Presentación

La siguiente compilación representa una muestra singular de investigaciones sobre el mundo afrodescendiente en América Latina y el Caribe. Aunque en su mayoría se trata de trabajos antropológicos, son aportes que sin duda constituyen una magnífica selección de diversidad. En efecto, siendo esa la mayor riqueza de esta compilación, se reúnen aquí autores con miradas distintas que renuevan metodologías y abordajes en la comprensión del mundo afrodescendiente. Se trata así de un grupo selecto de estudiosos, provenientes de distintas universidades e instituciones, a quienes agradecemos el haber confiado sus preciados avances de investigación.
Se comienza con un artículo de antropología biológica titulado Un aporte antropogenético a la reconstrucción cultural de las comunidades afrobolivianas, bajo la autoría de: Celia Iudica, Maria Laura Parolin, Sergio Avena, Cristina Dejean y Francisco Raúl Carnese, investigadores de la Universidad de Buenos Aires, quienes vienen trabajando con comunidades afrobolivianas ubicadas en la región de Nor Yungas, Departamento de La Paz. Poco se ha escrito acerca de los afro-bolivianos, mientras más se conoce de la población indígena en ese país. Además de dar noticias sobre los afrobolivianos, en este caso, se puede apreciar también cómo los investigadores y la comunidad se han articulado, toda vez que ésta se viene preguntando inquieta acerca de sus orígenes y procedencia. El estudio de marcadores antropogenéticos en la región de Nor Yungas, quiere dar respuesta a esa interrogante. En efecto, su población es descendiente de africanos al menos en un 62%, según la estimación en base a marcadores biparentales. Esto confirma los datos de auto reconocimiento local entre los pobladores del lugar como afrodescendientes. Se trata entonces de un trabajo de investigación que aporta respuestas a la comunidad, pero además ofrece metodología y procedimientos poco empleados en los estudios sobre afrodecsendientes, con lo cual se suman esfuerzos que no pueden perderse de vista.
Otra mirada y contribución proveniente ahora de la arqueología y se encuentra en el trabajo de Pedro Paulo Funari, Michel Justamand y Gabriel Frechiani de Oliveira, titulado: As evidências da presença africana no continente americano no período do brasil pré-colonial. Los autores, provenientes de la Universidad Estadal de Campinas, la Universidad Federal de Amazonas y la Secretaría de Educación del Estado de Piauí, respectivamente, presentan pruebas de la presencia africana en el continente americano mucho antes de 1492, según reveladoras excavaciones en Brasil. Su hipótesis se suma a las otras sobre el poblamiento del continente americano, ahora apuntando que grupos africanos pudieron haber navegado por el Océano Atlántico durante la última glaciación, cuando el nivel de las aguas era bajo y permitía el desplazamiento de un continente a otro. No obstante, se trata de una vieja propuesta de Paul Rivet, complementada hoy por la investigación de estos arqueólogos brasileños quienes han hallado restos fósiles humanos acompañados por evidencias de cultura material y pinturas rupestres, cuyas dataciones y características indican la posibilidad cierta de una antaña migración marítima proveniente de África. Este artículo es un aporte no sólo a los estudios arqueológicos en general y a la historia del continente en particular, sino también una contribución a la lucha contra el racismo que se cuela incluso en las teorías sobre el origen del hombre americano.
Estudiando el Kebra Nagast, sigue en esta selecta compilación. Es el trabajo de Diego Larrique, sociólogo investigador de la Escuela de Sociología de la Universidad Central de Venezuela, dedicado al estudio de Rastafari. Poco se asocia a Rastafari con la afrodescendencia y tradiciones religiosas afroamericanas, mientras las aproximaciones y estudios suelen destacar el encanto de su música y performance, principalmente. El trabajo de Larrique profundiza en la interpretación de la Biblia hecha por los Rastafaris, pero en específico subraya la comprensión del texto apócrifo Kebra Nagast que inspira a la Iglesia Ortodoxa etíope. Allí se considera que debido a la desobediencia y a cierto comportamiento pagano de Salomón, el Arca de la Alianza pasó de Israel a Etiopía, por lo cual el pueblo elegido sería el etíope y no el judío, fundamento de la religiosidad Rastafari. La exposición de Larrique permite mirar a Rastafari en la profundidad de sus creencias, al tiempo éstas que se van transformando, tal como lo viene advirtiendo la etnografía que el autor está realizando entre los Rastafaris de Venezuela. Por su parte, el Kebra no solo representa otra hermenéutica bíblica sino también una fuente de inspiración histórica para los Rastafaris jamaiquinos desde principios del siglo XX, quienes apoderándose de ese relato exaltaron la imagen de África como tierra de salvación, al igual que otras tendencias afro-religiosas del Caribe. La complejidad de Rastafari se advierte en el estudio de Diego Larrique, invitando a comprender más de cerca su hermenéutica religiosa, apuntando así la inmensa diversidad que representa la afrodescendencia.
De la Universidad de Barcelona en España, el antropólogo Gabriel Izard presenta Entre la valoración de la herencia y las demandas por el presente y el futuro: reflexiones en torno a las etnicidades negras o afro-descendientes en América. Tras haber realizado un estudio comparativo con afordescendientes de Brasil, Venezuela y Belice, Izard comprende que el pasado juega un papel fundamental en los procesos de etnicidad del presente que miran hacia el futuro de estos grupos. Desde el pasado provienen el sentido de resistencia y las luchas actuales contra la invisibilización que en cada país adquieren sus propias características según la experiencia histórica de los afrodescendientes, precisamente. Los garífunas de Belice revitalizan su herencia afro-indígena y anti-colonial, a través del mensaje emitido por grupos culturales y musicales que enfatizan el carácter cimarrón de este pueblo caribeño. Entre los afrobrasileros la religión y la música van de la mano en la valoración del legado africano, tal como ocurre con los afrovenezolanos, para quienes religión y toque de tambores se activan ya como elementos de reafirmación étnica, acompañados por la acción política de las organizaciones sociales afrodescendientes. Con estos ejemplos etnográficos, Izard demuestra cómo puede funcionar el continuo de pasado, presente y futuro, de cara siempre a eliminar la exclusión y la discriminación.
John Antón Sánchez, antropólogo ecuatoriano adscrito al Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) de Ecuador, contribuye a esta compilación con el artículo La política del Reconocimiento en el Decenio Internacional Afrodescendiente (2015- 2024), comenzando por preguntarse sobre la significación misma del término reconocimiento. Antón propone que las políticas encaminadas al reconocimiento, deben consolidar la idea de pueblo para entonces identificar así a los afrodescendientes en América, lo cual ampliaría considerablemente su status como sujetos de derechos tanto nacionales como internacionales. El autor refiere para ello ciertos instrumentos jurídicos como el Convenio 169 de la OIT, de 1989, que hasta el momento reseña especialmente a los pueblos indígenas. Sin embargo, sugiere que dicho convenio pue de ampliarse hasta incluir a los descendientes de africanos, lo cual habría de consolidar un importante escenario de reconocimiento internacional. En ese sentido y apoyándose en las demandas presentadas por los movimientos sociales afrodescendientes, Antón estima que compete a las Naciones Unidas emitir la declaración de pueblo. Se trata así de una substancial y concreta propuesta política que debe examinarse y divulgarse.
Guiber Elena Mijares Palacios, de la Facultad de Medicina en la Universidad Central de Venezuela, presenta una síntesis de su labor de campo en la comunidad afrodescendiente de Mendoza en el estado Miranda de Venezuela. Con el título La etnomedicina en Mendoza: el sistema de conocimiento médico de un pueblo afrovenezolano, vitaliza la categoría de “sistema etnomédico” para dar cuenta del binomio salud-enfermedad en esta pequeña población afrodescendiente. Mijares Palacios expone resultados de su trabajo de campo que demuestran la determinación ejercida por las categorías culturales en la comprensión de la salud y enfermedad a través de prácticas locales de diagnóstico, prevención y terapia. Igual determinación cultural se muestra entre los actores que se desempeñan en el sistema etnomédico de Mendoza, como los curanderos, terapeutas tradicionales y los pacientes. Sus roles socioculturales se fusionan con la riqueza de la etnobotánica y la farmacopea de la zona, que la autora pudo reconocer aplicando ciertos protocolos. Todos los aspectos y actores abordados en este trabajo, revisten un importante interés etnográfico encaminado a la comprensión de la vida cotidiana y sus significados en las pequeñas localidades afrovenezolanas, apuntando especialmente la significación de la salud y la enfermedad.
Pueblos mixtos y “de españoles” al sur del Orinoco: La participación de los zambos, mulatos, cimarrones y otras gentes de color en el poblamiento y control territorial de la Guayana Española durante la segunda mitad del siglo XVIII, es el aporte de Karina Estraño, Doctorante en Antropología del Laboratorio de Ecología Humana del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Producto de una investigación en fuentes secundarias, Estraño aborda el caso de las fundaciones de frontera en el Sur del Río Orinoco, espacio en donde los españoles enfrentaron importantes dificultades para su ocupación permanente durante la colonia. Llegada la segunda mitad del siglo XVIII, el poblamiento en esa pate del país se efectuó con grupos sociales subalternizados que se juntaron a fugitivos provenientes de las colonias holandesas. Entre ellos, los descendientes de africanos tuvieron una presencia importante que se comprueba revisando las fuentes. Sin embargo, no se les suele asociar a la idea de “pueblos afrovenezolanos” por lo cual su historia y la trayectoria de sus prácticas sociales y culturales, esperan por ser abordadas y reivindicadas, a lo cual da inicio Karina Estraño con este texto.
Finalmente podrá encontrarse un artículo de mi propia autoría, presentando avances del proyecto de investigación “Antropología de la parroquia Caruao”, el cual dirijo en la Universidad Central de Venezuela, espacio al que pertenezco en calidad de docente/ investigadora. En La antigua y desconocida Hacienda San Faustino, se aborda la historia de una de las haciendas de cacao en la parroquia Caruao del estado Vargas, fundada a comienzos del siglo XVIII, trabajada inicialmente por mano de obra africana y luego por sus descendientes. Se ha reconstruido parte de las relaciones de parentesco de algunas familias de esclavizados de San Faustino, extrayendo información de inventarios y matrículas parroquiales, sumado a datos etnográficos y arqueológicos. Este es un intento de reconstrucción del pasado que apunta –entre otras cosas- a reivindicar la memoria de los esclavizados no sólo de San Faustino sino de toda la parroquia Caruao, espacio en el cual hoy sobreviven los descendientes de aquellos africanos esclavizados arrojados allí desde principios del siglo XVII. En su honor se ha escrito ese artículo, recordándolos aun sin haberlos conocido.
Como se habrá podido apreciar, la diversidad de abordajes y temáticas se destaca en esta compilación, lo cual encuentra sintonía con lo que aquí se ha dado en llamar “el mundo afrodescendiente en América Latina y el Caribe”, dada su variedad social, cultural, política y económica siempre en constante transformación. Agradecemos nuevamente a todos/as los/as autores/as su magnífico aporte.