un total de 144 minutos mediante la variable «palabras clave repetidas» y «temática» en cada vídeo. Dicha evaluación se ha registrado en hoja de cálculo, a través del siguiente procedimiento:

  1. 1. Transcripción textual de las 12 unidades completas.
  2. 2. Introducción de las transcripciones en la plataforma Word Counter para la detección de palabras reiteradas en cada vídeo (hasta una repetición de 3 términos y máximo 24 descriptores). En este caso, se excluyen del elenco preposiciones, artículos, verbos, adverbios, conectores, números, determinantes, etc. ajenos al objeto de estudio. De modo que el análisis se centra en la localización de sustantivos que aporten un significado completo.
  3. 3. Evaluación de descriptores destacados y semejanzas temáticas entre los diferentes canales.

La observación de temáticas emergentes ha facilitado la delimitación de dimensiones y nuevas variables, fácilmente trasladables al criterio de expertos docentes en Educación Superior: 1) la dimensión científica por área de conocimiento (ciencia, ciencias de la salud, ciencias sociales, artes y humanidades, ingeniería y arquitectura); 2) la dimensión del rigor por cita de investigadores, estudios o instituciones colaboradoras; 3) la dimensión metodológica por información contrastada de forma empírica (con experimento observable) o racional (sin experimento observable); 4) y la dimensión del formato por entrevistas, debate-colaboración entre youtubers, monólogo ante cámara o montaje audiovisual.

La segunda técnica empleada versa sobre la conformación de un cuestionario (https://doi.org/10.6084/m9.figshare.11795598.v2), de manera que el alcance del estudio es exploratorio-descriptivo. Según Buendía, Colás y Hernández (1998), este instrumento representa un método adecuado para el conocimiento de opiniones, de modo que se inició su construcción por medio de la validación de un total de 10 expertos en la materia de estudio. En este orden de cosas, se puede confirmar que el grado de concordancia es adecuado. Además, la herramienta presenta un correcto grado de consistencia interna, consiguiendo un Alpha de Cronbach ,860. Según George y Mallery (2003, p. 231), cuando el coeficiente es > ,90, se puede afirmar que la fiabilidad del instrumento es excelente y, por ende, si es > ,80, es buena.

La encuesta ha sido conformada por un total de 16 ítems y, a su vez, 4 dimensiones de estudio: a) perfil socio-demográfico, b) actividad investigadora, c) interés por temas científicos y divulgación de la ciencia; y d) YouTube como plataforma de divulgación científica. Finalmente, para realizar los pertinentes análisis descriptivos se ha enviado el instrumento a través de Google Form de manera autoadministrada.

Por último y, en lo concerniente a la muestra, se ha contado con la participación de 205 docentes de Educación Superior. La selección de los sujetos se ha realizado de forma aleatoria, de modo que una vez se han recolectado todos los datos, se ha llevado a cabo el análisis por medio del software estadístico SPSS 11.

RESULTADOS
Análisis cualitativo del estudio

Tras desarrollar el análisis de contenidos referente al primer instrumento de investigación, se determinan una totalidad de 271 palabras clave repetidas (ver descriptores completos en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.8076356.v1), de las cuales (tal y como se observa en la nube terminológica de la Figura 1), se reiteran hasta tres veces 14 términos: forma, universo, vídeo, tierra, mundo, ejemplo, humano, años, energía, plana, teoría, personas, ciencia e información.


Figura 1
Nube de descriptores más repetidos con VOSviewer 1.6.13

Del mismo modo y, atendiendo al carácter emergente de las temáticas en cada vídeo (y en cada canal), se destaca una preponderancia del debate sobre la tierra plana-esférica (comentado por La gata de Schrödinger, Date un Vlog y QuantumFracture), y un sobresaliente interés por el universo, el tiempo, la existencia humana y las redes sociales. Asimismo, las temáticas subrayadas en los canales con mayor visualización de la muestra son: sexo, salud, redes sociales, pseudociencia, terraplanismo, geografía, matemáticas, probabilidad, religión, astronomía, neurociencia, tiempo, velocidad, física, termodinámica y mecánica cuántica.

Por lo que se refiere al estudio de las dimensiones detalladas previamente en el apartado metodológico y, tal y como se observa en la Tabla 1, el área de conocimiento destacada en estos vídeos es la ciencia (físico-matemática), apelando a conceptos como el universo, las teorías, las paradojas, etc., seguida de las ciencias de la salud en materia de prevención sexual y pseudociencias curativas, y las ciencias sociales (teología e historia mitológica).

Tabla 1
Análisis de dimensiones y variables

Elaboración propia

En el mismo orden, se ha detectado un alto índice de rigurosidad, en tanto en cuanto todos los youtubers (en las 12 unidades de análisis) citan más de 33 investigadores, investigaciones e instituciones científicas colaboradoras en los vídeos (desde estudios sobre electromagnetismo, las leyes de la termodinámica o la paradoja de Monty Hall, hasta autores como Marilyn vos Savant, Giordano Bruno, Galileo Galilei, Charles Darwin, Stephen Hawking, Focault, etc.).

La metodología prioriza el carácter empirista por medio de fenómenos observables, experimentos reales y casos de estudios. Y, por último, la dimensión organizacional de la información (el formato) es diversa, empleando en muchos casos una combinación de las categorías. Si bien es cierto que el monólogo impera en la mayoría de los casos, se observa una excepción en QuantumFracture, al emplear en dos de sus vídeos un montaje exclusivamente audiovisual. A partir de aquí, se acota la operacionalización de dimensiones y variables que definen el formulario para docentes en Educación Superior.

Análisis cuantitativo del estudio

Perfil socio-demográfico

Conocer el perfil de los encuestados ha resultado esencial para el estudio, ya que ha facilitado filtrar la muestra en materia de categorías académicas superiores. En primer lugar, se destaca una participación de 205 sujetos, entre los cuales 173 son doctores y 32 doctorandos con estudios de Máster. Todos pertenecientes al territorio nacional español y, además, en activo como docentes e investigadores en una universidad público/privada.

Por otro lado, y, en relación a la edad, se puede señalar que predominan aquellos investigadores con un rango etario comprendido entre 35-44 años (79), seguidos de 45-54 años (55), de 25-34 años (40) y de más de 54 años (31). Asimismo, el género femenino (112) impera sobre el masculino (93), confirmando una diferencia significativa de género.

En relación al área académica en la que desarrollan su actividad académica/profesional, las Ciencias Sociales (109) se mantienen en el primer puesto, continuada por las Artes y Humanidades (42), las Ciencias (33) y por último, las Ciencias de la Salud (21). Además, se observa que mantienen una experiencia docente de entre 1-5 años (62) como opción inicial, sucediéndose de 6-10 años (56), más de 21 años (36), de 11-15 años (31) y de 16-20 años (20) de experiencia.

Continuando con la actividad científica desempeñada, se puede indicar que, en su gran mayoría, los encuestados realizan publicaciones en revistas científicas (118), asistencia a congresos/jornadas/seminarios (36), libros o capítulos de libros (28) y presencia en conferencias/coloquios/charlas (23).

Por último y, considerando qué medios son los más objetivos para ofrecer información sobre la ciencia, un número elevado de la muestra concurre a las revistas de divulgación científica (116). Aquellos otros medios que han alcanzado una puntuación sobresaliente y progresiva son los libros y capítulos de libros (29), conferencias y congresos (25), redes sociales científicas (19), blogs (4), entorno laboral (3), radio/podcast (2), vídeos (1) y mailing (1). En esta línea, se ha de destacar que un total de cinco personas han determinado que ninguno de los medios marcados en el cuestionario cumplen la función informativa y objetiva como medio informativo científico prioritario (véase redes sociales generalistas, redes sociales científicas, radio/podcast, libros/capítulos de libros, vídeos en YouTube o similares, revistas de divulgación científica, conferencias/congresos, blogs, correo electrónico y entorno laboral).

En definitiva, los docentes se caracterizan por: mujeres y hombres con estudios doctorales en activo con una edad que oscila entre los 35-44 años, del área académica de las Ciencias Sociales generalmente, y con una experiencia de 1-5 años en su campo de estudio. Igualmente, los resultados revelan la opción prioritaria de divulgar el conocimiento mediante revistas científicas y, por ende, de recurrir a este medio como vía de divulgación científica objetiva y fidedigna.

Dimensiones y variables de investigación

La segunda parte del cuestionario presenta una serie de planteamientos en escala Likert, a partir de la cual la muestra evaluó múltiples aspectos científicos, así como contenidos seleccionados aleatoriamente de los youtubers previamente visionados.

Concerniente al grado de interés sobre los temas de investigación más recurrentes, se puede apreciar que la media es cercana a dos (2), provocando un descenso en el puntaje del cuestionario. Sin embargo, la desviación típica presenta una correcta calificación, evitando que existan diferencias estadísticas. Entre los ítems mejor valorados están: a) 9.3 (3,33) de Educación; b) y 9.8 (2,78) de Ciencia y Tecnología. Por su parte, aquellos peor valorados han sido los ítems: c) 9.7 (1,48) de Turismo; y d) 9.5 (1,54) de Deporte. De esta forma, se puede apreciar el alto grado de interés sobre los temas relacionados con la educación y sus nuevas metodologías de enseñanza con la inclusión de las nuevas tecnologías (Tabla 2 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942530.v1).

En relación al grado de acuerdo con las múltiples afirmaciones expuestas y relacionadas con la ciencia, es necesario indicar que la media es cercana a cuatro (4) y la desviación típica no evidencia diferencias estadísticas significativas. Entre los ítems mejor puntuados están el: a) 10.1 (3,68), ‘La ciencia y su divulgación mejora la calidad de vida de la sociedad’; b) y 10.5 (3,51), ‘La ciencia y su divulgación son la máxima expresión de prosperidad para que nuestra sociedad conozca/comprenda los avances científicos’. Sin embargo, aquellos con puntuaciones más descendentes son: c) el ítem 10.3 (3,18), ‘La ciencia y su divulgación genera nuevos puestos de trabajo’; d) y 10.4 (3,26), ‘La ciencia y su divulgación conserva el medio ambiente y la naturaleza’. Frente a estos resultados, es importante apuntar que la ciencia y su correspondiente divulgación posibilitan que la sociedad esté informada de los avances científicos, así como de los actuales y novedosos estudios en múltiples materias y líneas de investigación existentes (Tabla 3 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942536.v1).

En la misma línea y, según el grado de acuerdo en relación con la comunidad científica, se obtiene una media cercana a tres (3), con una desviación típica que presenta valores normales, aseverando la nula existencia de diferencias estadísticas significativas. Aquellas afirmaciones con valores más ascendentes son: a) ítem 11.1 (3,33), ‘Los conocimientos científicos son la mejor base para elaborar leyes y regulaciones’, b) y 11.2 (3,27), ‘Los ciudadanos deberían ejercer un papel más importante en temas relacionados con la ciencia y su divulgación’. Por su parte, aquellas cuestiones con resultados descendentes son: c) el ítem 11.3 (2,84), ‘Los asuntos relacionados con la divulgación científica es mejor dejarlo en manos de expertos’, d) y el 11.4 (3.06), ‘El nivel de la formación científica es adecuado en mi área de especialización’. De este modo, se puede apreciar cómo la muestra apuesta por ejercer un papel más activo en la comunidad científica (Tabla 4 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942539.v1).

Analizando la profesión investigadora, la media exhibe valores cercanos a dos (2), provocando un descenso en el puntaje del cuestionario. No obstante, la desviación típica es adecuada y no muestra diferencias estadísticas significativas. Los ítems con mejores calificaciones son: a) 12.2 (2,93), ‘Compensa personalmente’; b) y el 12.1 (2,26), ‘Es atractiva para los jóvenes’. Mientras que los ítems peor calificados son: c) 12.3 (1,54), ‘Está bien remunerada’; d) y el 12.4 (2,06), ‘Tiene un alto reconocimiento social’. Sin duda, la profesión investigadora no está correctamente remunerada. No obstante, los beneficios son otros, como por ejemplo, crecimiento profesional, interés por temas científicos y visibilización en el mundo académico (Tabla 5 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942542.v1).

Deteniéndose en el primer canal de YouTube relacionado con la temática de estudio, se puede demostrar que la media es próxima a dos (2), causando un declive en el instrumento. Por el contrario, la desviación típica presenta valores correctos, confirmando que no existen diferencias estadísticas significativas. Entre los ítems más apreciados están: a) 13.2 (2,81), ‘El rol que juega la youtuber facilita la transmisión de contenido científico de un modo comprensible’; b) y el 13.1 (2,50), ‘Considero que el canal “La gata de Schrödinger” es un método adecuado de divulgación científica’. Por su lado, aquellos menos estimados son: c) el ítem 13.3 (2,31), ‘Se observa que la youtuber trata con rigor los temas seleccionados empleando fuentes fiables’; d) y el 13.4 (2,41), ‘El compromiso y la credibilidad por parte de la youtuber se adecúa al tema’. Se puede subrayar que, el perfil de esta youtuber no ha sido adecuadamente valorado, ya que la muestra duda de la credibilidad y fiabilidad de las fuentes utilizadas por la misma (Tabla 6 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942545.v1).

El segundo canal de YouTube analizado evidencia medias cercanas a tres (3) y una desviación típica adecuada sin diferencias estadísticas significativas. En cuanto a los ítems con mejor puntaje: a) 14.2 (2,75), ‘El rol que juega el youtuber facilita la transmisión de contenido científico de un modo comprensible’; b) y el 14.4 (2,61), ‘El compromiso y la credibilidad por parte del youtuber se adecúa al tema’. No obstante, aquellos con peores puntajes son: c) el ítem 14.3 (2,50), ‘Se observa que el youtuber trata con rigor los temas seleccionados empleando fuentes fiables’; d) y el 14.5 (2,58), ‘Se entrevé que el youtuber tiene estudios superiores (Grado, Máster y/o Doctorado)’. En este caso, el youtuber ha conseguido alcanzar la credibilidad por parte de los encuestados. Sin embargo, marcan la necesidad de trabajar los temas científicos con mejores fuentes de información (Tabla 7 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942548.v1).

El tercer canal de YouTube evidencia medias cercanas a tres (3) y una desviación típica correcta, aunque se destacan valores descendentes en comparación con las otras muestras del estudio. Los ítems más sobresalientes son: a) 15.2 (2,87), ‘El rol que juega el youtuber facilita la transmisión de contenido científico de un modo comprensible’; b) y el 15.1 (2,75), ‘Considero que el canal “CdCiencia” es un método adecuado de divulgación científica’. Por el contrario, los peor calificados son: c) el ítem 15.5 (2,55), ‘Se entrevé que el youtuber tiene estudios superiores (Grado, Máster y/o Doctorado)’; d) y el 15.3 (2,60), ‘Se observa que el youtuber trata con rigor los temas seleccionados empleando fuentes fiables’. Frente a estos datos, se resalta una opinión de escasez de estudios y formación por parte del youtuber, a pesar de establecer un diálogo y transmisión de los conocimientos adecuados (Tabla 8 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942551.v1).

Por último, el cuarto canal analizado revela medias más elevadas y cercanas a tres (3) y una desviación típica adecuada que no establece diferencias en el cuestionario. Los ítems más populares son: a) el 16.2 (3,16), ‘El rol que juega el youtuber facilita la transmisión de contenido científico de un modo comprensible’; b) y el 16.1 (3.12), ‘Considero que el canal “QuantumFracture” es un método adecuado de divulgación científica’. Mientras que aquellos menos selectos son: c) el ítem 16.3 (2,95), ‘Se observa que el youtuber trata con rigor los temas seleccionados empleando fuentes fiables’; d) y el 16.5 (2,96), ‘Se entrevé que el youtuber tiene estudios superiores (Grado, Máster y/o Doctorado)’ (Tabla 9 en https://doi.org/10.6084/m9.figshare.9942554.v1).

En suma, los resultados indican el gran interés de la muestra por temas educativos y tecnológicos, del mismo modo que se apuesta por la ciencia y su divulgación como punto de partida inicial y necesario para formar a la sociedad. Además, se señala el papel activo en las redes científicas, así como los beneficios que se obtienen de ellas como vehículo para el crecimiento profesional y la visibilización.

En cuanto a los cuatro canales de YouTube contemplados por los encuestados (La gata de Schrödinger, CdeCiencia, Date un Vlog y QuantumFracture), se indica que estos favorecen a la transmisión del conocimiento de forma comprensible. Sin embargo, destacan una falta de rigor científico y académico, así como la necesidad de implicarse en estudios superiores que avalen los contenidos transmitidos.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El objetivo principal del estudio buscaba profundizar en un nuevo formato de saber científico emergente: los divulgadores de la ciencia en YouTube. Para ello se plantearon dos objetivos específicos, al que se les dará respuesta según los resultados extraídos.

En primer lugar, se proponía reconocer las temáticas científicas en tendencia entre los jóvenes. Así, y a través del estudio cualitativo por el que se han analizado cuatro canales de YouTube activos y reconocidos, se observa un alto interés por las temáticas vinculadas con la ciencia, especialmente aquellas que conforman un debate social, como las teorías sobre el terraplanismo, las pseudociencias, el universo, o cuestiones vinculadas con el desarrollo humano desde el punto de vista de la neurociencia o la tecnología. Destaca el interés y la curiosidad por aproximarse a avances en materia científica, aunque también (y sobre todo desde el punto de vista de la salud), conformar una provocativa forma de atraer al público más joven. Este, pudiéndose alejar de temáticas de criterio esencialmente científico (y siendo cercadas a movimientos y argumentos controvertidos), se explican con riguroso cariz, aportando referencias de autores que las refutan o ratifican. Por tanto y, tal y como se ha demostrado, en todos los casos se parte de la esfera de la rigurosidad, la información contrastada, la teoría, el pensamiento crítico y el empirismo científico, ofreciendo a los usuarios/seguidores la potestad de la duda, la observación, el experimento y la verificación del conocimiento por mero gozo (Fensham, 2002; Gil-Pérez y Vilches, 2006), tal y como señalan estudios previos sobre las cualidades narrativas en la era de la ciencia documental digital (Davis y Leon, 2018; Rosenthal, 2018).

Lo anterior contrasta con el hecho de que los docentes en Educación Superior señalan a raíz del cuestionario de validación de los contenidos audiovisuales y argumentos, que los youtubers carecen de ese rigor científico y académico. Un hecho que denota la necesidad de ampliar el visionado de los canales para desarrollar un criterio y valoración menos sesgada o prejuiciosa por el mero hecho de ser influencers de la plataforma. De hecho, uno de ellos es Doctor (Date un Vlog), y otra Magíster (La gata de Schröndiger). Esto daría respuesta al segundo de los objetivos específicos del estudio: valorar la fiabilidad y validez del conocimiento proporcionado por los jóvenes youtubers de la ciencia por medio de docentes en Educación Superior.

Como se ha podido observar en los resultados, a pesar de que estos docentes entienden que el mensaje es eficaz para la transmisión de contenido científico de un modo comprensible y que ayudan, en todos los casos, a favorecer una mayor y mejor divulgación científica, existe una cierta desconfianza generada por el hecho de transmitir estos mensajes en una plataforma como YouTube, tal y como indicaban en investigaciones anteriores Arab y Díaz (2015) y Boza-Carreño y Conde-Vélez (2015), en materia de impacto de uso de redes sociales para la educación. Frente a la opción preferente destacada por estos docentes para transmitir de manera rigurosa el conocimiento (que sería el de la publicación en revistas científicas), es innegable (pero no necesariamente exclusiva) la existencia de otras formas de comunicación del saber. Estas nuevas oportunidades, como se ha observado en el estudio, recogen el valor de YouTube y los nuevos canales dedicados a la divulgación del conocimiento como un medio informal de alfabetización científica emergente, imprescindible y atractiva, que conlleva una forma de vincular las últimas tendencias (como la tecnología, la salud, las creencias políticas, dogmáticas, etc.) y vehicular el saber a través de los jóvenes.

Con todo lo anterior, se puede afirmar que YouTube posibilita y amplía los límites de la concepción de ciencia abierta (Bautista-Puig, et al., 2019), ya que fomenta a través de esta alfabetización científica una educación base para todo el mundo (Fourez, 1994), teniendo en cuenta que sí ayuda a conocer (y reconocer) hechos científicos. Idea última refrendada por los docentes en Educación Superior encuestados. Al mismo tiempo, la plataforma facilita la adquisición de la capacidad de aplicar el razonamiento científico (Schoerning, 2018).

Algunas de las limitaciones a las que se ha enfrentado este planteamiento son, principalmente, la reducida muestra de visionado a partir de la cual se ha establecido el análisis cualitativo y cuantitativo. Por lo que, apreciando estas últimas observaciones, se entiende la necesidad de dilatar el universo muestral, ya no tanto desde el contenido, sino de los usuarios. De modo que una visión de youtubers científicos más amplia (geográfica y cuantitativa), posibilitará a la comunidad profundizar en las razones, modos, necesidades y rigurosidad del fenómeno desde diferentes perspectivas: educación, comunicación y ciencia.

Material suplementario
Información adicional

Cómo referenciar este artículo: Vizcaíno-Verdú, A.; de-Casas-Moreno, P. y Contreras-Pulido, P. (2020). Divulgación científica en youtube y su credibilidad para docentes universitarios. Educación XX1, 23(2), 283-306, doi: 10.5944/educXX1.25750

How to reference this article: Vizcaíno-Verdú, A.; de-Casas-Moreno, P. & Contreras-Pulido, P. (2020). Scientific dissemination on YouTube and its reliability for university professors. Educación XX1, 23(2), 283-306, doi: 10.5944/educXX1.25750

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Notas
Notas de autor
1 Arantxa Vizcaíno-Verdú. ORCID: http://orcid.org/0000-0001-9399-2077. Doctoranda en Comunicación en la Universidad de Huelva (línea de Educomunicación y Alfabetización Mediática). Editora Asociada de la revista Comunicar. Investigadora de la Red ‘Alfamed Joven’, del Grupo Comunicar y del Grupo Investigación ‘Ágora’ (HUM-648). Líneas de investigación: competencia transmedia, cultura participativa juvenil en escenarios audiovisuales y fandom.
2 Patricia de-Casas-Moreno. ORCID: http://orcid.org/0000-0003-1205-8106. Profesora Asociada en Nuevas Tecnologías de la Educación en la Universidad de Nebrija. Consejo Técnico de la revista Comunicar. Investigadora de la Red Alfamed, el Grupo Comunicar y el Grupo de Investigación ‘Ágora’ (HUM-648). Líneas de investigación: medios de comunicación, lenguajes multiplataforma y televisión de calidad.
3 Paloma Contreras-Pulido. ORCID: http://orcid.org/0000-0002-6206-7820. Profesora de la Facultad de Educación, del área de Tecnologías Educativas aplicadas a la educación, de la Universidad Internacional de La Rioja (España). Línea de investigación: competencia mediática de la ciudadanía y la educomunicación para el cambio social.

Figura 1
Nube de descriptores más repetidos con VOSviewer 1.6.13
Tabla 1
Análisis de dimensiones y variables

Elaboración propia
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